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La conflictiva relación entre Educación y Estado: un problema para el

ejercicio docente en Chile.

Pamela Soto García.

Resumen: Este texto pretende evidenciar la necesidad de incluir en la etapa inicial de


formación docente, una fuerte reflexión filosófica sobre las implicancias políticas, sociales
e individuales del conflicto entre Estado y Educación, que se origina en Chile a partir de
las modernizaciones que impulsa la dictadura militar de Augusto Pinochet en la década de
los ochenta.
Esta reflexión filosófica permitirá a los futuros docentes plantearse una nueva
relación entre Estado y Educación cuya principal característica será la construcción de
sentido para la Educación.

Palabras Claves: Estado, Educación, Conflicto y Humanización.

Las políticas educacionales impuestas en Chile a partir de las modernizaciones del


Estado que implementa la dictadura militar de Augusto Pinochet en los años 80, generan
un quiebre radical en la organización y ejercicio de la educación en Chile, debido que a
partir de estas reformas el rol de Estado chileno sólo tendrá un carácter subsidiario en el
financiamiento educacional. Esta nueva mirada sobre el rol del Estado va en directo
detrimento de la educación pública, debido a que la consigna que se establece a partir de
ese momento, es que el Estado como propietario de instituciones educacionales, sólo se
justifica si tiene la capacidad de producir educación de mejor calidad y a más bajo costo
que el sector privado. De lo contrario, se considerará que se está haciendo un uso
ineficiente de los recursos del país.

Este conflicto entre Estado y Educación continúa aún en la actualidad, debido a


que la reforma educacional de los años noventa impulsada por Eduardo Frei Ruiz-Tagle,
presidente de la República y representante de la Concertación de Partidos Oficialistas del
país, busca generar un mayor control del Estado en el proceso educativo, a través del
establecimiento de un currículum mínimo obligatorio, objetivos fundamentales
transversales, perfeccionamiento docente, etc, sin embargo, no contempla esta reforma
ninguna modificación de fondo al modelo heredado de la dictadura, porque el Estado
continua manteniendo un rol subsidiario con la Educación.

Durante el Gobierno de Michelle Bachelet, y sólo a partir de extensas movilización


de estudiantes secundarios, que buscaban asegurar una educación pública gratuita y de
calidad, es que el gobierno de la presidenta inicia uno de los cambios más importantes en
la educación chilena desde la dictadura militar, pues a partir de estas movilizaciones
estudiantiles se logra derogar la LOCE1 y se inicia la construcción de la nueva ley general
de educación (LGE)2. la que se encuentra aún en proceso de discusión en el parlamento,
sin embargo, ya es público que esta no contempla modificación en el rol del Estado en la
educación, y asegura el fin de lucro para los privados que participan de las tareas de
educación. Cabe destacar en Chile sólo el 48% de la educación pertenece a la
administración pública.

Esta crisis producto del financiamiento de la educación chilena hace necesario que
la formación de los nuevos docentes incluya, no sólo el conocimiento de las nuevas
políticas educacionales, cursos de psicología del desarrollo, metodología o didáctica, sino
que debe incluir una sólida formación en el área filosófica, que les permita a los futuros
docentes comprender la importancia del carácter político que se juega en la educación,
porque, el Estado posee un rol capital en la satisfacción de las necesidades de sus
ciudadanos, y la educación pública bajo esta mirada se erige como el primer eslabón que
posibilita dicha satisfacción o bienestar social. De ahí, la necesidad que el Estado vuelva
a garantizar un compromiso real y efectivo con la Educación.

Comprender y defender la relación de reciprocidad existente entre Educación y


Estado debe ser uno de los principales objetivos del trabajo en la formación docente en
Chile, pues sólo a partir de esta reflexión será posible volver a establecer la
1
LOCE, Ley orgánica constitucional de educación. Esta ley se aprobó el día antes del reinicio de la
democracia en Chile, y se le atribuye a esta ley el desmantelamiento de la educación pública en el
país, pues a través de ella se consolida el rol del Estado como subsidiario en la educación.
2
“El proyecto presenta insuficiencias importantes. La más significativa es que si bien establece que
el Estado “debe financiar un sistema gratuito y asegurar el acceso a ella de toda la población” y
actualmente sólo la educación municipal es gratuita, no explicita claramente que la reconstrucción
y desarrollo del sistema nacional de educación pública constituye la forma principal en que el
Estado garantiza una educación de calidad en condiciones de calidad y gratuidad. No es
casualidad que en los países de la OECD, los establecimientos donde estudia el 80% del
alumnado, y más del 90% del financiamiento , son públicos, mientras en Chile hoy son privados al
menos la mitad”. Riesco, M. Se derrumba un mito. Chile reforma sus sistemas privatizados de
educación y previsión, Editorial LOM, Santiago de Chile, 2007, p.
responsabilidad que tiene el Estado en la formación de sus ciudadanos, y con ello, la
recuperación del sentido de la educación.

Cuando hago referencia al sentido no es la finalidad de la educación, sino más


bien a proporcionar a la educación un componente de humanización, donde lo
procedimental no termine por asfixiar la enseñanza, ni el aprendizaje, esto consiste en
rescatar a la educación de su función económica y/o asistencialista que las políticas
educacionales en la actualidad le han entregado, y dirigir la educación hacia el carácter
personal de lo humano, desde lo individual y colectivo.

Esta idea de humanización que debe perseguir la educación se encuentra


expresada con suma claridad en el texto de Adorno La educación después de Auschwitz.
En esta obra el autor señala cuál es la función de que debe cumplir la educación, pues
parece que esta razón instrumental de la que ha dado cuenta en otras de sus obras junto
a Horkheimer, ha dominado el mundo occidental y con ello la educación que en él se
imparta. “Cualquier debate sobre ideales de educación es vano e indiferente en
comparación con este: que Auschwitz no se repita”3.

De este modo es posible establecer que la primera preocupación que debiese


existir en la formación de nuevos docentes es la reflexión sobre aquello que puede ser
denominado como la falta de humanización en la educación, la que en el caso de Chile se
ve agravada debido a que un alto porcentaje se encuentra en manos privadas, donde el
fin de lucro es parte de aquello que la ley ampara, desde esta perspectiva son nuestros
docentes, más que el Estado, en la actualidad, quienes podrán darle una perspectiva
humana al trabajo educativo, de ahí que una formación filosófica fuerte en esta área es lo
único que puede impedir que la educación no se frivolice.

La tesis que me gustaría discutir con Ud es que hoy la tarea más urgente de toda
la educación debe ser cifrada en la superación de la barbarie. El problema que irrumpe
ahí es si en la barbarie puede ser cambiado algo decisivo mediante la educación. Al
hablar de barbarie estoy pensando en algo muy simple, en el hecho, concretamente, de
que en el estado de civilización técnica altamente desarrollada, los seres humanos han
quedado de un modo curiosamente informe detrás de su propia civilización. Y no sólo en
sentido de que una abrumadora mayoría no haya conseguido la conformación que le
corresponde al concepto de civilización, sino en el de que están poseídos por una

3
Adorno, T. Consignas, Editorial Amorrortu, Buenos Aires , 1993. Texto La educación después de Auschwitz.
voluntad de agresión primitiva, por un odio primitivo o, como suele decirse de modo más
culto, por un impulso destructivo que contribuye a aumentar todavía más el peligro de que
toda civilización salte por los aires, algo a lo que, por lo demás, ya tiende por sí misma.
Impedir esto me parece algo a lo que, por lo demás, ya tiende por sí misma. Impedir esto
es algo tan urgente que subordinaría a ello los restantes ideales específicos de la
4
educación .

Esta falta de humanización o frivolización de la educación corresponde a lo que el


autor denomina como barbarie, pues la educación se ha convertido en un lugar donde la
violencia cultural se aplica, en el caso de Chile esta barbarie se encuentra caracterizada,
primeramente, por la desigualdad educacional que ha generado el ingreso de privados en
la educación, por lo cual, son nuestros docentes los agentes de transformación en el
ámbito educacional, para esto es necesario que cada uno de los y las estudiantes de
pedagogía construya su identidad docente a partir del conocimiento de las políticas
públicas que rigen la educación en el país, la que debe ser acompañada de una reflexión
filosófica, que les permita comprender la importancia del docente para la desaparición de
la barbarie en educación.

Hablar de barbarie en educación remite directamente a un cambio de dirección, en


el cual, es necesario volver a pensar que el procedimiento de enseñanza no debe tener
mayor relevancia que el contenido, porque de este modo la funcionalidad de la educación
ha sustituido a su función. Es menester que los futuros docentes antes de comenzar a
conocer los actuales procedimientos de enseñanza, reflexionen sobre la función de la
enseñanza.

La inversión pedagógica, acompañada de un recurso incesante a las


ciencias de la educación que debe coronar sus prácticas, no sitúa más el saber
en los contenidos sustanciales para enseñar al alumno sino en los métodos
formales que se repliegan en sus propios procedimientos. Así ocurre hoy en día
con la PPO, o pedagogía por objetivos […] La introducción de la PPO en la
educación representa una normalización de todos los procedimientos y
desmembrar las inteligencias de los alumnos5 .

4
Adorno, T. Educación para la emancipación, Ediciones Morata, Madrid, 1998, p.105.
5
Mattéi, J.F. La barbarie interior. Ensayo sobre el inmundo moderno, Editorial Colihue, Buenos
Aires, 2005, p. 141.
Efectivamente, esta crisis que afecta a la escuela es un reflejo de la crisis o
conflicto general que afecta a las sociedades modernas, pues al parecer la escuela ha
deja de ser el lugar del pensamiento, para convertirse en un lugar de instrucción donde le
rol docente es sólo de mediador del conocimiento, lo que culmina en un desinterés por el
propio pensamiento. Pues parece que la pregunta por qué debemos ir a la escuela, ya no
está en juego al momento de desarrollar políticas educacionales, sino más bien, la
reflexión es sobre los procedimientos que se deben aplicar en la escuela.

La construcción de la identidad docente desde esta perspectiva debe incluir en su


etapa de formación inicial estos dos momentos, por una parte conocer las políticas
educativas que rigen el quehacer profesional, las que en el caso de Chile incluyen
conocer el desmantelamiento que ha sufrido la educación pública a partir de la dictadura
militar, y por otra parte, reflexionar sobre el sentido de la educación, pues sólo esto podrá
generan políticas de trabajo en educación que apunte a la recuperación del Estado
Docente, y a reflexionar sobre el quehacer individual, donde el contenido vuelva a adquirir
un lugar relevante en educación.

Bibliografía.

Adorno, T. Consignas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1993.

Adorno, T. Educación para la emancipación, Ediciones Morata, Madrid, 1998.

Mattéi, J.F. La barbarie interior. Ensayo sobre el inmundo moderno, Editorial Colihue,
Buenos Aires, 2005.

Riesco, M. Se derrumba un mito. Chile reforma sus sistemas privatizados de educación y


previsión, Editorial LOM, Santiago de Chile, 2007.

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