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1.- INTRODUCCIÓN
2.- OBJETIVOS
El objetivo principal del curso es adquirir los conocimientos suficientes que le
permitan analizar, diseñar y construir edificaciones de mediana altura (de hasta
5 pisos) hechas de albañilería estructural. Para alcanzar estos conocimientos,
es necesario estudiar el comportamiento de las edificaciones de albañilería
ante los terremotos ocurridos en el pasado, así como la influencia de diversos
parámetros que han sido investigados a nivel experimental. Los resultados de
estos estudios han permitido plantear recomendaciones en los aspectos de la
construcción y del diseño estructural, principalmente para lograr un adecuado
comportamiento sísmico en este tipo de estructuras.
Por lo expuesto, es importante que primero se tenga una concepción global de
los sistemas de albañilería; para esto, se estudiará los procedimientos de
construcción y el comportamiento sísmico de estas edificaciones, así como los
procedimientos vigentes de análisis y diseño estructural, para luego entrar a ver
los detalles sobre los componentes de la albañilería, analizando los resultados
de los ensayos respectivos, los que finalmente permitirán plantear nuevos
métodos de diseño estructural.
3.- BREVE HISTORIA DE LA ALBAÑILERIA
3.1.- PREHISTORIA
La Albañilería o Mampostería se define como un conjunto de unidades
trabadas o adheridas entre sí con algún material, como el mortero de barro o
de cemento. Las unidades pueden ser naturales (piedras) o artificiales (adobe,
tapias, ladrillos y bloques). Este sistema fue creado por el hombre a fin de
satisfacer sus necesidades, principalmente de vivienda.
Bajo la definición indicada en el párrafo anterior, se llega la conclusión de que
la albañilería existió desde tiempos prehistóricos y que su forma inicial podría
haber sido los muros hechos con piedras naturales trabadas o adheridas con
barro, lo que actualmente en nuestro medio se denomina "pirca".
Es probable que la albañilería haya sido inventada por un nómada recolector
de alimentos, antepasado nuestro, hace unos 15 mil años. Podemos imaginar
que al no encontrar un refugio natural para protegerse del frío y de las bestias
salvajes, él decidió apilar piedras para formar un lugar donde guarecerse. Sin
embargo, como la transmisión de técnicas o ideas era, en esas épocas, muy
lenta o no ocurría, la “invención” seguramente tuvo que repetirse innumerables
veces.
El paso siguiente en el proceso de desarrollo de la albañilería debió de ser la
utilización del mortero de barro. Este permitía ya no solo apilar sino también
acomodar o asentar con más facilidad y, ciertamente, a más altura las
irregulares piedras naturales. Los cierres del recinto así formado tenían la virtud
de proteger a sus habitantes del aire y de la lluvia, y de ser más resistentes y
estables. Este paso se dio, seguramente, cuando se comenzaron a integrar las
primeras aldeas. El hombre había descubierto los principios del cultivo de la
tierra y de la cría de ganado, con lo que conquistó la primera gran
transformación de sus condiciones de existencia; al lograr el control sobre su
propia provisión de alimentos, accedió a los inicios de la vida civilizada. Existen
vestigios de poblados prehistóricos construidos con piedras asentadas con
barro desde las islas Aran, en Irlanda, hasta Catal Huyuk, en Anatolia; también,
en otro lugar distante y, en otros momentos, unos 10 mil años después, el
mismo sistema constructivo fue empleado por los incas Ollantaytambo, en el
valle del Urubamba, cerca del Cusco, donde quedan construcciones
importantes, con muros de piedra natural asentada con mortero de barro y
techos de rollizos de madera cubiertos con una gruesa capa de paja, muchas
Detalle de la albañilería
Precediendo a los incas unos cientos de años, las culturas yarovilca y atavillo,
en la parte central del territorio peruano, construyeron con albañilería de piedra
edificaciones para vivienda y otros usos con techos de lajas de piedra
apoyadas sobre muros de sección variable con la técnica de voladizos
sucesivos para acortar la distancia entre apoyos de acuerdo a las lajas
disponibles en sitio.
Zigarut
de Ur
La torre de Babel
En Babilonia una de las ciudades asirias, construida en el siglo VII, los ladrillos
cerámicos tenían inscripciones en bajorelieve que relataban la construcción de
la obra y nombraban a sus autores; en las obras más suntuosas, estos ladrillos
eran esmaltadas y formaban en alto relieve y en colores celeste y amarillo,
principalmente el léon, el toro y el dragón, que actuaban de guardianes y
protectores. En algunos lugares de construcciones elevadas, donde ocurrían
grandes esfuerzos, el mortero era reforzado con fibras de caña, lo que
procuraba a la albañilería una considerable resistencia a la tracción.
Pirámide de Egipto
Cultura Griega
Partenón de Atenas
Monolitos de alrededor de cuatro toneladas en el núcleo de las grandes pirámides en la
vecindad de El Cairo
3.4.- ROMA
En algunas obras los romanos utilizaron piedra importada de las mejores
canteras egipcias y mármol griego; sin embargo, en la mayoría de los casos
emplearon la piedra de sus depósitos de caliza, travertino y tufa volcánica
(abundante, por ejemplo, en las colinas de Roma), y la tecnología sumeria de la
albañilería de ladrillos de arcilla. A esta tecnología, aportaron una nueva
racionalidad constructiva y la invención del mortero de cemento y del concreto.
La nueva racionalidad consistió, principalmente, en el desarrollo de diferentes
sistemas para la construcción de muros, que eran más económicos y fáciles de
levantar, particularmente empleando el nuevo mortero de cal al cual
incorporaron, de acuerdo con el relato de Vitruvio arquitecto e ingeniero que
escribió en el año 25 a. C. un tratado sobre las técnicas de construcción
romanas, una clase de polvo que por causas naturales produce resultados
asombrosos. Se le encuentra en la vecindad de Baia y Putuoli y en los pueblos
alrededor del monte Vesubio. Esta sustancia, cuando es mezclada con cal y
cascotes o piedras, no solamente provee resistencia a construcciones de todo
tipo sino que cuando se construye pilares en el mar, endurece bajo el agua.
El compuesto de las tres sustancias (aglomerante hidráulico, agregado grueso)
descrito por Vitruvio es lo que hoy llamamos concreto. El aglomerante
hidráulico, pariente cercano a los cementos puzolánicos modernos, se
elaboraba mezclando dos partes de la arena volcánica muy fina, de color
chocolate, descubierta, tal como lo señala Vitruvio, en la vecindad del Vesubio
y del actual golfo de Nápoles, y que abunda particularmente en Puzzuoli (la
antigua Putuoli), de donde toma su nombre (la puzolana)— con una parte de
cal, material que, como se ha señalado anteriormente, era conocido por las
más antiguas civilizaciones. Los óxidos de sílice finamente pulverizados,
contenidos naturalmente en la puzolana, reaccionaban químicamente con el
hidróxido de calcio (la cal) en presencia del agua, para formar los componentes
básicos de un aglomerante hidráulico.
Es notorio, sin embargo, que para los romanos no existió el cemento como una
sustancia individualizada, sino su mezcla con agregado en la forma de mortero;
tanto es así que para ellos la palabra latina caementum, de la que deriva
cemento, no significaba aglomerante sino piedra pequeña. Si bien los romanos
no sabían por qué la «arena de Putuoli» daba un resultado distinto y superior a
la convencional, la aplicaron sabia y liberalmente en sus grandes
construcciones portuarias, urbanas, viales e hidráulicas, tanto para asentar
piedras o ladrillos formando albañilerfa, como para elaborar concreto,
añadiendo piedras y cascotes, con el que construyeron muros, bases de
pavimentos y cimentaciones. El molde de ese concreto en los muros, arcos y
bóvedas estaba constituido por albañilería permanente de ladrillos de cerámica
asentados con mortero, mientras que para formar las cúpulas tuvieron que
desarrollar moldes provisionales (encofrados) de madera.
En resumen, las invenciones e innovaciones romanas significaron una
verdadera revolución tecnológica de la construcción y tuvieron los siguientes
efectos sustanciales:
a.- Posibilitar la construcción de cimentaciones más competentes.
b.- Simplificar la construcción de los muros. El muro romano de las
construcciones públicas era tradicionalmente de albañilería de piedras o de
ladrillos cerámicos asentados con morteros de cal, y en los muros más gruesos
opus incertum, reticulatum y testaceum, el espacio entre dos muros delgados
de albañilería era rellenado con cascotes de ladrillos o piedras, acomodados
con mortero de arena y cal. En ambos casos, el proceso de endurecimiento de
estos morteros se producía únicamente por medio de la carbonatación de la cal
y, como consecuencia, el ritmo de ganancia de resistencia era muy lento. Es
indudable que la invención del mortero de cemento permitió a los romanos un
sustantivo incremento en la rapidez de construcción, posibilitando así que
establecieran en breve tiempo la infraestructura adecuada al proceso de
expansión de su imperio. Esto no se hubiera conseguido con morteros que solo
tenían cal.
c.- Proveer libertad para el desarrollo de la tecnología del arco, la bóveda y la
cúpula, que, si bien eran formas estructurales conocidas desde los sumerios,
3500 años antes, estaban aprisionadas por las ajustadas restricciones
impuestas al constructor por la piedra y el ladrillo.
d.- Posibilitar aberturas totales o parciales en los muros usando arcos o
bóvedas, proveyendo así una herramienta de gran potencial en el diseño de
interiores.
Edificios multifamiliares
Panteón de Roma
3.5.- INCA
Con referencia a la tecnología Inca, Fray Bartolomé de las Casas 1550
escribe: “creo que traer muchos testigos no será muy necesario, pues los
grandes y ricos y suntuosos edificios de pueblos y casas, y templos y acequias
de aguas, que arriba de estos reinos, son no solo primísimos, pero admirables
y espantables. Todas estas obras, aunque eran muy perfectas como se ha
visto, empero, lo que excede toda industria y humano ingenio, es la maravilla
de hacerlas todas sin hierro y sin herramientas, más que con piedras.
Desde el punto de vista de la tecnología constructiva, los incas aprovecharon
los conocimientos de otras culturas como de los collas la destreza para el
trabajo en piedra, de los waris la técnica de las terrazas agrícolas (andenes),
de los mochicas y chimúes la metalurgia del bronce.
En la arquitectura inca pueden distinguirse dos variedades de construcción. En
la primera las piedras en bloques ciclópeos, tienen su cara exterior sin
desbastar, pero las caras en que se apoyan están colocadas con tal perfección
que, a pesar de la forma poligonal irregular de los bloques, se aplican tan
íntimamente unas a otras. La segunda variedad de construcción nos es sino
una perfección de la primera, las piedras sean grandes o pequeñas, sus caras
son talladas que resultan casi paralelepípedos regulares con una gran
perfección en las juntas. Los palacios y templos responden a este tipo de
construcción, para dar más cohesión a los muros en ciertos casos las piedras
llevan verdaderas entalladuras que encajan unas en otras; los vanos, nichos y
puertas figuradas, igual que el corte mismo de los muros tienen una forma
ligeramente trapezoidal; los dinteles son monolíticos rectangulares, estas
configuraciones demuestran el conocimiento de la geometría.
Los muros de los templos admirablemente aparejados, hoy desnudos estaban
recubiertos de un fino enlucido de barro o revestidos de cinturones y
ornamentos de oro, en el templo de Wiracocha en San Pedro de Racchi,
Cusco, aún puede verse en el lienzo central frente a las columnas circulares,
restos de un fino revoque de barro, que hoy se confunde con la pared misma,
al observarse con cuidado se descubre una serie de grandes triángulos
escalonados invertidos , nuevamente aquí se presentan nuevas figuras
geométricas como el triángulo y la columna circular.
Los edificios públicos en especial los del cusco y de épocas posteriores eran
desde luego construcciones muy superiores con excelente mampostería de
piedra y muy restringido empleo del adobe, sin embargo, aún los mejores
edificios solían techarse con paja. Todas las poblaciones incas tenían su
templo, siendo el Coricancha el gran centro ceremonial incaico y estaba en la
plaza principal del cusco.
Aunque hubo diversas formas de centros poblados en el imperio inca todos
parecen haber tenido algunas características comunes, construcciones sobre
una elevación con un elemento de refugio, todas las ciudades de cierta
jerarquía tenían plazas, templos, colcas o depósitos y mercados para el
trueque. Además, en muchas de ellas se edificaron palacios para el inca y su
séquito. Los palacios como el de Atahuallpa en Cajamarca estaban en las
afueras de la ciudad.
Se sabe muy poco respecto a los instrumentos de ingeniería, es seguro que se
conocía y se utilizaba la plomada también instrumentos para determinar niveles
y medir ángulos y distancias.
El gran volumen de las obras construidas en todo el imperio desde el siglo XIV
hasta la llegada de los españoles, fue posible solo mediante el esfuerzo
organizado de grandes grupos de obreros trabajando en cumplimiento de un
peculiar sistema de tributación al imperio. Gracias a la mita se construyeron la
mayoría de caminos, canales, tambos y, por su puesto los palacios y templos
de las principales ciudades del imperio inca. La piedra labrada en bloques y
admirablemente pulidos fue el carácter de esa arquitectura que Alexander Von
Humboldt sintetizó con las palabras: “sencillez, simetría y solidez”.
La piedra que utilizaban en las construcciones era extraída de las canteras y
era movida mediante rodillos de madera planos, inclinados y palancas, los
instrumentos que tenían para cortar la piedra y labrarlas eran guijarros negros y
duros seleccionados de los ríos, usaron también el diamante azul colocado en
un mango de chonta para pulimentar las piedras, posteriormente era labrada
con martillos y hachas de piedra y cinceles de bronce. En última instancia era
pulida con agua y arena, los instrumentos de medida eran también simples y
consistían en dos reglas superpuestas en las que han introducido ciertas
escalas.
Al estudiar las técnicas de construcción de los incas es difícil imaginar un sitio
donde éstas puedan ser mejor apreciadas que en la fortaleza de
Ollantaytambo, ciudad inca situada en la planicie aluvial del río Vilcanota,
provincia de Urubamba y se encuentra al NE de la ciudad del Cusco a 68 Km
de ella y a 2750m.s.n.m. En el área de la fortaleza existe un considerable
número de andenes de carácter defensivo y agrícola, en ellos se puede
apreciar el fino trabajo en piedra, semejante al del “templo del sol “en el cusco,
y tal vez de mejor calidad. Pero lo más significativo del trabajo incaico son las
enormes lajas y bloques de piedra colocadas en el lugar. La más grande mide
5,50m de largo y la de mayor volumen pesa casi 45 toneladas. Junto con las
demás piedras, con la característica precisión de los trabajos en piedra están
encajadas en la roca y piedras adyacentes. La unión es de una absoluta
precisión, y en el caso del bloque mayor debió ser más difícil ya que la piedra
fue colocada al borde del precipicio, sobre una superficie no nivelada, sino
dejada deliberadamente en su estado natural.
Para comprender las técnicas de construcción empleada se hace necesario
examinar tres puntos: 1. las técnicas para extraer la piedra de la cantera; 2. su
transporte; 3. su enlazamiento en el sitio. En todas estas operaciones debe
tenerse en cuenta las limitaciones físicas del equipo disponible. Es poco
probable el uso de instrumentos de metal. No se disponía de animales de
carga, sólo el hombre realizaba esta tarea. En lo que respecta al transporte se
ha hecho uso de troncos de Aliso (Agnus jorullensis: sauco o quishuar) de 9m
de largo y 15 cm de diámetro, árbol que crece en las márgenes de los ríos y
arroyos, los eucaliptos que hoy se ven en la zona no son nativos fueron
introducidos en el siglo XVII. Las grandes lajas de forma casi rectangular eran
cortadas en piezas más pequeñas por un procedimiento que consistía en
golpear la piedra hasta formar una ranura continua en forma de V, que corría
paralela a su clivaje. En algunos casos en esta ranura había cavidades o
entalladuras en forma de cuña, de casi 8 cm de largo y 2 cm de profundidad,
estas cavidades pueden haber sido hechas para colocar cuñas de piedra que
ayudaran a partir la roca y forzarla a abrirse a lo largo de las ranuras marcadas,
es probable también que las cavidades más grandes hubiera servido para que
el agua se colocara de manera tal que, en las noches frías al producirse su
congelamiento causara el ensanchamiento y ampliación de las rajaduras y
pudiera ser rápidamente partida.
Suiza. Tres edificios de trece pisos de muros portantes de albañilería simple (sin armadura de
refuerzo en los muros). Son seguramente los primeros edificios de albañilería construidos en el
mundo a partir de un diseño racional apoyado en un riguroso control de calidad de los
materiales. El espesor de las paredes estructurales es de 15 cm las interiores y de 25 cm las
exteriores. La resistencia de los ladrillos utilizados fue de 30 MPa
Estados Unidos. Catorce edificios de ocho pisos construidos el año 1966. Los muros portantes
son de albañilería laminar y tienen 25 cm de espesor. La resistencia de los ladrillos de arcilla
utilizados fue de 60 MPa; la resistencia de la albañilería en compresión fue de 20 MPa.
CONSTRUCCIÓN DE ALBAÑILERÍA.
Se definirá por construcción de albañilería a todo aquel sistema donde se ha
empleado básicamente elementos de albañilería (muros, vigas, pilastras, etc.).
Estos elementos a su vez están compuestos por unidades de arcilla, sílice-cal o
de concreto, adheridas con mortero de cemento o concreto fluido ("grout”). La
albañilería con unidades de tierra cruda (adobe, tapial) o de piedra natural, no
serán estudiadas; sin embargo, se hará alguna mención a ellas puesto que en
el Perú son ampliamente utilizadas.
Ejemplo del mal uso de la albañilería: tanque de agua hecho de albañilería no reforzada,
apoyado sobre pilas de mampostería
Uno de esos edificios limeños (de 4 pisos) fue estudiado por el Ing. Rafael
Cestti, en su tesis de investigación (PUCP-1992). Cestti, llegó a demostrar
(mediante un programa de análisis dinámico paso a paso "TODA') que, ante las
acciones de los terremotos del 66, 70 Y 74, el edificio se comportaba
elásticamente, debido no sólo a su alta resistencia, sino también por su elevada
rigidez lateral otorgada por los muros y el alféizar de las ventanas; sin
embargo, ante la acción de sismos más severos, la estructura era insegura y
podía colapsar.
El espesor efectivo del muro se define como su espesor bruto descontando los
acabados (por el posible desprendimiento del tarrajeo producto de las
vibraciones sísmicas), las bruñas u otras indentaciones. De acuerdo a la Norma
E-070, el espesor efectivo mínimo a emplear en los muros no reforzados debe
ser: t = h/20, donde "h" es la altura libre de piso a techo, o altura de pandeo.
Esta fórmula proviene de considerar posibles problemas de pandeo cuando los
muros esbeltos se ven sujetos a cargas perpendiculares a su plano, o a cargas
verticales excéntricas.
Los requisitos mínimos que señala la Norma E-070, para que un muro se
considere confinado son:
1.- Se utilizará unidades de albañilería de acuerdo a lo especificado en 3.1.3.
6.- El concreto deberá tener una resistencia a compresión (f’c) mayor o igual a
17,15MPa (175kg/cm2). La mezcla deberá ser fluida, con un revenimiento del
orden de 12,7 cm (5 pulgadas) medida en el cono de Abrams. En las columnas
de poca dimensión, utilizadas como confinamiento de los muros en aparejo de
soga, el tamaño máximo de la piedra chancada no excederá de 1,27 cm (½
pulgada).
7.- El concreto de las columnas de confinamiento se vaciará posteriormente a
la construcción del muro de albañilería; este concreto empezará desde el borde
superior del cimiento, no del sobrecimiento.
8.- Las juntas de construcción entre elementos de concreto serán rugosas,
humedecidas y libre de partículas sueltas.
9.- La parte recta de la longitud de anclaje del refuerzo vertical deberá penetrar
al interior de la viga solera o cimentación; no se permitirá montar su doblez
directamente sobre la última hilada del muro.
10.- El recubrimiento mínimo de la armadura (medido al estribo) será 2 cm
cuando los muros son tarrajeados y 3 cm cuando son caravista.
De acuerdo a la Norma E-070, todo muro armado debe satisfacer los siguientes
requisitos mínimos:
1.- Los empalmes del refuerzo vertical podrán ser por traslape, por soldadura o
por medios mecánicos.
• Los empalmes por traslape serán de 60 veces el diámetro de la barra.
• Los empalmes por soldadura sólo se permitirán en barras de acero
ASTM A706 (soldables), en este caso la soldadura seguirá las
especificaciones dadas por AWS.
• Los empalmes por medios mecánicos se harán con dispositivos que
hayan demostrado mediante ensayos que la resistencia a tracción del
empalme es por lo menos 125% de la resistencia de la barra.
• En muros cuyo diseño contemple la formación de rótulas plásticas, las
barras verticales deben ser preferentemente continuas en el primer piso
empalmándose recién en el segundo piso (*). Cuando no sea posible
evitar el empalme, éste podrá hacerse por soldadura, por medios
mecánicos o por traslape; en el último caso, la longitud de empalme será
de 60 veces el diámetro de la barra y 90 veces el diámetro de la barra en
forma alternada.
(*) Una técnica que permite facilitar la construcción empleando refuerzo vertical
continuo en el primer piso, consiste en utilizar unidades de albañilería
recortadas en forma de H, con lo cual, además, las juntas verticales quedan
completamente llenas con grout.
2.- El refuerzo horizontal debe ser continuo y anclado en los extremos con
doblez vertical de 10 cm en la celda extrema.
3.- Las varillas verticales deberán penetrar, sin doblarlas, en el interior de los
alvéolos de las unidades correspondientes.
4.- Para asegurar buena adhesión entre el concreto líquido y el concreto de
asiento de la primera hilada, las celdas deben quedar totalmente libres de polvo
o restos de mortero proveniente del proceso de asentado; para el efecto los
bloques de la primera hilada tendrán ventanas de limpieza. Para el caso de
muros totalmente llenos, las ventanas se abrirán en todas las celdas de la
primera hilada; en el caso de muros parcialmente rellenos, las ventanas se
abrirán solo en las celdas que alojen refuerzo vertical. En el interior de estas
ventanas se colocará algún elemento no absorbente que permita la limpieza
final.