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La Ardillita Glotona

Había una vez una ardillita que vivía en el bosque y que era muy glotona. Todos los días la
ardillita iba y les robaba la comida a todos sus amigos del bosque.
Los animalitos le quisieron dar una lección para que la ardillita no les comiera más su
comida. Se les ocurrió hacerle una casa bien chiquitita, con ventanas y puertas chiquititas y
adentro de la casa le dejaron: nueces, chocolates, miel, dulces, tortas y helados.
La ardillita estaba tan contenta que entro a su casa y se comió toda la comida y se puso
gorda, gorda.
Entonces vinieron sus amiguitos para invitarla a jugar y como ella estaba tan gorda no
pudo salir ni por la puerta ni por las ventanas porque estas eran muy pequeñas.
Entonces la pobre ardillita, como no pudo salir de su casa, se puso muy triste porque no
podía ir a jugar con sus amiguitos, sólo podía mirarlos por la ventana. Entonces prometió que
nunca más iba a comer tanto, y que nunca más les iba a quitar la comida porque así ella podría
salir de su casa y jugar con ellos.

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