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República bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación universitaria

Universidad Rafael Urdaneta

Facultad de ciencias políticas y sociales

Escuela de psicología

Cátedra: Ecología

Prof. Bla bla bla

E
cología

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Maracaibo, mayo del 2018

Integrantes
Nombre y Apellido C.I
Aranza Molero 29505686

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Esquema

I. ¿Cómo se cultiva la papa?

II. ¿Cómo es la semilla de la papa?

III. ¿Es posible cultivar la papa en el espacio?

IV. ¿Cuáles son las limitaciones del viaje espacial?

V. Proyecto Biosfera II

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Introducción

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Desarrollo

I. ¿Cómo se cultiva la papa?

La papa se cultiva en más de 100 países, en clima templado, subtropical y tropical.


Es esencialmente un "cultivo de clima templado", para cuya producción la
temperatura representa el límite principal: las temperaturas inferiores a 10° C y
superiores a 30° inhiben decididamente el desarrollo del tubérculo, mientras que la
mejor producción ocurre donde la temperatura diaria se mantiene en promedio de
18° a 20° C.

Por ese motivo la papa se siembra a principios de la primavera en las zonas


templadas y a fines del invierno en las regiones más cálidas, y en los lugares de
clima tropical caliente se cultiva durante los meses más frescos del año. En
algunas tierras altas subtropicales, las temperaturas benignas y la elevada
radiación solar permite a los agricultores cultivar la papa todo el año, y cosechar
los tubérculos a los 90 días de haberlos sembrado (en climas más fríos, como en
el norte de Europa, pueden ser necesarios hasta 150 días).

La papa es una planta que tiene una gran capacidad de adaptación y se da bien
sin que el suelo ni las condiciones de cultivo sean ideales. Sin embargo, también
es víctima de una serie de plagas y enfermedades. Para prevenir la acumulación
de patógenos en el suelo los agricultores evitan cultivar papas en las mismas
tierras todos los años. En cambio, rotan los cultivos en ciclos de tres o más años,
alternando por ejemplo con maíz, frijoles y alfalfa. Se evita producir otros cultivos
vulnerables a los mismos patógenos de la papa –como el tomate– a fin de
interrumpir el ciclo de desarrollo de las plagas.

Con buenas prácticas agrícolas, incluida la irrigación cuando sea necesaria, una
hectárea de papas en las regiones templadas del norte de Europa y de América
del Norte, puede producir más de 40 toneladas de tubérculos frescos a cuatro
meses de la siembra. Sin embargo, casi en todos los países desarrollados la
producción promedio es mucho más baja, desde escasas 5 hasta 25 toneladas,
debido a la falta de semillas de buena calidad y de cultivares mejorados, a un uso
inferior de fertilizantes e irrigación, y a problemas de plagas y enfermedades.

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El suelo y la preparación de la tierra

Las papas pueden crecer casi en todos los tipos de suelos, salvo donde son
salinos o alcalinos. Los suelos naturalmente suelos, que ofrecen menos
resistencia al crecimiento de los tubérculos, son los más convenientes, y los
suelos arcillosos o de arena con arcilla y abundante materia orgánica, con buen
drenaje y ventilación, son los mejores. Se considera ideal un pH de 5,2 a 6,4 en el
suelo.

El cultivo de papas requiere una gran preparación del suelo. Es necesario rastrillar
el suelo hasta eliminar todas las raíces de la maleza. Por lo general es necesario
arar tres veces, rastrillar con frecuencia y aplicar el rodillo, para que el suelo
adquiera la condición adecuada: suave, bien drenado y bien ventilado.

La siembra

Por lo general no se lleva a cabo con semillas, sino con "papas semillas", que son
pequeños tubérculos o fragmentos de éstos, los cuales se introducen a una
profundidad de 5 a 10 centímetros en la tierra. La pureza de los cultivares y la
salud de los tubérculos semilla son esenciales para obtener una buena cosecha.
El tubérculo semilla debe estar libre de enfermedades, tener buenos brotes y
pesar de 30 a 40 gr. El uso de semilla comercial de buena calidad puede aumentar
la producción del 30 % al 50 %, en comparación con la semilla del agricultor, pero
las ganancias previstas deben compensar el costo más elevado.

La densidad de cada hilera de papas depende del tamaño de los tubérculos, y el


espacio entre las hileras (véae abajo) debe permitir el aporque del cultivo. Por lo
general se siembran unas dos toneladas de papas semillas por hectárea. En las
zonas áridas de secano, el cultivo de papa en suelos planos produce cosechas
más abundantes (gracias a una mejor retención de la humedad en el suelo),
mientras que en condiciones de regadío la papa se cultiva principalmente en
camellones.

Etapas del desarrollo del cultivo

1. Tubérculo semilla sembrado

2. Crecimiento vegetativo

3. Inicio de la producción de tubérculos

4. Crecimiento de los tubérculos

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Cuidado del cultivo

Durante el crecimiento del follaje de la papa, que toma alrededor de cuatro


semanas, es necesario combatir la maleza para que el cultivo tenga una "ventaja
competitiva". Si la maleza es grande hay que eliminarla antes de iniciar la
formación de los camellones. Éstos se forman amontonando tierra, tomada de
entre las hileras, en torno al tallo principal de la papa. Los camellones, o aporques,
sirven para que la planta se mantenga vertical y la tierra esté suelta, impida que
las plagas de insectos, como la polilla del tubérculo, lleguen a los tubérculos, y
contribuye a prevenir el crecimiento de maleza.

Una vez formados los camellones se elimina, mecánicamente o con herbicidas, la


maleza que crece entre las plantas de la papa y encima del camellón. Los
camellones se deben formar dos o tres veces, con intervalos de 15 a 20 días. La
primera vez se hará cuando las plantas hayan alcanzado de 15 a 25 cm de altura,
la segunda vez muchas veces se lleva a cabo para cubrir los tubérculos.

Cuidados:

 Mantener nuestros contenedores libres de malezas para evitar plagas y


enfermedades.
 Riegos cada semana, no sobresaturar el suelo.
 Colocar mulca o cobertura vegetal.
 Asociar con hierbas aromáticas o flores para alejar a plagas y
enfermedades.
 Eliminar hojas viejas y enfermas.
 Observar nuestras plantas una o dos veces por semana para evitar plagas
y enfermedades.
 Si observas que unas papas están creciendo en la superficie, es importante
cubrirlas con suelo. Sino su color comenzará a ser verde

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Aplicación de abono y fertilizantes

El uso de fertilizantes químicos depende de la cantidad de nutrientes presentes en


el suelo (las tierras volcánicas, por ejemplo, por lo común carecen de fósforo), y
para la producción comercial de regadío por lo general se utiliza una gran cantidad
de fertilizante. Sin embargo, la papa prospera con la aplicación de abono orgánico
al inicio de cada nueva rotación, porque ofrece un buen equilibrio de nutrientes y
mantiene la estructura del suelo. La aplicación de fertilizantes se debe calcular
correctamente de acuerdo a la cosecha prevista, el potencial de la variedad y la
utilización prevista de la cosecha.

Suministro de agua

El suelo debe mantener un contenido de humedad relativamente elevado. Las


mejores cosechas, en cultivos de 120 a 150 días, se obtienen con de 500 a 700
mm de agua. En general, la falta de agua hace disminuir la producción cuando se
produce a mitad o fines del período de desarrollo, más que si falta al inicio.
Cuando hay poca agua, ésta se concentra en obtener la producción máxima por
hectárea en vez de aplicarse a una superficie más amplia.

Debido a la poca profundidad de las raíces de la papa, la respuesta productiva a la


irrigación frecuente es considerable, y se obtienen cosechas muy abundantes con
sistemas de riego automático que sustituyen a diario o cada tercer día el agua
perdida por evapotranspiración. En condiciones de clima templado y subtropical de
regadío, un cultivo de unos 120 días produce cosechas de 25 a 35 toneladas por
hectárea, mientras que en las zonas tropicales son de 15 a 25 toneladas por
hectárea.

Una vez plantado tu Cultivo De Papa, éste requerirá de:

12 a 16 horas de luz (fotoperiodo).

Temperaturas ambientales entre 8 ºC (mínimas), 18 ºC (medias) y 26 ºC


(máximas).

Provisión de agua de 500 – 600 mm, durante un ciclo de 3 – 5 meses


aproximadamente (dependerá de la variedad).

Temperaturas superiores a los 10º C para que los brotes formen tallos y raíces. Se
debe prever que más tarde la temperatura suba considerablemente para un buen
desarrollo de la planta.

Temperaturas de 15 – 20 ºC para estimular la tuberización (formación de


tubérculos), dos o tres meses después de la siembra.

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Aporcar el cultivo para evitar que con la radiación solar, se produzca la solanina;
alcaloide tóxico para el organismo y que le da un sabor amargo al tubérculo.

Plagas y enfermedades

Para combatir las enfermedades, algunas precauciones básicas pueden ayudar a


evitar grandes pérdidas: la rotación de cultivos, el uso de variedades tolerantes y
de tubérculos semilla saludable y certificada. No existen sustancias químicas para
combatir las enfermedades bacterianas y virales, pero se pueden controlar
mediante una vigilancia constante (y fumigación cuando sea necesario) de los
ácidos que son sus vectores. La gravedad de las enfermedades fúngicas, como el
tizón tardío depende principalmente, después de la primera infección, del clima. La
persistencia de las condiciones favorables, si no se fumiga, puede propiciar la
rápida propagación de la enfermedad.

Las plagas de insectos pueden destruir velozmente un cultivo de papas. Las


medidas recomendadas para combatirlas son la vigilancia constante y la
protección de los enemigos naturales de las plagas. Incluso los daños que
produce el escarabajo colorado de la papa, una plaga importante, se puede
reducir destruyendo los insectos, sus huevos y sus larvas cuando aparecen a
principios de la temporada. La sanidad, la rotación de cultivos y el uso de
variedades resistentes de papa ayudan a prevenir la propagación de los
nematodos.

Cosecha

Cuando las hojas de la planta de la papa se ponen amarillas y los tubérculos se


desprenden con facilidad de sus estolones, significa que la papa está madura. Si
las papas van a almacenarse en vez de consumirse enseguida, se dejan en el
suelo para que la piel se haga más gruesa, porque una piel más gruesa previene
las enfermedades que se producen durante el almacenamiento y evitan que la
papa se encoja por pérdida de agua. Sin embargo, si se dejan los tubérculos en el
suelo demasiado tiempo, aumenta la posibilidad de que contraigan la enfermedad
fúngica llamada viruela de la papa.

Para facilitar la cosecha, el follaje de la planta de la papa se deberá eliminar dos


semanas antes de sacar los tubérculos de la tierra. De acuerdo al volumen de
producción, las papas se cosechan con tridente, arado o con cosechadoras
comerciales de papa que extraen la planta del suelo y eliminan la tierra de los
tubérculos por vibración o aplicación de aire. Durante la cosecha es importante no
lastimar o producir algún tipo de lesión en los tubérculos que puedan servir de
ingreso a las enfermedades durante el almacenamiento. Para facilitar la cosecha,

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las trepadoras de la papa se deberán eliminar dos semanas antes de sacar los
tubérculos de la tierra.

Almacenamiento

Dado que los tubérculos recién cosechados son tejido vivo y, por lo tanto,
susceptibles de descomponerse, es indispensable almacenarlos correctamente,
tanto para prevenir las pérdidas pos cosecha de papas destinadas al consumo
fresco o para la industria, como para garantizar un suministro adecuado de
tubérculos semilla para la siguiente temporada agrícola.

El objetivo del almacenamiento tanto en el caso de las papas destinadas al


consumo fresco como para la industria, es evitar que se pongan verdes (que se
acumule clorofila bajo la piel, la cual se asocia a la solanina, que es un alcaloide
potencialmente tóxico), y que pierdan peso y calidad. Los tubérculos se deben
mantener a una temperatura de entre 6 º y 8 ºC, en un ambiente oscuro y bien
ventilado, con una humedad relativamente elevada (del 85 % al 90 %). Los
tubérculos semilla, en cambio, se almacenan bajo luz difusa para que mantengan
su capacidad de germinación y para alentar la formación de brotes vigorosos. En
algunas regiones, como el norte de Europa, donde sólo hay una temporada
agrícola y es difícil almacenar los tubérculos de una temporada a la siguiente sin el
uso de costosa refrigeración, una solución puede ser sembrar fuera de la
temporada.

VI. ¿Cómo es la semilla de la papa?

La semilla es uno de los factores de mayor importancia para la producción


agrícola. Una semilla de buena calidad aumenta la producción, productividad y
optimiza el uso de insumos debido a una mayor uniformidad de emergencia y vigor
de plantas (Velásquez, 2006; Montesdeoca, 2005).

El cultivo de la papa se multiplica vegetativamente a través de tubérculos-semilla.


Esta forma de multiplicación es una ventaja ya que permite mantener las
características de la variedad, pero también puede ser un vehículo para la
diseminación de plagas y enfermedades. El tubérculo-semilla debe poseer buenas
condiciones genéticas, físicas, fisiológicas y sanitarias para reproducir plantas
(Velásquez, 2006; Montesdeoca, 2005).

Fisiología del tubérculo-semilla

La fisiología del tubérculo-semilla de papa es el proceso de cambio que sufre


desde la cosecha hasta cuando muestra brotes múltiples y vigorosos. Se
identifican los siguientes estados:

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Período de reposo. Se extiende desde la cosecha hasta el momento en que los
ojos empiezan a brotar (Fotografía 1). Se define el fin del período de reposo (o
dormancia) cuando el 80% de los tubérculos-semilla (de una muestra mínima de
20 tubérculos de tamaño uniforme) ha desarrollado uno o más brotes de por lo
menos 3 mm de largo (Malagamba, 1999). La duración de este período depende
de: (i) la variedad; (ii) el estado de maduración en el momento de la cosecha; (iii)
la temperatura durante la época de crecimiento vegetativo; (iv) el tamaño del
tubérculo-semilla; (v) las condiciones de almacenamiento (luz, temperatura y
humedad); y (vi) los daños causados al tubérculo (Naranjo, 1986; Malagamba,
1999; Naranjo et al., 2002; Montesdeoca, 2005).

Fotografía 1. Tubérculo-semilla en período de reposo


(CIP-INIAP)

Ruptura del período de reposo. Es una práctica necesaria cuando se siembran


lotes de papa en sucesión semanal, quincenal o mensual. La finalización de este
período puede ser inducida mediante tratamientos químicos, térmicos o el corte
del tubérculo-semilla (Naranjo, 1986; Malagamba, 1999; Naranjo et al., 2002;
Montesdeoca, 2005).

 Tratamiento químico. Se puede utilizar ácido giberélico en una dosis de 1


ppm en solución, en la que se deben sumergir los tubérculos-semilla por
una hora. Después de permanecer los tubérculos-semillas en esta solución
se extienden en un lugar sombreado y se dejan secar (Malagamba, 1999;
Montesdeoca, 2005).

 Tratamiento térmico. Calor, los tubérculos-semilla se colocan en un


cuarto oscuro entre 18° a 25°C hasta que se produzca la brotación. Golpe
de frío y calor, se colocan los tubérculos-semilla en una cámara fría a 4°C
por 2 a 4 semanas y luego se transfieren a un ambiente entre 18° a 25°C
para inducir la brotación. Ambos tratamientos dan buenos resultados con
variedades precoces (Marca e Hidalgo, 1999; Montesdeoca, 2005)

 Corte del tubérculo-semilla. Acelera el envejecimiento fisiológico del


tubérculo-semilla, reduciendo así el período de reposo (Wiersema, 1985).

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Para realizar el corte se requiere alta humedad (más del 85%), suficiente
suministro de oxígeno y temperaturas entre 12° a 20°C. Bajo estas
circunstancias se asegura la formación rápida de una capa corchosa de
protección (tuberización). Los tubérculos-semilla cortados pueden
almacenarse en canastos llenos hasta la mitad o en jabas (cajas) de
madera. Si las condiciones del suelo son favorables (suelo húmedo y
temperaturas entre 8° a 10°C) se puede realizar el corte inmediatamente
antes de la siembra. Así, las superficies cortadas sanarán rápidamente en
el suelo. Si las condiciones del suelo son desfavorables, el corte debe
realizarse 5 a 8 días antes de la siembra. Se debe cortar el tubérculo
longitudinalmente en dos y si sus partes siguen siendo aún muy grandes se
debe volver a cortarlo longitudinalmente. Las partes del tubérculo-semilla no
deben ser muy pequeñas; el tamaño mínimo es de 30 g y debe tener por lo
menos de dos a tres ojos. El INIAP hasta 1986 recomendaba esta actividad
para el ahorro de tubérculo-semilla (se cortaba los tubérculos-semillas
mayores a 90 g) (Naranjo, 1986; Malagamba, 1999; Pozo, 1999; Naranjo et
al., 2002).

 Período de incubación. Este período inicia al término del período de


reposo y dura hasta el inicio de la tuberización. La incubación determina la
formación de estolones, la cual influye en el rendimiento del cultivo
(Naranjo, 1986; Naranjo et al., 2002).

Estado de brotación múltiple. Es el momento en el cual todos los ojos tienen su


respectivo brote (Fotografía 2). Es el estado ideal para sembrar el tubérculo-
semilla (Naranjo, 1986; Naranjo et al., 2002; Montesdeoca, 2005). En muchos
casos basta con desarrollar brotes cortos (0.2 a 0.5 cm). Sin embargo, si las
condiciones del suelo al momento de la siembra son desfavorables es importante
desarrollar brotes más largos (1.5 a 2.5 cm) (Naranjo, 1986).
 
 

 
Fotografía 2. Tubérculo-semilla con brotación múltiple.
(Montesdeoca, 2005)
 
 
Brotación filiforme. Se produce cuando la semilla fisiológicamente vieja
desarrolla brotes filiformes con una marcada tendencia a ramificarse (Fotografía 3)
(Naranjo, 1986; Naranjo et al., 2002). La capacidad de emergencia de estos
tubérculos-semilla está prácticamente agotada. Se producen plantas débiles y
poco resistentes a factores climáticos adversos como sequías, granizadas y
heladas (Montesdeoca, 2005). En algunas variedades bajo ciertas condiciones de

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estrés (p.e., siembra profunda en épocas lluviosa), los brotes filiformes provocan la
formación de tubérculos alrededor de las yemas, un fenómeno conocido
como patatitas, las mismas que son débiles, pequeñas y no útiles (Naranjo et al.,
2002).
 

Fotografía 3. Tubérculo-semilla con brotación filiforme.


(CIP-INIAP)
 
 Cosecha oportuna a la madurez del cultivo. 

La cosecha se debe realizar cuando los tubérculos-semilla hayan alcanzado su


madurez fisiológica (madurez fisiológica es cuando la papa ha completado su ciclo
de desarrollo; madurez comercial es cuando la papa tiene las condiciones
requeridas por el mercado [Huaraca, 2009]).

 Los índices de madurez son: (i) la planta se seca totalmente; (ii) al pasar la yema
del pulgar sobre el tubérculo-semilla su piel no se desprende; y (iii) se ha
completado el ciclo vegetativo (Sola, 1986; Montesdeoca, 2005). Al momento de la
cosecha también se debe considerar el grado de humedad del suelo, el cual debe
ser el punto de labranza o ligeramente más seco. El suelo no deberá estar
húmedo porque perjudicará la piel de los tubérculos-semilla. Tampoco deberá
estar seco porque si se trata de un suelo arcilloso se producirán daños mecánicos
a los tubérculos-semilla (Sola, 1986).

Una vez cosechados los tubérculos-semilla se deben orear al ambiente para


reducir la humedad superficial y eliminar la tierra que llevan adheridos en su
superficie. Sin embargo, la exposición al sol produce una podredumbre que se
manifiesta luego de 2 o 3 días en almacenamiento (Sola, 1986). Esta
podredumbre es mayor en aquellas capas que recibieron más sol. Finalmente, las
papas cosechadas en días calurosos se pudren más que aquellas cosechadas en
días templados (Sola, 1986). Esto se contradice con la recomendación de
asolación que se explica más adelante.

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VII. ¿Es posible cultivar la papa en el espacio?

El 14 de febrero de 2016 fue lanzado un nuevo experimento del Centro


Internacional de la Papa y la agencia NASA con estos objetivos. Los
investigadores de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) crearon una
plataforma especial utilizando al satélite CubeSat, dentro del cual colocaron una
muestra de suelo obtenido del desierto de Pampa de La Joya, en Arequipa, uno de
los lugares más áridos de la Tierra. Los agrónomos reprodujeron la temperatura,
presión atmosférica, así como los niveles adecuados de oxígeno y dióxido de
carbono de la atmósfera marciana dentro de una estructura hermética en el
satélite. El suelo fue fertilizado con un agua enriquecida con nutrientes, los cuales
no han sido especificados en el documento publicado.

La condición del cultivo fue observada con un cámara ubicada dentro del CubeSat
modificado. El video, cuyas imágenes fueron captadas este año, reveló que el
tubérculo sí puede crecer bajo condiciones adversas. De acuerdo a Walter
Amoros, mejorador de papa del CIP, los agrónomos obtuvieron brotes de papa,
aunque no se ha compartido información sobre su calidad, ni sobre la variedad de
papa utilizada en este experimento.

Los especialistas concluyeron que los futuros colonizadores de Marte podrán


cultivar papa, no sin antes pre-saturar la tierra con nutrientes y removerla para
permitir el paso de aire y agua. En el futuro, los agrónomos continuarán con las
investigaciones para determinar cuáles son los elementos mínimos necesarios
para cultivar papa en el planeta rojo.

Este es el segundo experimento de este tipo conducido por el Centro Internacional


de la Papa. El año pasado, los investigadores realizaron una pre-selección de 100
variedades de papa que serían capaces de sobrevivir a las condiciones
marcianas. De entre las variedades seleccionadas, 40 son oriundas de las zonas
rocosas y áridas de los Andes, capaces de sobrevivir a los cambios bruscos de
temperatura. Las otras 60 fueron variedades genéticamente modificadas
adaptadas para resistir suelos con bajo contenido de agua y sales minerales.

En 2015, un grupo de científicos holandeses condujeron un experimento similar


para sembrar papa en un suelo parecido al marciano. A pesar de que se
obtuvieron brotes del tubérculo, estos fueron cultivados en condiciones más
parecidas a las de un invernadero que a las verdaderas condiciones atmosféricas
de Marte.

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Este proyecto es denominado “Papas en Marte”, y va en marcha… quizás en unos
años veremos en los mercados terrestres unas papas marcianas; el problema será
la transportación y el precio…

VIII. ¿Cuáles son las limitaciones del viaje espacial?

1. Trajes protectores

Estamos hechos para vivir en la Tierra y no en las condiciones extremas del


espacio. Hace falta desarrollar nuevos trajes si el objetivo es ir más lejos dentro
del Sistema solar. Por esta razón se han diseñado trajes especiales para
mantener el cuerpo del astronauta envuelto en la atmósfera de la Tierra.

En la órbita de la Tierra, los astronautas pueden experimentar temperaturas bajas


de hasta -129º C y tan altas como 121º C.

Los trajes los protegen de estos extremos térmicos. También controlan la presión
del aire para evitar que los fluidos corporales hiervan en el vacío del espacio. Sin
embargo, los trajes actuales sólo permiten viajar hasta una órbita terrestre
baja.Para llegar más lejos dentro del Sistema Solar, necesitamos un nuevo traje
que nos pueda proteger de los peligros letales del espacio profundo.

2. Vivir sin gravedad

Nuestro cuerpo está adaptado para funcionar con la gravedad. Nuestros músculos
y huesos se han desarrollado para actuar en función de esta fuerza y la necesitan
para mantenerse fuertes y sanos.

En el espacio, los astronautas flotan y la exposición prolongada a un ambiente con


micro gravedad deja su huella en el cuerpo humano.

La falta de gravedad debilita los músculos, lo cual a su vez aumenta el riesgo de


tendinitis y acumulación de grasas.

En la ISS, los astronautas hacen dos horas y media de ejercicio al día, seis veces
por semana. También nos hace crecer hasta cinco centímetros de altura, porque
sin la compresión de la gravedad, las vértebras se separan. Esto puede provocar
dolores de espalda.

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A largo plazo, los astronautas sufren pérdida. El micro gravedad hace que el
cuerpo pierda calcio y fósforo y se debiliten los huesos, y aumente el riesgo de
osteoporosis.

La pérdida ósea puede ser de hasta de 1,5% por mes, lo cual en un período de
seis meses equivale a un 10%.La recuperación tras el regreso, puede demorar
entre tres y cuatro años, por eso los astronautas que viven en la ISS deben hacer
dos horas y media de ejercicios diarios, seis veces por semana.

Otra complicación está relacionada con la circulación.

Nuestro sistema cardiovascular está diseñado para bombear sangre


constantemente contra la fuerza de gravedad, que normalmente empuja la sangre
hacia nuestros pies.

En el micro gravedad del espacio, la sangre asciende hacia el pecho y la cabeza.


Esto hace que a los astronautas se les hinche la cara y les aumente la presión
arterial.

3. "Lo que me pasó por vivir en el espacio"

Al regresar de la ISS, Hadfield corría el riesgo de romperse la cadera, por la


pérdida de densidad ósea.

El astronauta Chris Hadfield vivió durante meses en la Estación Espacial


Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).

Su estadía en la ISS le cambió su cuerpo, cuenta, y le hizo tomar conciencia de la


amenaza constante del micro meteoritos.

"Cada tanto puedes escuchar el sonido de un meteorito que rebota. Escuchas un


golpe cuando algo se choca contra la estación y eso te recuerda dónde estás".

"Cuando escuchas uno de esos golpes, te das cuenta de que estás en una
burbuja de aluminio".

Cada tanto puedes escuchar el sonido de un meteorito que rebota. Escuchas un


golpe cuando algo se choca contra la estación y eso te recuerda dónde estás.
Cuando escuchas uno de esos golpes, te das cuenta de que estás en una burbuja
de aluminio Chris Hadfield, astronauta

"También nos preocupa la radiación. Siempre recibimos una dosis más alta que la
gente en la Tierra, como aquellos que viven en sitios altos".

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"Pero cuando el Sol está particularmente activo, hay lugares en la estación que
están más protegidos y nos podemos refugiar allí cuando es absolutamente
necesario".

Hadfield dice que al volver, como perdió densidad ósea en la cadera, corría el
riesgo de rompérsela.

"Aumenté la masa muscular, perdí grasa y mantuve mi densidad ósea en todas


partes salvo en una región de la cadera y en el extremo superior del fémur".

4. Radiación cósmica

Los rayos cósmicos son partículas cargadas que viajan a gran velocidad de a
través del espacio interestelar.

En la Tierra estamos protegidos de los rayos cósmicos porque el campo


magnético del planeta actúa a modo de escudo. En la Tierra estamos protegidos
de los rayos cósmicos porque el campo magnético del planeta actúa como
escudo.

La falta de atmósfera en el espacio hace que los astronautas queden expuestos a


su destructiva naturaleza. Una sola partícula tiene el poder de atravesar el tejido
humano y destruir nuestro ADN, lo cual puede provocar mutaciones celulares y
cáncer.

Hasta ahora, los astronautas que han estado expuestos a los niveles más
elevados de estos rayos desarrollaron cataratas, debido a la vulnerabilidad del
tejido que compone el ojo.

La razón por la que son tan dañinos es porque parecen haberse originado en
algunos de los eventos más energéticos del Universo, como la explosión de
supernovas, donde las partículas cargadas se aceleran hasta alcanzar una
velocidad similar a la de la luz antes de ser despedidas hacia el cosmos. Se cree
que las posibilidades de desarrollar cáncer terminal en una misión a Marte son de
un 30%.

IX. Proyecto Biosfera II

Biosfera 2” es una estructura de 1,27 hectáreas (3,15 acres) originalmente


construida para formar un ecosistema artificial cerrado en Oracle, Arizona (EE.
UU.) por SpaceBiosphereVentures, compañía que cuenta como principales
delegados con John Polk Allen y Margret Augustine. Construida entre 1987 y

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1991, fue diseñada para comprender el complejo entramado de interacciones en
un ecosistema, así como para estudiar la viabilidad de biosferas cerradas en la
colonización espacial y permitir el estudio y manipulación de una biosfera sin
dañar la Tierra. Su nombre se debe a estar modelada sobre una primera biosfera:
nuestro ecosistema terrestre. Se financió principalmente a través de la compañía
Edward Bass. El proyecto costó 200 millones de dólares y se prolongó de 1985 a
2007. El 26 de septiembre de 1991, un equipo de 4 mujeres y 4 hombres, con
edades comprendidas entre 24 a 43 años, ingenieros, biólogos, bioquímicos y
agrónomos se encerraron dentro de este pequeño mundo-probeta para un periodo
estimado de 2 años. Con la única misión de reproducir un hábitat auto suficiente
idéntico a la Tierra.

Con un tamaño similar al de dos campos y medio de fútbol, constituyó el mayor


ecosistema cerrado jamás construido. La naturaleza hermética de la estructura
permitió a los científicos estar al tanto de la química del aire, el agua y la tierra
contenida en ella. Asimismo, un equipo médico efectuó un seguimiento continuo
del estado de salud de la tripulación humana.

El interior de la gran estructura consiste en diferentes piezas:

• Selva de 1900 m²
• Océano de 850 m² con un arrecife de coral
• manglarde 450 m²
• 1300 m² de sabana,
• un desierto de 1400 m²
• 2500 m² de tierras cultivables, hábitat humano con alojamiento y
oficinas, y ciertas instalaciones técnicas bajo tierra.

Contenía Calefacción y agua fría circulaban por sistemas de tuberías


independientes, y la energía eléctrica era proporcionada por una central de gas
natural.

Estos biosferianos, aislados del mundo exterior, tenían que gestionar y regenerar
su energía, la biomasa (agua, agricultura, alimentos), así como también, el control
de su atmósfera (oxigeno, humedad y temperatura). Lo único que compartían en
común con el resto de la Tierra era la radiación solar. Todos estos trabajos
científicos y sus conclusiones se tendrían en cuenta para futuras bases en la Luna
o en el inhóspito planeta Marte.

En 2006 la estructura dejó de ser hermética y la finca, situada en una zona de


ciudades dormitorio alrededor de Tucson, fue propuesta para su urbanización y
conversión en futura comunidad residencial.

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El 26 de junio de 2007, la Universidad de Arizona anunció que continuaría con la
investigación en Biosfera 2. La noticia acabó con el miedo a la destrucción del
famoso terrario de cristal. Responsables de la Universidad comunicaron que
gracias a donaciones privadas y becas podrían financiar tanto la investigación
como los costes operativos por un espacio de tres años, prorrogables a diez.

El mayor ecosistema cerrado jamás construido

"Motivados por la misión espacial Apolo, los creadores de Biosfera 2 pensaron que
si ya habíamos llegado a la Luna, el siguiente paso sería vivir en la Luna, o en
Marte, o en otro cuerpo de Sistema Solar. Así que trataron de desarrollar la
tecnología para hacerlo posible", explica MattAdamson, director de educación
Biosfera 2, en la Universidad de Arizona.

“Motivados por la misión espacial Apolo, los creadores de Biosfera 2


pensaron que si ya habíamos llegado a la Luna, el siguiente paso sería vivir
en la Luna, o en Marte, o en otro cuerpo de Sistema Solar”

En medio de Arizona, al pie de las montañas de Santa Catalina y ocupando más


de una hectárea de superficie, se levantó a finales de los 80 un inmendo edificio
parecido a un invernadero. Se trataba de una estructura hermética construida en
acero y cristal en el que se introdujeron algunos de los ecosistemas más
representativos de la Tierra: una selva, un océano, un desierto, un manglar, una
sabana... Además de 2.500 metros de tierras cultivables y dependencias para la
vida humana, como dormitorios y oficinas.

Se consideró el mayor ecosistema cerrado jamás creado, y tendría el objetivo de


estudiar la red de interacciones formadas entre todos sus elementos, así como la
relación entre el hombre, la agricultura, la tecnología y su entorno. En definitiva,
todo lo que sería necesario saber en caso de querer llevar nuestra vida a otro
planeta. El proyecto fue puesto en marcha por la compañía
SpaceBiosphereVentures y los 150 millones de dólares de financiación fueron
puestos sobre la mesa por el multimillonario del petróleo Edward Bass

No fue solo una importante apuesta científica: también una obra de ingeniería
llena de desafíos. La estructura tenía que ser lo más hermética posible, pero a su
vez tenía que aguantar los cambios de volumen del aire al calentarse y enfriarse.
La solución fue diseñar un edificio que crecía durante el día y encogía por la
noche, gracias a unos diafragmas en las bóvedas. Además, potentes aparatos de
refrigeración mantenían la temperatura controlada según las necesidades de cada
ecosistema (consumiendo por el camino una gran cantidad de energía).

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Bajo la atenta mirada mediática y cargados de optimismo, en septiembre de 1991
ocho tripulantes se adentraron en Biosfera 2 (Biosfera 1 sería la propia Tierra) y
cerraron la puerta tras ellos. Allí dentro pasaron dos años, buscando y cultivando
alimentos, analizando la evolución química del aire y del agua y siendo a su vez
observados para estudiar su estado físico y psicológico durante el experimento.

Los hábitats representados debían ser capaces de reciclar el aire y mantener un


clima sostenible para el ser humano.

Una segunda misión que duraría cien años... y duró cuatro meses

Tras un periodo de transición de seis meses, en marzo de 1994 entraban los


siguientes siete conejillos de indias. Eran cinco hombres y dos mujeres, y todos
irían siendo sustituidos a intervalos desiguales. La idea era mantener un
experimento continuo durante cien años, poniendo esta vez el foco más en la
ecología y menos en la psicología y el comportamiento. Pero ya desde el principio
de esta segunda misión la situación era tensa desde el principio que no solo no
duró esos cien años, sino que apenas se sostuvo durante unos meses.

La idea era mantener un experimento continuo durante cien años, poniendo esta
vez el foco más en la ecología y menos en la psicología y el comportamiento

Por disputas sobre el control financiero del experimento, en abril Edward Bass
echó al equipo de control fue sustituido por otro nuevo, y se impuso sobre el lugar
una orden de alejamiento. Como represalia, solo unos días después, dos
miembros de la primera misión fueron acusados de violar la cuarentena al abrir las
puertas durante unos 15 minutos. Se calcula que en ese tiempo se renovó
aproximadamente el 10% del aire del interior, echando así a perder el ecosistema
hermético.

La compañía propietaria, SpaceBiospheresVentures se disolvió el 1 de junio,


dejando la gestión de la misión en manos del equipo que se encontraba en el área
de control. El 6 de septiembre se daba por concluida la segunda misión, que fue
también la última.

Cuando terminó el espectáculo comenzó la ciencia

El mundo se hizo eco del polémico final de Biosfera 2. Pero lo cierto es que
aquello no fue el final. De hecho, terminadas las dos misiones y apagados los
focos mediáticos, comenzó la ciencia de verdad. Tras cambiar de manos en varias
ocasiones, en 2007 la Universidad de Arizona se hizo cargo de las instalaciones,
que se convirtieron en un centro de investigación abierto. Se trataba de un entorno
único para estudiar cuestiones como la ecología, la conservación y el cambio
climático. ¿Por qué desaprovecharlo?
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"Aquí hacemos ciencia a lo grande. Biosfera 2 nos permite cruzar la brecha
que separa el laboratorio del complejo mundo real, y tenemos espacio
suficiente para estudiar cómo evoluciona esa complejidad con el tiempo",
asegura Adamson. Es posible, por ejemplo, elevar la temperatura global del
ecosistema, y observar si como resultado los árboles emiten más o menos CO2.
Información científica de este tipo es esencial ahora que el calentamiento del
planeta exija estrategia y respuestas.

Biosfera 2 nos permite cruzar la brecha que separa el laboratorio del complejo
mundo real, y tenemos espacio suficiente para estudiar cómo evoluciona esa
complejidad con el tiempo

La evolución de los paisajes, la eficacia de los paneles solares para la


recuperación de suelos, la dinámica nutricional de los arrecifes de coral, el efecto
del cambio climático sobre los mecanismos de mortalidad de las plantas, la
relación entre la subida de las temperaturas y la acidificación de los océanos... La
cantidad de papers y ensayos científicos publicados a raíz de investigaciones
realizadas en Biosfera 2, durante y después de las misiones es notable.

Pero además se ha convertido en una atracción científico-turística, que visitan


miles de curiosos cada año, y no menos estudiantes de colegios e institutos.
Atraídos en principio por la peculiaridad del lugar y su controvertida historia, no
son pocos los que quedan encganchados tras una charla con el personal científico
que allí trabaja. Se busca despertar vocaciones científicas entre los más jóvenes,
y, a 20 dólares la entrada general, de paso recaudar fondos para mantener el
impresionante complejo.

Problemas que se presentaron en el proyecto biosfera dos:

1) Aguantaron los dos años de la misión, pero no fue lo que llamaríamos una
experiencia idílica. Aunque lograron cosechar entre otros plátanos,
cacahuetes y batatas, la sensación de hambre fue constante. Eran ocho, y
llevaban una vida muy activa. La comida, simplemente, no era suficiente.

2) Los niveles de oxígeno también fueron un problema. Debido a que fue un


periodo de tiempo inusualmente nublado para la región, las plantas del
interior de Biosfera 2 redujeron su actividad fotosintética. A esto se unió que
el suelo enriquecido para los cultivos estaba sobrepoblado de bacterias que
también consumían oxígeno. Pasados unos meses, la cantidad de oxígeno
dentro del hábitat era equivalente al de una altura de más de 4.000 metros

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de altura. La situación se volvió crítica y Roy Waldorf, el médico el grupo,
tuvo que pedir en dos ocasiones una inyección de oxígeno adicional.

3) Problemas alimentarios y respiratorios, pero sobre todo, muchos, muchos


problemas personales. El planeta en una botella, como lo bautizaron los
medios en su momento, fue una fuente de conflictos. Los habitantes de la
esfera se dividieron en dos bandos y se acusaban de robar y acumular
comida. Todo mientras seguían intentando recopilar datos de cómo era vivir
en una atmósfera cerrada. Efectivamente, aquello era como una edición
especial de Gran Hermano de temática científica.

4) En septiembre de 1993, los ocho tripulantes salían al exterior, habiendo


perdido de media un 15% del peso que tenían al entrar. El océano se había
acidificado y la composición del aire se había alterado

5) También los ecosistemas y sus componentes tuvieron algunos problemas:


los peces morían en masa, lo que atascaba los sistemas de filtrado de
aguas; unos niveles de condensación inesperados hicieron del desierto un
entorno excesivamente húmedo; por algún motivo, la población de
hormigas y de cucarachas creció desorbitadamente, igual que las
enredaderas de la selva tropical, que llegaron a bloquear a las demás
especies vegetales que las rodeaban.

6) En septiembre de 1993, los ocho tripulantes salían al exterior, habiendo


perdido de media un 15% del peso que tenían al entrar. El océano se había
acidificado y la composición del aire se había alterado. De las 25 especies
de animales vertebradas que se habían introducido dos años antes, solo
quedaban ejemplares de siete.

¿Cuál fue su aporte positivo y negativo?

Aportes positivos

A través de su creación, se ha catalizado el pensamiento interdisciplinario y la


comprensión de la Tierra y su futuro, de igual forma que sirve como un
instrumento de adaptación para la educación de la Tierra y la difusión a la
industria, el gobierno y el público.

De igual forma, éste sirve como un laboratorio para proyectos de gran escala,
como la evolución del “Observatorio del Paisaje”

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Aportes negativos

Éstos aportes negativos suelen ser conocidos a través de aquel grupo de hombres
y mujeres que decidieron arriesgarse a la experiencia de encontrarse dentro de un
ámbito donde la lucha entre conseguir cumplir la misión y capturar el hábito de
sobrevivir se hicieron presentes con el tiempo.

Antes de que la primera misión en cuarentena alcanzase su ecuador, el grupo ya


se había dividido en dos facciones, con antiguos amigos íntimos convertidos en
enemigos implacables. Indudablemente, la falta de oxígeno y el bajo suministro de
alimentos contribuyeron a minar la moral de todos. La división vino provocada por
una disputa entre la tripulación sobre qué era exactamente Biosfera: ¿un
experimento científico, una aventura empresarial o quizá sólo una enorme
instalación artística?

La situación llegó al extremo de que Time Magazine, escribiera: “Ahora, El barniz


de credibilidad ya dañada por acusaciones de manipulación de datos, escondites
secretos de comida y suministros de contrabando, se ha roto… El experimento de
dos años en autosuficiencia está empezando a parecer menos como ciencia y
más como un truco de 150 millones de dólares”

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Conclusión

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