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Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras

Departamento de Artes
Asignatura: Historia del Arte Americano I
Profesor: Ricardo González
Comisión: Agustina Rodríguez Romero
Curso Lectivo: 2015 - Primer cuatrimestre
Fecha de Entrega: 1 de Julio de 2015

Vanesa BUCETA L.U.: 25.174.597

Emiliano Marcelo CLERICI L.U.: 32.113.955

Parcial domiciliario. Retablos


Caso A
Consigna: Se ha encontrado en un depósito un conjunto de pinturas y
esculturas pertenecientes a un retablo destruido de mediados del siglo XVI, que se
quiere recomponer. Cómo se ha perdido el orden original le piden a un
especialista que siguiendo la lógica de la organización de las imágenes en la
época, las características iconográficas del conjunto y las formas de composición
de retablos corriente en el momento haga una propuesta que permita:
1- Recuperar el orden primitivo
2- Comprender el sentido del programa
3- Conocer el comitente del encargo
Esculturas: San Jerónimo; San Pedro; Santa María Magdalena; San Andrés;
Santiago el mayor; San Miguel; San Ambrosio; Santa María Egipcíaca; San Juan
Bautista; San Agustín; San Jorge; San Pablo; San Gregorio Magno; La
Inmaculada Concepción; San Juan Evangelista
Pinturas: La Anunciación; La Resurrección; La Asunción; La Circuncisión; La
Adoración de los Magos; (hay un fragmento de otra obra cuyo tema no se puede
descifrar)

Análisis inicial
Entendemos que la principal función de los retablos y su razón es el
ordenamiento y la jerarquización de programas iconográficos, cuyas imágenes
servían de escena y de objeto de culto a las prácticas devocionales y litúrgicas. En
la relación estructural entre imágenes e historia, el retablo es el espacio en que la
palabra, la reflexión y la predicación tenían lugar.
En un primer momento, es imprescindible organizar y ordenar las imágenes que
se encontraron, clasificándolas según su representación iconográfica. Además de
ello, profundizar en los significados que representan para determinar sus
interrelaciones entre las imágenes y poder delimitar el tema del retablo, ya que no
podemos utilizar la observación de las imágenes para asociarlas por tamaño,
estilo, taller u otro dato presente en la propia imagen. En un primer momento
trataremos todas las imágenes encontradas de la misma manera, como
conceptos, para intentar una jerarquía interna dentro del retablo.
De las esculturas, un primer acercamiento supone un agrupamiento de los
distintos personajes representados. Por un lado aparecen los cuatro doctores y
padres de la iglesia:
 San Ambrosio de Milán (340-397), primer cristiano en conseguir que se
reconociera el poder de la Iglesia por encima de la del Estado;
 San Jerónimo de Estridón (346-420), autor de la traducción de la Biblia al
latín conocida como Vulgata;
 San Agustín de Hipona (354-430), teólogo, autor de La ciudad de Dios y
de Comentarios a las Sagradas Escrituras;
 San Gregorio Magno (540-604), quien evangelizó a los bárbaros, reformó
las costumbres y renovó el canto eclesiástico.

Un segundo grupo que aparece representado es el de los Apóstoles:


 Simón, renombrado por Jesús como Pedro;
 Santiago el Mayor, hermano de Juan;
 Andrés, hermano de Pedro y ex-discípulo de Juan el Bautista;
 San Pablo de Tarso.

También hay dos mujeres penitentes:


 Santa María Magdalena, principal discípula de Cristo
 Santa María Egipcíaca, asceta que se retiró al desierto tras una vida de
prostitución y venerada como patrona de las mujeres penitentes;

Los llamados “Juanes”:


 San Juan el Bautista
 San Juan Evangelista y apóstol;

Y por último dos imágenes que vinculamos con el ideal de “iglesia militante”
propio del barroco:
 San Miguel Arcángel, protector de la Iglesia y considerado abogado del
pueblo elegido de Dios,
 y San Jorge de Capadocia, soldado romano, mártir y santo patrono de la
corona de Aragón.

La única imagen que se diferencia por su importancia como dogma religioso es


la Inmaculada Concepción de María, una doctrina que se renueva en torno a las
decisiones del Concilio de Trento de mediados del siglo XVI.
Las referencias a la doctrina de la Inmaculada Concepción son una cuestión
crucial para comprender muchas de sus imágenes en retablos de ese siglo. La
Inmaculada Concepción de la Virgen María es el último refinamiento de una de los
dogmas de la Iglesia Católica que expresan la unión mística entre Dios y el mundo
empírico. Asimismo, el culto a la Virgen María se vio determinado en importancia
por su papel en la Encarnación de Dios.
Por otra parte, las escenas narrativas están vinculadas con la vida de Cristo, a
excepción de la escena de la Asunción de María. De todos modos, tanto Cristo
como María son los personajes más importantes en cada evento. De esta manera,
y por orden cronológico podemos ordenarlas de la siguiente manera:
 Anunciación: Gabriel entrega la buena nueva a María (Lc 1:26-37);
 Adoración de los Magos: tres sacerdotes de oriente llegan al pesebre
para dar ofrendas por el nacimiento de Jesús (Mt 2:12);
 Circuncisión: ingreso de Jesús a la comunidad judía y toma su nombre
(Lc 2:21);
 Resurrección de Cristo: tres días después de su crucifixión, Cristo
resucita y se presenta ante las Marías en la puerta del Sepulcro (Mt 28;
Mc 16; Lc 24; Jn 20);
 Asunción de María: escena proveniente de los textos apócrifos;
 Tema sin descifrar: con respecto a este lienzo, intentaremos pensar una
hipótesis que explique su iconografía;

Sería interesante para el análisis y una mejor interpretación del retablo


encontrado, la búsqueda de fuentes primarias que puedan darnos alguna idea de
su composición. Contratos, proyectos, donaciones, restauraciones, y otros
documentos que se articulen con las imágenes halladas serían imprescindibles
para este trabajo. Además de ello, entendemos que las imágenes encontradas
completan el programa iconográfico, y que es importante conjeturar una posible
interpretación del fragmento no identificado, que esté articulado con el programa
iconográfico desarrollado. De todos modos, el planteo estará articulado en relación
con tradiciones en la construcción de retablos de similares características, así
como de fuentes iconográficas posibles.
El único dato certero que poseemos, además de lo que está incluido en las
imágenes, es que se trata de un retablo de mediados del siglo XVI. De esta
manera podemos aproximar una estructura tipológica ya que “la tipología se nos
revela como el paso previo y necesario para comprender la función y significados
del retablo, ya que su evolución permite estudiar la introducción de ciertas normas
litúrgicas”1. De esta manera, según los autores que analizan los retablos en
América y España entre mediados y finales del siglo XVI, mencionan que, después

1
Cristóbal Belda Navarro, “Metodología para el estudio del retablo barroco”, en IMAFRONTEN, n°
12-13, 1998 P12.
de los postulados del Concilio de Trento, se desarrolla un “interés por la claridad,
la unidad del discurso y la moderación ornamental, tanto en la retóricas como en la
retablística”.2
Cabe mencionar, que la retórica es en la organización de las imágenes de los
retablos. La teoría que respalda la prédica formulada por las Art’s Praedicandi 3,
libros en los que se organiza la estructura teórica de los sermones, siguiendo el
esquema de la retórica antigua. Además, se planteaba que ésta consistía en un
medio de persuasión para los oyentes y un plan ordenado en diferentes partes
jerarquizada visualmente. Es decir, que hay en los retablos una preocupación por
la forma y por la organización. En el caso de este retablo, suponemos que
desarrollaría la forma de panel horizontal integrado por filas de personajes
situados a los lados de una imagen principal.
Estimamos, por lo mencionado, que las piezas encontradas deberían
organizarse dentro de una grilla renacentista, con una decoración arquitectónica
limitada al leguaje clásico y la superposición de órdenes y con una ornamentación
simple, características del estilo plateresco. De este período podemos mencionar
retablos como el retablo mayor de San Bernardino de Siena en Xochimilco, México
(1540-1561), el retablo mayor de la Basílica de El Escorial diseñado por Juan de
Herrera (1583-1586) y el retablo mayor del templo franciscano de San Miguel
Arcángel en Huejotzingo, Puebla (1584-1586), todos ellos con columnas clásicas,
la decoración se limita a puntos esenciales, no cubriendo todos los espacios,
entablamentos en forma, generalmente rectos. Elegimos estos retablos como
referencia ya que ambos combinan imágenes escultóricas con escenas pintadas.

Organización hipotética del retablo


Del anterior desarrollo se desprende cuál es el tema principal del retablo: la
Inmaculada Concepción de María. De esta manera, la organización y articulación
de las escenas restantes estará supeditada al mismo. El espacio central del
2
Ricardo González, “Los retablos barrocos y la retórica cristiana”, Actas III Congreso Internacional
de Barroco Americano, Sevilla, Universidad Pablo de Olavide, 2001. [Documento de la cátedra] s/p
3
Ej: De arte praedicatoria de Alan de Lille (1199). Define a la prédica cristiana como “instrucción
manifiesta y pública en la fe y la moral que con celo sirve a la información de los hombres y transita
por la vía de la razón”
retablo, la calle central así como el cuerpo principal del mismo estará ocupado por
la escultura de la inmaculada.
Si tomamos los ejemplos sobrevivientes del período, en su mayoría mexicanos,
se puede pensar que sería un retablo de tres calles ocupadas por pinturas
narrativas, mientras que las entrecalles restantes tendrían nichos que alojarían
esculturas, e incluso pudo haber tenido relieves. Este tipo de retablo, de una
estructura basada en modelos de la arquitectura clásica, entrepaños flanqueado
por columnas y rematados por un arco o entablamento recto, era común en Nueva
España del siglo XVI. Como muestra de ello, podemos reiterar los retablos de
Huejotzingo y Xotchimilco.
Si continuamos las tradiciones novohispanas, el banco o predela estaría
ocupada por los apóstoles, y como el caso de Huejotzingo, así como en
Yanhuitlan, acompañado de los penitentes, en este caso Santa María Magdalena
y Santa María Egipcíaca. La calle central, como es costumbre, debería estar
ocupada por el sagrario, que en nuestro caso lo articulamos con la casa ocupada
por la imagen de la Inmaculada.
Como el tema que reconocemos es el de la Virgen, el primer cuerpo estaría
ocupado por su imagen de bulto, y flanqueada por los doctores y padres de la
iglesia. En el tercer cuerpo podrían ubicarse Juan Bautista y Juan Evangelista,
imágenes que suelen representarse formando un pendant. En un último cuerpo
estarían las imágenes de la iglesia victoriosa, San Jorge y Miguel Arcángel, y un
remate con la imagen de Dios padre, la cual podemos suponer perdida.

Un esquema general sería el siguiente:


*Padre Eterno*

San Miguel

San Jorge
Arcángel
Resurrecció
n

San Juan Evangelista


San Juan Bautista

San Ambrosio

San Agustín
Inmaculada
Concepción

San Jerónimo
San Gregorio

Magdalena

Egipcíaca
Sta. Ma.

Sta. Ma.
Magno

Tema sin
Circuncisión Asunción
Identificar

San San Santiago San


Anunciación *Sagrario* Adoración
Pedro Andrés el Mayor Pablo

(Sotabanco)

Analizaremos a continuación algunas cuestiones iconográficas y de simbología


de los personajes y las escenas utilizadas en el programa iconográfico. La
intención es poder entender cuál es la relación de las partes con el tema y qué
significados ocultos pueden verse en la construcción del programa.

Algunas cuestiones iconográficas


En relación con el tema principal del retablo a reconstruir, debemos mencionar
que el dogma de la Inmaculada Concepción, nacido de la idea de que María fue
concebida de manera milagrosa, y por lo tanto, sin pecado original, es uno de los
temas más problemáticos y complejos de la doctrina católica. Una de las
principales controversias se debe a que las historias de la concepción mariana
provienen de los textos apócrifos, como el proto-evangelio de Santiago y el
evangelio del Pseudo Mateo, así como fuentes hagiográficas. Es en torno a estos
años, gracias a las discusiones del Concilio de Trento y al impulso de la Reforma
Luterana y su oposición al culto mariano, que se reinstala esta creencia y toma un
impulso considerable.4
Con respecto a San Juan Bautista, primo de Jesús, no existen fuentes
adicionales a las mencionadas en los evangelios. Su principal función en el dogma
católico es el del sacramento del bautismo. De esta manera, supone la verdadera
conversión de los infieles y la aceptación de la fe.
San Juan Evangelista es identificado con San Juan Apóstol, y eso lo vincularía
con los demás discípulos de Jesús. A pesar de ello, su historia lo vincula con el
tema en cuestión mucho más directamente. En primer lugar Juan es considerado
el predilecto del maestro y uno de los apóstoles más cercanos a Cristo. Tanto es
así que, según la tradición cristiana, fue el encargado del cuidado de la Virgen
María después de la muerte de Jesús. Además de ello, Juan significa
etimológicamente el que posee la gracia, lo que según Santiago de la Vorágine 5
está vinculado con la virginidad del apóstol, virtud ligada a la madre de Dios.
Los apóstoles que aparecen en el retablo son tres de los primeros discípulos
llamados por Jesús, los hermanos Simón Pedro y Andrés y Santiago, el mayor,
hermano de Juan, y uno de los últimos. De Pedro se destaca su función como el
primer papa y obispo de Roma, príncipe de los apóstoles así designado por el
propio Cristo. Martirizado por Nerón junto con Pablo, su imagen representaba la
rama de los judíos conversos y suele contraponérsela a la de Pablo, evangelizador
de los gentiles. De Andrés podemos destacar el milagro de la mujer del homicida,
la conversión de Nicolás lujurioso, el juicio de la madre incestuosa, en donde en
los tres casos se condena el pecado de la lujuria. Fue un evangelizador “firme en
sus convicciones, constante en la predicación de la doctrina”. 6 De Santiago el
4
Ver Aurelio de Santos Otero, Los Evangelios Apócrifos, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos,
2005,
5
Santiago de la Vorágine, La leyenda dorada, Madrid, Alianza, 1982, Pp 65-70
6
Ibídem. p. 29
mayor, se decía que su predicación tenía el efecto del trueno, era uno de los
discípulos más cercanos a Cristo, junto con Juan y Pedro. La presencia de este
apóstol en los retablos coloniales se debe, primordialmente a que es el Patrono de
España, y porque a partir del siglo XV, es convertido en Santiago Matamoros,
principal defensor del catolicismo contra los infieles y herejes. Un dato adicional es
el apócrifo atribuido a este apóstol, que destaca su defensa del dogma
inmaculista.7 Pablo, por su parte, tiene significaciones que pueden parecer
contradictorias. Por un lado, sus epístolas fueron releídas y utilizadas
especialmente por Martín Lutero y Juan Calvino y se convirtieron en muy
influyentes en la reforma protestante. Por otro lado, San Agustín, uno de los
doctores de la Iglesia más reconocido, fue un ferviente defensor contra sus
distintos detractores.
Con respecto a María Magdalena, es uno de los casos más conocidos, ya que
los mismos se encuentran narrados en la Biblia. Además de ello, en una de sus
leyendas indica que fue ella quién, encontrándose junto con otros cristianos
expulsados de Judea en la ciudad de Marsella, predicó a los ciudadanos a fin de
apartarlos de la idolatría y conducirlos a la verdadera fe. Además de ello, y al igual
que Santa María Egipcíaca, finalizó su vida como penitente, retirada en el desierto.
La historia de Santa María Egipcíaca, similar a la de Magdalena, comienza con un
pasado de pecado. En su episodio revelador, durante de un viaje a Jerusalén para
adorar la Vera Cruz, se encuentra en las puertas del templo que contenía la dicha
reliquia. Allí descubre que una fuerza invisible le impedía el ingreso al adoratorio,
por lo que decide pedirle perdón a Dios por sus pecados, mediante la intercesión
de la Virgen María, representada en la fachada de la iglesia. Es gracias a este
arrepentimiento y a la promesa de continuar una vida piadosa que se le permite
ingresar y observar la Cruz.
La representación de los padres de la iglesia latina es muy común en este
período. Estos cuatro personajes establecieron las bases doctrinarias y
dogmáticas de la iglesia romana. La relación del tema principal con los doctores y
padres de la iglesia, a pesar de la abundancia de escritos de ellos sobre la

7
Aurelio de Santos Otero, op. Cit, , p XXX.
virginidad de María, que tuvieron que defender con ahínco desde los primeros
siglos. Para san Ambrosio, el modelo por antonomasia de quienes consagran su
virginidad a Cristo es María.
La imagen de San Miguel, vencedor de Satanás y defensor de la cristiandad,
fue uno de los santos más venerado por los españoles en Nueva España. Su
imagen se relacionaba con las campañas militares y de conquista en las Indias y
representaba el triunfo de la civilización y la religión sobre los infieles. Por otro
lado, San Jorge de Capadocia era el caballero de la madre de Dios, María,
equivalente en la tierra de San Miguel Arcángel. Por este motivo suponemos que
ambos, en articulación con la iconografía de la Inmaculada sobre el dragón
apocalíptico, se ven vinculados iconográficamente (las 3 imágenes sobre el
monstruo, demonio o dragón) así como simbólicamente (el triunfo de la religión
sobre el mal).
En relación con las escenas narrativas de las pinturas, son múltiples las fuentes
tanto documentales como visuales que se encuentran disponibles en el siglo XVI.
Pretendemos hacer una aproximación a los significados más interesantes de
dichos eventos en relación a su utilización en la América Prehispánica. Esta
suposición está articulada, primeramente con la utilización del motivo de la
Circuición de Jesús en México. La escena se basa en un fragmento del evangelio
de San Lucas.
En un trabajo comparativo sobre los temas iconográficos en los retablos
mexicanos del siglo XVI, James Kiracofe analiza los motivos más utilizados y sus
posibles implicancias. Menciona que, para el caso de la circuncisión, “the possible
importance attached to this theme by 16th-century friars may have had to do with
the notions of purification and inclusion of gentiles.” 8 Esto, sumado a que este
motivo está presente en, al menos cuatro retablos mayores de Nueva España, nos
permite introducir la posibilidad de que se trate de un retablo con ese origen.
Sumado a ello, el tema de la circuncisión no sólo remite a la purificación de las
almas, sino también es considerada como anticipadora de la pasión, ya que se
trata de la primera efusión de sangre de Cristo, debido a que las cuatro efusiones
8
James B. Kiracofe, “Toward Reconstructing The Lost Retablo Of Teposcolula”, inédito, 1995, s/p.
Disponible online: http://interamericaninstitute.org/new_page_4.htm [consulta junio 2015]
posteriores están vinculadas con la Pasión: el Cáliz del huerto de los olivos, la
flagelación, la crucifixión y la lanza de Longinos. 9 De este modo, la circuncisión es
premonitoria de la crucifixión, y supone la incorporación de Jesús a la Antigua
Alianza.
Este mismo autor analiza otros episodios tradicionalmente representados en
México. Con respecto a la Anunciación, reconoce su importancia ya que “it tells
how the miracle of Virgin Birth occurred, and how this direct divine intervention was
related to Mary (…) emphasizes the importance of Mary as chosen by God to bear
the Savior of mankind.”10 Este episodio bíblico es el primer indicio de la santidad
de María, su elección por Dios.
La adoración de los reyes, sería importante en el México virreinal dado que este
autor encuentra asociable la imagen de los Magos de Oriente, figuras humanas
con carnaciones oscuras y vestidas con atuendos coloridos y ostentosas joyas,
con la imagen de los caciques Mixtecas. Es interesante pensar como esta imagen,
o la de María Egipcíaca, mujer muy quemada por el sol y desnuda, cubierta por su
cabello, o por un simple manto, pudieron funcionar en las iglesias americanas
coloniales. 11
Juan es testigo de la Asunción de la Virgen, así como el supuesto autor del
texto apócrifo que narra el suceso. En este relato se menciona una imagen que se
repetirá en el Apocalipsis, el de la mujer, esta vez directamente asociado a María,
pisando la cabeza de Satanás, elemento que se retoma en la iconografía de la
Inmaculada. Otro dato de interés es que el féretro con el cuerpo de María fue
trasladado desde su casa al sepulcro por dos apóstoles: Pedro y Pablo. Además,
el Arcángel Miguel, jefe de los ejércitos celestes, es el encargado de trasladar el
alma de María desde el cielo en el momento de su resurrección. 12 En relación con
este texto, san Jerónimo confirma su condición apócrifa, con excepción de nueve
consideraciones verdaderas, entre las que se haya la muerte indolora, la
presencia de los apóstoles y la asunción en cuerpo y alma. Esto último fue
reforzado por San Agustín.
9
Santiago de la Vorágine, Op. Cit. pp. 85-91.
10
James B. Kiracofe. Op. Cit., s/p
11
Ibídem. , s/p
12
Santiago de la Vorágine, Op. Cit. pp. 477-498
En este caso, tenemos una imagen que no está identificada iconográficamente,.
Sobre los temas de las pinturas en los retablos, es común encontrar inventarios de
esa época que señalen el número de pinturas pero no siempre se identifican sus
temas. Así lo señala Clara Barguellino, donde las esculturas suelen estar
claramente identificadas, per “es muy diferente en el caso de las pinturas, las
cuales sólo se describen por su tamaño y número. Con pocas excepciones, el
tema de un cuadro se identifica solo cuando constituye la imagen principal de un
retablo o cuando se encuentra en la sacristía.13
El desarrollo anterior no pretendía ser extensivo ni absoluto, sino dar un
pantallazo de las cuestiones simbólicas en torno a los personajes y las escenas
del retablo. Con dichas ideas se puede aproximar el sentido general del retablo, o
al menos como se ordenan los distintos niveles de lectura en torno al que
consideramos el tema principal. Incorporamos, además, algunos elementos de
apelación a los distintos sectores de la Iglesia española en América porque “el arte
barroco es un arte dirigido a la totalidad de la sociedad, sus fines pedagógicos,
tienden a educar tanto la religiosidad popular como las altas esferas nobiliarias”. 14

Sentido del programa


El sentido general del programa iconográfico se concentra en torno a la figura
de la Virgen y la importancia del culto mariano durante la contrarreforma, en
España y en América. De esta manera, el retablo desarrolla los argumentos de
divinidad, pureza y santidad de la virgen mediante la incorporación de alegorías,
metáforas y citas de autoridad.
Con respecto al programa iconográfico, se trata de imágenes basadas en las
vidas de santos y en los Evangelios, así como otras fuentes, ya que la prédica
cristiana buscaba sus argumentos entre sus propios héroes describiendo sus
vidas. La organización se articula, como en Huejotzingo y Xochimilco, en forma de
trapecios y diagonales ascendentes. La intención es procurar una lectura que

13
Barguellini Clara, “Escultura y retablos coloniales en la ciudad de Durango”, en Anales del
Instituto de Investigaciones Estéticas, n° 59, México, UNAM, ILE, 1989, p. 156.
14
María Concepción Bonet Blanco, “El retablo barroco, escenografía e imagen”, en: Francisco
Javier Campos y Fernández de Sevilla (coord.) El Monasterio del Escorial y la pintura: actas del
Simposium, 2001, p. 626
ascienda desde la zona humana a las ideas más complejas y trascendentales de
la cristiandad.
El desarrollo está estructurado en la Virgen. El dogma de la inmaculada puede
leerse como el resumen del mismo, ya que la compleja iconografía de esta imagen
incluye las múltiples consideraciones en torno a María, desde su origen milagroso
hasta su destino triunfante sobre Satanás.
En cuanto a los temas secundarios que se incluyen podemos mencionar: en el
banco la base de la iglesia, su origen y difusión primera con los apóstoles, Andrés
como el primero, Pedro como príncipe, Santiago, Mayor como España y la victoria
sobre los infieles, Pablo como conversor de los gentiles. Además se incluyen las
mujeres piadosas, María Magdalena, discípula de Cristo, y María Egipcíaca,
penitente y asceta. Estas imágenes, están en el cuerpo superior, pero vinculadas
con los apóstoles, en cuanto a ejemplos de vida según los mandamientos de
Jesús. En ambos casos la referencia indirecta hacia la vida casta y pura como
medio de salvación es evidente y está en lo mencionado anteriormente. Estas
imágenes se articulan con las escenas de la anunciación, milagro que evidencia la
virginidad de María, y la adoración de los magos, como la prueba del nacimiento
del redentor.
En el centro decidimos colocar la escena de la que no conocemos el motivo
iconográfico. Como hipótesis podemos supones que se trata del milagro de las
Bodas de Caná (Jn 2:1-11). Es en este episodio, el primero milagro realizado
públicamente por Jesús, en que por pedido de María, convierte el agua en vino.
Este motivo, elegido por nosotros, está vinculando el sagrario, colocado en el
banco con la función de María como intermediaria de los hombres y madre de
Dios, representada en el cuerpo superior. Además de ello, la importancia del
misterio de la Eucaristía como tema principal del período pos Trento justificaría su
presencia.
Entre el primer y segundo cuerpo, los padres de la iglesia latina, los más
fervientes defensores de los cultos marianos, de su origen milagroso y su destino
santo, acompañando las escenas de la con la asunción en cuerpo y alma de la
madre de Jesús, y la circuición de Cristo. En el segundo cuerpo, Juan evangelista
se asocia con la asunción, y san Juan Bautista con la circuición, de la misma
manera que desarrolla un papel fundamental en la vida de la virgen. En este
cuerpo de
En el tercer y último cuerpo, también puede ser pensado como un ático, la
resurrección de Cristo, tema fundamental de la doctrina cristiana, promesa de
salvación de la humanidad, y fundamento del cual la virgen es originadora.
Flanqueando esa escena, la victoria y salvación representada en Miguel Arcángel
y san Jorge nos lleva al remate, Dios Eterno.

Hipótesis sobre la comitencia


La importancia de la devoción de la Inmaculada Concepción, patrona de la
armada española, estuvo vinculada con la política de Madrid. Elisa Vargaslugo
menciona que, desde la conquista hasta el siglo XVI, el culto a la Inmaculada fue
muy importante en Nueva España. Esto se dio, en primer lugar, porque era la
imagen que tenía el estandarte de Cortés; en segundo lugar, la influencia de la
iglesia apostólica.15
“Las ciudades de la Nueva España se hallaban confrontadas igualmente al
aumento del poder de la iglesia romana, reforzado por la reforma católica, y el de
la corona española, la cual disponía a su arbitrio del patronato de la Iglesia de
Indias y se ostentaba como la punta de lanza de un catolicismo reconquistador.” 16
Dato al margen, la Inmaculada Concepción es declarada patrona de Puebla de los
Ángeles en 1616 y de San Luis de Potosí en 1654.
Las ciudades de mayor poder social y económico de Nueva España fueron
Oaxaca, Puebla y México. Podemos suponer, por las dimensiones de el encargo
que estamos analizando, que se debe a uno de estos centros urbanos. Es en este
período que las órdenes mendicantes en territorio novohispano pierden se
influencia en manos del desarrollo de un clero secular más formado, y con mas
alcance que en tiempos precedentes. 17 Podemos suponer que es un encargo
15
Elisa Vargaslugo, “Imágenes de la Inmaculada Concepción en la Nueva España”, en Anuario de
historia de la Iglesia, Nº. 13, 2004, pp. 67-78.
16
Pierre Ragon, “Los santos patronos de las ciudades del México central (siglos XVI y XVII)”, en
Historia Mexicana. Vol. 52, No. 2, Oct. - Dec., 2002, p. 372
17
George Kubler, “Introducción: Los frailes mendicantes”, en Arquitectura Mexicana del siglo XVI,
México, Fondo de Cultura Económica, 1982, pp. 30-32.
ligado con el clero secular o con la orden franciscana, defensora del culto mariano
y el dogma inmaculista.

Consideraciones finales
Como corolario de este trabajo, pretendemos marcar algunas reflexiones en
torno al trabajo realizado. En primer lugar, si bien podemos articular
conceptualmente un retablo, en el que los conceptos que representan las
imágenes puedan ser “leídos”, “interpretados” o simplemente “vistos”, nos es
imposible confirmar nuestra hipótesis sin las imágenes propiamente dichas, de las
que no tenemos información sobre su materialidad, su ubicación actual, su uso
concreto, sus lenguajes, y otras cosas.
Por otra parte, debemos marcar algo que pueda parecer contradictorio, aunque
nosotros no lo veamos así. Por un lado se habla de retablos “platerescos”, que
según la tradición de la historia del arte en España estarían directamente
vinculadas con el Renacimiento. Por el otro elegimos hablar de problemas
“barrocos” vinculados a este retablo, ya que el barroco no es exclusivamente un
estilo artístico sino que supone un planteo social y cultural de una sociedad, del
cual el Concilio de Trento puede ser considerado como su inicio. De esta manera
entendemos que los retablos del período analizado desarrollan temas y
simbologías vinculadas con el ideal barroco, pero a través de un leguaje plástico
de tradición ligada al clasicismo.
Por último, y como aclaración a lo expuesto anteriormente, pensamos que el
problema de los retablos en este período específico se debe a la complejidad que
estos objetos poseen:
En tanto que espectáculo, fachadas, retablos y sermones alcanzaban a
un público muy amplio. El sabedor y erudito captaba todas las sutilezas
iconográficas y retóricas (incluidas las largas citas en latín). En el otro
extremo, los ignaros se quedaban con el portento visual y el pasmo
ante las imágenes danzantes o sangrantes, o bien con algunas pocas
ideas capitales y con la sonoridad imaginamos que sabiamente
modulada de la voz. Pero también para ellos funcionaban retablo y
sermón y en su aspecto hermético e inalcanzable resultaban admirados
y por lo tanto confirmados ante tanta grandeza. Que el barroco, en lo
plástico como en lo literario, supo casi siempre tener más de un nivel
de lectura válido.18

Complejidad vinculada a la articulación de las distintas artes –pintura, escultura


y arquitectura-, pero también complejidad en cuanto a los inagotables niveles de
lectura que poseen los mismos y que intentamos mostrar reflejados en este
trabajo.

18
Jorge Alberto Manrique, “Retórica y Barroco”, en Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad,
Zamora, Colegio de Michoacán, n° 57, 1994. Pp. 91-92
Bibliografía

VARGASLUGO, Elisa, “Imágenes de la Inmaculada Concepción en la Nueva


España”, en: Anuario de historia de la Iglesia, Nº. 13, 2004, pp. 67-78

AA. VV., Los retablos de la ciudad de México, México, Asociación de Patrimonio


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