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“Júzgame, oh Jesús, porque yo en mi integridad he andado; 

He confiado asimismo en Jesús sin


titubear.  Escudríñame, oh Jesús, y pruébame;  Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. 
Porque tu misericordia está delante de mis ojos,  y ando en tu verdad.”(Salmos 26:1-3

¿Qué significa integridad?


La palabra integridad significa el estado de una persona o cosa íntegra, entera, sin fraccionar, sin que nada
falte, sin que tenga características de más que comprometan su esencia.

Una persona íntegra es aquella que siempre hace lo correcto, que siempre hace el bien. Pero en el caso de los
creyentes, una persona íntegra no es aquella que hace lo que le parece correcto o lo que la sociedad le indica
que es lo correcto, sino que se guía por la voluntad del Señor para hacer su voluntad.

Entonces una persona íntegra para el Señores aquella que hace su perfecta voluntad, se encuentra entero
delante del Altismo, no hace lo malo. Por ejemplo cuando una persona acepta soborno deja de ser íntegra pues
acepta algo que no le corresponde por hacer algo o dejar de hacer algo que no debe. Una persona que acepta
soborno no tiene entereza moral

Jesús quiere que seamos perfectos. Para la mayoría de personas esto suena a locura, pues nadie puede ser
perfecto, pero para el Señor Jesús es posible. Él puede darnos su mente y su corazón a través del poder de su
Espíritu para acercarnos a la medida de la persona que el Eterno quiere que seamos.

Integridad de Jesús el Cristo


El Señor es íntegro, Él es perfecto en todo sentido. Sabemos que Jesús se muestra a la humanidad cuando se
manifestó en carne, siendo el todopoderoso y humano en su totalidad demostró y dio testimonio de integridad
para cada uno de los buscamos ser adoptados por él, demostró ser perfecto y tener el control de todo lo que
conocemos y experimentamos.
En Jesús no podremos encontrar nunca algo indebido, aun así nos pasemos toda nuestra vida buscándolo,
porque el Señor es perfecto. No se compone el Altísimo de una parte buena y una mala, eso ni siquiera se
puede pensar, en Él está toda la bondad, toda la belleza, todo el amor, Jesús es perfecto.

Integridad de la humanidad
El ser humano por su lado, ha sido corrompido por el pecado. El ser humano ha dividido su corazón e intenta
agradar al Creador pero también agradarse a sí mismo y agradar a los demás. Es por eso que sus acciones son
corrompidas por esa división de intenciones.
Para que el ser humano vuelva a ser integro, es necesario que sea unido de nuevo, pero ¿cómo reconstruir algo
que está roto? solo a través de Jesus podemos tener nuevamente nuestra integridad. Cristo el Señor vuelve a
unir ese corazón roto, vuelve a unir esa mente compartida con el pecado, Jesús vuelve a hacernos uno con Él.

El diseño original del creador es que el ser humano sea su hijo, con quien pueda hablar libremente, con quien
pueda darle de su gloria para protegerlo, para bendecirlo y para que fuéramos adoradores de nuestro Padre
eterno. Sin embargo, con la llegada del pecado el hombre conoció el mal y se inclinó a hacer lo malo. Pero en
el plan del Eterno ha estado el restaurar nuestra vida, hacernos nacer de nuevo para que un día seamos de la
manera que el Creador desde un inicio planeó.

Servir con integridad nuestro Padre


Celestial.
Ahora que hemos conocido al Señor., Él pide que le sirvamos con integridad. Jesús no quiere que nuestro
corazón esté compartido con alguien más. Jesús dijo, que no podemos servir a dos señores pues amará a uno y
aborrecerá al otro, Debemos ser íntegros y amar al Señor sobre cualquier otra cosa.
Es muy fácil escribir, leer o decir estas palabras, pero cumplirlas es una cosa diferente. Es necesario que todo
nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo hagan la voluntad de nuestro Padre. Nuestra mente, nuestro cuerpo están
corrompidos por los afanes de la vida, la turbulencia de la sociedad, el asedio del pecado. Es necesaria una
restauración completa, por eso vino nuestro Señor Jesucristo a este mundo y derramó su preciosa sangre para
que por medio de ella tuviéramos vida eterna.

Ahora debemos servir a nuestro Padre con integridad, para eso contamos con la ayuda de su Espíritu Santo,
quien nos lleva hacia todo lo que es de Jesús, nos conduce por las sendas de justicia donde Él está. Con su
poder podemos vencer la tentación y mantenernos íntegros delante de su presencia. Así podemos decir estas
palabras escritas por el salmista y pedirle al Creador que nos escudriñe, que busque en lo profundo de nuestro
ser cuáles son nuestras intenciones y pensamientos, porque solo en Jesus queremos andar.

Decisión total
Debemos pedirle al Señor que nos limpie de toda maldad y que tenga misericordia de nuestra vida, porque
somos débiles. Pero Él puede fortalecernos, nuestro Padre puede perdonar nuestros errores cuando estos son
por debilidad, sin meditar en ello. Jesús el cristo es nuestro abogado delante del Padre y podemos correr a sus
pies y confesar nuestros pecados y recibir el perdón del Altisimo cuando derramamos nuestro ser delante de
Él.
Pero nuestra decisión debe ser completa, no podemos intentar engañar al Eterno Jesús, no podemos pretender
servir al Creador a medias, simplemente debemos entregar todo nuestro ser a los pies del Señor. Ninguna
reserva debemos tener ante El , no debemos reservar nuestro corazón y compartirlo con el Señor y algo más,
nuestro Padre quiere todo nuestro corazón, toda nuestra fe, toda nuestra voluntad rendida ante Él. Cuando nos
rindamos por completo, entonces nuestro Padre Celestial de la misma manera derramará todas sus
bendiciones sobre sus hijos amados.

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