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Bol, Mus, Nac, Hist, Nut, Chile 34: 68 - 68 1975 Informe sobre la e: Dexet ity twee Genin (Ar 'da ) Las sois provinelas surefias de nuestro pais (Bio-Bio, Malleco, Arauco, Caulin, Valdivia y Osorno), que en Ia actualidad albergan el ma- yor mitelee de indigenas, estimado en 326 rll mapuehes (SAAVEDRA 1971: 30), son casi des- ‘conocldas desde el punto de vista arquectégico, A principlos de este sigio se realizaron al- gunes investigaclones antropoligicas, etnolégi- cas y arqueolégieas (GUEVARA 1903, 1916, 1025; LATCHAM 1904, 1918, 1923, 1924," 1926a, 10286; AMBERGA 1913) con miras a establecer cl origen del pueblo mapuche. sin embargo, la falta de excavaciones sisteméticas on sitios con estratos culturales diferenciables no per- niite la aeeptacién sin reservas do Ins teorias elaboradas. Bn aiios mis reelentes prosigule- ron los trabajos de campo con métodos mas nmiodernos (BULLOCK 1058; MENGHIN 1962; CALVO 1964; BERDICHEWSKY 1968; SEGUEL 1988; VAN DE MAELE 1908; GORDON, MA-~ DRID, MONLEON 1071; RAIMOND M. 8). Las excavaciones on Ios cementerios de Pitrén y Huitrag, complementadas con el estudio de colecciones particulares, permitieron a MEN- GHIN (1962: 50) claborar un esquema provi- sional del desarrollo eronolégico ¥ corolégico de Ia regidn, ravacién de una sepultura en Loncoche, Chile. Améarco Gono * Debido a esia lamentable falta de investiga clones, hemos. realizado reconocimientos de sitlos arqueoldgieos; recoleceién en. sunerficies de fragmentos de alfarexia y material litic, Durante cineo temporadas nes hemos dedica- 0 a Ia exeavacion de un cementerio indigena ‘on Gorbea (sitio GO-8), con el patrocinio del ‘Museo Nacional de Historia Natural de Santin~ 0, Hemos presentado un Informe Preliminar de los resultados de este estudio al VI Congre= 80 de Arqueologia Chilena (octubre de 1971, Santiago) Dentro del marco de estas investigaciones, 1 yacimlento de Loncoche permitiré eorrela- cionar su contexte con el de Gorbea, como también con los cementerios de Lican Ray (CALVO 1064), Huitrag (MENGHIN 1982) y de Pulle (VAN DE MAELE 1968). De esta manera sera posible detectar proba- bles similitudes o divergencias, influencias y aifusiones culturales, contactes ecanémteos, fete, Ademas, 1a clasifieasion tipalégiea de los ‘monumentos (cementerlos) y de las reliqulas {alfareria, objetos de metal) permitira com- plementar las secuencias culturales estableci- as tentativamente por el profesor MENGHIN y encuadrarlas en una cronologia relativa, mientras no contemos con fechas absolutas obtenidas mediante el método de radiocarho- no (C14). | b t | | be k | | os BOLETIN DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL HISTORIA DEL HALLAZGO En forma easual tuvimos conoeimiento de que unos operarios, al cavar Tos cimientos de tuna construccién en Ia ciudad de Loncoche (a9° 29° lat. 8, 729 38” long. W.), habian en- contrado algunas vasijas. De inmediato nos firigimos al lugar para conocer el hallasgo. Lamentablemente, gran mimero de Ja alfare- ria habia sido rellrada y repartida entre los propios operarios. Sin embargo, el jefe de la obra, reconociendo el valor cientifico de las reliquias, aleanzS a salvar tres tinajas, dos antares decoradss, uno con dibujos de color pardo-negruzco y el otro con incrustaciones de particulas de loza europea, y una olla ne- gre tiznada, Ademés, guardé los fragmentos fe un aro de cobre con pelo humano adne- ido, ‘Después de explicaries In Importancia de todo hallazgo arqueologico, su significado co- ‘mo documento que permite reconstruir el pasedo historieo-cultural de la regién, ¥, en special, del pueblo mapuche, encargamos a os operarios que, al presentarse en el curso de los trabajes cualquier objeto “curios0”, 10 @ejaran en su lugar y nos avisaran oportt- namente. Regresamos al sitio después de algunos dies. En el intervalo se abrid una zanja para 1a coloeacién de tubos de aleantariliado. En et fondo de ésta. aparecié la boca de una vasile que, afortunadamente, permanecié “in situ”, LA EXCAVACION ‘A pesar de las malas condiciones climati- eas de la época, decidimos realizar una ex- cavaciGn de salvamento. Para exeavar, nos gulamos por el color de la tierra vegetal que formaba el relleno de la sepultura. Su con- sistencla blanda y suelta nos permitié dis- tinguirla de Ia tlerra circundante, no romo- vida, més dura y de diferente composicién. Difieultaron Ja excavactin las numerosas rai es y raieillas de los arboles que preferente- mente erecieron hacia esta tierra mas suetta, LA SEPULTURA La fosa, orlentada en direccién NE. hacia 1 Volean’Villarriea, en su largo y ancho so repasaba el espacio destinado al cadaver y 8 su ajuar funerarlo, que se hallaron a 126 centimetros de profundidad desde Ia super~ fete dol terreno. ‘Eneontramos un total de nueve vasijas: cuatro jarros y dos cantaros decorados, dos céntaros con engobo rojo y una olla tiznada, Detras de la olla se encontraron algunos hue- 0, todavia no identificados (fig. 1, N° 11), os que tambien formaban parte de Ta ofren- da, Ademés habia on la sepultura un canto rodado y algunos feagmentos de alfareria, Las vasijas estaban eolocadas de tal manera que formaban 10s tzes lados de un rectangulo ig. 1. En lo sepultura no se hallaron osamentas humanas que hubleran Indieado 1a posicién del cadéver, Sin embargo, por otras excava~ clones de 1a regién, sabemos que era costum= bre enterrar a los difuntos en postcion exten- aida (decabito dorsal). Otro hecho observa Qo fue la ausencia de restos de madera ‘descompuesta, testimonio del uso de algin tipo de atatid, tablon 0 tronco ahuecado, DESCRIPCION DE LA ALFARERIA Las vasijas pueden ser clasifieadas en tres grupos principales, de acuerdo con el trata fmiento de sus superficles. A su voz, uno de éstos puede subdividirse debido a la diferen- cia tipolégica de la decoracton. 1) Loneoche decorado, fa) pintado y dibujado, Bilarros; NO 1, 3, 4 ) aibujado. 2 edntaros; NO 5, 6. 1 Jarmo; NP 9, 2) Loncoehe engobe rojo. 2 cintaros; N° 7, 8. 3) Loncoche corriente. Yolla; NP 2 1 a) Loneoche decorado: pintado y dibujado. (Cuadro 1). Conoeldo bajo Ia denominacién: ceramica tipo “Valdivia”, Método de manufactura: en- rollamiento; Ies uniones entre rollos estan flisadas y borradas. El antiplastico consiste fen pequeiias particulas de cuarzo y mica, que no aleanzan a 1 mm.; su distribucton es irre- gular. La textura de la pasta es compacta en os ejemplares 1 y 3, laminar en el N° 4, BL color de la pasta es rojo ladrillo en la parte exlerior e interlor del niicleo grisiceo, ‘EL N® 4 ostenta una gran mancha negra, de- ida a la deficiente cocclin. La superficie ex- terior y el interior del cuello estan alisados ¥ recubiertos con una capa de pasta de color amarillo anaranjado, Color de la pintura, to- Ja Para formas, motivos, etc., ver Figs. 2,3 ¥ 4. Ip 8 8 8 ALTURAS Total Cuerpo Cuetlo Asa Diémetro DIAMETE Base ‘Miximo Cuello Boca ESPESOT Pared 1b) Lon ‘Tambit via", Mal Jas unio borradas do tama taba con pasta es 0, La su diante u Los dibu rnogruzea 5,897, 2) Lonee Métode uniones borrada: Inja telt aisteibur aparece superfic ta varia aoficien servar 1 Jn espa 3) Lone Mant rollami bien be nos de etm ‘A NATURAL - olla tiznada, algunos hue- ae. 1, NP 11), de Ia ofren- tra an canto alfareria, Las U manera que nn reetingulo on. osamentas 2 Ia posicldn otras excava: + era costum= ssiolon exten ‘cho observa do madera ‘so de algin hhuecade. RIA vadas en tres son el trata vez, uno de a ln diferen- > ¥ dibujado. ‘mn: cerémiea Mactura: en rollos estin :tieo consiste 'y mia, que tclon es irre- compacta en LN? 4, EL en Ia parte eco. 2a negra, de- uupertieie ex- .m alisados y sta de color pintura, ro- Figs. 2,3 y 4 CUADRO 1 Medidas, en mm., de las vasijas encontradas en la Sepultura de Loncoche. Anventaro ar ALTURAS, Total 283 206 tas ‘cuerpo 195 tet 190 Cuello B45 0s, Asa 195 130173 Diametro mayor 2 10 DIAMETROS Base 90 100 108 ‘Méximo 25 100 Cuello m3 Ms 139 Boca, 150186162 ESPESORES Pared alg Ge Oe ee 1) Loncoche decorado: dibujado. ‘También denominada cerémica tipo “Valdl- Via". Método de manufactura: enrollamiento; Jas uniones entre los rolios estin alisadas 7 borradas. El antiplistico de mica poco denso, de tamafio menor a 1 mm., posiblemente es- taba contenido en 1a greda’ La textura de la asta es compacta, su color es blaneo cremo- 50, La superficte esti alisada y reeubierta m Glante una delgada capa blanea amarillenta Los dibujos se cjecutaron con pintura parda negruzca. (Formas, decoracién, ete, ver Figs. 5.6 y 7) 2) Loncoche engobe rojo, pulido Método de manufactura: enrollamiento; las tuntones entre los rolios estan blen alisadas y bormadas. El antiplastico consiste en pledra Jaja triturada de hasta 2 mm, de tamafo; su Gistribucién es ircegular y densa; ent el NOT aparece en Ia superficie, Tratamiento de la superficie: engobada y pullda, FI NP 7 presen- ta varias manchas de color negro, debido a Is Aeticiente coccién. En el NP 8 se pueden ob- servar las estrins dejadas en Ia superficie por In espétula alisadora, (Figs, 8 y 9) 3) Loncoche corriente Manufacturado mediante ei método de en- rollamiento; las uniones no estén siempre ‘bien borradas, HI desgrasante consiste en gra nos de cuarzo ¥ particulas de mlea de menos de 1 mm, de tamafio; su distribueton es irre- 2B 100 Imesh tts wo 7% 9 7% a2 165 ee 5887] 8, ie 404g 5 220105112, 20 ak 06 mo eww 15000-7888’ 00 105 ‘ular, poco densa. La pasta es densa, de color Pardo oscuro con niicleo negro-griséeeo, La superficie irregularmente alisada es de color pardo oscuro en el exterior y mas elaro en el Interior. En ambos lados se denotan las es- ‘vias dejadas por el alisador. En el interior resallan los remaches de las asas. (Forma y detalles, ver Fig. 10.) COSTUMBRES FUNERARIAS La observacién del ajuar, su eolocaetin or- denada y otras particularidades relativas a 10 ‘mismo permiten reconocer dos partes del ri- tual de sepultacién: una, la colocaeién de las ofrendas, y otra, Ia fractura intencionada de objetos de uso personal del difunto, Coloenetén de ofrendas La costumbre de premunir al muerto eon comida y bebida es ampliamente difundida entre Ia poblacién indigena del continente. La mencionan log cronistas y Ia condenan los Padres Catequistas, Sin embargo, y a pesar de todo, Ia tradicién persiste en algunas regio nes hasta nuestros dias, Bi capitan Franciseo Pineda y Basewhiin eseribe el ceremonial de inhumacién del hijo de un cacique, al cual asistié durante su eau- tiverio feliz entze las mapuches de In region le Repocura, en las eoreanias de Cholehol, en cl afo 1629. Su relato es el siguiente: todos los eaciques brindaron al muerto mitichacho, ¥ eada uno Ie puso un Jarro peque- fo a Ia cabecera; y su padre, el cantarillo que Hevaba; Ia madre, su olla de papas, otro ean taro de chicha y un asador de carne de oveja 66 de la tierra, (Habla olvidado decir que ta le- yaron en medio de 1a procestén y la mataron, antes de enterrar al difunto sobre el hoyo he- cho para el efecto.) Sus hermanos y parientes te fueron ofreciendo los unos piatillos de bo- Hos de maiz, otros le ponian tortillas, otros mote, pescado y aj}, ¥ otras cosas a este mo- fo.” (BASCUNAN en GONZALEZ, 1967:164) ‘Ateniéndonos a Jo relatado por BASCUNAN, podemos suponer que de las vasijas halladas en Ie sepultura, unas serian regalos y otras perteneneias perticulares del difunto. Entre Sstas catalogariamos “su olla” y “su cantari- Wo”, De las demas ofrendas de comida éélo encontramos algunos huesos, como dijimos, atin no identificados. Fractura intencional observada en vasijas De Ing nueve vasijas del ajuar, siete no de~ mostraban dafio alguno, salvo el eausado por Ia pala del operario que descubris 1a tumba, ¥ por la erosién en Ia parte infertor. No obs- tante, nos Uamaron 1a atencidn las fractures observadas en el borde del cuello de 1a olla, como en el de uno de los jarros decorados (ve 4). Este también denotaba una fracture ‘en: su cuerpo, Los fragmentos desprendidos de los pordes sparecicron en sus interlores, al vaclar la tierra que los Menaba. ‘Observando las superficies de las fracturas se advierte que la percusion no se hizo hacia fl interior de Ine vasijas, sino en direccién contraria (un fragmento del jarro se encontrs fa su lado exterior), De esta observacion se deduce que ambas vasijas fueron fracturadas intencionalmente una vez colocadas en I. se- pultura, al lado del difunto, y que los frag- mentos desprendides fueron recogidos y pues~ tas en el interior de los respectivos recipien- tes. Para la ejecuclén de la fractura habria servido la pledra redada peroutida que se ha~ 16 cerea del jatro fracturado (Fig. 1 N® 10) ‘Lamentablemente, nuestros conoclmientos de Ias précticas migico-religiosas de la po- lacion indigena son muy pobres. La realiza- clon de estudios de campo es, pues, una ta- rea urgente. LATCHAM estudi6 las creencias religiosas y Jas costumbres funerarias de los indigonas de nuestra region, y con vespecto a la frac- tura ritual, dice: “,.,existen algunos pueblos que se empefiaban en dar toda clase de fa- cilidades al anima para su libre transito y no temian su proximidad. No faltaban Ios que crefan que cl espiritu, bajo ciertas condicio~ nes, no podia escapar del cuerpo y esto originé fa costumbre de la trepanacién post-mortem, Esta idea se hacia extensiva a los objetos ¥ ‘encontramos en muchas partes la practica de quebrar o perforar (trepanar) los objetos en- BOLETIN DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL terrados con los muertos para que pueda es- capar su anima” (LATCHAM 1916:15). ‘MOSTNY (1967:141), a su vez, relaciona 1a fractura ritual de los objetos de que se servia, el difunto durante su vida, con el nuevo es= tado de existencia que asume el muerto ¥ para que pudiera hacer uso de su olla, de su eantaro, habia que “matarlo”. En el curso de nuestras excavaciones en el cementerio indigena de la cercana localidad de Gorbea, hemos encontrado repetidas veces testimonlo de esta practice ritual Estatura y edad del difunto Aunque no hallamos ningin objeto que pu- diera servimos de dato indlcativo referente a la edad, sexo y posicién social de la persona cuya sepultura excavamos, trataremos de es- tablecerlo hipotéticamente. Partiendo del hecho de que el cadaver yacia ‘on posieion extendida, en el espacio delimita- do por los farros 1 y 9, los que se halla~ ban detrés de su cabecera y a sus ples, res- pectivamente, sa estatura no podia exceder 1a Gistancia entre estos objetos, que era de 133 centimetros, S| descontamos unos centimetros, se deduce que su estatura fluctuaba alrededor de los 130 centimetros. Ahora bien, esta al- tura corporal corresponde a una persona ado- lescente de 14 a 16 afos de edad, sexo Por otra parte, 1a ausencia de adornos per- sonales femeninos, tales como aros, collares, Chaguiras, tupus o alfileres para sujetar 1a ropa, 0 de un artefacto, como una tortera, que usaban las personas de sexo femenino para hilar lana, desde temprana edad, puede levarnos a suponer que se trata. de una per- sona de sexo masculino, Confirmaria esta su- posicién 1a gran cantidad de jarros y cénta~ tos destinados a bebldas fermentadas. Posicién social Por tratarse de una sola sepultura, no exis~ te todavia la posibilidad de comparar el ajuar con el de otras tumbas del mismo contexto, ‘Sin embargo, creemos que, atendiendo al ajusr sonsistente en nueve vastjas, de las cuales seis son decoradas, se trata de un ajuar excepcio- nalmente abundante y rico. ¥ si tomamos en cuenta la supuesta corta edad del difunte, fentonees habré que suponer que 1a abundan- tla de ofrendas funerarias se debe a la ele~ ‘vada posicién social que oeupd su famille den- ATURAL eda es- 3). aciona la se servia evo es- uerto ¥ Ja, de su aes en el Tocalidad ins veces persona, 1s de ce- ver yacla, 4elimita- © halla sles, res- seeder Ia a de 133 timetros, Urededor esta al- ona ado- nos per= collares, eter la tortera, emenino 4, puede ana per- esta su- + efnta- 10 exts- el ajuar ontexto, al ajuar aes sels ccepco- ‘mos en difunte, vundan- Ia ele- ia den- 8 BOLBTIN DEL MUSEO NACIONAL D& HISTORIA NATURAL tro de Ia comunidad indigena. Probablemente era ol hijo de un jefe, de un cacique de cierta consideraetén, Cronologia COdjetos altoreros’decorados con sdénticos ‘motives han sido encontrados por KURT MO- LLENHAUER cerca do Ja decembocadura det lo Huanehue, en el lego Panguipull, #1 pro~ fesor MENGHIN (1982:38) estudl6 estas reli- dulas y las adscriblo a la cultura neo-arauea- tha, fase Valdiviense, que a su vex corresponde fal estadio socio-cultural de los cacicazgos de BERDICHEWSKY (1911:111) ‘Los sitios arqueclégicos Lican Ray (CALVO, 1904) y Gorbea, stip GO. (GORDON y otras, BIBLIOGRAFIA OPaa" Einar y Geoptain: 316) Bantlans ie eae ‘Gonos ae Che ore naar hilenn Dp compo saeco vena orton Tot Neiee‘on the physiut charters of the 1971) ge integran a este mismo horlzonte eul~ tural, ubieado por MENGHIN, tentativamente, entre lor afios 1550 2 150 4. C. ‘A nuestro julelo, sin embargo, considerames ‘que Ia sepultura’ doserita pertenece a una Epoea mas reciente, posiblemente al principio ‘det glo XIX. ‘Los resultados de futuras.tnvestigaciones precisarin la ubloaeién cronoldgicn de los ya flmientat meneionados anteriormente concnuston Rosumlendo, podemos declarar que se trata de In fepultura de un adolescente de alrededor de 1 afios de edad, hijo de un cacique, que {allecié prineiplos del siglo pasado. cana es, tthe sea rghit ene cao. Sos Ion 7 THE Gol asiosmuptges, tae “Ate r Seer oon aval do Chie j

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