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Hacia 1950 la composición étnica de la población era de 52% indios, 25% mestizos y el
13.5% blancos (Cusicanqui, 1984 p. 146) lo que revela la compleja red de relaciones
sociales entre los diversos sectores de la sociedad boliviana cuyo carácter estamental y
desarticulado permanecerá como un rasgo definitorio hasta mediados del siglo XX.
En el aspecto económico durante la época colonial el gran cerro Potosí abasteció al mundo
de plata y para entrado el siglo XX el estaño fue la “salvación”. Salvación para unos pocos
ya que el poder de las compañías estañíferas era incuestionable; tres empresas familiares
controlaban el 80% de la industria y de las exportaciones nacionales, lo que proporcionaba
una base impositiva segura para el Estado y un ingreso garantizado de divisas (Dunkerley,
1987, p. 29). “La Rosca”, como se conoce más habitualmente a este conjunto de
propietarios mineros, eran tres imperios económicos individuales: Patiño, Aramayo y
Hochschild. El bloque dominante formado por estos empresarios ligados al capital
extranjero (barones del estaño) y la clase terrateniente (aproximadamente el 4,5% era
propietaria del 70% de la tierra agrícola) determinó de manera sustancial la vida económica
y política de Bolivia en la primera mitad del siglo XX, ya que la conformación de un
Estado Nacional moderno estaba ausente en el horizonte ideológico de la oligarquía
boliviana. Tal es así que los latifundistas por ejemplo seguían realizando el pongueaje 1 . Lo
que se traducía políticamente en la hegemonía de un grupo reducido de la derecha producto
de un rancio tradicionalismo y liberalismo estatal sin límites.
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Sistema por el cual el campesino debía prestarle servicios personales al propietario del latifundio.
2
Por otro lado la noción de la creación de una nueva Bolivia estuvo íntimamente ligada a la
agenda política marcada por la izquierda socialista fruto de las ideas sostenidas por
universitarios y pensadores que tras la guerra del Chaco 2 veían en Bolivia una gran deuda
con el progreso y la consecuente modernización del país. Como resultado de estos intereses
en común, jóvenes políticos e intelectuales de la generación de la guerra, entre ellos el
abogado Víctor Paz Estenssoro y el escritor Carlos Montenegro 3 , dieron origen en 1941 al
partido político llamado Movimiento Nacionalista Revolucionario.
Hacia abril de 1952 estalló la revolución: los mineros organizados, los campesinos, y el
MNR realizaron un levantamiento popular sin precedentes a lo largo y ancho de todo el
país. Se dio por finalizado un Estado que no representaba al grueso que componía la nación
y mediante la estrategia de la alianza de clases el MNR estableció la nueva Bolivia.
De esta manera el MNR que había nacido en la década del 40´ tras la derrota del Chaco con
una fuerte impronta nacionalista, recaló en la década del 50´ como un verdadero partido de
masas con sus contradicciones al interior entre su ala derecha y su ala izquierda. Una vez
asumido el poder y a partir de las instituciones estatales, el MNR emprendió una serie de
reformas con el fin de la homogeneización cultural y de dotar de legitimación el proceso
revolucionario, en el cual junto con la sociedad civil, había sido protagonista.
Poco a poco el discurso nacionalista revolucionario fue virando hacia un discurso de
Estado.
El siguiente discurso a ser analizado fue pronunciado al comienzo del año 1953 en la
capital donde se llevó a cabo el tramo final de la revolución. Víctor Paz Estenssoro fue
electo presidente en 1951 cuando todavía el sistema de votos era calificado, en ese
momento los militares que estaban en el poder le impidieron asumir. Exiliado en Argentina
pudo volver a Bolivia para hacerse cargo de la presidencia tras el estallido revolucionario.
Fundador con otros intelectuales del MNR, fue considerado el padre de la revolución,
entonces: ¿qué nos dicen sus palabras?, ¿a quienes se dirige?, ¿cómo se muestra?, ¿quién
habla?, ¿qué está buscando?
2
La Guerra del Chaco fue la contienda bélica más impo rtante del siglo XX en Sudamérica y su periodo fue de
1932 a 1935. La disputa fue llevada a cabo entre Bolivia y Paraguay por el control de los territorios que
conforman el Chaco Boreal.
3
Su libro Nacionalismo y coloniaje (1943) influyó fuertemente en la ideología del partido.
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Marco teórico
Para realizar el siguiente análisis utilizaré los aportes de Michel Foucault para identificar y
caracterizar los objetos de discurso (1983) así como también su entrecruzamiento con las
definiciones como argumentos de autoridad (Perelman, 1997) y los lugares de la persona,
es decir, dónde se apoya el locutor para decir lo que dice (Quintiliano, 1944)
También me serviré de los estudios de Dominique Maingueneau (2010) quien sostiene que
el ethos se muestra en el acto de enunciación, no se dice en el enunciado. Lo que implica
que debe ser percibido ya que no es objeto de discurso. Además Maingueneau afirma que el
ethos es una noción discursiva que se construye a través del discurso, no es una imagen del
hablante exterior a la palabra. En adición es importante recalcar que el mismo está
fundamentalmente vinculado a un proceso interactivo de influencia de otro.
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Análisis
1. Objetos de discurso
De acuerdo a la definición de convención como reunión general, en este caso para fijar el
porvenir del partido, uno podría imaginar que lo que allí se desenvuelve es un programa a
seguir dictado por la cúpula de la organización. Sin embargo, dada la coyuntura específica,
el locutor no solo traza una especie de plan que él pretende que respeten sino también que
se avoca a hablar del Movimiento Nacionalista Revolucionario. De esta manera podríamos
afirmar que uno de los objetos del discurso es el partido político conocido como MNR.
Foucault (1983) afirma que “no se puede hablar en cualquier época de cualquier cosa” es
decir, son los mismos tiempos los que vuelven audible y legible o no determinadas ideas.
Lo que implica que los objetos de discurso son estrictamente históricos, tienen un
enraizamiento en condiciones específicas. Veremos a continuación uno de los fragmentos
de la apertura del discurso:
(1)
“Y es que un partido es un instrumento de ejecución del que disponen las clases para la
conquista de sus aspiraciones. Así el MNR es instrume nto de ejecución de los anhelos de
todo el pueblo boliviano, con la única excepción de los sirvientes del imperialismo y del
feudalismo. El MNR es un instrumento de la Revolución Nacional, y ha de servir de
ejemplo a todos los pueblos de América Latina que luchan por su liberación nacional. ”4
Aquí en primera instancia podemos observar como Paz Estenssoro construye el objeto a
través del mecanismo de la definición: “Y es que un partido es…”. Luego reemplaza
partido por MNR: “el MNR es un instrumento de ejecución de los anhelos de todo el
pueblo boliviano”. Prontamente suplanta en la última frase resaltada: “anhelos de todo el
pueblo boliviano” por “revolución nacional”. Es decir que sustituye y equivale “partido” y
“MNR” pero también lo hace con “instrumento de ejecución”, y luego suple y homologa al
“pueblo boliviano” con la “revolución nacional”.
Chaim Perelman (1997 pp. 89-90) sostiene que la definición es un tipo de argumento de
identidad, que instaura conexiones entre un definiendum (lo definido) y un definiens
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El discurso inaugural de la VI convención del MNR proclamado por Víctor Paz Estenssoro en 1953 se
encuentra disponible en el lib ro La Revolución Boliviana: documentos fundamentales cuyos compiladores son
Hernández, Juan y Salcito, Ariel. Los destacados y recortes son pura y exclusivamente míos.
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(definición) que no son obvias. De manera tal que podemos inferir que si Paz Estenssoro
hace esta aclaración sobre qué es un partido, es porque pretende unificar la definición del
mismo con el auditorio de la convención. Asimismo intenta delimitar qué es en particular el
MNR en relación con el acontecimiento revolucionario e instaura una cadena de
equivalentes. Mariana di Stefano (2018, p. 115) en su análisis sobre el discurso del
presidente Mauricio Macri el 1° de mayo del 2017 en Argentina, afirma que el mandatario
en la necesidad de definir el objeto “trabajo” deja ver la representación de ruptura, de falta
de acuerdo y la urgencia de instalar una nueva evidencialidad con el público espectador.
En este caso puntual estamos analizando podríamos pensar que nos encontramos ante un
locutor que necesita efectivamente instaurar otra evidencialidad, la de que el partido que ha
llegado al Estado lo hizo a partir de una alianza de clases y un estallido revolucionario,
particularidades que jamás habían tenido precedente en la historia boliviana. Al respecto
Víctor Paz Estenssoro continúa diciendo:
(2)
“El triunfo del MNR se debió a que es un partido de proletarios, del campesinado, de
la clase media y la pequeña burguesía que buscaban transformaciones, gracias a la
conciencia que habían alcanzado (…) Logró en su lucha compactar a todas las clases
oprimidas con la conciencia de la liberación nacional, lo que prueba el triunfo en las
elecciones del 51.”
Esta segunda cita nos introduce ligeramente a otro de los objetos del discurso : la historia
del MNR y su consiguiente actualidad. Lo hace mencionando las elecciones de 1951, donde
el MNR había arrasado con los votos pero el presidente de aquel entonces Mamerto
Urriolagoitia procedió al autogolpe y pasando por encima la Constitución, entregó el
gobierno a una junta militar. Este hecho es conocido como “el Mamertazo” y retrata al
extremo las maniobras de determinados sectores militares con el fin de impedir el ascenso
del MNR. Para edificar tal objeto del discurso, el presidente apela a la historia reciente
como el caso de las elecciones de 1951, pero también lo hace singularizando los hechos
revolucionarios y cargándolos de una fuerte impronta heroica:
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(3)
Además el presidente detalla estrictamente, en una parte de su discurso, las obras realizadas
por el MNR una vez ya en el gobierno:
(4)
Sin embargo, estas obras tienen la especificidad de no pertenecer al pasado en tanto no son
previas a 1952 sino que forman el “aquí y ahora” del partido. En este punto nos podríamos
preguntar: ¿qué constituía el ahora en aquel discurso? en otras palabras, ¿qué construía
actualidad? (Foucault, 1996) La actualidad estaba construida por las medidas inmediatas a
la revolución que habían transformado radicalmente la percepción del tiempo que se estaba
viviendo. El presente podía ser modificado y por ende la noción de futuro. Si el Estado ya
no estaba más en manos de “la Rosca” y sus aliados, el presidente asevera “el poder del
Estado se manejó con vistas exclusivamente a los intereses bolivianos”. Luego sostiene:
(5)
“Fundamentalmente debe mantene rse la unidad del Partido, a toda costa y con
cualquier sacrifico. Una razón del éxito de la Revolución contra el poder de la “rosca” y
de la oligarquía, fue el esfuerzo de todo el pue blo con la excepción de los sirvientes del
imperialis mo y de esa oligarquía. (…) Sin embargo, mi llamado a la unidad no significa
que me oponga a la limpieza del partido de todos los elementos reaccionarios; creo
indispensable esta limpieza individualizada, porque cuando la reacción pierde la batalla
procura enervar la marcha de la revolución desde las propias filas del partido
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La in formación entre paréntesis sobre los años y meses de las obras realizadas son agregados míos que
pretenden ayudar a una comprensión más integral.
7
revolucionario. La depuración debe hace rse (…) con sentido revolucionario; quienes
favorecen a la revolución y quienes se oponen: ese es el criterio ”
(6)
En este punto podemos observar con claridad, como el presidente boliviano argumenta a
partir de la acción de apoyarse en un lugar común como lo es el pueblo según Quintiliano
(Mortara Garavelli, 1988, pp.93-94). Pues es específicamente el pueblo boliviano el que ha
decidido esto, no solo a partir de las elecciones sino también de llevar a cabo la revolución.
Paz Estenssoro se funda en el argumento del pueblo para no dejar lugar a dudas que el
MNR es también el pueblo. De esta manera logra instalar un grupo o sector que no coincide
con los intereses de este último y por asociación del MNR. Ernesto Laclau en su libro La
Razón populista (2000 p. 94) asegura que “la única posibilidad de tener un verdadero
exterior sería que el exterior no fuera simplemente un elemento más, neutral, sino el
resultado de una exclusión, de algo que la totalidad expele de sí a fin de constituirse” y da
un ejemplo político que podríamos utilizar para entender este caso puntual: “es mediante la
demonización de un sector de la población que una sociedad alcanza un sentido de su
propia cohesión”. En este discurso el grupo demonizado está compuesto fundamentalmente
por “la rosca” pero también indirectamente por los partidos de izquierda con estampa
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comunista como el Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR) y el Partido Obrero
Revolucionario (POR):
(7)
De esta forma Víctor Paz Estenssoro instala dos objetos de discurso: el primero es el
partido político llamado MNR; el segundo la historia del MNR y su ulterior actualidad. A
partir de esta última logra erigir y constituir un “nosotros” (pueblo y MNR) que para
construirse como tal apela al mecanismo de la diferenciación y expulsión rigurosa, en este
caso de “la Rosca”, la oligarquía y los partidos políticos con tendencias comunistas.
Una vez identificado los objetos del discurso de Víctor Paz Estenssoro continuaremos a
realizar un análisis de su presentación de sí y a caracterizar el ethos enunciativo.
Ruth Amossy (2010) asevera que al decir “yo” el locutor construye en su enunciación una
imagen de sí, al mismo tiempo que se constituye en sujeto. Pues mediante esta imagen se
identifica, se muestra de una cierta manera que permite situarlo socialmente y diferenciar lo
como individuo, en vistas de sus características particulares. En este caso preciso Víctor
Estenssoro comienza su discurso diciendo lo siguiente:
(8)
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que lucharon en forma inquebrantable y sacrificada, gracias a la cual hay ahora amplia
perspectiva para la liberación nacional.”
En esta cita podemos identificar como el presidente inicia su discurso de una manera
colectiva, atendiendo a que se inaugura la convención y hace referencia a “nuestra lucha”,
es decir, a todos aquellos combates y episodios que tuvieron lugar en la década del 40´ y
finalizaron en la revolución de 1952 y que además Paz Estenssoro compartió con otros
“hombres”. Pues no sabemos quiénes son estrictamente los otros, solo podemos inferir que
pertenecen al MNR. Tras aclarar que se encuentran en el gobierno, el mandatario capitaliza
el momento para saludarlos, pero no saluda en nombre de todo el partido sino que lo hace
de manera singular: “quiero expresar mi saludo”. No es cualquier saludo, es personalizado
y está dirigido a un destinatario específico. Es el saludo del presidente de Bolivia, del jefe
máximo del MNR y el padre de la revolución a quienes constituyen el partido, a los
militantes. Amossy (2010) indica a propósito que cualesquiera que sean los datos
preexistentes que posea el interlocutor sobre el sujeto hablante, el ejercicio de la lengua los
retoma, los reinterpreta y los arrastra al dinamismo del intercambio en el que el “quién soy
yo para mí” con el “quién soy yo para ti” y el “quién quiero ser para ti”, son renegociados.
No obstante, hay que sopesar que con el “quién soy yo para ti” y el “quien quiero ser para
ti” se introducen componentes que superan a la decisión del locutor. La imagen de sí que
edifica el “yo” es dialógica por definición, está irremediablemente mediada por la palabra
del otro. Lo que significaría que el auditorio de Paz Estenssoro va construyendo a la par de
él, una imagen de sí que excede al poder de él mismo.
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3. Conclusiones
Como hemos observado, este discurso plantea dos objetos en su desenvolvimiento, que
están profundamente relacionados: por un lado Víctor Paz Estenssoro habla sobre lo que es
el partido político conocido como Movimiento Nacionalista Revolucionario e
inmediatamente aborda el segundo objeto que es la historia y principalmente la actualidad
del partido. Es preciso rescatar una cuestión fundamental con el antes y el después de la
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revolución, todo lo que es previo es considerado apoyatura en la historia: “en aquel
tiempo”, lejano y heroico. Lo que viene tras el estallido pertenece al tiempo que conforma
el ahora del partido y construye la actualidad de Bolivia. Ese ahora tiene capacidad de erigir
un “nosotros” que se distancia de “otros”. Tiene facultad de delimitar a partir de las ideas,
intereses y demandas en común quienes se encuentran en el pueblo boliviano y quiénes no.
Con respecto a el enunciador, este último ha buscado en todo momento mostrarse solemne,
responsable e inequívoco respecto a su tarea como jefe principal del partido y como
presidente de la nueva Bolivia. Además convocó a cada integrante del partido llamándolo
desde el deber como él mismo muestra que lo ejerce. También se destaca de sobremanera la
referencia a la purga interna en el partido, lo que en un punto podríamos pensar que es un
mensaje poco amistoso con quienes no comparten los criterios que él fomenta.
Finalmente esta enunciación ha tenido como fin organizar el partido tras el estallido y los
primeros meses del MNR en el Estado. No obstante, también ha querido dejar claro que el
movimiento que había soñado con la revolución y la había realizado, en ese momento se
hallaba en el gobierno y que eso era irremediablemente otro panorama. En el cual era
necesario rectificar quien se encontraba dentro del partido y por consiguiente dentro de la
categoría de “pueblo”.
Bibliografía:
Amossy, Ruth. “Images de soi, images de l’autre. ‘Je’ – ‘Tu’”. En La présentation de soi.
Ethos et identité verbale, Paris, PUF, París, Presses Universitaires de France. 2010
Dunkerley, James, Rebelión en las venas: la lucha política en Bolivia 1952-1982, La Paz,
Plural, 1987
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Foucault, Michel. La arqueología del saber. Buenos Aires. Siglo XXI. 1983
Laclau, Ernesto, La razón populista, Bs. As., Fondo de Cultura Económica, 2005
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