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Universidad Hispanoamericana
Psicología General II
A veces la ansiedad puede ser tan abrumadora que las personas se sienten incapaces de
favorecen que la ansiedad y la depresión tengan una presencia doble en las mujeres (Bansal et
al., 2015). Además, la prevalencia es más marcada en el rango de mujeres en mediana edad.
“Con frecuencia las ansiedades de una persona son respecto al futuro, ya sea
preocupaciones a largo plazo sobre una carrera o intranquilidades más inmediatas sobre una cita
de una persona (factor psicológico) hace que para algunos sea más fácil pasar la página que para
otros. Sin embargo, a la mujer hay que sumarle la carga social, que no es para nada trivial: el
pareja, entre otros. Aspectos biológicos hacen que las ideas no se renueven con el sueño, sino
que prevalezcan día con día de manera agotadora, que la tolerancia sea menor y es que los
emocional en general.
Múltiples estudios afirman que no es posible transitar por la adultez media sin tener,
cuando menos, una crisis moderada en la transición de la edad madura o la transición de los 50
años. Esta crisis deviene un examen de consciencia que si no se efectúa “pagaremos el precio
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con una crisis posterior del desarrollo o con un marchitamiento progresivo del sí mismo y una
estructura vital conectada de manera mínima con el sí mismo” (Gross, 2012, p.438).
Creo, al igual que Marcia (1998), que el concepto de crisis de la edad madura es
engañoso, pues “tomar decisiones acerca de la propia identidad ocurre durante todo el ciclo de
vida, cada vez que uno revisa y reorganiza su existencia” (p. 231). No obstante, los factores
entrar en ansiedad y/o depresión si no hemos resuelto eficazmente las demandas psicosociales:
¿le gusto a alguien?, ¿es la persona correcta?, ¿me dedico a algo que me hace feliz?, ¿saldré
adelante con este trabajo?, ¿eduqué bien a mis hijos?, ¿es esta la vida que pensé para mí?
En la vida las cosas no siempre salen como planeamos; solemos depositar nuestras
expectativas en elementos ajenos a nuestro control; así las cosas, las experiencias emocionales
dolorosas están constantemente en el menú. En especial para las mujeres, como afirma un
estudio, realizado por Levinson (1986) y citado por Gross (2012), llamado Sueños de las mujeres
y división de género en que se menciona que “los sueños de las mujeres se construyen alrededor
de sus relaciones con sus maridos y sus familias, a quienes supeditaban con sus propias
necesidades, así que parte del sueño de la mujer es el éxito del hombre” (p. 439). Gross agrega al
respecto “esta diferencia en las prioridades de mujeres y varones coloque a éstas en mayor riesgo
de sufrir decepciones y tensión del desarrollo, ya que su inversión en las metas de otros entra en
hormonales (causados por la menopausia, como ya mencioné) y hereditarios. Carlson (2010) dice
que “los datos existentes indican que la tendencia a padecer un trastorno afectivo es un rasgo
hereditario, lo que demuestra que los trastornos afectivos tienen una base fisiológica” (p. 421).
Carlson también señala en la página 438 que el trastorno de ansiedad (generalizada y social)
que postula que la forma en que vivimos afectará directamente a nuestra descendencia ya que los
mencione que hay una prevalencia de depresión en las mujeres de mediana edad del 87%. Las
mujeres pasan por una crisis, elementos biopsicosociales confabulan para que la depresión y la
ansiedad encuentren cabida sus vidas durante la mediana edad. Ahora que lo sabemos, ¿qué
Referencias
Bansal, P., Chaudhary, A., Soni, RK., Sharman, S., Gupta, VK. y Kaushal,m P. (2015).
Depression and anxiety amony middle-aged women: A community-based study. J Family Med