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vr cOMON {66 vos aNos SFTENTA DELA GENTE SS anlaae eae tor, coment6 a 10s) Jos atentados terro durante el aio puso ria argentina." _Laprensa més nflayente en fs 2onas del interior aqut stu le Rosatio y La Gaceta de Tucumsn. g. La violencia social (1969-1974) ‘Tanto los historiadores sociales como los socidlogos de storia han hecho ver que la gente ordinaria fue a Ja ver que agente activo del proceso hist6rico, victima poner al descubierto la historia’, {68 Los afios szrENTA DE LA GENTE COMES de los sectores medio urbanos con 10s es Encuestas realizadas antes de 1969 estableci desaprobaban la vulneracién de la autono. 1966, yc raban ‘clases medias iversitaria efectuada por Ongania ‘manifestaciones estudiantiles ei woria de las clases medias atril stimos reclamos estudi Nendia a ver en ellos la obra de agitadores.” Ha ravoria, de clase media~ encontraban en su propio sector social a jos La simpatia y hasta la complicidad que los les despertaron en las clases medias han Edo sefialadas por diversos autores.* Sin embargo, poco se ha jndagado sobre la nataraleza de esas acttudes, sus implicaciones haberse desencadenado la espiral de violencia social y represién, la prensa masivamente consumida por los sectores medios dej6 de enfatizar los rasgos espontiineos y genuinos de las condiciones de premeditac idn de las revueltas, cuando no a destacar el papel subversivos 0 agitadores profesionales. En el caso de Tucuman, el periédico de la familia Garcia Hamil- lugar de privilegio en su capacidad jin. Su eslogan “St es verdad, Lo dice La Gacet e tu-con que este diario se afirmé dentro de la piiblica tucumana. Aunque ya para ese entonces habia una ca 10, durante largo tiempo el la agenda informativa de YIOLENEIR SOC. (Agi sn Seite Wal peg Bee ables copctecen cn ap ae jon cide a revues ean aedied un editorial se feténdowe eco del “Tama 3 pon ae sneriaria argentina” realizado pore mi CBnvocaba a los estudiantes a deponer sus attudes violenas Be iegie s mpet sors Fe pacisactin de elonem Ie sea terhanos atta yin camvernns ne aie aubversivos. A principios de ioe im os hecho de vlencaen lat maneaioes van crac gor oe anon en aa totaled La Gaede afer ena ctl ae erie parece aise en i médula ee ta, eau por completo alert naooal La iclenca social aparec6 siempre en is pginas del dari emo un elemeni que no guardaba rlarén con enna rt nn Camado ve produ el primer Tectmanazo.ennoven wae 1970, La Gaeta escbi6 que “ningin tucurano bien unde? podla cata de ecuerdo con i expreiones oles, tor nd jérenes que fueran ss protagonixas “La va palten donde la vcleacia puede exc como ido "La conveniente wieron a si a la vida nacional Jas tradiciones y las costumbres. Li ya raiz de un estallido en la vecina Gacetaafirmé que “nuestra idiosincrasia de zado no se aviene con los clesplantes desorbitados destructiva’.” 70 LOS AMOS SETENTA DELA GENTE COMEN sin embargo ceguera respecto de la legitimidad de las ca Griginaban las revels, Demetri Oliva, el humors Seuvo seudénimo, Agapite Chancalay, c# ain recordado por iGctores sali combinaren ss columnasel echazo ods form c Golenei con Ia preocupacién por las injustcias sociales. Ey és re fempurenabaal lenge po sador San Martin ~Fecurso res contemporineos- 1970 dirigid wna carta a lil para mostrar la pequefiez de los homby que decia: Cuéntele a Manuel nuestro drama sin final digale que ha sido al eucte su sacrificio inmortal; cuéntele a Martin de Gueme gue alli, en su Salta natal, el pobrerio esta hambriento, Jo mismo que en Tucumn [..-] ‘cuntele a todos los héroe de esta patria sin igual, que hay una sé de j que tenimo que apay yy que esto, o lo hundimo todos, ‘0 lo podimo salvar.” Fil ala linea editorial del diario, este columnista-humorista afi maba que era “enemigo a muerte de la violencia", aclarando recharaba tanto “a [violencia] de arriba” como “la de aba} que provenia del Estado y la que se originaba en las ret obreras 0 estudiantiles.* 1a posicién del diario ante la violencia social incluyé en alg” as oportunidades llamados de atencién por partes iguales los manifestamtes y ‘special cuando las vet diario no dejé de expresar, junto a su llamado a la moders 4e los dnimos, prot i é de los dnimos, profundas condolencas por la pérdida de 1A VIOLENCIA SOCIAL (19691974) 71 En un contexto en que la muerte todavia no era un hecho cot iano, la conmocién ante ella era una respuesta casi esponténea fanto.en la prensa como en la opinion piblica, Por lo menos hasta fl segundo Tucumanazo, La Gacta adverta alas fuerzas policia- tes que debian moderar la represin. Este reclamo al estado para {que vgitase con rigor mo aplcaba la ley, en qué circunstancias Jeon qué intensidad, estuvo presen ‘matutino tucumano Jresde las revueltas de mayo de 1968." A me violencia fae en ascenso el protagonismo de las acciones de tipo terrorista 5, La Gaceta pasé del lamado a moderar la En la tro de los sectores epicentro del poder del pais eran un tema de conversacién y de preocupacién. La con- viccién de que cuando pasaba algo en el interior del pats, ‘damentalmente en la provincia de Cérdoba, luego se extendia y provocaba cambios en el orden ni ridad. El estudiantado universitario de la ciudad de Buenos Aires, por otra parte, daba periddicas muestras del ascenso en el nivel de agitacién politica y de movilizaci ‘Al tiempo que Ia protesta social fu cientemente violentas y una mayor regularidad, los medios de co- i de sus municacin tendieron a enfatizar el c protagonistas. Las revistas ‘mas periodisticos televisi la poblaci6n permanecia al margen de los episodios violentos y los desaprobaba. At ¢ tendfan a ver ala “mayoria silenciosa” sorprendida entre dos fuegos qu ‘condecian con su moderacién." El semanario Andliss ey6 los ise turbios rosarinos de 1969 como w 172 10s ANOS SETENTA DEA GENTE COMON de Hamarse a engaio, in en ciertos valores otro estan los ira. pretenden en la hora de la verdad, nadie pue ‘un lado quienes cree! iticos y econdmicos. Del culturales ‘candos, quienes patean el tablero, ‘una ruptura total" de cordura y no violencia exeribié Gente dos meses des aquema de los supermercado bas en bancos, en comercios de barrio, la guer tuniversidades, ete.” Luego de reconocer ‘medio se distinguia “por esa condici6n de observa 10", advertfa los riesgos de que en aquel contexto ‘9 “no te metas” nacional, “base de la estrate- ‘no comprometid prevaleciera el igi” de los violentos. ‘Alacercarse el primer aniversario del Cordobazo, ¢! Ia agitacién en Rosario, Cérdoba y Tucumadn despert revista Panorama, “una oleada de alarma en las mayor © Seis meses antes, rote de yer no acompafiaron las protestas. habia remitido a esa revista una carta en la que, Iuego de a sus responsables por un articulo en que se reconocia tiempo la existencia de injusticias sociales y lo impropio de la gue- rrilla urbana y e] atentado personal para solucionarlas, sefialaba {que los “dos bandos” se equivocaban. El gobierno porque s¢ € ‘epresién de la violencia juvenil, y los jévenes porque impulsos en un desorden injustificado. “A los co™ cediaen staques y en sus represiones”, fi pals que quiere trabajar en paz”. Este diagndstico de un pais que quiere trabajar y estudiar y 0 ‘que quiere desorden y violencia no era poco comtin en los medi amin neste :nos, especialmente en los 4 los sectores medios." En junio de 1971, el programa televisive Canina etc (Canal 7), conducido por Pedro Tara luna de sus entregas a debatir “zqué opina la mayoria ascendente de la lars”, pronosticando una ‘demanda de mayor represién a los Por otra parte, la opinién de los medios de prensa conf violencia y de respondié qu ya libertad”, y desacredi |jovenes en didlogo hacia progresar el contrario, su freno, proyeccién nacional, a sus intervenciones ba ya un libro sobre el tema, La libertad y la violencia (1968). i6.a dos partidos que se dividian el pondientes emergentes locales, el partido de la vida y el partido de la muerte -un diagnéstico que anticipaba futuras intervencio- res del almirante Massera~.* Por su parte La Capital, el diario rosarino de consumo usual en iados a que los gobernan-

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