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DOCUMENTO

LESIONES DEPORTIVAS
Módulo 4. Sesión 2.

DOCENTE JUAN CAMILO MONTOYA BUSTAMANTE


LESIONES DEPORTIVAS.

La práctica deportiva, sea en competición o no, está sujeta a la eventualidad de


sufrir lesiones de diferentes tipos que afectan al conjunto del sistema musculo-
esquelético y del que forman parte, además de los huesos, los músculos, los
ligamentos, los tendones y las articulaciones. Esto sucede tanto en el campo de alto
rendimiento como en las divisiones menores, y cada vez es mas relevante el
diagnostico oportuno y por ende un tratamiento acorde, para de esta forma disminuir
el impacto negativo que tienen los deportistas en sus resultados.
En este documento trataremos las principales lesiones que podemos encontrar en
el día a día del futbol, y de esta forma entender un poco a nuestros futbolistas de lo
que pueden presentar en cada una de estas lesiones.

LESIONES MUSCULARES.
Dentro de las incapacidades que con mayor recurrencia se presentan en el futbol,
se encuentran las lesiones musculares, las cuales se presentan por diferentes
factores como raza, sexo, alimentación, método de entrenamiento, el sueño,
aspectos psicológicos, etc. Los cuales tienen que tenerse en cuenta desde el mismo
diagnostico hasta el proceso de rehabilitación.
Los mecanismos de lesión pueden ser indirectos como el sobre uso y/o estiramiento
y mecanismos directos tales como los impactos penetrantes o no penetrantes que
generalmente se acompañan de hemorragia intersticial intramuscular y hematoma,
o aquellos relacionados con disfunciones propias del tejido conectivo. Sin embargo,
cabe destacar que el riesgo de lesión puede estar relacionado con factores
estructurales del musculo como: la composición, tamaño y longitud de las fibras
musculares, al igual que la forma y arquitectura del mismo. Así mismo,
modificaciones del colágeno como en el síndrome compartimental que usualmente
genera aumentos de la presión, o daños de la fascia suprayacente como en la
herniación muscular y otras como las alteraciones en las fases de cicatrización del
tejido que conllevan fibrosis como en el caso de la miositis osificante.
A pesar de las diferentes causas y tipos de lesión muscular, estas cursan por un
proceso de sangrado interno dado por la alta vascularidad del tejido, en especial en
el sitio lesional, esto provoca una reacción inflamatoria que promueve la formación
de tejido cicatrizal; en lesiones de mayor magnitud, este proceso se puede ver
alterado haciendo que el tejido lesionado se reemplace por tejido fibrotico, que
posteriormente representará un mayor riesgo de re lesión.

El proceso de cicatrización muscular sigue un patrón constante, donde se identifican


tres fases fundamentales del mismo, las cuales se conocen como: Inflamación,
reparación y remodelación. A continuación se especifican cada una de ellas.
Fase de inflamación: se caracteriza por ruptura y necrosis miofibrilar, seguido de la
formación del hematoma y evidencia del proceso inflamatorio. Se presenta daño del
sarcolema y retículo sarcoplásmico, sumado a un aumento de la liberación de calcio
y activación de la calpaina, más destrucción de la demosina, actinina y discos Z.
Fase de reparación: Proceso de fagocitosis de tejido necrótico y regeneración
miofibrilar, formación de tejido conectivo y capilares en el área de lesión por
aumento del óxido nítrico que estimula la proliferación de las células satélite.
Fase de remodelación: Maduración de miofibrillas regeneradas acompañado de
reorganización tisular de la cicatriz y recuperación funcional del músculo.
En general, las lesiones musculares se caracterizan por un daño a nivel de la
membrana del miocito que desencadena en un proceso necrótico de las miofibrillas,
donde las miokinas, específicamente las interleucinas regulan la cascada
inflamatoria, posteriormente los macrófagos se encargan de realizar fagocitosis en
la zona de la lesión para la posterior regeneración mediada por los factores de
crecimiento y mioblastos, lo cual permite evidenciar sarcoblastos y la posterior
formación de fibras musculares, hasta el proceso final de reinervacion de tales fibras
musculares que se han regenerado.
Clasificación de las lesiones musculares
El cuadro clínico de una lesión muscular depende de la naturaleza y severidad de
esta. El examen inicial así como los síntomas y signos radiológicos comúnmente
asignan el grado de clasificación. Es importante proporcionar una terminología clara
que facilite una comunicación efectiva entre los integrantes del departamento
médico que permita desarrollar estrategias interdisciplinares para el planteamiento
de un tratamiento integral.
Lesión muscular Grado 0: (24-72 horas)
Generalmente está relacionada con el sobre esfuerzo muscular. (Puede aparecer
dolor durante la actividad atlética).
También conocido como DOMS.
Imagen diagnostica (RNM) negativa o solo edema.
Alteración funcional, micro-rupturas de la miofibrilla, se considera más un
mecanismo de adaptación.
Usualmente desaparece entre las 24 y 72 horas.

Lesión muscular Grado 1: (10 a 15 días)


Desgarro muscular parcial menor.
Con un diámetro máximo de menos de un fascículo.
Dolor agudo y localizado que se acentúa con el estiramiento.
Imagen diagnóstica (RNM) positiva para la disrupción de la fibra. Hematoma
intramuscular.
Lesión muscular Grado 2: (15 a 21 días)
Desgarro con un diámetro de más de un fascículo.
Dolor localizado bien definido con discapacidad funcional.
Defecto palpable en la estructura muscular, a menudo hematoma.
Imagen diagnostica (RNM) con disrupción de fibra significativa, probablemente
incluyendo alguna retracción. Lesión de la fascia y hematoma intermuscular.
Lesión muscular Grado 3: (3 a 8 Semanas)
Desgarro muscular sub total o total / avulsión tendinosa.
Gran defecto en el músculo.
Hematoma.
Retracción muscular.
Dolor con el movimiento y pérdida de la función.
Imagen diagnóstica (RNM) discontinuidad subtotal o completa del músculo / tendón.
Posible morfología del tendón ondulado y retracción. Con la lesión de la fascia y
hematoma intermuscular.
FASES DE LA REHABILITACION.
En la rehabilitación de lesiones musculares se tienen en cuenta cuatro ( 4) fases
para el buen desarrollo de la recuperación:
FASE 1: Inflamatoria.
FASE 2: Regenerativa.
FASE 3: Remodelación.
FASE 4: Competencia Deportiva.
A continuación analizaremos cada una de las fases.
FASE 1 INFLAMATORIA.
Esta fase inicia desde el mismo momento de la lesión, desde la atención en campo
de juego y con el primer diagnostico presuntivo por parte del medico de turno. A
partir de este punto el manejo por parte de los profesionales es indispensable para
el inicio adecuado de un buen proceso cicatrizar que conlleve a unos resultados
positivos en la recuperación.
En esta Fase se tienen en cuenta los siguientes elementos: POLICE, Amplitud de
Movilidad Articular (AMA), y fortalecimiento de zonas adyacentes. A continuación
haremos un detallado análisis de cada uno de los puntos de esta fase.
POLICE: Este termino se refiere a una modificación de los anteriores RICE y PRICE
que se tuvo en cuenta en anteriores años. En este nueva nomenclatura se tiene en
cuenta un inicio de manejo de cargas físicas sobre las zonas lesionadas con el fin
de producir una activación y posterior mejor funcionalidad del área lesionada. Por lo
tanto el POLICE se refiere de la siguiente forma; P: Proteccion; OL: Carga
adecuada; I: Hielo . C: Compresion sobre la zona afectada; E: Elevacion de la zona
afectada. En el mismo momento de la lesión, como hemos mencionado
anteriormente, se empieza todo el proceso del POLICE, después de tener al
deportista en un lugar seguro fuera del campo de juego, se comienza con la
colocación de hielo por 10 min , combinándolo con compresión y elevación de la
zona, no es necesario a esperar a que el deportista llegue a camerino o a
consultorio, de esta forma evitaremos una inflamación mayor.
Amplitud de Movilidad Articular (AMA) : Paralelo al proceso antiinflamatorio de la
zona afectada, empezamos con el proceso del mejoramiento de la movilidad de la
zona afectada, teniendo en cuenta que el deportista va a manifestar dolor en
determinados movimientos, esta movilidad nos va a favorecer en la cicatrización y
funcionalidad de la zona. Cabe aclarar que en cada uno de los ejercicios no se
puede permitir la aparición de dolor, de lo contrario, que cada uno de los
movimientos el deportista lo realice de la mayor libertad posible, sin restricción de
la articulación o por molestia en la zona lesionada. Esta movilidad articular la
seguiremos trabajando en las fases posteriores, pero tiene mayor relevancia en esta
fase ya que se debe recuperar totalmente antes de empezar los otros procesos de
rehabilitación.
Fortalecimiento de zonas adyacentes: Este punto cumple dos características
principales, por un lado permite el sostenimiento muscular en zonas fundamentales
en el deporte , y por el otro es un complemento a toda la terapia realizada sobre la
zona afectada. Debido a la falta de actividad de alto rendimiento por la lesión sufrida,
el DCARF debe buscar la forma de evitar que el deportista sufra efectos secundarios
como es la perdida de masa muscular y de funcionalidad en las demás áreas del
cuerpo; por lo tanto dentro de la sesión de fisioterapia es importante crear un plan
de sostenimiento muscular de zonas que no afecten la cicatrización.
FASE 2. REGENERATIVA.
Despues de realizar un proceso antiinflamatorio de la zona afectada de una forma
adecuada, empezamos esta fase con diferentes objetivos para seguir con la
adaptación del deportista a su actividad. Entre los objetivos están : Mejorar
flexibilidad, trabajos de fuerza muscular, activación de aspectos físicos como la
resistencia y el trabajo de propiocepcion. A continuación enumeraremos cada una
de las características.
Flexibilidad: Es una característica que como mencionamos anteriormente, es
fundamental en la Fase 1, lo que aca realizamos y trabajamos es el sostenimiento
de los arcos de movilidad y si es el caso, mejorarlos, para en un futuro controlar uno
de los factores de riesgo mas frecuentes para la aparición en las lesiones
deportivas. De suma importancia por parte del fisioterapeuta tener un control previo
de todos sus deportistas en este ítem, con el fin de poder comparar y tener como
referencia a los diferentes rangos de movilidad que tiene que alcanzar con cada uno
de los deportistas. Cabe anotar que también se debe realizar la comparación con el
otro segmento corporal.
Fuerza Muscular: Es una de las bases en la rehabilitación de deportistas de alto
rendimiento. Después de disminuir el dolor sobre la zona y aumentar los rangos de
movilidad en la zona afectada, empezamos todo el proceso de aumento de la fuerza
muscular. Este proceso se realiza de forma progresiva, y lo que buscamos es
colocar al musculo nuevamente en los estándares que presentaba antes de
producirse la lesión. Inicialmente se debe presentar un movimiento libre del
segmento lesionado sin presencia de dolor, después se reliza los diferentes trabajos
isométricos para activar la zona comprometida y posteriormente se trabaja bajo los
diferentes métodos, el fortalecimiento muscular adecuado para preparar al
deportista a su actividad normal. Tener en cuenta que en estos procesos debemos
de evitar la aparición de dolor sobre la lesión y se recomienda después de una
sesión de fuerza extensa realizar diferentes métodos de recuperación, que faciliten
el proceso de acondicionamiento del musculo. Despues de este trabajo se debe de
realizar un plan para inducir dentro de este ítem los trabajos de fortalecimiento
excéntrico, el cual es de suma importancia para la practica del futbol, ya que se
considera que en un alto porcentaje el futbolista realiza muchos de estos
movimientos excéntricos, por lo tanto, desde la rehabilitación, tenemos que prevenir
la aparición de nuevas lesiones.
Propiocepcion: Es una de las cualidades complementarias en todas las
rehabilitaciones que se presentan en el alto rendimiento deportivo. Cuando sucede
la lesión y a raíz de la inactividad, esta cualidad se va deteriorando y perdiendo, por
lo cual desde la fisioterapia, debemos incentivar a través de los diferentes ejercicios
y de esta forma evitamos la aparición de nuevas lesiones y el regreso a la actividad
deportiva de la mejor forma.
Resistencia: A la par de todos los trabajos que realizamos de las cualidades del
deportista ya antes mencionadas, empezamos todo el proceso de adaptación física,
haciendo la aclaración que no se debería sentir dolor en la zona afectada en cada
uno de estos procesos. En esta fase esta cualidad solo se realiza en bicicleta ,
elíptica y en determinados casos en banda trotadora. El inicio de este aspecto se
debe de realizar de forma progresiva y de esta forma ayuda a que el deportista este
en unos parámetros nutricionales adecuados.
FASE 3: REMODELACION.
En esta fase se trabaja el retorno al campo de juego. Cada uno de los aspectos
trabajados en la cancha tienen como objetivo adecuar al deportista a todos los
movimientos y exigencias que tienen en su deporte.
FASE 4. COMPETENCIA DEPORTIVA
Regreso a entrenamiento con los compañeros con aumento gradual de la carga en
los entrenamientos.

ESGUINCES.
Un esguince, torcedura o distensión ligamentosa es una lesión de los ligamentos
por distensión, estiramiento excesivo, torsión o rasgadura, acompañada de
hematoma, inflamación y dolor que impide continuar moviendo la parte lesionada.
Espeficamente en el futbol existen dos articulaciones principales, donde se
presentan la mayoría de los casos de esguince, las cuales son, tobillo y rodilla.
Primero que todo miraremos la clasificación de los esguinces
Esguince de grado 1: Se produce distensión de los ligamentos pero sin llegar a la
rotura de los mismos. No existe laxitud articular asociada, por lo tanto, la persona
afectada puede realizar movimientos completos, asociados a un dolor leve y un
ligero proceso inflamatorio.
Esguince de grado 2: En este caso sí existe rotura parcial del tejido ligamentoso. El
dolor se torna ahora moderado, acompañado de una inflamación más acentuada.
El paciente responde con posturas antiálgicas (vicios posicionales para evitar el
dolor) y una ligera inestabilidad articular. Presenta diferentes niveles de tumefacción
(hinchazón), deformidad y equimosis (hematomas). Puede ser visible un hematoma
en la zona afectada.
Esguince de grado 3: Rotura completa de la porción ligamentosa. Dolor vivo,
hinchazón prominente, deformidad y equimosis acentuadas. Impotencia funcional
de la articulación afectada.
Teniendo en cuenta la articulación de rodilla, el mayor numero de lesiones se
presenta en el Ligamento Colateral Interno; también se presenta un buen numero
de lesionados en el Ligamento Cruzado Anterior, que lo trataremos mas adelante.
Tanto el Ligamento Colateral Externo y el Ligamento Cruzado Posterior se presenta
en menor medida , aunque por diferentes traumas o apoyos también se presentan
en el futbol.
El esguince de ligamento lateral interno de la rodilla se produce por una inclinación
hacia adentro de la rodilla, lo cual se llama un valgo forzado de la rodilla, bien sea
por un golpe en la parte de fuera de la rodilla, por un golpe en la parte de dentro del
tobillo (por ejemplo un balonazo) o por un desplazamiento rápido con el pie apoyado
en el suelo, en este caso la lesión de rodilla irá acompañada posiblemente con una
lesión de menisco y quizá de ligamento cruzado anterior (cuando se rompen las tres
estructuras, ligamento lateral interno, ligamento cruzado y menisco interno, se
conoce como triada triste).
El dolor en la rodilla se producirá en la cara interna y se localiza a punta de dedo en
la cara interna de la rodilla. Existen test ortopédicos sencillos y muy concluyentes.
Se puede determinar mejor el alcance de la lesión haciendo una ecografía o una
resonancia magnética.

RECUPERACIÓN
La rehabilitación tras un esguince de ligamento lateral interno de rodilla consistirá
en, desde el primer momento, aplicación de hielo directo sobre la zona del
ligamento, 10 minutos, al menos tres veces al día, para controlar la inflamación de
la zona. Además, se aplicarán ultrasonidos y láser, para bajar la inflamación y
mejorar la cicatrización de los tejidos, microonda para aumentar la vascularización
de la zona (y así acelerar la regeneración de tejidos). Manualmente el tratamiento
consiste en movilizar la articulación dándole una carga adecuada al ligamento con
el fin de obtener una correcta alineación del colágeno que recubrirá la parte rota del
ligamento. Una falta de movilidad adecuada a cada momento de la lesión podrá
producir una mala alineación del colágeno y/o una mala cicatrización de la lesión.
Será muy importante trabajar la fuerza de toda la musculatura implicada: Vasto
interno del cuádriceps, Isquiotibiales (especialmente trabajo excéntrico),
Musculatura glútea, especialmente glúteo medio para dar estabilidad articular a la
cadera y por tanto a la rodilla. Igualmente, es primordial trabajar la propiocepción o
estabilidad de la rodilla, comenzando con ejercicios simples para terminar con
ejercicios complejos en planos inestables que reproduzcan las situaciones del
deporte a practicar. Todo lo anterior forma parte de la readaptación deportiva tras la
lesión, con el fin de conseguir una recuperación completa y evitar recaídas.
Vale la pena reseñar que el tiempo de incapacidad del deportista va a modificarse
dependiendo de la evolución de cada uno, no todos los deportistas se rehabilitan en
los mismos tiempos, pero aproximadamente se dan los siguientes tiempos.
Grado 1: 7 u 15 dias.
Grado 2: 4 a 6 semanas
Grado 3: 8 a 12 semanas.
Ahora bien, lo que comúnmente conocemos como esguince de tobillo es, en la
mayoría de los casos, una lesión del ligamento lateral externo de esta articulación.
Éstos ligamentos del pie tienen 3 fascículos: uno anterior, uno medio y uno posterior.
Todos ellos se originan en la punta del peroné. Sin dejar de lado, que en algunas
ocasiones se presenta daño en el ligamento Deltoideo (Interno). El esguince de
tobillo se produce cuando se tuerce la articulación. Es decir, el pie se queda mirando
hacia dentro, produciendo la lesión de los ligamentos del pie y del tobillo.
Dependiendo de la gravedad de la torcedura de tobillo y de la lesión, decimos que
se trata de un esguince de tobillo de grado 1, un esguince de grado 2 o de grado 3.
Esguince de tobillo de grado 1: El esguince de primer grado es el resultado de la
distensión de los ligamentos. Tras la torcedura de tobillo, la hinchazón es mínima y
el paciente puede comenzar la actividad deportiva en 1 o 2 semanas.
Esguince de tobillo de grado 2: En este caso, la torcedura de tobillo provoca la rotura
parcial de los ligamentos, produciéndose una hinchazón inmediata. Generalmente,
precisan de un periodo de reposo de 4 a 6 semanas antes de volver a la actividad
normal.
Esguince de tobillo de grado 3: El esguince de tobillo de tercer grado es el más
grave y supone la rotura completa de uno o más ligamentos del tobillo. Sin embargo,
rara vez precisan cirugía. El tiempo de recuperación suele ser de ocho semanas o
más, hasta que los ligamentos del tobillo cicatricen.

RUPTURA DE LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR (LCA)


La lesión del ligamento cruzado anterior es un esguince o desgarro de ese
ligamento, que es uno de los principales ligamentos de la rodilla. Las lesiones del
ligamento cruzado anterior comúnmente se producen durante la práctica de
deportes que implican paradas repentinas o cambios de dirección, saltar y caer con
los pies, como el fútbol, el baloncesto, el fútbol americano y el esquí alpino.
Muchos deportistas escuchan o sienten un chasquido en la rodilla cuando ocurre
una lesión del ligamento cruzado anterior. Es posible que se te hinche la rodilla, que
te sientas inestable y que te duela mucho soportar peso.
Microscópicamente, el tejido ligamentoso consta de un componente celular y otro
de matriz extracelular (MEC). El primero tiene en su gran mayoría fibroblastos
organizados en columnas a lo largo de la fibra de colágeno y una pequeña cantidad
de otras células; este componente es sensible a las cargas mecánicas y su función
es sintetizar y mantener la MEC, compuesta por proteínas (colágeno, elastina y
proteoglicanos), glicoproteínas y agua. Además de proveer soporte estructural y
fuerza mecánica, actúa como reservorio para moléculas señaladoras, otorgando al
tejido su comportamiento viscoelástico. El componente más importante es el
colágeno, siendo para el Ligamento cruzado anterior (LCA) en proporción 9:1
distribuidos en tipo I y III respectivamente.
Luego de una lesión de LCA, la ley de adaptación funcional justifica la integración
del injerto complementándose con el proceso de biológico de cicatrización. En la
evidencia se reportan tres fases: inflamatoria, proliferación de la matriz celular y
finalmente transformación/remodelación.
La primera fase (hasta semana 4) procede inmediatamente de la lesión, generando
una respuesta celular temprana que incluye la acumulación de neutrófilos,
monocitos / macrófagos y linfocitos T, una característica importante de esta etapa
es la afluencia de células inmunitarias para eliminar los desechos del tejido
lesionado y segregar citoquinas que son pertinentes a las actividades posteriores
en la cascada de curación, la formación del coágulo de sangre, es posteriormente
reabsorbido y reemplazado con un infiltrado celular.
Posterior a la cirugía se presenta una necrosis del injerto específicamente hacia el
centro del injerto, se favorece la liberación de citoquinas (TNF-a, IL-1b, IL-6) que
disparan la cascada de expresiones de factores de crecimiento traducidas en:
migración, proliferación celular, síntesis de la matriz extracelular y
revascularización.
En los tres primeros días, el peso del ligamento y el tamaño de la herida son bajos,
pero incrementan entre los días 5 a 11 a medida que se forma el tejido de
granulación. Los neutrófilos alcanzan su punto máximo en el día 1 y disminuyen
después del día 3.
La segunda fase se identifica por una mayor actividad celular y cambios en la matriz
extracelular; dado que se presenta la transición entre la fase anterior se presentan
modificaciones de las propiedades mecánicas, alrededor de la sexta semana, se
genera una respuesta vascular hipertrófica en la brecha de los extremos del injerto,
la vascularización lleva consigo un aumento de fibroblastos y tasa metabólica. Esta
fase proliferativa se describe como la producción de "tejido cicatrizal", que en
principio es desorganizado (más vasos sanguíneos, fibroblastos, células
inflamatorias y tejido conectivo suelto). Después de algunas semanas de curación,
el colágeno se alinea con el eje largo del ligamento a pesar de los tipos de colágeno
que abundan en esta fase (tipo III, I y V) El tejido de granulación continúa
extendiéndose a través de las partes no dañadas del ligamento hasta el día 28 y es
cuando los neutrófilos alcanzan sus niveles normales. Al mismo tiempo que
aumenta la proliferación celular comienza una intensa revascularización de la
plastia, concretamente a partir de la cuarta semana se presenta una sobreexpresión
del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF). Este proceso de
revascularización progresa desde la periferia de la plastia hacia el interior, la
normalidad vascular se presentará en la siguiente fase (de ligamentización)
alrededor de los 6 meses.
En la tercera fase (transformación) presentada del tercer al sexto mes, los
fibroblastos metabólicamente activos, se tornan un poco más inactivos
asemejándose al LCA original, aunque los defectos en la cicatriz se colman, hay
diferencias significativas en su composición ya que los proteoglicanos y los enlaces
cruzados de colágeno están alterados. A pesar de disminuir la proporción de
colágeno tipo III respecto a la fase de proliferación, se presenta en mayor cantidad
que el colágeno tipo I (predominante en LCA original), puesto que presenta menor
resistencia mecánica, las propiedades mecánicas son inferiores respecto al tejido
libre de lesiones. Todos estos datos son muy importantes para intentar comprender
de la mejor forma los ejercicios adecuados para una buena rehabilitación.
La rehabilitación varia un poco dependiendo de la técnica de cirugía utilizada por el
ortopedista y si existen lesiones extras en el momento de la lesión, es decir, si se
compromete el menisco o los ligamentos colaterales. Teniendo en cuenta esas
variables, a continuación enumeramos un protocolo de rehabilitación para esta
lesión.
. FASE I: (0-2 SEMANAS).
Extensión completa precoz evitando extensión activa entre 0 y 60º para limitar
tensiones en la plastia.
Carga precoz con ayuda de 2 muletas.
Iniciará ejercicios de flexión activa hasta 90º.
Movilización activa de tobillo en flexo-extensión para mejorar bombeo de la sangre.
Carga precoz: bipedestación en 24h y deambulación en 48h.
Control del dolor e inflamación: AINES, crioterapia, TENS.
Rango de Movilidad Articular: activo y activo asistido de 0º a 90º.
Movilización patelar y de cicatriz.
Potenciación de cuádriceps.
Propiocepcion: se inicia de forma precoz en la 1ª semana aprovechando el inicio del
apoyo, en caso tal de que no exista compromiso meniscal.
FASE II (3-8 SEMANAS): Se empieza a realizar el retiro de las ortesis y muletas del
paciente
Trabajo de CORE. Ejercicios en cadena cinética cerrada (bici).
Movilización de la patela y continuamos ganando flexión. Iniciar deambulación en
cinta. Se realiza trabajos de propiocepción con apoyo unipodal y bipodal en plano
inestable.
FASE III (8-12 SEMANA).
Rango de Movilidad Articular activos en flexión y extensión sin apoyo de la sana.
Movilización patelar. Potenciación muscular. Trabajo de CORE.
FASE IV (DESPUÉS DE 12 SEMANAS):
Rango de Movilidad Articular sin restricciones.
Potenciación muscular en cadena abierta.
Progresión en ejercicios de agilidad: cambios de ritmo y dirección, carreras laterales,
saltos.
Se puede reincorporar con ejercicicos de ciclismo o natacion
Inicio progresivo del entrenamiento específico para su actividad deportiva previa.
FASE V (5 A 6 MESES).
Retorno a su actividad deportiva si se cumplen las siguientes características:
ROM completo. Rodilla estable. Se ha completado el programa de agilidad y
entrenamiento y se ha conseguido una fuerza del 85-90% de cuádriceps e
isquiotibiales respecto a la contralateral.

LESION MENISCAL
La ruptura del menisco es una de las lesiones de rodilla más comunes. Cualquier
actividad que haga que tuerzas o gires la rodilla con fuerza, especialmente al poner
todo tu peso sobre ella, puede llevar a que ocurra una rotura del menisco.
Cada una de tus rodillas tiene dos piezas de cartílago en forma de C que actúan
como un cojín entre el hueso de la espinilla y el hueso del muslo (meniscos). Una
rotura del menisco causa dolor, hinchazón y rigidez. También puedes sentir un
bloqueo en el movimiento de la rodilla y tener problemas para extenderla
completamente. El tratamiento conservador, como reposo, hielo y medicamentos, a
veces es suficiente para aliviar el dolor de una rotura de menisco y dar tiempo a la
lesión para que sane por sí sola. En otros casos, sin embargo, una rotura de
menisco requiere reparación quirúrgica.
Ahora bien, cuando alguno de nuestros deportistas manifieste alguno de estos
síntomas, debe de sospechar que presenta algún tipo de lesión meniscal:
Una sensación de ruptura, hinchazón o rigidez, dolor, especialmente al torcer o girar
la rodilla, dificultad para enderezar la rodilla completamente, sensación de que la
rodilla está trabada al tratar de moverla, o sensación de que la rodilla se afloja.
Una mala rehabilitación de la lesión meniscal puede contribuir o ayudar a la
aparición temprana de artrosis de rodilla, por lo tanto, se debe de realizar un buen
diagnostico de la patología para mejorar las condiciones del deportista.

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