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CIUDADANO:
JUEZ DISTRIBUIDOR DE MUNICIPIO ORDINARIO Y
EJECUTOR DE MEDIDAS DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL
DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS.
SU DESPACHO.-

Yo, FRANKLIN ARTURO LEON ROMERO, Abogado en ejercicio,


debidamente inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado, bajo el
número 116.848, con domicilio procesal ubicado en: Edificio Torre La Piñata,
piso 2, oficina 2-B, boulevard de Sabana Grande, Parroquia El Recreo,
Municipio Libertador, Caracas Distrito Capital, actuando en mi condición de
Apoderado Judicial de la ciudadana: ROSANGEL MENDEZ MARTINEZ,
venezolana, mayor de edad, civilmente hábil, de este domicilio y portadora
de la cédula de identidad número: V-10.865.075, representación mía que
consta mediante instrumento poder debidamente autenticado en fecha 06 de
marzo de 2020, por ante la Notaría Pública Séptima del Municipio Libertador
del Distrito Capital, quedando anotado bajo el número 11, Tomo 14, folios 38
hasta 40 de los libros autenticaciones llevados por esa oficina notarial , el
cual acompaño en original al presente escrito marcado con la letra ”A”, ante
su competente autoridad ocurro para exponer:

CAPÍTULO I
LOS HECHOS
PRIMERO: Del Matrimonio. Mi poderdante contrajo matrimonio con el
ciudadano: EFRAIN PEDRO PADRON DIAZ, venezolano, mayor de edad,
civilmente hábil, de este domicilio y portador de la cédula de identidad
número: V-6.852.137, por ante la Primera Autoridad Civil de la Parroquia El
Valle, Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital, en fecha: 12 de
julio de 1990 y el acta que así lo acredita está inserta bajo el número 223, de
los Libros de Registro Civil de Matrimonios llevados por ese Despacho
durante el año 1990, de la cual anexo Copia Certificada marcada con la letra
“B”.

SEGUNDO: Del Domicilio Conyugal. Celebrado el matrimonio Civil fijaron el


domicilio conyugal en la siguiente dirección: Barrio La Ceibita, número 94,
Parroquia El Valle, Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital.
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TERCERO: Del Régimen de los Bienes de la Comunidad. En cuanto a la


disolución y liquidación de la sociedad conyugal, hay bienes que liquidar, lo
cual se hará una vez que sea decretado el divorcio.

CUARTO: De Los Hijos. Durante el matrimonio procrearon dos (02) hijos


hoy mayores de edad, de nombres: ANGELIN BETHZABETH PADRON
MENDEZ, cédula de identidad número V-21.377.129, de 28 años de edad,
nacido en la Parroquia San El Valle, Municipio Bolivariano Libertador del
Distrito Capital, en fecha 17 de febrero de 1992, tal como consta en Acta de
Nacimiento expedida por el Registro Civil de la Parroquia El Valle, Municipio
Bolivariano Libertador del Distrito Capital, la misma está inserta bajo el
número de Acta 603, folio 302, de los Libros de Registro Civil de Nacimientos
llevados por ese Despacho durante el año 1992 y FRANGEL EFRAIN
PADRON MENDEZ, cédula de identidad número V-21.377.080, de 26 años
de edad, nacido en la Parroquia San Juan, Municipio Bolivariano Libertador
del Distrito Capital, en fecha 12 de mayo de 1993, tal como consta en Acta
de Nacimiento expedida por el Registro Civil de la Parroquia San Juan,
Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital, la misma está inserta
bajo el número de Acta 629, folio 315, de los Libros de Registro Civil de
Nacimientos llevados por ese Despacho durante el año 1993, de la cual
anexamos copias certificadas marcadas con la letra “C” y “D”.

QUINTO: De los Motivos. Ahora bien, ciudadano Juez, el motivo del


presente divorcio se basa en que mi poderdante ha manifestado su total y
absoluta falta de afectio maritales o desamor hacia su cónyuge EFRAIN
PEDRO PADRON DIAZ, situación que ha generado en su fuero interno una
pérdida gradual y paulatina del apego sentimental, que siendo una situación
de mero derecho, no hace falta prueba alguna, lo cual se fundamenta en la
interpretación vinculante de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, contenida en la Sentencia número 1070 de fecha 09 de diciembre
del año 2016, en concordancia con las Sentencias de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, números: 446 y 693, del 15 de mayo de
2014 y 02 de junio de 2015, donde fueron interpretados los artículos 185 y
185-A del Código Civil, siendo la pretensión de mi mandante la disolución del
vínculo matrimonial que la une con su cónyuge.
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CAPÍTULO II
DEL DERECHO
Nuestro Código Civil vigente establece en su Libro Primero (De las
personas), Título IV (Del matrimonio), Capítulo XII (De la disolución del
matrimonio y de la separación de cuerpos), Sección I (Del divorcio), artículo
185, lo siguiente:
“Artículo 185.- Son causales únicas de divorcio:
1º El adulterio.
2º El abandono voluntario.
3º Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la
vida en común.
4º El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al
otro cónyuge, o a sus hijos, así como la connivencia en su
corrupción o prostitución.
5º La condenación a presidio.
6º La adición alcohólica u otras formas graves de fármaco-
dependencia que hagan imposible la vida en común,
7º La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas
graves que imposibiliten la vida en común. En este caso el Juez
no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el
tratamiento médico del enfermo.
También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de más de
un año, después de declarada la separación de cuerpos, sin haber
ocurrido en dicho lapso la reconciliación de los cónyuges.
En este caso el Tribunal, procediendo sumariamente y a petición
de cualquiera de ellos, declarará la conversión de separación de
cuerpos en divorcio, previa notificación del otro cónyuge y con
vista del procedimiento anterior”. (Cursivas nuestras).

Es de observar que el único acto jurídico válido que disuelve el matrimonio


es el divorcio, cuyas causales contenidas en el artículo supra transcrito, en
un principio tenían carácter taxativo, y una vez probadas en juicio, disolvían
el vínculo conyugal, lo cual supone un juicio de carácter contencioso
regulado en el artículo 754 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.

No obstante, mediante sentencia número 693 de fecha 2 de junio de 2015, la


Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia de la
Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, estableció el siguiente criterio
interpretativo constitucional con carácter vinculante del artículo 185 del
Código Civil Venezolano: “…las causales de divorcio contenidas en el
artículo 185 del Código Civil no son taxativas, por lo cual cualquiera de
los cónyuges podrá demandar el divorcio por las causales previstas en
dicho artículo o por cualquier otra situación que estime impida la
continuación de la vida en común, en los términos señalados en la
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sentencia Nº 446/2014, ampliamente citada en este fallo; incluyéndose


el mutuo consentimiento.” (Cursivas nuestras). De manera pues, que
conforme a la nueva doctrina imperante del Tribunal Supremo de Justicia, se
evidencia el carácter enunciativo que tienen las causales del divorcio
contenidas en el artículo 185 del Código Civil.

En este mismo sentido, mediante sentencia número 1070, de fecha 9 de


diciembre de 2016, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
con ponencia del Magistrado Juan José Mendoza Jover, estableció el
siguiente criterio interpretativo constitucional con carácter vinculante:

“Por lo tanto, el matrimonio se erige como la voluntad de las


partes, nacida del afecto, para lograr los fines de la vida en pareja
y durante su lapso de vida constituir el pilar fundamental de la
sociedad organizada: la familia.

Así pues, en nuestra sociedad el contrato de matrimonio nace a


través de un vínculo afectivo de libre consentimiento preexistente
entre dos personas de distinto sexo, mediante el cual se genera
una serie de derechos y deberes con el fin de realizar una vida en
comunidad.

Dentro de este orden de ideas, la institución romana del affectio


maritalis trataba acerca de la voluntad de ser marido o de ser
mujer, viniendo a ser el sustento fundamental del matrimonio, por
lo que ha de ser continua y su ruptura desembocaba en el
divorcio.

Siendo así las cosas, el afecto, proveniente del latín affectus,


refiere a un sentimiento, el cual es el resultado de las emociones,
hacia a alguien o algo, especialmente de amor o cariño, por lo que
podemos concluir que el afecto o cariño es la principal fuente del
matrimonio y de su permanencia.

Es de agregar, tal y como en la institución del affectio maritalis,


dicho afecto que origina la unión de una pareja en matrimonio
debe ser permanente, por cuanto éste es la fuente directa de la
creación del contrato matrimonial y la existencia, de hecho, del
vínculo marital depende de tal afecto.

En este sentido, al momento en el cual perece el afecto y


cariño ocurre el nacimiento del desafecto, el cual es definido
por la Real Academia Española como la falta de estima por algo o
alguien a quien se muestra desvío o indiferencia.

Dicho desafecto consiste en la pérdida gradual del apego


sentimental, habiendo de una disminución del interés por el otro,
que conlleva a una sensación creciente de apatía, indiferencia y
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de alejamiento emocional, lo que con el tiempo lleva a que los


sentimientos positivos que existían hacia él o la cónyuge cambien
a sentimientos negativos o neutrales.

…omissis…

Es evidente entonces, que cuando aparece el fenómeno del


desafecto o la incompatibilidad entre los cónyuges, resulta
fracturado y acabado, de hecho, el vínculo matrimonial, por
cuanto ya no existe el sentimiento afectuoso que originó dicha
unión, más sin embargo, esto no implica que, desde el punto de
vista jurídico se haya roto la unión matrimonial.

Por lo tanto y en razón de encontrarse, de hecho, roto tal vínculo


que originó el contrato de matrimonio, este no debe de seguir
surtiendo efectos en el mundo jurídico, motivo por el cual no se
puede someter a un procedimiento controversial al cónyuge que
alegue o haga evidenciar el desafecto o la incompatibilidad de
caracteres en su demanda de divorcio, pues esta Sala estando en
franca sintonía con el respeto a los derechos constitucionales
relativos a la libertad y el libre desenvolvimiento de la
personalidad, desarrollados en la sentencia 693/2015, estableció
la posibilidad de que la ruptura jurídica del vínculo matrimonial se
pueda generar por causas no previstas en la legislación patria, es
decir, que el desafecto y la incompatibilidad de caracteres,
creadores de disfunciones en el matrimonio y la familia, siendo
esta la base fundamental para el desarrollo de la sociedad,
pueden ser alegados con el fin de obtener una sentencia que
disuelva el vínculo jurídico que une a los cónyuges, para así lograr
el desenvolvimiento efectivo de los principios, valores y derechos
constitucionales que rigen la materia, así como la protección
familia y de los hijos –si es el caso- habidos durante esa unión
matrimonial en la cual se produjo el desafecto o la
incompatibilidad señalada.

…omissis…

En consecuencia, considera esta Sala que con la manifestación


de incompatibilidad o desafecto para con el otro cónyuge apareja
la posibilidad del divorcio en las demandas presentadas a tenor de
lo dispuesto en el artículo 185 y 185-A, que conforme al criterio
vinculante de esta Sala no precisa de un contradictorio, ya que se
alega y demuestra el profundo deseo de no seguir unido en
matrimonio por parte del cónyuge-demandante, como
manifestación de un sentimiento intrínseco de la persona, que
difiere de las demandas de divorcio contenciosas.”

De lo antes señalado, se colige que la institución del matrimonio se centra en


el affectio maritales, referido a la voluntad de ser marido o de ser mujer, lo
cual conlleva a un sentimiento positivo nacido de las emociones de amor y
respeto mutuo de una persona hacia otra de distinto sexo, y viceversa, en
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donde prive el consentimiento, lo cual comporta al libre desenvolvimiento de


la personalidad, sentimiento el cual debe constituir la principal fuente y pilar
de dicha institución jurídica, y por tanto el requisito sine qua non para su
permanencia en el tiempo.

Si bien, nuestro legislador en un principio estableció normas sustantivas y


adjetivas tendientes a proteger la institución jurídica del matrimonio, la Sala
Constitucional del Máximo Tribunal de la República, en su actividad
progresista y pedagógica ha señalado que el consentimiento es un requisito
indispensable no solo para contraer matrimonio, sino además para que éste
perdure en el tiempo.

Es por ello, que ha permitido acertadamente la invocación de otras causales


para solicitar la disolución del vínculo conyugal, pues una determinada
persona tiene el derecho a adquirir un estado civil distinto y/o de decidir
formar una nueva familia.
Así, entonces siendo el affectio maritales, esto es, el sentimiento positivo de
amor de una persona hacia otra de distinto sexo, y el principal cimiento sobre
el cual se constituye la unión matrimonial, puede pasar que con el transcurso
del tiempo y/o la convivencia en pareja, uno de ellos o ambos gradualmente
en su interior vaya transformando esos sentimientos positivos, en neutrales o
negativos, en cuyo último caso, puede conllevar a que los cónyuges
enfrenten situaciones conflictivas prolongadas, en donde el respeto mutuo y
los demás deberes conyugales pueden verse afectados, a tal punto de
verificarse frecuentemente o indefinidamente su incumplimiento.

Debido a ello, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,


enalteciendo el dinamismo del derecho, el cual debe ir a la par con la
evolución de la sociedad, ha introducido en el ordenamiento jurídico positivo
venezolano, la modalidad del divorcio bajo la causal del desafecto, en cuyo
caso -tal como se estableció en la ut supra decisión- su trámite no precisa de
un contradictorio, ya que en este caso el cónyuge alega y demuestra el
profundo deseo de no seguir unido en matrimonio, como manifestación de un
sentimiento intrínseco de la persona, lo cual difiere de las demandas de
divorcio de carácter contenciosas.
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En virtud de lo anterior, las formalidades que se deben cumplir en esta


modalidad de divorcio es la citación del otro cónyuge, y la del Fiscal del
Ministerio Público, todo en sintonía con la decisión número 1070, de fecha 9
de diciembre de 2016, dictada por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, la cual señaló:

“…Siendo así las cosas, el Juzgado …omissis…, al observar la


incompatibilidad de caracteres señalada por el solicitante debió
decretar el divorcio siguiendo el procedimiento previsto en el
cuarto y quinto aparte del artículo 185-A del Código Civil…”

Así, el cuarto aparte de la mencionada norma sustantiva reza: “El otro


cónyuge deberá comparecer personalmente ante el Juez en la tercera
audiencia después de citado. Si reconociere el hecho y si el Fiscal del
Ministerio Público no hiciere oposición dentro de las diez audiencias
siguientes, el Juez declarará el divorcio en la duodécima audiencia siguiente
a la comparecencia de los interesados.”

Es por ello, que una vez cumplida con dichas formalidades de ley, y
plasmada la expresión de voluntad de la cónyuge solicitante de pretender la
disolución de vínculo conyugal en base de la causal del desafecto o
incompatibilidad de caracteres, el Juez sin más dilación, esto es, sin
aperturar lapso probatorio alguno, deberá decretar el divorcio, debido a que
la manifestación de voluntad efectuada por el cónyuge solicitante no puede
depender de la valoración subjetiva del juzgador.

CAPÍTULO III
PETITUM
Con fundamento en el supuesto del desafecto establecido en la sentencia
número 693 de fecha 2 de junio de 2015, dictada por la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, en la cual se establece el criterio
interpretativo constitucional con carácter vinculante del artículo 185 del
Código Civil venezolano, que señala que las causales de divorcio son de
carácter enunciativo, todo en concordancia con la decisión número 1070, de
fecha 9 de diciembre de 2016, dictada por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, actuando en mi condición de Apoderado Judicial de la
ciudadana: ROSANGEL MENDEZ MARTINEZ, antes identificada, solicito
muy respetuosamente al ciudadano Juez, una vez cumplido todos los
extremos legales, declare con lugar la presente solicitud de Divorcio y en
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consecuencia, se disuelva el vínculo matrimonial que contrajeron por ante la


Primera Autoridad Civil de la Parroquia El Valle, Municipio Bolivariano
Libertador del Distrito Capital, en fecha: 12 de julio de 1990, acta que se
encuentra inserta bajo el número 223, de los Libros de Registro Civil de
Matrimonios llevados por ese Despacho durante el año 1990.

CAPÍTULO IV
DE LOS DOCUMENTOS FUNDAMENTALES
Para su debida consideración anexo los siguientes documentos:

1) Poder original que acredita mi representación, distinguido con la letra “A”.

2) Marcada con la letra “B”, copia certificada del acta donde consta el
matrimonio contraído entre los ciudadanos: ROSANGEL MENDEZ
MARTINEZ y EFRAIN PEDRO PADRON DIAZ.

3) Marcada con las letras “C” y “D”, copias certificadas de las actas de
nacimiento de los ciudadanos: ANGELIN BETHZABETH PADRON MENDEZ
y FRANGEL EFRAIN PADRON MENDEZ, hijos de mi poderdante y su
cónyuge.

4) Marcada con la letra “E”, copia fotostática de cédula de identidad de la


ciudadana: ROSANGEL MENDEZ MARTINEZ.

5) Marcada con la letra “F”, copia fotostática de cédula de identidad del


ciudadano: EFRAIN PEDRO PADRON DIAZ.

Finalmente ciudadano Juez, pido que esta solicitud sea admitida,


sustanciada conforme a derecho y en fin declarado el divorcio con todos los
pronunciamientos de ley y solicito dos (2) copias certificadas de la sentencia
declaratoria del divorcio de mi poderdante. Es Justicia que espero en la
ciudad de Caracas a la fecha de su presentación.
El Apoderado Judicial,

Abg. FRANKLIN ARTURO LEON ROMERO


Inpreabogado N° 116.848

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