Está en la página 1de 7

El caso Mc. Martin .

Perdidos en los laberintos de la


memoria...
http://www.apadeshi.com/caso_mcmartin.htm

  Las entrevistas y los interrogatorios dirigidos por familiares.

 A partir de la denuncia de Judy Johnson, una madre esquizofrénica, del supuesto abuso de su hijo de
dos años y medio. Pese a que el examen médico no indicó signos de abusos sexual, la Policía  de una ciudad
de Estados Unidos envía cartas a 200 familias que habían estado ligadas al centro educativo donde concurría
el niño.

           Estas cartas informaban:”... Por favor pregunte a su hijo si ha sido testigo o víctima  de algún crimen.
Nuestra investigación nos indica que los posibles actos incluyen: sexo oral, masturbación por parte de
adultos, sodomía, posiblemente utilizando la excusa de tener que tomar la temperatura del niño. También
pudieron haberse tomado fotos desnudos a los niños. Cualquier información sobre Ray Buckey de parte de
sus hijos es importante...” (Ver Journal of Institute for Psychological Therapies, vol.7- año 1995 The letter).

           Ceci Bruck, explica que los niños son vulnerables a diferentes tipos de acciones sugestivas de los
adultos. Los interrogatorios intensivos, dirigidos y con preguntas directivas como las que sugería la carta, son
potencialmente distorsionadores de los recuerdos reales que tienen los niños sobre sucesos vividos.

           Por otra parte, la “inducción de estereotipos negativos” sobre una persona, en este caso el supuesto
ofensor, por parte de una figura de autoridad como lo son los padres, pueden producir relatos en los que los
niños recrean historias ubicando al supuesto “ofensor sexual” o “malo” “en situaciones acordes al rol que le
sugieren los adultos.

            Y esto es lo que sucedió en el caso Mac.Martin . Los niños dirigidos por sus padres alarmados,
honestamente asustados por la posibilidad de que sus hijos fueran víctimas, iniciaron un incesante
interrogatorio, sobre sexo oral, sodomía etc. Paralelamente, indicaron a los niños que el acusado era malo,
lastimó sexualmente a algunos niños, etc.  Los padres, inadvertidamente e involuntariamente, generaron
relatos de abuso en el lapso desde Noviembre de 1983 a 1984 en un total de 360 niños.

             Se acusaron a seis mujeres que habían trabajado en el Jardín de Infantes, incluyendo Virginia
Mc.Martin , de 73 años, su hija e hijo. Los cargos incluían actos aberrantes de sexo grupal, pornografía, cultos
satánicos, los niños describían túneles y laberintos subterráneos donde fueron sodomizados repetidamente
por terceros, se asesinaron bebés, se mataban animales etc. La fiscalía pidió un lapso de “ 96 años para
Virgina Mc.Martin a 776 para Raymond Buckey...”  ( Ob.cit.News Media Coverage y National Histeria)

 El Síndrome de Summit.

 En este controvertido caso, cerca de 226 casos habían sido diagnosticados en base al Síndrome de
Summit por profesionales del Centro Internacional Infantil.

          El mismo psiquiatra fue testigo experto por la fiscalía y dirigió algunas fases de la investigación. Debido
a sus numerosos trabajos clínicos en el campo del abuso sexual infantil, y a su Síndrome de Acomodación
infantil, (SAI) (1983) era el más notable investigador científico en la materia.

          Las investigaciones y las entrevistas clínicas y las de los familiares de las supuestas víctimas fueron
practicadas y “guiadas por uno de los principios fundamentales del SAI era que los niños mantienen en
silencio sus experiencias de abuso sexual.” (ob.cit. Dr.Roland Summit).
           Esto llevó tanto a los terapeutas como a los padres a presionar a los niños “para que contaran”. Los
niños incluyeron en sus relatos la teoría conspirativa de los adultos que los entrevistaban que ‘ubicaban a los
acusados como satanistas que utilizaba a los niños para una vasta red de prostitución que produjo millones
de fotos pornográficas. Los niños contaron que eran drogados y forzados a participar en rituales satánicos y
juegos sexuales con maestros y extraños tanto dentro del centro como en el exterior del mismo. Durante
estos episodios los niños encontraron tortugas, jirafas, conejos, cuerpos en ataúdes, vieron volar brujas,
mutantes del espacio estrellas de cine y políticos...” (Ob.cit. Satanic Trapping and the search for the secret
rooms and tunnels.)

          Estos rituales sucedían en los túneles secretos de los Mc.Martins. Estos laberintos nunca pudieron ser
hallados pese a que se destinaron muchos esfuerzos y dinero del Estado en ello.

          ¿Dónde habían sucedido los abusos sexuales de estos niños? ¿Tal vez en los laberintos de su
memoria o en las entrevistas sugestivas a las que fueron sometidos por largos períodos de tiempo?

La impugnación del Síndrome de Summit como evidencia de abuso sexual.

 Pese a que desde sus inicios, el Síndrome de Summit fue impugnado como evidencia probatoria de
Abuso sexual, en Estados Unidos, en nuestra Nación se sigue utilizando.

          La ASOCIACION AMERICANA DE PSICOLOGOS FORENSES, La ASOCIACION AMERICANA DE


PSICOLOGOS y la ASOCIACION AMERICANA DE PSIQUIATRIA INFANTIL Y ADOLESCENCIA se
pronunciaron también al respecto.

          La ASOCIACION AMERICANA DE PSICOLOGOS indica diferentes fallos judiciales que impugnaron el


testimonio de los peritos basados en este síndrome. Concluyendo: “... desafortunadamente un conjunto de
profesionales que testifican en los casos de abuso sexual infantil han aplicado el Síndrome de Summit
y modelos teóricos basados en él en la construcción de listas de comportamientos idiosincráticas, sin
validación empírica o medición psicométrica para identificar conjuntos de comportamientos que dicen que
demuestran que el niño ha sido abusado (Fisher,1995). Estos profesionales han explotado estos conceptos
clínicos como “argumentos para los litigios” en connivencia con falsas denuncias...” (pp.164). (...)
Aproximadamente después de 10 años de sus escritos y en respuesta a él ha dicho es el uso abusivo del
Síndrome por parte de los peritos de la defensa y de la prosecución, Summit (1992) claramente señaló su
visión de las limitaciones forenses y del valor de la evidencia basada en el síndrome.  El Síndrome de Summit
no señala una enfermedad o un desorden, es una opinión clínica, no es un instrumento científico,  y “la
relación causa- efecto entre los factores  (cinco categorías) [1] y con el posible problema  no es
clara  (Summit, 1992, p.157)  También alertó que el uso de la “evidencia basada en el síndrome” para el
testimonio para diagnóstico no cumple los criterios de confiabilidad técnica requerida por Klley-Frye.
[2]  ( Ob.cit.pp. 164)

       “...  Más aún, la confiabilidad del Síndrome de Summit ha sido cuestionada (Myers y col.1989) por la falta
de sustento empírico que sostengan la capacidad del síndrome para poder discriminar entre niños abusados y
no abusados ( ver Levy,1989; Melyton & Limber,1989)..”  Ob.cit. pp.164.

       En un estudio de la Asociación Americana de Psicólogos, sobre el testimonio de peritos de la Corte de


Apelación, se hace mención de la misma modalidad: “... En los últimos casos, el Síndrome de Summit o sus
variaciones fueron menos frecuentemente mencionadas, y muchos expertos describen su testimonio
generalmente como un informe de las características de los niños abusados sexualmente pero no hacen
mención del síndrome per se. Esta puede ser una respuesta a la denegación de algunas cortes de admitir el
Síndrome de Summit sobre la base de que carece de confiabilidad como está evidenciado por su exclusión
del Manual de los Trastornos Mentales (DSM 3) (3ra. Edición revisada por la Academia Americana de
Psiquiatría)..” ( pp.223).

        El American College of Forensic Psychology se ha detenido también en el tema.

        Explica Terence W.Campbell, psicóloga forense en un trabajo presentado en el 12 th  Annual Simposium


of the American College of Forensic psychology, ( 1996)  en el que analiza  el  punto 5)  retractación del
Síndrome de Summitt   : “.... Retractación: habiendo revelado el abuso sufrido, los niños podrían retractarse
de sus revelaciones o dichos como una respuesta a la presión que ejerce el perpetrador y otros adultos que lo
intenten proteger... (...) Summit nunca intentó usar su síndrome de Acomodación en una forma diagnóstica
(...). Por lo tanto, el propósito de Summit en el desarrollo del Síndrome fue proveer de un “lenguaje en
común” para todos los profesionales que realizan el tratamiento de los niños abusados.  Por lo tanto, el
Síndrome no es un equivalente del Síndrome del Niño Golpeado, que sí  es diagnóstico de abuso físico. El
Síndrome de Summit, no debería ser considerado como probatorio de Abuso sexual
infantil...”  (Ver.  Campbell,T American Journal of forensic Psychology, vol.15,number 1,1997,pp.5-6) .   

La autora, al tratar los “Malos usos del Síndrome” indica: “... desafortunadamente, los profesionales de la
salud frecuentemente utilizan mal el síndrome de Summit.(...) usarlo con criterio diagnostico es erróneo
.Numerosos estudios empíricos exploraron la validez de los criterios de Summit y su utilidad diagnóstica :
encontraron que aplicando los mismos criterios del Síndrome, un  niño era considerado abusado sexualmente
por unos profesionales y que no lo había sido por otros. ( No cumplía  criterio de validez  para el uso como
diagnóstico ) ”... porque la revisión de los 5 conceptos de Summit, lleva a la conclusión de que son vagos
e  indefinidos originando un amplio márgen de opiniones subjetivas....” (Ver.  Campbell, Ob.cit. pp.6). 

 La autora realiza un análisis de la no –confiabilidad, es decir,  de la falta de confianza de basarse en el


Síndrome de Summit a los  fines de extraer indicadores de Abuso sexual .

           Explica Campbell, “....Retracción:   Esta característica tiene  una “Doble faz” y como tal es
groseramente no confiable. Si el niño no se retracta de una revelación de abuso anterior, los profesionales
pueden asumir que la revelación es legítima. Pero, por otra parte, si el niño se retracta de una revelación
previa, los profesionales pueden , no obstante sostener que el niño también ha sido sexualmente abusado. Es
completamente obvio, por lo tanto, que esta característica no puede ser nunca válida o confiable para
discriminar entre niños que han sido abusados sexualmente de aquellos que no lo fueron...”( Campbell,
Ob.cit.pp.8)

           El uso diagnóstico del Síndrome de Summitt “actualmente es obsoleto” (Ob.cit. pp.8 ) porque carece de
especificidad : esos síntomas se presentan también en los niños no abusados .

Es importante destacar lo que ha publicado la ACADEMIA AMERICANA DE PSICOLOGOS :

“... Hasta el presente, las evaluaciones psicológicas no pueden establecer  si un niño ha sido
abusado .De hecho, el actual uso del término validación en los estudios de abuso sexual introduce falsas
expectativas en dirección a que los psicólogos sean capaces de determinar si un niño ha sido abusado
sexualmente ( Fisher, 1995 ; Sullivan, 1989). El abuso sexual no es un trastorno psicológico. Un estudio
diagnóstico sobre el estado de un niño no debe ser confundido como la evidencia de un abuso. Los testigos
expertos que se expidan en tales evaluaciones expresan opiniones fuera de su competencia profesional y
potencialmente usurpan el rol del Juez y del jurado quienes tienen la potestad de determinar si las denuncias
de abuso sexual son verdaderas o falsas ( Fisher,1995 ;Melton,1990 ; Melton &
Limber,1989)....”  ( Ob.cit.pp.177).

 ¿Qué nos enseña el caso Mc.Martin? 

Los cargos contra los Mc.Martin fueron retirados y recuperaron su libertad. Los temas legales conexos
escapan de nuestra competencia como profesionales de la salud o peritos judiciales.

          Lee Coleman, a partir de un análisis de los videos del caso , se pregunta : “... Si las denuncias no son
verdad, porqué podrían decir los niños no solo que han sido abusados sexualmente sino que habían sido
expuestos a rituales que incluían la muerte ritual de animales? La respuesta es tan simple como terrible. Ellos
aprendieron. Enseñados primero por los “expertos” de las agencias oficiales que los evaluaron y luego por los
terapeutas contratados para el tratamiento.(...) y mayor contribución ha tenido la influencia de Summit quien
dijo públicamente que  “el Instituto Internacional de los niños utilizaba técnicas apropiadas para entrevistar a
los niños” pp2)

        Sin embargo, los investigadores que han presenciado los videos ( Ceci Bruck, Coleman, y otros” )
“categóricamente establecieron que los niños fueron en más de una sesión manipulados por los
entrevistadores” (...) mostrando un patrón de técnicas de entrevistas destinadas a que un niño admita el
abuso más bien que a saber si en realidad ha ocurrido”. (( IPT Journal- Learning fron the Mc,Martin case p3)

        Ejemplificando en un fragmento de video en el uno de los niños dice inicialmente que el acusado no lo
tocó, la insistencia de la entrevistadora en varias entrevistas ( once) hace que el niño diga : “un poquito”.

         “.... Habiendo visto ejemplos similares una y otra vez en los videos del caso Mc.Martin solo una
conclusión es razonable: Mc.farlane y sus colaboradores habían decido antes de la primera entrevista que el
niño había sido abusado en el Jardín de Infantes MCMartin. Sin embargo, ella ahora trata de racionalizar sus
técnicas de entrevistas, sus comportamientos con los niños en sus intentos de lograr evidencia de pare del
niño de que los que los entrevistadores estaban convencidos debió haber sucedido...”  (IPT Journal- Learning
fron the Mc,Martin case pp.5)

         Pero la actitud de la entrevistadora no es privativa del colosal caso Mc.Martin. En nuestro país los niños
supuestamente abusados reciben el mismo tratamiento: se presume el abuso, aún sin evidencia física.

        La mayoría de los profesionales de la salud actúan con el mismo criterio usado en el caso Mc.Martin : “...
La abogada por el distrito de Los Angeles Ira Reiner.(...) Entrevistada por Mike Wallace para el programa 60
minutos admitió : “...Cuando yo tomo el cargo , yo supongo que todos los acusados de abuso sexual son
culpables...” ( IPT Journal- Learning fron the Mc,Martin case pág.5).

Otra creencia que manejaban los entrevistadores era “ la premisa de que ningún niño es capaz de
fabricar historias de abuso sexual. Hacerlo requiere hablar de cosas de las cuales no tiene ni conocimiento ni
entendimiento. Y por lo tanto nosotros debemos siempre creer cuando un niño habla de que ha sido abusado
sexualmente... pero vimos que los entrevistadores que trabajaron con los niños preguntaban muy
conductivamente ya hacían preguntas muy sugestivas...” (Journal- Learning fron the Mc,Martin case pp.7) (...)

            “....El propio Summit escribió “si un niño del que se sospecha un posible abuso es incapaz de dar
información voluntariamente, ésta puede lograrse con preguntas potencialmente indicativas, y con preguntas
específicas” (Journal- Learning from the Mc,Martin case pp.7)

            Estos conceptos implican asumir que el abuso sexual ha tenido lugar, lo que está en contradicción con
el hecho de que la entrevista supuestamente tiene la finalidad de escuchar al niño y/o determinar si
sucedieron o no los hechos.
 Lo que debe darnos una señal de alarma es que este es el marco teórico de los profesionales
dedicados a la evaluación del abuso sexual en nuestra Nación.

           Como en Estados Unidos, este sesgo del entrevistador, “ha sido promovido a través de conferencias,
workshops para la policía, los trabajadores de los servicios de protección y los profesionales del derecho.
La  creencia de que si surge una acusación, independientemente de las circunstancias, la denuncia debe ser
verdadera porque los “los niños no mienten sobre el abuso sexual”,  explica la irresponsable investigación en
le caso Mc.martin y los miles de otras denuncias falsas a través del país...” (Journal- Learning from the
Mc,Martin case pp.7)

          Estas creencias simplifican demasiado el problema y lo reducen a dos posibilidades : El niño dice la
verdad o el niño miente.

           Pero deja afuera otros temas más determinantes como ser la posibilidad de que un niño pueda ser
manipulado por los entrevistadores ( aún bien intencionados creyendo que lo hacen en su beneficio)    “y que
con un suficiente aprendizaje eventualmente pueda empezar sinceramente a creer en cosas que nunca
sucedieron “ . (Journal- Learning from the Mc,Martin case pp.8)

         E ignora la tercera cuestión : la responsabilidad de los trabajadores de la salud al entrevistar a los niños
de manera parcial, creyendo “a priori” la ocurrencia del delito y moldeando el tipo de preguntas únicamente en
esa dirección.

          Las teorías de Summit y de algunos otros especialistas han impactado en el Sistema Legal  de Estados
Unidos y en el nuestro.

          ¿ Qué podemos aprender del caso Mc.Martin?

           Primero, no cometer el error de recurrir a los profesionales de la salud para la resolución de casos tan
complejos como el que plantea el abuso sexual infantil.

“... Los profesionales de la salud no están más calificados que el investigador judicial para investigar si
un niño ha sido abusado sexualmente “ (Journal- Learning from the Mc,Martin pp.10)

     La ACADEMIA AMERICANA DE PSICOLOGOS coincide con el criterio  de Coleman. Destacando


que en la evaluación del abuso sexual infantil el psicólogo debe ser prudente en virtud de las  limitaciones de
su Ciencia y destacarlas cuidadosamente en sus informes : ”...Hasta el presente, las evaluaciones
psicológicas no pueden establecer si una supuesta víctima de abuso infantil ha sido abusada. En realidad, el
uso del término validación para describir la evaluación de abuso infantil introdujo falsas expectativas de que
los psicólogos son capaces de determinar si un niño ha sido abusado.( ) ( Fisher,1995; Dullivan,1989). El
abuso sexual no es un trastorno psicológico. El abuso sexual abarca un grupo heterogéneo de
comportamientos perpetrados por los adultos sobre los niños. Una evaluación diagnóstica del estado
psicológico de un niño no debe confundirse con la evidencia de un comportamiento del abusador.  (...) El
celoso uso forense de técnicas clínicamente relevantes pero sin valor diagnóstico y no probatorias , técnicas
para evaluar síntomas de abuso sexual infantil (...) están dañado la credibilidad de los psicólogos como
testigos expertos y violando el bienestar y los derechos  tanto de los niños victimizados como de
los  defendidos inocentes. (...) Sin embargo, los psicólogos que están expidiendo testimonio experto en los
casos de abuso sexual infantil corren el riesgo de usurpar el rol del investigador y están violando las guías
éticas cuando ellos confunden la opinión clínica con los hechos científicos y el rol del investigador con el rol
de abogado del niño...” ( Am.Psichollogical Association , Qué puede y qué debe decir el testigo experto...
pp.178)  
 La Segunda enseñanza del Caso Mc.Martin según Coleman, implica la necesidad de que , como en
USA, los profesionales realicemos un cuidadoso replanteo del tema y pongamos en cuestionamiento las
técnicas usadas para la evaluación de la supuesta víctima. Las actuales modalidades de abordaje que se
emplean en Argentina, se han generado en el país del Norte en la década del 80. Entrando en el año 2000 ,
errores como los que muestra el caso Mc.Martin y otros nos ponen en la necesidad de llegar a las mismas
conclusiones de Coleman:

           “.... Segundo, la policía y los trabajadores de protección infantil del país necesitarán ser reentrenados.
Las ideas y los métodos de Summit, y sus colegas los cuales pervierten las investigaciones de abusos sexual
infantil necesitarán ser expuestas y desacreditadas en favor de investigaciones cuidadosas y responsables en
las que erróneamente se le pidan conclusiones a los expertos que no pueden dar. Nosotros estaremos mucho
mejor sin ellas...” (Journal-IPT. Learning from the Mc,Martin pp.11)

            La tercer enseñanza del caso Mc.Martin es poner en evidencia  la ausencia de técnicas adecuadas
para entrevistar a niños que pudieron haber sido objeto de abuso sexual. Específicamente, mostró el efecto
sugestivo de los muñecos anatómicos utilizados en combinación con preguntas indicativas : ¿Dónde te tocó?
O sugestivas : “ ¿te tocó alguna parte íntima?”

            La cuarta enseñanza del caso Mc.Martin es la relación entre la memoria, la sugestión y la verdad.

  

Perdidos en los laberintos de la memoria...

 Las entrevistas del caso McMartin ilustran como la confusión entre los roles de terapeuta y de
investigador pueden dar el resultado de una entrevista coercitiva, directiva que crea recuerdos de eventos que
nunca pasaron.

          Las técnicas se basaron en la sugestión y en el uso de la influencia social del mayor hacia los
pequeños. Esta combinación de la  natural sugestionabilidad del niño y su tendencia a ser influido por el
adulto y por sus pares, en combinación a la obediencia a la autoridad significa que el terapeuta debe ser muy
prudente en relación a la forma en que consigue que surja la información de los niños en la terapia. Esta es la
diferencia entre la verdad subjetiva que emerge en la terapia y la Verdad en el sentido objetivo y jurídico.

          Para el Sistema Jurídico, el objeto de una entrevista es extraer datos fácticos de las personas. En el
caso McMartin los videos fueron filmados para garantizar y preservar la salud mental de los niños implicados.
Pero realmente ayudaron a la defensa de los acusados debido a que en las mismas “los jurados dijeron que
ellos no podían decir desde las entrevistas videadas si el entrevistador puso ideas en la mente de los niño ni
aún palabras en sus bocas ( Mason,1991) (...) y los interrogatorios coercitivos y directivos de los
entrevistadores generaron una razonable duda sobre la culpabilidad de los acusados.

          Uno de los jurados, John Breese, dijo;”...Nosotros no pudimos saber mucho sobre lo que el chico sabía
o si decía lo que el entrevistador quería... Una vez que el niño decía algo, los padres comenzaban a
creerlo .Mc.Farlane decía que tenía que “desbloquear” a los niños y por lo tanto les decía a los otros niños
que todos los demás niños habían hablado de su propio abuso sexual (Mason , 1991,p.391)

           Pero aún cuando el entrevistador sepa que es fácil sugestionar a un niño, no es  fácil evitar ejercer
sugestión en él. Mason puntualizó que mientras se esté en la terapia es apropiado pedirle al niño que hable
sobre un evento terrible, pero esto mismo es inapropiado en una entrevista de investigación. Ella destacó : El
terapeuta puede construir un vínculo de verdad que se maneja con la realidad subjetiva del niño. El terapeuta
debe tomar un rol de apoyo, no de crítica o de tipo investigativo (p.393)
          En cambio, en el campo forense, “... Un investigador debe estar constantemente vigilando de no hacer
preguntas que puedan influir en el testimonio del niño”(p.391)

El Dr.Michael Maloney, un psicólogo que testificó para al defensa, comentó el fenómeno de presión
social y de coerción que empapaba las entrevistas :” los  entrevistadores no decían los mismo a todos los
niños que habían entrevistado. Ellos les pedían que les hablen de cosas “ asquerosas”... Introduciendo una
expectativa de que los niños debían hacerlo”( I.P.T. Journal Vol. 5-1993, Memory,Suggestion and Truth ,
William Ronan)

          Algunos de los niños que denunciaban que Ray Buckey los había abusado durante años, nunca habían
estado con él. El acusado no residía en esa ciudad en el momento de los supuestos hechos. Dado que el
Jardín de Infantes era al aire libre, los abusos no podían haber sucedido sin ser vistos por las amplias
ventanas. Los entrevistadores pensaron que pudieron haber sucedido en lugares ocultos, a medida que
surgían las inferencias en los entrevistadores y sus preguntas sugestivas, los niños empezaban a construir
complejas historias que sucedían en laberintos subterráneos que nunca se hallaron...

          “...Relinger (1984) recomendó vigorosamente el método de libre recuerdo, tanto como para aumentar la
exactitud como para reducir la influencia de las fuentes externas. Esta es la misma conclusión a al que arribó
Freud muchos años atrás cuando abandonó la hipnosis o la sugestión para labrar recuerdos del paciente con
la menor probabilidad de contaminarlos...”( I.P.T. Journal Vol. 5-1993, Memory, Suggestion and Truth ,
William Ronan, pp.12)

[1] El síndrome está formado por cinco factores, entre los que que se encuentra la
retractación y la negación inicial.

[2] Alude a un caso legal en base del cual se establecieron los cánones de aceptación
científica del testimonio de los peritos.

También podría gustarte