Aura era una ninfa, que aparece en la mitología griega y romana. Ella era la hija del Titán Lelantos y Periboa. El aura se asocia con brisas suaves, especialmente los vientos frescos y frescos que ocurren temprano en la mañana. Fue adorada como parte de una antigua religión griega llamada los misterios eleusinos.(eran ritos de iniciación anuales) Aura vivía en Phyrgia y era conocida por ser una gran cazadora. Ella era a menudo una compañera de la diosa Artemisa. Estaba escrito que podía correr tan rápido como el viento y que era una arquera experta. Sus habilidades para correr y cazar eran tan conocidas que el héroe tebano Acteón nombró a uno de sus perros Aura. Feidolas de Corinto, que compitió en los antiguos Juegos Olímpicos griegos, tenía un caballo llamado Aura. Aura estaba orgullosa de la virginidad y de su cuerpo atlético. Durante un viaje de caza, se burló de Artemisa, alegando que tenía la mejor figura. Enfurecida, Artemisa le pidió a Nemesis que castigara a Aura. Némesis arregló para que Dioniso se enamorara de Aura. Dioniso obligó a Aura a acostarse con él y más tarde dio a luz a dos hijos gemelos. Uno fue asesinado por Aura. El otro, llamado Iaccus, fue salvado por Artemisa. Cuando Aura murió, Zeus la convirtió en una corriente. El poeta griego Nonnus de Panopolis y el poeta romano Ovidio escribieron sobre Aura. Hay muy pocas imágenes de Aura que existen en la actualidad. Uno, un jarrón funerario de cerámica, se encuentra en el Museo Británico. Se la representa con una capa u otra prenda de vestir que se hincha detrás de ella como si la soplara una brisa. Aura es el movimiento. Aura es la divina brisa que nos acaricia. Aura es el aire puro que respiramos. Aura es vida, vitalidad, energía intangible. Aura es rápida, ligera, omnipresente. Aura es una de las diosas griegas más veneradas, compañera de otras dos, Artemisa y Afrodita. En representación del aire, esto fue visto como una tormenta que no supo controlar, que a pesar de ser un elemento natural que pareciera no causar estragos, no se debe subestimar porque tiene una fuerza que si no se prevé puede salirse de control. Sin embargo, si nos alejamos de estos episodios, esta diosa griega era inspiración, ilusión, utopía, presencia. Incluso, su imagen fue utilizara para el arte, como las esculturas y la pintura, en donde se recreaba con un velificatio, una prenda de vestir ondulante, con movimiento y suspendida, también relacionada como el aura de una persona. Por lo tanto, Aura también fue relacionada con la manifestación de la energía de las personas, ese halo de colores que rodea e ilumina a un ser humano para irradiar su estado de ánimo, sus pensamientos, sus intenciones y en sí su esencia. Aura es todo eso que no se puede tocar, pero sí percibir. Como mujeres tenemos la capacidad de impulsarnos a nosotras mismas para alcanzar nuestras metas. Somos fuertes, capaces, grandiosas y con una gran motivación que proviene desde el fondo de nuestro ser para acercarnos a lo que más deseamos, esto es lo que nos mantiene vivas, esta particularidad de la perseverancia de siempre querer encontrar nuevos caminos, nuevas rutas y llegar a nuestro destino. Nosotras somos vida. No nos detenemos. Somos energía en constante transición. Cada una de nosotras tiene su propio ritmo, pero nunca se detiene, por más lento que a veces sintamos que vamos, esto no significa que nos estamos rindiendo. Como el aire, somos vitalidad, somos indispensables en esta sociedad, somos fuente de vida e inspiración. Además de tener la magia de poder procrear y traer vida a este mundo, nosotras la mantenemos, la hacemos crecer, velamos por ella, abonamos nuestros frutos y cosechamos éxitos. Siempre estamos en constante movimento. Una mujer es incansable. Y esto lo podemos aprender de Aura, quien nos enseña que podemos estar donde queremos, y si deseamos de manera omnipresente, pero siempre estamos, como el aire en nuestra vida, como el oxigeno en cada ser.
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