Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Departamento de Artes
Asignatura: Historia del Arte Americano I
Profesor: Ricardo González
Comisión: Agustina Rodríguez Romero
Curso Lectivo: 2015 - Primer cuatrimestre
Fecha de Entrega: 1 de Julio de 2015
Análisis inicial
Entendemos que la principal función de los retablos y su razón es el
ordenamiento y la jerarquización de programas iconográficos, cuyas imágenes
servían de escena y de objeto de culto a las prácticas devocionales y litúrgicas. En
la relación estructural entre imágenes e historia, el retablo es el espacio en que la
palabra, la reflexión y la predicación tenían lugar.
En un primer momento, es imprescindible organizar y ordenar las imágenes que
se encontraron, clasificándolas según su representación iconográfica. Además de
ello, profundizar en los significados que representan para determinar sus
interrelaciones entre las imágenes y poder delimitar el tema del retablo, ya que no
podemos utilizar la observación de las imágenes para asociarlas por tamaño,
estilo, taller u otro dato presente en la propia imagen. En un primer momento
trataremos todas las imágenes encontradas de la misma manera, como
conceptos, para intentar una jerarquía interna dentro del retablo.
De las esculturas, un primer acercamiento supone un agrupamiento de los
distintos personajes representados. Por un lado aparecen los cuatro doctores y
padres de la iglesia:
San Ambrosio de Milán (340-397), primer cristiano en conseguir que se
reconociera el poder de la Iglesia por encima de la del Estado;
San Jerónimo de Estridón (346-420), autor de la traducción de la Biblia al
latín conocida como Vulgata;
San Agustín de Hipona (354-430), teólogo, autor de La ciudad de Dios y
de Comentarios a las Sagradas Escrituras;
San Gregorio Magno (540-604), quien evangelizó a los bárbaros, reformó
las costumbres y renovó el canto eclesiástico.
Y por último dos imágenes que vinculamos con el ideal de “iglesia militante”
propio del barroco:
San Miguel Arcángel, protector de la Iglesia y considerado abogado del
pueblo elegido de Dios,
y San Jorge de Capadocia, soldado romano, mártir y santo patrono de la
corona de Aragón.
1
Cristóbal Belda Navarro, “Metodología para el estudio del retablo barroco”, en IMAFRONTEN, n°
12-13, 1998 P12.
de los postulados del Concilio de Trento, se desarrolla un “interés por la claridad,
la unidad del discurso y la moderación ornamental, tanto en la retóricas como en la
retablística”.2
Cabe mencionar, que la retórica es en la organización de las imágenes de los
retablos. La teoría que respalda la prédica formulada por las Art’s Praedicandi 3,
libros en los que se organiza la estructura teórica de los sermones, siguiendo el
esquema de la retórica antigua. Además, se planteaba que ésta consistía en un
medio de persuasión para los oyentes y un plan ordenado en diferentes partes
jerarquizada visualmente. Es decir, que hay en los retablos una preocupación por
la forma y por la organización. En el caso de este retablo, suponemos que
desarrollaría la forma de panel horizontal integrado por filas de personajes
situados a los lados de una imagen principal.
Estimamos, por lo mencionado, que las piezas encontradas deberían
organizarse dentro de una grilla renacentista, con una decoración arquitectónica
limitada al leguaje clásico y la superposición de órdenes y con una ornamentación
simple, características del estilo plateresco. De este período podemos mencionar
retablos como el retablo mayor de San Bernardino de Siena en Xochimilco, México
(1540-1561), el retablo mayor de la Basílica de El Escorial diseñado por Juan de
Herrera (1583-1586) y el retablo mayor del templo franciscano de San Miguel
Arcángel en Huejotzingo, Puebla (1584-1586), todos ellos con columnas clásicas,
la decoración se limita a puntos esenciales, no cubriendo todos los espacios,
entablamentos en forma, generalmente rectos. Elegimos estos retablos como
referencia ya que ambos combinan imágenes escultóricas con escenas pintadas.
San Miguel
San Jorge
Arcángel
Resurrecció
n
San Ambrosio
San Agustín
Inmaculada
Concepción
San Jerónimo
San Gregorio
Magdalena
Egipcíaca
Sta. Ma.
Sta. Ma.
Magno
Tema sin
Circuncisión Asunción
Identificar
(Sotabanco)
7
Aurelio de Santos Otero, op. Cit, , p XXX.
virginidad de María, que tuvieron que defender con ahínco desde los primeros
siglos. Para san Ambrosio, el modelo por antonomasia de quienes consagran su
virginidad a Cristo es María.
La imagen de San Miguel, vencedor de Satanás y defensor de la cristiandad,
fue uno de los santos más venerado por los españoles en Nueva España. Su
imagen se relacionaba con las campañas militares y de conquista en las Indias y
representaba el triunfo de la civilización y la religión sobre los infieles. Por otro
lado, San Jorge de Capadocia era el caballero de la madre de Dios, María,
equivalente en la tierra de San Miguel Arcángel. Por este motivo suponemos que
ambos, en articulación con la iconografía de la Inmaculada sobre el dragón
apocalíptico, se ven vinculados iconográficamente (las 3 imágenes sobre el
monstruo, demonio o dragón) así como simbólicamente (el triunfo de la religión
sobre el mal).
En relación con las escenas narrativas de las pinturas, son múltiples las fuentes
tanto documentales como visuales que se encuentran disponibles en el siglo XVI.
Pretendemos hacer una aproximación a los significados más interesantes de
dichos eventos en relación a su utilización en la América Prehispánica. Esta
suposición está articulada, primeramente con la utilización del motivo de la
Circuición de Jesús en México. La escena se basa en un fragmento del evangelio
de San Lucas.
En un trabajo comparativo sobre los temas iconográficos en los retablos
mexicanos del siglo XVI, James Kiracofe analiza los motivos más utilizados y sus
posibles implicancias. Menciona que, para el caso de la circuncisión, “the possible
importance attached to this theme by 16th-century friars may have had to do with
the notions of purification and inclusion of gentiles.” 8 Esto, sumado a que este
motivo está presente en, al menos cuatro retablos mayores de Nueva España, nos
permite introducir la posibilidad de que se trate de un retablo con ese origen.
Sumado a ello, el tema de la circuncisión no sólo remite a la purificación de las
almas, sino también es considerada como anticipadora de la pasión, ya que se
trata de la primera efusión de sangre de Cristo, debido a que las cuatro efusiones
8
James B. Kiracofe, “Toward Reconstructing The Lost Retablo Of Teposcolula”, inédito, 1995, s/p.
Disponible online: http://interamericaninstitute.org/new_page_4.htm [consulta junio 2015]
posteriores están vinculadas con la Pasión: el Cáliz del huerto de los olivos, la
flagelación, la crucifixión y la lanza de Longinos. 9 De este modo, la circuncisión es
premonitoria de la crucifixión, y supone la incorporación de Jesús a la Antigua
Alianza.
Este mismo autor analiza otros episodios tradicionalmente representados en
México. Con respecto a la Anunciación, reconoce su importancia ya que “it tells
how the miracle of Virgin Birth occurred, and how this direct divine intervention was
related to Mary (…) emphasizes the importance of Mary as chosen by God to bear
the Savior of mankind.”10 Este episodio bíblico es el primer indicio de la santidad
de María, su elección por Dios.
La adoración de los reyes, sería importante en el México virreinal dado que este
autor encuentra asociable la imagen de los Magos de Oriente, figuras humanas
con carnaciones oscuras y vestidas con atuendos coloridos y ostentosas joyas,
con la imagen de los caciques Mixtecas. Es interesante pensar como esta imagen,
o la de María Egipcíaca, mujer muy quemada por el sol y desnuda, cubierta por su
cabello, o por un simple manto, pudieron funcionar en las iglesias americanas
coloniales. 11
Juan es testigo de la Asunción de la Virgen, así como el supuesto autor del
texto apócrifo que narra el suceso. En este relato se menciona una imagen que se
repetirá en el Apocalipsis, el de la mujer, esta vez directamente asociado a María,
pisando la cabeza de Satanás, elemento que se retoma en la iconografía de la
Inmaculada. Otro dato de interés es que el féretro con el cuerpo de María fue
trasladado desde su casa al sepulcro por dos apóstoles: Pedro y Pablo. Además,
el Arcángel Miguel, jefe de los ejércitos celestes, es el encargado de trasladar el
alma de María desde el cielo en el momento de su resurrección. 12 En relación con
este texto, san Jerónimo confirma su condición apócrifa, con excepción de nueve
consideraciones verdaderas, entre las que se haya la muerte indolora, la
presencia de los apóstoles y la asunción en cuerpo y alma. Esto último fue
reforzado por San Agustín.
9
Santiago de la Vorágine, Op. Cit. pp. 85-91.
10
James B. Kiracofe. Op. Cit., s/p
11
Ibídem. , s/p
12
Santiago de la Vorágine, Op. Cit. pp. 477-498
En este caso, tenemos una imagen que no está identificada iconográficamente,.
Sobre los temas de las pinturas en los retablos, es común encontrar inventarios de
esa época que señalen el número de pinturas pero no siempre se identifican sus
temas. Así lo señala Clara Barguellino, donde las esculturas suelen estar
claramente identificadas, per “es muy diferente en el caso de las pinturas, las
cuales sólo se describen por su tamaño y número. Con pocas excepciones, el
tema de un cuadro se identifica solo cuando constituye la imagen principal de un
retablo o cuando se encuentra en la sacristía.13
El desarrollo anterior no pretendía ser extensivo ni absoluto, sino dar un
pantallazo de las cuestiones simbólicas en torno a los personajes y las escenas
del retablo. Con dichas ideas se puede aproximar el sentido general del retablo, o
al menos como se ordenan los distintos niveles de lectura en torno al que
consideramos el tema principal. Incorporamos, además, algunos elementos de
apelación a los distintos sectores de la Iglesia española en América porque “el arte
barroco es un arte dirigido a la totalidad de la sociedad, sus fines pedagógicos,
tienden a educar tanto la religiosidad popular como las altas esferas nobiliarias”. 14
13
Barguellini Clara, “Escultura y retablos coloniales en la ciudad de Durango”, en Anales del
Instituto de Investigaciones Estéticas, n° 59, México, UNAM, ILE, 1989, p. 156.
14
María Concepción Bonet Blanco, “El retablo barroco, escenografía e imagen”, en: Francisco
Javier Campos y Fernández de Sevilla (coord.) El Monasterio del Escorial y la pintura: actas del
Simposium, 2001, p. 626
ascienda desde la zona humana a las ideas más complejas y trascendentales de
la cristiandad.
El desarrollo está estructurado en la Virgen. El dogma de la inmaculada puede
leerse como el resumen del mismo, ya que la compleja iconografía de esta imagen
incluye las múltiples consideraciones en torno a María, desde su origen milagroso
hasta su destino triunfante sobre Satanás.
En cuanto a los temas secundarios que se incluyen podemos mencionar: en el
banco la base de la iglesia, su origen y difusión primera con los apóstoles, Andrés
como el primero, Pedro como príncipe, Santiago, Mayor como España y la victoria
sobre los infieles, Pablo como conversor de los gentiles. Además se incluyen las
mujeres piadosas, María Magdalena, discípula de Cristo, y María Egipcíaca,
penitente y asceta. Estas imágenes, están en el cuerpo superior, pero vinculadas
con los apóstoles, en cuanto a ejemplos de vida según los mandamientos de
Jesús. En ambos casos la referencia indirecta hacia la vida casta y pura como
medio de salvación es evidente y está en lo mencionado anteriormente. Estas
imágenes se articulan con las escenas de la anunciación, milagro que evidencia la
virginidad de María, y la adoración de los magos, como la prueba del nacimiento
del redentor.
En el centro decidimos colocar la escena de la que no conocemos el motivo
iconográfico. Como hipótesis podemos supones que se trata del milagro de las
Bodas de Caná (Jn 2:1-11). Es en este episodio, el primero milagro realizado
públicamente por Jesús, en que por pedido de María, convierte el agua en vino.
Este motivo, elegido por nosotros, está vinculando el sagrario, colocado en el
banco con la función de María como intermediaria de los hombres y madre de
Dios, representada en el cuerpo superior. Además de ello, la importancia del
misterio de la Eucaristía como tema principal del período pos Trento justificaría su
presencia.
Entre el primer y segundo cuerpo, los padres de la iglesia latina, los más
fervientes defensores de los cultos marianos, de su origen milagroso y su destino
santo, acompañando las escenas de la con la asunción en cuerpo y alma de la
madre de Jesús, y la circuición de Cristo. En el segundo cuerpo, Juan evangelista
se asocia con la asunción, y san Juan Bautista con la circuición, de la misma
manera que desarrolla un papel fundamental en la vida de la virgen. En este
cuerpo de
En el tercer y último cuerpo, también puede ser pensado como un ático, la
resurrección de Cristo, tema fundamental de la doctrina cristiana, promesa de
salvación de la humanidad, y fundamento del cual la virgen es originadora.
Flanqueando esa escena, la victoria y salvación representada en Miguel Arcángel
y san Jorge nos lleva al remate, Dios Eterno.
Consideraciones finales
Como corolario de este trabajo, pretendemos marcar algunas reflexiones en
torno al trabajo realizado. En primer lugar, si bien podemos articular
conceptualmente un retablo, en el que los conceptos que representan las
imágenes puedan ser “leídos”, “interpretados” o simplemente “vistos”, nos es
imposible confirmar nuestra hipótesis sin las imágenes propiamente dichas, de las
que no tenemos información sobre su materialidad, su ubicación actual, su uso
concreto, sus lenguajes, y otras cosas.
Por otra parte, debemos marcar algo que pueda parecer contradictorio, aunque
nosotros no lo veamos así. Por un lado se habla de retablos “platerescos”, que
según la tradición de la historia del arte en España estarían directamente
vinculadas con el Renacimiento. Por el otro elegimos hablar de problemas
“barrocos” vinculados a este retablo, ya que el barroco no es exclusivamente un
estilo artístico sino que supone un planteo social y cultural de una sociedad, del
cual el Concilio de Trento puede ser considerado como su inicio. De esta manera
entendemos que los retablos del período analizado desarrollan temas y
simbologías vinculadas con el ideal barroco, pero a través de un leguaje plástico
de tradición ligada al clasicismo.
Por último, y como aclaración a lo expuesto anteriormente, pensamos que el
problema de los retablos en este período específico se debe a la complejidad que
estos objetos poseen:
En tanto que espectáculo, fachadas, retablos y sermones alcanzaban a
un público muy amplio. El sabedor y erudito captaba todas las sutilezas
iconográficas y retóricas (incluidas las largas citas en latín). En el otro
extremo, los ignaros se quedaban con el portento visual y el pasmo
ante las imágenes danzantes o sangrantes, o bien con algunas pocas
ideas capitales y con la sonoridad imaginamos que sabiamente
modulada de la voz. Pero también para ellos funcionaban retablo y
sermón y en su aspecto hermético e inalcanzable resultaban admirados
y por lo tanto confirmados ante tanta grandeza. Que el barroco, en lo
plástico como en lo literario, supo casi siempre tener más de un nivel
de lectura válido.18
18
Jorge Alberto Manrique, “Retórica y Barroco”, en Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad,
Zamora, Colegio de Michoacán, n° 57, 1994. Pp. 91-92
Bibliografía