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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO DE SUCRE

ESCUELA DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE CURRÍCULUM Y ADMÓN. EDUCATIVA

ASIGNATURA: PRÁCTICAS DOCENTES

INFORME DE PRÁCTICAS
DOCENTES

Profa.: María Soledad


Estudiante: Antonio Núñez
Ante todo, quiero agradecer a un gran compañero: Gerson Cordero, quien me

apoyó en todo momento. Sin él, no hubiese podido concretar nada. Gerson fue mis ojos en

esta travesía crítica por la que hemos estado pasando: situación país/pandemia. En todo el

transcurso de estas prácticas docentes se han presentado un sinnúmero de dificultades.

Algunas de ellas fueron obstáculos salvables y otras, lamentablemente, escapaban de

nuestras manos. Ha habido mucha incertidumbre y siempre nos ha estado rondando la

pregunta “¿Qué sentido tiene todo esto?”. La comunicación no ha sido de las más eficaces,

pese a las nuevas tecnologías con las que contamos algunos.

Todo comienza en Wuhan –China- el 31 de diciembre de 2019, algo que marcaría

un hito histórico en el siglo XXI: la pandemia. Desde entonces, se decretó cuarentena para

muchos países que fueron infectados con el Virus SARS-CoV-2, una variante de

coronavirus que provoca la enfermedad COVID-19. Ya para el 2020, la situación se

volvió incontrolable y el virus provocó una hecatombe en varios países. El terror se

apoderó del planeta entero, puesto que esta nueva amenaza acabó con más de 1.8 millones

de vidas humanas en ese año.

Veíamos que caía país tras país, con una suma considerable de muertes y lo más

preocupante era que, potencias como China, Alemania, Rusia, EE.UU, Italia, que se

suponía tenían medicina avanzada y hospitales dotados de los equipos más modernos,

tuvieron los más altos índices de muertes. ¿Entonces? ¿Qué quedaba para Venezuela, que

somos un país sumergido en una de las peores crisis políticas, económicas y sociales en la

historia? Nuestros hospitales desabastecidos, profesionales de la medicina fuera del país,

etc… Esto significaría un duro golpe para la economía que ya venía agonizando, la

estocada final… y la parte que se vería más afectada sería: la educación.


Nada en el mundo sería igual. Las reuniones, los conciertos, las escuelas, las

universidades, todo lo que significara “aglomeración”… estaba totalmente prohibido y

penado por la ley en muchos países. Venezuela no estaba exenta de todo este suceso. Se

tomaron previsiones y sorprendentemente, no salimos tan afectados como otros países, -por

lo menos no por ahora-, pero la misma regla de cuarentena se aplicó para nosotros ¿Cómo

íbamos a dar clases presenciales? Esa fue la gran incógnita de la gran mayoría de los

docentes. Fue a partir del 13 de marzo de 2020 que se confirmaron los primeros casos en

nuestro país. Ya se iba proponiendo la idea de las clases no presenciales a través del

WhatsApp, Facebook, Googlemeet, Telegram, YouTube, entre otros.

Esto, -lo de “las clases no presenciales”-, actualmente, en el año 2021, todavía sigue siendo

algo experimental y muchos docentes no están conformes con esta modalidad por muchas razones.

En cierto sentido, se pierde la verdadera esencia de la enseñanza y muchas personas, ya sean

docentes o estudiantes, no cuentan con los recursos necesarios para asistir a una clase “no

presencial”, puesto que, no todo el mundo cuenta con un ordenador, teléfono inteligente o el dinero

suficiente para alquilar un equipo en un cyber (sic). Además, esta situación se presta para que otros

individuos, que no tienen nada que ver con el menester docente/discente, se cuelen en dichos

espacios para sabotear y opinar sin ningún permiso, trayendo como consecuencia: la desconfianza

de los integrantes del espacio donde se dictan las clases y la desintegración inminente del grupo

donde residen los estudiantes.

Este modo de abordar las clases tiene sus ventajas, como la flexibilidad en el horario; es

decir, la vida laboral y los estudios pueden coexistir en cierto punto, pero son más las desventajas

como el rompimiento de los lazos humanos entre docente y dicente, desgajando así, la relación

entre estos. Habría elementos distractores en torno a los estudiantes y sin que el docente pueda

llamar la atención. También está el tema del servicio eléctrico; sin este, no hay señal Wifi y no todo
docente o estudiante cuenta con dinero para recargar datos al dispositivo móvil. Sin mencionar que:

la delincuencia está causando estragos con el cableado telefónico, el cual surte el internet. Muchas

zonas en el país no cuentan con este servicio –internet- y hay lugares remotos donde no llega el

mismo. Por supuesto, en esos lugares viven estudiantes que no tienen la mínima posibilidad de

comunicarse.

Realmente la situación de la pandemia/situación país, desvirtuó lo que sería una práctica

docente convencional. Además, estaba el tema del transporte público y el alza del pasaje. Cada

semana aumentaba acorde con la devaluación de la moneda. En muchas ocasiones, la ausencia del

transporte público debido a la escasez de gasolina. La movilización para algunos practicantes

significaba un gasto de dinero en efectivo, que también estaba escaso y muchos no teníamos para

pagar un pasaje. Para conseguir efectivo, algunos de nosotros tuvimos que recurrir a la venta de

productos de la cesta básica, como paquetes de arroz o granos, para así, obtener el efectivo que

serviría de pasaje.

Con respecto a la cuarentena decretada en Venezuela: se dieron unas semanas hábiles y

otras de cuarentena radical en las que teníamos que estar encerrados en nuestros respectivos

hogares. Todo esto era intercalado hasta los momentos actuales. En las semanas hábiles podíamos

asistir al plantel que se nos asignó: El Modesto Silva. Cuando nos reuníamos en el plantel con

nuestra profesora tutora, -María Soledad-, era para tratar los asuntos pertinentes a la práctica

docente y otras veces para reunirnos con la profesora Maricelys, quien era mi profesora auxiliar en

el instituto, con la que llegaríamos a los acuerdos y decisiones que se debían tomar con respecto a

los estudiantes.

Las prácticas comenzaron el 20 de enero del 2021. La profesora creó un grupo de

WhatsApp para poder comunicarnos y fijar las fechas de las reuniones. La semana siguiente se

definiría el proceso de las prácticas. Es decir, se iba a decidir si las clases serían a distancia o

presenciales. Como señaló la profesora María Soledad: algunas instituciones cumplirían con
asesoría presenciales y nos ubicaría en alguna de ellas. Las reuniones se darían en las semanas

flexibles. Al día siguiente se cayó el internet en todo el estado Sucre, imposibilitando las

comunicaciones por los medios digitales. Los días venideros se me informó que tenía un problema

de inscripción en la materia de Prácticas Docentes, situación que me estaba preocupando.

EL 9 de febrero del 2021 se nos informa que estaríamos oficialmente ubicados en el ETCR

Modesto Silva. La reunión se llevaría a cabo el 22 de ese mismo mes. Todos iríamos con nuestros

respectivos uniformes. Ese día nos presentaríamos con nuestro profesor auxiliar. Corroboramos la

sección en la que nos tocaría dar clases. Allí también estarían los practicantes de otras menciones.

Muchos de ellos, habían sido nuestros compañeros en otras materias de Currículo y Administración

educativa, como también de Psicología.

Se escogió esa ubicación, ya que algunos compañeros – la mayoría- vivían en el sector de

La Villa. Sería un lugar céntrico para todos. Además el plantel estaba recibiendo estudiantes para

asesoría y eso era bastante importante, ya que, tendríamos contacto con ellos. Se había dicho que

las asesorías iban a ser presenciales.

Se suspende la primera reunión del 22 de febrero y se posterga para el primero de marzo.

Por alguna razón se suspendió la primera reunión hasta la semana flexible que venía. La profesora

María Soledad nos recordó las reglas de bioseguridad, el uso de mascarillas. El lunes 01/03/2021

tuvo lugar la primera reunión. Ese día no pude llegar a tiempo por problemas personales que

escaparon de mis manos; sin embargo, pude conocer a mi profesora auxiliar.

Al salir de la institución, la directora del plantel le confirmó a nuestra tutora que las

asesorías seguirían como se venían planteando. Nos asignaron a cada uno la sección que nos tocaba

y el día que asistiríamos al plantel. A Gerson y a mí nos tocó el 4to año y asistiríamos los días

jueves para tratar asuntos de los estudiantes con la profesora Maricelys.


Llegó el día que asistiríamos al plantel. Ingresé a la institución a las 8:30. Me encontré con

mi compañero de prácticas Gerson Cordero. Esperamos allí hasta las 9: 40 pero nos dijeron que la

profesora auxiliar no podía asistir ese día por razones de salud. Nos tocaría, entonces, reunirnos

con la profesora auxiliar en la semana flexible siguiente…

El 17/03/2021 la profesora María Soledad nos pide nuestros correos electrónicos para

enviárselos a nuestros profesores auxiliares. Me sugirieron que me comunicara con mi compañero

Gerson. Estábamos trabajando ya en el 2do momento con la profesora Maricelys, sin embargo, no

se nos había dado contenido todavía. Luego se decreta una semana radical extra y se nos sugiere

mantenernos comunicados con nuestros profesores auxiliares.

Luego, el 12 de abril, se nos sugiere cambiarnos de año; es decir, me iban a cambiar para

3er año ya que los estudiantes de 4to año no respondían. Esto se tenía que resolver de alguna

manera y mi preocupación era que no recibía ninguna evaluación por parte de ningún estudiante.

Para mí suponía un gran problema y tenía que remediar este asunto lo más pronto posible. En

efecto, pasaban los días y no tenía respuestas de los estudiantes. Además, no tenía ninguna

dirección, correo o teléfono con los que pudiera comunicarme con ellos.

El 16/12/2021 se plantea otra reunión en el plantel ETCR Modesto Silva. Nos reuniríamos

el lunes de la semana flexible a las 9:00 am. Tratamos asuntos sobre las prácticas y expuse mi

preocupación con respecto a la comunicación entre mi profesora auxiliar, los estudiantes y yo. El

27/04/2021 me pude comunicar con la profesora Maricelys y me envió los correos y números

telefónicos de los estudiantes. Al día siguiente, creé un grupo de WhatsApp para los estudiantes de

4to año sección de informática. Agregué cuidadosamente cada número, los verifiqué. Añadí los

correos a mi correo electrónico. Luego envié el siguiente mensaje:


[9:05 a. m., 28/4/2021] Antonio: Buenos días, muchachos.

Este grupo corresponde al 4 año de la institución Modesto

Silva. Aquí nos encontramos los profesores: Gerson Cordero

y Antonio Núñez. Esperamos que podamos comunicarnos y

nos comuniquen cualquier duda que tengan.

[9:05 a. m., 28/4/2021] Antonio: También está en proceso un

grupo de Facebook, para los que no puedan acceder al

Whatsapp.

[9:09 a. m., 28/4/2021] Antonio: En caso de que tampoco

posea Facebook algunos compañeros, seamos solidarios y

encontremos la manera de ayudar a quienes no tengan la

manera de informarse.

Notaba que ninguno de los contactos que había agregado, respondían a mi mensaje

de bienvenida. Traté de ser lo más cordial posible. No recibí ni un solo mensaje. Como no

recibía respuestas y esto me estaba preocupando, decidí enviar un mensaje con el cual

intentaría ganarme la confianza de los “estudiantes”:

[9:34 a. m., 28/4/2021] Antonio: No queremos un grupo

rígido, más que cumplir con lo estipulado, también tenemos

derecho a divertirnos pero con moderación. Es decir, la única

norma del grupo es mantener un respeto hacia nuestros

compañeros, docentes y cumplir con las actividades.

[9:42 a. m., 28/4/2021] Antonio: Entonces: estudiemos

divirtiéndonos, sin estrés. Hemos sido estudiantes también y

por eso los comprendemos.


Pero no había señal de vida en el grupo. Después de varias horas de espera, por fin

respondió uno de los contactos. Tal contacto, era un representante y no era el de un

estudiante de 4to año. Luego respondió “el estudiante” “Jesús Pérez”. Preguntó a qué

materia pertenecían los profesores presentes en el grupo de WhatsApp. Yo le respondí lo

que creí pertinente; me identifiqué. En ese mismo mensaje el sujeto sugería agregar a todos

los representantes y profesores. Luego enviaría lo siguiente: “Es necesario que éste grupo

sea avalado y certificado por la coordinadora de 4to año a través de correo electrónico...”

Al parecer ese mensaje creó desconfianza en los otros contactos, dado que, los

estudiantes, después de lo sucedido, no respondieron más mis mensajes por un tiempo

prolongado -días-. Esto era muy preocupante porque necesitaba alguna respuesta por parte

de alguno para confirmar, que por lo menos, tendría a alguien a quien evaluar. Veía que a

mis otros compañeros les entregaban actividades, ellos evaluaban a sus estudiantes y yo no

tenía ni al primero dando una respuesta. Esta situación era desesperante. Me tocó observar

la parte negativa de la modalidad “clases online”…

Estoy acostumbrado a tomar el control de las clases mediante mi idioma corporal.

Muchas veces trato de captar la atención del educando observándolos fijamente a los ojos y

esto me ha dado buenos resultados. Lógicamente desde un teléfono no pude utilizar estas

técnicas y se complicó todo. Luego de un tiempo, algunos estudiantes comenzaron a

comunicarse en el recinto digital. En ese grupo de WhatsApp, hice entrega de la guía del

tercer momento y un plan de evaluación que se me había ordenado redactar, donde se

colocaron las fechas de entrega de cada actividad.


El 11/05/2021 tuvimos una reunión con nuestra profesora auxiliar en el plantel. Le

expuse la situación por la que estaba pasando. Comenté sobre el individuo que pidió avalar

el grupo y la profesora afirmó que se trataba de un saboteo (…) Mi pregunta es: ¿cómo se

coló ese número en el listado? Me había tocado lidiar con una situación un tanto delicada.

Ese día nos instaron a utilizar la escala de estimación para evaluar a los estudiantes. Sin

embargo, los estudiantes en el grupo no respondieron más.

El lunes 25/05/2021 volvimos a reunirnos con la profesora Maricelys. Esta vez

ingresamos al plantel con nuestra profesora tutora María Soledad. Nuevamente hablamos

sobre el problema que había en el grupo de WhatsApp que había creado. La profesora

auxiliar confirmó que, en efecto, se trataba de un saboteo por parte de un profesor retirado.

Entonces, en ese plantel también había problemas internos que nos estaban afectando a los

practicantes. Se me recomendó cerrar ese grupo y lo cerré pero guardé una copia de los

mensajes y las fechas por precaución.

Ese día la jefa del departamento de evaluación nos invitó a una reunión que se

llevaría a cabo el miércoles 26 de mayo a las 8:00 am. En dicha reunión se trataría el tema

de sobre el tercer momento. Debían estar todos los practicantes para recibir información

directa. La reunión se postergó para el 28/05/2021. El viernes, en dicha reunión, se habló

sobre la ausencia de los estudiantes en el primer y segundo momento. Muchos no tenían

notas. Otros tenían sólo dos momentos evaluados. Entonces, se estaba buscando cómo

evaluar a los estudiantes promediando los dos momentos ya que se suspendió el tercero.
El 01/06/2021 se me informa que me anexaron a la lista de las prácticas docentes,

lo que supuso para mí un alivio. Ingresé al sistema y en efecto, aparecía inscrita la

materia.

El 15/06/2021 se nos recordó hacer una clase virtual para los estudiantes. El

28/06/2021 grabé mi vídeoclase y la subí al grupo de Practicantes de Castellano. Por

último, el 01/ 07/2021 subí un vídeo que se anexaría al vídeo de despedida de las prácticas

docentes.

En suma: esta modalidad de estudio fue algo complicada en cuanto a la

comunicación con los estudiantes. Las clases no presenciales son una modalidad que aún

es experimental y muchos docentes no estamos familiarizados con ella. Sólo queda hacer

unas recomendaciones basadas en esta experiencia:

- si los estudiantes no responden, hay que incentivarlos para que participen en el

grupo.

- Al observar la mínima señal de saboteo, habría que silenciar o expulsar al

integrante.

- Colocar reglamento de estadía en el grupo.

- No caer en vocabulario de argot académico o de difícil comprensión para los

estudiantes.

- Utilizar un lenguaje claro, conciso y que se adapte bien al contexto.

- Mantener la postura de docente en todo momento para que haya disciplina en los

estudiantes.

- No hay que ser tan flexible ni muy riguroso.

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