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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA,


CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
ALDEA UNIVERSITARIA AMBROSIO PLAZA
GUARENAS EDO. BOLIVARIANO DE MIRANDA
P.N.F: ESTUDIOS JURIDICOS.
UNIDAD CURRICULAR: REGULACION JURIDICA DE LAS RELACIONES
PRIVADAS II.

SEGUNDA ACTIVIDAD.

FACILITADORA: PARTICIPANTE:
Abg. DIONIMAR PEREIRA RIVAS RODOLFO V-10.818.717

GUARENAS, MAYO DE 2021


1. INCUMPLIMIENTO INVOLUNTARIO. DEFINICION. ELEMENTOS (el
incumplimiento y la culpa) DIVERSAS CLASES DE CULPAS.

Definición del incumplimiento involuntario

Es la inejecución de las obligaciones por causas, hechos o circunstancias que son


independientes de la voluntad del deudor, y que por tanto no se le pueden imputar. Siendo
tales circunstancias, conocidas como causa extraña no imputable.

Las condiciones para que surja una causa extraña no imputable son:

 Que la persona no pueda cumplir, porque un hecho extraño a él le impide cumplir la


obligación.
 Que el obstáculo que impide el incumplimiento debe ser posterior al surgimiento de la
obligación es decir una causa sobrevenida.
 Obstáculo debe ser imprevisible.
 No debe haber culpa del deudor, debe ser un hecho extraño a él que impida el
cumplimiento de la obligación.

Existiendo dos tipos de incumplimiento:

 Incumplimiento subjetivo: El comportamiento que el deudor debe tener en el


cumplimiento de las obligaciones, esa conducta debe ser como la de un buen
padre de familia. Para que el hecho genere un incumplimiento no porque no se
quiera cumplir sino porque no se puede cumplir debe haber un hecho que libere
al deudor del cumplimiento de la obligación y de la indemnización por daños y
perjuicios que produce ese incumplimiento.
 Incumplimiento objetivo: dada por la conducta que debe tener el deudor en
cumplir con una obligación tal cual y como fue contraída.

La Culpa.

Existen diversas teorías relativos a la culpa, y por ante mano muchas críticas y
objeciones bajo los actos humanos ejecutados por el hombre y por ende ante la violación de
un deber. Destacándose que para los positivistas, quienes prescinden de la libertad del
hombre y entienden que su conducta está determinada exclusivamente por diversos
factores, la culpa encuentra su explicación en una falta de reflexión, de inteligencia o de
atención.

Por lo que se podría decir que la culpa consiste en la violación de la obligación de


diligencia y prudencia que nos imponen determinadas normas. Concebida de esta manera la
culpa, ella implica un reproche que se dirige al sujeto por el comportamiento psicológico
contrario a determinadas normas de prudencia y diligencia, contrario a las exigencias
impuestas al sujeto por el ordenamiento jurídico.

En líneas generarles se podría decir que sería la inejecución por parte de un sujeto de
derecho a deber que debe observar y acatar.

En el artículo 1185 del Codigo Civil, se consagra el principio de responsabilidad. Dado


por la intención, por la negligencia o por la propia imprudencia ante un daño causado a otro
y por lo cual está obligado a repararlo.

Por lo que si una persona por su culpa, causa un daño a otra, evidentemente es
razonable que sea condenado a repararlo. El comportamiento culpable o deficiente de aquel
que origina el perjuicio, justifica que se le imponga esta obligación.

El incumplimiento debe ser culposo, debe provenir de la culpa del agente, donde el
término es tomado de su acepción más alta que comprende tanto el dolo o incumplimiento
intencional como la culpa propiamente dicha, o incumplimiento por simple imprudencia o
negligencia.

Teorías acerca de la naturaleza y el fundamento de la culpa.

1) Teoría Clásica Explicativa de la Culpa:

La Escuela Clásica fundamenta la representabilidad sobre el libre arbitrio, que supone


el dolo en el autor del delito, esto es, la inteligencia, y la voluntad como condiciones de la
responsabilidad, la esencia de la culpa está así en un defecto de la voluntad, en la inercia de
las facultades de atención y previsión, inercia que la voluntad podría remover, porque no
haciéndolo da lugar a la imprudencia o a la negligencia, que son las causas queridas del
hecho. La culpa, es la omisión voluntaria de diligencia al calcular las consecuencias
probables y previsibles del propio hecho y la hace descansar sobre la voluntariedad del
acto, la falta de previsión del efecto nocivo y la posibilidad de prever.

2) Teoría de la Escuela Positivista:

La Escuela Positivista sostiene que no existe libertad en las acciones humanas,


determinadas solo por influencias, unas congénitas del individuo, otras derivadas del medio
y de la vida social, y en consecuencia, considera que los delitos culposos tienen su origen
en una falta de reflexión de inteligencia o de atención, provenientes de un vicio de
constitución del autor y se castigan en virtud del principio de la responsabilidad social
porque los individuos desatentos, irreflexivos o que tienen defectuosa su inteligencia son
peligrosos, sus actos son antisociales y la sociedad debe usar de su derecho de defensa
social.
3) Teorías Intermedias:

Acercándose a los principios de la escuela clásica o a los de la positivista, teorías


intermedias han tratado de explicar el fundamento del castigo en la culpa. La culpa de una
falta de ejercicio en la culpable para poner en nacimiento la atención y todos los delitos de
la culpa pueden reducirse a uina deficiencia o alteración en el mecanismo de la atención.

El delincuente se presenta inadaptado a la vida civil en su desarrollo elevado,


conservando, sin embargo, intactos sus sentimientos altruistas.

Resumiendo los principios expuestos sobre la naturaleza de la culpa, se observa que la


teoría clásica descansa sobre el viejo axioma romano: "Cumpam esse quod cum, a diligente
prividevi poterit, non esse provisum, aunt tum denuntiatum esset cun periculum evitari non
possit" , esto es que si el Derecho Penal clásico se admite como culpa no hubiese previsto,
como consecuencia de una acción u omisión voluntarias, tal resultado, efectivo o potencial,
que pudo preverse en el momento en que se manifestó la voluntad.

Orientación Contemporánea

Los Expositores del nuevo código, explican, que la expresión: aunque se haya previsto,
significa que la previsión del resultado es extraña al concepto de delito culposo. Para el
código hay delitos dolosos cuando el resultado no solo se ha previsto sino que se ha
querido; y hay delito culposo o contra la intención, cuando el resultado aunque se haya
previsto, no fue querido por el agente y es obrar de las condiciones de imprudencia,
negligencias, etc.

Clases de Culpa.

A. Dándose de igual manera las culpas por los diversos tipos de actuaciones tanto
positivas como negativas.

 Negligencia; donde el deudor desarrolla una actividad negativa de no hacer, bajo


una simple abstención.
 Imprudencia; donde el deudor desarrolla una actividad o conducta que no debía
realizar.

B. Culpa intencional
Hay una graduación de la culpa o negligencia, cuyo grado de mayor intensidad
corresponde a la culpa intencional, llamada también culpa consciente o dolo civil. Se trata de
los supuestos en que el agente actúa con intención o conciencia de causar daño, o, en otro
caso, prevé indiferentemente el resultado dañino del acto ilícito. Se opone a este grado de
culpa el de culpa inconsciente, que se corresponde con el concepto habitual de la falta de
cuidado ordinario y se expresa con el término único de culpa o negligencia. El dolo eventualis
o dolo eventual es una prolongación de la culpa intencional: conforme aumenta
la probabilidad de causar daño, la conducta del agente es más negligente y mayor su
propósito o consentimiento de causar daño.
C. Según la gravedad:

 Culpa grave; no aportar a los negocios propios el cuidado que las personas menos
cuidadosas y mas estúpidas no dejan de aportar a sus negocios; es decir, cuando el
sujeto actúa con el mayor descuido posible, es la culpa en la que incurre el sujeto
mas imprudente, mas descuidado o negligente. Es culpa en la que NO incurriría la
persona normalmente sensata.
 Culpa leve; no aportar a los negocios de otros el cuidado que el común de los
hombres aporta comúnmente a sus negocios. Es aquella en la que no incurriría una
persona normalmente cuidadosa, corrientemente sensata.
 Culpa levísima; no aportar el cuidado que las personas más astutas aportan a sus
negocios. Esaquella culpa en que no incurriría una persona muy diligente, muy
atenta o sagaz, extraordinariamente perspicaz.

Los Elementos de la culpa y sus formas.

No existe en el Código Penal Venezolano una norma específica en que se defina la


culpa y se señalen sus elementos. Sin embargo esto se deduce, pro una parte, del propio
artículo 61, se establece la regla general de la responsabilidad a titulo de dolo cuando se da
la intención del hecho, pero se prevé una excepción al decirse: "excepto cuando la ley se le
atribuye como consecuencia de su acción y omisión", con lo cual se hace referencia al
delito culposo en el cual, por tanto, no se da la intención del hecho o la voluntariedad del
resultado, aunque si la voluntariedad de la acción u omisión según los principios implícitos
en la propia norma y de acuerdo con la presunción de voluntariedad, dado el sentido en que
ya interpretamos el ultimo aparte de esta misma disposición.

Por la otra, de las diversas disposiciones contenidas en el Libro II de nuestro Código


donde se describen hipótesis de delitos culposos haciéndose alusión a las formas de la
imprudencia, negligencia, impericia, inobservancia de reglamentos, ordenes, instrucciones,
por ejemplo el artículo 411 del Código Penal.

Los elementos de la culpa.

1) La voluntariedad de la acción u omisión:

Se requiere, en primer lugar, para que se configure la culpa, la voluntariedad de la


conducta, esto es, que la acción u omisión que realiza el sujeto sea voluntaria, que pueda
ser referida a la voluntad del ser humano.
La voluntariedad de la acción u omisión o voluntariedad de la causa es el elemento
común a todos los delitos y debe encontrarse también en el delito culposo. Se trata de la
exigencia mínima para que un hecho pueda tener importancia penal, y precisamente, como
reflejo de tal exigencia fundamental, ha de interpretarse la presunción del último aparte del
artículo 61, según el cual la "acción u omisión penada por la ley se presumirá voluntaria a
no ser que conste lo contrario".

Se puede decir entonces que en la culpa, en todo caso, puede hablarse de una conducta
voluntaria, y ello, aun en los casos de delitos culposos omisivos, ya que también en tales
casos cabe hablar de voluntariedad en cuanto depende de la voluntad del sujeto el omitir el
cuidado debido o el no prestar la atención que le imponen sus deberes.

2) La involuntariedad del hecho:

La falta de intención o de voluntad del resultado o del hecho, intención o voluntariedad


que, caracteriza al dolo. El sujeto, por tanto, no debe haber tenido la intención de realizar el
hecho constitutivo de delito; el resultado producido debe ser involuntario. En este sentido
se dice que el delito culposo es un delito contra la intención. No debe, sin embargo, creerse,
que por ser involuntario el hecho producido, por no constituir tal resultado el fin que se
propuso el sujeto, falte a la voluntad, en este caso, la tendencia a la consecución de un fin.
También en el delito culposo la voluntad tiende a un fin, aunque en este, caso a diferencia
del delito doloso, tal fin es ilícito y es diverso al que efectivamente se produce por la acción
del sujeto.

3) Que el hecho no querido se verifique por la imprudencia, negligencia, impericia o


inobservancia de reglamentos, órdenes o instrucciones.

Se requiere en tercer lugar que el hecho no querido sea la consecuencia de un


comportamiento voluntario, contrario a las normas o reglas de conducta que imponen al
hombre que vive en sociedad una actuación prudente y diligente en forma tal de evitar
hechos dañosos, en lo cual radica la esencia de la culpa.

Clasificación de la culpa.
1) Culpa Mediata e inmediata:

Se distingue la "culpa mediata" de la "culpa inmediata"; esta, cuando existe una


relación cierta y directa entre la culpa del individuo y el resultado de ella, como si un
empleado del tren en marcha deja inadvertidamente abierta la puerta de un vagón de
pasajeros y se cae un niño a la vía; aquella, cuando entre la culpa del individuo y su
resultado inmediato y directo, surge un hecho nuevo, "indirecto y mediato", que tiene por
consecuencia un daño, ejemplo, en el mismo caso expresado del tren en marcha, si al ver
caer al hijo, el padre se lanza a socorrerlo y muere el padre, más al hijo no le sucede nada.
El empleado negligente no es responsable de la muerte del padre, quien se lanzo
voluntariamente a la vía en socorro del hijo; en una palabra, se responde de la "culpa
inmediata" no de la "culpa mediata" porque está más bien es una ocasión de la causa y no
una causa de la causa, y la culpa debe tener una relación directa con el hecho incriminado.
No hay relación de causalidad.

2) Culpa derivada de hecho ilícito:

Se distingue también la culpa derivada de un hecho ilícito de la que no deriva de delito;


aquella, cuando interviene el resultado en el momento de cometerse un hecho punible;
ejemplo, si un ladrón nocturno para apoderarse de una gallina, le dispara un tiro y mata a
una persona que no había visto.

3) Culpa Consciente y Culpa Inconsciente:

La división más exacta de la culpa es en culpa consciente y culpa inconsciente, que


Carrara denomina culpa con previsión y culpa sin previsión; y que los romanos
denominaban "culpa ex ignorancia" y "culpa ex lascivia". En la culpa consciente, el autor
del hecho dañoso se representa las consecuencias que puede producir su acto, mientras que
en la inconsciente falta en el agente esta representación.

4) Culpa Lata, Leve y Levísima:

Asimismo, se divide en culpa lata, leve y levísima, consistiendo la primera en un hecho


que solo hubieran previsto todos los hombres; la segunda en un hecho que solo hubieran
previsto los hombres diligentes; y la tercera, en un hecho que solo una extraordinaria
diligencia hubiera podido prever.

La Culpa en el Código Penal Venezolano.

El examen de los once delitos configurados en la Parte Especial de nuestro código


revela que el legislador ha señalado a:

1) Imprudencia:

El concepto de imprudencia exige una acción, consiste en obrar sin cautela, en


contradicción con la prudencia, es la culpa por acción (culpa in agenda). Los individuos
están obligados a observar, en todas las circunstancias de la vida, aquellas condiciones bajo
las cuales se hace compatible su conducta, de acuerdo con las enseñanzas de la experiencia,
con los intereses jurídicos de los demás, y por tanto a dirigir sus cuidados y diligencias en
tal sentido y a emplearlos en tal medida, que no hay otro remedio sino conocer
experimentalmente que ha cumplido con su deber. La conducta contraria es imprudente.
En el Derecho Español se divide la imprudencia en temaria y simple. Equivale la
primera a la culpa lata, y la segunda a la leve. La imprudencia punible está integrada por
tres elementos: Una acción u omisión voluntaria no maliciosa, un mal efectivo y concreto y
una relación de causa a efecto que ligue por modo evidente ambos extremos.

La imprudencia es conducta genérica contraria a la policía, conducta no conforme a los


intereses generales de seguridad, e implica la mayor parte de las veces una actividad
positiva.

2) Negligencia:

La negligencia es una omisión, desatención o descuido, consiste en no cumplir aquello


a que se estaba obligado, en hacerlo con retardo, es la falta de uso de los poderes activos en
virtud de los cuales un individuo, pudiendo desarrollar una actividad, no lo hace por pereza
psíquica.

3) Impericia:

En el viejo Derecho francés denomina base torpeza la falta de destreza, de habilidad, de


propiedad en hacer una cosa, y se dividía en torpeza material y torpeza moral. En esta
última entra la culpa moral de la ignorancia profesional: el agente responde porque ha
descuidado adquirir los conocimientos elementales y necesarios para el ejercicio de su
profesión o arte. La torpeza es culpable cuando es grosera y podía evitarla el sujeto
tomando ciertas precauciones.

El caso típico es el del albañil que desde el andamiaje en el cual trabaja deja caer un
ladrillo que mata a un transeúnte.

No debe confundirse la impericia con la poca habilidad profesional, porque la ley exige
en las personas que capacita para un determinado ejercicio profesional ciertas condiciones
de estudio y formalidades probatorias, pero entre los capacitados hay diferencias de
ingenio, de habilidad, de estudio.

Los profesionales pueden incurrir en culpa diversa de incapacidad, si en sus actos hay
falta de prudencia o de cuidado, esto es, por imprudencia o negligencia.

4) Inobservancia de reglamentos:

La palabra reglamento se una en sentido amplio, comprende tanto los decretos


reglamentarios propiamente dichos, como las leyes, ordenanzas y disposiciones de la
autoridad que tengan por objeto tomar medidas propias para evitar accidentes o daños, para
la seguridad pública y para la sanidad colectiva.
Las leyes obligan a todos los ciudadanos; sin embargo, algunas se dictan para
determinadas personas, como las que se contraen al ejercicio de la medicina, de la
abogacía, de la farmacia, de la odontología, de la ingeniería, etc. El profesional puede obrar
de acuerdo con la ley que reglamenta el ejercicio respectivo, pero también con imprudencia
o negligencia.

Los reglamentos generalmente se dirigen a disciplinar a un determinado ramo de la


actividad individual o social, a cautelar a señaladas empresas, y pueden emanar de la
autoridad, o de los particulares, en las empresas privadas.

Cuando se trata de una violación de los reglamentos, que produce resultado perjudicial,
basta la demostración de la transgresión, sin necesidad de prueba de la previsión o no de las
consecuencias, porque el legislador se ha sustituido a los ciudadanos en la tarea de
previsión.

5) la noción de previsibilidad:

Los delitos culposos configurados por el código penal venezolano se componen del
elemento subjetivo de la voluntariedad en el hecho inicial y de un coeficiente culposos,
consistente en la imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia, que en algunos
casos, se exige aisladamente, y en otros, en forma alternativa

La noción de previsibilidad es necesaria en los casos de imprudencia o negligencia,


porque la una y la otra se manifiestan objetivamente como un efecto en la valuación de las
consecuencias de la actuación propia.

6) Pluralidad de sujetos:

Cuando la imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia son atribuibles a varias


personas cada una responde en la medida de su culpa, la de uno no excusa la del otro, no
hay tampoco complicidad. La complicad exige una misma intención criminal, y en la culpa
no existe la voluntad de producir el resultado. La culpa de cada persona forma un elemento
constitutivo del delito.

7) Culpa en la victima o en un tercero:

Cuando hay culpa en la victima no por eso deja de responder penalmente del resultado
delictuoso, el autor por la culpa propia; en nuestro derecho no puede admitirse la
compensación de culpas en materia penal. Si toda culpa proviene en la victima como en el
caso del transeúnte que se arroja en forma imprevista frente al vehículo, sin que el chofer
pueda detenerlo y se mata, la responsabilidad desaparece.
Si el hecho proviene de un tercero, responde este; y si en el accidente resultan
lesionados autor y víctima, el autor puede ser perseguido por las otras víctimas. Puede
haber, asimismo, culpa común de las víctimas, que se extingue distintamente.

Los delitos culposos en el derecho penal venezolano:

La culpa en el código penal venezolano de 1.873 eximia de responsabilidad al que con


la debida diligencia causaba accidentalmente un mal, sin culpa ni intención suya de
causarlo. Por consiguiente la culpa se castigaba por excepción, y específicamente en
algunos casos: en el artículo 349, el homicidio con grave imprudencia o culpa; en el 373,
las lesiones causadas no maliciosamente pero con algún genero de culpa; en el 269, la
evasión por descuido, negligencia u otra culpa; en el 257, el juez negligente en la sentencia;
en el 258, los empleados de la administración de justicia que dejaren de cumplir su
obligación por negligencia, etc.

Los once delitos culposos del Código Penal Venezolano son: revelación de secretos
políticos o militares (artículo 136); violación de sellos (artículo 230); sustracción de cosas
dadas en prenda o puestas en secuestro (artículo 232); incumpliendo de obligación en casos
de su ministros públicos (artículo 234); fuga de condenados 8articulo 266); incendio,
explosión, inundación, sumersión o naufragio por imprudencia, negligencia o impericia en
la profesión, arte o industria o por inobservancia de los reglamentos, ordenes o
disposiciones disciplinarias (artículo 357); peligro o catástrofe en la vía férrea por
negligencia, impericia de arte o profesión e inobservancia de reglamentos, ordenes o
instrucciones (artículo 360); adulteración, envenenamiento o venta de aguas medicinales
por las mismas causas 8articulo 370); homicidio (artículo 411); lesiones personales
8articulo 422); omisión de dar cuenta y omisión de prestar socorro a una persona que se
encuentre abandonada o en peligro (artículo 440); delito en el cual la culpa es discutida, y
así, la incriminación del artículo 440 no es considerada por Manzini como negligencia, sino
como omisión voluntaria; en cambio, si está en la nomenclatura de Tosti y en la de otros
penalistas italianos.

2. CAUSA EXTRAÑA NO IMPUTABLE.

Caso Fortuito.

Es el suceso acontecido sin intervención de la voluntad humana y que ha resultado


imprevisible. La característica principal del caso fortuito, como causa de exoneración de la
responsabilidad civil y penal, es que se trata de un suceso inesperado e imprevisible
determinante de la imposibilidad en el cumplimiento de la prestación, sin intervención de
dolo o negligencia. Es difícil deslindar el caso fortuito de la fuerza mayor.
Ejemplos de casos fortuitos.

 Un individuo maneja tranquilamente su coche. Lo hace dentro de los límites de


velocidad permitidos y no ha ingerido alcohol. De regreso a su casa comienza a
llover causando que uno de sus neumáticos nuevos reviente lo que hace que se
precipite sobre la acera en donde estaba parada una anciana la cual termina con
traumas de consideración.
 Un auto que viaja por una carretera determinada y le cae un trozo de aeronave
encima destruyendo su automóvil de forma parcial o absoluta.
 Unos niños jugando bola que quiebran un ventanal.

Elementos del caso fortuito.

 Hecho inimputable: ajeno a su culpa o dolo o de quienes responde.


 Imprevisto: Que en los cálculos ordinarios de una persona normal no sea esperable su
ocurrencia.
 Irresistible: Que impida al deudor su cumplimiento, bajo todo respecto o circunstancia,
no basta que lo haga difícil.

En general, el caso fortuito deriva de causas naturales completamente ajenas a la


voluntad humana; por su parte, la fuerza mayor, deriva de una actuación humana, aun
cuando los resultados producidos fueran distintos de los queridos.

Los casos fortuitos o la fuerza mayor son hecho imprevisibles e incluso en muchos
casos inevitables y que liberan al deudor del cumplimiento de las obligaciones, hay 4
hechos que hay que tomar en consideración a efectos liberatorios que son:

Hechos del acreedor.


Hechos del príncipe.
Hecho de terceros.
Hechos de la víctima.
En los casos de responsabilidad civil extracontractual.
La pérdida de la cosa debida, trae como consecuencia la liberación del deudor.

Fuerza mayor.

Acontecimiento imprevisible, o aunque pudiera ser previsto, inevitable, que impide el


cumplimiento de una obligación y que exime de responsabilidad. La fuerza mayor, también
conocida como mano de Dios o en latín “vis maior” es un hecho que no se puede evitar y
tampoco se puede prever. Tiene gran importancia, en Derecho, a la hora de establecer la
responsabilidad por los daños.
Por poner un ejemplo, cuando una empresa no ofrece un servicio por causa de fuerza
mayor, puede evitar el pago de los daños, ya que no está en su mano poder evitarla. La
existencia de una fuerza mayor normalmente libera a una o ambas partes de un contrato de
sus obligaciones contractuales.

Diferencia entre caso fortuito y fuerza mayor.

En el caso fortuito se da de manera inesperada, o sea imprevisible. Mientras que la


fuerza mayor alude a lo irresistible, es decir a lo inevitable. A los efectos jurídicos en la
medida que ambos conceptos se estén asimilados legalmente no existirá distinción entre
ambos. Sin embargo la ley los exime. Permitiendo pactar en un contrato la responsabilidad
en el caso fortuito.

Un ejemplo podría ser encontrarse un sujeto en la parte interna de su vehículo con la


ventana abierta, donde sufre lesiones en un ojo, a consecuencia de una piedra que salió al
paso de otro vehículo. Donde el afectado demando a la aseguradora del vehículo que
provoco la acción, negándose dicha aseguradora a la indemnización por ser producido a
causa de una fuerza mayor. En este caso la víctima se traslado a los tribunales dando le la
razón. Ya que la fuerza mayor se debe a un factor ajeno como un huracán o rayo, mientras
que el accidente se produjo por efecto de actividad es decir por la circulación asi como la
existencia de de gravilla en la calzada. Por lo cual lo indemnizaron.

Disposición legal de Indica el artículo 1271 del Código Civil: “El deudor será
condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por inejecución de la obligación como
por retardo en la ejecución, si no prueba que la inejecución o el retardo provienen de una
causa extraña que no le sea imputable, aunque de su parte no haya habido mala fe”
(destacado nuestro). De dicha norma se deriva que el incumplimiento involuntario proviene
de una causa o circunstancia no imputable o no atribuible al deudor. Lo cual refuerza el
artículo 1272 eiusdem: “El deudor no está obligado a pagar daños y perjuicios, cuando, a
consecuencia de un caso fortuito o de fuerza mayor, ha dejado de dar o de hacer aquello a
que estaba obligado o ha ejecutado lo que estaba prohibido” (destacado nuestro). Obsérvese
que el artículo 1271 se refiere más propiamente a la expresión genérica “causa extraña que
no le sea imputable”, en tanto que el artículo 1272 sólo hace referencia a dos de sus
especies o modalidades (caso fortuito o fuerza mayor), sin perjuicio que la norma
ciertamente aplique a otras modalidades de causa extraña no imputable.

La causa extraña no imputable supone aquellas circunstancias ajenas a la


voluntad del deudor que le hacen imposible el cumplimiento de la prestación debida y
por tal lo exoneran de responsabilidad a aquel. Se ubican tales causas entre aquellas
que eliminan la relación de causalidad como elemento de la responsabilidad civil.
Constituyen pues, obstáculos o circunstancias que propician el incumplimiento
involuntario, teniendo generalmente, efectos liberatorios y eventualmente efectos
restitutorios. “Se trata de un acontecimiento ajeno a la voluntad del deudor,
impredecible o bien inevitable, al que no se puede resistir que le impide cumplir
definitiva y totalmente la obligación asumida”. Implica una expresión genérica que
engloba todas las modalidades de cumplimiento involuntario. Se justifica porque
nadie está obligado a lo imposible. Se hace referencia a esta figura cuando la
prestación que fue teóricamente posible en el momento de su constitución ha devenido
imposible después, ocasionando así la insatisfacción del interés del acreedor. De tal
suerte que la causa extraña no imputable se presenta en el ámbito del Derecho de las
obligaciones, como un evento o acontecimiento ajeno a la voluntad del deudor que
sobrevenidamente le impide absolutamente el cumplimiento de la obligación
inicialmente pactada.

El Código Civil en su art. 1271 alude genéricamente a una “causa extraña” que no le
sea imputable al deudor, la cual es el género que incluye entre sus especies: el “caso
fortuito” y la “fuerza mayor” (CC, art. 1272) a los que se agrega el hecho del príncipe, el
hecho del tercero y el hecho del acreedor. Algunos añaden la pérdida de la cosa debida, en
tanto otros, más precisamente la ubican entre los modos de extinción de las obligaciones,
pero se aclara que más bien forma parte del género de la imposibilidad sobrevenida aunque
con una connotación específica a las obligaciones de dar. Pero dicha pérdida de la cosa
debida puede ser consecuencia de las citadas especies de causa extraña no imputable por lo
que es discutible que configure una causa autónoma. Tales especies de causa extraña no
imputable están en su mayoría referidas en el artículo 1193 del Código Civil relativo a la
responsabilidad civil por cosas (extracontractual), materia en la cual se alude a “culpa de la
víctima” en lugar de hecho del acreedor. La norma agrega: el hecho de un tercero, caso
fortuito y fuerza mayor. La noción de fuerza mayor y caso fortuito es tan importante a los
efectos de la responsabilidad contractual como la propia idea de culpa. Se ha pretendido
distinguir entre fuerza mayor y caso fortuito, con base –entre otros– al criterio de la
“evitabilidad”: la fuerza mayor viene dada por hechos imprevisibles pero que no se podían
haber evitado (terremoto, inundación), el caso fortuito es un hecho imprevisible en
principio pero que de haberse previsto no hubiera podido evitarse. Otro criterio es el de la
procedencia del hecho impeditivo, según sea externo o interno al ámbito en que se
desenvuelve la relación obligatoria, así si el suceso es externo es fuerza mayor (terremoto)
y si es interno se trataría de caso fortuito (robo). En efecto, el caso fortuito se asocia al
interior del afectado o su círculo en tanto que la fuerza mayor se origina afuera con una
violencia insuperable, se trata de un evento irresistible por no existir fuerza humana capaz
de hacerle frente con éxito36. Hay quien considera que la frontera vendría dada por la
“gravedad” que se le impone a la fuerza mayor. Pero lo cierto es que la ley pareciera
considerarlos sinónimos, por lo que para algunos se trata de una “disquisición
prácticamente inútil” porque la ley no hace diferencia entre ellas. Por consiguiente, lo más
acertado es concluir que caso fortuito y fuerza mayor son expresiones que, heredadas del
Derecho romano desempeñan en nuestro sistema jurídico-civil un mismo papel. En
consecuencia, pueden considerarse equivalentes y describirse como aquellos hechos o
circunstancias que siendo absolutamente extraños a la voluntad del deudor, hacen que éste
no pueda llevar a cabo el cumplimiento de su obligación y por tal quede exonerado de la
misma40. La doctrina refiere que sería aconsejable que la ley más que referirse a “caso
fortuito” y “fuerza mayor”, en una futura reforma se haga referencia genéricamente a
“causa extraña no imputable” (como lo prevé el artículo 1.272) la cual incluye diversas
especies que veremos de seguidas. Con relación al caso fortuito y la fuerza mayor, se acota
que los juicios de valor en su determinación han de relacionarse con la diligencia que el
deudor debe prestar en el cumplimiento de su obligación. “Sólo el deudor diligente podrá
exonerarse, porque si el hecho ha podido ser previsto con la diligencia exigible o evitado
con una actividad diligente, no habrá caso fortuito o fuerza mayor ni consecuentemente,
liberación o exoneración.

Hecho del Príncipe.

Constituye un evento o decisión emanada de la autoridad que igualmente imposibilita el


cumplimiento de la obligación. Por tal se entienden todas las disposiciones imperativas que
tienen origen en el Estado en cualquiera de sus órganos (ley, reglamento, decreto,
ordenanza, etc.) que impiden el cumplimiento de la obligación. La figura parece tener su
origen en la Edad Media. Por ejemplo, el sujeto que asume la obligación de importar
determinado aparato pero posteriormente estos son declarados por el Estado de prohibida
importación, o cuando la entrega de la cosa debida se ve frustrada por una expropiación por
causa de utilidad pública, o la conducta debida es prohibida por una ley especial o una
ordenanza. Se aprecia decisión que incluye el supuesto de una orden judicial, pero habría
que acotar que dicha sentencia no haya sido propiciada por la propia conducta del deudor.
Algunos ubican el supuesto dentro del caso fortuito o fuerza mayor.

El hecho del tercero.

Supone la atribución del evento a una persona distinta al deudor y al acreedor. Se trata
de la conducta de cualquier sujeto totalmente extraño a la relación obligatoria, que
igualmente impide el cumplimiento de la obligación. El deudor que no cumple con su
acreedor por habérselo impedido una tercera persona para exonerarse de responsabilidad
debe probar que el hecho fue imprevisible e irresistible. Por ejemplo, el sujeto (taxista o
huelguista) que impide que el deudor llegue a su destino ante una obligación de término
esencial. No constituyen hechos de tercero aquellos por los cuales un sujeto sea responsable
como los emanados de un apoderado o las personas que estén bajo su guarda. Por otra
parte, debe constituir causa única y no concurrente de la imposibilidad, porque de lo
contrario operaría una atenuación de la responsabilidad civil. Para algunos no es más que
una modalidad del caso fortuito, lo cual se ve claramente, por ejemplo, en el supuesto de un
choque o de un robo que impide el cumplimiento de la obligación.
Perdida de la cosa debida.

Constituye otra de las especies de la causa extraña no imputable. La pérdida de la cosa


debida hace imposible el cumplimiento del deudor y no siendo imputable a éste, produce
los efectos liberatorios consiguientes.

Por pérdida de la cosa debida se entiende cuando en una obligación que tiene por objeto
una cosa determinada, ésta perece, queda fuera del comercio o se pierde, de modo que se
ignora absolutamente su existencia, sin culpa alguna por parte del deudor. La pérdida de la
cosa debida debe ocurrir después que las partes han asumido sus obligaciones y no antes,
porque de ser así, la obligación sería inexistente por falta de objeto.

El hecho del acreedor.

Es quien voluntaria e involuntariamente podría frustrar el cumplimiento de la


obligación. Tiene su equivalente en materia extracontractual en el hecho de la víctima. En
materia contractual, acontece por ejemplo, cuando el deudor se ha comprometido a pintar
un inmueble perteneciente al acreedor en quince días, pero el acreedor se ha ido de viaje y
el deudor no tiene acceso al inmueble. Pues generalmente, en la dinámica de la relación
obligatoria se precisa la colaboración del acreedor para el cumplimiento de la obligación.
Es factible que la negativa del acreedor no pueda ser resuelta mediante el procedimiento
judicial de oferta real de depósito, característico de las obligaciones de dar y nos
encontremos ante un supuesto de imposibilidad absoluta. Podría no configurar causa
extraña no imputable sino propiciar igualmente una atenuación de la responsabilidad civil.
Algunos lo ubican como una modalidad del caso fortuito y fuerza mayor. Se trata pues, en
definitiva, de eventos ajenos al deudor que tornan imposible el cumplimiento de la
obligación.

Cabe finalmente concluir de lo expresado que la causa extraña no imputable se presenta


como un evento ajeno a la voluntad del deudor que hace imposible el cumplimiento de la
obligación, extinguiendo la misma y liberándolo de la responsabilidad civil. Sus especies
vienen dadas por el caso fortuito, la fuerza mayor, el hecho del príncipe, el hecho del
tercero y el hecho del acreedor. Entre sus caracteres cabe citar: imprevisible, irresistible,
sobrevenida, exterior o no imputable al deudor, no haber incurrido en mora y que genere
absoluta “imposibilidad” (no “dificultad”). Puede acontecer en obligaciones positivas y
negativas, correspondiéndole su prueba a quien la alega. La figura del “commodum
repraesentationis” permite al acreedor subrogarse en los derechos y acciones del deudor por
la indemnización correspondiente a la pérdida de la cosa debida. La causa extraña no
imputable es predicable igualmente en materia extracontractual y se extiende inclusive a la
responsabilidad objetiva. Se presenta así la figura como una justa manifestación en el
Derecho de Obligaciones de que nadie está obligado a lo imposible. Es así, como la
imposibilidad sobrevenida no imputable al deudor lo exonera ante los ojos de la ley y lo
libera de los rígidos efectos de la relación obligatoria.

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