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ALUMNOS:
CEBEDÓN ROJAS, STEPHANY GIANELLA
MAZ VELÁSQUEZ, VALERIA ISABEL
DOCENTE:
Mg. JORGE LEÓN, HENRY AQUILES
CICLO II
PIURA, DICIEMBRE DEL 2018
1. Intercambio cultural
Un intercambio cultural es exponerte a una nueva cultura viviendo sus
tradiciones y costumbres de primera mano
1.1. Ventajas de un intercambio cultural:
Crea consciencia – tendrás una visión más amplia de la realidad del
mundo. Descubrirás las diferencias y semejanzas entre tu cultura y una
nueva. Esto implica explorar tradiciones, gastronomía, hábitos y nuevas
formas de comunicarte.
Reconoce tu propia cultura – explorar un lugar nuevo te ayuda a valorar
y apreciar las riquezas de tu propia cultura, tu educación y tus valores.
Desarrolla habilidades y valores internacionales – durante esta
experiencia podrás desarrollar habilidades de comunicación, habilidades
sociales, y de adaptación; así como valores de un ciudadano global como
el respecto, la tolerancia y la paz.
Explora, experimenta y comparte – vivirás experiencias nuevas dónde
podrás explorar, compartir y experimentar mientras haces amigos de todo
el mundo.
Construye un perfil internacional – los intercambios culturales te dan la
oportunidad de crear una red de contactos globales y vivir experiencias
que te ayudan a construir un perfil internacional. Esto te ayudará al
momento de buscar trabajo o de crear tu propia empresa.
El intercambio cultural puede beneficiar a los profesionales
Un intercambio cultural a nivel profesional da enormes beneficios, siendo una
oportunidad perfecta para asimilar lo mejor de otro país como sus costumbres,
tradiciones y métodos de enseñanza, entre otras cosas.
Una de las ventajas del intercambio cultural es que, al compartir conocimientos
con otros profesores de diferentes países, se aprenden nuevas estrategias y
técnicas de enseñanza.
1.2. Intercambio cultural entre China y Perú
El intercambio cultural entre China y Perú se ha intensificado con rapidez,
convirtiéndose en una importante fuerza motriz para el desarrollo constante
de las relaciones bilaterales.
Para el ministro de Cultura Luo Shugang, en estos últimos 45 años, ambos
países han llevado adelante una cooperación pragmática y el intercambio
cultural ha desplegado un papel cada vez más importante en los nexos
bilaterales. “Gracias al convenio de cooperación cultural firmado el 4 de
noviembre de 1986, las relaciones amistosas bilaterales se han estrechado
aún más y los dos pueblos han profundizado su comprensión mutua,
aumentando así los intercambios y el aprendizaje recíproco”, afirmó.
Expresó que uno de los significativos resultados de la visita del
presidente Kuczynski, fue la firma del Memorando de Entendimiento entre
el Ministerio de Cultura de la República Popular China y el Ministerio de
Cultura de Perú sobre el Establecimiento Mutuo de Centros Culturales, lo
que marcó un gran paso en el camino del intercambio cultural.
2. Posmodernidad.
La posmodernidad describe nuestro tiempo y nuestra situación: el mundo actual en
flujo, estas personas en movimiento que han aprendido a manejar identidades múltiples
dependiendo del lugar y del contexto.
En su sentido mas general, posmoderno se refiere a la ruptura y difuminado de los
cánones (reglas o normas), categorías, distinciones y limites establecidos.
El término se ha tomado de posmodernismo, un movimiento y un estilo arquitectónico
que sucedió al modernismo, iniciándose en la década de 1970. Este movimiento es
caracterizado por una marcada disparidad con el pasado y la promoción de nuevos
movimientos sociales: la preocupación por las graves consecuencias del desarrollo
industrial es una de las características de la posmodernidad.
2.1. Gente en movimiento.
Tzintzuntzan.
Este pueblo mexicano ha sido estudiado durante décadas por el
antropólogo Robert Van Kemper y su mentor George Foster. Sin
embargo, sus bases de datos incluyen ahora no solo Tzintzuntzan, sino a
sus descendientes dispersos por todo el mundo.
Tzintzuntzan es una comunidad de unos 3 000 habitantes (sin contar sus
migrantes, los cuales añadirían otras 3 000 personas en total) que se
ubica en los alrededores del Lago de Pátzcuaro a una altura de 2 300
metros sobre el nivel del mar. Siendo desde 1930 cabecera del municipio
del mismo nombre, que tiene aproximadamente una población total de 12
000 personas según cifras preliminares del censo nacional de 1990,
Tzintzuntzan representa hoy en día un pequeño punto intermediario de
los gobiernos estatales y federales a la vez que sirve como centro
regional de mestizaje.
Aunque presenta Tzintzuntzan la fachada típica de muchos pueblos
rurales mexicanos, las apariencias engañan. En la época de la conquista
de México por los españoles, era la capital del imperio de los indios
tarascos (purhépechas), que abarcaba la mayor parte del estado actual de
Michoacán y sus zonas adyacentes, y había resistido con éxito a los
aztecas. La zona arqueológica conocida como “las Yácatas,” que se ubica
en el cerro oriental del pueblo, ofrece testimonio silencioso permanente a
los residentes y a los turistas sobre la historia.
Tres etapas en el flujo migratorio
Podemos identificar tres etapas principales en el flujo migratorio
tzintzuntzeño.
- La primera tuvo que ver con la participación de casi todos los
hombres en el programa bracero. Aunque la mayoría se dirigió
hacia California, otros se encontraban en Texas, Illinois, y otros
estados del Norte. Esta etapa se terminó oficialmente el año de
1964, aunque algunos hombres recibieron permisos para trabajar
en el Norte hasta 1968. Después, varios hombres seguían las rutas
conocidas, pero ya en calidad de ilegales. La segunda etapa, que
llegó a su máximo nivel durante la década de los setenta, tuvo
que ver con la expansión de la zona metropolitana de la Ciudad
de México por medio de la migración masiva de población desde
comunidades como Tzintzuntzan. En esta segunda etapa vimos
que familias enteras tanto como hombres solteros y mujeres
solteras migraron de Tzintzuntzan hacia la Ciudad de México y
sus alrededores en busca de trabajos industriales o profesionales.
La situación de la gente de Tzintzuntzan en la gran metrópoli se
ha descrito en varias publicaciones (Kemper, 1974, 1976 y 1981).
Desde el temblor de 1985 el flujo de personas de Tzintzuntzan
hacia la Ciudad de México se ha reducido en lo relativo, mientras
que la población del grupo de emigrantes tzintzuntzeños sigue
creciendo por razones naturales (es decir, por el exceso de
nacidos sobre los muertos). Hoy día viven en la zona
metropolitana de la Ciudad de México más de 200 familias
compuestas de la gente de Tzintzuntzan, sus hijos e hijas y sus
nietos y nietas. Ahora, a causa de la crisis de la economía
nacional de los ochenta, la tercera etapa en el proceso migratorio
está en pleno auge. La gente de Tzintzuntzan se está dirigiendo al
“otro lado”, en especial a California y recientemente al estado de
Washington y aun hasta Alaska. A diferencia del programa
bracero, actualmente están saliendo mujeres solteras y familias
enteras (a veces no van todos juntos sino en varios viajes). Por
1990, vivían al otro lado de la frontera México-Estados Unidos
más de 700 individuos tzintzuntzeños en más de 150 unidades
domésticas. Muchas personas que no habían trabajado en la
agricultura en su pueblo ahora se encuentran en los fields
(campos) de California y Washington. De manera semejante,
varios hombres jóvenes que jamás habían tenido el oficio de
pescador en el Lago de Pátzcuaro están sirviendo ahora como
tripulantes de gigantes barcos pesqueros en el Golfo de Alaska.
Así, el proceso de migración trae consigo nuevas y viejas
oportunidades económicas. A través del tiempo se observa que
algunos migrantes mantienen sus “chambas” agrícolas
estacionales mientras que otros hacen esfuerzos para entrar en el
mercado de trabajo urbano sobre todo en los servicios y el
pequeño comercio. Parece ser que la gente de Tzintzuntzan no ha
sido afectada negativamente por los cambios en las leyes
migratorias estadounidenses durante la última década; al
contrario, se ha aprovechado muy bien la oportunidad de
conseguir permisos especiales para trabajo agrícola. Es cierto que
menos de la mitad de los tzintzuntzeños en el Norte tienen todos
sus papeles en orden, pero muchos ya han conseguido permisos
temporales para trabajar mientras tratan de arreglar su residencia
legal. A pesar de todo, si la situación económica de los dos países
sigue igual durante lo que queda de los noventa, estoy seguro de
que para el año 2000 la población de Tzintzuntzeños en los
Estados Unidos llegará al mismo nivel que el de la Ciudad de
México -y que el monto total de los emigrantes de Tzintzuntzan
va a ser mayor a la población residente en la comunidad. Además
del flujo migratorio creciente hay una importante migración de
retomo por algunos que van llegando a su jubilación. El caso más
notorio tiene que ver con un Tzintzuntzeño que fue candidato del
pri para presidente municipal en las elecciones de 1989. Este
migrante había vivido muchos años en California, aunque
siempre mantuvo una casa en el pueblo. Él sufrió la derrota
política y la frustración personal cuando los representantes del pr
d tomaron posesión de la presidencia municipal hasta que el
gobernador michoacano decidió instalar un grupo mixto para
encargarse del municipio. Aparte de la emigración hacia otros
lugares, la tercera etapa de la migración tzintzuntzeña ha incluido
una especie de migración de corta distancia; es decir, la creación
de nuevas comunidades a la distancia de 2 km hacia el sur del
pueblo. En 1979, sobre la carretera de Tzintzuntzan a Pátzcuaro,
se había creado la “Colonia Lázaro Cárdenas”. Después del censo
de 1990, una expansión de La Colonia -al otro lado de la
carretera- resultó en otra comunidad de invasión, ésta nombrada
Tzintzuntzita. Las poblaciones de La Colonia y de Tzintzuntzita
ahora hacen sus propias contribuciones a las fiestas religiosas y
civiles de Tzintzuntzan y siempre buscan la manera de jugar su
propio papel político y cultural.
2.2. Momentos posmodernos