CONSIGNA

Realizar una reflexión por escrito sobre lo leído en el texto “Las danzas
del tiempo” de Geisha Fonteine, la cual evidencie el recorrido por la
totalidad del mismo.
El texto ¨Las Danzas en el tiempo¨ de Geisha Fonteine trata acerca de tres
ideas fundamentales la improvisación, la memoria y el olvido en la
improvisación y la composición instantánea.
Primera idea, la improvisación: podemos asociarlo al hecho de improvisar
una creación coreográfica. Este concepto variara según cada interprete, por
ejemplo, según Rainer María nos dice que improvisar es ubicarse en situación
de yuxtaponer el presente, el conjunto de nuestras experiencias y posibles
cosas insospechadas para permitir que aparezca y hacer aparecer el
movimiento imprevisto. El crecimiento en una improvisación depende de la
estricta delimitación de sus reglas y de un trabajo previo extremadamente
profundo. Jankélévicth escribe algo muy interesante que lo relaciono con una
consigna que está muy presente en nuestras clases de improvisación: ¨para
captar la idea al vuelo, para estar al acecho de la ocasión oportuna y supervisar
la urgencia del instante, es necesaria una mezcla de vigilancia y de soltura, de
decisión y de entrega¨. Otro concepto presente en nuestras clases está
relacionado con lo que nos cuenta Stave Paxton: ¨reactivar los sentidos que
hemos sido entrenados a no tener en cuenta¨ sino es así, podemos caer en la
repetición de los mismo hábitos y dispositivos corporales que ya tenemos
activados.
La bailarina Trisha Brown se basa en ¨improvisaciones estructuradas¨ es decir,
crea consignas que le permiten encontrar nuevos caminos de el cuerpo.
Trisha también trabajaba con el concepto de la improvisación de re
presentación del pasado, el “recordar” construir una frase coreografía a partir
del recuerdo de una composición que hayan visto. Cada manera de memorizar
la propuesta de otro implica la composición de su materia propia que se
trasforma en una materialización del recuerdo que se acaba de ver. Pina Baush
toma el concepto de experiencias vividas para que sus interpretes realicen un
trabajo de interpretación
La utilización de la improvisación en muchos casos los coreógrafos la utilizan
como fase del trabajo destinada a conocer mejor a los bailarines y/o para
descubrir materiales coreográficos.

Segunda idea Memoria y olvido: nos indica que la improvisación oscila entre
la memoria y el olvido, entre encontrar y reconocer, entre despojarse y revisar.
Steve Paxton habla de "rechazar lo familiar, tan anclado en nuestro sistema
nervioso y en nuestro espíritu”. No se trata de “erradicar los sistemas
conocidos, sino también de comprender como pudimos adaptarnos a ellos”.
Todo el cuerpo esta definido por su historia y por sus aprendizajes. Sin
embargo, la acción de improvisar nos lleva a encontrar gestos ocultos que
nunca hemos realizado o no las ejecutábamos conscientemente, es decir que,
la improvisación permite al cuerpo volver a encontrar posibilidades que
teníamos ocultas: “permitir que los reflejos se den cuenta de cómo tratar con lo
imprevisible para recuperar posibilidades físicas que han podido volverse
inactivas.

Por último, la tercera idea la composición instantánea o, también llamada

composición en tiempo real, es aceptar el no planificar de antemano, no
desarrollar, no repetir; lo cual no quiere decir no recordar o intentar olvidar. La
memoria sirve para acceder a estados nuevos y desconocidos recordándonos
dónde hemos ido ya y por qué es fútil intentar volver allí (puesto que ya
estuvimos allí).
La composición instantánea, depende totalmente de sus improvisadores,
siendo cada bailarín simultáneamente autor; por esta razón, es por definición
una creación colectiva cuyos arreglos se hacen en el instante, donde la
concepción del producto final y la reflexión previa desaparecen.
Para finalizar, se podría decir que la composición en tiempo real se alimenta de
la investigación corporal no ejecutada al azar, es decir, no realizar movimientos
porque si, sino vehiculizada por consignas, donde la elaboración previa
desaparece, ya que no se pretende hacer una coreografía propiamente dicha,
sino la puesta en juego de hacer y recordar.