A manera de introducción… Se reconoce como los principales actores a las comunidades locales (o pescadores de subsistencia) y los pescadores comerciales. Además, las interacciones entre estos dos actores sociales son caracterizadas como conflictivas. Otros autores afirman que: Lo más importante es que los actores son agentes del cambio antes que como víctimas pasivas de las circunstancias. No obstante… ▪Incremento de la presión sobre los stocks pesqueros. ▪Cambios en la tecnología de pesca. ▪Crecimiento de los centros urbanos regionales. Se estima que los pescadores amazónicos involucran actualmente a unas 230,000 personas, la gran mayoría de las cuales son pequeños propietarios. Como resultado, desde la década del 60 han proliferado en toda la cuenca conflictos entre ambos actores, llevando a la violencia física y la destrucción de aparejos y embarcaciones. En la Amazonía peruana, se han reportado conflictos entre los pescadores comerciales y las comunidades nativas cuyos territorios incluyen los lagos que son también usados por los pescadores comerciales. Las comunidades han argumentado que estos lagos forman parte de sus territorios comunales y que por lo tanto tienen derechos exclusivos sobre ellos. El Ministerio de Agricultura ha asignado títulos de propiedad a las comunidades nativas, pero de acuerdo a la Ley de Comunidades Nativas los territorios definidos como comunales no incluyen normalmente los lagos dentro de sus linderos. La Ley General de Aguas establece que las aguas, sin excepción, son propiedad pública, lo que significa que no se reconoce la propiedad privada de las aguas ni los derechos adquiridos sobre ellas. Depende del Estado manejarlas a través de estrategias de planificación que respondan a políticas de sostenibilidad, en conjunción con la preservación del ecosistema amazónico. Desafortunadamente, el Estado es a menudo incapaz de cumplir sus obligaciones legales. Un caso peruano… Los colonos dependen menos de los recursos pesqueros para su sustento, lo que tal vez explica que sean los que más contribuyen a su agotamiento. La agricultura y la ganadería han cobrado entre los pobladores indígenas una importancia central en las últimas décadas como estrategias para acceder a las ventajas de la economía de mercado. Actores e Interacciones en el Uso de los Recursos Naturales en la Cuenca del Río Pichis, Selva Central del Perú Danny Pinedo - Instituto del Bien Común (Lima-Perú) Stakeholders en pesquería ¿Guerras por el pescado? La confluencia de actores de diferentes nacionalidades da lugar a conflictos tales como: disputas provocadas por flotas pesqueras de diversas nacionalidades operando en pesquerías pertenecientes a otro país; litigios entre naciones fronterizas por el control y explotación de pesquerías compartidas. En el mar…la pesca de altura
La confluencia de actores de diferentes
nacionalidades en torno de la pesca de altura da lugar a diferentes tipos de conflictos, siendo los más comunes: ▪Disputas provocadas por flotas pesqueras de diversas nacionalidades que operan en pesquerías pertenecientes a otro país. ▪Litigios entre naciones fronterizas por el control y explotación de pesquerías compartidas. “En el Atlántico el territorio pesquero más promisorio fue África Sudoccidental, hoy Namibia. (...) Los dos principales explotadores de esa área eran la URSS y España. (...) Desde luego la nación explotada recibía poquísimo como compensación por esa expoliación de su mar. Con la independencia de Namibia las cosas cambiaron. Las nuevas autoridades exigieron mayores tajadas. Hubo disputas y los españoles fueron expulsados en 1986... La mayoría de los barcos excluidos del botín fueron a reunirse con sus compatriotas en aguas canadienses, que ya estaban sobre-explotadas (...). Pero en 1992 todo se derrumbó estrepitosamente. (...) Canadá tuvo que establecer vedas muy severas y prohibición total de extracción de muchas especies ya casi exterminadas”. Conflicto internacional. Litigio entre Canadá y España por el caladero del Atlántico norte-“guerra del fletán” y sus consecuencias A finales de los setentas Canadá redujo significativamente las capturas en la ZEE (Zona Económica Exclusiva) para permitir la recuperación del caladero y la NAFO (Organización de las Pesquerías del Atlántico Nororiental,) hizo lo mismo en su área de control. Hasta 1986 todas las partes sostuvieron el esfuerzo y el compromiso de limitar su pesca, sin que se suscitaran disputas de ningún tipo, pero en ese año ingresaron España y Portugal a la Comunidad Europea (CE) y la posición de esta cambió abruptamente. La CE fijó sus propias cuotas de captura sobrepasando en algunos casos hasta 18 veces los valores admitidos, agravado por el hecho de pescar ejemplares jóvenes, con la consecuente caída de los stocks. En octubre de 1989 Canadá lanzó una iniciativa apoyada en tres pilares: ▪ Diplomacia, buscando que la CE reconociera el problema. ▪ Publicidad, para difundir masivamente el riesgo ambiental en Europa. ▪ Legislación, creando un marco normativo que permitiera dar respuesta a la amenaza. El 5 de marzo de 1995 el gobierno canadiense anunció que emprendería la persecución de los buques que siguieran pescando fletán (mensaje dirigido básicamente a buques españoles). La respuesta de España fue una protesta formal diplomática, y comunicó el envío de un buque de la Armada para proteger a 18 buques gallegos que actuaban en la zona, el patrullero “Vigía”, de 1.100 toneladas, equipado con armas livianas (“cañón de 76 mm de un modelo desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial y dos ametralladoras de 12,7 mm”) El 9 de marzo patrulleras canadienses apresaron al pesquero español “Estai” a 240 millas de la costa de Terranova. El 16 de abril se llega a un acuerdo que incluye embarque de observadores, mantenimiento de los límites establecidos para el fletán, el levantamiento de la disposición que equiparaba a los buques españoles y portugueses con los que no portaban bandera, tamaño mínimo de captura y liberación del “Estai”. “James K. Bartleman, asesor personal diplomático del entonces primer ministro canadiense Jean Chrétien, acaba de revelar en un libro autobiográfico que el Ejecutivo de Ottawa llegó a diseñar una intervención armada e incluso ordenó cargar contra los barcos gallegos que faenaban en la zona en una operación que fue abortada con una llamada directa del primer ministro a los capitanes de la flota canadiense. Guerra del bonito Se conoce como Guerra del bonito al enfrentamiento entre las flotas pesqueras española, francesa e inglesa por el uso de redes de deriva ilegales, durante la década de 1990. El principal motivo de este conflicto fue la denuncia, por parte española, del uso de redes de deriva ilegales utilizadas por las flotas francesa e inglesa. Según la legislación de la Unión Europea el tamaño máximo de estas redes era de 2.5 km, pero se ha demostrado que se habían estado utilizando redes de una longitud superior a 10 km. Comienzan los conflictos… En 1994 los pescadores españoles cansados de la falta de actuaciones contra las redes ilegales comenzaron a tomarse la justicia por su mano, abordando a barcos ingleses, irlandeses y franceses para cortar sus redes, como fue el caso del Silver Harvester inglés. Al conocer estos hechos las armadas de los países implicados incrementan su presencia en la zona en un vano intento por controlar la situación. El mayor incidente ocurrido tuvo lugar cuando la flota española se hizo con el barco francés "La Gabrielle" que fue abandonado al sufrir peligro de hundimiento. Este barco llevaba en su interior redes ilegales. Francia consideró este hecho como un secuestro y la armada española intervino para intentar recuperar la embarcación, aunque la oposición de los pescadores impidió que lo consiguieran. El barco fue llevado al puerto de Burela escoltado por toda la flota bonitera española, compuesta aproximadamente por 350 barcos, para mostrar que sus redes eran ilegales así como que llevaba a bordo especies de cetáceos protegidas. Fin del conflicto Acabada la campaña del bonito de 1994 las nuevas normativas y los esfuerzos de todos los gobiernos pusieron calma entre las flotas y el conflicto se dio por terminado. Aun así, la flota española sigue protestando ya que considera que las normas europeas siguen incumpliéndose, aunque en estas protestas se habla de casos aislados.