Está en la página 1de 47

ALBAÑILERÍA ESTRUCTURAL

1.- INTRODUCCIÓN

La Albañilería Estructural constituye una alternativa económica y sencilla de


aplicar para resolver nuestro elevado déficit habitacional, mediante la
construcción de edificios de mediana altura, en donde se aprovecha el área del
terreno con una sola cimentación y se comparten los servicios comunes de
agua, desagüe y electricidad (con una sola cisterna, tanque de agua, etc.);
mejor aún, si estos edificios se ubican en urbanizaciones.
Sin embargo, vivimos en un país sísmico, donde además el medio ambiente es
altamente erosivo, por lo que estas edificaciones tienen que ser
convenientemente analizadas, diseñadas y construidas, de modo que tengan
un adecuado comportamiento ante todo tipo de solicitación.
Hasta antes de 1970, los edificios de albañilería se construían sin las
precauciones necesarias, por lo que generalmente sufrían serios daños
estructurales cuando ocurrían los sismos, llegando incluso a colapsar ante los
terremotos. En otros casos, se proporcionaba paredes con espesores
exagerados y muros en abundancia, dando por resultado edificios seguros,
pero antieconómicos. Es decir, estas edificaciones no seguían los lineamientos
de un diseño racional, debido a que el ingeniero estructural no contaba con la
información suficiente que le permitiese efectuar un diseño adecuado.
Actualmente, la arquitectura moderna, las razones económicas y la mejor
calidad de los materiales de construcción, conllevan a proyectar edificios de
albañilería donde se aprovecha en mejor forma las dimensiones de los
ambientes, colocando la mínima densidad posible de muros y por supuesto, el
refuerzo adecuado; de manera que los muros de estas edificaciones puedan
soportar sismos moderados sin ningún daño estructural y sismos severos con
daños estructurales que sean reparables, evitando a toda costa el colapso y,
por ende, salvando lo primordial: las vidas humanas.
En el caso de la albañilería, nuestras técnicas constructivas y materiales de
construcción son muy diferentes a los que se emplean en otros países, por lo
que a diferencia de otros materiales (como el concreto armado y el acero)
resulta inadecuado adoptar códigos de diseño extranjeros. De esta manera, en
base a los escasos resultados experimentales alcanzados hasta el año de
1982, se elaboró nuestro primer reglamento de diseño relativo a la albañilería:
"Norma E-070, ININVI-82". Actualmente, aunque aún nos falta un largo camino
por recorrer en lo que a investigaciones se refiere, contamos con una
propuesta moderna de diseño a la rotura, aplicable a los edificios compuestos
por muros de albañilería confinada; esta propuesta está basada en los
resultados teórico-experimentales de nuestras investigaciones y en las
enseñanzas dejadas por los terremotos pasados.
Muchas investigaciones vienen desarrollándose a partir del año 1979 en el
Laboratorio de Estructuras de la PUCP, contando en su mayoría con el
concurso de alumnos, quienes han elaborado sus tesis en base a estos
trabajos. Algunos de estos proyectos han sido publicados en Congresos
Internacionales como: The Eighth (San Francisco, 1988) and Tenth (Madrid,
1992) World Conference on Earthquake Engineering, The Fifth North American
Masonry Conference (1IIinois, 1990) y Colloquia '83 y '88 en Santiago de Chile;
en tanto que la gran mayoría de los trabajos han sido publicados en la revista
peruana "El Ingeniero Civil" y en los libros de Ponencias de los Congresos
Nacionales de Ingeniería Civil realizados en las siguientes ciudades: Cusco
(1980), Chiclayo (1982), Tacna (1984), Cajamarca (1986), Huaraz (1988), Piura
(1990) e Ica (1992).
La difusión de estos trabajos ha sido hecha también en: los Seminarios
organizados por diversas Instituciones, como el CISMID, la Universidad
Nacional del Centro (Huancayo), la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo
(Chiclayo), la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo (Huaraz) y el
Capítulo Peruano del ACI; los Cursos de Actualización Profesional organizados
por la PUCP y el Colegio de Ingenieros del Perú; y los Cursos de Albañilería
Estructural que se dictan en varias universidades peruanas. Adicionalmente,
contamos con libros nacionales que recopilan estas investigaciones, como los
libros de "Albañilería Estructural" por el Ing. Héctor Gallegos y "Albañilería
Confinada" por Ángel San Bartolomé.
Debe indicarse además que no sólo se ha tratado de estudiar a las
edificaciones de mediana altura, sino también se ha procurado abaratar costos
en las viviendas unifamiliares; por ejemplo: creando bloquetas artesanales de
concreto y los denominados "morteros bastardos" con polvo de ladrillo;
utilizando los bloques de sillar, los ladrillos horneados con leña y la piedra
pómez como agregado grueso en los bloques de concreto; etc. Algunos de
estos estudios se han efectuado a través de Convenios establecidos por la
PUCP con las Universidades Nacionales Pedro Ruiz Gallo de Chiclayo y
Hermilio Valdizán de Huánuco, cuyos alumnos han ejecutado sus proyectos en
el Laboratorio de Estructuras de la PUCP.
El conocimiento racional de la albañilería es importante no sólo porque una
considerable porción del inventario de edificios existentes, ya sean ellos
históricos o utilitarios, se construyen con ese material, sino porque la albañilería
es hoy y será sin duda por mucho tiempo, particularmente en el mundo en
desarrollo el principal material estructural para resolver las crecientes
demandas urbanas. Se ha proyectado y construido en albañilería sin conocerla
y, ciertamente, fuera del contexto del control que la ingeniería brinda. Dominar
el material, diseñarlo con seguridad y economía, calcular las dimensiones y
refuerzos, elaborar planos y especificaciones, adquirir los insumos debidos y
construir utilizándolos correctamente, controlando y conduciendo el proceso
constructivo, es lo que debe hacer el profesional para dignificar su ejercicio y
servir efectivamente al hombre.
La enseñanza de la ingeniería, por otra parte, sufre hoy diversos problemas.
Unos están vinculados con la falta de contexto ético en la formación de los
profesionales; otros, con la ausencia de un marco histórico que ubique al
ingeniero en el derrotero de su rico antepasado científico y tecnológico. Muchos
de los problemas han sido generados por la incorporación de la computadora a
la vida profesional. Si bien ella ha traído confiabilidad, precisión y rapidez a los
tediosos procesos mecánicos del cálculo, esto ha venido acompañado de la
ilusión de que, trabajando con fuerzas teóricas y sustancias ideales, podemos
representar una realidad impura, y obstaculizar por ello el desarrollo de la
intuición en el proceso educativo. Si la introducción de la computadora a la
enseñanza se hubiera asociado con modificaciones en los currículos y métodos
educativos, ampliando la enseñanza de conceptos básicos, las ilusiones se
habrían desvanecido. Lamentablemente, no ha sido así. Se continúa
enseñando, sobre todo en los temas relativos a los materiales estructurales,
sobre la base de recetas reglamentarias, sin incidir, como debiera haberse
hecho, en el comportamiento de estos.
En resumen, se ha enseñado la ingeniería como una técnica, que no la es, y no
como el arte que sí es.
Así como en el ejercicio profesional de la medicina la materia central es la
salud humana, en la ingeniería civil el meollo lo constituye el equilibrio entre las
demandas usualmente antagónicas de la seguridad y el costo de las obras que
el hombre requiere para dominar la naturaleza y obtener su bienestar. El arte
de la ingeniería es hacer las cosas, las obras, como deben ser, apoyándose
para lograr dicho propósito en el conocimiento racional del comportamiento de
los materiales y de las estructuras, en el dominio de las diversas técnicas
involucradas y en el control de los procesos constructivos.

2.- OBJETIVOS
El objetivo principal del curso es adquirir los conocimientos suficientes que le
permitan analizar, diseñar y construir edificaciones de mediana altura (de hasta
5 pisos) hechas de albañilería estructural. Para alcanzar estos conocimientos,
es necesario estudiar el comportamiento de las edificaciones de albañilería
ante los terremotos ocurridos en el pasado, así como la influencia de diversos
parámetros que han sido investigados a nivel experimental. Los resultados de
estos estudios han permitido plantear recomendaciones en los aspectos de la
construcción y del diseño estructural, principalmente para lograr un adecuado
comportamiento sísmico en este tipo de estructuras.
Por lo expuesto, es importante que primero se tenga una concepción global de
los sistemas de albañilería; para esto, se estudiará los procedimientos de
construcción y el comportamiento sísmico de estas edificaciones, así como los
procedimientos vigentes de análisis y diseño estructural, para luego entrar a ver
los detalles sobre los componentes de la albañilería, analizando los resultados
de los ensayos respectivos, los que finalmente permitirán plantear nuevos
métodos de diseño estructural.
3.- BREVE HISTORIA DE LA ALBAÑILERIA
3.1.- PREHISTORIA
La Albañilería o Mampostería se define como un conjunto de unidades
trabadas o adheridas entre sí con algún material, como el mortero de barro o
de cemento. Las unidades pueden ser naturales (piedras) o artificiales (adobe,
tapias, ladrillos y bloques). Este sistema fue creado por el hombre a fin de
satisfacer sus necesidades, principalmente de vivienda.
Bajo la definición indicada en el párrafo anterior, se llega la conclusión de que
la albañilería existió desde tiempos prehistóricos y que su forma inicial podría
haber sido los muros hechos con piedras naturales trabadas o adheridas con
barro, lo que actualmente en nuestro medio se denomina "pirca".
Es probable que la albañilería haya sido inventada por un nómada recolector
de alimentos, antepasado nuestro, hace unos 15 mil años. Podemos imaginar
que al no encontrar un refugio natural para protegerse del frío y de las bestias
salvajes, él decidió apilar piedras para formar un lugar donde guarecerse. Sin
embargo, como la transmisión de técnicas o ideas era, en esas épocas, muy
lenta o no ocurría, la “invención” seguramente tuvo que repetirse innumerables
veces.
El paso siguiente en el proceso de desarrollo de la albañilería debió de ser la
utilización del mortero de barro. Este permitía ya no solo apilar sino también
acomodar o asentar con más facilidad y, ciertamente, a más altura las
irregulares piedras naturales. Los cierres del recinto así formado tenían la virtud
de proteger a sus habitantes del aire y de la lluvia, y de ser más resistentes y
estables. Este paso se dio, seguramente, cuando se comenzaron a integrar las
primeras aldeas. El hombre había descubierto los principios del cultivo de la
tierra y de la cría de ganado, con lo que conquistó la primera gran
transformación de sus condiciones de existencia; al lograr el control sobre su
propia provisión de alimentos, accedió a los inicios de la vida civilizada. Existen
vestigios de poblados prehistóricos construidos con piedras asentadas con
barro desde las islas Aran, en Irlanda, hasta Catal Huyuk, en Anatolia; también,
en otro lugar distante y, en otros momentos, unos 10 mil años después, el
mismo sistema constructivo fue empleado por los incas Ollantaytambo, en el
valle del Urubamba, cerca del Cusco, donde quedan construcciones
importantes, con muros de piedra natural asentada con mortero de barro y
techos de rollizos de madera cubiertos con una gruesa capa de paja, muchas

de las cuales son habitadas hasta hoy.


Ollantaytambo Cusco Perú (siglo XIV). Esquema de las edificaciones en las laderas. Los muros
son de piedra; han sido asentadas con barro y recubiertos luego con enlucido de barro

Detalle de la albañilería

Precediendo a los incas unos cientos de años, las culturas yarovilca y atavillo,
en la parte central del territorio peruano, construyeron con albañilería de piedra
edificaciones para vivienda y otros usos con techos de lajas de piedra
apoyadas sobre muros de sección variable con la técnica de voladizos
sucesivos para acortar la distancia entre apoyos de acuerdo a las lajas
disponibles en sitio.

Casa atavillo de dos niveles con muros de sección variable y ménsulas

Vista interior de vivienda atavillo


Edificio multifamiliar yarovilca

El invento de la unidad de albañilería formada por el hombre de una masa de


barro secada al sol, para sustituir a la piedra natural, debió ocurrir en lugares
en los que esta última no podía encontrarse. El vestigio más antiguo conocido
de una unidad de albañilería se encontró al realizar excavaciones
arqueológicas en Jericó, en el Medio Oriente, en el nivel correspondiente al
neolítico temprano. La unidad es una pieza de barro de la forma de un gran
pan, formada a mano y secada al sol; su peso es de unos quince kilogramos y
en ella aún se notan las huellas de los dedos del hombre neolítico que la
elaboró. Las unidades de barro formadas a mano se han encontrado en formas
diversas y no siempre muy lógicas. Una forma de interés es la cónica, pues se
repite y está presente en lugares distantes, sin conexión directa y en momentos
de desarrollo semejantes; las unidades cónicas se encuentran en muros
construidos, por ejemplo, en Mesopotamia, con una antigüedad de 7 mil años,
y en la zona de la costa norte del Perú, en Huaca Prieta, en el valle del río
Chicama, con una antigüedad de 5 mil años.

Unidad de albañilería de barro secada al sol (Jericó 7350 a.C)


Jardines colgantes de Babilonia

3.2.- INICIO DE LA HISTORIA: SUMERIA


Las unidades de barro formadas a mano y secadas al sol y el mortero de barro
constituyen el estado del arte de la construcción con albañilería en la aurora de
la historia. Esta comienza a escribirse en el cuarto milenio antes de Cristo. Lo
hacen los sumerios, habitantes de una vasta comarca pantanosa entre los
cauces principales de los rios Tigris y Eufrates. Allí está la cuna de la
civilización y de la ingeniería; allí los sumerios inventaron la ciudad, la
irrigación, la escritura, los números, la rueda y el molde. Con este molde, que
es un marco de madera elemental y rústico que aún se emplea en Iraq (la
Mesopotamia actual), se formaron los primeros adobes.
El molde es un avance sustantivo en la construcción de albañilería y en otras
actividades, pues posibilita la producción rápida de unidades prácticamente
iguales. Su importancia fue reconocida desde el inicio por los sumerios,
quienes lo consideraron no un invento humano sino una creación divina. Así se
señala en el texto dedicado a la edificación, por el dios Marduk, del templo
asociado a la diosa madre (el E-anna), en la ciudad de Uruk y que, escrito en
cuneiforme, se preserva en una tablilla de arcilla.
El adobe era y es fundamentalmente, una masa de barro mezclada con paja a
la cual se da la forma de paralelepípedo recto, colocándola a presión dentro de
un molde de madera para luego dejarla secar al sol. Su invención hizo posible
la libertad de construcción y la arquitectura monumental.
Esta unidad puso en manos del hombre un medio de expresarse con libertad,
sin tener que restringirse a la forma o a las dimensiones del propio material. Se
puede escoger libremente la manera de colocar y juntar adobes, y la
construcción puede hacerse en una escala monumental. Como tal, la obra ya
no es una creación individual sino, esencialmente, el producto colectivo de
muchas manos.
Las primeras construcciones de adobe siguieron estrechamente la forma de las
estructuras a las que obligaban los antiguos materiales. Sin embargo, al copiar
en albañilería la bóveda en forma de túnel de las chozas construidas en los
cañaverales, algún sumerio construyó el falso arco y luego encontró el principio
del verdadero. De este modo, se aplicaron leyes mecánicas del resistencias y
empujes, muchos milenios antes de que estas leyes llegaran a ser formuladas.
La arquitectura del adobe produjo pronto, en forma incidental, una contribución
a las matemáticas aplicadas. Una ruma de adobes ilustra, admirablemente, el
volumen del paralelepípedo. A pesar de que los adobes antiguos dificilmente
eran regulares, resultó fácil advertir que el número de adobes comprendidos en
una ruma podía encontrarse contando el número de ellos en tres lados
adyacentes y multiplicando estas cantidades entre sí.
El molde empleado para la elaboración de las unidades artificiales de tierra, lo
que hoy denominamos "adobe", fue creado en Sumeria (región ubicada en el
Valle del Eufrates y Tigris, en la Baja Mesopotamia) hacia los 4000 años a.C. A
raíz de aquel acontecimiento, empezaron a masificarse las construcciones de
albañilería en las primeras civilizaciones.
El adobe fue llevado al horno unos 3000 años a.C. en la ciudad de Ur, tercera
ciudad más antigua del mundo (después de Eridú y Uruk, pertenecientes a la
cultura Sumeria), formándose lo que actualmente se denomina el ladrillo de
arcilla o cerámico. A partir de aquel entonces se levantaron enormes
construcciones de ladrillos asentados con betún o alquitrán, como la Torre de
Babel ("Etemenanki", zigurat de 8 pisos); y en la época del Rey Nabucodonosor
11 (Babilonia, 600 a.C.), se construyeron edificios de hasta 4 pisos. Fue en
Babilonia que el Rey Hammurabi (1700 a.C.) crea el primer reglamento de
construcción, donde se especificaba que, si por causas atribuibles al
constructor fallecía el propietario de una vivienda, se debía dar muerte al
constructor de la misma.
El primer gran templo de forma sumeria fue edificado en la ciudad de Uruk
(2900 a.C). En las excavaciones arqueológicas practicadas allí aparecen los
cimientos de construcciones verdaderamente monumentales y una colina
artificial, el prototipo del zigurat o torre escalonada, la cual parte indispensable
de un templo sumerio.
Este primer zigurat está enteramente cosntruido con adobes unidos con capas
de betún. Aun así, se elevaba más de diez metros sobre la superficie del suelo,
el nivel de las calles del poblado actual, y medía, en su cúspide, más de 80m.
Las pronunciadas laderas tenían el relieve de los contrafuertes alternados con
nichos y adornados con millares de pequeñas capas de arcilla cocida. Estas
eran colocadas unas al lado de otras en hileras cerradas, dentro del barro de
zigurat, cuando todovía estaba húmedo. Servían para consolidar las caras al
secarse y, luego, formaban dibujos decorativos de hoyuelos redondos, cuando
se terminaba el monumento.
El adobe fue llevado al horno a principios del tercer milenio antes de Cristo,
para hacer ladrillos cerámicos. Para hacer albañilería, el ladrillo era asentado
con mortero de betún o alquitrán (que es una sustancia tan abundante en el
suelo del Medio Oriente que llega a aparaecer en su superficie), al cual se
añadía arena. Esta albañilería se convirtió entonces en el material fundamental
de las construcciones más importantes y esmeradas, y posibilitó alturas
crecientes de los zigurats. El de la ciudad de Ur (2125 a.C), con una base de
62m por 43m y una altura de 21m, tenía un núcleo de adobe y un forro de
albañilería de 2.4m de espesor, hecho de ladrillos cerámicos asentados con
mortero de betún, en el que se incorporaron tejidos de caña.

Zigarut
de Ur

El aspecto de estos zigurats debió ser espectacular. El Génesis relata así la


historia de uno de ellos, conocido como la torre de Babel.

La torre de Babel
En Babilonia una de las ciudades asirias, construida en el siglo VII, los ladrillos
cerámicos tenían inscripciones en bajorelieve que relataban la construcción de
la obra y nombraban a sus autores; en las obras más suntuosas, estos ladrillos
eran esmaltadas y formaban en alto relieve y en colores celeste y amarillo,
principalmente el léon, el toro y el dragón, que actuaban de guardianes y
protectores. En algunos lugares de construcciones elevadas, donde ocurrían
grandes esfuerzos, el mortero era reforzado con fibras de caña, lo que
procuraba a la albañilería una considerable resistencia a la tracción.

Puerta de Ishtar, actualmente en el Museo Pergamon, en Berlín

Muro de unidades de arcilla decorativas: esmaltadas y vitrificadas


Arco típico desarrollado en Sumeria

3.3.- EGIPTO Y GRECIA


La materia prima para la elaboración de unidades de albañilería siempre ha
estado determinda por las formaciones y condiciones geológicas del lugar
donde va a ser utilizada. El ladrillo cerámico se remonta a Sumeria porque allí
había abundantes depósitos de arcilla, pero no rocas ni piedras.
En Egipto, mientras tanto, y por la misma época, se pudo escoger, y se prefirió
para las grandes obras, la roca traida de las montañas a lo largo del Nilo,
calizas, areniscas, granitos, basaltos y alabastro fueron explotados en las
canteras estatales; allí los bloques eran desprendidos, perforando agujeros en
los que luego se introducían cuñas metálicas. Una vez separados, estos
bloques eran desbastados con ayuda de bolas y martillos de diorita para formar
grandes monolíticos que pesaban cientos de toneladas, como los usados en el
núcleo de las pirámides o incluso tallados directamente en la forma de
columnas, vigas y losas, como en los templos de Luxor. Estas unidades de
albañilería ciclópea eran asentadas con morteros de yeso y sus paramentos
generalemente revestidos con enlucidos de mezclas de yeso y cal.
Por aquellas épocas, pero en otras civilizaciones, se efectuaban construcciones
de albañilería aprovechando la materia prima existente en la zona. Por ejemplo,
en Egipto se asentaba rocas con mortero de yeso y arena (como las pirámides
de Giza, con unos 4000 años de antigüedad); mientras que en Grecia se usaba
piedras asentadas con mortero de cal y revestidas con mármol (como el templo
a la diosa Atenea, "Partenón", 440 a.C.).
El mortero de cemento puzolánico fue inventado por Vitruvio (Arquitecto
Romano, 25 a.C.). Para esto, Vitruvio mezcló con cal y agua a la "arena
volcánica" del Vesubio (actualmente denominada "puzolana"). Fue a partir de
aquel entonces que hubo una gran innovación en las formas estructurales,
construyéndose enormes estructuras con arcos, bóvedas y lucernarios, tal
como el "Panteón" en Roma.
Después de la caída del Imperio Romano, el mortero puzolánico pasó al olvido,
hasta que Smeaton (Ingeniero británico) lo rescató en el año de 1756 para
reconstruir un faro en Inglaterra.
Viviendas en Egipto

Pirámide de Egipto

Las obras comunes se construyeron de cañas o adobes; el ladrillo cerámico se


usó rara vez.
Grecia adoptó una arquitectura de lujo y de exteriores. Si bien carecía de las
ricas canteras egipcias, poseía los mejores mármoles para llevarla a cabo.
Ellos sirvieron para revestir su gruesa albañilería de piedra caliza asentada con
mortero de cal.
Tanto en Egipto como en Grecia, la construcción importante es de piedra, y de
forma rectilinea; el arco era inexistente. Como consecuencia, la arquitectura
estaba limitada en sus posibilidades espaciales interiores por la escasa
resistencia a la tracción del material. La piedra exigía luces pequeñas para las
vigas, y las losas y los espacios entre columnas tenían que ser reducidos.

Cultura Griega

Partenón de Atenas
Monolitos de alrededor de cuatro toneladas en el núcleo de las grandes pirámides en la
vecindad de El Cairo

3.4.- ROMA
En algunas obras los romanos utilizaron piedra importada de las mejores
canteras egipcias y mármol griego; sin embargo, en la mayoría de los casos
emplearon la piedra de sus depósitos de caliza, travertino y tufa volcánica
(abundante, por ejemplo, en las colinas de Roma), y la tecnología sumeria de la
albañilería de ladrillos de arcilla. A esta tecnología, aportaron una nueva
racionalidad constructiva y la invención del mortero de cemento y del concreto.
La nueva racionalidad consistió, principalmente, en el desarrollo de diferentes
sistemas para la construcción de muros, que eran más económicos y fáciles de
levantar, particularmente empleando el nuevo mortero de cal al cual
incorporaron, de acuerdo con el relato de Vitruvio arquitecto e ingeniero que
escribió en el año 25 a. C. un tratado sobre las técnicas de construcción
romanas, una clase de polvo que por causas naturales produce resultados
asombrosos. Se le encuentra en la vecindad de Baia y Putuoli y en los pueblos
alrededor del monte Vesubio. Esta sustancia, cuando es mezclada con cal y
cascotes o piedras, no solamente provee resistencia a construcciones de todo
tipo sino que cuando se construye pilares en el mar, endurece bajo el agua.
El compuesto de las tres sustancias (aglomerante hidráulico, agregado grueso)
descrito por Vitruvio es lo que hoy llamamos concreto. El aglomerante
hidráulico, pariente cercano a los cementos puzolánicos modernos, se
elaboraba mezclando dos partes de la arena volcánica muy fina, de color
chocolate, descubierta, tal como lo señala Vitruvio, en la vecindad del Vesubio
y del actual golfo de Nápoles, y que abunda particularmente en Puzzuoli (la
antigua Putuoli), de donde toma su nombre (la puzolana)— con una parte de
cal, material que, como se ha señalado anteriormente, era conocido por las
más antiguas civilizaciones. Los óxidos de sílice finamente pulverizados,
contenidos naturalmente en la puzolana, reaccionaban químicamente con el
hidróxido de calcio (la cal) en presencia del agua, para formar los componentes
básicos de un aglomerante hidráulico.
Es notorio, sin embargo, que para los romanos no existió el cemento como una
sustancia individualizada, sino su mezcla con agregado en la forma de mortero;
tanto es así que para ellos la palabra latina caementum, de la que deriva
cemento, no significaba aglomerante sino piedra pequeña. Si bien los romanos
no sabían por qué la «arena de Putuoli» daba un resultado distinto y superior a
la convencional, la aplicaron sabia y liberalmente en sus grandes
construcciones portuarias, urbanas, viales e hidráulicas, tanto para asentar
piedras o ladrillos formando albañilerfa, como para elaborar concreto,
añadiendo piedras y cascotes, con el que construyeron muros, bases de
pavimentos y cimentaciones. El molde de ese concreto en los muros, arcos y
bóvedas estaba constituido por albañilería permanente de ladrillos de cerámica
asentados con mortero, mientras que para formar las cúpulas tuvieron que
desarrollar moldes provisionales (encofrados) de madera.
En resumen, las invenciones e innovaciones romanas significaron una
verdadera revolución tecnológica de la construcción y tuvieron los siguientes
efectos sustanciales:
a.- Posibilitar la construcción de cimentaciones más competentes.
b.- Simplificar la construcción de los muros. El muro romano de las
construcciones públicas era tradicionalmente de albañilería de piedras o de
ladrillos cerámicos asentados con morteros de cal, y en los muros más gruesos
opus incertum, reticulatum y testaceum, el espacio entre dos muros delgados
de albañilería era rellenado con cascotes de ladrillos o piedras, acomodados
con mortero de arena y cal. En ambos casos, el proceso de endurecimiento de
estos morteros se producía únicamente por medio de la carbonatación de la cal
y, como consecuencia, el ritmo de ganancia de resistencia era muy lento. Es
indudable que la invención del mortero de cemento permitió a los romanos un
sustantivo incremento en la rapidez de construcción, posibilitando así que
establecieran en breve tiempo la infraestructura adecuada al proceso de
expansión de su imperio. Esto no se hubiera conseguido con morteros que solo
tenían cal.
c.- Proveer libertad para el desarrollo de la tecnología del arco, la bóveda y la
cúpula, que, si bien eran formas estructurales conocidas desde los sumerios,
3500 años antes, estaban aprisionadas por las ajustadas restricciones
impuestas al constructor por la piedra y el ladrillo.
d.- Posibilitar aberturas totales o parciales en los muros usando arcos o
bóvedas, proveyendo así una herramienta de gran potencial en el diseño de
interiores.
Edificios multifamiliares

Panteón de Roma

3.5.- INCA
Con referencia a la tecnología Inca, Fray Bartolomé de las Casas 1550
escribe: “creo que traer muchos testigos no será muy necesario, pues los
grandes y ricos y suntuosos edificios de pueblos y casas, y templos y acequias
de aguas, que arriba de estos reinos, son no solo primísimos, pero admirables
y espantables. Todas estas obras, aunque eran muy perfectas como se ha
visto, empero, lo que excede toda industria y humano ingenio, es la maravilla
de hacerlas todas sin hierro y sin herramientas, más que con piedras.
Desde el punto de vista de la tecnología constructiva, los incas aprovecharon
los conocimientos de otras culturas como de los collas la destreza para el
trabajo en piedra, de los waris la técnica de las terrazas agrícolas (andenes),
de los mochicas y chimúes la metalurgia del bronce.
En la arquitectura inca pueden distinguirse dos variedades de construcción. En
la primera las piedras en bloques ciclópeos, tienen su cara exterior sin
desbastar, pero las caras en que se apoyan están colocadas con tal perfección
que, a pesar de la forma poligonal irregular de los bloques, se aplican tan
íntimamente unas a otras. La segunda variedad de construcción nos es sino
una perfección de la primera, las piedras sean grandes o pequeñas, sus caras
son talladas que resultan casi paralelepípedos regulares con una gran
perfección en las juntas. Los palacios y templos responden a este tipo de
construcción, para dar más cohesión a los muros en ciertos casos las piedras
llevan verdaderas entalladuras que encajan unas en otras; los vanos, nichos y
puertas figuradas, igual que el corte mismo de los muros tienen una forma
ligeramente trapezoidal; los dinteles son monolíticos rectangulares, estas
configuraciones demuestran el conocimiento de la geometría.
Los muros de los templos admirablemente aparejados, hoy desnudos estaban
recubiertos de un fino enlucido de barro o revestidos de cinturones y
ornamentos de oro, en el templo de Wiracocha en San Pedro de Racchi,
Cusco, aún puede verse en el lienzo central frente a las columnas circulares,
restos de un fino revoque de barro, que hoy se confunde con la pared misma,
al observarse con cuidado se descubre una serie de grandes triángulos
escalonados invertidos , nuevamente aquí se presentan nuevas figuras
geométricas como el triángulo y la columna circular.
Los edificios públicos en especial los del cusco y de épocas posteriores eran
desde luego construcciones muy superiores con excelente mampostería de
piedra y muy restringido empleo del adobe, sin embargo, aún los mejores
edificios solían techarse con paja. Todas las poblaciones incas tenían su
templo, siendo el Coricancha el gran centro ceremonial incaico y estaba en la
plaza principal del cusco.
Aunque hubo diversas formas de centros poblados en el imperio inca todos
parecen haber tenido algunas características comunes, construcciones sobre
una elevación con un elemento de refugio, todas las ciudades de cierta
jerarquía tenían plazas, templos, colcas o depósitos y mercados para el
trueque. Además, en muchas de ellas se edificaron palacios para el inca y su
séquito. Los palacios como el de Atahuallpa en Cajamarca estaban en las
afueras de la ciudad.
Se sabe muy poco respecto a los instrumentos de ingeniería, es seguro que se
conocía y se utilizaba la plomada también instrumentos para determinar niveles
y medir ángulos y distancias.
El gran volumen de las obras construidas en todo el imperio desde el siglo XIV
hasta la llegada de los españoles, fue posible solo mediante el esfuerzo
organizado de grandes grupos de obreros trabajando en cumplimiento de un
peculiar sistema de tributación al imperio. Gracias a la mita se construyeron la
mayoría de caminos, canales, tambos y, por su puesto los palacios y templos
de las principales ciudades del imperio inca. La piedra labrada en bloques y
admirablemente pulidos fue el carácter de esa arquitectura que Alexander Von
Humboldt sintetizó con las palabras: “sencillez, simetría y solidez”.
La piedra que utilizaban en las construcciones era extraída de las canteras y
era movida mediante rodillos de madera planos, inclinados y palancas, los
instrumentos que tenían para cortar la piedra y labrarlas eran guijarros negros y
duros seleccionados de los ríos, usaron también el diamante azul colocado en
un mango de chonta para pulimentar las piedras, posteriormente era labrada
con martillos y hachas de piedra y cinceles de bronce. En última instancia era
pulida con agua y arena, los instrumentos de medida eran también simples y
consistían en dos reglas superpuestas en las que han introducido ciertas
escalas.
Al estudiar las técnicas de construcción de los incas es difícil imaginar un sitio
donde éstas puedan ser mejor apreciadas que en la fortaleza de
Ollantaytambo, ciudad inca situada en la planicie aluvial del río Vilcanota,
provincia de Urubamba y se encuentra al NE de la ciudad del Cusco a 68 Km
de ella y a 2750m.s.n.m. En el área de la fortaleza existe un considerable
número de andenes de carácter defensivo y agrícola, en ellos se puede
apreciar el fino trabajo en piedra, semejante al del “templo del sol “en el cusco,
y tal vez de mejor calidad. Pero lo más significativo del trabajo incaico son las
enormes lajas y bloques de piedra colocadas en el lugar. La más grande mide
5,50m de largo y la de mayor volumen pesa casi 45 toneladas. Junto con las
demás piedras, con la característica precisión de los trabajos en piedra están
encajadas en la roca y piedras adyacentes. La unión es de una absoluta
precisión, y en el caso del bloque mayor debió ser más difícil ya que la piedra
fue colocada al borde del precipicio, sobre una superficie no nivelada, sino
dejada deliberadamente en su estado natural.
Para comprender las técnicas de construcción empleada se hace necesario
examinar tres puntos: 1. las técnicas para extraer la piedra de la cantera; 2. su
transporte; 3. su enlazamiento en el sitio. En todas estas operaciones debe
tenerse en cuenta las limitaciones físicas del equipo disponible. Es poco
probable el uso de instrumentos de metal. No se disponía de animales de
carga, sólo el hombre realizaba esta tarea. En lo que respecta al transporte se
ha hecho uso de troncos de Aliso (Agnus jorullensis: sauco o quishuar) de 9m
de largo y 15 cm de diámetro, árbol que crece en las márgenes de los ríos y
arroyos, los eucaliptos que hoy se ven en la zona no son nativos fueron
introducidos en el siglo XVII. Las grandes lajas de forma casi rectangular eran
cortadas en piezas más pequeñas por un procedimiento que consistía en
golpear la piedra hasta formar una ranura continua en forma de V, que corría
paralela a su clivaje. En algunos casos en esta ranura había cavidades o
entalladuras en forma de cuña, de casi 8 cm de largo y 2 cm de profundidad,
estas cavidades pueden haber sido hechas para colocar cuñas de piedra que
ayudaran a partir la roca y forzarla a abrirse a lo largo de las ranuras marcadas,
es probable también que las cavidades más grandes hubiera servido para que
el agua se colocara de manera tal que, en las noches frías al producirse su
congelamiento causara el ensanchamiento y ampliación de las rajaduras y
pudiera ser rápidamente partida.

Es en el transporte donde mejor se puede admirar el ingenio de los incas. En


ollantaytambo enfrentaron el tremendo problema de acarrear inmensas piedras
de las cuales la más grande pesaba unas 75 toneladas, fueron llevadas desde
la cima de una colina hasta el valle, cruzando el río, para después llevarlas a
subir hasta la fortaleza y colocarlas en la posición deseada, después de
haberlas cortado convenientemente. Todo el proceso puede explicarse
valiéndose de deducciones que corresponden al campo de la ingeniería, por la
naturaleza de los caminos no existe posibilidad de que hayan sido jaladas
sobre algún tipo de trineo, deben haber sido transportadas sobre rodillos
colocadas en una superficie preparada, colocando tres o cuatro troncos a lo
largo de su superficie del terraplenado. Esto lo sugieren no solamente las caras
planas de las grandes piedras sino lo bien conservado del camino.
Esta es una brevísima descripción de la tecnología constructiva de los incas
utilizando la piedra, las evidencias de la ingeniería lo confirman la
extraordinaria habilidad técnica utilizada para lograr sus insuperables
estructuras. No solamente fueron maestros en el manejo de los materiales, sino
también verdaderos ingenieros. Su ingenio los coloca con toda seguridad entre
los grandes constructores de todos los tiempos.
3.6.- DEL SIGLO V AL SIGLO XIX
Después de Roma, el avance de la tecnología de la albañilería de ladrillo en
Europa se detiene hasta retrocede por varios siglos. Se deja de fabricar
ladrillos, aunque se usan los de las obras romanas. Los morteros de cemento y
el concreto, en particular, desaparecen totalmente, y se pierde su tecnología,
Esta es rescatada trece siglos después por Smeaton, el fundador de la
ingeniería civil, quien en el año 1756 reconoció la necesidad de usar una
mezcla de cal y puzolana italiana para la reconstrucción de algunas partes, que
estarían sumergidas por las mareas, del tercer faro de Eddystone, en Inglaterra.
Por otro lado, recién en el siglo XII el arco sumerio y romano de medio punto
cede el paso al arco apuntado gótico y a la bóveda de crucería que posibilitan
cubrir grandes luces y transforman la estructuración tradicional de la obra de
albañilería. Se sustituyen así los gruesos muros laterales por muros esbeltos
que pueden transmitir la carga lateral a través de ligerísimos arbotantes a los
contrafuertes contrapesados con pináculos, y la pequeña ventana románica por
grandes ventanas. Se alcanza, así, una arquitectura de equilibrio tensional
visible y de luz. En ella el empleo de albañilería elaborada de unidades
pequeñas, de arcilla o piedra, asentadas con juntas gruesas de morteros
elásticos de cal, proveía, para este tipo de construcción, la posibilidad de que la
estructura modificara, casi orgánicamente, su geometría inicial para
acomodarse a las líneas resultantes de las fuerzas generadas por las cargas
verticales y los empujes laterales.
De este modo se mantenía al conjunto en una justa estabilidad de compresión
en todas sus secciones y elementos.
La albañilería fue importante en Europa occidental para controlar los
desastrosos fuegos que crónicamente destruían sus ciudades medievales. Por
ejemplo, después del gran fuego de 1666, Londres dejó de ser una ciudad de
madera para convertirse en una ciudad de albañilería, exclusivamente para
protegerse del fuego. Ya en 1620, Jacobo l, rey de Inglaterra, había
proclamado una ordenanza ciertamente antecesora de nuestros actuales
reglamentos de construcción que fijaba el espesor mínimo de los muros en
sótanos y primeros niveles en dos y medio espesores de ladrillo; ella fue
seguida en 1625 por otra ordenanza que especificaba las dimensiones del
ladrillo estándar.
Mientras tanto, la albañilería era aplicada en otras partes del mundo. La gran
muralla china de nueve metros de alto tiene una gran parte de sus 2,400
kilómetros de largo construidos con ladrillos de arcilla y morteros de cal. Los
árabes emplearon la albañilería en sus mezquitas y minaretes, y desarrollaron
una construcción masiva en sus espesores, delicadísima en sus cierres y
detallada y que poseía muchas veces un increíble alarde geométrico.
La revolución industrial comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII. Su primer
efecto sobre la construcción fue extender la aplicación de la albañilería de
ladrillos de arcilla. Desde un inicio las grandes plantas para fabricar ladrillos se
ubicaron en la vecindad de las minas de carbón, combustible abundante y
barato. Por ello, el horno industrial se desarrolló sin tener en cuenta la eficacia
del combustible; a comienzos del siglo XIX se calculó que se utilizaba más de
un kilo de carbón para quemar medio kilo de arcilla. Un paso adelante para
mejorar esta situación lo constituyó el cambio de combustible, usualmente al
gas de alumbrado, y el salto más importante fue el rediseño de los hornos,
emprendido en países como Dinamarca, donde era muy grande la necesidad
de economizar combustible.
El perfeccionamiento del horno estuvo acompañado del desarrollo de la
maquinaria auxiliar: molinos, trituradoras y mezcladoras para las materias
primas; extrusoras y prensas mecánicas para el formado de unidades.
Sin embargo, el cambio más significativo durante la revolución industrial fue la
gradual sustitución, por métodos científicos, de la vía empírica seguida por
incontables generaciones pasadas. Por primera vez se realizó un análisis
racional de las materias primas, una medición exacta de las temperaturas del
horno y una formulación de las normas para impedir el agrietamiento de los
ladrillos.
La albañilería de ladrillo llegó al nuevo mundo traída por los europeos. En las
colonias de la costa atlántica norteamericana se instalaron grandes
operaciones artesanales, pero muy sistematizadas, para fabricar ladrillos de
arcilla empleando prácticamente los mismos moldes que miles de años atrás
inventaron los sumerios. Los ladrillos fueron utilizados luego para construir con
los mejores Obreros de la colonia —los holandeses— edificios de albañilería
que han dado formalidad inglesa a las partes antiguas de muchas ciudades
norteamericanas y particularmente a las del estado de Virginia.
En el Perú, el ladrillo no se fabrica localmente: se trae como lastre en los
barcos que, en su viaje de vuelta, trasladarán el botín a España. Por ello la
construcción es principalmente de adobe y caña hasta bien entrado el siglo XX.
Es excepción la gran Penitenciaría de Lima, construida entre 1856 y 1862, para
la cual se instaló una fábrica en la que se moldearon casi siete millones de
ladrillos de cerámica, que fueron trasladados a pie de obra mediante una línea
de ferrocarril de cuatro kilómetros tendida ex profeso. La albañilería se elaboró
con mortero de cal. El efecto de esta Obra fue vulgarizar y posibilitar en alguna
medida, en Lima, la construcción con albañilería.

Suiza. Tres edificios de trece pisos de muros portantes de albañilería simple (sin armadura de
refuerzo en los muros). Son seguramente los primeros edificios de albañilería construidos en el
mundo a partir de un diseño racional apoyado en un riguroso control de calidad de los
materiales. El espesor de las paredes estructurales es de 15 cm las interiores y de 25 cm las
exteriores. La resistencia de los ladrillos utilizados fue de 30 MPa

Estados Unidos. Catorce edificios de ocho pisos construidos el año 1966. Los muros portantes
son de albañilería laminar y tienen 25 cm de espesor. La resistencia de los ladrillos de arcilla
utilizados fue de 60 MPa; la resistencia de la albañilería en compresión fue de 20 MPa.

3.7.- ALBAÑILERÍA REFORZADA


Brunel, el insigne ingeniero británico, propuso en 1813 el refuerzo de una chi
menea en construcción con albañilería reforzada con barras de hierro forjado.
Sin embargo, en relación con la construcción del túnel bajo el Támesis, en
1825, aplicó por primera vez dicho material. Con él construyó dos accesos
verticales al túnel que tenían quince metros de diámetro y veinte metros de
profundidad, con paredes de ladrillo de arcilla de 75 cm de espesor reforzadas
verticalmente con pernos de hierro forjado de 25 mm de diámetro y zunchos
circunferenciales de platabanda de 200 mm de ancho y 12 mm de espesor que
se iban colocando conforme avanzaba el proceso de construcción. Los
accesos fueron construidos sobre el suelo hasta una altura de doce metros y
luego hundidos excavando la tierra de su interior a manera de caissones. Se
cuenta que durante la construcción hubo importantes asentamientos
diferenciales y severas vibraciones, pero que la estructura no sufrió daños.
Brunel y Pasley ensayaron posteriormente vigas de albañilería reforzadas con
pernos de hierro forjado con luces de seis y siete metros, cargándolas hasta la
rotura; ella ocurrió por la falla en tracción del refuerzo. A pesar de intentarlo, los
investigadores no pudieron llegar a métodos racionales de diseño. El tema de
la albañilería reforzada desaparece luego por cincuenta años, hasta que en
1889 el ingeniero francés Paul Cottancin patentó un método para reforzar
albañilería y construyó edificios con este material en los barrios más prósperos
y de moda de París.
En el año 1920, una gran cantidad de ensayos fueron realizados y se
construyeron varias obras de albañilería reforzada en Bihar y en Orissa, en la
India. Se ensayaron un total de 682 especímenes incluyendo vigas, losas,
columnas y arcos. Este trabajo constituye la primera investigación organizada
de albañilería reforzada y se puede considerar como el punto de inicio del
desarro110 moderno de la albañilería estructural. El informe final propuso
procedimientos racionales de diseño.
Siguiendo el trabajo de la India, el Japón un país también sometido a acciones
sísmicas construyó, en las primeras décadas de este siglo, un total de 300 mil
m2 de muros de albañilería reforzada en edificios públicos y privados y en
obras de contención, puentes, silos y chimeneas. En el informe de Skigeyuki
Kanamori, ingeniero civil del gobierno imperial japonés, se señalaba lo
siguiente: No existe duda de que la albañilería reforzada debe ser empleada en
lugar de la albañilería simple cuando hay esfuerzos de tracción en la estructura.
De esta manera las podemos hacer más fuertes y más seguras y también más
económicas. Más aún: he encontrado que la albañilería reforzada es más
conveniente que el concreto armado, y, lo que es más importante, conduce a
un apreciable ahorro del tiempo.
La investigación iniciada en los Estados Unidos en el año 1913, apoyada por la
asociación de fabricantes de ladrillos de arcilla para salvar a la industria que
estaba amenazada de convertirse solo en productora de enchapes, determinó,
mediante ensayos y evaluaciones teóricas, características muy importantes
acerca de la albañilería reforzada, y sentó las bases para la investigación
realizada, en las últimas décadas, en diversos países del mundo.
La primera obra de albañilería reforzada data del año 1825. Brunel
(Ingeniero británico), construyó 2 accesos verticales a un túnel bajo el río
Támesis (Londres), de 15 m de diámetro y 20 m de profundidad, con paredes
hechas de albañilería de 75 cm de espesor, reforzadas verticalmente con
pernos de hierro forjado y horizontalmente con zunchos metálicos.
Mas bien, la albañilería confinada fue creada por ingenieros italianos,
después que el sismo de 1908 en Sicilia arrasara con las viviendas de
albañilería no reforzadas. En el Perú, la albañilería confinada ingresa después
del terremoto de 1940; mientras que la armada lo hace en la década del 60,
pese a que ésta se había creado antes.
Cerrando la historia, indicaremos que el estudio racional de la albañilería se
inició recién a partir de los ensayos llevados a cabo en los Estados Unidos
(1913) y en la India (1920). En el Perú, los primeros ensayos sobre elementos
de albañilería se realizaron en la década de los 70 y los escasos resultados
alcanzados hasta el año de 1982, fueron utilizados para la elaboración de
nuestro primer reglamento relativo específicamente a la albañilería (Norma E-
070, ININVI-82); a la fecha continúan las investigaciones.

CONSTRUCCIÓN DE ALBAÑILERÍA.
Se definirá por construcción de albañilería a todo aquel sistema donde se ha
empleado básicamente elementos de albañilería (muros, vigas, pilastras, etc.).
Estos elementos a su vez están compuestos por unidades de arcilla, sílice-cal o
de concreto, adheridas con mortero de cemento o concreto fluido ("grout”). La
albañilería con unidades de tierra cruda (adobe, tapial) o de piedra natural, no
serán estudiadas; sin embargo, se hará alguna mención a ellas puesto que en
el Perú son ampliamente utilizadas.
Ejemplo del mal uso de la albañilería: tanque de agua hecho de albañilería no reforzada,
apoyado sobre pilas de mampostería

Estas construcciones pueden tener diversos fines como, por ejemplo:


viviendas, tanques de agua, muros de contención, etc. Sin embargo, debe
indicarse que nuestra Norma y las investigaciones actuales están dirigidas
principalmente a resolver el problema de la vivienda; en consecuencia, para
construcciones distintas a los edificios, las disposiciones de la Norma se
aplicarán en la medida que sea posible.
ALBAÑILERÍA ESTRUCTURAL.
Son las construcciones de albañilería que han sido diseñadas racionalmente,
de tal manera que las cargas actuantes durante su vida útil se transmitan
adecuadamente a través de los elementos de albañilería (convenientemente
reforzados) hasta el suelo de cimentación.
En cuanto a los edificios, el sistema estructural de albañilería debería
emplearse sólo cuando estas edificaciones contengan una abundancia de
muros; por ejemplo: en las viviendas unifamiliares y multifamiliares, los hoteles,
etc. Esto no quiere decir que toda la estructura deba ser de albañilería, sino
que pueden existir columnas aisladas de cualquier otro material que ayuden a
los muros a transmitir la carga vertical, incluso podrían existir placas de
concreto armado que en conjunto con la albañilería tomen la fuerza sísmica; sin
embargo, el sistema estructural predominante estará conformado por los muros
de albañilería.

TIPOS DE ALBAÑILERIA Y ESPECIFICACIONES REGLAMENTARIAS


La albañilería se clasifica de dos maneras:
A.- Por la Función Estructural (o Solicitaciones Actuantes).
B.- Por la Distribución del Refuerzo.
A.- CLASIFICACIÓN POR LA FUNCIÓN ESTRUCTURAL
Los Muros se clasifican en Portantes y No Portantes.
Los Muros No Portantes son los que no reciben carga vertical como, por
ejemplo: los cercos, los parapetos y los tabiques. Estos muros deben diseñarse
básicamente ante cargas perpendiculares a su plano, originadas por el viento,
sismo u otras cargas de empuje.
Mientras que los cercos son empleados como elementos de cierre en los
linderos de una edificación (o de un terreno), los tabiques son utilizados como
elementos divisorios de ambientes en los edificios; en tanto que los parapetos
son usados como barandas de escaleras, cerramientos de azoteas, etc. En
nuestro medio, los tabiques son generalmente hechos de albañilería, esto se
debe a las buenas propiedades térmicas, acústicas e incombustibles de la
albañilería. Por lo general, en estos elementos se emplea mortero de baja
calidad y ladrillos tubulares (perforaciones paralelas a la cara de asentado)
denominados "pandereta", cuya finalidad es aligerar el peso del edificio, con el
consiguiente decrecimiento de las fuerzas sísmicas. Sin embargo, si los
tabiques no han sido cuidadosamente aislados de la estructura principal,
haciéndolos "flotantes", se producirá la interacción tabique-estructura en el
plano del pórtico.
Los Muros Portantes son los que se emplean como elementos estructurales
de un edificio. Estos muros están sujetos a todo tipo de solicitación, tanto
contenida en su plano como perpendicular a su plano, tanto vertical como
lateral y tanto permanente como eventual.
B.- CLASIFICACIÓN POR LA DISTRIBUCIÓN DEL REFUERZO
De acuerdo a la distribución del refuerzo, los muros se clasifican en:
a.- Muros No Reforzados o de Albañilería Simple.
b.- Muros Reforzados (Armados, Laminares y Confinados).
a.- Muros No Reforzados o Albañilería Simple
Son aquellos muros que carecen de refuerzo; o que, teniéndolo, no cumplen
con las especificaciones mínimas reglamentarias que debe tener todo muro
reforzado.
De acuerdo a la Norma E-070, su uso está limitado a construcciones de un
piso; sin embargo, en Lima existen muchos edificios antiguos de albañilería no
reforzada, incluso de 5 pisos, pero ubicados sobre suelos de buena calidad y
con una alta densidad de muros en sus dos direcciones, razones por las cuales
estos sistemas se comportaron elásticamente (sin ningún tipo de daño) ante los
terremotos ocurridos en los años de 1966, 1970 Y 1974.

Edificio de albañilería no reforzada


analizado por R. Cestti en su tesis de investigación.

Uno de esos edificios limeños (de 4 pisos) fue estudiado por el Ing. Rafael
Cestti, en su tesis de investigación (PUCP-1992). Cestti, llegó a demostrar
(mediante un programa de análisis dinámico paso a paso "TODA') que, ante las
acciones de los terremotos del 66, 70 Y 74, el edificio se comportaba
elásticamente, debido no sólo a su alta resistencia, sino también por su elevada
rigidez lateral otorgada por los muros y el alféizar de las ventanas; sin
embargo, ante la acción de sismos más severos, la estructura era insegura y
podía colapsar.
El espesor efectivo del muro se define como su espesor bruto descontando los
acabados (por el posible desprendimiento del tarrajeo producto de las
vibraciones sísmicas), las bruñas u otras indentaciones. De acuerdo a la Norma
E-070, el espesor efectivo mínimo a emplear en los muros no reforzados debe
ser: t = h/20, donde "h" es la altura libre de piso a techo, o altura de pandeo.
Esta fórmula proviene de considerar posibles problemas de pandeo cuando los
muros esbeltos se ven sujetos a cargas perpendiculares a su plano, o a cargas
verticales excéntricas.

Espesor Efectivo de un muro: "t"

Aunque la Norma E-070 no lo indique, es preferible que estos sistemas no


reforzados estén ubicados sobre suelos de buena calidad, ya que la albañilería
es muy frágil ante los asentamientos diferenciales.
En realidad, la resistencia al corte (VR) y la rigidez en el plano de los muros no
reforzados son comparables con las correspondientes a los muros reforzados;
pero debido al carácter de falla frágil que tienen los muros no reforzados (por
no existir refuerzo que controle el tamaño de las grietas), la Norma adopta
factores de seguridad para los muros no reforzados iguales al doble de los
correspondientes a los reforzados.
Fuerza cortante admisible "Va"

b.- Muros Reforzados


De acuerdo con la disposición del refuerzo, los muros se clasifican en:
b.1.- Muros Confinados
b.2.- Muros Armados
b.2.- Muros Laminares ("Sandwich")
b.1.- Albañilería Confinada
Este es el sistema que tradicionalmente se emplea en casi toda Latinoamérica
para la construcción de edificios de hasta 5 pisos. La Albañilería Confinada se
caracteriza por estar constituida por un muro de albañilería simple enmarcado
por una cadena de concreto armado, vaciada con posterioridad a la
construcción del muro. Generalmente, se emplea una conexión dentada entre
la albañilería y las columnas; esta conexión es más bien una tradición peruana,
puesto que en Chile se utiliza una conexión prácticamente a ras que tuvo un
buen comportamiento en el terremoto de 1985.
El pórtico de concreto armado, que rodea al muro, sirve principalmente para
ductilizar al sistema; esto es, para otorgarle capacidad de deformación
inelástica, incrementando muy levemente su resistencia, por el hecho de que la
viga ("solera", "viga collar", "collarín" o "viga ciega") y las columnas son
elementos de dimensiones pequeñas y con escaso refuerzo. Adicionalmente, el
pórtico funciona como elemento de arriostre cuando la albañilería se ve sujeta
a acciones perpendiculares a su plano.

Muros confinados con unidades de arcilla, bloques de sillar y de concreto.

La acción de confinamiento que proporciona el pórtico de concreto puede


interpretarse físicamente mediante el ejemplo siguiente:
Supóngase un camión sin barandas, que transporta cajones montados unos
sobre otros. Si el camión acelera bruscamente, es posible que los cajones
salgan desperdigados hacia atrás por efecto de las fuerzas de inercia, lo que
no ocurriría si el camión tuviese barandas.
Haciendo una semejanza entre ese ejemplo y la albañilería confinada sujeta a
terremotos, la aceleración del camión correspondería a la aceleración sísmica,
los cajones sueltos serían los trozos de la albañilería simple ya agrietada por el
sismo y las barandas del camión corresponderían al marco de concreto, el que
evidentemente tiene que ser especialmente diseñado a fin de que la albañilería
simple continúe trabajando, incluso después de haberse fragmentado.
Es destacable señalar que el comportamiento sísmico de un tabique en el
interior de un pórtico principal de concreto armado, es totalmente diferente al
comportamiento de los muros confinados. La razón fundamental de esa
diferencia se debe al procedimiento de construcción, al margen del tipo de
unidad o mortero que se emplea en cada caso.
Mientras que en el caso de los tabiques primero se construye la estructura de
concreto armado (incluyendo el techo que es sostenido por el pórtico) y
finalmente se levanta el tabique, en el caso de los muros confinados el proceso
constructivo es al revés; esto es, primero se construye la albañilería,
posteriormente se procede con el vaciado de las columnas y luego se vacían
las soleras en conjunto con la losa del techo. Con lo cual, el muro confinado es
capaz de transportar y transmitir cargas verticales, cosas que no lo hacen los
tabiques.
La técnica constructiva descrita hace que en los muros confinados se
desarrolle una gran adherencia en las zonas de interfase columna-muro y
solera-muro, integrándose todo el sistema; con lo cual estos elementos
trabajan en conjunto, como si fuese una placa de concreto armado sub-
reforzada (con refuerzo sólo en los extremos), evidentemente con otras
características elásticas y resistentes.
Lo expresado en el párrafo anterior no se produce en los tabiques, ya que la
zona de interconexión concreto-albañilería es débil (la interfase pórtico-tabique
es usualmente rellenada con mortero), lo que hace que incluso ante la acción
de sismos leves se separen ambos elementos, trabajando la albañilería como
un puntal en compresión; esto se debe a que la zona de interacción (contacto)
sólo se presenta en las esquinas, al deformarse el tabique básicamente por
corte ("panel de corte"), mientras que el pórtico (más flexible que el tabique) se
deforma predominantemente por flexión.
Modelaje de Tabiques de Albañilería

Los requisitos mínimos que señala la Norma E-070, para que un muro se
considere confinado son:
1.- Se utilizará unidades de albañilería de acuerdo a lo especificado en 3.1.3.

2.- La conexión columna-albañilería podrá ser dentada o a ras:


• En el caso de emplearse una conexión dentada, la longitud de la unidad
saliente no excederá de 5 cm y deberá limpiarse de los desperdicios de
mortero y partículas sueltas antes de vaciar el concreto de la columna de
confinamiento.

• En el caso de emplearse una conexión a ras, deberá adicionarse “chicotes”


o “mechas” de anclaje (salvo que exista refuerzo horizontal continuo)
compuestos por varillas de 6 mm de diámetro, que penetren por lo menos 40
cm al interior de la albañilería y 12,5 cm al interior de la columna más un
doblez vertical a 90° de 10 cm; la cuantía a utilizar será 0,001 (ver 1.2.8).
3.- El refuerzo horizontal, cuando sea requerido, será continuo y anclará en las
columnas de confinamiento 12,5 cm con gancho vertical a 90° de 10 cm.

4.- Los estribos a emplear


en las columnas de confinamiento deberán ser cerrados a 135°, pudiéndose
emplear estribos con ¾ de vuelta adicional, atando sus extremos con el
refuerzo vertical, o también, zunchos que empiecen y terminen con gancho
estándar a 180° doblado en el refuerzo vertical.
5.- Los traslapes del refuerzo horizontal o vertical tendrán una longitud igual a
45 veces el mayor diámetro de la barra traslapada. No se permitirá el traslape
del refuerzo vertical en el primer entrepiso, tampoco en las zonas confinadas
ubicadas en los extremos de soleras y columnas.

6.- El concreto deberá tener una resistencia a compresión (f’c) mayor o igual a
17,15MPa (175kg/cm2). La mezcla deberá ser fluida, con un revenimiento del
orden de 12,7 cm (5 pulgadas) medida en el cono de Abrams. En las columnas
de poca dimensión, utilizadas como confinamiento de los muros en aparejo de
soga, el tamaño máximo de la piedra chancada no excederá de 1,27 cm (½
pulgada).
7.- El concreto de las columnas de confinamiento se vaciará posteriormente a
la construcción del muro de albañilería; este concreto empezará desde el borde
superior del cimiento, no del sobrecimiento.
8.- Las juntas de construcción entre elementos de concreto serán rugosas,
humedecidas y libre de partículas sueltas.
9.- La parte recta de la longitud de anclaje del refuerzo vertical deberá penetrar
al interior de la viga solera o cimentación; no se permitirá montar su doblez
directamente sobre la última hilada del muro.
10.- El recubrimiento mínimo de la armadura (medido al estribo) será 2 cm
cuando los muros son tarrajeados y 3 cm cuando son caravista.

Requisitos mínimos para que un muro se considere confinado

b.2.- Muros Armados


Los Muros Armados se caracterizan por llevar el refuerzo en el interior de la
albañilería. Este refuerzo está generalmente distribuido a lo largo de la altura
del muro (refuerzo horizontal) como de su longitud (refuerzo vertical).
Estos muros requieren de la fabricación de unidades especiales, con alveolos
donde se pueda colocar el refuerzo vertical; en tanto que, dependiendo del
diámetro del refuerzo horizontal, éste se coloca en los canales de la unidad
(cuando el diámetro es mayor de 1/4"), o en la junta horizontal (cuando el
diámetro es menor o igual a 1/4"). El diámetro del refuerzo horizontal depende
de la magnitud de la fuerza cortante que tiene que ser soportada íntegramente
por el acero.
Bloques de concreto vibrado y de arcilla para muros armados. Se aprecia la disposición del
refuerzo en un muro armado.

De acuerdo a la Norma E-070, todo muro armado debe satisfacer los siguientes
requisitos mínimos:
1.- Los empalmes del refuerzo vertical podrán ser por traslape, por soldadura o
por medios mecánicos.
• Los empalmes por traslape serán de 60 veces el diámetro de la barra.
• Los empalmes por soldadura sólo se permitirán en barras de acero
ASTM A706 (soldables), en este caso la soldadura seguirá las
especificaciones dadas por AWS.
• Los empalmes por medios mecánicos se harán con dispositivos que
hayan demostrado mediante ensayos que la resistencia a tracción del
empalme es por lo menos 125% de la resistencia de la barra.
• En muros cuyo diseño contemple la formación de rótulas plásticas, las
barras verticales deben ser preferentemente continuas en el primer piso
empalmándose recién en el segundo piso (*). Cuando no sea posible
evitar el empalme, éste podrá hacerse por soldadura, por medios
mecánicos o por traslape; en el último caso, la longitud de empalme será
de 60 veces el diámetro de la barra y 90 veces el diámetro de la barra en
forma alternada.
(*) Una técnica que permite facilitar la construcción empleando refuerzo vertical
continuo en el primer piso, consiste en utilizar unidades de albañilería
recortadas en forma de H, con lo cual, además, las juntas verticales quedan
completamente llenas con grout.
2.- El refuerzo horizontal debe ser continuo y anclado en los extremos con
doblez vertical de 10 cm en la celda extrema.

3.- Las varillas verticales deberán penetrar, sin doblarlas, en el interior de los
alvéolos de las unidades correspondientes.
4.- Para asegurar buena adhesión entre el concreto líquido y el concreto de
asiento de la primera hilada, las celdas deben quedar totalmente libres de polvo
o restos de mortero proveniente del proceso de asentado; para el efecto los
bloques de la primera hilada tendrán ventanas de limpieza. Para el caso de
muros totalmente llenos, las ventanas se abrirán en todas las celdas de la
primera hilada; en el caso de muros parcialmente rellenos, las ventanas se
abrirán solo en las celdas que alojen refuerzo vertical. En el interior de estas
ventanas se colocará algún elemento no absorbente que permita la limpieza
final.

5.- Para el caso de la albañilería parcialmente rellena, los bloques vacíos


correspondientes a la última hilada serán taponados a media altura antes de
asentarlos, de tal manera que por la parte vacía del alvéolo penetre el concreto
de la viga solera o de la losa del techo formando llaves de corte que permitan
transferir las fuerzas sísmicas desde la losa hacia los muros. En estos muros,
el refuerzo horizontal no atravesará los alvéolos vacíos, sino que se colocará
en el mortero correspondiente a las juntas horizontales.
6.- Para el caso de unidades apilables no son necesarias las ventanas de
limpieza; la limpieza de la superficie de asiento se realizará antes de asentar la
primera hilada.
7.- Antes de encofrar las ventanas de limpieza, los alvéolos se limpiarán
preferentemente con aire comprimido y las celdas serán humedecidas
interiormente regándolas con agua, evitando que esta quede empozada en la
base del muro.
8.- El concreto líquido o grout se vaciará en dos etapas. En la primera etapa se
vaciará hasta alcanzar una altura igual a la mitad del entrepiso, compactándolo
en diversas capas, transcurrido 5 minutos desde la compactación de la última
capa, la mezcla será recompactada. Transcurrida media hora, se vaciará la
segunda mitad del entrepiso, compactándolo hasta que su borde superior esté
por debajo de la mitad de la altura correspondiente a la última hilada, de
manera que el concreto de la losa del techo, o de la viga solera, forme llaves de
corte con el muro. Esta segunda mitad también se deberá recompactar. Debe
evitarse el vibrado de las armaduras para no destruir la adherencia con el grout
de relleno.
9.- Los alvéolos de la unidad de albañilería tendrán un diámetro o dimensión
mínima igual a 5 cm por cada barra vertical que contengan, o 4 veces el mayor
diámetro de la barra por el número de barras alojadas en el alvéolo, lo que sea
mayor.
10.- El espesor del grout que rodea las armaduras será 1½ veces el diámetro
de la barra y no deberá ser menor de 1 cm a fin de proporcionarle un
recubrimiento adecuado a la barra.
11.- En el caso que se utilice planchas perforadas de acero estructural en los
talones libres del muro, primero se colocarán las planchas sobre una capa
delgada de mortero presionándolas de manera que el mortero penetre por los
orificios de la plancha; posteriormente, se aplicará la siguiente capa de mortero
sobre la cual se asentará la unidad inmediata superior. Para el caso de
albañilería con unidades apilables las planchas se colocarán adheridas con
epóxico a la superficie inferior de la unidad
12.- En el caso que se utilice como refuerzo horizontal una malla
electrosoldada con forma de escalerilla, el espaciamiento de los escalones
deberá estar modulado de manera que coincidan con la junta vertical o con la
pared transversal intermedia del bloque, de manera que siempre queden
protegidas por mortero. Las escalerillas podrán usarse como confinamiento del
muro sólo cuando el espaciamiento de los escalones coincida con la mitad de
la longitud nominal de la unidad.
Recubrimientos y dimensiones mínimas de los alveolos

En cuanto al Concreto o Mortero Fluido ("Grout") a vaciar en los alveolos, su


consistencia debe ser similar a la de una sopa espesa de sémola, con un
revenimiento (slump) comprendido entre 8 y 11 pulgadas. La intención de
emplear este gran revenimiento es que el concreto pueda circular y llenar todos
los intersticios del muro, para de este modo favorecer la integración entre el
refuerzo y la albañilería.

Revenimiento del mortero fluido (grout).

Dependiendo del tamaño que tengan los alveolos de la unidad, el grout a


emplear clasifica en:
1) Mortero fluido, usado cuando los huecos son pequeños, por ejemplo, el
ladrillo sílico-calcáreo tiene alveolos de 5 cm.
2) Concreto fluido, utilizado cuando los huecos son grandes, por ejemplo, los
bloques de concreto vibrado con 19 cm de espesor tienen alveolos de 12x13
cm.
La diferencia entre el concreto fluido y el mortero fluido está en los agregados;
mientras que en el concreto fluido se emplea confitillo de 3/8" (comercializado
como piedra de W') más arena gruesa, en el mortero fluido el agregado es sólo
arena gruesa.
b.3.- Muro Laminar ("Sandwich'')
Este muro está constituido por una placa delgada de concreto (dependiendo
del espesor, 1 a 4 pulgadas, se usa grout o concreto normal) reforzado con una
malla de acero central, y por 2 muros de albañilería simple que sirven como
encofrados de la placa.
Debido a la adherencia que se genera entre el concreto y los muros de
albañilería, así como por el refuerzo transversal que se emplea para la
conexión de los dos muros, se logra una integración de todo el sistema. Sin
embargo, en la única investigación experimental realizada en el Perú por el Ing.
H. Gallegos, utilizando ladrillos sílico-calcáreos, se observó un buen
comportamiento elástico del muro laminar, con una elevada rigidez lateral y
resistencia al corte; pero después de producirse el agrietamiento diagonal de la
placa, ocurrió una fuerte degradación de resistencia y rigidez (falla frágil),
debido principalmente a que los muros de albañilería se separaron de la placa,
"soplándose".

Sección transversal de un muro laminar

A la fecha, con este sistema no se ha construido ningún edificio en el Perú; es


más, nuestro reglamento no contempla este tipo de estructura, por lo que no
será materia de estudio.

También podría gustarte