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LIBRO IV

CORRIENTES DEL PENSAMIENTO SOCIAL

Por Carlos Garcés y Alejandra Agustinho

En esta unidad se abordarán las principales corrientes del pensamiento social


de los siglos XIX y XX.

Las transformaciones del siglo XVIII van a determinar el surgimiento de unas nuevas
formaciones sociales que guardan poco o ningún parecido con las que les preceden.
Además de un nuevo orden, se va a conformar un nuevo sector social surgido de la
relación de contratación salarial que va a ser la “clase obrera”, la que a su vez va a
tener, incluso, una ubicación geográfica particular en un también nuevo escenario,
el de la ciudad industrial. El crecimiento de las ciudades va a marcar un camino que
ya no se detendrá en el desplazamiento de las poblaciones rurales a los ámbitos
urbanos. Al cabo de dos siglos, el mundo se habrá convertido en “ciudad”.

Esta nueva sociedad va a constituirse en el objeto de estudio de nuevas o


renovadas formas del conocimiento, de ahí que es una referencia casi tautológica
hablar de la sociedad industrial y las ciencias sociales. El nuevo quehacer científico
va a orientarse tanto a describir los nuevos fenómenos como generar herramientas
para su comprensión y eventualmente su control. Las primeras versiones
sistemáticas del pensamiento social estarán estrechamente ligadas a los modelos
científicos desarrollados por las ciencias naturales, que se han consolidado durante
los siglos XVII y XVIII: es el positivismo de Comte. Tan es así que el propio autor
bautiza su disciplina, madre o abuela de la moderna sociología, como “física social”.

Estas observaciones no equivalen a decir que nunca antes, en la historia, se hubiere


pensado acerca de las sociedades y sus problemas particulares, sólo que
dependiendo de la época y las circunstancias, estos estudios formaban parte de la
filosofía o la religión.

Si bien algunas disciplinas de las ciencias sociales se inician con antelación al siglo
XIX, como la economía política o la ciencia política, lo cierto es que las bases
epistemológicas para el desarrollo autónomo de las disciplinas sociales se darán en
el siglo XIX, en concordancia con el desarrollo de las sociedades industriales.

Estudiaremos, por un lado, a Karl Marx y el materialismo histórico en el desarrollo


de herramientas conceptuales para el análisis de la historia, la sociedad y la
economía. La trascendencia de sus conceptos como fundantes de las ciencias
sociales y sus derivaciones en el ámbito de la acción política. Se prestará especial
atención al concepto de modos de producción, teoría del valor, sociedad de clases,
conflicto y lucha de clases como categorías capaces de explicar el funcionamiento
de las sociedades.

En segundo lugar se abordará el enfoque comprensivista, propuesto por Max


Weber, donde se desarrolla otra perspectiva acerca de las clases sociales, la teoría
de la acción social y los mecanismos y tipos de dominación.

Finalmente, y ya en el pensamiento contemporáneo, presentaremos la perspectiva


analítica de Pierre Bourdieu.

Karl Marx (1818-1883)

El materialismo histórico

Marx es un testigo presencial de los cambios sociales y económicos en el desarrollo


de la Revolución Industrial, a partir de sus observaciones, combinadas con su
formación en la filosofía dialéctica de Hegel, estará en condiciones de enunciar sus
grandes líneas teóricas para la comprensión de las sociedades, la economía y la
historia.

Si bien el concepto “materialismo histórico” es una expresión acuñada con


posterioridad a la obra de Marx, se deriva de su sistema teórico en la medida en
que propone explicar las sociedades a partir de sus condiciones materiales,
abandonado las explicaciones espiritualistas o trascendentalitas1.

El materialismo histórico parte de la idea de que las formaciones sociales y


económicas son sucesos históricos, es decir que se explican por su devenir
temporal y no por condiciones previas de existencia inmaterial. De esta forma, al
analizar lo que denomina “modo de producción capitalista” arriba a la conclusión de
que no es el único modo de producción posible, y que como tal depende de su
circunstancia histórica. En este sentido, se describen otros modos de producción
que tuvieron lugar en la historia: modos de producción primitivo, antiguo, feudal,
asiático. El cambio de un modo de producción a otro depende de varios factores
que les son intrínsecos: el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones
sociales de producción que son, por definición, conflictivas. Una vez que un modo
de producción haya agotado todas sus posibilidades de expansión, será inevitable

1
“…en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias
e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase
determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de
producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social.
El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual
en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social
es lo que determina su conciencia”. Karl Marx, Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía
política (1859)
su transformación en otro. Así, supone Marx, que las contradicciones internas –
expresadas fundamentalmente en la lucha de clases- del sistema, terminarán por
reemplazar el modo de producción capitalista por el socialista donde desaparecería
la clase explotadora y la sociedad podría realizarse en su conjunto.

Clases sociales

Frente a la evidencia de las desigualdades existentes en las sociedades surge la


pregunta sobre cómo explicarlas, y tratando de evitar caer en la reducción de que
fueran del orden de lo natural, el materialismo histórico sostendrá que las diferencias
sociales –a partir de ahora: clases sociales- se gestan históricamente y dependen
fundamentalmente del ordenamiento de las relaciones sociales de producción.

A partir de esta observación, desarrollará un nuevo modelo explicativo, según el


cual, y para el modo de producción capitalista, el principio fundamental de la división
en clases de la sociedad, se deriva del desarrollo de la propiedad privada de los
medios de producción. La propiedad privada de los medios de producción será el
principio ordenador de las relaciones sociales de producción y a la vez el principio
clasificador. Habrá dos clases sociales fundamentales que dependen de este
principio: los que poseen la propiedad de los medios de producción y los que no.
Marx trascenderá la idea de la historia como resultado de la acción individual de los
sujetos para incluirlos en colectivos mayores o clases sociales, de esta particular
inserción dependerán además las condiciones de la relación productiva.

Marx definirá el concepto de Modo de producción vinculando el desarrollo de las


fuerzas productivas con las relaciones sociales de producción. El nuevo “modo de
producción” se basará en el predominio del factor “capital” que se ubicará en el lugar
capaz de apropiarse de los medios de producción y ordenar desde ahí la inserción
del factor trabajo en un esquema de subordinación. Por otra parte, la “mano de
obra”, o trabajo se insertará en el futuro en la condición de asalariada.

Teoría del valor

Siguiendo algunos principios de la economía clásica, sostendrá que el valor de las


mercancías estaba determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario
para producirlas, en este punto no se apartará de ideas como las de David Ricardo2,
quien afirmaba que los costos de producción son todos costos laborales, por lo tanto
los precios dependerán de la cantidad de trabajo incorporado a las mercancías, el
que se mide generalmente en horas de trabajo.

Para evitar la contradicción que podría surgir del hipotético caso de que si se
trabajara más lentamente, esto aumentaría el valor de las mercaderías, no se utiliza
la noción individual del trabajo sino la social, es decir la que corresponde a las
condiciones medias de productividad en determinada sociedad y época. En el

2 Ricardo, David (2003) Principios de economía política y tributación (1817), Pirámide,


Madrid.
mismo sentido, es menester establecer diferenciaciones sobre los tipos de trabajo
para distinguir los simples de los complejos.

Dada esta idea sobre el origen del valor, se deduce que al provenir todo valor del
trabajo, en la relación de producción, el productor directo, en este caso el obrero
asalariado (proletario), es quien en última instancia sería el único generador de
valor, sin embargo a la hora de la retribución solo puede quedarse con el salario. El
capital tiene la capacidad de apropiarse de otra parte el valor que es de donde
proviene la ganancia. En las relaciones de producción capitalistas, el sistema de
propiedad privada de los medios de producción, es el que habilita al capital a
apropiarse de esa otra parte del valor, que se define como “plusvalía”3, o “la parte
del trabajo no remunerada”.

La versatilidad del capital le permite además, a través de la inversión, la


incorporación de tecnología, que no es otra cosa que plusvalía acumulada, dadas
estas condiciones, en que el productor directo es el creador del valor, se sigue
necesariamente la consecuencia de la dialéctica de clases.

Lucha de clases

Detrás de los conceptos de capital y trabajo, hay actores sociales, que en términos
de Marx han de entenderse no como individuales sino como colectivos. Las clases
sociales, o por lo menos las clases sociales fundamentales que le dan entidad a un
modo de producción determinado, en este caso el modo de producción capitalista.
La burguesía, propietaria del capital y la clase trabajadora, dueña de la fuerza de
trabajo. Dadas las condiciones de trabajo de este sector, es que Marx acuñará para
ella el término “proletariado”, en alusión a que los trabajadores de la revolución
industrial, sobre lo único que podían tomar decisiones, era sobre su propia prole. La
ubicación de una persona en determinada clase es independiente de su voluntad y
deriva de las relaciones sociales de producción en un momento histórico
determinado.

La relación de producción establecida entre burguesía y proletariado pondrá en


evidencia las contradicciones intrínsecas del sistema, por la incompatibilidad de
intereses. Si el proletario aspira a mejorar su salario, debe conseguir una
disminución en la plusvalía; si el burgués quiere aumentar su ganancia, deberá
aumentar a su vez la extracción de plusvalía. Esta contradicción fundante de la
relación de producción, lleva a Marx a plantear el concepto de “lucha de clases”, ya
que dados los intereses contrapuestos de las dos clases fundamentales, la relación
de producción no se basa en la colaboración sino en el conflicto. La única posibilidad
de acabar con el conflicto de clases sería con su anulación, eliminando el principio
que habilita la apropiación de la plusvalía por una de las clases, en este caso la
propiedad privada de los medios de producción.

3 Literalmente: más valor.

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