Está en la página 1de 9

PROGRAMA No.

0400

1 SAMUEL

Cap. 23:1 - 25:3

Continuamos estudiando el primer libro de Samuel y llegamos hoy al capítulo 23. En


este capítulo tenemos los siguientes aspectos: David salva a Keila. Dios revela a David la
venida de Saúl y la traición de los de Keila. David escapa a Zif. Saúl le persigue y David
mora en En-gadi. David continúa huyendo con 600 seguidores como lo veremos en el
versículo 13. Jonatán se pone en contacto con David y reconoce el hecho de que David será
el próximo rey, en los versículos 16 y 17. Jonatán es un gran hombre y su actitud y
acciones nos hacen recordar a Juan el Bautista. Comencemos, pues, considerando la pelea
de David contra los filisteos. Leamos los primeros 5 versículos de este capítulo 23 del
primer libro de Samuel:

1 Samuel 23:1-5 “. . . una gran derrota; y libró David a los de Keila.”

Los filisteos estaban robando las eras de Keila, y el Señor le mandó a David que fuera y
los hiriera. Los filisteos le estaban robando el grano a los israelitas para tratar de lograr
que se rindieran debido al hambre. Ahora, David actúa para proteger a esta gente, el
pueblo de Dios, y sin embargo durante todo este tiempo continúa siendo fugitivo de Saúl.
David ahora tiene con él seiscientos hombres y con buen éxito liberta al pueblo de Keila de
los filisteos y el Señor le manda entonces a que salga de ese lugar, lo cual él obedece. Saúl

TTB Página 1 de Programa No. 0400


todavía le persigue y le han informado que David estaba en Keila. Continuemos, pues,
leyendo los versículos 6 hasta el 13 de este capítulo 23 del primer libro de Samuel:

1 Samuel 23:6-13 “. . . había escapado de Keila, y desistió de salir.”

Como usted ve, amigo oyente, Saúl continúa su campaña de odio y persecución contra
David. Y decide ir hasta Keila para darle muerte. Pero Dios libra a David y él se escapa de
Keila, lo cual hace que Saúl desista de su viaje hacia Keila. Y continuamos leyendo los
versículos 14 al 16:

1 Samuel 23:14-16 “. . . David a Hores, y fortaleció su mano en Dios.”

Fíjese usted cuán fiel y verdadero amigo es Jonatán para con David. Ahora le dice
algunas cosas para animarle. Prosigamos con los versículos 17 y 18:

1 Samuel 23:17-18 “. . . Hores, y Jonatán se volvió a su casa.”

Esencialmente, Jonatán le dice a David que Saúl sabe lo que pasará y que se está
oponiendo. Es claro que Saúl va contra la voluntad de Dios. Está en rebelión contra Dios.
Jonatán, sin embargo está dispuesto a hacer la voluntad de Dios. Las acciones de Jonatán
revelan que es un gran hombre. Su actitud nos recuerda la de Juan el Bautista, quien dijo
en cuanto al Señor Jesucristo, allá en el evangelio según San Juan, capítulo 3, versículo 30:
“Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.” Y leemos en los versículos finales, los
versículos 19 hasta el 29 de este capítulo 23 del primer libro de Samuel:

TTB Página 2 de Programa No. 0400


1 Samuel 23:19-29 “. . . y habitó en los lugares fuertes de En-gadi.”

Este capítulo concluye con los detalles en cuanto a la persecución de David por parte de
Saúl. Y veremos que también será el tema en el capítulo que sigue. Llegamos, pues, ahora
al capítulo 24. En este capítulo David corta la punta del manto de Saúl en una cueva en
En-gadi, pero le salva la vida. Muestra su inocencia con este acto. Saúl reconoce su falta y
recibe un juramento de David, que su descendencia no será exterminada. Ahora, David
salva la vida de Saúl en En-gadi porque él respeta su oficio y no al hombre, como veremos
en el versículo 6. En este capítulo continuamos viendo a David como fugitivo de Saúl. Saúl
le persigue continuamente. Creemos que este período de pruebas en la vida de David, lo
cambió de un pastorcito inocente, en un hombre robusto, el cual llegó a ser un verdadero
hombre de Dios y reinó así sobre su pueblo. Leamos, pues, los primeros dos versículos de
este capítulo 24 del primer libro de Samuel:

1 Samuel 24:1-2 las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.”

David había ido a un lugar escabroso para esconderse. Saúl seguía buscándole con un
ejército de tres mil hombres. David solo tenía seiscientos hombres. El ejército de Saúl
grandemente excedía en número al ejército de David, pero David compensó esto mediante
el uso de la estrategia. También, conocía muy bien la región y sus hombres eran robustos
de veras. Continuemos leyendo el versículo 3:

1 Samuel 24:3 “. . . estaban sentados en los rincones de la cueva.”

Saúl entró en la misma cueva donde David estaba escondido, y allí se durmió. Los
hombres de Saúl se quedaron de guardia, claro, pero estaban fuera de la cueva y no

TTB Página 3 de Programa No. 0400


adentro. Permitieron al rey estar solo a fin de que pudiera gozar de un buen sueño ligero.
De modo que, aquí tiene usted la situación: David y sus hombres y Saúl, están dentro de
una misma cueva. Los soldados de Saúl están afuera. Y veamos lo que ocurre aquí en el
versículo 4:

1 Samuel 24:4 “. . . y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.”

David, callada y cuidadosamente se acercó al rey que dormía y cortó la punta de su


manto. El versículo 5 de este primer libro de Samuel dice:

1 Samuel 24:5 “. . . porque había cortado la orilla del manto de Saúl.”

En seguida David lamentó su acción porque le causó pena. Imagínese usted lo que debe
haber pasado cuando Saúl se despertó. Se debe haber parado y debió haber descubierto
que llevaba una minifalda. Y en aquel entonces, amigo oyente, los reyes no acostumbraban
llevar minifaldas. Y el versículo 6 dice:

1 Samuel 24:6 “. . . mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.”

Lo que David está diciendo a sus hombres respeta el oficio del rey, y no necesariamente
al hombre. David respetaba el oficio del rey, aunque no al hombre.

Y permítanos interponer aquí este pensamiento. Personalmente no creemos que el


Presidente de algún país, sin tomar en cuenta cuál sea su partido político o su carácter, no
creemos que deba ser objeto de caricaturas, ni de burlas. Ahora, esto es solamente nuestra

TTB Página 4 de Programa No. 0400


opinión personal. Pero, creemos que debiéramos tener más respeto para el oficio, que el
que tenemos. Claro que todos los países tienen sus fallas, pero para los habitantes de ese
país, es un gran país, y sus oficiales deben ser respetados.

Ahora, creemos que es interesante notar que aunque David es perseguido por Saúl, no
alza la mano contra Saúl. ¿Por qué? Porque reconoce que Saúl es ungido de Dios. David
va a dejar que Dios arregle las cosas con el rey. ¡Cuán bueno sería amigo oyente, si
nosotros estuviésemos dispuestos a dejar las cosas en las manos de Dios, y permitir que el
actúe en cuanto a nuestros enemigos. Pero, por lo general queremos actuar nosotros
mismos, aun cuando sabemos que Dios puede hacerlo de una manera mucho mejor. El
apóstol Pablo en su carta a los Romanos, capítulo 12, versículo 19, nos dice: “No os
venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está:
Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” Cuando tratamos de obtener justicia con
nuestras propias manos, ya no andamos por la fe. Ya no estamos confiando en Dios. Lo
que en verdad estamos diciendo es: “Señor, no podemos confiar en que Tú vayas a actuar
en cuanto a este asunto, de la manera en que nosotros queremos que sea tratado; de modo
que vamos a resolverlo nosotros mismos.” David, sin embargo, dejará que Dios actúe en
cuanto a Saúl. David se siente mal por haber cortado la punta del manto de Saúl. Su
conciencia le perturba porque ha convertido al rey en un objeto de burla. Y observe usted
lo que hace aquí en el versículo 7 de este capítulo 24 del primer libro de Samuel:

1 Samuel 24:7 “. . . Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.”

Muchos de los hombres de David tenían en poco a Saúl, y le habrían dado muerte en un
momento; pero David no les permitió hacerlo. Y el versículo 8 dice:

TTB Página 5 de Programa No. 0400


1 Samuel 24:8 “. . . David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia.”

Fíjese usted una vez más que, aunque David no respeta a Saúl en sí, sí respeta su
posición. Avancemos con los versículos 9 y 10:

1 Samuel 24:9-10 “. . . contra mi Señor, porque es el ungido de Jehová.”

David demostró a Saúl cuando le cortó la punta de su manto, que su propósito no era
matarle. A Saúl le habían dicho equivocadamente, que David lo buscaba para matarlo;
pero esa no era la verdad. Creemos que a David le entendieron mal, y que más aún fue
difamado; y que tanto sus aparentes amigos como sus enemigos, dieron falso testimonio en
cuanto a él. Por tanto, David deja muy en claro, que no buscaba matar a Saúl. Y continúa
hablando en los versículos 11 al 15 y le dice a Saúl:

1 Samuel 24:11-15 “. . . El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano.”

Ahora, David quisiera que Saúl dejara de perseguirle, claro está. Pero, en realidad lo
que sucede es que Saúl se vuelve ahora más antagónico que nunca. Creemos que en este
tiempo, Saúl en verdad es poseído de demonios, porque este espíritu malo había venido
sobre él. Leamos los versículos 16 hasta el 19 de ese capítulo 24 del primer libro de
Samuel:

1 Samuel 24:16-19 “. . . por lo que en este día has hecho conmigo.”

¡Esta es una confesión asombrosa que sale de la boca de Saúl! Saúl reconoce que lo que

TTB Página 6 de Programa No. 0400


David ha dicho es verdad, y se siente grandemente conmovido por el hecho de que David le
salvó su vida. En el versículo 16 de este capítulo vemos que Saúl lloró. Luego Saúl
reconoció el hecho de que algún día David será rey. Leamos los versículos 20 al 22 ahora:

1 Samuel 24:20-22 “. . . David y sus hombres subieron al lugar fuerte.”

Después de terminar de hablar con David, Saúl regresó a casa; pero David y sus
hombres volvieron a su refugio. David todavía no se fía de Saúl. David se aleja aún más al
desierto para esconderse, porque sabe que vendrá el día cuando Saúl le acosará
nuevamente.

Y así concluimos nuestro estudio de este capítulo 24 del primer libro de Samuel.
Llegamos ahora al capítulo 25. En este capítulo, Samuel muere. David manda a buscar a
Nabal. Provocado por la perversidad de Nabal, David quiere matarlo. Abigail mediante su
sabiduría, pacifica a David. Nabal muere. Y Mical, es dada a Palti. En este capítulo 25,
Samuel muere en sus años de jubilación. David se encuentra con Nabal y Abigail. David se
enoja con Nabal debido a su perversidad, y es impedido del hecho imprudente de matar a
Nabal y a sus siervos, por la presencia y la diplomacia de Abigail, la bella esposa de Nabal.
Nabal muere después de pasar una noche de embriaguez, y David se casa con Abigail. Ella
ejerció una buena influencia sobre la vida de David. Comencemos, pues, leyendo el
versículo 1 de este capítulo 25 del primer libro de Samuel:

1 Samuel 25:1 “. . . y se levantó David y se fue al desierto de Parán.”

Probablemente debemos elogiar a Samuel, pero la Escritura es muy breve con respecto
a su muerte. Simplemente dice que “. . . se juntó todo Israel, y lo lloraron.” Samuel había

TTB Página 7 de Programa No. 0400


sido un gran hombre de Dios, eso es indiscutible. Era sobresaliente. Sirvió de eslabón
entre la época de los Jueces y el Reino. Fue el último juez y el primer profeta. Ahora, claro
que había algunos profetas antes de Samuel, pero Samuel representó un oficio que
prosiguió ininterrumpidamente durante todo el Antiguo Testamento, hasta la venida de
Juan el Bautista, quien representó la transición del Antiguo, al Nuevo Testamento.

Samuel fue también un móvil para el bien, y fue alguien que disuadió a Saúl,
previniendo que su amargura y odio descendieran sobre David. David en verdad seguía
alejándose más y más de Saúl porque sabía que a la hora de la muerte de Samuel, Saúl
haría todos los esfuerzos posibles para matarlo. Samuel, pues, sirvió de parachoques entre
David y Saúl. Cuando Samuel murió, David huyó una gran distancia al desierto. Huyó
más lejos de Saúl que lo que Elías jamás huyera de Jezabel. Continuemos, pues, con los
versículos 2 y 3 de este capítulo 25 del primer libro de Samuel:

1 Samuel 25:2-3 “. . . y de malas obras; y era del linaje de Caleb.”

Creo que fue Emerson quien dijo: “Ser grande, es ser mal comprendido.” Y esto
ciertamente se aplica aquí en cuanto a David. El fue grande, pero fue mal comprendido.
El mundo de hoy en día, tampoco conoce a David, y por tanto le juzga mal. Cuando el
nombre de David se menciona, en seguida uno se acuerda de sus pecados de asesinato y
adulterio. Hay quienes se preguntan: ¿Cómo es posible que David cometa tales pecados, y
la Escritura todavía diga que David era un varón conforme al corazón de Dios?” Bueno,
ya tendremos oportunidad de contestar esa pregunta. Pero en lugar de dudar la elección
de Dios, debemos investigar el carácter de David. Veremos que son solo los insignificantes
los que critican a David. El es uno de los hombres sobresalientes en las Escrituras.
Conocerlo, es amarlo. No conocemos a ningún hombre que manifieste tal nobleza de

TTB Página 8 de Programa No. 0400


carácter. Es verdad que tenía una carrera variada. Nació en Belén, hijo de campesinos.
Era hijo de Isaí, de la tribu de Judá. Se crió un pastorcito, el menor entre sus hermanos.
En su juventud parece que siempre lo pasaron por alto. Luego, un día su vida cambió.
Dios no lo había pasado por alto. Dios conocía su corazón.

Y, amigo oyente, esto nos revela que Dios no mira las apariencias. Dios conocía el
corazón de David. Fue ungido rey por Samuel, y luego, mató al gigante Goliat. También
era músico. Se le llama, “el dulce cantor de Israel,” y escribió las descripciones más bellas
que jamás se hayan escrito o cantado en lenguaje alguno. Si usted tiene alguna duda en
cuanto a eso, ¿conoce usted algo que sea más bello que el Salmo 23, por ejemplo? Más
adelante David se casó con la princesa Mical hija de Saúl. Fue también amado por
Jonatán, hijo de Saúl. Ningún hombre jamás ha tenido amigo como el que David tuvo en
Jonatán. Sin embargo, ahora vemos que David se ha convertido en un hombre forajido,
que vivía en refugios en las montañas con una banda de hombres. Más adelante veremos,
que por fin llegó a ser rey de Judá, y más tarde, el rey de todo Israel. Veremos también
que su propio hijo encabezó una rebelión contra él, y una vez más, fue obligado a huir.
Finalmente, David pudo vivir hasta cuando vio ungido como rey a su hijo Salomón. Y
aquí, amigo oyente, vamos a detenernos por hoy, porque nuestro tiempo ya ha tocado a su
fin.

TTB Página 9 de Programa No. 0400

También podría gustarte