Las personas con discapacidad no cuentan con un contrato laboral escrito
La participación y normalización de las personas con discapacidad en el
mercado de trabajo depende tanto de factores externos a la organización, como el contexto legal, económico u ocupacional, como de factores relacionados con la gestión de las personas en las empresas, entre los que destacan la cultura organizacional, las políticas y prácticas de recursos humanos, los estilos de supervisión y dirección y las relaciones entre sus miembros. Las personas con discapacidad suelen encontrarse subempleadas o desempleadas en comparación con las personas sin discapacidad Falta de motivación e información de la propia persona con discapacidad y de sus entornos familiares, que se traduce en dificultades para mejorar su cualificación profesional o desarrollar habilidades de búsqueda de empleo. Actitud inicial negativa de una parte de los empleadores o de los responsables de recursos humanos, que revela un prejuicio inicial hacia las capacidades potenciales de la persona con discapacidad o una serie de atribuciones, estereotipos e ideas falsas prejuzgadas. Dificultades de accesibilidad (transporte, adaptación de centros de formación o de trabajo) que pueden obstaculizar o encarecer la integración laboral. Las oportunidades de trabajo para personas con discapacidad son escasas. También se ha evaluado la percepción de las empresas acerca de la inclusión laboral de esta población, revelando que al menos 4 de cada 10 empresas tienen programas de inclusión. Las compañías no cuentan con algún programa o normativa que promueve la inclusión laboral, para brindar oportunidades de trabajo para personas con discapacidad. No se cuentan con los espacios adecuados o por desconocimiento acerca de las diversas condiciones.