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Versión: 1.2
Agosto 2019
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RAZONES DEL BAUTISMO
El bautismo en agua simboliza la confianza total del creyente y su plena dependencia en el Señor Jesucristo, así
como un compromiso para vivir en obediencia a Él. También expresa la unidad con todos los santos (Efesios
2:19), es decir, con cada persona en cada nación de la tierra, que es miembro del cuerpo de Cristo (Gálatas 3:27-
28). El bautismo en agua expresa esto y más, aunque el agua no es lo que nos salva. Por el contrario, somos
salvos por gracia mediante la fe, no por obras (Efesios 2:8-9). Somos bautizados porque nuestro Señor lo
ordenó: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19).
El bautismo en agua es para los creyentes. Antes de ser bautizados, tenemos que creer que somos pecadores y
que necesitamos de la salvación (Romanos 3:23). También debemos creer que Cristo murió en la cruz para
pagar por nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó para asegurar nuestro lugar en el cielo (1 Corintios
15:1-4). Cuando nos volvemos a Jesús, pidiéndole que perdone nuestros pecados y que sea nuestro Señor y
Salvador, nacemos de nuevo por el poder del Espíritu Santo. Nuestra salvación eterna está garantizada, y
comenzamos a morir a nosotros mismos y a vivir para Cristo (1 Pedro 1:3-5). En ese momento y de acuerdo a
las Escrituras, estamos preparados para ser bautizados.
El bautismo en agua es una hermosa imagen de lo que nuestro Señor ha hecho por nosotros. Puesto que estamos
completamente sumergidos en el agua, se simbolizan la sepultura con nuestro Señor; somos bautizados en Su
muerte en la cruz y ya no somos esclavos de nuestra naturaleza o nuestro pecado (Romanos 6:3-7). Cuando
salimos del agua, somos resucitados simbólicamente, levantados a una nueva vida en Cristo para estar con Él
para siempre, nacidos en la familia de nuestro amoroso Dios (Romanos 8:16). El bautismo en agua ilustra
también la limpieza espiritual que experimentamos cuando somos salvos; así como el agua limpia la carne, de
igual manera el Espíritu Santo purifica nuestros corazones cuando confiamos en Cristo.
El hecho de que el bautismo en agua no es un prerrequisito para la salvación, se aprecia de mejor manera en el
ejemplo de un hombre que fue salvo y que no fue bautizado en agua, como es el caso del criminal en la cruz
(Lucas 23:39-43). Este confeso pecador reconoció a Jesús como su Señor, mientras moría en una cruz junto a
Él. El ladrón pidió salvación y sus pecados fueron perdonados. A pesar de que nunca experimentó el bautismo
en agua, en ese momento el ladrón fue bautizado espiritualmente en la muerte de Cristo, y luego fue resucitado
a la vida eterna por el poder de la Palabra de Cristo (Hebreos 1:3).
Los cristianos deben ser bautizados como resultado de la obediencia y por amor a nuestro Señor Jesucristo
(Juan 14:15). El bautismo en agua por inmersión, es el método bíblico del bautismo por causa de su
representación simbólica de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo.
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LA IGLESIA CRISTIANA LOCAL
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¿ A QUE SE LLAMA IGLESIA CRISTIANA LOCAL? Se llama así al conjunto de personas creyentes en
Jesucristo que se unen de común acuerdo con el propósito de exaltar y adorar a Dios en determinado lugar o
edificio donde existe un pueblo o comunidad. El termino Iglesia viene del verbo griego similar al verbo
castellano “llamar, convocar” por lo que el sinónimo de Iglesia sería muy atinado se la llamamos asambleas o
reunión de un pueblo llamado y convocado con un fin. Mateo 28:18-20; hechos 8:1; 9:31; 15:4. Cuando una
Asamblea Cristiana Local se organiza lo hace con tres objetivos principales:
A. ADORAR A DIOS EN ESPIRITU Y EN VERDAD. Juan 4:20-24; Salmos 117; Colosenses 3:16; Mateo
9:10; Hebreos 13:15
El verbo “adorar” en el Antiguo Testamento significa doblegarse o inclinarse, hacer reverencia; en este
caso a Dios. El creyente adora a Dios cuando escucha la Palabra de Dios, cuando canta alabanzas a Dios y
cuando obedece los mandatos del Señor.
Otros aspecto importante es que cuando un grupo de creyentes se constituyen en Iglesia local deben cumplir tres
requisitos:
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LA INSPIRACION DE LAS SAGRADAS
ESCRITURAS
A. DEFINICION: LA BIBLIA
La Santa Biblia es llamada la Palabra inspirada por Dios, la revelación de Dios al hombre, la regla infalible de
fe y conducta; superior a la conciencia, mas no contraria a la razón (2 Ti. 3:15-17).
B. ORIGEN E INSPIRACION
1. Fue dada por hombres santos de Dios, inspirada por el Espíritu Santo (2 P. 1:20-21; Ex. 4:10-15; Dt. 4:2;
Jer. 1:9).
2. La expresión “Y dijo Dios...”, se encuentra más de 2.600 veces en el Antiguo Testamento.
3. El Nuevo Testamento enseña que las Sagradas Escrituras fueron dadas por el Espíritu Santo (1 P. 1:10-11;
Hch. 1:16; 28:25).
E. DE SU ORIGEN DIVINO
1. Fue escrita por hombres cuya honestidad e integridad no puede ser puesta en duda.
2. Contiene la revelación más sublime de Dios que el hombre jamás haya conocido.
3. Proporciona luz salvadora a naciones e individuos, conduciéndolos a Dios y transformando su vida y su
carácter.
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4. No contiene absurdos como los que abundan en otros libros que se llaman sagrados (2 P. 1:16)
5. Sus 66 libros fueron escritos por cuarenta diferentes autores, en un período de 1.600 años. Trata de diversos
asuntos y sin embargo, mantiene una unidad de tema, que se explica solamente admitiendo que la Escritura
fue dirigida por la mente redactora de Dios (2 P. 1:21)
6. Su circulación es extraordinaria. Ha sido traducida a centenares de idiomas y es leída en la mayor parte de
los pueblos del mundo.
7. Es uno de los más antiguos libros del mundo, y sin embargo, es el más moderno.
8. Frente a la persecución y a la oposición de la ciencia, su preservación ha sido extraordinariamente
maravillosa.
9. Muchas profecías han sido cumplidas; con relación a nuestro Señor Jesucristo; más de 300 profecías se han
cumplido.
10. En fin, la Biblia nos habla en un tono que nos hace sentir que procede de Dios.
1. Jesús ordenó a sus discípulos doctrinar y enseñar en todo el mundo (Mt. 28:19-20; Mr. 16:15).
2. Los apóstoles enseñaban las doctrinas del Evangelio a los inconversos y a los recién convertidos (Hch. 2:40-
42).
3. El apóstol Pablo enseñó por dos años en la escuela de Tirano en Efeso (Hch. 19:9-10).
4. Timoteo recibió orden de instruir a hombres aptos para enseñar a otros (2 Ti. 2:2).
1. Una base firme para la fe y conducta, y el esfuerzo en servir a Dios (2 Ti. 3:16-17).
2. La continua presencia de Cristo, quien confirmará la palabra con las señales prometidas (Mt. 28:20; Mr.
16:20).
3. El amor de Cristo (Jn. 14:23).
4. La verdadera libertad espiritual (Jn. 8:23; Ro. 8:1).
Nota: Hay “libertad carnal” y “libertad espiritual”. La primera es la que no se sujeta a la Palabra de Dios ( Ro.
8:7). La segunda, la libertad espiritual, consiste en la sumisa obediencia a la Palabra de Dios (Sal. 119:45; Stg.
1:25).
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LA IGLESIA DE CRISTO
A. LA IGLESIA DE CRISTO ES UN PUEBLO
La condición primordial para pertenecer ala Iglesia de Cristo es la “REGENERACION” (Jn. 3:3-5)
La regeneración necesita tres pasos:
1. Fe en Jesucristo y en los méritos de Su sangre que limpia de todo pecado (Jn. 14:6; 3:16; Hch. 16:31; Ef.
1:7; 1 Jn. 1:7,9)
2. Un verdadero arrepentimiento (Hch. 2:38; Mt. 9:13). Este arrepentimiento consiste en la confesión de los
pecados a Dios; (1 Jn. 1:10), y en el firme propósito de abandonarlos (Jn. 8:11; 5:14; Pr. 28:13).
3. Confesión pública de fe en Jesús (Ro. 10:9-10; Mr. 8:38).
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EL SOSTEN FINANCIERO PARA LA OBRA DEL
SEÑ OR
El sostén financiero de la iglesia debe ser provisto por los mismos miembros de ella. Esto es natural, porque son
ellos los que tienen mayor interés en que la iglesia cumpla con su misión en la tierra (1 P. 2:9-10). La porción
básica que cada miembro debe consagrar y entregar para la obra de Dios, es la décima parte de todas sus
ganancias “El diezmo”. Las ofrendas que se dan, son aparte de los diezmos.
A. ¿QUÉ ES EL DIEZMO?
Es el diez por ciento de todo lo que ganamos, es la décima parte de todas nuestras entradas. Es necesario aclarar
que el diezmo, no es la décima parte de lo que nos queda después de haber pagado las deudas y gastos
generales. Tampoco es el último diez por ciento de las entradas. Debemos separar el diez por ciento para Dios,
antes de atender todas nuestras obligaciones. A veces, cuando hay una crisis económica, el diablo sugiere que
esperemos a que mejore la situación para poder diezmar. Parece una sugerencia aceptable cuando no hay para
pagar el alquiler, los servicios públicos, los impuestos y otros gastos que demanda la familia. Pero si se le hace
caso al tentador, en la hora difícil, se aumentarán las dificultades. Es mejor escuchar al Señor: “ ...pero vuestro
Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. (Mt. 6:32-33).
“Y el diezmo de la tierra así de la simiente de la tierra como el fruto de los árboles de Jehová es. Es cosa
dedicada (santa) a Jehová”. (Lv. 27:30)
La consagración de los diezmos para el servicio de Dios en la tierra ha sido practicado por los fieles varones de
Dios, en los tres períodos principales cubiertos por la historia bíblica. El período de los Patriarcas; el período de
la ley de Moisés y el período de la Iglesia Apostólica.
1. Los patriarcas, siglos antes de que Moisés recibiera la ley, pagaban los diezmos para sostener el culto de
Jehová, Abraham lo hizo (Gn. 14:18-20; He. 7:3; Gn. 28:20).
2. Esta misma práctica se encuentra establecida por fuerza de ley (mandato) en el culto judaico (Lv. 27:30-34),
y era de tal importancia que Dios pronuncia bendición por su fiel cumplimiento y maldición por faltar a él
(Mal. 3: 8-10).
3. Pero alguien dirá: La Iglesia cristiana no está sujeta a la ley de Moisés (Lc. 16:16; Ro. 6:14). Pero a Pablo
este estricto cumplimiento de la ley de diezmos practicados por los israelitas, le sirve como una ilustración
para enseñar a los creyentes de la Iglesia cristiana cómo sostener la obra de Dios (N. 18:21; 1 co. 9:13-14).
Es claro que el mis∏mo método practicado para sostener el culto cristiano judaico, es el que se empleó para
sostener el culto cristiano de la Iglesia Apostólica. Nótese las palabras del versículo 14, “así también
ordenó el Señor”. “Así también” quiere decir “De la misma manera”.
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Es muy importante fijarse en la diferencia entre el sistema de diezmar practicado por los israelitas y la Iglesia
cristiana. Los israelitas lo hacen por la fuerza de la ley mientras que los creyentes en Jesucristo lo hacemos por
el impulso de la gracia de Dios en el corazón (2 co. 9_7-8). La ley de recompensa que rige esta “Traed los
diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa ...” (Mal. 3:10). En el Antiguo Testamento los israelitas llevaban
sus diezmos al alfolí (almacén comunal) donde ellos recibían sus alimentos. Hoy día el alfolí corresponde a la
iglesia local, lugar donde el cristiano recibe su alimento espiritual. El cristiano no debe tomar la decisión de
repartir su diezmo, pues no le pertenece, es del Señor. Esta responsabilidad corresponde a los líderes de la
Iglesia puestos por El. Esto hay que hacerlo con alegría y gozo de corazón (Dt. 28:47).
C. ¿QUÉ PROMETE DIOS A LOS QUE SON FIELES CON SUS DIEZMOS?
PROTECCION: Alrededor nuestro, existen cosas que atentan contra nosotros, en el trabajo o en nuestro
bienes; tratando de destruir las bendiciones, que sobre nosotros son derramadas abundantemente, pero contra
esto dice el Señor: “Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni
vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos” (Mal. 3:11).
No importa cómo ande el mundo, si nosotros somos fieles con el Señor, El jamás nos fallará, y sus bendiciones
serán tan notorias que los inconversos las verán y seremos un pueblo deseable. Van a querer saber el secreto de
nuestra prosperidad, el cual Salomón describió según su propia experiencia así: “Honra a Jehová con tus bienes
y con las primicias de todos tus frutos, y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de
mosto” (Pr. 3:9-10)
No se necesita dinero para comprar la salvación de las almas, ni para pagar a Dios por las bendiciones
espirituales que de El provienen (Is. 55:1-2; Mt. 10:8). Pero sí se necesita para sufragar los gastos que ocasiona
el ministerio y el avance de la Iglesia por toda la tierra.
1. Los diezmos y las ofrendas deben ser contadas por dos miembros de la Junta Administrativa de la iglesia y
registrados en los libros de contabilidad con toda exactitud.
2. Toda salida de dineros que sea mayor de la suma establecida anticipadamente se hará bajo previa
aprobación de la Junta Administrativa e igualmente registradas en los libros con exactitud.
3. Por acuerdo de la Asamblea General el pastor recibirá sus sostén y será el 85% del ingreso total del mes
hasta C100.000 (cien mil colones exactos). Si este ingreso excede ese monto, se acordará en reunión de la
Junta Administrativa el monto a pagar, pero nunca menos del porcentaje de los cien mil colones.
4. El Tesorero presentará un reporte del Estado de Cuentas a la Junta Administrativa, cada mes, incluyendo los
detalles de entradas y salidas y un reporte general por escrito a la Iglesia, que puede ser puesto en un lugar
visible.
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EL UNICO DIOS VERDADERO MANIFESTADO
EN LA TRINIDAD
La existencia del Unico Dios verdadero manifestado en la Trinidad, está bien definida por las Sagradas
Escrituras. A pesar de que no se menciona con ese nombre, estas revelan que Dios co – existe en las tres
personas de: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Iglesia confronta las siguientes dos verdades:
Que el Padre es Dios, que el Hijo es Dios, y que el Espíritu Santo es Dios; y sin embargo, no son tres Dioses,
sino una sola Deidad (1 Jn. 5:7)
B. ESTAS TRES PERSONAS NO SON TRES ASPECTOS DE LA DEIDAD, SINO UNA DISTINCION
REAL Y MISTERIOSA DE LA TRIPERSONALIDAD DE DIOS
En los siguientes versículos del Antiguo Testamento se insinúa que la Deidad está compuesta por más de una
persona.
1. En Génesis 1:26, tenemos las palabras en plural HAGAMOS al hombre, conforme a NUESTRA semejanza.
Que insinúan la Trinidad.
2. En Isaías 63:16 y Malaquías 2:10 (Padre), Salmo 2:7,12 e Isaías 63:10 se menciona separadamente al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo.
1. La salvación se efectúa:
1) Por fe en la Palabra de Dios (Jn. 1:11-13; 1 P. 1:23)
2) Por fe en la sangre de Cristo (1 P. 18-19)
3) Por arrepentimiento del pecado (Hch. 2:38)
2. Dios da salvación únicamente por Jesucristo. Jesucristo es el único Salvador (Hch. 4:10,12; 16:30-31).
Cristo es el único mediador (1 Ti. 2:5).
3. No hay salvación por ningún otro medio o persona.
NO por obras de la Ley de Moisés (Ro. 3:20-22). NO por lo ídolos ni por las imágenes (Ex. 20:4-5; Is. 44:9-
18). NO por María, la madre terrenal de Jesucristo (Hch. 4:12; Lc. 1:46-48). Ella también necesitó de un
salvador y reconocía al Señor como superior. Véase Juan 2:5.
B. DIOS JEHOVA ES SANTO Y REQUIERE QUE SUS HIJOS SEAN SANTOS (1 P. 1:15-16; He.
12:14)
1. Santidad significa:
1) Limpio de toda inmundicia (2 Cr. 29:5,15)
2) Apartado de todo pecado (1 Tes. 4:3; 2 Co. 6:17)
3) Separado y consagrado a Dios (Nm. 8:17)
2. La santidad es otorgada:
1) Por la fe en la sangre de Jesucristo (He. 10:10,29)
2) Por la fe en la Palabra de Dios (Jn. 17:17; Ef. 5:26)
3) Por la obra del Espíritu Santo en el corazón y en la vida (1 P. 1:2; Ga. 5:16-25)
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LA ORACION
A. LA ORACION ES UN MANDAMIENTO:
Velad y orad; dice la Biblia por medio de nuestro Señor Jesucristo (Mt. 26:41; Mr. 14:38; Lc. 22:40)
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LA PROMESA DEL PADRE
El bautismo en el Espíritu Santo es una promesa bien definida por nuestro Señor Jesucristo y es para todos los
que creen en El (Lucas 24:29).
A. El bautismo en el Espíritu Santo no sólo fue para los apóstoles en el día de Pentecostés, sino también para
toda persona que abra su corazón al Señor (Hechos 2:38-39)). Cada creyente en Jesucristo, debe buscar y
esperar con fe hasta recibir la prometida bendición (Lucas 24:49; Hechos 1:4-5).
B. El bautismo en el Espíritu Santo será dado, a todo aquel que reconociendo a Dios como su Padre, se lo pide
(Lucas 11:11-13). Pero además de ser “Hijo” (Juan 1:12) y “Pedirlo”, es necesario un requisito muy
importante: la “Obediencia” (Hechos 5:32). Si usted cumple lo anterior; es un vaso limpio que el Espíritu
Santo quiere llenar.
C. El bautismo en el Espíritu Santo se identifica por la señal inicial de hablar en lenguas extrañas como el
Espíritu Santo da poder para expresarse (Hechos 2:4; 10:44-46).
D. El bautismo en el Espíritu Santo da poder para ser fiel testigo del Señor (Hechos 1:8; 4:31).
E. El bautismo en el Espíritu Santo produce los frutos espirituales, desarrolla los dones, e imparte poder para
ganar almas para Cristo (marcos 16:20).
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EL FUTURO
Los cristianos de todos los tiempos, han basado su fe y esperanza en la Vida Eterna, la cual Dios promete a los
que le siguen (Tito 3:7), así también los que no le siguen tendrán una eternidad, pero muy diferente a la nuestra.
Los eventos del futuro tienen un orden, el cual se irá cumpliendo, en la misma forma que día a día vemos
cumplirse todas las profecías dadas por Dios.
A. EL RAPTO DE LA IGLESIA
1. ¿Qué es el rapto?
Es el arrebatamiento de los santos, hombres y mujeres redimidos por la sangre de Cristo, quienes han
esperado con fe esta gloriosa promesa, para ser trasladados de esta tierra a los cielos.
B. EL ADVENIMIENTO DE CRISTO
La segunda venida de Cristo, es parte de la profecía bíblica (Tito 2:13). Este extraordinario evento será visible a
todo el mundo (Apocalipsis 1:7).
1. ¿Cuándo sucederá?
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Al cumplirse los siete años de la Gran Tribulación, cuando la nación de Israel esté en terrible angustia,
descenderá el Señor para salvar a Su pueblo, Israel (Apocalipsis 19:11-16). En esta ocasión, la Iglesia que
fue arrebatada, siete años atrás, vendrá glorificada, como esposa del Cordero para reinar con Jesús.
Una vez efectuado este juicio, descenderá del cielo la nueva Jerusalén, la Santa Ciudad, que será la habitación
eterna de los redimidos (Apocalipsis 21:1-3). En resumen, diremos que el hombre tiene dos alternativas para
escoger donde pasar la eternidad: La Vida eterna o la Condenación eterna, la primera en la Nueva Jerusalén y la
segunda en el Lago de Fuego.
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LOS SACRAMENTOS
1. Es un tipo de la muerte del “hombre viejo” y la resurrección del “hombre nuevo” para andar en “vida
nueva” (Romanos 6:4-6; Efesios 4:22-24).
2. Se requiere un testimonio de fe, claro y sincero en el Señor Jesucristo por parte del candidato a ser bautizado
(Hechos 8:26-38; Colosenses 2:12).
Nota: El inciso 2 explica por qué no se puede practicar este sacramento en un niño recién nacido. El no
podría dar un claro testimonio de su fe en Jesucristo.
3. El bautismo se hace en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en obediencia al mandato del
Señor (Mateo 3:13-17; 28:19).
4. La palabra “bautizar”, en las escrituras originales significa “inmersión” o “zambullir” y no meramente
“rociar”. Esto concuerda con la enseñanza de Romanos 6:3-4.
B. LA SANTA CENA
Este sacramento fue instituido por el Señor, quien ordenó que se practicase hasta su segunda venida (Mateo
26:26-30; 1 Corintios 11:23-31).
3. Es el privilegio y el deber de todo creyente tomar parte en la Santa Cena, porque es el símbolo de la
participación de la naturaleza divina de Cristo (Juan 6:53-56; 2 Pedro 1:4).
4. Es requerido que el participante se examine primero a sí mismo, para no tomar parte en estado indigno (1
Corintios 11:28).
Nota: El creyente que se juzgue indigno de participar de la Santa Cena, antes de evitar el hacerlo, debe buscar
el perdón del Señor y renovar su consagración para así tomarla con toda la Iglesia. De esta forma la Santa Cena
cumple, la función de levantar y mantener en alto el nivel espiritual de la Iglesia.
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LAS CEREMONIAS
Las ceremonias son tres: Presentación de Niños al Señor; la Solemnización del Matrimonio y la Sepultura de los
Muertos.
1. En esta ceremonia, los padres evangélicos traen sus niños recién nacidos a la Iglesia para presentarlos al
Señor en un acto de gratitud y consagración. Esto se hace por dos motivos:
a. Los padres manifiestan el deseo de que sus hijos crezcan bajo la instrucción cristiana para que al llegar a
la edad adecuada se entreguen al Señor.
b. Los padres harán solemne voto de mantener sus vidas en una alta norma de fidelidad al Señor para ser
un ejemplo a sus niños.
2. Jesús concedió el hermoso privilegio de presentar a los niños a El cuando dijo: “dejad a los niños venir a
mí” (Marcos 1:13-16).
a. Los niños son una bendición del Señor (Salmo 127:3)
b. Ellos son bendecidos por el Señor cuando son dedicados a El (1 Samuel 1:27-28)
3. Es del todo honroso y constituye una bendición cuando es contraído sinceramente (Hebreos 13:4;
Proverbios 18:22)
4. La costumbre cristiana de solemnizar la unión en un culto a Dios, hace que se reconozca a Dios como dueño
del nuevo hogar, que será establecido e indica que desean su divina bendición.
Nota: La unión ilícita de las personas ha sido la causa del asombroso corrompimiento social. Por lo tanto, todo
cristiano verdadero debe acatar y apreciar el sagrado deber del matrimonio. Nosotros en nuestra Iglesia
solemnizamos los matrimonios que hayan sido legalizados por las respectivas autoridades civiles, siempre que
dichos matrimonios hayan sido contraídos en conformidad con lo ordenado por Dios en las Sagradas Escrituras
(Mateo 5:31-32).
C. LA SEPULTURA DE LOS MUERTOS
En la sepultura de los muertos, los creyentes y amigos acompañarán a los dolientes en un culto en que la nota
principal será: CONSOLACION Y ESPERANZA. Después les acompañarán al cementerio, donde el pastor
tomará la dirección en la ceremonia de la sepultura.
Si bien es cierto, que cuando muere un creyente, este pasa a un mejor lugar delante del Señor, y esto es motivo
de gran regocijo; debemos mantener una actitud reverente, para con la familia del fallecido.
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LAS CUATRO VERDADES FUNDAMENTALES
DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
Dos años después de la fundación de la iglesia, los pioneros de las Asambleas de Dios adoptaron dieciséis
creencias para la Fraternidad, que continúan prácticamente inalterables.
Cuatro de esas creencias se consideran las creencias fundamentales de la Fraternidad. Pudiéramos oír que se
mencionan como nuestras doctrinas fundamentales. Ellas impregnan toda la enseñanza, la música, la
predicación, los análisis... todo lo que hacemos. El mensaje de la Iglesia gira en torno a esas cuatro creencias
definitorias.
La salvación es la liberación de la muerte espiritual y de la esclavitud del pecado. Dios da salvación a todo el
que cree en Él y acepta su oferta gratuita de perdón. La única esperanza de redención de la humanidad del
estado caído de pecado es mediante la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios—sangre que fue derramada al morir
Jesús en la cruz. [El relato de la crucifixión es hecho por cuatro de sus contemporáneos: Mateo (capítulo 27),
Marcos (capítulo 15), Lucas (capítulo 23), y Juan (capítulo 19).] (Lucas 24:47; Juan 3:3,16,17; Romanos 8:16;
10:13-15; Efesios 2:8,9; 4:24; Tito 2:11-12; 3:5-7)
La Sanidad Divina
La sanidad divina es una parte integral del evangelio. La liberación de la enfermedad fue provista en la
expiación, y es el privilegio de todos los creyentes. (Isaías 53:4,5; Mateo 8:16,17; Santiago 5:14-16)
Todos los cristianos que han fallecido un día se levantarán de sus tumbas y se reunirán con el Señor en el aire.
Los cristianos que no hayan muerto serán arrebatados junto con aquellos para estar con el Señor. Entonces los
cristianos de todas las edades vivirán para siempre con el Señor. La verdad bíblica del inminente regreso del
Señor es "la esperanza bienaventurada". (Romanos 8:23; 1 Corintios 15:51-52; 1 Tesalonicenses 4:16-17; Tito
2:13)
19
EL SERVICIO CRISTIANO.
Como miembros del Reino de Dios es nuestro deber y llamado el servir a otros:
Mateo 20:25-28
Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se
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enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.
Más entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será
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vuestro servidor,
27
y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;
como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
28
Jesús vino a esta tierra a servir, y mostro que en el reino de los cielos no aplica como en la tierra, si no lo
contrario, nuestra vocación debe ser de servicio, constante e incondicional sin buscar engrandecernos.
Como miembros de un solo cuerpo somos todos diferentes y las formas de servir son variadas (I Cor 12), es de
suma importancia en la Iglesia actual hacer énfasis en el servicio fuera de ella, actualmente muchas
congregaciones y servidores se han refugiado en el servicio interno, mismo que es beneficioso sin embargo el
llamado de nuestro Señor también es hacia afuera ” pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Hechos 1:8.
Jesús converso con sus discípulos sobre el trabajo a realizar al tratar el tema de que “La mies es mucha”
35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y
predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos.
38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. Mat 9:35-38.
Por tales razones es que en el CC Renacer estamos buscando formar servidores hacia afuera como uno de
nuestros Pilares para alcanzar el éxito hemos establecido:
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