Este libro es o un cuento largo o una novela corta, tiene 124 páginas.

La historia cuenta lo
que le pasa a Amanda, una mujer que de vacaciones va al campo con su hija Nina, y en este lugar
alquilan una casa, encuentran a una vecina que se llama Carla, se hacen amigas y empiezan a
charlar. Carla le cuenta lo que le pasó a su hijo David, un niño que por circunstancias que se
vislumbran pero que no quedan del todo claras, se contagia de una enfermedad y tiene que ser
transmutado a otro cuerpo, porque el cuerpo del niño ya no aguanta la enfermedad y si no lo
transmiten a otro cuerpo el niño muere. Carla le cuenta a Amanda lo que le pasó a su hijo hace
unos años y cómo está el hijo ahora, Carla se quedó con el cuerpo de David pero con un alma que
no sabe quién es.

Esta historia espeluznante está narrada de una manera vertiginosa porque los que lo cuentan son:
David y Amanda, mientras mantienen una conversación en la búsqueda de contar que le pasa a
Amanda que está acostada en una cama de una sala medica, gracias a esa conversación que
mantienen Amanda y David nos podemos ir enterando que fue lo que pasó a lo largo de la
historia: ¿Quién es Carla? ¿Qué le pasa a Nina? ¿Por qué están de vacaciones en ese lugar? ¿Y qué
le pasa en sí a ese lugar? ¿Qué es lo que hay detrás de estas enfermedades y de otros niños en el
pueblo que padecen cosas como las padeció David?

El concepto de distancia de rescate es muy interesante y es la distancia que hay entre la madre y la
hija cada vez que ella se aproxima a un peligro, el tiempo que tardaría la madre en llegar hasta la
niña, en el caso de que ella tuviera que ser socorrida, y según cuentan en el libro, es algo que se
transmite de generación en generación en la familia de Amanda.

Es una historia que encierra maternidad, ecología, infancia, terror o suspenso y en toda esta
mezcla se hace un trabajo súper pulcro y prolijo para dar más ganas de leer hasta el final.