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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales "Rómulo Gallegos"
Programa Municipalizado de la Especialización en Derecho Procesal Civil
Núcleo - San Carlos, estado Cojedes

Teorías que Sustentan el Proceso


Principios. Función.
(Tema 1)

Participante:
Marleny J, Seijas C.
C.I. V-11.964.984

Facilitadora: Abg. Zuly Herrerra

San Carlos, abril de 2020


Introducción
Sabido es que los seres humanos vivimos relacionados los unos con los otros, y que
esta vida de relaciones es regulada por el Derecho, que representa un conjunto de normas
de conducta que hacen posible que la sociedad siga su curso y progrese. No obstante, no se
concibe la existencia de una convivencia humana sin conflictos de intereses y de derechos,
lo que es imposible porque las normas jurídicas que la reglamentan son susceptibles de ser
violadas. Por eso, ante tal situación cabe la posibilidad de que cada cual aplique su propia
justicia, que vendría a ser la aplicación de la Ley del Talión, el conocido "ojo por ojo" y
"diente por diente"; o que se dé al Estado la facultad de dirimir toda controversia surgida
entre los ciudadanos, dejando así en claro la existencia de un Derecho Procesal, que
encausa las acciones y protege el debido proceso en igualdad de condiciones, de las partes
en conflicto. En virtud de la esencia de la unidad del Derecho y del Estado, se desarrollan
normas de procedimientos generales y otras especializadas por la materia, que vienen a ser
ramas de un mismo árbol, que ayudan a la aplicación del Derecho Procesal
Estas diversas ramas derivan de un conjunto de fuentes que son las reglas que puede
sopesar el Juez en el proceso para valorar y resolver las situaciones jurídicas de las
conductas en conflicto con la norma. Entre las fuentes Primarias tenemos: La Constitución
o Ley madre, de la que provienen las demás leyes, el Código de Procedimiento Civil y los
diferentes Tratados Internacionales; como fuente secundaria tenemos la costumbre, la
Jurisprudencia y la doctrina.
Por la importancia que tienen los señalamientos hechos hasta ahora y en especial, lo
referente a las fuentes del desarrollo del Derecho Procesal; se analizan a continuación cada
uno de estos puntos, su importancia y la influencia en nuestro país
La teoría general del proceso puede considerarse como la base del Derecho procesal
y estudia, principalmente, las instituciones, principios y conceptos que les son comunes a
todo tipo de procesos. Aunque, en apariencia reciente, la teoría general del proceso estudia
las diferentes figuras procesales que se conformaron a partir del derecho romano, canónico
y germánico. Teoría general del proceso es una disciplina autónoma de muy reciente data y
sin duda no faltan quienes consideran que pueden existir diferencias entre la teoría del
proceso y el derecho procesal, asunto por lo demás sin trascendencia. De acuerdo al jurista
Eduardo B. Carlos, "la teoría general del proceso estudia el conjunto de normas jurídicas
que regulan el proceso por cuyo medio el Estado, ejercitando la función jurisdiccional
asegura, aclara y realiza el derecho civil"

En definitiva, el proceso es un todo y el procedimiento es cada una de las partes que


desarrollan ese todo, presentando en materia jurídica las siguientes características
generales:
Forma parte del Derecho Positivo.
Es principalmente un Derecho Adjetivo.
Es de orden público.
Es instrumental - indica los pasos a seguir.
Sus normas son de obligatorio cumplimiento.

Existen ciertas especificaciones según la clase de procesos o las finalidades de los


procesos, que resumimos de la siguiente manera:
A.-Por su finalidad puede ser:
De conocimiento: porque produce una declaración de certeza sobre una situación jurídica.
De Ejecución o Cautelar: hay una sentencia y no se cumple, viene la etapa de ejecución,
que es un proceso que ejecuta lo juzgado.
B.- Es simple según su estructura, ya que las partes ponen en conocimiento de la
controversia, el Juez las oye a ambas y luego decide.
C.- Según la unidad o pluralidad de intereses puede ser singular o universal: Si los intereses
que se debaten son singulares, aunque comprenda más de una persona, es singular.
* Si en cambio se debate una comunidad de intereses, es universal.
D.- Por el Derecho Sustancial al que sirven;
Hay una gran variedad de procesos (civil, penal, constitucional, administrativo, laboral
agrario, etc.)
E.- Por la forma del procedimiento:
Orales o escritos.
Dentro del proceso (principal) - puede plantearse una cuestión accesoria que da origen a un
proceso incidental.
En lo que respecta al contenido general del proceso, se destaca la regulación de la
actividad de las partes que intervienen en el proceso, la institucionalidad de sus normas,
tanto al conformarse como al aplicarse, reflejando así, un aspecto real y práctico del
proceso jurídico.
Sin embargo, desde el punto de vista empírico, el derecho procesal se presenta como
único e idéntico, cuando se lo expurga de todos aquellos factores de índole material; no
pueden existir diferencias funcionales que determinen la ruptura de esa identidad, porque si
En la función existieran diferencias sustanciales, sería el momento de afirmar que
no se trata de derecho procesal, sino de otra disciplina jurídica. El derecho procesal y por
ende, el proceso, es funcionalmente único, cualquiera sea la forma que se le de, cualquiera
sea el derecho material que se pretenda proteger, cualquiera sea el interés que constituya
su finalidad: siempre será funcionalmente idéntico (tesis de la identidad funcional).

Ramas del Derecho Procesal:


Principalmente, el Derecho Procesal se ha dividido en dos ramas: el Derecho
Procesal Civil y el Derecho Procesal Penal.

Derecho Procesal Civil: Establece los requisitos y trámites a seguir en materia civil.
Derecho Procesal Penal: Establece los requisitos y trámites para la aplicación de las penas
y sanciones a imponer al trasgresor de la norma penal. Organiza la administración de
Justicia Penal.
Pero, de acuerdo con la naturaleza de la norma jurídica que se pretende hacer valer
ante el órgano jurisdiccional podemos también estar en presencia de:

Derecho Procesal Administrativo: que establece los requisitos y maneras para la


aplicación, impugnación o revocatoria de los actos administrativos de efectos generales o
particulares, cuyo principal instrumento adjetivo es la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos promulgada el 10 de julio de 1981.
Derecho Procesal Tributario: que establece los requisitos y trámites para hacer efectivos
los tributos de los contribuyentes frente al Fisco Nacional, Estatal y Municipal; y además
para impugnar los actos de la Administración en materia tributaria. Está regido por el
Código Orgánico Tributario, las Leyes Orgánicas de Contra10ría, de Procedimientos
Administrativos y de Hacienda Pública Nacional; y por las leyes de los estados y por las
ordenanzas municipales.
Derecho Procesal Penal Militar: para determinar la aplicación de las penas y sanciones a
las personas que están en los supuestos previstos en las leyes militares, y además
organizador de la administración de justicia en materia penal-militar, regido principalmente
por el Código de Justicia Militar y el Reglamento de Castigos Disciplinarios Nº 6. En
países desarrollados como Francia el Derecho Procesal Militar sólo se aplica en caso de
guerra.
Derecho Procesal Agrario: que tiene por objeto dirimir los asuntos contenciosos que se
susciten con motivo de las leyes que regulan la propiedad de los predios rurales, las
actividades de la agroindustria, los recursos naturales renovables en los fundas y las
estipulaciones de los contratos agrarios, tal como 10 prevé la Ley de Reforma Agraria y la
Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios. Román Duque Corredor denomina
su libro Derecho Procesal Agrario… porque el hecho que existan tribunales especializados,
una competencia por razón de la materia y procedimiento especial permite hablar de un
Derecho Procesal Especial, aunque no tenga una suficiencia propia frente al proceso común
como sucede con el Proceso Penal
Derecho Procesal Laboral: que establece los requisitos para hacer valer los derechos y
deberes derivados de las relaciones entre los trabajadores y sus patronos, regido en
Venezuela por la Ley Orgánica del Trabajo del 20 de diciembre de 1990, y por la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo del 13 de agosto de 2002.
Un Derecho Procesal Constitucional que establece los procedimientos para hacer
efectivos los derechos y garantías constitucionales, de acuerdo a la Constitución ya la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales.
Además, un Derecho Constitucional Procesal como referencia a las categorías procesales
elevadas a normas constitucionales para reforzarlas y en concreto relacionadas con el
debido proceso: Derecho a la justicia, tutela judicial efectiva, igualdad de oportunidades,
plazo razonable, juez natural, etc. Como bien señala Morello, después de la Segunda
Guerra Mundial se ha intensificado la Constitucionalización del litigio.
Con las distintas ramas procesales se supera la tesis de quienes prefieren hablar más bien de
un procedimiento en vez de derecho procesal, verbigracia: procedimiento laboral o proce-
dimiento agrario, porque aún no han adquirido las características para considerarlos como
ramas autónomas del derecho procesal. La distinción más importante y tradicional es la de
Derecho Procesal Civil y Derecho Procesal Penal.

Dentro de este proceso pueden percibirse una variedad de principios que están
relacionados con las conductas que deben observar los sujetos procesales (juez y las partes)
en la tramitación del proceso y que tienen por objeto esclarecer una situación para así
resolver a través de la decisión de un juzgador la petición, sometida a su conocimiento. Los
principios pueden concebirse como criterios que regulan las diferentes actuaciones que
integran el procedimiento. Existen muchos principios y su adopción obedece al momento
histórico y al sistema político nuestro país, los principios se refieren a determinados
procedimientos cuando su ámbito de actuación es mayor y constituye el medio rector del
proceso.
Generalizando, los principios pueden concebirse como criterios que regulan las
diferentes actuaciones que integran el procedimiento. A continuación resaltaremos los
principios que para la doctrina consultada son los más relevantes, sin dejar de reconocer
que además existen otros, tomando en consideración la opinión subjetiva en la que fueron
analizados.

Los principios imperantes en el proceso son:


Principio de Bilateralidad: Está presente en los procesos contencioso debido a que
siempre existen dos partes: demandante y demandada, cuyos intereses están en conflicto,
independientemente que en cada uno de ellos exista una o más personas, lo que configura el
litisconsorcio (Existe litisconsorcio cuando en un litigio aparecen varios sujetos en una o
ambas partes,). Este principio, también conlleva el principio contradictorio por el hecho
mismo de haber oposición de intereses.
Principio de Escritura y Oralidad: En el primero priva generalmente la forma escrita, es
decir, los actos procesales, como la demanda, su providenciación, la contestación, la
promoción y evacuación de pruebas, los informes y demás alegatos y obviamente la
sentencia, se hacen en forma escrita. En nuestra legislación en la mayoría de los procesos
rige el principio de la escritura, por disposición del artículo 25 del Código de
Procedimiento Civil. En cambio, en el principio de la oralidad priva la forma oral sobre la
escrita, generalmente los actos del proceso se realizan de forma oral aunque se  deje
constancia en actas sobre la celebración de los mismos. Para este caso solo se tramitaran
oralmente los procesos a que se refiere el artículo 859, Capitulo I, Titulo XI, Libro Cuarto
del Código de Procedimiento Civil.
En los diferentes sistemas procesales se emplea una u otra forma, aunque
modernamente existe una inclinación sobre el sistema oral para lograr con ello la celeridad
procesal en aras de que la sentencia se produzca en breve tiempo.
Principio de Concentración y Fraccionamiento: Se está en presencia del primero cuando
los actos procesales inherentes a la sustanciación del proceso y el proferimiento de la
sentencia se celebran en un lapso determinado y único, generalmente durante el periodo de
ciertos días hábiles (de despacho) o un solo día. La importancia de este principio no solo
radica en la celebración de los actos en un periodo breve (actos de sustanciación), sino
también en relación con las sentencias interlocutorias y recursos concedidos a las partes en 
las incidencias que surgen en el curso del proceso, en cuyos fallos interlocutorios, una vez
agotada la apelación, no es procedente de inmediato el tramite casacional en los casos en
que el fallo recurrido no causa gravamen irreparable o impida la continuación del juico,
sino cuando se produzca la sentencia definitiva del mismo, todo en pro del principio de
concentración procesal. El principio de fraccionamiento impera cuando los actos procesales
se celebran en etapas o fases durante un periodo determinado pero en forma discontinua, en
las cuales la no realización de la respectiva actividad procesal o actos que deben realizar las
partes dentro de esas etapas, produce la preclusión. En nuestro sistema los actos de
sustanciación del proceso se celebran mediante fases o etapas que se cumplen en lapsos
determinados, más o menos breves, en forma continuada, sin necesidad de notificación de
las partes con la carga procesal de la preclusión.
Principio Dispositivo e Inquisitorio: El primero consiste en atribuirle la iniciativa
procesal a las partes, es decir, las partes tienen la obligación de instar el proceso y
procedimiento con sus respectivas conductas en virtud del interés que tienen en la solución
del conflicto, y el juez solamente actúa, salvo algunas excepciones, a instancia de los
contendientes. En cambio en el principio inquisitorio, el juez actúa motu proprio cuando en
ciertos y determinados procesos la misma ley le impone el deber de anteponerse a la
iniciativa de las partes, generalmente en aquellos casos en que está involucrado el orden
público o en causas relacionadas con el estado y capacidad de las personas, como el
matrimonio, patria potestad, tutela, interdicción, entre otros. En relación con el principio
dispositivo, sobre la limitación del juez en tomar la iniciativa para instar el proceso, no
consiste en que dicho funcionario esté despojado del interés jurisdiccional para formarse
convicción sobre el objeto del conflicto, sino que primordialmente esa iniciativa
corresponde a las partes, pero en una etapa del proceso, el juez, para escudriñar la verdad
en beneficio de su propia convicción, tiene la facultad de dictar autos para mejor proveer.
Sobre las oportunidades y posibilidades de la actuación del órgano jurisdiccional en esta
materia, la ley prohíbe al juez que inicie el proceso de oficio conforme al artículo 11 del
Código de Procedimiento Civil, salvo en los casos antes referidos (resguardo del orden
público y buenas costumbres), pero una vez iniciado el proceso, el juez tiene el deber de
instar el desarrollo del mismo como lo ordenan los artículos 14 y 17 del Código de
Procedimiento Civil.
Principio de Inmediación y Mediación: El primero consiste en que el juez de la causa, en
la etapa correspondiente, evacua personal y directamente los medios probatorios de que se
valen las partes en el proceso; dicho funcionario está en contacto directo con los
contendientes, como en los casos de posiciones juradas e interrogatorio de los mismos
(autos para mejor proveer), con los testigos, con las inspecciones, con los expertos, para
formarse así un criterio personal y directo con todo lo que forma parte del debate judicial.
Mientras en caso contrario, impera el principio de mediación cuando el juez realiza la
actividad de evacuación probatoria ya no en forma directa, sino lo que hace a través de
jueces auxiliares, es decir, utiliza para ello la figura denominada comisión, valiéndose del
auxilio  de otros jueces para que ante éstos se realice la evacuación de ciertas pruebas. El
Código de Procedimiento Civil, en su artículo 234, si bien faculta a los jueces del mérito
para conferir comisión a los jueces inferiores para la práctica de diligencias de
sustanciación o de ejecución del proceso, también impone la obligación a aquellos jueces
para que evacuen directamente, y por ende se abstengan de librar comisiones en los casos
en que se trate de evacuación de inspecciones judiciales, posiciones juradas, interrogatorio
de menores y en casos de interdicción y inhabilitación; y el artículo 235 del Código de
Procedimiento Civil, también contempla la facultad de comisionar a jueces de igual
categoría a la suya, cuando las diligencias deben practicarse en un lugar distinto a la de su
competencia territorial y lugar distinto al de su sede. Claro está, cuando esas pruebas deben
evacuarse, como antes se expuso, en lugar distinto y allende a su competencia territorial,
deberán valerse de la comisión.
Principio que las Partes están a Derecho: Este principio, imperante en nuestro país,
consiste en que una vez iniciado el proceso, con la introducción de la demanda y la citación
del demandado para que comparezca al tribunal a ejercer sus defensas, ambas partes a partir
de esos momentos respectivamente, están a derecho, según lo dispone el artículo 26 del
Código de Procedimiento Civil, es decir, no se requiere, salvo que el proceso esté
paralizado o en suspenso, ninguna otra citación o notificación para la celebración de los
actos procesales.
Principio de Igualdad Procesal: Tiene su fundamento en la norma constitucional de que
todos los ciudadanos son iguales ante la ley, en disposición del artículo 21 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Esta igualdad refiérase al
equilibrio que debe existir en el proceso respecto de los derechos y garantías
constitucionales, sin distinto alguno por razones de raza, sexo, creencias y situación
económica, y con respecto a esta última circunstancia, en el proceso son excepcionales los
casos de igualdad económica entre los contendientes, pues sería utópico que la contienda se
trabe siempre entre personas de un mismo status económico. Además, cuando una persona
sea reputada pobre, con carencia de todo recurso para litigar, la misma ley ha previsto y
creado a su favor, la institución del beneficio de la justicia gratuita (artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y artículo 178 Código
Procedimiento Civil), para garantizarles sus derechos y mantener así un real e ideal
equilibrio entre las partes. Respecto al principio de igualdad el artículo 15 del Código de
Procedimiento Civil establece diáfanamente que “los jueces garantizaran el derecho a la
defensa y mantendrán a las partes en los derechos y facultades comunes a ellas, sin
preferencias ni desigualdades y en los privativos de cada una…”.
Principio de Celeridad y Economía Procesal: Ambos principios se complementan, el
primero, como su nombre lo expresa, consiste en que los actos de sustanciación procesal
deben realizarse en el menor tiempo posible para que culminen en breve lapso en pro
del desiderátum  de la sentencia, para lograr una justicia breve y expedita y no en forma
tardía. Que la providenciación de la demanda se haga efectivamente en el lapso previsto en
el artículo 10 del Código de Procedimiento Civil; que los recaudos de la citación se expidan
oportunamente para el logro expedito del conocimiento del demandado y así éste
comparezca oportuna y diligentemente al tribunal a ejercer sus defensas en forma
concentrada y abreviada de conformidad con los artículos 346, 348, y 361 del Código de
Procedimiento Civil, a diferencia de la forma fraccionada y dispendiosa como lo disponía
el artículo 246 y siguientes del Código derogado (1916) que dilataba indefinidamente el
curso del proceso. Por ello, aspiramos que en futuras reformas se incorpore en nuestras
leyes procesales, en forma expresa la figura del “despacho saneador”, con éxito en otros
sistemas, para evitar dilaciones innecesarias. El principio de economía procesal se aplica en
la misma significación del vocablo común (latu sensu), es decir, una buena administración
del tiempo y de los recursos materiales y humanos, con disminución de esos factores
(dinero, tiempo y esfuerzo) en el proceso. Tener acceso a la justicia y tramitar el proceso en
menor tiempo, con menor gasto y menor esfuerzo. Con las figuras procesales de la
acumulación de autos (causas) y acumulación de pretensiones, se evita proliferación de
juicios, y con la figura de la preclusión, se elimina la repetición de actos y reposiciones
inútiles.
Principio de Publicidad: Consiste no sólo en que los actos que se realizan en el proceso se
hagan en forma pública, para que sean presenciados por todas las personas, interesadas o
no, sino que además cualquier persona, aún sin ser parte, puede enterarse de las actas de
expediente, según lo expresa el artículo 24 del Código de Procedimiento
Civil. Excepcionalmente puede el juez, cuando esté interesado el orden público, por
razones de decencia (casos de menores, de divorcio, entre otros.), celebrar actos atinentes a
esos juicios a puertas cerradas. Igualmente las personas que no fueren partes, pueden
solicitar la expedición de copias simples de actuaciones del expediente, salvo que por algún
motivo legal se haya dispuesto su reserva (artículo 190 del Código de Procedimiento
Civil) y copias certificadas cuando la causa haya concluido por sentencia firme (artículo
112 del Código de Procedimiento Civil), con las excepciones antes señaladas.
Principio de Omisión de Formalidades no Esenciales: Por mandato constitucional, a
decir, artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se impone
la obligación a los jueces para que no sacrifiquen la justicia por omisión de formalidades
que no fueren esenciales en la celebración de los actos procesales.
Principio de Lealtad y Probidad Procesal Por estimar que éste constituye un principio
relevante para el desarrollo del proceso, pues condiciona el comportamiento del las partes,
y aún del juez, para lograr en primer lugar, la depuración ética del mismo, y además
prevenir y combatir enérgicamente el fraude procesal, hemos considerado tratarlo en forma
amplia y por ende, en último lugar. Este principio consiste en recordarle, con
apercibimiento, a las partes, su deber de actuar y observar, un comportamiento ético en el
proceso. Es decir, ser leales primeramente con él órgano jurisdiccional, que representa al
Estado, y con los auxiliares de justicia al exponer los hechos con apego a la verdad, sin
esgrimir pretensiones o defensas manifiestamente infundadas, sin tácticas dilatorias; y ser
leales frente al adversario para que en la solución del conflicto resplandezca el derecho y la
justicia, según los establece el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil.
Conclusión
Para comprender esta asignatura el estudiante debe estar preparado
académicamente, toda vez que la teoría general del proceso lo obliga a traer el
conocimiento de las asignaturas que ha cursado y saber aplicarlas a las diferentes
situaciones que se plantean en cada unidad. Por ejemplo, debe explicar lo que es una
materia sustantiva pues en este curso aprenderá lo que es la materia adjetiva, tiene que
reconocer las fuentes del derecho, que son las mismas del derecho procesal, aunque se pone
mayor énfasis en las fuentes formales locales y federales. Además las formas de extinción
de las obligaciones, toda vez que en la unidad de las excepciones procesales se explica que
éstas pueden oponerse como excepciones sustantivas o de fondo. El estudiante ha de
diferenciar entre hecho y acto jurídicos y tendrá que trasladarlos al campo del proceso y
distinguir cuáles son sus efectos. Por lo anterior, esta asignatura tiene un grado de dificultad
alto, pues en ella se estudian conceptos de figuras que se conocen en la práctica, pero que el
estudiante, al no trabajar en un despacho o en un juzgado no conoce. Hay que aprender y
entender una serie de teorías que por no ser exactas, van cambiando de acuerdo a las etapas
de la historia y a la zona geográfica de que se trate, en muchos casos a las circunstancias
personales de cada autor. También hay que aprender un vocabulario nuevo: el contenido en
la legislación, el que usa el abogado y el que se utiliza en los órganos jurisdiccionales. En
conclusión, ésta guía es un instrumento de apoyo para aquellos estudiantes.

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