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(CADA bia, LOS FERIODISTAS ENFRENTAN STTUACIONES EN LAS QUE DEBEN ‘tomar una decisin ética. Los cédigos y saberes de la profesion funcionan como brijula, pero las circunstancias reales condicio- nan sus elecciones. Ante la pobreza, la corrupcion, la tragedia, el trabajo del periodista se interna en una zona donde nada es ya blanco y negro, sino un confuso gris donde es necesario en- ‘contrar ef modo de dar cuenta de la verdad con responsabilidad € independencia. Porque, como sintetiz6 Gabriel Garcia Mar- ‘quer: ‘La ética no es una condicién ocasional, sino que debe _acompafiar siempre al periodismo como el zumbido al moscar- El petiodista es un testigo de la actualidad, ‘& El periodista es la vor, los oftos y la lengua de la comu- nidad. | Mientras trabajamos en Ja biisqueda de semejanzas entre estas | frases, alguien me pregunta: “La tarea del periodista es la de in- Yo le respondo con la cita de termediario o la de mediador?”. Jestis Martin-Barbero, que dice: ‘Como era mi intencién, veo que cada uno hace un examen del oficio buscando la definicién de su identidad profesional. Pero es necesario que amplien su propia indagacién, asi que les ofiezco cinco posibilidades, que proyecto en una de las paredes, El ejercicio que les propongo consiste en que cotejen cada aa sus propias defi tuna de las frases y escojan la mis pre CONSTRUYENDO EL CONCEFTONFENCA 25 26 Un periodista es: * El profesional que potencia la palabra ciudadana. * El profesional que pone al servicio de Ia ciudadania el poder de la informacién. ‘+ Elnotario de la historia diaria dela sociedad. * Fl wabajador de una empresa de prensa que participa en Ia realizaci6n de la produccién intelectual del medio de comunicacién. (Tomada de un texto de ética periodistica de Niceto Bkizquez). + La persona que profésionalmente prepara o presenta las noticias en un periddico o en otro medio de difusidn. (Diccionario de la Real Academia Fspafola,) Se toman su tiempo y luego todos opinan acerca de cada una de las frases. La primera los convence pecos les gusta més Ia se- sgunda, porque coincide con algunas de sas propias definiciones. La cercera les suena ret6rica y poco realist: “Parece sacada de un dliscurso para el Dia del Periodista’, dice una redactora. Son pocos quienes se inclinan por las dos «ltimas definiciones. Sien- ten, a pesat de la precisién verbal, que describen més a un ofc: nisea 0 a un buréerata que a un periodistn, ara ahondar mds en la identidad profesional, menciono un caso real que ha provocado nutridas discusiones en otros talleres Lo vivié un periodista mexicano, del que todavia recuerdo sus pa- labras de introduccién: Han pasado muchos afios de lo que les voy @ contary ain no sé si ‘obré bien o mal. Espero que me ayuden Camino a ciudad de México, para retornar a su trabajo en una cemisora radial, nuestro amigo pasé por una poblacién en la que acababan de cstallar unas tuberfas de gas. Aquel lugar se hallaba DRIMERA PARTE: Toller de tic peootica cstremecido por la ragedia, los destrozosy los heros. Como buen periodista, nuestro amigo coneets su eelulas, lamé a la emisora y cempezé a relarar todo lo que ovurtia, basta que se le egotaron las baterias del tcléfono, Para entonces la emisora habfa enviado una uunidad mévl en la que venta un joven reporter, que por casual- dad habia tomado un curso de socorrismo, para que apoyara el tra- bajo de su compatero, Poco antes de que el vehfeulo de la emisora legara a a pobla- cin, se produjo una segunda explosién que aumenté el mimero de hetidos, Cuando el reportero que vena en el ausmévil vio a exce- nna quedé impresionado por la catéstofey sin pensaro dos veces, le propuso a su compatiero que abandonaran temporalmente el tx bajo petiodistico y se dedicaran a socorrer ala gente: Aqui nuestro deber es olvdarnos dela transmisién y convertr esta unidad mévil en ambulancia para taslada heridos, le dijo. Nuestro amigo, mucho mis experimentado que aquel joven, decidié no hacerie caso: “Lo nuestro —dijo-— es transmit y eso os lo que haremos desde esta unidad mévil". Asombrado por la respuesta, el joven reportero lo miré 2 los ojos y le dijo: “No estoy de acuerdo. Voy a atender a los heridos, alld ti con su conciencia" A final, la unidad mévileerminé convertda en ambulancia y quien ‘nos contd esta vivencia continud con la transmisién, Les propongo un ejetcicio a partir de este relato: Ejercicio 4. En el lugar de esos periodistas ustedes qué harian. No se trata de hacer teorias ni discursos moralistas, sino de actuar. 2Cémo actuarian? Apremiados: as{se ven los 15 periodistas después de oft la histo- ria, Muchos intentan situarse mentalmente en el lugar de los hechos. Otros recuerdan situaciones parecidas en las que fueron (CONSTAUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 8 protagonistas. Entonces se escuchan las justificaciones con las que respaldaron las decisiones que debieron tomar en esos mo- mentos. Y, claro, también aprovechan el momento para hacer consultas en vor alta sobre tan decidir sobre el ejemplo. La mayorfa opta por transmit des- de la unidad mévil, pero un grupo de cinco ha escogido dale ayuda directa a los heridos. Incluso hay quienes proponen una tercera vie conciliadora: “Es posible —dicen— ayudar alos heri- dos al tiempo que se llevan a cabo las tareas de informacién’. El debate se hace mds intenso cuando los tres grupos exponen sus razones. Los que docidieron mantener la transmisidn desde la unidad motivaciones éticas que les permi- smévil, argumentan: + La profesién no los capacita para atender con eficacia a Jos hetidos, * los silo estin habilitados para informar. * Aun en el caso de intentar ayudar a los heridos, esto s6lo beneficiarfa a un ntimero muy limitado de personas. * La informacién emitida traeria ayuda a muchas mds per- sonas. El grupo que decide socorrer 2 los heridos expone los siguientes argumentos: Antes que periodistas, se consideran seres humans soli- datios. * Una vida salvada por su ayuda basta para justificar su accién, + Otros medios de comuriicacién, alertados por las pri- ‘meras informaciones, se encargarfan de convocar mis ayuda, PRIMERA PARTE: Ter deéicaperoisica ‘© Prefieren esa ayuda concreta a un trabajo sospechoso, En efecto, precisen, mantener la transmisién podrfa ser visto como una actividad comercial y de competencia para mantener la sintonfa. El grupo de la tercera via —as! se llaman— propone conciliar las dos primeras clecciones fundado en estas razones: * La condicién humana y la solidaria son indivisibles en el ejercicio profesional de un periodista. * Es posible aporcar ayuda inmediata y hacer del contacto con los heridos parte de la informacién. ‘+ La vor y el testimonio de las victimas tienen fuerza de convocatoria, yes més convin + La vida no se puede concebir en blanco y negro, stises que combinan lo humano y lo profesional, ate que otra informacién. El debare se mantiene y ahora surgen las anécdotas de quienes han alternado su actividad profesional con el auxilio a vi ‘mas, De esa suma de reflexiones orientadoras quedan estos ar- gumentos: ‘+ Lajustificacién de no poder separar lo personal de lo pro- fesional es un artficio discursivo muy stl. El periodista es un ser humano que sirve a los demds desde su ejercicio profesional. * El petiodista est4 preparado, bésicamente, para ayudar a la sociedad y su herramienta es la informacién, Llegar a afinar sus habilidades para logratlo hace que su servicio sea eficaz cirreemplazable. + Cuando el petiodista duda o tiene una débil conviccién acerca de su tarea, tiende a invadir otros campos profe- CCONSTRUYENDO EL CONCEFTODE ETICA 29 sionales: actéa como juez y condena o absuelve porque ‘quiere suplir la lentitud 0 Ja inoperancia de la justicia. Opera como maestro, como trabajacor social o como pa- ramédico, porque desconfia de Ia eapacidad de ellos para ayudar. Q incurre en politica, asumiendo que asf poten- ciaré la influencia que le dan los medios y cl conoci- mitento que ha obtenido de su contacto con la vide de la sociedad. © En contrast, ottos profesionales —pignsese otra vez en el caso de las explosiones de gas— no vacilarian a la hora de actuar. Los médicos atenderfan a los heridos, los inge- nieros examinarfan otras tuberlas que pudieran explotar, Jos bomberos apagarian incendios y ayudarian a las per- sonas atrapadas entre los escombros. ‘Todos ellos tienen conciencia de su identidad profesional. La ttica es la obediencia a la propia nacuraleza. © La ética se adopta por decision personal. Es auténoma. © Nadie es juez ético de nadie. Uno sélo es juez de si © Cada persona tiene una percepcién distinta de los valores &ticos, No hay tantas éticas como personas, sélo percep- ciones distintas. © Lo ético comienza cuando aparece el otto, © Las decisiones éticas de una persona, pueden afectar & ‘muchas otras. Luego pido al grupo que recuerde las etapas que recorrimos en la primera jornada: + El periodista es muy parecido 2 un Quijote cuya utopia cs querer cambiar el mundo y la historia con el arma de las palabras. * Por qué se dice eso de un periodista? ;Queé es un perio~ dista? (Primera aproximacién). * ,Qué es un periodista? (Segunda aproximaci6n, 2 partir del caso de la noticia de una explosién de gas en México). Obstéculos para ser el periodista que se debe rer. Ese deber ser se construye con valores. Cues son esos valores? Los cédigos ponen orden y recuerdan esos valores. Claves para resolver dilemas éticos. La influencia de una decisin écea ‘Abora que hicimos memoria, propongo dar inicio al tema central de la segunda jornada: el compromiso con la verdad. Cuando eseribimos los valores esenciales de muestra profe- sién, todos coincidimos en que “el compromiso del petiodisca con la verdad” era uno de ellos. Fs misma conclusién la desta- can distincos cédigos de ética periodistica, y aparece en la lista de valores centrales que Rushworth Kidder anoté en su libro, Valores compartidos para un mundo en problemas, Incluso, como €L COMPROMISO CON LA VERDAD 4s 46 «lato tedrico podrfamos citar el proceso de elaboracién del eédi- {g0 ético de la Unesco, hecho a partir de los consensos hallados «en ottos 48 de todo el mundo, y en el que se encontré que 71% de esos textos también coincidia en la verdad como valor fun- damental. Pero acerquemos el sentido de estas palabras y datos a la rea- lidad diaria de los periodistas. Si decidiéramos averiguar entre algunos reporteros conocidos por los momentos mds importantes de su cartera, seguramente ellos nos hablarfan de aquellas infor- maciones en las que dieron a conocer una verdad de importancia social —tal ver. de carter exclusivo—, que una vez divulgadas, provocaron efectos en ottos medis y se convirtieron en tema de discusién, comentarios y decisiones. Pero si indagéramos a esos mismos reporteros por los dias, negros de este oficio, algunos de ellos se referiian a casos suyos 0 de compafieros en los que, por negligencia en el proceso de reco- leccién de datos o engafiados por fuentes manipuladoras, fueron acusados de publicar informaciones falas Asl que, visto desde esta perspectiva, el éxito periodistico depende de la buisqueda y divulgacién cficaz de la verdad; en es0 coinciden la mayorfa de los obdigos de ética del mundo. De los 68 examinados, 56 lo afirman expresamente, los demas lo hacen implicicamente. Mientras el médico construye su ética alrededor de Ia vida y el abogado en torno de la justici, el petiodista lo hace sobre la base de obtener la verdad. Los demés valores estin subordinados aca. ‘Son muchos los episodios en medio de los cuales los perio distas deben tomar decisiones en su empefio por llegar a la ver- dad, Les cuento lo que le sucedié 2 Tom Wickers, respetado edi- torialista de The New York Times, y merecedor del premio Pulitzer por su trabajo periodistico. PRIMERA PARTE: Tale de ica periodico I} Durante la guerra de Vietnam, Tom Wickers publieé una noticia que hacia referencia a la victoria del ejército de su pais en aquel contlicto. La informaciéa del supuesto triunfo le habia llegado 2 dde manos dl general William Westmoreland, comandance dele cio en Vietsam, y de Ellsworth Bunker, embajador norteameri no en Saigén. ‘Unos das después dela publicacién legs a a oficina de Wi- ckers un antiguo marine a quica él habta conocido en Saigéa y que ahora era investigador de la Rand Corporation, en ef Pentéigono. —Los han embaucado —le dijo el investigador a Wickers—. Fl comandantey el embajador sdlo hicieron propaganda con ciftas alteradas para que ustedes vieran lo que ellos querian contatles. sas ciftas eran desastrosas, el Pentdgono les habia advertido acei- ca de Ia nexesidad de revisarlas para que fucran cretbles. Hubo cables de ida y vuelta hasta que se leg6 aun acuerdo sobre fo que ustedes debian recibir gut en Washington Para Wickers ra claro que publicar una prueba de ese engatio podela comeyi a idea de que se estaba ganando la guerra. Entonces lec preguneé 2 su amigo: Podkias conseguir copias de esos cables? —Por supuesto que no —dijo el investigador—, son seeretos de Esra. Peto hay que probar que el gobierno mint. Su amigo le aseguré estar diciendo la verdad. Y en efecro, se podia confiar en d: era un hombre honesto, sabia de lo que babla- ba puesto que era investigador de profesin y habia visto los cables: ‘eso respaldaba su informacién. ‘Tras refer el caso, les propongo vivirlo en primera persona: Ejercicio 8. En cl lugar de Wickers, zustedes qué habrian hecho? Publicar 0 no publicar? EL. COMPROMISO CON LA VERDAD a El grupo se ve inquieto. Deben votar por una de las dos opciones, ‘Antes de responder quieren saber si existe la posibilidad de citar Ja fuente: son conscientes del dao que se puede ocasionar a una persona que trabaja en el Pentdgono si aparece como fuente de csta clase de informaciones. Uno de los asistentes sugiere la con- sulta de fuentes alrernas, otros destacan la importancia social de tuna informacion que afecta a los parientes, amigos y conocidos de todes los combatientes en Vietnam. Finalmente, la mayorfa de los votos (nueve) estin a favor de publicar la noticia. Justifican su voto basados en la evidente importancia de la informacién, en el grado de credibilidad de la fuente y segiin alguno, en el hecho de que la noticia debe difun- dirse antes que otros medios lo hagan. El resto del grupo (seis) decide no publica, argumentando la ausencia de docamentacién sélida: pata ser publicada, la noticia deberia esperar hasta gozar de respaldo, ‘Contintio la historia del periodista de The New York Times: ‘Wickers hablé con su amigo del Pencigono, le dijo que su palabra sno bastarfa para probar nada alos lectores, y que ademds eperé- ico exigcfa una sélida documentacién antes de publicar algo tan delicado. El investgador se negé a intentar conseguit los cables de informacién porque con ello pondrfa en peligro su empleo y st lic berad. Widkers, esta ver con gran empefio, le dijo que la mentira

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