de niños en vueltos en páginas mirando el tiempo correr, buscando un refugio, tirando de cuerdas que no traen nada.
Ángeles y serafines vagando en la ciudad,
racionando el pan, doblando sus medias. Un hombre los mira y no hace nada.
Nuestra vida, nuestra vergüenza, nuestros lujos y temores al ver llorar a ese niño en la calle, se apaga la luz de una estrella, una falta de sentido insoportable.
Mientras tanto la bolsa, los medios,
las reuniones, los congresos, portafolios, decisiones, convenciones sin remedios ¿Cuánto más llevar llevará comprender esta urgencia, mi amor?
Donde estás tú, quiero estar yo
Te haré un collar con tapitas, mi amor. Trepando los techos, veremos la Luna
Derrocharemos el vino y el pan.
Sólo tu y yo, que es la felicidad Dejar pasar aquello que duele La gente nos mira bailar y desaparecer...