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La justicia por medio de la Fe en Jesús Parte 1

Ro.3.20-22 (a)

Introducción: Después de navegar por los mares de la culpa y recibir el merecido mote de pecadores,
llegamos finalmente a las riberas de la gracia y la justicia que nos son dadas inmerecidamente por Dios a
través de su Hijo Jesús, a quien El puso como pago por nuestros pecados. Disfruta lo que Dios ha
preparado para ti y nunca olvides que nada hemos hecho para alcanzar su favor; todo lo ha puesto El.
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V.20 El propósito de la ley. Estamos entrando al tema de la justicia y la ley (los mandamientos) juega un
papel importante por razón de que el ser humano (judío o no) considera que las buenas obras bastan
para ganar el cielo. La argumentación de Pablo cierra aquí con el sello de: “por las obras ningún ser
humano será justificado delante de El”

¿Has sentido alguna vez que Dios te debe algo por causa de tu “obediencia”?

Como vimos anteriormente, el propósito de la ley de Dios no es justificar al hombre. Los mandamientos
no nos son dados (a judíos y gentiles) con el propósito de ganar la salvación al cumplirlos, sino la de
mostrarnos _______________________________________. Ga.3.19-29 Por tanto el efecto universal de
la ley es:_________________________________________.

¿Y entonces? Job formuló la pregunta más importante que se puede hacer “¿Y cómo se justificará el
hombre con Dios?” Leamos Job 9.1-12

Muchos a lo largo de la historia han formulado preguntas semejantes como “¿qué debo hacer?”. La
razón misma de que la religión sea algo tan común y universal para la humanidad refleja los intentos
realizados por el ser humano para responder a esas preguntas. La culpa en el corazón del hombre no
radica por hacer cosas que saben son malas, sino por ser como son. Casi todas las religiones del mundo
son una reacción ante la realidad de esos temores y procuran en esfuerzos propios acercarse a la
deidad.

V.21-22(a) Pero ahora. Pablo da inicio ahora al tema de la justicia (que aparece más de setenta veces en
la epístola) y lo hace con la conjunción adversativa pero, que indica un contraste. En este caso el
contraste maravilloso entre la depravación e incapacidad total del hombre para agradar a Dios y la
provisión que Dios mismo hace de un camino que conduce directamente a El.

1. La justicia que Dios imparte es aparte (separada) de la ley. Lo primero a observar es que ley aquí
puede referirse a las Escrituras del Antiguo Testamento o en un sentido más estricto al legalismo. Pero
cualquiera que sea el pensamiento de Pablo, habla de los intentos realizados por el hombre para llegar a
ser aceptable ante Dios.

2. Esa justicia tiene su origen en Dios mismo. Contraria al pensamiento humano, la justicia de Dios no
es de abajo hacia arriba; no nace en el hombre, sino en Dios. Is.45.8; Jn.3.13; Ro.10.5-9
3. Fue anunciada por la ley misma y los profetas. Esta verdad esta dirigida en primera instancia a
los judíos. Esta frase bastante común abarcaba toda la Palabra de Dios escrita. En otras palabras, Pablo
no estaba hablando de una nueva clase de justicia sino de la justicia divina de la que se da testimonio
en todas las Escrituras. Ga.3.23-26

4. Nos es otorgada por medio de la fe en Jesucristo. Entendiendo que la justicia divina no es un


premio a la fe, sino que nos es dada solo por gracia. La fe es el único camino de salvación en lo que
respecta a la parte que corresponde al hombre, y esa fue la lección de Hebreos 11 donde se resume
que “sin fe, es imposible agradar a Dios”. Ese será también un tema reiterado en Romanos.

La próxima lección hablaremos a fondo de lo que significa verdaderamente creer.

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