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LESIONES DEPORTIVAS
Módulo 4. Sesión 2.
LESIONES MUSCULARES.
Dentro de las incapacidades que con mayor recurrencia se presentan en el futbol,
se encuentran las lesiones musculares, las cuales se presentan por diferentes
factores como raza, sexo, alimentación, método de entrenamiento, el sueño,
aspectos psicológicos, etc. Los cuales tienen que tenerse en cuenta desde el mismo
diagnostico hasta el proceso de rehabilitación.
Los mecanismos de lesión pueden ser indirectos como el sobre uso y/o estiramiento
y mecanismos directos tales como los impactos penetrantes o no penetrantes que
generalmente se acompañan de hemorragia intersticial intramuscular y hematoma,
o aquellos relacionados con disfunciones propias del tejido conectivo. Sin embargo,
cabe destacar que el riesgo de lesión puede estar relacionado con factores
estructurales del musculo como: la composición, tamaño y longitud de las fibras
musculares, al igual que la forma y arquitectura del mismo. Así mismo,
modificaciones del colágeno como en el síndrome compartimental que usualmente
genera aumentos de la presión, o daños de la fascia suprayacente como en la
herniación muscular y otras como las alteraciones en las fases de cicatrización del
tejido que conllevan fibrosis como en el caso de la miositis osificante.
A pesar de las diferentes causas y tipos de lesión muscular, estas cursan por un
proceso de sangrado interno dado por la alta vascularidad del tejido, en especial en
el sitio lesional, esto provoca una reacción inflamatoria que promueve la formación
de tejido cicatrizal; en lesiones de mayor magnitud, este proceso se puede ver
alterado haciendo que el tejido lesionado se reemplace por tejido fibrotico, que
posteriormente representará un mayor riesgo de re lesión.
ESGUINCES.
Un esguince, torcedura o distensión ligamentosa es una lesión de los ligamentos
por distensión, estiramiento excesivo, torsión o rasgadura, acompañada de
hematoma, inflamación y dolor que impide continuar moviendo la parte lesionada.
Espeficamente en el futbol existen dos articulaciones principales, donde se
presentan la mayoría de los casos de esguince, las cuales son, tobillo y rodilla.
Primero que todo miraremos la clasificación de los esguinces
Esguince de grado 1: Se produce distensión de los ligamentos pero sin llegar a la
rotura de los mismos. No existe laxitud articular asociada, por lo tanto, la persona
afectada puede realizar movimientos completos, asociados a un dolor leve y un
ligero proceso inflamatorio.
Esguince de grado 2: En este caso sí existe rotura parcial del tejido ligamentoso. El
dolor se torna ahora moderado, acompañado de una inflamación más acentuada.
El paciente responde con posturas antiálgicas (vicios posicionales para evitar el
dolor) y una ligera inestabilidad articular. Presenta diferentes niveles de tumefacción
(hinchazón), deformidad y equimosis (hematomas). Puede ser visible un hematoma
en la zona afectada.
Esguince de grado 3: Rotura completa de la porción ligamentosa. Dolor vivo,
hinchazón prominente, deformidad y equimosis acentuadas. Impotencia funcional
de la articulación afectada.
Teniendo en cuenta la articulación de rodilla, el mayor numero de lesiones se
presenta en el Ligamento Colateral Interno; también se presenta un buen numero
de lesionados en el Ligamento Cruzado Anterior, que lo trataremos mas adelante.
Tanto el Ligamento Colateral Externo y el Ligamento Cruzado Posterior se presenta
en menor medida , aunque por diferentes traumas o apoyos también se presentan
en el futbol.
El esguince de ligamento lateral interno de la rodilla se produce por una inclinación
hacia adentro de la rodilla, lo cual se llama un valgo forzado de la rodilla, bien sea
por un golpe en la parte de fuera de la rodilla, por un golpe en la parte de dentro del
tobillo (por ejemplo un balonazo) o por un desplazamiento rápido con el pie apoyado
en el suelo, en este caso la lesión de rodilla irá acompañada posiblemente con una
lesión de menisco y quizá de ligamento cruzado anterior (cuando se rompen las tres
estructuras, ligamento lateral interno, ligamento cruzado y menisco interno, se
conoce como triada triste).
El dolor en la rodilla se producirá en la cara interna y se localiza a punta de dedo en
la cara interna de la rodilla. Existen test ortopédicos sencillos y muy concluyentes.
Se puede determinar mejor el alcance de la lesión haciendo una ecografía o una
resonancia magnética.
RECUPERACIÓN
La rehabilitación tras un esguince de ligamento lateral interno de rodilla consistirá
en, desde el primer momento, aplicación de hielo directo sobre la zona del
ligamento, 10 minutos, al menos tres veces al día, para controlar la inflamación de
la zona. Además, se aplicarán ultrasonidos y láser, para bajar la inflamación y
mejorar la cicatrización de los tejidos, microonda para aumentar la vascularización
de la zona (y así acelerar la regeneración de tejidos). Manualmente el tratamiento
consiste en movilizar la articulación dándole una carga adecuada al ligamento con
el fin de obtener una correcta alineación del colágeno que recubrirá la parte rota del
ligamento. Una falta de movilidad adecuada a cada momento de la lesión podrá
producir una mala alineación del colágeno y/o una mala cicatrización de la lesión.
Será muy importante trabajar la fuerza de toda la musculatura implicada: Vasto
interno del cuádriceps, Isquiotibiales (especialmente trabajo excéntrico),
Musculatura glútea, especialmente glúteo medio para dar estabilidad articular a la
cadera y por tanto a la rodilla. Igualmente, es primordial trabajar la propiocepción o
estabilidad de la rodilla, comenzando con ejercicios simples para terminar con
ejercicios complejos en planos inestables que reproduzcan las situaciones del
deporte a practicar. Todo lo anterior forma parte de la readaptación deportiva tras la
lesión, con el fin de conseguir una recuperación completa y evitar recaídas.
Vale la pena reseñar que el tiempo de incapacidad del deportista va a modificarse
dependiendo de la evolución de cada uno, no todos los deportistas se rehabilitan en
los mismos tiempos, pero aproximadamente se dan los siguientes tiempos.
Grado 1: 7 u 15 dias.
Grado 2: 4 a 6 semanas
Grado 3: 8 a 12 semanas.
Ahora bien, lo que comúnmente conocemos como esguince de tobillo es, en la
mayoría de los casos, una lesión del ligamento lateral externo de esta articulación.
Éstos ligamentos del pie tienen 3 fascículos: uno anterior, uno medio y uno posterior.
Todos ellos se originan en la punta del peroné. Sin dejar de lado, que en algunas
ocasiones se presenta daño en el ligamento Deltoideo (Interno). El esguince de
tobillo se produce cuando se tuerce la articulación. Es decir, el pie se queda mirando
hacia dentro, produciendo la lesión de los ligamentos del pie y del tobillo.
Dependiendo de la gravedad de la torcedura de tobillo y de la lesión, decimos que
se trata de un esguince de tobillo de grado 1, un esguince de grado 2 o de grado 3.
Esguince de tobillo de grado 1: El esguince de primer grado es el resultado de la
distensión de los ligamentos. Tras la torcedura de tobillo, la hinchazón es mínima y
el paciente puede comenzar la actividad deportiva en 1 o 2 semanas.
Esguince de tobillo de grado 2: En este caso, la torcedura de tobillo provoca la rotura
parcial de los ligamentos, produciéndose una hinchazón inmediata. Generalmente,
precisan de un periodo de reposo de 4 a 6 semanas antes de volver a la actividad
normal.
Esguince de tobillo de grado 3: El esguince de tobillo de tercer grado es el más
grave y supone la rotura completa de uno o más ligamentos del tobillo. Sin embargo,
rara vez precisan cirugía. El tiempo de recuperación suele ser de ocho semanas o
más, hasta que los ligamentos del tobillo cicatricen.
LESION MENISCAL
La ruptura del menisco es una de las lesiones de rodilla más comunes. Cualquier
actividad que haga que tuerzas o gires la rodilla con fuerza, especialmente al poner
todo tu peso sobre ella, puede llevar a que ocurra una rotura del menisco.
Cada una de tus rodillas tiene dos piezas de cartílago en forma de C que actúan
como un cojín entre el hueso de la espinilla y el hueso del muslo (meniscos). Una
rotura del menisco causa dolor, hinchazón y rigidez. También puedes sentir un
bloqueo en el movimiento de la rodilla y tener problemas para extenderla
completamente. El tratamiento conservador, como reposo, hielo y medicamentos, a
veces es suficiente para aliviar el dolor de una rotura de menisco y dar tiempo a la
lesión para que sane por sí sola. En otros casos, sin embargo, una rotura de
menisco requiere reparación quirúrgica.
Ahora bien, cuando alguno de nuestros deportistas manifieste alguno de estos
síntomas, debe de sospechar que presenta algún tipo de lesión meniscal:
Una sensación de ruptura, hinchazón o rigidez, dolor, especialmente al torcer o girar
la rodilla, dificultad para enderezar la rodilla completamente, sensación de que la
rodilla está trabada al tratar de moverla, o sensación de que la rodilla se afloja.
Una mala rehabilitación de la lesión meniscal puede contribuir o ayudar a la
aparición temprana de artrosis de rodilla, por lo tanto, se debe de realizar un buen
diagnostico de la patología para mejorar las condiciones del deportista.