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DEFICIENCIAS EN LA TRAMITACIÓN DEL PROCESO

CONSTITUCIONAL DE AMPARO
DEFICIENCIES IN THE PROCESSING OF THE CONSTITUTIONAL PROCESS OF
AMPARO

Thalía Jheymi Quincho Torres


Jenifer Salirrosas Huamán
Vanessa Shasell Sanchéz Chávez
Judith Milagros Saldaña Villanueva
Arieta Kenery Soto Astopilco 1​

SUMARIO: I.- Introducción. ​II.- El proceso de amparo en el Perú. ​III.-


Características del proceso de amparo peruano. ​IV.- Incumplimiento de las
características del proceso constitucional de amparo. ​V.- ​Crisis del amparo
peruano. ​VI.-​ Conclusiones. ​VII.-​ Lista de referencias.

RESUMEN

El presente artículo se encuentra basado en un proceso constitucional en particular, debido a


ello es que la materia a tratar será el amparo y las deficiencias que se han podido notar en su
tramitación. Con esto, en un inicio se va a dar tratamiento general de los procesos
constitucionales peruanos; sin embargo, el punto céntrico del artículo es el amparo,
describiéndose su naturaleza y las características que le dan particularidad. Posteriormente, se
realizará un análisis de ellas y se va a denotar el incumplimiento que vienen sufriendo hasta
el punto de, a consideración de las autoras, desembocar en una crisis del proceso mismo. Por
ello, para justificar este planteamiento de una crisis, se ha considerado menester abarcar
temas específicos como la desnaturalización de la figura, la incidencia de la sobrecarga
procesal en la tramitación del amparo, la falta de especialización de jueces constitucionales,
la rigidez formal que deviene de la especialidad de los jueces competentes civiles o mixtos, y
finalmente, a partir de un estudio estadístico, establecer que el proceso de amparo se
desarrolla en un plazo irrazonable, pese a ser una tutela de urgencia.

1
​Estudiantes del séptimo ciclo de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la
Universidad Nacional de Cajamarca.

DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 1


Palabras claves: ​Proceso de amparo, incumplimiento, crisis.

ABSTRACT

This article is based on a particular constitutional process, because of this, the matter to be
dealt with will be the protection and the deficiencies that have been noted in its processing.
With this, at the beginning a general treatment of the Peruvian constitutional processes will
be given; However, the central point of the article is the protection, describing its nature and
the characteristics that give it particularity. Subsequently, an analysis of them will be carried
out and the non-compliance that they have been suffering will be denoted to the point of, in
the opinion of the authors, leading to a crisis in the process itself. Therefore, to justify this
approach to a crisis, it has been considered necessary to cover specific issues such as the
denaturing of the figure, the incidence of procedural overload in the processing of the
amparo, the lack of specialization of constitutional judges, the formal rigidity that becomes of
the specialty of competent civil or mixed judges, and finally, based on a statistical study,
establish that the amparo process takes place in an unreasonable time, despite being an
emergency guardianship.

Keywords:​ Process of protection, non-compliance, crisis.

I. INTRODUCCIÓN

Los procesos constitucionales deben contar con medios efectivos, pues su objetivo es
brindar protección efectiva y urgente a los derechos constitucionales de los ciudadanos
que se ven afectados por actos u omisiones del Estado o de las personas, y por lo tanto,
no pueden utilizar el tiempo que merecen. Los procesos ordinarios a resolver, entonces,
son la eficiencia y celeridad que debe tener todo proceso constitucional de protección de
los derechos constitucionales, y como el proceso de amparo forma parte de estos
procesos, no puede ser ajeno a estas características.

Lamentablemente, esto no se cumple plenamente en la realidad jurídica peruana, ya


que los procesos constitucionales suelen demorar mucho en su tramitación en sede
judicial, ya sea por la excesiva carga procesal en el Poder Judicial o porque no hay jueces
especializados en materia constitucional en el Poder Judicial que puedan dar un análisis

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constitucional a las causas que llegan a sus despachos. De lo expuesto se deduce que la
variable independiente vendría ser la demora en la tramitación en el poder judicial; y por
otro lado las variables dependientes son la excesiva carga procesal y la falta de jueces
especializados en materia constitucional en el poder judicial.

Por ello el presente artículo busca mostrar la verdadera situación del proceso de
protección de los derechos constitucionales del Perú. Para la cual en se realizará una
revisión teórica, así también se señalará los puntos que consideramos han degenerado el
proceso de amparo. Finalmente, presentaremos una serie de reflexiones a modo de
conclusión.

II. EL PROCESO DE AMPARO EN EL PERÚ

Para empezar, los procesos constitucionales son un conjunto de actos que tienen como
finalidad que toda persona tenga tutela efectiva de los derechos que le reconoce la
Constitución. En ese sentido, las garantías constitucionales incorporadas en la
Constitución de 1993, deben ser entendidos como instrumentos procesales que permiten
de manera directa la defensa de los derechos fundamentales que la Constitución ha
establecido de manera abierta, cuando éstos sean afectados. Es así que como procesos
constitucionales de tutela de derechos, que se encuentran destinados a la protección
directa de los derechos fundamentales, encontramos a los procesos de amparo, hábeas
corpus, hábeas data, acción de cumplimiento, acción competencial.

Los procesos constitucionales nacen con el objetivo de asegurar la plena vigencia de


la Constitución. Sin embargo, como la Constitución no se vale por sí misma, sino en la
medida en que promueve la plena realización de la persona, recoge por un lado las
demandas de justicia natural que se derivan de la persona y por otro de la organización
del poder constitucional como medio efectivo para promover el eficaz cumplimiento de
los derechos humanos; por ello se dice que los procesos constitucionales tienen un
propósito inmediato y otro último. El primero es la plena vigencia de todos los
contenidos de la Constitución, el segundo es la plena realización de la persona como el
fin en sí mismo que es.

En consecuencia, el procedimiento constitucional es decisivo para asegurar la plena


vigencia de los derechos y libertades de los peruanos y la plena vigencia de la

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supremacía constitucional. Así también lo establece el artículo II del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional, Ley No. 28237. En este sentido, el aseguramiento de
la primacía de la Constitución y la vigencia efectiva de los derechos constitucionales que
debe observarse en la tramitación y desarrollo de los procesos constitucionales desde el
sometimiento del reclamo hasta su resolución a través de una sentencia y su ejecución.

Por otro lado, la Constitución enmarcada en un Estado Constitucional de Derecho no


debe acaecer en un conjunto de normas sobre derechos, valores y principios
constitucionales, que no tenga incidencia en la vida de las personas, por ello los procesos
constitucionales comparten una doble dimensión o naturaleza en su objeto de tutela, es
decir, una dimensión objetiva y una dimensión subjetiva; la primera dimensión busca
garantizar los derechos y principios que se encuentran en la Carta Magna y la segunda
busca la protección urgente de los derechos constitucionales. Así mismo al poseer una
doble dimensión, la protección tanto de uno como de otro, implica la protección del
orden objetivo y de los derechos fundamentales; llegando a la premisa que la defensa de
los derechos fundamentales no concierne únicamente al titular del derecho vulnerado,
sino también al Estado y a la sociedad en su conjunto, esto último ha sido mencionado en
la STC. No. 0023- 2005-PI/TC, f. j. 11.

En efecto la finalidad de los procesos constitucionales sea para la tutela de derechos


fundamentales, o para garantizar la supremacía constitucional, al poseer una doble
dimensión, el objeto de los procesos constitucionales dedicados a la tutela de derechos
fundamentales comprendidos en nuestra Constitución Política, requieren de
características especiales, que permitan una real tutela de los derechos y los diferencie
del resto de procesos, entre estas destaca la tutela de urgencia.

Por otro lado, debido a que hay una doble dimensión no solo se busca la protección de
los derechos fundamentales, sino también la constitucionalidad del derecho objetivo, de
ahí que los procesos constitucionales deben ser capaces de comprender no solo la tutela
subjetiva de los derechos constitucionales, sino también la tutela objetiva de la
Constitución, lo que determina la fundamental diferencia entre la naturaleza de estos
procesos con los procesos ordinarios, ya que los procesos constitucionales son de
naturaleza excepcional por la tutela urgente.

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Sobre los procesos de tutela de los derechos constitucionales, los dos principales son
el proceso de hábeas corpus y el proceso de amparo; sobre este último es un proceso
constitucional autónomo de tutela de urgencia de derechos fundamentales, distintos a la
libertad individual, y cuyo fin es reponer a la persona en el ejercicio del derecho
ius-fundamental amenazado o vulnerado producto de «actos lesivos» perpetrados por
alguna autoridad, funcionario o persona. En otras palabras, el amparo se nos presenta
como la tutela especial de derechos calificados como ius-fundamentales, esto es, la tutela
que brinda es de naturaleza “constitucional”; y por lo mismo, la protección procesal que
se dispensa tiene el carácter de “tutela de urgencia”, como una forma especial de tutela
diferenciada.

Así también es un proceso constitucional en el cual se tutelan todos los demás


derechos fundamentales contenidos en la Constitución, incluidos los derechos implícitos
y los que se desprenden de la cláusula de numerus apertus contenida en el artículo 3º de
la Constitución peruana, que no encuentran protección en los procesos de hábeas data,
cumplimiento y hábeas corpus.

Siguiendo la misma línea, el amparo, resulta ser un instrumento procesal macro y


protector de complejos derechos que factiblemente abarcan un universo más amplio que
los demás procesos ya citados. Y ello es así, porque el amparo, en rigor, protege todos
los derechos fundamentales, a excepción de la libertad individual que tiene su carril
procesal en el hábeas corpus, ni los derechos protegidos por el hábeas data. Visto así, no
cabe duda que el Amparo viene a ser una manifestación específica de la defensa de la
Constitución.

Puede ser interpuesto por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, así
mismo resulta ser más formal porque requiere que la presentación de la demanda cumpla
con formalidades, así como tener que explicar claramente en que se basó la violación del
derecho fundamental, puesto que, si el juez advierte que no se ha especificado
claramente, puede declarar inadmisible la demanda; pero siempre teniendo en cuenta el
principio de la suplencia de la queja suficiente, que permite que se puedan salvar las
formalidades que pueden existir, frente a la protección que se tiene que dar a los
derechos que han sido vulnerados o amenazados de modo alguno.

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Como se dijo anteriormente el proceso de amparo busca reponer las cosas al estado
anterior de la violación o amenaza de un derecho fundamental. Pero ¿qué pasa si esa
vulneración o amenaza deviene en irreparable? Si sucede esto, se aplicará una especie de
sanción ya sea contra el funcionario infractor, o la aplicación de alguna multa pecuniaria
para que en el futuro no se vuelva a cometer ese tipo de vulneración o amenaza de
derechos fundamentales.

Ahora bien, en la actualidad su estudio y especificación ha cobrado tal importancia


que se ha desarrollado una tipología del mismo proceso mediante la jurisprudencia del
propio TC, puesto que tenemos el amparo contra amparo (STC. No. 200-2002-AA/TC),
amparo arbitral (STC. No. 6149-2006-PA/TC), amparo contra normas legales (STC. No.
1535-2006-PA/TC) y amparo contra resoluciones judiciales (contenido en el artículo 4
del Código Procesal Constitucional y STC. No. 4175-2010-AA/TC). También es
necesario detallar que la jurisdicción constitucional del proceso de amparo peruano es
compartida tanto por el Poder Judicial como por el Tribunal Constitucional, es decir,
antes de llegar al TC peruano, la causa constitucional que invoca la afectación de un
derecho constitucional debe ser de conocimiento previo por parte de las dos instancias
del Poder Judicial.

III. CARACTERÍSTICAS DEL PROCESO DE AMPARO PERUANO


El amparo, como medio procesal de protección diferenciada, tiene como finalidad la
tutela efectiva de los derechos fundamentales; en este sentido, es necesario que cumpla
con ciertas características, como la extraordinariedad, la subsidiariedad, la sumariedad, la
flexibilidad y la urgencia en la tutela.

3.1. La extraordinariedad

El proceso de Amparo es un medio excepcional o extraordinario, porque su


objeto es tutelar los derechos fundamentales directamente comprendidos dentro de la
Constitución Política del Perú, ante cualquier afectación o amenaza que ocurra,
evitando de esta forma la irreparabilidad de los mismos, siendo esto último lo que lo
diferencia del resto de procesos (Sentencia. N°. 4196-2004, 2005).

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En la misma línea, Peñaranda (2010) señala que: “Es aquel medio jurídico de
carácter excepcional que tienen las personas jurídicas y naturales para defenderse de
las violaciones a sus derechos y garantías constitucionales, originados por actos,
hechos u omisiones de las autoridades o de los particulares”.

Por ello, podemos afirmar que el proceso de amparo es extraordinario porque no


se discute la titularidad del derecho como en los procesos ordinarios, sino que se
busca impedir la irreparabilidad del derecho fundamental.

3.2. La subsidiariedad

Uno de los cambios más importantes introducidos por el Código Procesal


Constitucional, es el referido a la sustitución del modelo alternativo por el modelo
subsidiario o residual, establecido en el inc. 2 del artículo 5, que a la letra dice: “No
proceden los procesos constitucionales: (...) Cuando existan vía procedimentales
específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional
amenazado o vulnerado (…)”.

Esto significa que la víctima podrá acudir únicamente al proceso de amparo, en


busca de tutela de sus derechos fundamentales cuando, las vías ordinarias no sean
idóneas, satisfactorias o eficaces para la tutela del derecho, o por la necesidad de
protección urgente del mismo.

3.3. La sumariedad

Sobre el carácter sumario del Amparo podemos señalar que, es un proceso breve,
que busca el pronto restablecimiento del derecho vulnerado o amenazado, por lo que
sus términos son muy cortos y los jueces están obligados a darles trato preferente. A
fin de conseguir dicha brevedad, el proceso de Amparo limita algunas etapas
procesales, por lo que, la demanda de amparo solo será viable en los casos en que el
recurrente acredite fehacientemente los hechos alegados mediante medios
probatorios que no requieran de actuación, pues, este proceso carece de estación
probatoria.

Sobre este punto, Castillo Córdova (2011) señala que “La sumariedad procesal
viene, pues, exigida por la gravedad y urgencia de la situación creada por la agresión

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del contenido esencial de un derecho fundamental”. Efectivamente, el amparo no se
propone declarar o constituir derechos, solo protege a titulares ya reconocidos.

3.4. La flexibilidad

El proceso de Amparo se caracteriza por la ausencia de formalidades en los


procedimientos; es decir, es flexible con el fin de obtener el restablecimiento del
derecho vulnerado.

El Código Procesal Constitucional en el artículo III del Título Preliminar


establece que: “El Juez y el Tribunal Constitucional deben adecuar la exigencia de
las formalidades previstas en este Código al logro de los fines de los procesos
constitucionales”.

En ese sentido, este artículo obliga al juez constitucional a que adecúe las
exigencias formales del proceso constitucional al logro de los fines que este posee,
ya sea el resguardo de la supremacía de la Constitución como la protección de los
derechos fundamentales de los particulares.

3.5. La urgencia

El Tribunal Constitucional señala que: “Existen dos perspectivas para entender


cuándo una vía puede ser considerada igualmente satisfactoria: Una objetiva,
vinculada al análisis de la vía propiamente dicha (vía específica idónea); y otra
subjetiva, relacionada con el examen de la afectación al derecho invocado (vía
urgente iusfundamental). Desde una perspectiva subjetiva, una vía ordinaria puede
ser considerada igualmente satisfactoria si: Transitarla no pone en grave riesgo al
derecho afectado, siendo necesario evaluar si transitar la vía ordinaria puede tornar
irreparable la afectación alegada”. (Sentencia. N° 02383-2013, 2015)

En consecuencia, la característica de la tutela urgente satisfactoria, aparece como


respuesta a la necesidad de un posible y real agravio irreparable del derecho
fundamental recurrido, y conociendo que los procesos ordinarios no pueden tutelar
de forma idónea, se requiere que el amparo como mecanismo procesal excepcional y
diferenciado posea urgencia en el trámite y conocimiento de la demanda para lograr
tutelar derechos fundamentales que no podrían lograrse con los procesos ordinarios.

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IV. INCUMPLIMIENTO DE LAS CARACTERÍSTICAS DEL PROCESO
CONSTITUCIONAL DE AMPARO

Anteriormente se mencionó que el proceso constitucional de amparo, es un medio


extraordinario que protege y tutela de forma urgente derechos fundamentales, los que se
indican en el Artículo 37 del Código Procesal Constitucional, cuyo objetivo es
restablecer el goce del derecho, reponiéndolo al estado anterior de su afectación.

Esta característica de extraordinariedad implica que es el medio idóneo al que se


puede acudir en busca de protección urgente, por lo que se necesita de un trámite
sumario y célere, de lo contrario el daño puede convertirse en irreparable.

Penosamente estas características en el Perú no se han cumplido al hacer uso de este


proceso, pues la Defensoría del Pueblo en el 2015, presentó el Informe Defensoría N°
172, en el cual, a partir de un estudio llevado a cabo en el Distrito Judicial de Lima sobre
el Proceso de Amparo, señaló lo siguiente:

● Gran cantidad de demandas se habían presentado en contra de Entidades


Estatales, entre ellas el Poder Judicial.
● Las demandas demoraban en ser atendidas 3 años.
● Sobrecarga procesal de los juzgados constitucionales.

A partir de ello, claramente podemos ver que la demora repercute tanto en su


característica de tutela urgente como de un trámite célere, pasando a asimilarse a un
proceso común.

Así también, como señala Roel Alva (2013), el hecho de ser atendido
primigeniamente por el Poder Judicial para luego recién ser de conocimiento del
Tribunal Constitucional, afecta su característica de un trámite sumario.

Por tanto, el incumplimiento de las características de este proceso conlleva a su


quiebre puesto que no cumple con su fin principal previsto en el Código Procesal
Constitucional.

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V. CRISIS DEL AMPARO PERUANO

Teniendo en cuenta el tiempo excesivo que toma en ser atendida una demanda de
amparo, la cual no solo se presenta en este momento sino también cuando la demanda es
declarada fundada, ya que esto implica que el expediente retorne al juzgado donde el
proceso inició para que la sentencia se ejecute, lo cual también suele demorarse.

Es notorio que el proceso de amparo no cumple con su finalidad, puesto que no otorga
tutela urgente, ni un proceso célere, se evidencia la crisis de este proceso constitucional,
por lo que es pertinente investigar los factores o razones que dan lugar a esta situación.

Entre dichos factores abordaremos: desnaturalización de la figura, la sobrecarga


procesal en el Poder Judicial, la falta de Jueces especializados en materia constitucional
en el Poder Judicial, la rigidez formal de los Jueces Constitucionales del Poder Judicial y
el plazo irrazonable.

4.1. Desnaturalización de la figura

Se ha hecho hincapié en que, el proceso de amparo brinda tutela urgente a


derechos fundamentales, dicha tutela no funciona para todos los derechos
fundamentales, sino para los que se especifican en el Código Procesal
Constitucional, de forma genérica para aquellos derechos que no son protegidos ni
por el Habeas Corpus ni por el Habeas Data.

Así también debe tenerse en cuenta que el amparo no procede para proteger
aspectos de un derecho que no están relacionados con el aspecto constitucional del
mismo, así lo indica el artículo 38 del Código Procesal Constitucional.

Siendo este el contexto, algunos recurrentes han empleado este medio procesal
para defender sus intereses que no estaban relacionados con su aspecto
constitucional cuando en realidad existen otros procesos para su protección, lo cual
ha desnaturalizado la figura ya que planean hacer uso de un proceso constitucional
como si fuese un proceso ordinario.

Esta situación da lugar a:

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● El recurrente no obtenga la protección que solicita al desconocer cuál es la vía
idónea
● La demora para conocer demandas que, si versan sobre contenidos
constitucionales

Cabe recordar que existen procesos ordinarios a través de los cuales se conocen
distintos supuestos y engloba distintas finalidades, debe procurarse que el acudir a
un proceso de amparo sea estrictamente para la defensa del contenido constitucional
directo de un derecho.

Del mismo modo se ha pronunciado el Tribunal Constitucional, al imponer


multas para recurrentes que usan de forma maliciosa el proceso de amparo para
dilatar derechos de terceros. (STC. No. 1837-2010-PA/TC)

4.2. Sobrecarga procesal del Poder Judicial

La sobrecarga procesal no es un problema reciente que afecta al Poder Judicial;


en un primer momento se preveía un estándar razonable de mil procesos al año, esto
establecido por Resolución Administrativa del Poder Judicial Nº 108 -CME-PJ; sin
embargo, se debe tener en cuenta el aumento demográfico del país, para el momento
en el que se dicta esa resolución, la demografía del Perú era de 24 millones 348 mil
132 habitantes. Actualmente, la cifra más cercana es la del 30 de junio del año 2020,
con 32 millones 625 mil 948 habitantes; se debe tener en cuenta también que esta
cifra de carga razonable no ha variado y se mantiene al día de hoy, aún con el
aumento demográfico. Atendiendo al problema de la sobrecarga procesal de los
Juzgados Civiles es que por Resolución Administrativa Nº 319-2008-CE-PJ se
realiza una conversión de juzgados civiles a juzgados constitucionales, por tanto, se
han creado una especie de juzgados especializados de primera instancia para una
descarga procesal; no obstante, la sobrecarga procesal es inevitable y ha llegado al
punto de que en el año 2019 la Corte Superior de Lima declaró en emergencia el
área civil por sobrecarga en procesos. Esta situación no es ajena en los demás
distritos judiciales del país, aunque no se haya llegado al punto de declarar una
emergencia por ello.

Con esto se evidencia que los procesos constitucionales sufren retrasos en su


conocimiento y resolución a causa de la sobrecarga procesal en materia civil. Esto

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impide que se cumplan con los plazos procesales y de esta manera se contraviene a
los fines de los procesos constitucionales que requieren de sumariedad y urgencia de
tutela, esto aunado a evitar la indefensión de derechos, específicamente en este
artículo, el amparo.

4.3. Falta de Jueces especializados en materia constitucional en el Poder Judicial

Se toma como punto de partida a los jueces competentes para tramitar una
demanda de amparo y el Código Procesal Constitucional, en su artículo 51º
establece que los jueces competentes son el Juez Civil o Mixto. Esto supone un
problema ya que a decir de Sagües (2000): “la ausencia de mentalidad constitucional
en el Juez común no formado en el derecho constitucional, aparte de llevar a
visualizar a este último con los ojos de otras disciplinas, significa vivirlo con otro
espíritu distinto al propio”

Es por ello que, en un intento de cambiar esa situación, como se mencionó líneas
arriba, la Corte de Lima ha optado por especializar a jueces constitucionales en
primera instancia, como una suerte de ayuda en la sobrecarga procesal también. Sin
embargo, resulta meramente un intento y no un sustento de cambio, esto porque la
conversión de juzgados civiles a constitucionales, es mero formalismo o mero
cambio de nombre, pues no existen verdaderos órganos jurisdiccionales dirigidos
por jueces especializados constitucionales; esto mismo señala Blancas (2012):
“existen juzgados especializados en Lima, pero no jueces especializados, no se
puede convertir a un Juez Civil en Juez Constitucional con un cursillo de un mes”.

Referente a los Jueces Civiles o Mixtos competentes para conocer causas


constitucionales, se tiene que tener en cuenta que por su especialidad, están
apegados a los formalismos, aunque ahora exista una ponderación de principios y
valores irradiados por un Derecho Constitucional en la resolución de causas, está esa
dificultad de que el Juez abandone una mentalidad formalista, lo que supondría un
problema para los justiciables porque no se podría asegurar una verdadera
especialización que requieren los procesos constitucionales y las peculiaridades de
un proceso de amparo por ser el proceso que mayor extensión de derechos protege.

4.4. Abandono de una rigidez formal de los Jueces del Poder Judicial

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El excesivo formalismo deviene como un autolímite al propio órgano
jurisdiccional constitucional para poder resolver sobre el fondo de las causas que se
le presentan, es por ello que en los procesos constitucionales se evita tal situación,
que no significa dar libertad a las formas procesales, sino evitar que estas rigideces
impidan que se desarrolle una adecuada tutela efectiva. Siguiendo a Retortillo y
Baquer (1983): “las formalidades inservibles no solo no ayudan a la Justicia, sino
que, al contrario, la impiden y contrarían. Lo que pudieron ser canales fluidos, no
son más que caños atascados que perturban e inundan, aunque solo sea de papeles
inútiles”

Es por ello que, los requisitos formales no deben llegar a ser obstáculos o
entorpecimiento en la búsqueda de una justicia constitucional. Esto deviene de la
misma naturaleza de los procesos constitucionales, como una tutela de urgencia de
derechos que, por lo mismo, debe ser fluida y más aún si se habla de un proceso de
amparo en el que se protege un gran listado de derechos susceptibles de vulneración.

Se hace mención de este punto, atendiendo a una obviedad de la mentalidad y


predisposición de los Jueces competentes de procesos constitucionales, que por
mandato constitucional son los Jueces Civiles o Mixtos del distrito judicial en el que
se encuentren; ellos por naturaleza de su especialidad, se guían por una rigidez
formal para el proceder de la causa y que ellos sean los encargados de dirimir causas
constitucionales, no termina de convencer que ellos de un momento a otro obvien la
rigidez formal que tanto conocen y practican.

4.5. Plazo irrazonable en la tramitación del Proceso de Amparo

Uno de los problemas que aqueja a este proceso constitucional, es referido a su


duración, pese a estar diseñado como un mecanismo de tutela urgente, tiene una
duración irrazonable, como se verá a continuación.

Para tratar este punto, es menester basarnos en aproximados estadísticos del


proceso de amparo desde la interposición de la demanda realizados por la Defensoría
del Pueblo, cabe resaltar que puede variar acorde a los resultados y que en este
artículo se tomarán a modo de referencia.

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En promedio, entre la presentación de la demanda y la emisión de la sentencia,
transcurren 23 meses y 14 días, a esto se le agregan los días que demora la
notificación que en promedio serían 54 días. Con esto se evidencia que la primera
instancia culminará en un lapso de dos años y un mes.

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El trámite en segunda instancia, da como resultado un periodo promedio de 11
meses 12 días.

Sumado el periodo promedio que llevaría la tramitación de ambas instancias, se


concluye que un proceso de amparo demora en promedio 3 años en ser resuelto y sin
considerar el tiempo que tomaría continuar el proceso ante el Tribunal
Constitucional, en el supuesto de que se presente el recurso de agravio
constitucional.

Sin duda, queda evidente que el trámite de un proceso de amparo lleva un largo
plazo que no respeta una tutela urgente de derechos aunado a la gran cantidad de
derechos que están bajo su protección.

VI. CONCLUSIONES
● Los procesos constitucionales nacen con el objetivo de asegurar la plena vigencia de
la constitución; sin embargo, en la medida de lo posible los procesos constitucionales
comparten una doble dimensión o naturaleza en su objeto de tutela, es decir, una
dimensión objetiva y una dimensión subjetiva.
● El amparo es un proceso constitucional en el cual se tutelan todos los demás derechos
fundamentales contenidos en la constitución, incluidos los derechos implícitos y los
que se desprenden de la cláusula de numerus apertus.
● Uno de los cambios más importantes introducidos por el Código Procesal
Constitucional, es el referido a la sustitución del modelo alternativo por el modelo
subsidiario, esto significa que la víctima podrá acudir únicamente al proceso de
amparo, cuando, las vías ordinarias no sean idóneas, satisfactorias o eficaces para la
tutela del derecho, o por la necesidad de protección urgente.
● El proceso constitucional de Amparo brinda tutela urgente a los derecho
fundamentales comprendidos en la Constitución Política del Perú, ante el posible
agravio irreparable del derecho fundamental.
● Actualmente en el Perú, no se han cumplido las características de un proceso de
amparo, respecto a su trámite célere y uso extraordinario.

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● La finalidad del amparo que es proporcionar tutela urgente, se ha visto afectada por el
excesivo tiempo que toma en ser atendido una demanda de amparo, dando lugar a la
crisis de este proceso.
● El uso del proceso de amparo, para tutelar de forma urgente a derechos pero no en su
aspecto constitucional, ha ocasionado su uso como proceso ordinario y constituye una
de las razones de la demora para atender demandas que sí tienen contenido
constitucional.
● La repercusión de la sobrecarga procesal en el Poder Judicial del área civil, ocasiona
que directamente afecte en la tramitación a los procesos constitucionales de los cuales
también son competentes, teniendo como efecto más lesivo, un retardo en el trámite
aun cuando los derechos ahí vulnerados son de urgente tutela.
● Los jueces competentes para conocer los procesos de amparo son los Jueces Civiles o
Mixtos, dependiendo el distrito judicial, es por ello que se evidencia la carencia de
Jueces Constitucionales especializados en esta rama que aseguren un adecuado
tratamiento respecto a la materia de conocimiento.
● Atendiendo a los jueces competentes, resulta preocupante que por el apego que
puedan tener a los formalismos, propios de su especialidad, puedan entorpecer la
tramitación de procesos constitucionales cuando por su naturaleza de urgente,
deberían ser más fluidos.
● El largo tiempo que conlleva la tramitación de un proceso de amparo, difiere con su
naturaleza y por ende, con el logro de su finalidad que sería garantizar una tutela
urgente de derechos, se hace evidente que existe un plazo irrazonable de resolución,
sólo tomando en cuenta la duración promedio del trámite en primera y segunda
instancia.

VII. LISTA DE REFERENCIAS

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DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 17

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