Está en la página 1de 3

INSTITUTO GALILEA EXTENSION XALAPA

CONSEJERÍA PASTORAL
ANÁLISIS SOBRE LA OBRA DE PABLO CON ONÉSIMO, EN EL LIBRO DE FILEMÓN
La historia de esta epístola transcurre con el trasfondo de los oscuros antecedentes de la esclavitud.
Había aproximadamente 60 millones de esclavos en el Imperio Romano, en el cual la población total
no excedía los 120 millones. Un esclavo era como un objeto. Era tratado peor que un enemigo y
estaba sujeto a los caprichos de su amo.
En Colosas había un hombre rico que se había salvado depositando su fe en Cristo. Aparentemente
había llegado de Efeso, donde Pablo había estado dos años enseñando, cada día, en la escuela de
Tirano, y la gente acudía a escucharle desde todas las poblaciones de esa área. Había millones de
personas en Asia Menor, y Filemón era simplemente uno de los hombres que vino a conocer al Señor
Jesús.
Ahora, Filemón tenía esclavos, y tenía uno llamado Onésimo. Onésimo trató de aprovechar una
oportunidad un día, como hubiera hecho cualquier otro esclavo, y huyó de la casa. Él hizo lo que
aparentemente hacía la mayoría de los esclavos fugitivos en aquel día, se dirigió directamente a una
gran ciudad. Y este esclavo recorrió todo el camino hasta la ciudad de Roma. En medio de una
población tan numerosa, podía esconderse, pasar desapercibido, y nunca sería reconocido.
Onésimo cierto día, que había sido un esclavo, se dio cuenta de que había una esclavitud en la
libertad, y que había una libertad en la esclavitud. Cuando él era un esclavo, no se preocupaba sobre
donde iba a dormir, o sobre qué iba a comer. Su amo tenía que ocuparse de ello. Pero una vez libre y
en Roma, tenía un verdadero problema. Onésimo había huido de las cadenas y pensó que estaba
libre, pero cuando escuchó a Pablo, pensó: "Este hombre está libre y yo soy aun un esclavo, un
esclavo del apetito; soy un esclavo de la economía. Aun soy un esclavo, pero ese hombre, aunque
esté encadenado, está libre".
Este esclavo buscó acercarse a Pablo. Quería saber más sobre lo que Pablo estaba predicando, y el
apóstol lo guio a Cristo; es decir, le presentó el evangelio, le habló de cómo Jesús había muerto por él,
como había sido sepultado, pero resucitó al tercer día. Le pidió a Onésimo que depositara su confianza
en Cristo y él así lo hizo. Onésimo fue entonces una nueva creación en Cristo Jesús.
Después Onésimo hizo lo que cualquier persona que se ha convertido hace. Pensó en su vida pasada
y en las cosas que había hecho mal y que quería corregir. Seguramente le dijo a Pablo: "Pablo, hay
algo que debo confesarte. Soy un esclavo fugitivo". Pablo le preguntó de dónde había llegado a Roma,
y Onésimo le respondió que era de Asia Menor, de la ciudad de Colosas. Pablo entonces le dijo: "Allí
hay una iglesia. ¿Quién era tu amo?" A lo que Onésimo respondió: Mi amo era Filemón". Y Pablo le
volvió a preguntar: "¿estás hablando de Filemón, el que vive en la calle principal?" "Si, el mismo"
respondió Onésimo. Y Pablo dijo entonces: "Bueno, él también es uno de mis convertidos, y me debe
mucho". Y Onésimo le preguntó: "Bueno, Pablo ¿debería yo regresar a él?" A lo cual Pablo contestó
afirmativamente y le dijo que al regresar se encontraría en una situación diferente, y que le enviaría a
Filemón una carta por medio de él. Y esta es la carta que hoy podemos leer nosotros, la carta de Pablo
a Filemón. Onésimo, un esclavo fugitivo poco rentable, había de ser recibido como Pablo, el gran
apóstol sería recibido en la casa de Filemón.
El tema de carta desarrolla la revelación del amor de Cristo por nosotros; es una demostración de
cómo debería funcionar el amor fraternal. El propósito principal de esta carta es revelar el amor de
Cristo por nosotros en lo que hizo por nosotros al interceder a favor nuestro ante Dios.
INSTITUTO GALILEA EXTENSION XALAPA

CONSEJERÍA PASTORAL
El propósito práctico de esta carta es enseñar el amor fraternal. Pablo habló de una nueva relación
entre amo y siervo en las otras Epístolas de la Prisión. Aquí demostró cómo debía funcionar dicha
relación. Estos hombres, que pertenecían a dos diferentes clases del Imperio Romano, que se odiaban
y se perjudicaban mutuamente, eran entonces hermanos en Cristo, y tenían que actuar como tales. Y
pensando en nuestro tiempo, ésta es la única solución para una convivencia en paz en la economía,
entre los que ejercen la autoridad y los que obedecen. Al leer el versículo 1 de esta carta, que
encabeza un cordial saludo a Filemón y a su familia:
"Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador
nuestro"
Pablo no mencionó aquí el hecho de que era un apóstol. Cuando él estaba escribiendo a las iglesias,
usó su título oficial: un apóstol de Jesucristo. Pero ésta era una carta personal, a un amigo personal.
No necesitaba defender su apostolado. Su intención en esta ocasión fue ser muy personal; Él se
presentó aquí como Pablo, prisionero de Jesucristo.
En los versículos 8 y 9 en los que Pablo efectuó:
“Una petición de compasión para Onésimo”
"Por eso, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, prefiero
rogártelo apelando a tu amor, siendo yo, Pablo, ya anciano, y ahora, además, prisionero de
Jesucristo."
Pablo estaba llegando al propósito de su carta. Planteó el tema con habilidad, con cautela y con amor.
Iba a hacerle este pedido a favor de Onésimo basado en 3 puntos: (1) Apeló a su amor. Este era el
amor fraternal entre Pablo y Filemón como creyentes en Cristo Jesús. (2) Tenemos la frase, siendo yo,
Pablo, ya anciano. Pablo tendría alrededor de 60 años de edad, pero se consideraba un hombre
anciano. Había sufrido mucho, habiendo sido perseguido como misionero de Cristo. Esas experiencias
le habían avejentado y en ese carácter apeló a Filemón. (3) Pablo se presentó como prisionero de
Jesucristo. Era evidente que no podía presentarse personalmente ante Filemón.
Por tanto, Pablo le estaba pidiendo a Filemón que recibiera a Onésimo como si estuviera recibiendo a
él mismo. El apóstol admitió que le hubiera gustado retener a Onésimo, porque necesitaba a alguien
allí para servirle en la precaria situación en la que se encontraba en la cárcel. Pero Pablo no podía
actuar así. Y dijo en el versículo 14:
"Pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuera forzado, sino
voluntario."
Habiéndose convertido Onésimo en un creyente, el estatus y relación con Filemón eran diferentes. De
acuerdo con la ley romana era aún un esclavo, pero para Filemón sería más que eso. Sería un
hermano. Y ahora veremos que el inocente sustituyó al culpable:

 Detrás de la súplica de Pablo estaba la súplica de Cristo al Padre a favor del pecador que
confía en Cristo como su Salvador.
 El pecador es recibido a la misma posición en que Cristo es recibido.
 El pecador salvado tiene tanto derecho en el cielo como el que tiene Cristo, porque él ha
recibido el derecho de Cristo a estar allí.
INSTITUTO GALILEA EXTENSION XALAPA

CONSEJERÍA PASTORAL
Como dijo Pablo en Efesios 1:6, Dios, en Su gracia nos aceptó en Cristo. Dijo Pablo en el versículo 17
de esta carta a Filemón:
"Así que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo."
Y ahora leamos el versículo 18, que contiene: una ilustración de la imputación
"Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta."
Fue como si Pablo, al ser un creyente en Cristo, hubiera tenido una tarjera de crédito, y dijo: "Si te ha
perjudicado o te debe algo, cárgalo a mi cuenta."

CONCLUSIÓN:
¿Cómo podemos saber el momento del término de un proceso de aconsejar?
El momento de aconsejar podemos observar, en esta carta de Pablo a Filemón, se termina en 2
instantes:
1.Cuando la otra persona aconsejada toma la voluntad y decisión de realizar el consejo en su vida y
avanzar.
2.Cuando el aconsejado resuelve no considerar las observaciones y propuestas del guía.
La consejería es un espacio donde los dos implicados toman decisiones y sobre todo la sabiduría en
Dios vía el camino a seguir. Una pendiente que puede salvar o hundir una vida.
Pablo nos muestra una figura. Este es el momento en la cual venimos a Dios el Padre para recibir la
salvación, podemos oír a Cristo decir: "Si este hombre en algo te perjudicó, o te debe algo, ponlo a mi
cuenta". Porque Cristo pagó el castigo por mis pecados en la cruz. Seguramente el Padre le
respondería: "este hombre no es apto para entrar al cielo". Entonces el Señor Jesús diría: "Si me
tienes por compañero, recibe a este hombre como a mí mismo". Esto es lo que significa estar en
Cristo, aceptado por Dios en El. Por ello aquí tenemos una imagen de cómo Dios el Padre y el Señor
Jesucristo nos acepta a todos.

REFERENCIA:
https://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=929

También podría gustarte