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El Grupo Pensamiento Crítico ante la

"Ley Antibloqueo"

UNA LEY CONSTITUCIONAL NO EXISTE EN NUESTRO


ORDENAMIENTO JURIDICO.

EL PUEBLO DEBE RECUPERAR LAS ATRIBUCIONES


CONTRALORAS Y LEGISLATIVAS DE LA ASAMBLEA NACIONAL

La Asamblea Nacional Constituyente acaba de aprobar una "Ley


Antibloqueo" que violenta el ordenamiento jurídico de la
República, la Constitución y las leyes, para, haciendo uso del
"secretismo" y la "confidencialidad", abrir el camino de la
liquidación de los activos de la Nación, privatizar las empresas
estatales, realizar una nueva "apertura petrolera" y terminar de
demoler la institucionalidad a través de la concentración
absoluta del poder en el Ejecutivo Nacional. Se hizo dejando
haciendo caso omiso a las críticas de importantes
profesionales sobre el tema, métodos que motivaron votos
salvados. No se permitió la discusión nacional y abierta que el
país estaba exigiendo. Ni siquiera todos los constituyentes
participaron. A algunos no se les permitió llegar, a otros ni
siquiera les dieron la versión definitiva, como consta en varios
votos salvados. Así, el gobierno muestra nuevamente su
desprecio por la opinión pública y practica una política
descalificadora de cualquier voz que difiera de la suya.

Esto completa el proceso de cerrar un período progresivo de


nuestra historia republicana, descartando definitivamente el
proyecto socialista y democrático, con la imposición de un
modelo autoritario y privatizador. Entramos en una fase de
desinstitucionalización agravada. Esto debe llamar a la reflexión
a todos los sectores patrióticos del país.
Reconocemos y enfrentamos el bloqueo con que el gobierno
norteamericano pretende doblegar a Venezuela, rechazamos su
agresión permanente contra nuestro país. Esta ley, en su
articulado, pretende contrarrestar los nefastos efectos de las
sanciones financieras impuestas por Estados Unidos y que
reivindica la soberanía. Es cierto que las consecuencias de esas
sanciones han golpeado todavía más la sufrida vida de nuestro
pueblo, incrementando la destrucción del aparato productivo,
incluido el principal producto de exportación, el petróleo,
además de provocar una brutal hiperinflación, la virtual
desaparición de nuestra moneda, una dolarización de facto
aplaudida por el propio presidente, permitiendo la conducta
criminal de quienes, desde el exterior, se apropian de los
recursos nacionales (ver: reservas de oro en Inglaterra, el caso
CITGO y MONOMEROS). Pero la respuesta que se intenta con
esta Ley, claramente anticonstitucional, es un remedio mucho
peor, porque implica la liquidación "confidencial" de las
empresas estatales, comenzando por las filiales petroleras,
continuando con las de Guayana, las de los servicios públicos y
las dedicadas al negocio minero, para obtener unos recursos
cuyo uso se hará en un fondo paralelo al Presupuesto Nacional,
bajo la administración "confidencial" del Presidente, sin más
"control" que el gabinete, la Contraloría y la ANC, bajo control
evidente del Partido de Gobierno.

El gobierno da este nuevo paso hacia la destrucción de la


República, en vísperas de las elecciones de la Asamblea
Nacional en cuya campaña ya el gobierno ha cometido, con
ostentación, peculado de uso, utilizando los recursos del Estado
para promover los candidatos de su Partido e, incluso,
atropellando con sus organismos policiales a los postulados de
otras organizaciones.
Un análisis preliminar y urgente de la nueva "Ley", que será
objeto de reflexiones posteriores por parte del Grupo
Pensamiento Crítico, nos muestra un exabrupto político y
jurídico. Se trata de algo más que el otorgamiento de Poderes
Extraordinarios al Presidente, cuestión prevista por la
Constitución. Por algo han preferido imponerla como "Ley
Constitucional", dispositivo inexistente en nuestro ordenamiento
jurídico, un dispositivo que se coloca por encima de la misma
Constitución y cualquier regla jurídica, autorizando la
"desaplicación" o "inaplicación" de cualquier ley que decida
discrecionalmente el presidente de la República tan solo
mediado por un "informe técnico", obviando las previsiones
constitucionales en relación derecho a la información, incluso
en estados de excepción, recurriendo a una extensión indebida
del poder de la Presidencia de la República en la clasificación
de información de los actos de los sectores públicos,
profundizando el secretismo, y eliminando prácticamente todas
las atribuciones contraloras y legislativas que el mismo texto
constitucional le otorga a la Asamblea Nacional, así como su
función de aprobar tratados internacionales y el Presupuesto
Nacional, pues el Presidente de la República podrá, en secreto,
manejar fondos diferentes al tesoro Nacional, con lo cual se
viola, de paso, la unidad patrimonial de la República, y se
elimina el derecho de información, justo cuando el Ejecutivo
queda facultado para realizar, discrecional y confidencialmente,
cambios "estructurales" en las empresas del Estado, eufemismo
para referirse a su propiedad.

Se evidencia que la "Ley Constitucional" colide con, por lo


menos, 13 artículos de la Constitución Nacional, en particular
con los artículos 1, 25, 28, 57, 137, 138, 154, 187 numerales 6 y
7, 218, 314, 315 y 318. Además, se realiza una violación
explícita del principio de legalidad establecido en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, lo cual
implica la nulidad de esta Ley, de acuerdo al artículo 25 de la
misma Carta Magna, que también atribuye responsabilidad
penal, civil y administrativa a los funcionarios que hayan
infringido la ley.

Frente al señalamiento de que los superpoderes que esta ley le


da al Presidente no tendrán ningún control, los defensores del
adefesio jurídico alegan que la actuación "confidencial y en
reserva" del Presidente de la República, en el ejercicio de estos
superpoderes supralegales, será "controlada" por el gabinete
ejecutivo, el Consejo de Estado (que emitiría un informe
"técnico" en cada caso), la misma ANC y hasta por cualquier
ciudadano según disposición constitucional. Esta explicación
es una burla a los principios democráticos. Como se sabe, esos
organismos son todos militantes de la voluntad del mismo
Presidente.

Ante este golpe a la Constitución, que es también la negación


de todas las atribuciones legislativas y contraloras de la
Asamblea Nacional y la liquidación en condiciones desastrosas
de las empresas del Estado, la respuesta no es solicitar una
intervención extranjera o una profundización de las sanciones
financieras que, a la postre, fortalecen la propaganda mentirosa
del gobierno y empeoran las condiciones de vida de todos los
venezolanos; sino insistir en la estrategia de recuperar la
institucionalidad democrática de la república mediante el
aprovechamiento de todas las rendijas de participación popular,
como son las próximas elecciones y las protestas por las
reivindicaciones de los trabajadores y la mejora de las
deplorables condiciones de vida.

Por ello, reiteramos nuestro llamado a la participación electoral


el próximo 6 de diciembre para lograr una significativa
representación que pueda luchar por la restitución de la
Constitución, la plena reinstauración de las atribuciones del
Poder Legislativo y el avance de las luchas populares por
mejoras salariales, laborales y de las condiciones de vida en
general. Esto también pasa por denunciar el grosero ventajismo
electoral del gobierno y el ostentoso peculado de uso al poner al
servicio de sus candidatos los recursos del Estado.

Esta Ley anticonstitucional debe ser derogada y restituida la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

¡Por una salida pacífica, constitucional, democrática, popular y


soberana a la crisis!

Por el Grupo Pensamiento Crítico

Roberto López, Mariano Crespo, Jesús Puerta, José León


Uzcátegui, Carmen Irene Rivero, Javier Biardeau, Oscar Feo,
Eduardo Calderón, Jesús Urbina, Janis Lazdins

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