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LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS, UN ENFOQUE DESDE

LA GARANTÍA CONSTITUCIONAL DEL DEBIDO PROCESO

Hoy en día, el problema más grave al que se enfrentan los derechos humanos es

irónicamente el de ser protegerlos. Actualmente, la declaración y existencia de los

Derechos Humanos se ha visto envuelta en una de una serie de limitaciones que

imposibilitan su pleno y eficaz ejercicio, debido a esto se conoce que, en la gran parte del

mundo y, de nuestro interés, en el Ecuador se refleja la existencia de una división entre los

Derechos Humanos reconocidos y declarados en la norma Constitucional con su efectiva

vigencia en la práctica.

Es decir, no basta solamente con lograr que los derechos humanos tengan un

reconocimiento normativo, a nivel nacional o internacional, sino que el objetivo

fundamental es fortalecer aquellos instrumentos e instituciones que cada ordenamiento

jurídico posee, y que buscan la protección y vigencia de los mismos. Es por esto que, las

garantías constitucionales juegan un papel indispensable en el ejercicio pleno de los

derechos humanos.

Con frecuencias se ha malinterpretado o tomado cómo sinónimos a los términos de

derechos y garantías. Sin embargo, aunque pueden considerarse complementarios existe

una clara diferencia entre ellos. Los derechos pueden ser definidos como las facultades o

valores esenciales que tiene cada ser humano, mientras que, con las garantías nos referimos

a los mecanismos de protección con los que cuenta una persona para hacer eficaz el

cumplimiento de sus derechos.


Luigi Ferrajoli (2001) afirma que:

Los derechos humanos son los derechos primarios de las personas y conciernen

indistintamente a todos los seres humanos, como, por ejemplo…, el derecho a la

vida y a la integridad de la persona, la libertad personal, la libertad de conciencia y

de manifestación del pensamiento, el derecho a la salud y a la educación y las

garantías penales y procesales. [CITATION Lui01 \p 22 \n \y \t \l 12298 ]

Los derechos humanos son derechos en constante transformación y ampliación. Como

escribe Norberto Bobbio:

La expresión “derechos del hombre”, que es ciertamente enfática, puede llamar a

engaño, porque hace pensar en la existencia de derechos pertenecientes a un hombre

abstracto y, como tal, sustraído al fluir de la historia, a un hombre esencial y eterno

de cuya contemplación derivamos el conocimiento infalible de sus deberes y

derechos. Hoy sabemos que también los derechos llamados humanos son el

producto no de la naturaleza, sino de la civilización humana: en cuanto derechos

históricos son mutables, esto es susceptibles de transformación y de ampliación.

[CITATION Bob91 \p 70 \n \y \t \l 12298 ]

Por otra parte, pero para complementar lo anterior tomamos a Comoglio (1998),

quien entiende por garantía:

Todo instrumento técnico jurídico que se encuentre en aptitud de hacer convertir un

derecho meramente “reconocido” o “atribuido” en abstracto por la norma, en un

derecho efectivamente “protegido” en concreto, y, por tanto, susceptible de plena


“actuación” o ‘reintegración’ cada vez que resulte violado.[CITATION Lui04 \p 893

\n \y \t \l 12298 ]

Además, el Estado de Derecho se basa en tres principios fundamentales, que son la

juridicidad, el control y la responsabilidad. Por ello, los Derechos Humanos como

fundamento del Estado Social de Derecho están obligatoriamente ligados a la existencia de

normas que hagan válida la relación existente entre los individuos o grupos con el Estado,

quien a la vez tiene la responsabilidad de hacer cumplir de los derechos de las personas y

de activar los mecanismos de control encargados de su protección.

Es decir, los derechos establecidos en los tratados de derechos humanos enumerados e

incorporados directamente a nuestra Constitución Nacional consolidan y amplían las

garantías ya reconocidas en ella, de las cuales ya gozaba el imputado.

Es por ello que, a nivel mundial se han establecido garantías normativas,

institucionales y jurisdiccionales que velan y protegen los Derechos Humanos, firmados y

ratificados por los Estados.

Trujillo (2008), sugiere que: "Jurídicamente, garantías son los mecanismos que la ley pone

a disposición de la persona para que pueda defender sus derechos, reclamar cuando corren

peligro de ser conculcados o indebidamente restringidos y, por último, obtener la

reparación cuando son violados". [CITATION Tru08 \p 100 \n \y \t \l 12298 ]

Esta definición de garantías pone en evidencia que las garantías de los derechos

constituyen mecanismos de protección tanto para evitar una violación de los derechos como

para reparar los daños cuando un derecho se ha sido efectivamente infringido.


Las garantías de los derechos humanos han pasado a ocupar un lugar central en el

derecho constitucional. Casi todas las reformas del Estado, ya sea en el ámbito de la

economía, la seguridad o la política, han de guiarse por consideraciones relacionadas con

los derechos. Esta no es una obligación onerosa. Al acometer una reforma constitucional o

aprobar una nueva constitución, se deben establecer claramente los derechos humanos y las

garantías procesales que faciliten su ejercicio.

La Constitución Política del Ecuador, en el capítulo que hace referencia a las

garantías de los derechos, ha incorporado cuatro instituciones, las cuales son: La Acción de

Amparo Constitucional, el Hábeas Corpus, el Hábeas Data; y la Defensoría del Pueblo. Es

decir que Nuestra Constitución dispone de mecanismos que resultan rápidos y efectivos al

momento de presentar una defensa a nuestros derechos humanos; estos mecanismos han

sido llamados garantías constitucionales.

Algo importante que se puede concluir con estas definiciones es que las garantías

procesales también son derechos humanos, pero se les llama “garantías” debido a que su

finalidad primordial es asegurar o, como su nombre lo dice, garantizar que se cumpla el

ejercicio y, de ser necesaria, la defensa de los derechos ante los tribunales, es decir que

juegan un papel de carácter instrumental. En este caso podemos encontrar la garantía de

audiencia o derecho al debido proceso, la garantía o derecho al juez natural, la garantía de

exacta aplicación de la ley penal, la de legalidad de las sentencias en los juicios civiles, en

sentido amplio, el derecho a la tutela jurisdiccional, etcétera.

Cabe aclarar la confusión que generalmente suele surgir aquí con respecto a

garantías constitucionales y garantías procesales. La diferencia crucial es que, las garantías


constitucionales se definen como los medios o instrumentos que la Constitución Nacional

pone a disposición de los habitantes para sostener y defender sus derechos frente a las

autoridades, individuos o grupos sociales; mientras que las garantías procesales como "las

instituciones o procedimientos de seguridad creados a favor de las personas, para que

dispongan de los medios que hacen efectivo el goce de sus derechos subjetivos.

Además de todo esto, sabe recalcar que algunos autores afirman que las actividades

que son desarrolladas por gran parte de los organismos, tanto nacionales como

internacionales, para la tutela de los derechos humanos pueden ser consideradas bajo tres

aspectos primordiales: la promoción, el control y la garantía.

La existencia de este orden jurídico tiene el propósito bastante claro de reafirmar, proteger

y asegurar aquellos valores básicos que han sido considerados como mínimos

indispensables para la humanidad, pertenecientes a cualquier persona sin distinción, sin

importar su condición etaria, orientación sexual, religión, origen étnico o nacional, sexo,

posición socioeconómica o convicción política, y los cuales deberán ser respetados y

protegidos bajo cualquier circunstancia.

Los derechos fundamentales tienen que ser obligatoriamente reconocidos y protegidos por

todos los Estados que ratifican los aludidos instrumentos internacionales. A su vez, existen

organismos del derecho internacional universal y regional que son denominamos “órganos

de monitoreo de los tratados” que emiten opiniones generales e informes respecto del

cumplimiento de los respectivos convenios por parte de los Estados.

De acuerdo con el mismo derecho internacional de los derechos humanos, el

proceso penal, en sí mismo, cumple fines relevantes para la sociedad, como averiguar la
verdad, mantener la justicia y restablecer de la paz jurídica, de manera que en el caso de

que la reafirmación de un derecho fundamental requiera de la realización del juicio y la

posible aplicación de una pena, el fiscal puede oponerse válidamente a la suspensión del

juicio a prueba.

En primer lugar, dentro de la promoción se ubica el grupo de acciones que se llevan

a cabo con la finalidad de orientar a los Estados a adquirir o perfeccionar la regulación

interna de los derechos humanos, tomando en cuenta tanto su ámbito sustantivo como

procesal.

En segundo lugar, cuando hablamos de las actividades de control nos referimos al

conjunto de medidas que son puestas en práctica por los diferentes organismos nacionales e

internacionales que buscan comprobar si las recomendaciones dadas han sido acogidas y

los tratados han sido respetados, y en qué medida.

Por último, las actividades de garantía se refieren a la organización de una tutela

jurisdiccional verdadera de carácter internacional, sustitutiva de la nacional, cuando ésta

sea insuficiente o falte sin más.

Estos tres elementos, la promoción de los derechos humanos además están

estrechamente vinculados con la educación y la difusión que deben llevarse a cabo para

conformar una cultura de respeto a estos derechos en todos los ámbitos, ya que el control se

ejerce a través de los organismos gubernamentales y no gubernamentales de derechos

humanos. La garantía para la eficacia de estos derechos no puede residir sino en la

organización de tribunales independientes, imparciales y eficientes y en la regulación de

instrumentos procesales adecuados que aseguren la defensa oportuna y eficaz de los

derechos humanos.
La obligación fundamental del Estado de garantizar el goce efectivo de los

Derechos Humanos trae consigo de manera intrínseca algo denominado como "un doble

cometido. En primer lugar, debe formulárseos mediante las técnicas de positivación de su

competencia, es decir, legislación, reglamentación, interpretación jurisprudencial, y en

segundo lugar, se deben proteger a través de los procedimientos normativos de ejecución y

control.

En otras palabras, el Estado debe reconocer los Derechos Humanos en el

ordenamiento jurídico, los jueces deben cumplir con el rol de protectores de los Derechos

Humanos en los casos específicos que resuelven y se deben establecer los medios a los

cuales puede acudir una persona que se sienta afectada en el ejercicio de sus derechos.

En conclusión, los derechos humanos pueden ser definidos como las facultades o

valores esenciales que tiene cada ser humano, son propios de cada persona, irrenunciables y

deben ser respetados, reconocido y protegidos, especialmente por parte del Estado, es por

ello que, desde la perspectiva de las garantías constitucionales, además de tener un

reconocimiento normativo objetivo fundamental es fortalecer aquellos instrumentos e

instituciones que cada ordenamiento jurídico posee, y que buscan la protección y vigencia

de los mismos.

Es por esto que, las garantías constitucionales juegan un papel indispensable en el

ejercicio pleno de los derechos humanos.

Finalmente, las garantías procesales también son derechos humanos, pero se les

llama “garantías” debido a que su finalidad primordial es asegurar o, como su nombre lo


dice, garantizar que se cumpla el ejercicio y, de ser necesaria, la defensa de los derechos

ante los tribunales, es decir que juegan un papel de carácter instrumental.

Referencias Bibliográficas:

Comoglio, L. (2004). VALORI ETICI E IDEOLOGIE DEL ‘GIUSTO PROCESSO

(MODELLI A CONFRONTO). En Etica e tecnica del “giusto processo” (pág.

893). Turín: Giappichelli.

Ferrajoli, L. (2001). Derechos fundamentales. En A. d. Cabo, Los fundamentos de los

derechos fundamentales (pág. 22). Madrid: Trotta.

Norberto, B. (1991). Presente y porvenir de los derechos humanos. En R. d. Roig, El

tiempo de los derechos (pág. 70). Madrid: Sistema.

Trujillo. (2008). Garantías jurídicas. En J. César.

Ovalle, J. (2015). Derechos humanos y garantías constitucionales. Scielo.

Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-

86332016000200149#fn18

INREDH (2006). GARANTÍAS CONSTITUCIONALES. Fundación Regional de

Asesoría en Derechos Humanos. Disponible en:

https://www.inredh.org/archivos/pdf/garantias.pdf

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