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En el marco del Decenio Mundial de los y las afrodescendientes, declarado así por las Naciones

Unidas, bajo el lema reconocimiento, justicia y desarrollo, es importante resaltar que en las
Américas viven unas 200 millones de personas que se auto identifican como descendientes de
africanos; de los cuales el 50% son mujeres que viven en condiciones de pobreza y pobreza
extrema; sin embargo la invisibilidad estadística de la que hemos sido objeto las mujeres
afrodescendientes no permite contar con los indicadores necesarios para conocer esta realidad.
En este sentido, resulta importante que se respetan los acuerdos y convenios relacionados con los
derechos civiles y políticos de las mujeres afrodescendientes, además de implementar políticas
públicas que se identifiquen plenamente con este sector de la población panameña. Otro hecho
relevante en torno a las condiciones sociales de las mujeres afrodescendiente, es la que se
relaciona con su exclusión y la marginación de los procesos económicos de suerte que más del
90% de las riquezas está en manos de hombres, y no de mujeres. LA AUTONOMÍA DE LA MUJER La
autonomía de las mujeres afrodescendientes juega un papel fundamental para garantizar el
ejercicio de sus derechos en un contexto igualitario. La democracia panameña está en mora con
las mujeres; se requiere de grandes transformaciones políticas que reafirmen la importancia de
colocar a las mujeres, más vulnerables como son las afrodescendientes, las de los pueblos
originarios, y las de las áreas rurales, en el centro de la gestión pública. LOS VERDADEROS
ALCANCEZ DE LA DEMOCRACIA En nuestro país como en el resto del mundo la democracia no
tendría ningún sentido si no logramos incluir y cambiar la vida de la gente. Necesitamos de una
democracia real, activa, participativa, representativa e igualitaria. Parte del trabajo pendiente
incluye el verdadero reconocimiento a los numerosos aportes que han realizado las mujeres
afrodescendientes.

EL MOVIMIENTO SOCIAL DE LAS AFRODESCENDIENTES Con el apoyo de organizaciones nacionales


e internacionales se han dado algunos avances en estos temas, pero no son suficientes.Es por eso
que la red de mujeres afrolatino americanas, afrocaribeñas y de la diáspora se planteó apuntar las
luchas específicas de las mujeres; Así quedo concretado en la Primera Cumbre de lideresas
Afrodescendientes de las Américas (Nicaragua 2015) con la aprobación de su plataforma política,
donde también se contempla la matriz para el monitoreo del cumplimiento de nuestras
demandas.Considero que el decenio internacional de los y las afrodescendientes al igual que la
primera cumbre de Lideresas Afrodescendientes de las Américas se convierten en una
oportunidad histórica para crear mecanismos de diálogo que nos permita avanzar hacia una
sociedad más democrática, libre, Inclusiva, pero sobre todo una sociedad donde haya justicia y paz
para todos los seres humanos. ELIMINAR LA INVISIBILIDAD, UN RETO PRIORITARIO En la mayoría
de nuestros pueblos la presencia integral de las mujeres afrodescendientes sigue siendo invisibles,
el escaso reconocimiento y valoración correcta de su lengua, su cultura, su historia, su
espiritualidad y pensamiento, siguen operando en su contra. Igualmente seguimos invisibles al
momento de aplicar las leyes, y en las instituciones públicas; en los textos escolares y en muchos
otros espacios de la sociedad panameña. Se trata de un esfuerzo que significa corregir una practica
de muchos años, por lo tanto requiere de compromisos y acciones urgentes y permanentes. Las
mujeres afropanameñas no podemos permitir ser solamente una cifra estadística, ademas mal
censadas. Nuestras exigencias hoy corresponden a las respuestas que merecen todos esos aportes
que dimos en el pasado, estamos dando en el presente y seguiremos dando en el futuro para
aportar con el desarrollo de nuestros pueblos.Reiteramos que todos los seres humanos nacen
libres en dignidad y en derechos, y tienen la capacidad de construir su propio desarrollo y
bienestar social. Y Que todas las doctrinas de superioridad racial son totalmente falsas,
moralmente condenables y socialmente injustas y peligrosas y por tanto deben rechazarse. Al igual
que la teoría con la que se pretende determinar la existencia de las distintas razas humanas.

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