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1 - Recomenzar
1 - Recomenzar
RECOMENZAR
LA PANDEMIA, FRANCISCO Y LA PATRIA
FACTOR FRANCISCO
NESTOR BORRI – SANTIAGO BARASSI
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Editor responsable Centro Nueva Tierra
factorfrancisco88@gmail.com
WSP: +54911656027113
© Factor Francisco
www.factorfrancisco.org
www.nuevatierra.org.ar
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INDICE
LO QUE NOS SALVA NO ESTA DORMIDO: SUEÑA ................................................................................................................... 7
#URBIETORBI. ............................................................................................................................................................................. 15
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LO QUE NOS SALVA
NO ESTÁ DORMIDO: SUEÑA
Factor Francisco en pandemia. Recomenzar
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Frente a la contundencia del fenómeno, frente a las muertes y los
dolores de los cuerpos y las almas, los “mejores” pensamientos
circulantes se presentaron como un balbuceo triste o un narcisismo
autorreferido a las propias tesis. O, en todo caso, como un comentario
largo que poco aportaba y poco aporta -ahora es más evidente- a salida
alguna. Quizás lo mejor de ese compilado, y la contribución más
importante de las expresiones urgentes y algo desesperadas de estos
pensadores ha sido mostrar, de una sola vez, de un solo download, en
unos pocos scrolls, la cruda realidad ante la que el pequeño y ciego
virus nos pone. Nuestros pensares y sentidos, el mejor stock de la
intelligentzia instalada en el pensamiento contemporáneo, su más
iluminado y elegante elenco, en todo caso queda así: compilada bajo un
título tristemente irónico -no podía ser de otra manera- circulando de
Whatsapp en Whatsapp sin decir nada a los que lo leen y sin invitar a
mucha cosa más que a… reenviarlo. Desnudez. Bienvenida si nos sirve
para vernos.
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Ese que, en el último libro del canon cristiano, sostiene una visión del
despliegue terrible de la historia, pero en el mismo momento sueña un
banquete donde el vino abunda y (porque) el pan se comparte.
En medio de estas reflexiones, con conferencias de prensa y números
de muertos en las pantallas, nos detuvimos también nosotros a
conversar. Preocupados y confiados a la vez, componiendo lo común y
los encuentros de otro modo, recogiendo lo caminado en otras
tempestades y pasiones, recapitulando la historia y nuestra historia.
Preguntándonos y reafirmando nuestras convicciones sobre aquello
que puede “salvarnos”. Salvación no como plano sublime y metafísico,
que finalmente es complementario del sálvese quien pueda. Salvación
como memoria y razones, confianza en lo que nos rescata: lo que nos
trae los días felices y nos sostiene en los días oscuros. En la
tempestad.
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“Argentina en la tormenta del mundo” es el título de un libro de Tulio
Halperín Donghi que funge como explicación, sesgada por cierto, de las
decisiones o fatalidades que nos llevaron a presentes sucesivos y
pendulares y a destinos difíciles pero singulares. Con esa referencia,
también podemos decir que la pandemia encontró a nuestro país en la
tormenta del mundo y también en medio -o en el inicio- de la ardua
tarea de salir de una de sus caídas más envenenadoras, como fueron
los cuatro años entre 2015 y 2019. Se jugaban, en el mismo momento
en que la tempestad del Covid-19 se desplegó como uno de los jinetes
del apocalipsis, las otras calamidades y dolores: la desigualdad, el
veneno de las fakes y la impostura, las propuestas de subjetividades
planas y pertenencias excluyentes orientadas por los emblemas del
odio, la banalidad de las palabras en algoritmos infinitos y mercantiles.
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o menos en el mismo lugar. Pero también, creemos con firmeza, que
convoca a conversaciones intensas, en lugares inesperados, donde
algo se revela, se enciende, se plasma como criterio y alimenta a seguir
la conversación, camino a las decisiones y oraciones que nos salven,
nos rescaten, nos vivifiquen.
Por ese lado va lo que intentamos hacer desde Factor Francisco con
estas notas. Jalonar conversaciones propias, con compañeros y
compañeras, escuchar el rumor del mundo y de la patria, de los barrios
y las televisiones, las luces vanas de los Whatsapps y las redes, pero
también los resplandores de los buenos fuegos de la amistad y la
política.
Una escritura que viene siendo, toda ella, desde la concepción, el gesto
y la circulación, entre la inspiración y la transpiración, esto: un poco de
buena fraternidad en medio de la tormenta del mundo. Lo que nos
salva.
FRATELLI TUTTI
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arrasada por el virus, un cura argentino devenido Papa firmó un
documento con título sugerente: “Fratelli Tutti: hermanos todos”.
En eso estamos y estos son los textos y las imágenes con que
intentamos hacernos cargo de la parte que nos toca. Nos toca porque
nos corresponde, nos toca porque nos impacta, nos toca porque, hay
que decirlo y por eso lo hacemos centralmente: nos conmueve.
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Agradecimientos
Al equipo de Centro Nueva Tierra, desde donde hacemos #FF, que nos
permitió avanzar en terrenos nuevos y contar con la fuerza de un largo
camino construido institucionalmente y en relación con militantes de
todo el país.
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Los compañeros de los grupos de intercambio Factor Francisco, Venite
y Conexión Fratelli Tutti nos alimentaron con sus resonancias y
reflexiones.
Hermanos todos.
GRACIAS
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#URBIETORBI
Globalización, tempestad y salvación
REZAR / PODER
“La tempestad”, como el Papa llamó a la pandemia comentando la
lectura evangélica, desnuda los límites de la modernidad capitalista y
de las prácticas que sostiene al sistema mundo. También tensa los
alcances y la hondura de la religión admitida, instrumental y funcional.
La escena que teníamos hasta hace unas semanas ha mutado.
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La pandemia cataliza los problemas, las tensiones y los agotamientos
que ya estaban presentes y por eso la figura de Francisco y sus
planteos y propuestas toman una nueva centralidad. Los ejes centrales
de su mensaje eran ya la respuesta a una crisis civilizatoria que
evidenciaba cada vez más sus límites.
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CATOLICISMO / GLOBALIZACIÓN
Pandemia es la categoría que otorga la Organización Mundial de la
Salud a una enfermedad que se propaga a nivel planetario. La tan
publicitada “aldea global” se efectivizó finalmente de un modo oscuro y
trágico. Quizás no había otro modo posible en que se desenvolviera el
mito de la globalización. Desde un primer momento, Francisco advirtió
que su relato de uniformidad eficiente escondía “una guerra mundial en
cuotas” que ya estaba en curso. Pero la fluencia de las divisas y el
capital, y el avance triunfal de lo que no sería nunca contestado o
discutido encuentra un tope. Feroz. Contundente. Corporal. Una peste.
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creado la universalidad. Es que el problema de preservar ese “para
todos”, fue uno de los vectores que le dio forma a la institución. Es por
eso que no es casual que, en este tiempo en el que cruje la modernidad
y su mellizo (¿siamés?) el capitalismo, y la globalización encuentra sus
entuertos no resolubles, resulte que también la Iglesia católica esté en
crisis, y al mismo tiempo tenga un resto desde donde aún reavivar su
fuego inicial.
Ese soplo, que se espera nuevo, que de pronto llega para liderar una
de las instituciones que fue central para occidente, vino de la periferia.
Una voz para, quizás, activar el murmullo mesiánico, viene del sur. En
este tiempo en que el sol cambia su sentido aparece un hombre de los
confines. Que trae la experiencia desde el fin del mundo, un Papa que
hubo que buscar allá. Él mismo lo dijo. Y enseguida, desde el primer
momento, puso en el centro de la Iglesia, pero también de los debates
globales, lo que el “mundo sin fin” (ilimitado como el discurso capitalista
que tan bien ha conceptualizado Jorge Alemán) niega, olvida,
desconoce, representa, teme y, llegado el caso, combate y rechaza.
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La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y
olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas tentativas
de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a
nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos
así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad.
Los signos y las señales hablan del fin. Es que estamos ante las
muertes. Flota la sensación de que se terminó la vida apacible, y
también el trajín vertiginoso. “Las cosas de antes han pasado”, es la
cita del Apocalipsis que muchos recordarán por haber sido incluida por
John Cameron en el desenlace de Titanic.
El Apocalipsis no habla tanto del fin del mundo como de las batallas
decisivas, consideradas finales. Y tiene una característica central como
género: es un tipo de narrativa creada para dar esperanza a los
cautivos y fuerza a los combatientes. A los que ya portan el otro mundo
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que viene. Y hace algo más, en un lenguaje simbólico que en su
momento habrá sido apropiado, evocativo, sugerente: describe al
enemigo en términos significativos y “habilitantes”.
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«obras de misericordia»: centrales en la prédica de Francisco,
asumidas para muchos como extemporáneas y sensibleras,
probablemente hasta hace unas semanas. Pero que en la cuarentena
personal, familiar, comunitaria, societal y global, aparecen con una
fuerza interpelante asombrosa. Y precisa.
LA CUSTODIA / LO SAGRADO
The Mission. Jeremy Irons avanza con los guaraníes en medio del
fuego y las balas de los bandeirantes. Lleva como estandarte y escudo
contra los traficantes de esclavos, la custodia dorada, el “santísimo
sacramento”. Robert De Niro mira herido desde el suelo cómo camina
la fe en medio del desastre. La ciudad utópica de las misiones jesuíticas
en la selva americana está incendiada. Cierra los ojos para siempre
cuando cae su compañero jesuita por el impacto de una bala de los
arcabuces portugueses. Un guaraní levanta la custodia y sigue
avanzando.
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La plaza está vacía y sin embargo estamos todos. Mirando muchos.
Rezando algunos.
29/03/2020
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UN PLAN QUINQUENAL
PARA RESUCITAR
Desborde, pulso, pueblo y esperanza
En esta tierra desolada, el Señor se empeña en regenerar la belleza y
hacer renacer la esperanza: “Mirad que realizo algo nuevo, ya está
brotando, ¿no lo notan?” (Is 43, 18b). Dios jamás abandona a su
pueblo, está siempre junto a él, especialmente cuando el dolor se hace
más presente.
Todas las citas de los apartados que componen este artículo corresponden al texto de
Francisco “Un plan para resucitar”, publicado en la revista Vida Nueva el 17 de abril de
2020
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EL ACONTECIMIENTO Y EL PLAN
Este es el tiempo propicio de animarnos a una nueva imaginación de lo
posible con el realismo que sólo el Evangelio nos puede proporcionar.
POR DESBORDE
Solo una noticia desbordante era capaz de romper el círculo que les
impedía ver que la piedra ya había sido corrida, y el perfume derramado
tenía mayor capacidad de expansión que aquello que las amenazaba.
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En Francisco la cuestión es el discernimiento y no tanto “el saber”; es la
transformación más que la mera “innovación” del paradigma del capital
acelerado y descartador.
“El reino de Dios ya está entre ustedes” insiste Jesús al llegar a cada
pueblo en la Palestina del siglo I. Ya está pero aún no lo comprenden.
El agotamiento del mundo conocido, el del supuesto derrame-paz en
una aldea global de espejitos de colores, ya era evidente antes del
COVID-19. Los que lo niegan no son obtusos sino atrapados,
interesados o implicados en un sistema que mata. Y sin embargo, el
perfume -o la sangre- derramada de los que se organizan, luchan y
crean lo nuevo, se expande y crece desde las periferias. Hay una forma
de vida, en la que no todo tiene precio y donde lo sagrado es lo que es
para todos, que se impone en lo cotidiano. En medio de la muerte, de la
lógica que prioriza lo inerte, hay una potencia vital que puede romper el
círculo. Vida en abundancia, y que rebalse. No hay garantía alguna de
que suceda la transformación, la certeza de la resurrección, sin la
conversión de los discípulos (léase ciudadanos, sujetos, militantes,
cualquiera, cada uno, todos). La efectividad de la resurrección demanda
una dis-posición. Depende de cómo se pongan.
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SUJETO PASCUAL DE TRANSFORMACIÓN
Ustedes son constructores indispensables de ese cambio
impostergable; es más, ustedes poseen una voz autorizada para
testimoniar que esto es posible
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PROTAGONIZAR LA SALIDA: EL PULSO DEL ESPÍRITU
Urge discernir y encontrar el pulso del Espíritu para impulsar junto a
otros las dinámicas que puedan testimoniar y canalizar la vida nueva
que el Señor quiere generar en este momento concreto de la historia.
“El pulso del Espíritu” como fuente, guía y fuerza para intervenir en este
momento concreto de la historia. El plan necesita de ese soplo -espíritu-
que encienda el fuego que ilumine lo que viene. Ese impulso viene de
tomar el pulso. Un ritmo que coordina fidelidad, búsqueda, lealtad y
apuesta.
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paradigma tecnocrático que actúa y se plasma en ambos. Por eso
advierte también: “no conformarnos ni contentarnos y menos
justificarnos con lógicas sustitutivas o paliativas que impiden asumir el
impacto y las graves consecuencias de lo que estamos viviendo”.
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abandonan, las que paran la olla multiplicando el pan. Y son también
las mujeres, en el texto que medita el Papa en el “Plan para resucitar”,
las que van a ungir a su maestro. La unción es marcar para elegir.
Ungir es perfumar, es cuidar, es embellecer. Es ternura, es plus: no
solo necesidad sino también belleza. Desborde del poder, de lo que se
puede y de lo posible.
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La distingue de la ilusión y del optimismo. La separa con fuerza del
optimismo porque este, en última instancia, es una cuestión de
carácter. Puede venir bien, pero no tiene gracia, en varios sentidos del
término. Frente a él, la esperanza es una disposición vital y política,
volcada con una fuerza extra al afuera y a lo que viene, que rebalsa
también los bordes de la felicidad-buena onda del mundo. La otra
distinción es respecto a la ilusión, que es del plano de las meras
imágenes. El imaginario es la ideología. El sistema de ideas es un
sistema de imágenes fatales, como el pensamiento. Imágenes que se
cierran sobre sí mismas y cierran la mirada. Ilusión: falsedad, puro
“mundo”. La ilusión del progreso, o sea, más capitalismo del mismo. Y,
sobre todo: más de lo mismo.
26/04/2020
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hacernos empezar ya a participar de la condición de resucitados que
nos espera. Invitar a la alegría pudiera parecer una provocación, e
incluso, una broma de mal gusto ante las graves consecuencias que
estamos sufriendo por el Covid-19. No son pocos los que podrían
pensarlo, al igual que los discípulos de Emaús, como un gesto de
ignorancia o de irresponsabilidad (cfr. Lc 24, 17-19). Como las
primeras discípulas que iban al sepulcro, vivimos rodeados por una
atmósfera de dolor e incertidumbre que nos hace preguntarnos:
“¿Quién nos correrá la piedra del sepulcro?” (Mc 16, 3). ¿Cómo
haremos para llevar adelante esta situación que nos sobrepasó
completamente? El impacto de todo lo que sucede, las graves
consecuencias que ya se reportan y vislumbran, el dolor y el luto por
nuestros seres queridos nos desorientan, acongojan y paralizan. Es
la pesantez de la piedra del sepulcro que se impone ante el futuro y
que amenaza, con su realismo, con sepultar toda esperanza. Es la
pesantez de la angustia de personas vulnerables y ancianas que
atraviesan la cuarentena en la más absoluta soledad, es la pesantez
de las familias que no saben ya como arrimar un plato de comida a
sus mesas, es la pesantez del personal sanitario y servidores
públicos al sentirse exhaustos y desbordados… esa pesantez que
parece tener la última palabra.
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vecinos y familiares se pusieron en marcha con esfuerzo y sacrificio
para permanecer en sus casas y así frenar la difusión. Pudimos
descubrir cómo muchas personas que ya vivían y tenían que sufrir la
pandemia de la exclusión y la indiferencia siguieron esforzándose,
acompañándose y sosteniéndose para que esta situación sea (o bien,
fuese) menos dolorosa. Vimos la unción derramada por médicos,
enfermeros y enfermeras, reponedores de góndolas, limpiadores,
cuidadores, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios,
sacerdotes, religiosas, abuelos y educadores y tantos otros que se
animaron a entregar todo lo que poseían para aportar un poco de cura,
de calma y alma a la situación. Y aunque la pregunta seguía siendo la
misma: “¿Quién nos correrá la piedra del sepulcro?” (Mc 16, 3), todos
ellos no dejaron de hacer lo que sentían que podían y tenían que dar.
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nuevo. Basta con abrir una rendija para que la Unción que el Señor
nos quiere regalar se expanda con una fuerza imparable y nos
permita contemplar la realidad doliente con una mirada renovadora.
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sanitarias ordenan el confinamiento en los hogares, es el pueblo
quien lo hace posible, consciente de su corresponsabilidad para
frenar la pandemia. “Una emergencia como la del Covid-19 es
derrotada en primer lugar con los anticuerpos de la solidaridad” (3).
Lección que romperá todo el fatalismo en el que nos habíamos
inmerso y permitirá volver a sentirnos artífices y protagonistas de una
historia común y, así, responder mancomunadamente a tantos males
que aquejan a millones de hermanos alrededor del mundo. No
podemos permitirnos escribir la historia presente y futura de espaldas
al sufrimiento de tantos. Es el Señor quien nos volverá a preguntar
“¿Dónde está tu hermano?” (Gn, 4, 9) y, en nuestra capacidad de
respuesta, ojalá se revele el alma de nuestros pueblos, ese
reservorio de esperanza, fe y caridad en la que fuimos engendrados
y que, por tanto tiempo, hemos anestesiado o silenciado.
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MUGICA A LA HORA DE LA LUZ
Cristianismo, peronismo y pandemia
“Quiero estar con ellos a la hora de la luz”. La oración de Carlos Mugica
es oscura y luminosa a la vez, corporal y sublime cuando pronuncia
esta frase que no por nada sintetiza para muchos su vida y su figura.
TERRENAL / TRASCENDENCIA
Esta comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende
a superarse, que anhela mejorar y ser más justa, más buena y más
feliz, en la que el individuo pueda realizarse y realizarla
simultáneamente, dará al hombre futuro la bienvenida desde su alta
torre con la noble convicción de Spinoza: “Sentimos, experimentamos
que somos eternos
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de los imperios para entrar al protagonismo de los pueblos. Trascender
la bipolaridad del capital y el Estado absoluto, y apostar por la
organización de la comunidad. El ser humano en el centro de la historia.
Es su propuesta.
CLERO / PUEBLO
El cristianismo no es sólo una ética. Sí, es verdad, tiene principios
morales, pero no somos cristianos solo con una visión ética. Es mucho
más. El cristianismo no es una élite de personas elegidas por la verdad.
(…) Ese es un sentimiento elitista. No, el cristianismo no es esto: el
cristianismo es pertenencia a un pueblo, a un pueblo elegido por Dios
gratuitamente.
Carlos Mugica tenía todo para ser obispo. Hijo de la élite porteña,
trayectoria destacada en el seminario, formación en Europa como joven
sacerdote. Los claustros y los templos de pronto se le presentaron
vacíos. En los conventillos fue descubriendo algo que le daba un
sentido pleno a lo que había leído. En lugar de enfilar hacia la catedral,
se detuvo a contemplar la fe de las doñas y de los laburantes, se
conmovió y cambió de dirección. Cruzó el río Jordán a la altura de la
Avenida Libertador y se sumergió en el barrio que hoy lleva su nombre
y en el que descansan sus huesos.
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También para sintetizar la piedad popular con la vuelta de Perón. El
carisma y las condiciones que le garantizarían el éxito en su clase, lo
expusieron a la sangre y al escarnio. Pero más, a una felicidad exigente
pero íntegra. Paradojas de la “realización”.
PERÓN / PAPA
El que nace con suficiente óleo sagrado de Samuel no necesita mucho
para conducir; pero el que no nace con él, puede llegar a la misma
altura por el trabajo.
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realidad destaca la propuesta de la figura del poliedro, contra la forma
hegemónica de comprensión: la esfera. Una unidad compuesta por
varios planos, que no funden sus identidades y sentidos sino que
conservan lo que les da entidad. «La verdad es sinfónica», dijo un
presidente citando al teólogo alemán, Hans Urs von Balthasar. La
unidad siempre tiene algo de obra de arte.
POBREZA / PROSPERIDAD
Y os pedimos la ayuda de Dios para que mirando vuestra imagen nunca
olvidemos que solamente los humildes salvarán a los humildes, y que
para ser fieles a nuestra vocación de paz y de justicia, nos
mantengamos todos unidos y en la humildad, la única y tal vez la última
fuerza que Dios ha querido dejar sobre la tierra para que volvamos a la
Fe, a la esperanza y al amor, donde reside la auténtica felicidad de los
hombres y la grandeza fundamental de los pueblos
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¿En qué radica la fuerza de los que no tiene más fuerza que la de sus
brazos para trabajar? Hay una dignidad humana lastimada, que se
siente sobre todo a la altura de las tripas, que busca ser redimida. Hay
una fuerza que insiste y que busca. ¿Qué forma toma ese fuego
sagrado, pero tan cotidiano, del que madruga para ir a laburar? La
prosperidad que predican los evangélicos pentecostales interroga y
cuestiona a los progresismos, al catolicismo conservador, a los
intelectuales llamados críticos. Hay una palabra, un modo de interpelar,
una practicidad y una lógica popular que da sentido y eficacia a ese
esfuerzo. Eso mismo es lo que supo hacer el peronismo. La amenaza
es que esa fuerza y el modo de ponerla en forma con eficacia se
autonomice o, peor aún, se vuelva contra los intereses del conjunto.
Lorenzo Miguel
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“Yo nunca me metí en política, siempre fui peronista” dice una célebre
frase de un personaje de Osvaldo Soriano, en ese momento en que se
sale de la estrategia de interrogación de su interlocutor. No es difícil
encontrar la expresión en los peronistas actuales. Y no es casual que
también, cambiando los términos de la segunda parte, pueda
escucharse la primera en los más fervientes neoliberales.
Es porque algo del peronismo actúa en esa región que, estando por
fuera de la política, es propiamente sede de “lo político”. Es un umbral
de discurso, de acción, de existencia. También de la sociedad e incluso
de la geografía propia del territorio y la vida colectiva. Umbral que el
neoliberalismo disputa y disputó, y seguirá disputando. Ese que se
escenificaba eficazmente por un tiempo en el “timbreo”.
Umbral que también pudo ser recuperado y sostenido, más aún hoy, en
este tiempo en el que el espacio doméstico y sus límites, en la
cuarentena, se han vuelto estratégicos y centrales.
DOCTRINA / DIVERSIDAD
Decimos desarrollar y mantener al día. Desarrollar: nosotros hemos
concebido una doctrina y la hemos ejecutado, y después la hemos
escrito y la hemos presentado a la consideración de todos los
argentinos. Pero esa doctrina no está suficientemente desarrollada. Es
sólo el enunciado, en forma sintética, del contenido integral de la
doctrina. Será función de cada uno de los justicialistas argentinos, a lo
largo del tiempo, ir poniendo su colaboración permanente hasta
desarrollar el último detalle de esa doctrina para presentar también,
finalmente, una doctrina más sintética que la nuestra, más completa
que la nuestra.
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recorrido, ya que es infructuoso hacerlo en la definición- la doctrina,
lejos de cerrar, abre. Es un criterio que le permite al peronismo ser tan
identitario y recurrente, como ubicuo. Mantener sus figuras
inconmovibles y renovadas, como plasmarse en nuevos actores y
escenarios, e incorporar sectores, agendas y realidades. ¿Después de
feminista, qué otra nota le vendrá a la secuencia nacional, popular,
etc… o cuántas estrofas más cosecharán la euforia y la emoción para
esa marcha interminable?
MISERICORDIA / MERITOCRACIA
Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos
nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia.
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“milagrosa” que acompaña al peronismo. Una intervención cura el
cuerpo de los pobres y los marcados, pero sobre todo, los pone en el
plano simbólico, dentro y junto con los otros. Incluye, se diría hoy.
Poder.
PUEBLO / PANDEMIA
Soy el remedio sin receta. Y tu amor, mi enfermedad.
Andrés Calamaro
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Wikipedia: Una pandemia es la afectación de una enfermedad
infecciosa de los humanos a lo largo de un área geográficamente
extensa. El vocablo procede del griego πανδημία, de παν (pan, todo) y
de δήμος (demos, pueblo), expresión que significa reunión de todo un
pueblo
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de perversión del ideal, la clausura excesiva y la santidad desbordante,
vienen todas en el paquete: es constitutivo. Otro rasgo en común.
10/05/2020
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GRITO DE LA TIERRA,
GRITO DE LOS POBRES
Claves de lectura de la encíclica “Laudato Si”
a cinco años de su publicación
El gran peligro de los buenos textos es que su fuerza y su potencia
generen una adhesión y admiración tan fuerte que pueden distraer a los
lectores de las implicancias e invitaciones incómodas que se siguen de
su contenido.
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también economía, marca la lectura. Tanto como esa mención a lo
común en la que resuena el eco del destino universal -colectivo,
común- de los bienes. Se trata no sólo del bien común, posible coartada
valórica o moral, sino de los bienes comunes.
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fuerza del sur del mundo. En la insistencia de la imposibilidad de
separar “el clamor de la tierra del clamor de los pobres” se escucha
también la voz de Leonardo Boff y de tantos otros que en América
Latina hace décadas demuestran que un amor eficaz demanda una fe
que se nutre de las luchas de los de abajo por una dignidad real.
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exigidas y pendientes las jugadas de construir el pueblo y el poder
popular con la fuerza de ese reconocimiento. De otro modo, se estaría
confiando en una entidad que, teniendo la fuerza del mito, no
necesitaría la consistencia de construcción que implica la encarnación y
la historicidad. Aquí habría una advertencia a quienes quisieran que el
pueblo fuera puro dato o esencia a la que adherir, sin exigencia de
politización y toma de partido.
Francisco insiste por diversos caminos con una apuesta por el pueblo y
los pueblos. Sabe que la salvación de este mundo, que no es algo
metafísico a esta altura sino una evidencia empírica y vital, no vendrá
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de los grandes centros financieros de poder, sino de los que padecen la
debacle ambiental en el agua que toman, el aire que respiran y la tierra
que les falta. La hipertecnificación y adaptación de la vida no tiene
límites en la lógica del 1% que concentra gran parte de la riqueza
socialmente producida. Su respuesta a la crisis ambiental no les exige
renunciar a la avaricia sino que aborda el drama ambiental en su
obsesiva innovación por complejizar y a la vez singularizar la existencia.
Es siempre una respuesta global e individual.
Entre estos dos polos, los pueblos del mundo y los procesos centrales e
impersonales del capitalismo realmente existente, hacen falta personas
y grupos que tomen la responsabilidad de encarnar objetiva y
subjetivamente las construcciones que expresan este conflicto. Como
dice el Papa, a los conflictos hay que acariciarlos: pero eso implica en
primer lugar, como toda ternura efectiva, estar “de cuerpo presente” en
la materialidad de los mismos. Las caricias si, pero en el campo de
batalla y construcción.
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Al poner la figura de Francisco de Asís en el inicio y el núcleo de la
encíclica, Francisco Papa hace un planteo de trascendencia de la
modernidad y del capitalismo, señalando tiempos, convocando figuras y
jugando en los límites de un paradigma, señalando lo que hay del otro
lado. Por eso Laudato Si es un texto que vuelve a pensar la historia
larga de la modernidad para convocar a que se organice lo que va más
allá de ella. Organizarse, darse los órganos, los planes, las
intervenciones para ir más allá de ella. Es una propuesta que rebalsa
por todos lados la programación instrumental, alentando una
espiritualidad que de consistencia política e histórica a acciones
concretas y urgentes. Y que convoca a las negociaciones, los diálogos
y los encuentros, pero también a las confrontaciones y costos que
implicarán ir más allá del cerco de hierro del pensamiento fatal que
sacrifica a los pobres y a la tierra en nombre de la ganancia, pero
también en nombre de la “gestión” que vendría a reemplazar a la
política real, con su barro y sus demandas.
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EL ENTUSIASMO POR LA ECOLOGÍA Y EL CORAJE EN LA
ECONOMÍA
Por eso, para cuidar la casa común hay que cuidar la naturaleza, con
pequeños y grandes gestos. Y con mística y espiritualidad. Los dos
conjuntos pueden, en cierto sentido, ser asumidos por ricos y pobres,
incluidos y excluidos, norte y sur. Pero a la par de eso, para cuidar la
casa común en los términos que plantea el Papa hay que pasar
también por tópicos fuertes y controversiales, menos cómodos y más
costosos a la hora de hacerse cargo: el fortalecimiento del mercado
interno, la acción política, la intervención de los estados a favor de las
mayorías, la limitación del lucro y las ganancias, la responsabilidad de
las élites y la distribución de la riqueza. O la garantía de tierra, techo y
trabajo, para decirlo con la síntesis de Francisco mismo.
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Ese es un posible destino, entre nosotros, para el entusiasmo que ha
generado LS: alimentar la fuerza para una construcción que trasciende
las declamaciones. Y motivar para una pelea amorosa, pero pelea al
fin: la del cuidado de la tierra y de la dignidad de todos. La de la patria-
casa común, con todos adentro
17/05/2020
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TODOS EN LA MISMA BARCA
El cuidado de lo común, lo nacional que une y la
patria al hombro para resucitar
Tata Dios nos pide coraje. Que no nos achiquemos. Tenemos una
doctrina que practicar, predicar y vivir. Y si cuando se presenta la
oportunidad, si cuando hay un riesgo en vivirla en toda su integridad
nosotros nos achicamos entonces hemos perdido la oportunidad y Tata
Dios se encuentra defraudado por nuestra falta de fidelidad. Sean
santos como Dios espera que lo seamos. En la vida cotidiana, nada
extraordinario, pero sí lo extraordinario de vivir hasta en sus detalles la
doctrina del amor
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Todos los días hemos de comenzar una nueva etapa, un nuevo punto
de partida. No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan:
esto sería infantil, sino más bien hemos de ser parte activa en la
rehabilitación y el auxilio del país herido. Hoy estamos ante la gran
oportunidad de manifestar nuestra esencia religiosa, filial y fraterna para
sentirnos beneficiados con el don de la Patria, con el don de nuestro
pueblo, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor
de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos. Como el
viajero ocasional de nuestra historia, sólo falta el deseo gratuito, puro y
simple de querer ser Nación, de ser constantes e incansables en la
labor de incluir, de integrar, de levantar al caído. Aunque se
automarginen los violentos, los que sólo se ambicionan a sí mismos, los
difusores de la confusión y la mentira. Y que otros sigan pensando en lo
político para sus juegos de poder, nosotros pongámonos al servicio de
lo mejor posible para todos. Comenzar de abajo y de a uno, pugnar por
lo más concreto y local, hasta el último rincón de la patria, con el mismo
cuidado que el viajero de Samaria tuvo por cada llaga del herido. No
confiemos en los repetidos discursos y en los supuestos informes
acerca de la realidad. Hagámonos cargo de la realidad que nos
corresponde sin miedo al dolor o a la impotencia, porque allí está el
Resucitado. Donde había una piedra y un sepulcro, estaba la vida
esperando. Donde había una tierra desolada nuestros padres
aborígenes y luego los demás que poblaron nuestra Patria, hicieron
brotar trabajo y heroísmo, organización y protección social.
LA BARCA / LA PATRIA
Hay barcos en la historia de la Patria.
Los iniciales, quizás, están en los ojos de los indios, los primeros de los
nuestros. Los que ellos vieron venir, desde las pampas hermosas e
inmensas que habían sido de ellos por milenios. Eran las naves de los
colonizadores que asomaron ávidos de la plata del Potosí. Esos que
llegaron por el río que hoy lleva el nombre del metal precioso que
buscaban y que terminó dando el nombre, argentum de nuestra riqueza
y codicia, a esta tierra. Las Provincias Unidas del río de la riqueza que
algunos querían llevarse y que debía ser para todos.
54
Hay barcos que llegaron llenos de historias de desarraigo, de
hambrunas de guerra, de destinos inciertos y de esperanzas largas. Los
barcos de las fotografías en sepia y de los mil colores de Quinquela.
Son los barcos que vinieron trayendo con ellos los instrumentos para
cantar sus penas y anhelos. Fue en las orillas de los grandes ríos
donde el bandoneón de las iglesias se hizo tango y el acordeón de las
fiestas, chamamé.
Son los barcos frágiles pero certeros de los ríos de la orilla brava. Los
de trabajadores que reman enamorados mientras con el sudor y la
noche hacen el sustento para parar la olla: “Llevo mi sombra alerta,
sobre la escama del agua abierta y en el reposo vertiginoso del espinel,
sueño que alzo la proa y subo a la luna en la canoa, y allí descanso
hecha un remanso mi propia piel.”
Estamos todos en todas estas y otras barcas que son una misma barca.
55
LA PATRIA COMO UN DOLOR / LA PATRIA FELIZ
“La Patria es un dolor que aún no sabe su nombre”, dice el “poeta de la
patria joven”. Leopoldo Marechal fue perseguido y bastardeado desde
la academia por haber gozado la fiesta del pueblo desde su embrionario
17 de octubre. Le pasó lo mismo a Enrique Santos Discépolo (que,
como el autor de Adán Buenos Ayres, es una referencia permanente
del Papa). También le pasó y le pasa a Ramón Carrillo. La excelencia
puesta al servicio de la felicidad del conjunto es algo aberrante para
quienes creen que la belleza y la salud son un patrimonio exclusivo de
quienes tienen el respaldo de las hectáreas o las divisas.
56
de inscribir a French y Beruti en el relato de la gesta de mayo, pero todo
indica que estaban más cerca de ser “referentes sociales” que directores
de protocolo. Eran los que lideraron a los que afuera del Cabildo
esperaban que los criollos notables patearan el tablero para decir que esta
era tierra de hombres y mujeres libres. Los que no entraron al Palacio
fueron los que adelantaron y empujaron el acontecimiento. El pueblo no
solo quería saber de qué se trataba: estaba dispuesto a poner el cuerpo.
Desde entonces, lo viene haciendo en los campos de batalla, en las
plazas, en los ríos, en los barrios.
PUEBLO / SANTIDAD
Un país es un pueblo encarnado en un sinfín de historias únicas e
irrepetibles que se nutren de una gesta heroica que convierte en mito la
victoria fundante de una identidad. Hay que alcanzar nuevas victorias y
narrarlas en escala colectiva. Poder contar cómo el pueblo, a partir de
millones de actos heroicos y virtuosas articulaciones, logra torcer el
destino genuflexo que trazan los mediocres y avaros.
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El futuro inmediato demanda niveles exigentes de organización y
grandeza. Niveles que van más allá de lo humano. Son exigencias y
desafíos que van más allá de lo que somos. En el sentido de la política
y de la trascendencia.
Solo un pueblo “santo” puede dar vuelta esta historia. Santo no por
moral perfecta ni por superioridad de cualquier tipo. Es el mismo
Francisco el que habla de “los santos de la puerta de al lado” o de la
“clase media de la santidad”. Es la heroicidad de lo cotidiano, del que
tiene conciencia que su existencia no es un átomo suelto sino que está
inmerso en una trama de pasiones, miedos, necesidades y luchas que
no son estrictamente suyas pero que tampoco le son ajenas. Una
solidaridad elemental y silenciosa, como la que se nos demanda hoy
con una consigna tan básica como “Quédate en casa”. Es la claridad
para saber dónde se nos necesita y también cuándo es que algo
heroico se nos demanda. “Hoy te convertís en…” dice cada tanto la
vida.
Francisco no solo habla de la santidad de todos los días. Junto con eso
pone en el centro, una y otra vez, a los que son perseguidos por buscar
la justicia social y la vida para todos.
58
sentido común que tiene que ver con la autoestima de los nuestros y de
lo nuestro. Ese al que los que fugan, evaden y concentran, le temen, y
una y otra vez, socavan.
Por eso insistimos con algunos tópicos de lo que dice Francisco, que
sigue siendo Jorge de Flores, Bergoglio, y ahora nos “tira centros”
desde San Pedro y desde Santa Marta. O sea, desde la Basílica
imponente que ya se encargó de llenar varias veces de cartoneros e
indios, o desde la residencia bastante austera con nombre de mujer
desde la que todos los días de la cuarentena dio misa casi como un
cura de barrio, urbi et orbi, lanzando cada mañana mensajes de
cotidianidad cariñosa mezclados con señales políticas. Gestos y
expresiones, como muchos de los que desde el principio despliega y
ante las cuales las derechas y oligarquías del mundo acaso no
tiemblan… pero que algo les debe hacer porque no por nada lo atacan
como a pocos Pontífices en la era moderna.
Van acá tres de esos ejes con los que Francisco insiste y cuya
traducción, provocación y articulación siguen pendientes de ser más y
mejor asumidas.
59
económica. A esto, el capitalismo salvaje y sus agentes lo saben muy
bien, por eso su acción cultural y su atención al alma de lo popular son
una piedra angular de su éxito.
Hay riesgos en el tipo de recepción que tienen por estas tierras esos
tópicos. En estos días en que por suerte mucha gente se sumó a debatir
la encíclica Laudato si’ al cumplirse 5 años de su publicación, no es difícil
ver su potencia pero tampoco el riesgo que aparece. No se puede pensar
la cultura del descarte como un mero problema de ecologismo reciclador,
que a lo sumo menciona al cartonero como ejemplo de superación
personal -casi un emprendedor del reciclaje-, pero omite señalar la
estructura y el modelo económico que lo empuja a vivir de la basura. Lo
mismo pasa con el encuentro: el riesgo es confundirlo con esas mesas
de diálogo anodino donde los conflictos no se “acarician”, como gusta
decir Bergoglio, sino que más bien se disimulan, pasteurizan y, en última
instancia, se evitan. El tiempo demanda un encuentro con la realidad y
nombrarlo con las palabras justas. No bastan las medias palabras que no
espantan a nadie y ni llegan a incomodar privilegios. Una idea armoniosa,
tan tramposa como inteligente, pero también tan viable como estéril. Una
cosa es la caricia y otra diferente la blandura.
60
por desborde. Dicho de otro modo: hasta que se pueda poner de este
lado lo que hasta ayer se decía que era imposible. Lo que el pensamiento
fatal -el del consenso neoliberal que comparten conservadores,
socialdemócratas, izquierdas y progresistas- considera no sólo imposible,
sino aberrante.
61
Muchas veces se ha pensado la Patria como una esfera perfecta:
homogénea, equilibrada, armoniosa. Impoluta. Pura. Es la utopía
conservadora. Esta forma estéticamente impecable tiene, sin embargo, un
precio: esconde, niega o eventualmente mata a lo que no se condice, a lo
que no se conforma con esa imagen, con esa forma. Estos días tenemos
un ejemplo de eso: la “embellecida” Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
que un día se da cuenta que tiene unos barrios pintados por fuera pero sin
agua por dentro. Ese es el problema de la esfera: no funciona, es mentira,
tarde o temprano aparecen las aristas. Y las heridas.
62
Unos días después circuló por las redes, esas callejuelas populares de
estos tiempos, el rumor que decía que convenía anudar a la puerta un
pañuelo blanco contra los males de este mundo. Quedaron allí, unos días,
unos y otros. El luminoso símbolo de las madres y abuelas y el nudo de
tela gualicho urbano. Como una marca en los dinteles, como una señal en
los umbrales. Como una marca para que pase de largo el ángel de la
muerte, el que se lleva lo más vivo de cada casa, lo más querido, las
primicias de la cosecha y los primogénitos. En este tiempo de cuaresma y
pascua, de cuarentena y pandemia, de renegociación de la deuda y crisis
social y económica, de unidad política y desafío social, “hacemos un nudo
en el pañuelo” para olvidarnos o no olvidarnos después, como dice la
cigarra. Ambos pañuelos marcan el amplio espectro de lo que somos,
nuestra esencia popular heterogénea y contradictoria. Lo mejor de
nosotros, lo central, lo kerigmático. Hay que sintetizar todo lo que cabe
entre la conciencia popular crecida entre la reivindicación de los derechos y
la construcción de la justicia social, por un lado, y los deseos cotidianos de
vivir, prosperar y protegerse, a veces individualistas o difusos, de nuestra
gente.
En ese arco ancho hay que pensar y traer de nuevo lo mejor de nosotros,
para resucitar y seguir cantando al sol.
63
Cuidado es protección y cercanía, acogimiento y ternura, cultivo y
labranza. Y al mismo tiempo es advertencia y denuncia. Prudencia,
entendida como coraje en la autolimitación y la entrega, un llamado
urgente y firme para la corrección del rumbo mortal y depredador de los
otros y de los recursos, de la vida individual y del entorno.
25/05/2020
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EL FUEGO DE ADENTRO
Y EL PULSO DEL ESPÍRITU
El espíritu es un rumor.
Dice una sola cosa:
cuando llegue el alba, viviré.
«Vieja soledad, hoy me iré de ti
Buscando la luz, de un amanecer
Cuando llegue el alba
Viviré, viviré
Noche adentro irá, vencida de amor
La tristeza gris de mi corazón
Cuando llegue el alba
Viviré, viviré.
A un costado del olvido mis sueños maduraran
Reventando en luz – florecidos
Cuando llegue el alba
Viviré, viviré
Encontrarte fue, intuición de Dios
Todo nace en ti, como nací yo
Cuando llegue el alba
Viviré, viviré
Tus palabras son fresco manantial
sintiendo tu voz aprendí a cantar
Cuando llegue el alba
Viviré, viviré
A un costado del olvido mis sueños maduraran
Reventando en luz, florecidos
Cuando llegue el alba
Viviré, viviré»
Eulogiol Figueroa / Waldo Belloso
65
La narrativa de una sociedad profiláctica, imperturbable y siempre
dispuesta al consumo indefinido fue puesta en cuestión develando la
falta de inmunidad cultural y espiritual ante los conflictos.
…
La complejidad de lo que se debía enfrentar no aceptaba respuestas
casuísticas ni de manual; pedía mucho más que fáciles exhortaciones o
discursos edificantes incapaces de arraigar y asumir conscientemente
todo lo que nos reclamaba la vida concreta.
…
Nuestra fragilidad común nos despojaba de toda falsa complacencia
idealista o espiritualista, así como de todo intento de fuga puritana.
…
La fe permita una realista y creativa imaginación capaz de abandonar la
lógica de la repetición, sustitución o conservación.
…
La nueva fase que comenzamos nos pide sabiduría, previsión y cuidado
común de manera que todos los esfuerzos y sacrificios hasta ahora
realizados no sean en vano.
…
Si una presencia invisible, silenciosa, expansiva y viral nos cuestionó y
trastornó, dejemos que sea esa otra Presencia discreta, respetuosa y
no invasiva la que nos vuelva a llamar y nos enseñe a no tener miedo
de enfrentar la realidad.
…
Esos lugares donde la esperanza y la vida están en lucha. Cuánto para
aprender de la reciedumbre del Pueblo: siempre encuentra el camino
para socorrer y acompañar al que está caído.
…
Que ese pueblo nos enseñe a moldear y templar nuestro corazón (…)
con la mansedumbre y la compasión, con la humildad y la
magnanimidad del aguante activo, solidario, paciente pero valiente, que
no se desentiende, sino que desmiente y desenmascara todo
escepticismo y fatalidad.
Francisco, Carta a los sacerdotes de Roma con motivo de la
celebración de Pentecostés, 31 de mayo de 2020
66
CINCUENTA DÍAS DESPUÉS
En este tiempo de cuarentena que comenzó en cuaresma, llega en la
caravana del año una fiesta olvidada para la mayoría pero que tiene de
todos modos un sentido interesante. Y tiene también un nombre onda
cuarentena, pero con “penta”, cinco, cincuenta. Cincuenta días después
de Pascua se celebra Pentecostés, recordando esto: el momento donde
un grupo de personas que había pasado cosas bravas, persecución y
muerte (semana santa) pero que sin embargo había visto que tenía
fuerza nueva y diferente más allá de la muerte para seguir (una
resurrección, y un plan para resucitar), finalmente, juntan coraje y se
dan cuenta que tienen un tiempo por delante, un fuego, un aliento y una
doctrina. Una pasión desbordada que hay que salir a compartir. Dicho
en criollo-cristiano: que cuentan con (un) espíritu, y encima santo.
ESPÍRITU Y POLÍTICA
La imagen es interesante: un grupo de mujeres y hombres que están
adentro, encerrados, con miedo, en todo caso con la doble sensación
de que algo fuerte les ha pasado, doloroso y vital, histórico, de pronto
se sienten llenos de algo que es como un viento (este es el significado
de espíritu) y “arden” (la imagen de las lenguas de fuego es aún más
interesante). Y, así, con valentía (la palabra de relato es parresía,
coraje en griego, muy potente y central en este relato) salen a hablarle
a todo el pueblo. Un detalle más en el relato original: los que salen
comparten un mensaje potente. Los que escuchan, es gente de todo
tipo, que hablan diferentes idiomas. Pero cada uno lo entiende en su
propia lengua.
Por eso compartimos acá unos puntos sobre un tema central nuestro:
política y espiritualidad frente a lo que viene.
67
La hipótesis es esta, y es cuádruple:
Cuando acá hablamos del Papa, no es que somos más papistas que
Bergoglio. El tema es que vemos que el compatriota que está en este
tiempo en la silla de Pedro, y vive en la residencia de Santa Marta,
opera en este sentido, poniendo el capital (sic) simbólico del
cristianismo en dirección a su horizonte y desde su núcleo: la fuerza
popular del para-todos (el cristianismo es pandémico a su modo). El
modo en que lo hace lleva puesto el virus, el ADN argentino: el pueblo
es una fuerza transformadora que con misericordia hace revivir a todos.
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El futuro está en cuestión, pero no con el talante del “progreso”, sino
con el espíritu de la justicia social y el cuidado de todos por una vida
buena. Y por eso no es un mero futuro de utopía, del mismo modo que
no es nostalgia del pasado: es memoria que activa un “ya”, un presente
donde las decisiones y la valentía y la fiesta del encuentro, se
adelantan con acción política y nuevos modos de componer lo común.
Una Patria compartida y generosa.
69
salida de los pocos a los muchos y viceversa. Movimiento en el
encuentro: lo que conmociona, conmueve y compone en el mismo. Y
movimiento común que surge de ese componer lo común.
Como tiene esta forma, hay una geometría y una geografía para
comentar la relación política-espíritu/espiritualidad-pueblo. Tiene que
ver con la dinámica de adentro–afuera, que viene tan al caso en estos
días.
ADENTRO / CUIDADO
Puede ser que este tiempo pase a la historia como aquel donde estar
adentro resultó ser un modo de “salir”. Salir del alcance de la muerte,
del virus, de nosotros.
70
Son todas preguntas sobre la salida. Nos animamos a plantear algo: la
única exterioridad posible, la única salida es el pueblo («solo el pueblo
salvará»… una frase de nuestra cultura política).
No pocas veces las derechas, que son sagaces como todo demonio, lo
encuentran primero que nosotros. Los meritócratas supieron
71
encontrarlo “adentro”, mientras nosotros creíamos abarcarlo
completamente en el afuera de nuestras plazas, movilizaciones y patios
militantes. Nuestras ágoras clásicas dejaron afuera un adentro que
fueron a timbrear, ficticia pero eficazmente, al umbral de las puertas.
Porque sabían que en ese “adentro” había algo de pueblo que nosotros
estábamos dejando de lado, porque estábamos encerrados en nuestra
imaginación sobre cómo eran las cosas. Hoy pasa algo con notas
parecidas: salir al encuentro del pueblo es quedarse dentro con él,
comprender las ansiedades y hastíos, y ahí, salir. «Timbrear” puede ser
el nombre de hacer el gesto que nos lleva a comprender lo que vive hoy
nuestro pueblo que está en ese afuera, que es para nosotros “el
centro”. Sus casas y barrios, sus dramas y preocupaciones, su
convivencia hacinada o amorosa, hecha de ternura y hastío.
Y por eso hay otro afuera donde podemos -y quizás debemos- ir: el
cuidado como un nuevo nombre para la política, la lucha y la
construcción.
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Saber arder.
31/05/2020
73
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EL DESTINO UNIVERSAL
DE LOS BIENES
Panes, peces, abundancia y Vicentín
LA MESA Y EL BANQUETE
“El paraíso es un asado que no termina nunca”, dijo un amigo a los
pies de la cordillera del viento cuando todavía no era párroco en la villa
más grande de la Ciudad de Buenos Aires. En esos barrios y en
muchos otros del país, la comida es hoy una urgencia. Hay voluntad
desde el estado, hay solidaridad espontánea y hay organización
popular. Pero no alcanza. Hoy falta comida en la mesa de muchos y
muchas. Y en tantas otras el precio de los alimentos y los ingresos
familiares resultan, otra vez, fuente de angustia y preocupación. No es
nuevo en el país. La crisis del coronavirus lo pone de manifiesto de
manera descarnada, y singular, al mismo tiempo que, como en otros
tantos temas acá y en el mundo, cataliza y desnuda los problemas de
fondo y las urgencias nuevas de nuestra sociedad. Vale para la salud,
vale para la economía.
75
“La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al
descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos
construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades”,
son palabras de Francisco en medio de la pandemia que hablan de
esto.
La comida “no es joda”, pero para que sea plena debe ser algo parecido
a un banquete. Porque plena y digna es la mesa abundante, en la que
se puede comer tranquilos porque hay para todos. Durante la dictadura
militar, Chichita de Erquiaga enseñaba a cocinar “con nada”, en una
pedagogía de la escasez que se repitió en los medios en la era Macri.
Pero la Argentina es la de Doña Petrona tanto como la de Evita. Son
dos registros de lo mismo: la mesa puede ser austera y simple, pero
puede y debe ser abundante por materia y espíritu. Lo saben las mesas
del domingo, los asados de los albañiles y lo saben las milagrosas
doñas de nuestros barrios, que levantan ollas populares que no
reparten sólo guiso, sino también fuego, ternura y belleza, en mil
rincones de la Patria. Petronas y Ramonas: hay una conciencia de
nuestro ser colectivo ahí.
76
estas medidas. Después de todo, “Asignación Universal por Hijo” es un
nombre más de la mesa mínimamente garantizada para todos.
En estos días, el ciclo de la pandemia y la cuarentena va poniendo otra
vez a la vista la necesidad de plasmar planes y formas de salida.
Modelos de país y “planes para resucitar”. Como dijo Francisco,
debemos -tenemos la exigencia política y ética de- “salir mejores”.
77
disolvió en 1945 porque consideraban que sus objetivos y anhelos
estaban cumplidos.
78
noción central, que parece insertarse o provenir de una serie distinta,
casi ajena, a la justicia: la misericordia. La palabra es extemporánea y
tiene mala prensa. Está pregnada de pietismo y probablemente
subvalorada por sentimental o poco revolucionaria. Pero pasa esto: al
acercarse al concepto y sus fuentes, a la definición más precisa, ésta
no se distingue mucho del más empinado catálogo de cuestiones
sociales “duras”: dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, recibir
a los extranjeros y forasteros, atender a los enfermos y velar por los
presos. Una enumeración prácticamente idéntica a la que Marx puede
usar en sus escritos para describir las necesidades del proletariado que
el capital subsume.
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¿Por qué el lujo? ¿Por qué piden “flan?” O, también: “En vez de darles
vino, ¿por qué no les enseñan a pescar o a hacer su huerta?”. Pero en
esta tradición cristiana, y más aún en su fuente evangélica directa, hay
algo que sobreabunda. O sea: exceso, plus de vida buena. No mera
polenta y sobrevivencia. Vino, y del bueno.
80
Y por otro lado, sosteniendo la tensión de las cuestiones materiales con
la experiencia vivida, del dolor y el sufrimiento, la ternura y la cercanía,
que son los modos en que el Papa, lejos de una abstracción griega o
escolástica, o socialdemocracia, plantea el fondo espiritual, el nudo
álmico de la cosa, esa de la soledad de los hombres y mujeres que el
capitalismo en general y sus sacerdotes en particular conocen tan bien.
Como Margaret Tatcher tan bien expresaba cuando decía “la economía
es el medio, el objetivo es el alma”.
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Entonces, si uno toma el desafío del Papa de tomar “el pulso del
espíritu” no hay más que atender a tres o cuatro cosas, y no a la
imagen de una paloma evanescente: los que no pueden respirar, desde
Palestina a Minneapolis y de los Qom a Retiro. Los que están llamados
a sumarse a la construcción; desde los movimientos sociales hasta
todos los descartados en las periferias existenciales, geográficas y
sociales hasta todos los que están ahogados por la indiferencia o por el
pensamiento “fatal” de la economía, que asfixia con la tecnoburocracia
tanto nuestros modos de pensar el mundo como la casa común.
Las cosas que dice Francisco nos invitan a ver esto: la noción de que
todos somos hijos de Dios está en la fuente de los derechos humanos y
de la idea de igualdad. La matriz de la noción de ciudadanía no se
puede separar de la idea de comensalidad. Las sociedades que no
evalúen su propia mesa compartida, y a quiénes y cuántos sientan a la
mesa de lo común, tendrán acaso democracias formales, pero los
muros levantados por y para la exclusión pueden y deben ser puestos a
la vista para evaluarlas.
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DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES
“Un día como hoy, un sábado, Jesús hizo dos cosas que, nos dice el
Evangelio, precipitaron la conspiración para matarlo. Pasaba con sus
discípulos por un campo, un sembradío. Los discípulos tenían hambre y
comieron las espigas. Nada se nos dice del «dueño» de aquel campo…
subyace el destino universal de los bienes. Lo cierto es que frente al
hambre, Jesús prioriza la dignidad de los hijos de Dios sobre una
interpretación formalista, acomodaticia e interesada de la norma.”
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“Ea, pues, reparte de modo vario tu riqueza, sé ambicioso y magnífico
en gastar en favor de los necesitados. No vendas a altos precios,
aprovechándose de la necesidad. No aguardes a la carestía de pan
para abrir entonces tus almacenes. No esperes, por amor al oro, a que
venga el hambre, ni por hacer negocio privado la común indigencia. No
seas traficante de las calamidades humanas. Tú miras el oro, y no
miras a tu hermano: reconoces el cuño de la moneda y disciernes la
genuina de la falsa, y desconocemos de todo punto a tu hermano en el
tiempo de necesidad.”
“Por eso es que, sin que hayan desaparecido aún las causas y los
efectos de una lucha cruel, estamos ya elaborando pacientemente los
medios que habrán de servirnos para enfrentar con seguridad los
acontecimientos del futuro. Y en esta tierra nuestra, donde se han
confundido y delineado los tipos sociales de las más encontradas
inmigraciones, estructuramos, con fervor humanitario, los fundamentos
económicos y sociales de un nuevo convivir, que no tiene más
aspiraciones que la acción reconstructora de lo que el hombre pudiera
haber perdido por su individualismo excesivo, no enteramente
compatible con nuestras instituciones de honda raíz democrática. (…)
Vivimos una época de la historia del mundo en que el egoísmo ha
pasado a ser una de las peores desgracias de la humanidad. Es
necesario que día a día, poco a poco los hombres ricos o pobres,
pudientes o humildes, se convenzan de que nada en la vida puede
valer la desgracia de un niño que llora o de una madre que no puede
darle de comer. (…) Es indudable que el problema fundamental de
gobierno en la hora presente finca en la solución de cuestiones que
atañen a las masas rurales y a las urbanas, para ir después a la
organización integral de la riqueza del país.”
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habría llamado “las habladurías”. Devolverle a las palabras el espesor
del tiempo es una tarea urgente que tenemos. Por eso rescatamos aquí
estos párrafos de fuentes diversas, separados entre sí algunos por
años, otros por décadas y otros por siglos.
85
sangrienta como eficiente. Por eso creemos que la fuente religiosa, la
doctrina y la palabra de Francisco, justo ahí donde recoge cosas
nuestras y del largo y ancho camino de los pueblos, puede y debe ser
un aporte fundamental. Y una herramienta de construcción. Lo que
nuestro pueblo crea y pueda creer tiene mucho que ver con lo que
pueda vivir. Como lo expresa Scalabrini en la cita que abre este
artículo.
14/06/2020
86
BANDERAS EN TU CORAZÓN
Continuidad realista y novedad magnánima
Belgrano fue un hombre que, en el momento justo, supo encontrar el
dinamismo, empuje y equilibrio que definen la verdadera creatividad: la
difícil pero fecunda conjunción de continuidad realista y novedad
magnánima. Su influencia en los albores de nuestra identidad nacional es
muchísimo mayor de lo que se supone; y por ello puede volver a ponerse
de pie para mostrarnos, en este tiempo de incertidumbre pero también de
desafío, «cómo se hace» para poner cimientos duraderos en una tarea
de creación histórica
Nosotros somos esos locos; ¿lo saben ustedes, mis amigos? ¡Somos
locos, porque pensamos que hay una justicia eterna que es llamada a
gobernar el mundo; somos locos, porque pensamos que todos los
hombres nacen iguales y libres, que lo mismo en religión que en política
ellos tienen derechos y deberes uniformes a los ojos del Cielo; somos
locos, porque pensamos que todos los pueblos son libres y soberanos, y
que no hay más legitimidad política en el mundo, que la que procede de
sus voluntades; somos locos, porque pensamos que el reino de la razón
ha de venir algún día; somos locos porque no queremos creer que los
tiranos, y la impostura y la infamia, han de gobernar eternamente sobre la
tierra; somos locos, porque no queremos creer que nada hay en el
mundo de positivo y perpetuo, fuera de las cadenas, los cañones, el
plomo y el crimen! Por eso somos locos, sí, y si por eso somos locos, yo
me lleno de orgullo en ser loco de ese modo. Yo me ennoblezco con la
locura de creer como creo, que un sepulcro está cavado ya para nuestros
tiranos, que la libertad viene, que el reinado del pueblo ya se acerca, que
una grande época va a comenzar.
87
LOS SÍMBOLOS, LAS LUCHAS Y LOS PUEBLOS
Se cumplen 200 años de la muerte de Manuel Belgrano. Después de
largos años donde los próceres quisieron ser borrados y ridiculizados,
su figura sigue levantándose con una luz que nos toca.
Mi amigo…
La guerra, allí, no sólo la ha de hacer usted con las armas, sino con la
opinión, afianzándose siempre en las virtudes naturales, cristianas y
religiosas; pues los enemigos nos la han hecho llamándonos herejes, y
sólo por este medio han atraído las gentes bárbaras a las armas,
manifestándoles que atacábamos la religión.
88
Acaso se reirá alguno de mi pensamiento; pero usted no debe dejarse
llevar de opiniones exóticas, ni de hombres que no conocen el país que
pisan; además por ese medio conseguirá usted tener al ejército bien
subordinado, pues él, al fin, se compone de hombres educados en la
religión católica que profesamos, y sus máximas no pueden ser más a
propósito para el orden.
89
Merced, el abogado devenido en general comandó a las tropas a una
victoria fundamental en el primer tramo de la gesta emancipatoria.
Hoy, ese punto estratégico,300 kilómetros antes del gran delta que
rodea la perla del Plata, es el puerto de gran calado donde se concentra
la renta extraordinaria que ofrece la abundancia de la llamada “zona
núcleo”. Es, se sabe, la ciudad de Fontanarrosa, de Les Luthiers, de
Messi, de Lito Nebbia y de Fito Paéz. Pero es también la puerta de
salida de toneladas y toneladas de alimentos y de riqueza nacional. Por
allí se van tanto el agua del acuífero Guaraní como la riqueza de
nuestras llanuras. Por el puerto -por este y los otros del Paraná- se
concentra la energía vital y el trabajo de muchos en ganancias voraces
de pocos. Por eso Rosario también es la fila de nuevas torres de
departamentos que miran la abundancia del río y le da la espalda a mil
barrios zarpados en paco y tiroteo.
90
los ideólogos! ¡Los pueblos son los protagonistas de la historia!”. En
ese entonces ya circulaban los billetes de la fauna local que habían
venido a desplazar los rostros de los hombres y mujeres que habían
amado la Patria con heroicidad. El guanaco se llevó puesto al
restaurador, el cóndor a las Islas Malvinas y un venado andino
reemplazó a la abanderada de los humildes. Vaya también aquí una
mención a la lucha de los símbolos y las imágenes -porque los billetes
son emblemas- y de paso, un ejemplo de los posibles y muy habituales
usos de la estética ecológica para deshistorizar a las sociedades y los
pueblos. De esa racha de cambios en la moneda, Belgrano se salvó
porque la inflación se les disparó a los tecnócratas –por no decir
payasos- que siempre explicaron con recetas recurrentes cómo se
disciplina la inflación.
Hay que elegir entre la realidad o la idea. O, dicho de otro modo, entre
la realidad supuestamente neutra y objetiva, pero impotente y
victimizante, y la realidad efectiva: la que demanda decisiones con
costo, apuestas creativas, valientes y que a su vez interpela a otros
91
para que tomen partido y pongan lo suyo. Esas decisiones tienen sus
propios imaginarios: ¿Qué es la gloria? ¿Qué juramos inmediatamente
después de cantar “sean eternos los laureles”? ¿Dónde radica la
grandeza de la Patria? Algunos imaginan un palacete francés con un
pabellón celeste y blanco que flamea. Otros, miles de chalecitos donde
viven los que se levantan para ir a trabajar antes de que salga el sol y
que vuelven a cenar en un mantel con manchas de tuco y vino.
92
TIERRA, TECHO Y TRABAJO
En medio de la pandemia, Francisco rezó en una Plaza San Pedro
desierta y lluviosa. Levantó la custodia con la hostia consagrada, el pan
de la unidad -como dice la misa: “fruto de la tierra y del trabajo de los
hombres”. Es un símbolo viejo, cuya potencia desafía al tiempo. En
Argentina tenemos triste memoria del “Corpus Christi”, justamente por
haber sido utilizado como insignia por los poderosos cuando temieron
que “el cuerpo colectivo” se constituyera de un modo que no respondía a
sus intereses. Los símbolos no son casuales. Hay que estar atentos a los
motivos de esto: los símbolos fuertes están en disputa. El pueblo
funciona, se constituye y se reconoce en ellos. No se los puede dejar al
azar o despreciarlos.
Es como con Belgrano: son los símbolos que mueven, los que recogidos
del corazón del pueblo son puestos otra vez frente a todos para
convocarnos, y señalados en medio de batallas que tienen que ver con el
93
destino de todos y cada uno. Y así resplandecen: tienen la oportunidad
de un nuevo esplendor de sentido y acción.
La gran cosa es esta: que los símbolos no queden lejos del pueblo que
se conmueve con ellos, ni que se separen de las batallas verdaderas en
las que han de servir de señal, motivación y fuerza.
BANDERAS EN TU CORAZÓN
Don Manuel se llamaba Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.
La semana pasada se celebró su fiesta. La devoción popular del Sagrado
Corazón, que no necesita que le pongamos estética pop justamente
porque lleva los colores de la sensibilidad popular ya en su versión
original, sostiene en la tradición católica dos cuestiones.
20/06/2020
94
ALMA DEL PUEBLO
Los ejercicios espirituales
EL OBJETIVO ES EL ALMA
¿El alma existe? ¿Existe el pueblo? Ambas entidades son evidentes y a
la vez inconmensurables. Sea en la filosofía, sea en una conversación
entre amigos. El alma remite a la singularidad, a lo eterno en cada uno
y lo que trasciende el límite del cuerpo, por dentro y más. El pueblo -
¿Dónde está si no es este? - nombra lo que podría haber más allá del
individuo, acaso sin responder a la temporalidad y las categorías del
mero mundo. Eso que estaría más allá de la opinión pública y la
95
ciudadanía. Para acercarse a ambas cuestiones, más vale una
disposición valiente para entrar en conexión, que un método riguroso de
observación. Son categorías míticas, más que lógicas. Eso dice
Francisco citando a Kusch.
Esta banda aquí, podría decir que este premio me importa más que
nada en el mundo. Pero se equivocaron. La verdad es que creía que
me importaba, que la música importaba. Pero no importa una mierda.
96
No es nada comparado con la vida de mi gente. Que ganemos este
premio no significa nada para el público, salvo que lo rechacemos,
como lo vamos a hacer ahora. Esto será una noticia, ¿verdad? (Los
noteros sacan fotos) ¿Ven lo que digo? Así no estaré hablando a solas.
Porque durante los últimos 10 años, este maldito gobierno ha destruido
sistemáticamente toda una industria. Nuestra industria. Y no sólo
nuestra industria. Nuestras comunidades, hogares, nuestras vidas.
Todo en nombre del progreso y por el maldito dinero. Les diré algo más
que quizá no saben. Hace dos semanas, la mina que da origen a esta
banda fue clausurada. Otros mil hombres perdieron su trabajo. Y no
sólo eso. La mayoría perdieron la voluntad de ganar, hace tiempo.
Algunos incluso perdieron la voluntad de luchar. Pero hemos llegado al
punto de perder la voluntad de vivir, de respirar. El tema es que si aquí
hubiera focas o ballenas, habría movilizaciones en su defensa. Pero no
lo son. Son solo seres humanos corrientes, comunes, honestos y
decentes. Y a ninguno de ellos les queda ni una gota de esperanza.
Pero pueden tocar maravillosamente una pieza. ¿Y eso qué mierda
importa? (Llora) Ahora llevaré a mis muchachos de vuelta al pueblo.
Gracias.
97
EL ALMA DEL PUEBLO AHORA
La pandemia logró, en un primer momento, la “unidad de los
argentinos” que había sido presentada como promesa de campaña de
los lobos con piel de oveja. El enemigo invisible fue la amenaza común
que cohesionó a una sociedad crecientemente fragmentada en
múltiples segmentos. Finalmente, “pandemia” significa “para el pueblo
entero”.
Fueron pocas las semanas que pasaron hasta que el veneno comenzó
a filtrarse por las rajaduras que siempre siguen expuestas entre
nosotros. Primero los sueldos de los políticos, después el fantasma de
la liberación de los presos, Vicentín, la supuesta amenaza a la
propiedad privada, el cercenamiento de las libertades… hoy: la justicia
por mano propia. La grieta deja al descubierto la veta que permite
esmerilar lo que unido es fuerte. Las zonas de la experiencia que tocan
los límites entre la vida y la muerte -tema de todos los zócalos hace
meses- son las zonas del alma y del pueblo. Y del alma y el pueblo. El
tópico de los matables, los abandonables, los descartables también lo
es. Se conmueven o son movilizados, alma y pueblo, en torno a esas
cuestiones.
98
los dijo a los jóvenes argentinos hace exactamente 7 años en Río de
Janeiro. A eso se refería cuando dijo “hagan lío”.
ALMA Y DESCARTES
Los fundamentos que justifican qué vida debe preservarse y cuál es
desechable son provistos, en última instancia, por las religiones. O,
dicho al revés: todo aquello que opera sobre ese límite, es de algún
modo religioso. Atañe a ese campo de cuestiones. Desde ahí decimos
que el capitalismo es una religión.
99
SANTÍSIMO SECUESTRADO
“El templo es el mundo. Si la sagrada comunión no puede darse en los
templos debe darse en las calles porque Jesús es el que sana y cura.
El Santísimo está secuestrado”, fue el Tweet con que Elisa Carrió
disparó contra propios y ajenos por la continuidad de la prohibición a
realizar ritos religiosos. También es el modo en que opera sobre esa
fibra religiosa siempre latente, y aún más sensible en estos tiempos de
pandemia. Pero vale preguntarse más allá de Carrió y su olfato para
carroñar en medio de la angustia, qué está implícito en la apertura de
comercios antes que de templos. ¿Qué es lo esencial? ¿Cuál es el dios
que ordena?
También es cierto esto: ¿por qué sería más prioritario abrir los
shoppings que los templos?
100
También se trata del bajo continuo, la banda de sonido de las fiestas sin
lista de invitados, las que se daban en los clubes, sociedades de
fomento, parroquias y avenidas. Gardel, la Negra, Feliciano Brunelli o
Madonna pueden sonar allí, por apropiación mixturada. Porque la
autenticidad se da no sólo en el origen, sino en la adopción.
Son melodías que mueven al abrazo y la sonrisa, que nos llevan a esa
patria del alma que es la infancia.
SOLEDAD: COMÚN
Jorge Alemán ha propuesto desde el psicoanálisis una manera de
conectar lo individual y lo colectivo, mostrando el modo en que lo que
tenemos de más singular, y más solitario y más íntimo, es lo que
tenemos en común. Dicho de otra manera, el punto de desborde y
articulación (desborde es el modo en que Francisco dice que se
producen las transformaciones, y articulación es un nombre de la
construcción de hegemonía, esa misma que Gramsci define como
conformidad moral) entre cada cual y todos. También podría decirse:
hay una operación que sucede, como tarea pero también como gracia y
encuentro, que hace que de pronto la multitud -los muchos en tanto
muchos- se transfigure en pueblo -los muchos en tanto uno, en tanto
unidos-.
101
Algo parecido exploró Scalabrini con su pluma, que iba de la poesía al
análisis económico político, cuando reconocía, en las masas que el 17
de octubre refrescaban sus patas en la fuente, a aquel hombre “que
está solo y espera”.
Hoy las movilizaciones posibles son otras que aquellas. Pero el alma de
cada uno y del pueblo se despliega y tiembla, teme y florece a
distancias caras y con marchas sinuosas a sus propias fuentes.
102
Podemos proveer -proveernos- los ejercicios espirituales, el cuidado en
la indagación y el camino -la terapéutica, la clínica, el diálogo y la
interpretación- para acompañar este camino. Podemos hacerlo, o lo
harán otros. Mientras que el neoliberalismo -llamémoslo como quieran-
se entera cada vez más de esto y produce filosofías, religiones y
afectos maquinales que le permiten andar el campo de estas
búsquedas, una conciencia ilustrada pintada de progresía, que en su
momento fue potente y aportó; insiste con que el alma no está, se
engolosina en que Dios ha muerto, patina hacia el lado en que solo
somos diferencia, se complace en la opinión infinita y piensa y dice que
la verdad es siempre totalitaria. Lo hace con buenas intenciones, pero
lo hace también en el plano inclinado donde las cosas se deslizan
fácilmente hacia una ironía neutralizadora donde lo que parece derribar
los obstáculos para la libertad, es al mismo tiempo y aún más, destruir
los pocos puntos de apoyo en los que apalancarse para sostenerse en
pie y seguir la búsqueda.
Es en este campo donde hay que pensar la efectividad de una parte del
pentecostalismo de derecha, pero también los límites de unas
izquierdas sin trascendencia ni centros. Y también acá está el problema
de interpelar a la sociedad solo como ciudadanía desde la gestión, sin
llegar a generar la palabra incendiaria que conecta la política con el
pueblo. Vale para las emitidas desde el Estado, vale para los diálogos
que se plasman en la comunidad. Vale también para las mil
interacciones virtuales y presenciales de palabras, imágenes y gestos
donde cada día y cada noche nos encontramos y buscamos.
Hay una tarea posible para leer, escuchar, intervenir y recrear esas
palabras (En guarani, alma es “ánga”. Y el término es también palabra,
lenguaje. Indistintamente).
Por eso hay tarea para todos, porque todos somos trabajadores de la
palabra «alma». El algoritmo nos atraviesa con su pretensión de
arquitectura cerrada -una torre de Babel engañosa, disfrazada de
libertad de opinión, pero con la pretensión de que sólo se hable el
idioma de la productividad y el rendimiento-. Sin embargo, somos
nosotros los albañiles, poetas de nuestras propias vidas. O, como dice
103
Francisco con más precisión, poetas sociales, tal como le gusta llamar
a los movimientos populares.
Qué más se puede hacer en esta tierra incendiada sino eso: cantar.
Si no están, proponerlas.
LUCHA ALMADA
En estos días se recuerda a Eva Perón. “Eterna en el alma de su
pueblo”.
104
Hay que afilar las almas, afinar los instrumentos, y salir al campo de
batalla.
Pero, sobre todo, encontrarnos en la lógica del don. El alma del pueblo
o el alma propia no se encuentran en la indagación abstracta, la
elucubración sin carne o el debate en modo comentario.
26/07/2020
105
106
UN ESTADO DEL CORAZÓN
Francisco y los jóvenes
#PAYASOSDELAHISTORIA
#FF tiene un abrazo como contraseña y, de algún modo, logo.
Francisco y Maradona. Maradona y Francisco. No queda claro quien se
reporta con quien. Un encuentro que podría ser el momento más
surreal de la historia nacional. Casi un cuento de Fontanarrosa. El Papa
argento y D10s, el plexo de nuestras humanas pasiones, el pecador y
barrilete.
107
imagen les confirmaba una intuición. En ambos casos, surgía la
pregunta. ¿Por qué? Nuestra respuesta: que el pueblo no es
solamente sus figuras habituales sino también, y sobre todo, los
encuentros inesperados y sorprendentes. Incómodos incluso, pero
desafiantes también. El de las pasiones, las controversias, las
tragedias, las miserias y genialidades de las multitudes. Y de cada
uno. Maradona es una de las síntesis de todo eso.
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#SOLIDARIDADINTERGENERACIONAL
Hay pibes que nunca consiguen laburo y viven de changas. También
hay mucha porquería rompiendo a los pibes. La pasta base. Que aferra
por la química pero también desde el alma. Se sabe que hay mucha
violencia, mucha fractura y mucha incertidumbre. En el otro extremo,
los mayores son subestimados, ignorados y despreciados. Se los pone
en un lugar de lastre cultural, social… incluso fiscal.
109
Los rostros, los rotos y lo roto. Reconocimiento y espejo, exclusiones y
estigmas, herida y fractura. Por ahí hay una propuesta de esa palabra
#TIERRATECHOTRABAJO
Francisco es un gran publicista. No solo por su largo ejercicio de pastor,
sino también porque tiene la claridad o la picardía de que hay que
hablarle al deseo del pueblo. Haciendo síntesis. Lo que lanza como
consignas o invocaciones, está preparado para ser “campaña”, líneas
de articulación y condensación, para orientar, reunir y encarar tareas
fundamentales. También tienen la permeabilidad para transformarse en
significantes masivos que pueden resumirse en un #hashtag. Francisco
no leyó probablemente a Laclau ni sigue a Duran Barba ni imita a
Perón. Lo que pasa es otra cosa: conoce y le tocó pastorear a la
sociedad -el pueblo- sobre los que estos piensan, operan o conducen.
Y él mismo es parte de ese pueblo.
110
También es una agenda que puede ser un factor ordenador para la
fuerza y la voluntad de los jóvenes de “hacer nuevas todas las cosas”.
En la negación de la tierra, la falta de techo y la destrucción del trabajo,
la desigualdad se hace carne. Argentina tiene las condiciones, la
capacidad y la memoria para hacer que las tres T no sean una agenda
utópica sino una realidad que puede ser construida con decisiones
concretas, apuestas colectivas y un protagonismo del pueblo.
#HAGANLIO
Pero fue “Hagan lío” la primera frase del Papa que se hizo “hashtag”. La
dijo a los jóvenes argentinos en Río de Janeiro, en la jornada mundial
de la juventud. También fue, probablemente, la que más rápidamente
cayó en la zona de las muletillas inofensivas.
111
decimos que hacer lío posta, si te lo dice el Papa, tiene que ser más
bien un lío que incluso le pueda molestar al Papa mismo.
Entonces, en el pedido de lío a los jóvenes, hay que dar una vuelta
completa para no desperdiciar la oportunidad malinterpretando -por
exceso de comodidad- el pedido. Hacer lío es conectar, conjugar cosas
inesperadas. Ligar a la práctica aquello que la movilice más, que la
trastoque, que la incomode. Que la mestice de nuevo con lo vivo. Ahí
mismo está la cuestión de “jueguen al borde”, que es el otro pedido que
le hizo Francisco a los jóvenes en el Sínodo.
#JUEGUENALBORDE
Es fronterizo el Papa. Quien propone la salida es de frontera. Jueguen
al borde es una propuesta de transformación de las fronteras. Modo de
juego y lugar de acción. Sitio institucional. Periferia de la cancha. Jugar
al borde es transformar el contorno.
112
El planteo de Francisco tiene algo interesante en este sentido: más que
criticar “el sistema”, critica el paradigma. O sea, lo que organiza al
sistema. Lo señalamos porque por acá va la cosa de jugar al borde de
la cancha, de las reglas, de lo institucional. Tiene que ver con esto: con
el destino de la rebeldía.
#POLIEDRO
No alcanza la opinión, sin embargo. Ni siquiera meramente el diálogo.
Esta tarea demanda doctrina. Encontrar unas claves compartidas que
113
sirvan como criterios de discernimiento en la construcción, más allá de
cualquier estructura orgánica y, en algún punto, más allá o atravesando
cada situación y posición. Las disputas que existen y las que
aparecerán a partir del desenvolvimiento de las tareas actuales, van a
requerir vocación de unidad y práctica de confluencia. Pero también eso
que la cultura política moderna niega siempre como efecto totalitario
(“adoctrinamiento”): requiere doctrina.
Poliedro. Una forma, una imagen, una nueva arquitectura que va más
allá de la esfera. Una apuesta por la diversidad y la diferencia, no tanto
entre pares como entre pueblos. También de sectores sociales y
actores (“sean poetas”, les dice Francisco, en otra llamada a romper la
palabra sin aristas con la fuerza de la poesía y lo propio) que
alimentando su alma puedan dotar de sentido a diversos y diferentes
que en esa identidad se encuentren, para hacer juntos la historia. El
poliedro le vuelve a poner impurezas, imperfecciones, pero sobre todo
realismo al supuesto diálogo, fluido pero sin significado y sin
consecuencias, que proponen los tecnócratas de la democracia global y
la opinión pública. En tiempos de terraplanismos y de plataformas
digitales globales, una visión para mirar el planeta, la patria, las
instituciones y las organizaciones, con vocación de unidad, esperanza y
futuro. Con una imagen ordenadora que a su vez garantiza apertura.
114
conflicto; el tiempo es superior al espacio; la realidad es más importante
que la idea; el todo es superior a las partes. En esos cuatro principios
hay toda una doctrina de fondo que debemos recuperar, incorporar y
revitalizar. Proyectar lo que somos a escala universal.
#LAPATRIAALHOMBRO / #PLANPARARESUCITAR /
#PROTAGONIZARLASALIDA
Son tres interpelaciones que en este momento se articulan y pueden
hacer algo así como el escenario de acción de la juventud. Como si las
tres conformaran un escenario cuya cuarta pared se abre hacia el
espacio de todos, el público, las gentes, nuestra sociedad, el mundo, la
pandemia, la deuda, la educación, la salud, el trabajo, la música y el
baile.
115
El amor rejuvenece. A todos.
02/08/2020
116
EL PROBLEMA DEL MAL
El príncipe de este mundo y el miedo
a ser felices
Mas no todo es folklore en la blasfemia (…) En una Facultad de
Teología bien organizada es imprescindible —para los estudios del
doctorado, naturalmente— una cátedra de Blasfemia, desempeñada si
fuera posible, por el mismo Demonio.
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NO ES FÁCIL ABORDAR EL TEMA DEL MAL
Muchos temen, seguramente con razón, que reponerlo en la reflexión
solamente puede tener el destino de generar binarismos totalizantes y
totalitarios. Las prevenciones crecen si el abordaje toma como
componentes, elementos que no abrevan del mero paradigma ilustrado,
sino que suma algo que viene de la teología o de la religión. Y peor aún
si la figura del Papa está de por medio.
118
El tema del mal no es ajeno a la filosofía. Desde la segunda guerra
mundial, el nazismo, el holocausto y el stalinismo, estuvo y está en el
centro de muchas reflexiones. De ese momento se derivan
orientaciones éticas fuertes. Pero algunos han advertido los peligros de
esa otra identificación del mal de la que se derivan una idea de bien,
una ética, y una política.
Pero se puede pensar el mal desde otro lado. ¿Se corre el riesgo de
hacer afirmaciones peligrosas? ¿Se cae enseguida en una estrategia
de oscuridad, retrógrada y represora? El riesgo existe.
119
Hay una porción de la dirigencia política, fogoneada por el staff
periodístico y pagado por los dueños de casi todo, que busca contagiar.
Por un lado, en sentido literal. Quieren que a la Argentina le vaya mal y
que el sistema de salud colapse. Que podamos campear una pandemia
global con orden, planificación y resguardo de las mayorías, desactiva
el pesimismo permanente de los que viven de las crisis cíclicas de la
tragedia nacional. La autoestima argentina es inversamente
proporcional a la autoestima de la clase dominante. Defienden la
desigualdad porque se afirman en ella para ser. Pero también contagian
veneno. Inyectan veneno a la gran conversación que une y articula a la
sociedad. El tejido social también se resiente y se rompe en el debate
público. Jorge Alemán dice que estamos en un momento en que la
derecha está “desinhibida”, perdió escrúpulos y límites. Hay una
agresividad que conjuga desesperación y furia del que pierde poder.
Escupe porque quiere provocar, necesita atraer la atención, existe en el
kilombo. Ese es su juego y su negocio.
¿Hay que ir a TN? ¿Hay que penalizar a quién toma dióxido de cloro en
“prime time”? ¿Qué se hace con un periodista festejando los contagios?
¿Cómo se convive con el veneno de Alfredo Casero? La pantalla, el
algoritmo y los inescrupulosos son un combo feroz. La crisis del 2008
desató unos demonios que le hablan a lo oscuro que también nos
habitan a cada uno de nosotros. Se habla de la derecha “postsecular”, no
tanto porque estos hayan vuelto a creer en lo trascendente –antes y ahora
son fieles al dios mamón-, sino que recuperan el discurso religioso y el
clivaje sobre la esencia como un punto donde hacer palanca.
120
batacazo de Trump, el NO a la Paz en Colombia y el “sí se puede” de 2015
en estas pampas. En esta ofensiva teledirigida y voraz, Roma es uno de
sus blancos estratégicos. El capital no tolera que lo señalen y lo desafíen.
Que no le tengan miedo. Por eso apuntan con insistencia contra Francisco.
“No puede haber diálogo con el príncipe de este mundo, ¡que esté claro!”
dijo Francisco en una homilía de Santa Marta al comienzo de su
pontificado. “El diálogo proviene de la caridad, del amor. Pero con ese
príncipe es imposible dialogar: uno solo puede responder con la Palabra de
Dios, que nos defiende” fueron sus palabras el 11 de octubre de 2013.
Francisco asocia el tema del diablo a algo muy presente hoy: la mentira.
“El diablo es mentiroso, es el padre de los mentirosos, el padre de la
mentira” y reitera con San Pablo, que hay que estar “ceñidos con el
cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza”. Y también señala
al dinero: “Decía Basilio de Cesarea, padre de la Iglesia del siglo IV, citado
luego por san Francisco de Asís, que «el dinero es el estiércol del diablo».
Lo repite ahora también el Papa: «el dinero es el estiércol del diablo».
Cuando el dinero se convierte en un ídolo, dirige las opciones del hombre.
Y entonces arruina al hombre y lo condena. Lo hace un esclavo.”
121
Pero el tema del diablo y la figura de Jorge Bergoglio tienen antecedentes.
Estuvo asociado a aquella carta que el entonces arzobispo de Buenos
Aires le envió a los cuatro monasterios carmelitas en tiempos del debate
por la ley del matrimonio igualitario. En ella decía “aquí también está la
envidia del demonio”. No vamos a justificar ni al Papa ni a Bergoglio en
esto, en absoluto. Lo interesante para ser pensado -de esto se trata para
nosotros- es ver cómo es que trae la figura del diablo a un tema y
situación.
“La lucha es de igual a igual contra uno mismo, y eso es ganar”, dice la
canción. En el alma de cada uno se desata una batalla. El amor y la
compasión, salvan.
122
contención, su propio “pie en la huella del diablo”. No es que queramos
verlas especialmente como víctimas de las que hay que compadecerse,
pero el hecho es que, para construir una sociedad justa, integrada, con
libertad e igualdad, es necesario enfrentar el mal. No basta condenar la
oscuridad, el lado fiero de la realidad y de las subjetividades, de lo personal
y lo colectivo, sino que hay que entender y atravesar.
123
análogas o supletorias de lo sagrado. Los que generan subjetividades
seriadas, producidas en y por dispositivos simbólicos que administran las
conversaciones y las imágenes. Y atención: todos tenemos uno de esos
dispositivos en nuestras manos en este preciso momento. En ese
resplandor leemos esto: ahora mismo.
30/08/2020
124
CULTURA DEL ENCUENTRO
Base de la unidad, la humanidad
y la resurrección
Donde (dos o tres) se reúnen: ahí
Evangelio de Mateo, 18:20
Hace un año entramos a una austera sala de tres por cinco metros.
Austera dentro de una residencia austera. Domus (casa) Santa Marta,
viernes 13 de septiembre 2019 AP (antes de la pandemia), 18 hs. En
nuestro código interno le decimos “el viejo”, con afecto y resonancias, y
lo escribimos #F. El Factor Francisco es una nube de hashtags desde el
principio. Justo ahí donde “#” es una marca sobre las palabras, que las
vuelven articuladoras de cosas, centros posibles de galaxias de
significados y de historias.
125
operador, tiene cien años de perdón“. En eso estamos, semana a
semana, desde entonces. Tratando de aprovechar y multiplicar a este
hombre, compatriota controversial y querido, argentino y universal,
místico y político, pastor y gestor, que de operaciones sabe y hace.
Operamos a y con él. Y como dijo “el viejo” en el primer momento de su
pontificado: “Dios no se cansa de perdonar”.
FRANCISCO ES BERGOGLIO
Un año después están, para nosotros, las resonancias de un
encuentro. Así como están las resonancias del nombre. Nadie mejor
que él sabe de eso. Si uno mira en perspectiva la resonancia del
nombre que se puso, sobre todo ahora en medio de la pandemia y de
aquello que la pandemia desnuda y nombra, la operación de ponerse el
nombre del loco de Asís deja a la vista una intuición, una
correspondencia y una anticipación. Y un nuevo desciframiento que hay
que hacer. El medio ambiente, la pobreza, un mundo -y una forma de
Iglesia e incluso de religión-, que se derrumba. El nombre de un santo
cantador que se desnuda de sus viejos hábitos, de sus ropajes de clase
y de destino, y que se dispone al mismo tiempo a relacionarse de un
modo diferente con la fuente de su fe y con los que lo rodean. Nombre
pretencioso, dirá alguno. Nombre exigente, podemos decir también.
Pero oportuno. Resonador.
126
Francisco, el primer Papa no europeo de la historia moderna es un
argentino, periférico, del fin del mundo, de acá donde el diablo perdió el
poncho, puesto en el centro de una institución y un sistema en medio
de un punto de inflexión. Es el Papa del fin del mundo en el fin de un
mundo.
Encontrarnos con el Papa nos hizo recordar que las grandes tareas,
cuales sean, están en manos de hombres y mujeres iguales a nosotros.
Que es cuestión nomás de asumir cada cual lo que debe y considera
que puede hacer. Será por eso que lo primero que nos dijo fue algo así
como ‘vengo contento pero molido, esto es un lío de cosas’ y lo último
fue esto otro: “No me mitifiquen, solo soy un hombre que hace lo que
puede y tiene que hacer”.
127
Y desde ahí nos sirvió para seguir pensando el encuentro de muchos.
De los argentinos y nuestro pueblo con sus expresiones sociales,
políticas, culturales y vitales. Los desafíos de la construcción de un país
con justicia social. Y también nos sirvió y nos sigue invitando a pensar y
proponer formas en que esta sociedad que somos se puede encontrar
no solo con el pensamiento y las propuestas -a nosotros nos gusta
decir “las provocaciones”- del Papa argentino, sino también con aquello
de nosotros mismos que de manera paradójica nos llega desde Roma.
Al menos, si queremos y nos animamos a escuchar.
Rápidamente identificamos esto del Papa “del Fin del Mundo” -como él
mismo mencionó la primera vez que salió al balcón de la Plaza San
Pedro- con dos acepciones y lecturas respecto a qué es ese fin del
mundo. El fin del mundo como periferia, la nuestra en términos
geográficos pero también políticos desde América Latina y Argentina.
Pero también el fin del mundo por el momento de inflexión global, de
cambio de época, del “crack” de una forma de ser, de organizar, de
distribuir y de concebir lo que es la vida en la faz de la tierra. Y la
pandemia ha generado que ese fin del mundo ya no sea una inquietud
o una interrogación sino una evidencia y una urgencia. Por lo menos,
entre quienes se animan a asomarse, acaso, a un recomienzo.
128
Las búsquedas personales adquieren significado colectivo. Los hechos
colectivos están llamados a traducirse en decisiones y apuestas
personales. Los encuentros decisivos son los que median y posibilitan
ambas.
129
ANTICIPACIÓN Y DISPONIBILIDAD
La anticipación es otra de las cosas que llaman la atención, y lo
podemos decir tanto respecto al encuentro como a lo macro de los
planteos de Francisco. Esto lo hemos compartido con los amigos con
quienes hablamos del encuentro: la sensación de que no tenía ni idea
de quiénes éramos cuando entramos a la habitación pero que al mismo
tiempo sabía perfectamente todo lo que nos iba a decir y las cosas que
iba a hacer en esos casi sesenta minutos que estuvimos.
En estos últimos meses, eso de ‘no tenía la más pálida idea de quienes
éramos’ la entendemos como una cuestión de estar disponibles.
Horacio Gonzalez nos decía hace poco en una entrevista que “hay que
estar disponibles para un nuevo capítulo de la historia nacional”. Y ahí
otra vez una correspondencia. Estar disponibles para encuentros
nuevos, no exentos de astucias y cálculos, pero sobre todo expectantes
de qué es lo que emerge. No exento tampoco de “estar vigilantes”,
como dice el Evangelio. Estar vigilantes es la atención a que algo
puede venir de donde no se lo espera. No se puede esperar que venga
siempre lo que ustedes creen y de donde piensan que vendrá.
130
ESCALAS Y CAMBALACHE
Después de verlo en su escena cotidiana lo hemos escuchado con otra
intensidad, color y temperatura. La distancia de un encuentro fraterno.
Después de regalarle un vino (va el chivo, un Durigutti Cabernet Franc)
y ver cómo lo agarró, lo miró y se lo puso bajo el brazo, volvés a
reconocerlo uno más de nosotros. Eso fue justo antes de llevarnos de la
sala de recepción a su oficina, cuando nos dijo con picardía: “ahora los
de acá afuera van a decir que el Papa está en curda”.
Como estas, tantas otras imágenes. El Papa de Roma subiéndose a un
banquito tipo escalón para alcanzar uno de los muchos libros que nos
dio para #FF. O el momento en el que abrió el cajón para buscarnos la
película que hizo Wim Wenders -”todavía no la ví”, nos dice al paso-
sobre él y encontró un montón de los que le van regalando. En el
medio, mientras pasaba los discos buscando el de la película, pasó el
de “The Wall” firmado por Roger Waters, y lo tiró por ahí. Después
agarró uno de tangos de Canaro –“el mejor, sobre todo Ada Falcon, una
mártir”– y le preguntamos por su tango favorito: ”Cambalache,
profético”, no dijo al toque.
FALTAN UN MONTÓN
Le dimos la carpeta con todas las imágenes y producciones de
entonces de #FactorFrancisco. Le mostramos en especial el collage
que es la portada, el que tiene el abrazo de Francisco y Diego, rodeado
de una multitud de personajes, para nosotros, muy variada. Le
preguntamos si faltaba alguno más. Lo miró con atención, se agarró la
131
cruz del buen pastor que lleva en el pecho, levantó la vista y nos dijo:
“faltan un montón”.
Es así, las cosas que Francisco dice, las que hemos podido escuchar y
también las que hemos pensado a partir de él, toman un significado
fuerte no solo en torno a la realidad global de hoy, sino sobre todo en
relación a lo que nos pasa como país, lo que hemos vivido desde
setiembre de 2019 y enfrentamos ahora en el marco de la pandemia.
La gran carencia, la vacancia que hay, y al mismo tiempo constituye la
gran apuesta que hay que hacer por lo que nos falta, lo que y los que
hay que sumar, valorando lo poco o mucho que ya tenemos, pero que
de todos modos exige ir por más, sumar más, articular más, hacer más.
Es un momento tan crítico, más allá de la pandemia (que lo desnuda y
lo exacerba, pero no lo genera), que demuestra que hay algo del
mundo y del vivir juntos que está agotado y que hay que recrear. En
Argentina esto toma el nombre de desafíos políticos concretos, invita a
recrear una tradición de cultura y acción política, y propone una
apertura y al mismo tiempo una vuelta a las fuentes de lo mejor del
campo popular.
Otra vez, acá nuestro objetivo, bajo otras formas, no es tanto que venga
el Papa sino que su mensaje pueda ser recepcionado de manera
inteligente, valiente y enriquecedora. No en el mero sentido de
mencionar su nombre o de repetir sus palabras -que mal no viene, por
otro lado, porque incluso entre los propios se lo cita poco- sino en el
sentido de capturar e interrogar, y en todo caso también contestar y
cuestionar lo que Francisco plantea y propone. De manera no pasiva,
no usandolo como simple cita de autoridad o como moralina de
consigna, sino como un corpus discursivo que trama la gran tradición
cristiana de occidente con la experiencia pastoral en estas tierras y la
función global en un momento -un relámpago diría Benjamin- de
tempestad.
Sería una pena que lleguemos demasiado tarde, que el mensaje del
Papa se desperdicie. En estos tiempos, una fórmula simple de su
mirada y propuesta está en boca de todos, porque, por ejemplo, el
presidente ha sabido ver que ahí había cuatro palabras angulares:
132
“Nadie se salva solo”. Es una consigna corta, un lema, una oración, una
advertencia. Tiene detrás toda una teología, una espiritualidad. Pero
tiene también delante toda una política, una tarea de organización, un
modo de hacer comunidad, unas prácticas y una ética para cada uno y
para todos.
El mensaje de #F tiene la potencia de ser profético y de estar hablando
como una figura imposible y solitaria en la escena global. Pero al mismo
tiempo tiene una pedagogía, una pastoral, una paciencia, una artesanía
en su forma de narrar y de organizar sus planteos, que deja marcado
un surco y unas coordenadas para poder organizar no solo el “plan para
resucitar” (acá en #FF decimos “plan quinquenal para resucitar”) sino
también los sujetos personales y colectivos (“héroes anónimos” y
“ejército invisible”).
TRES LOCOS
Fue una hora. Ni más ni menos. Un instante de una tarde soleada de
Roma. Larga, para ser la entrevista con un Papa. Importante para
nuestro proyecto y para nuestros trayectos.
Un momento y un encuentro para ser resignificado. Como el episodio
evangélico de Emaús: un encuentro en medio de la zozobra, de
rememoración de lo que nos pasa y de indagar los modos de
entenderlo. De compartir. Y reconocer. Para releer y para seguir
escribiendo y caminando. Una articulación entre el modo de compartir y
los modos de asumir una resurrección.
133
Cuando nos íbamos, nos agarró a ambos, el Papa que se puso el
nombre de “el loco de Asís”, y nos dijo: – Voy a escribir en mi diario que
me reuní con dos locos.
13/09/2020
134
HERMANOS TODOS
Frente a frente
¡Grande es el poder de la mano tendida y de la amistad que se juega en lo
concreto! Qué importante es que aprendamos a ser manos amigas y tendidas.
El gesto de la mano extendida. Busquen crecer en la amistad también con los
que piensan distinto, para que la solidaridad crezca entre ustedes y se
transforme en la mejor arma para transformar la historia. La solidaridad es la
mejor arma para transformar la historia.
135
En unos días, Francisco hace pública su primera encíclica después de
Laudato si’: “Fratelli tutti”. Vuelve a la colina de Asís para firmarla en la
tierra del santo de la alegría y la pobreza del que tomó su nombre y que
cita en el título. Señala la amistad social como el remedio básico para
las enfermedades “físicas, sociales y espirituales” de las cuales la
indiferencia ante la injusticia y el dolor de los otros es la más peligrosa.
Nos adelantamos unas semanas para inscribirla en nuestra historia y
nuestras historias de acá, presentar el marco de sus planteos y
disponer algunos puntos para interpretar su contenido activamente.
AMISTAD SOCIAL
“Un amigo es uno mismo en otro cuero”, dice Atahualpa Yupanqui
recordando los fogones de la Pampa, donde conoció la música y el
verso. Uno mismo en otra piel. Anhelos, miedos, angustias y pasiones
de igual intensidad, cruzados por experiencias singulares.
Francisco se prepara para dar a conocer una nueva encíclica después
de Laudato si’: “Fratelli tutti”, cita de Francisco de Asís. Con la marca y
los antecedentes de sus planteos durante la pandemia como insumos,
el eje del documento será “la amistad social”.
La amistad social pensada como armonía pero sobre todo como
confianza, como acto de fe. Fe en esto: que los que somos parte de lo
mismo sabemos qué es aquello que debemos cuidar en medio de
nuestras disputas. Y esto no como una concesión educada, como
buenos modales, como la expresión de una tolerancia correcta pero
instrumental. Más bien como la apuesta valiente y prudente que se
hace por ser parte, justamente, de un mismo cuero. La disciplina y el
discernimiento que derivan de saber que en el otro hay algo mío que
ahí está vivo. ¿Cuál es el límite que debemos respetar para no
destruirnos? ¿Qué es lo sagrado en una sociedad?
Desnudadora y reveladora, la tempestad de la pandemia nos hizo
vernos en la misma barca. La salida de la pandemia –“no se sale igual:
se sale mejor o peor” dice Francisco- suma al reconocimiento de la
misma barca la sensibilidad práctica de sabernos un “mismo cuero”.
Reconocimiento interpersonal y subjetivo, pero también acción colectiva
y construcción política: una olla popular, un abrigo, una donación de
136
plasma o un impuesto a las grandes riquezas, no son simplemente
gestos de paz social, sino movimientos hacia el otro necesarios si
pretendemos vivir juntos y proyectar lo que somos hacia adelante.
Toda revolución tiene su “termidor”, dice una frase que toma de los
sucesos de Francia de finales del siglo XVIII la referencia fundamental
para pensar los grandes procesos de transformación social. El
jacobinismo no logró imponer su proclama a sangre y fuego -el acero ni
la pólvora alcanzan si no hay un pueblo entero detrás-, y fue entonces
cuando los partidarios de la libertad y de la comunidad ilusoria de
iguales, consideraron oportuno reemplazar la subversiva fraternidad por
la sagrada propiedad.
137
señalados como la sombra y la perversión de la democracia. En un
mundo clausurado, siguen trayendo desde la tierra otra versión de lo
que significa vivir juntos.
FRATICIDAS
TATITA: La miseria no es pelear, la miseria es matar al par. El uno
crece de a dos. El dos peleando es armonía. Es vuelo. El uno solo
crece monstruo. Pájaro de un ala sola, como vos. Te amputaste un ala.
Juntos podían ser un ángel. Y mirate: terminaste gallina bataraza, El
uno es la tragedia, Caín…
138
hiciste Caín?”-, miles de desaparecidos que no van a volver –”¿Qué
hiciste Caín?”-, bebés que hoy son hombres y mujeres que aún no
conocen su identidad -”¿Qué hiciste Caín?”-.
HERMANDAD DE RAÍZ
En el cristianismo se radicalizó y se universalizó la idea de que todos
somos hermanos al ser hijos de un mismo Padre. Un hermanamiento
que además queda transitado y articulado con lo más alto y que
interroga y cambia de lugar la relación política, ya desde su formulación
evangélica: “ya no los llamo siervos, los llamo amigos”.
139
sido Laudato si’, también llevará unas palabras textuales de Francisco
de Asís como título: “Fratelli tutti”. Otra vez el título de la encíclica no
será en latín, sino en el idioma original. El Papa Francisco vive la
fraternidad activando el mestizaje, la mezcla, las palabras del pueblo
común. Son señales.
140
“Todos y todas” expresó en los años pasados una inflexión también
referida a que no va tan de suyo que todos estén realmente adentro en
la palabra “todos”. En el tiempo en que los gobiernos del Frente para la
Victoria los sostuvo una mujer, la expresión se volvió identitaria y
contraseña.
141
solidarias, vienen sosteniendo a muchos y muchas del lado de adentro
de la vida. No es casual que los odiadores al mismo tiempo se
manifiesten como promotores de la “libertad” y del disfrute individual
expresado como derecho humano excluyente.
Por tres motivos centrales, que hacen que este momento se inscriba en
una inflexión política que lo trasciende:
Entonces, a esta propuesta hay que oponerle no sólo una versión del
“todos” y la “hermandad”, sino unas ideas de cómo cada cual puede
mantener la vincularidad y la singularidad personal en lo colectivo.
142
Necesitamos una versión nuestra para comprender y contener lo
individual y lo personal. La noción de amistad social tal cual la propone
Francisco, en gesto, pastoreo y propuesta y palabra, tiene algo para
decir allí. Porque el amor político cristiano, más propiamente
evangélico, es personal y personalizante, y concibe la comunidad y lo
colectivo tomando también “el uno por uno”, el “cada cual”. Es el
prójimo pero es también el “como a ti mismo”.
143
habrá que proponer una amistad política con la misma temperatura y
potencia, con la misma capacidad de hacer lazo social, pero orientada
de otro modo.
ELEGIR LA AMISTAD
Hay quien dice que Francisco prefiere el término amistad social al de
“reconciliación”. Esa otra palabra tan cargada de controversia en
nuestra Patria y en nuestra historia. Tomando toda la densidad histórica
de nuestros dramas, encuentros y desencuentros, asumiendo las
exigencias inmensas de la inflexión histórica y política que nos toca
vivir, con la pandemia como acontecimiento singular que nos deja
desnudos unos frente a los otros, si somos capaces de ver nuestra
fragilidad y la de la tierra que habitamos, es una oportunidad para elegir
la amistad. Para pensarla y politizar. Para practicarla, articularla,
organizarla. Hagamos de sus emociones y colores, de su música que
nos desborda y que impregna nuestra cultura, un vector de la acción,
un tono de la palabra y un factor de construcción y orientación.
20/09/2020
144
CURAR EL MUNDO
Una catequesis de cuidado, amor expansivo,
diversidad solidaria y justicia social
El próximo 3 de octubre, Francisco firmará su tercera encíclica, la
primera después de Laudato si’. Vuelve a Asís para darla a conocer,
vuelve sobre el otro Francisco, y con una cita suya, “hermanos todos”,
titula la encíclica. En los meses de la pandemia, el Papa fue
elaborando, en sus diferentes intervenciones, insumos que
seguramente aparecerán en los documentos. Lo que compartimos aquí
son reflexiones a partir de las catequesis que Francisco comparte todos
los miércoles en las audiencias generales, en un ciclo de intervenciones
con el título “Curar el mundo”. “Hermanos todos” y “Curar el mundo” son
dos invitaciones, dos afirmaciones y dos motivos que dialogan entre sí.
Preparándonos para la recepción del nuevo mensaje, compartimos un
aporte sobre las catequesis de ese ciclo.
145
como caricia. Y como milagro también. La curación es de palabra y de
cuerpo, de materia y espíritu. Pero es realidad efectiva, o no es. Sólo
así vale como promesa. Y viceversa.
CURAR EL MUNDO
En los días de la pandemia, y como preparación a su encíclica “Fratelli
Tutti/Hermanos todos”, este Papa que lleva el nombre del gran curador
-por reconstructor, que es otra resonancia de la palabra-, que fue
Francisco de Asís, planteó en sus intervenciones que hace todos los
miércoles en la audiencia general -llamadas “catequesis”-, una serie de
reflexiones con el título, justamente, de “Curar el mundo”.
146
La tarea posible es traducirlos a nuestra propia situación y nuestras
matrices políticas concretas, del campo popular en sentido amplio y de
cada corriente en particular. Y muy especialmente a la construcción
política concreta que debe incluir a todos en la Argentina que nos
enfrenta otra vez a operativizar un “todos” abierto y unido a la vez,
atravesado por los antagonismos propios de nuestra sociedad. No hay
que ser muy perspicaz para saber cómo estos planteos se imbrican en
nuestras historias y doctrinas.
—–
147
“Esta cultura de la indiferencia que acompaña la cultura del descarte:
las cosas que no me tocan no me interesan. La fe siempre exige que
nos dejemos sanar y convertir nuestro individualismo, tanto personal
como colectivo; un individualismo de partido, por ejemplo.”
FE Y DIGNIDAD HUMANA
“Tu fe te ha salvado”, cuenta el Evangelio que fueron las palabras con
las que Jesús se dirigió a la mujer que necesitaba curarse. El mensaje y
los gestos de Jesús reformularon los códigos y modos en que se
concebía la salvación y la dignidad. La curación física y corporal de
Jesús era también una redención a través de la mirada. Jesús
habilitaba (y habilita) un recomienzo que comienza con el
reconocimiento del valor de la vida del que sufre. Un Dios cercano,
misericordioso y de amor implicaba un reencuentro de cada uno con su
propia dignidad. Empezando por el último para llegar a todos, era el
criterio.
148
una vida en sociedad y de encuentro. Salir mejores responde
principalmente a cómo se conjugan ética personal, conflicto social,
distribución material y felicidad popular. Cómo se reparte la vida.
—–
149
Es la contrapartida económica y en ese sentido totalmente política de la
hermandad de todos. Y más allá de que para muchos es un planteo
“no-lo-suficientemente revolucionario” guarda, incluso en lo que pueda
tener de ambigua su formulación, un criterio disruptivo que cuestiona al
fondo la matriz del capitalismo. Uno de los puntos nodales, unas de las
divinidades del capitalismo como religión: la propiedad entendida como
intocable.
Hoy, en un momento donde “las dos pandemias” (la del virus, la del
neoliberalismo y, quizás también la tercera, la de la indiferencia
existente e inducida) ponen de manifiesto la necesidad de plasmar
políticas públicas, construcción comunitaria, acción política e
intervención estatal para distribuir la riqueza y componer un país no
sólo más justo, sino efectivamente viable “con todos adentro”, el destino
común de los bienes es el nombre de un criterio directamente asociado
a la esperanza que tenemos que plasmar en la acción colectiva y las
prácticas militantes.
—–
150
Estos síntomas de desigualdad revelan una enfermedad social; es un
virus que viene de una economía enferma. Tenemos que decirlo
sencillamente: la economía está enferma. Se ha enfermado. Es el fruto
de un crecimiento económico injusto —esta es la enfermedad: el fruto
de un crecimiento económico injusto— que prescinde de los valores
humanos fundamentales. En el mundo de hoy, unos pocos muy ricos
poseen más que todo el resto de la humanidad.
LA SOLIDARIDAD Y LA VIRTUD DE LA FE
Cuando el líder sindical Luis Inácio “Lula” Da Silva llegó a la presidencia
de Brasil en 2003, desafió la lógica hegemónica de los papers
económicos planteando que “los pobres no son el problema, sino la
solución”. Su principal argumento era que, para que el gigante
sudamericano volviese a crecer, era necesario redistribuir en lugar de
ajustar y concentrar. Durante sus años de gobierno, 40 millones de
personas salieron de la pobreza y Brasil creció de manera sostenida.
Esa decisión de reformular la forma social, para acortar las distancias
que separan a unos de otros, chocó con un racismo sedimentado
durante siglos de esclavitud y segregación. La cultura del descarte hoy
151
es la que se reinstaló en Brasil. El modo en que Bolsonaro administra la
pandemia es una explicitación demasiado dramática y cruda de esto.
—–
152
hace juntos o no se hace. Debemos hacerlo juntos, todos, en
solidaridad.”
153
también son de economía, de cultura, de vinculación, de práctica. De
política.
El amor puede generar estructuras, dice el Papa. Cuando uno lee una
frase de este tipo, no puede dejar de sentirla como cursi, blanda,
ingenua, incluso banal. Pre-política, irracional, antigua, tonta, inasible:
suena difícil. Quizás entonces, no esté de más poner esto en clave
interrogativa. ¿Puede el amor generar estructuras y realidades
políticas? ¿Bajo qué condiciones reales? ¿Qué es necesario para que
esto sea posible? ¿Con cuáles límites?
—–
154
políticas (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica [CIC], 1907-1912),
incluso la relación con la naturaleza (Enc. Laudato si’ [LS], 231). Como
somos seres sociales y políticos, una de las más altas expresiones de
amor es precisamente la social y política, decisiva para el desarrollo
humano y para afrontar todo tipo de crisis (ibid., 231).
155
el tiempo verbal siempre es el presente. Hoy es siempre todavía, toda
la vida es ahora.
—–
27/09/2020
156
FRATELLI TUTTI
Para despertar nuestra humanidad
El Papa Francisco fue a Asís, a la tumba de Francisco, el otro, el Santo
-el “Poverello”, cuya fiesta se celebra hoy. En la cripta que está abajo,
como en la base-raíz de la basílica más bella del mundo, dio misa con
un puñado de gente y no predicó: homilía cero. Al final, en silencio,
firmó la nueva encíclica.
Es sabido que el hombre labra sus gestos como talla sus palabras.
Gestor de escenas y señales. El lugar, la presencia, el gesto, las
palabras mínimas, el pulso y la presión de un tiempo bravo, sobre el
fondo cierto de un gran silencio. Y sobre los sonidos del silencio, las
palabras esenciales, como reconocimiento y exigencia: Fratelli Tutti.
Hermanos todos.
Take my arms that I might reach you, but my words like silent raindrops
fell, and echoed in the wells of silence, within the sound of silence.
157
Además de mostrar el modo complejo y desafiante, pero a veces
también empobrecido, en que se dan hoy los debates, lo fuerte es esto:
“hermanos” y “todos” son palabras inconclusas. No sólo y, quizás no
tanto, por lo que la mezcla de lucha por la inclusión le interroga, sino
porque la “hermandad” y el “todos adentro” son cosas que la
modernidad y su primo, el capitalismo, no logran articular y por eso
niegan, expulsan y tergiversan.
Todo esto dicho sin olvidar que lo que domina y lo que emerge hoy, de
aquel bello lema de tres, está bastante lejos de esas “mejores
versiones” porque el capitalismo financiero y la democracia
parlamentario-mediático-mesocrático-corporativa se muestran cada vez
más con la cara monstruosa de algo que llamamos fascismo. Lo
llamamos así porque así denominamos, bien o mal, a lo peor que
recordamos de la historia reciente. Pero puede que sea, lo que viene,
algo peor.
158
LAUDATO SI’, PERO SOBRE TODO “HERMANOS TODOS”
“Grito de la tierra, grito de los pobres” es la frase que sintetiza la
operación que desplegó la Laudato si’. Esa encíclica es un mensaje
dirigido al conjunto de la humanidad pero con especial incidencia en los
debates ambientales de las sociedades donde los problemas urgentes
de la vida –tierra, techo y trabajo– se encuentran prácticamente
resueltos. Desde la periferia se sabía que era necesario embarrar la
“agenda verde”, no para complicar su avance sino para llenarla de la
exigencia de las injusticias, clamores y luchas de los que viven en el
barro, comen de lo que se descarta y se enferman con el plomo del
agua contaminada.
159
PRECISA, CONCISA Y ABARCATIVA. SOBRIA Y POPULAR
Cada párrafo tiene una idea precisa y clara. El texto proyecta una
sobriedad que la potencia como hoja de ruta. Hay una preocupación
especial en no abundar en los diagnósticos técnicos, sino más bien
abarcar la complejidad de la crisis que atravesamos a través de
categorías amplias y a la vez operativas.
160
intencionalidad, la de alguien que escribe para todos porque primero
ama a su Patria y no cambia su pasaporte.
161
poesía de precisión: no es el que sabe, no es cuestión de “ser”. El que
levantó al chico, ese que además era un extranjero, un impuro, ese es
el que encuentra a su prójimo. Ese es. El que hace.
FRANCISCO Y FRANCISCO
Por todo eso, la parábola del buen samaritano es una pieza central de
nuestra civilización. Sin embargo, a los organizadores contemporáneos
del sentido -expertos, filósofos, analistas, periodistas- les cuesta. La
niegan, la suelen disolver o ignorar. A “los modernos”, sean
deconstructores o conservadores, de izquierda o de derecha, les cuesta
digerir lo que viene de Jesús de Nazaret. Lo que ahí “se cifra”, no lo
ven.
Francisco lleva el nombre del santo que más que ninguno buscó ser un
Cristo otra vez. El que quería que el Evangelio, simplemente, fuera la
regla organizadora de lo institucional (en ese momento, su orden, la de
los hermanos menores). Por eso este Francisco señala al otro, al de
Asís: porque aquel Francisco es “un segundo Cristo”.
162
UNA NUEVA ARQUITECTURA GLOBAL
SOSTENIDA EN LA BELLEZA DEL ABRAZO
FT interpela al sistema mundo desde la “unidad básica” de práctica que
es la amistad. Francisco vuelve a señalar los límites evidentes de un
paradigma que subordina la política a los mandatos económicos y
advierte, una y otra vez, que estos últimos derivan de un pensamiento
fatal, de algún modo, una “fe” o, más bien, una idolatría. Al resultado de
este paradigma lo llama “poder obsoleto” ya que una y otra vez se
demuestra incapaz en resolver los grandes conflictos humanos, en el
mismo movimiento en que es eficaz para resguardar las libertades y
privilegios de unos pocos poderosos.
“Homo homini lupus” -el hombre es un lobo para el hombre- fue el modo
en que Hobbes describió el estado de naturaleza humana. Ese fue el
fundamento sobre el que erigió un orden político y social del poder
absoluto. En tiempos en que el desorden global se acentúa y los
conflictos sociales se agudizan, la figura del Leviatan vuelve a asomar
la cabeza. Imaginar respuestas más allá de la bestia marina implica un
desafío místico y político.
163
APERTURA, IDENTIDAD Y LEGADO
“Ponerse en salida”. La indicación que el Papa planteó primero hacia
adentro de la Iglesia (en Evangelii Gaudium) ahora la proyecta hacia la
humanidad en su conjunto. No hay posibilidad de regenerar los lazos
entre los pueblos y las personas sin un descentramiento del propio “yo”.
Redobla la apuesta en la apertura hacia el otro como condición
necesaria para generar los reencuentros que la superación de la crisis
demanda (FT 88).
“Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de salar, ¿cómo
podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada”, dice el Evangelio.
“Salir de sí mismo” es un apelo al abandono del narcisismo, no así de la
propia identidad. El “sabor local” es la sustancia de los vínculos y no su
límite. En la tensión entre lo local y lo global se despliega la existencia
actual. Armonizar ambas dimensiones es parte del desafío para no caer
en la “mezquindad cotidiana” ni dejar de tener los “pies en la tierra”.
164
su papado, ya podemos ver su legado. Tiene forma de límite, señala
una frontera-borde y encarga una acción.
“Tengo tantos hermanos que nos los puedo contar”, dice Atahualpa.
Después de enumerarlos y describirlos, la canción termina como
sabemos: “y una hermana muy hermosa que se llama libertad”. Pero al
165
final. La libertad como remate, como conclusión y logro. No antes que
todos los hermanos, sino en el corazón del camino que los canta.
Solo se encuentra la libertad una vez que nos hacemos cargo de los
hermanos que tenemos. Y cuando el camino hace reconocer y desear
otra cosa más: que los hermanos son incontables, que no los podemos
contar. Porque son muchos. Y también porque no hay palabra, ni
lenguaje, ni poesía suficiente que los nombre del todo.
Una vez que ese cuento sin fin se canta y decanta, podemos contar con
una declaración nueva: la de la libertad sobredeterminada y de algún
modo sometida al amor. O las nupcias del amor y la libertad, que
transfigura a ambos. En otras palabras: amistad social.
04/10/2020
166
FRATELLI TUTTI
Implicancias de una “bomba” conceptual,
espiritual y política
Es posible comenzar de abajo y de a uno, pugnar por lo más concreto y
local, hasta el último rincón de la patria y del mundo, con el mismo
cuidado que el viajero de Samaría tuvo por cada llaga del herido.
Busquemos a otros y hagámonos cargo de la realidad que nos
corresponde sin miedo al dolor o a la impotencia, porque allí está todo
lo bueno que Dios ha sembrado en el corazón del ser humano.
167
TRADUTTORE / TRADITORE
El Papa tiene una caligrafía muy particular, cuidada y compacta.
Significativa y podríamos decir sintomática. Es un Papa “quirógrafo”: de
los que hacen escritos a mano. Pone su letra en las cosas.
168
FRENTE A LOS DISCURSOS DE ODIO, FRATELLI TUTTI,
TODOS FRENTE A FRENTE
Francisco eligió el silencio en la presentación de la encíclica. Un poco,
quizás, porque la fuerza inmanente de la cripta del loco de Asís sigue
irradiando un sentido y una belleza que no necesita palabras para
interpelar. Pero quizás también como respuesta a esa comunicación
“constante y febril” que el Papa señala como síntoma de un mundo
sordo, en el cual sólo hay monólogos y nada de diálogo.
Por eso puede decirse que Fratelli Tutti es también una respuesta a los
discursos de odio, a esta nueva forma política que está tomando
relevancia y que exacerba la cultura del descarte. En Europa es una
realidad creciente que presiona y provoca. En nuestra región ya les
conocemos el rostro y sus consecuencias, a la vez que nuestra escena
nacional comienza a ser tensionada por sus voceros locales. Tienen
raíces comunes, agendas compartidas, argumentos similares y
objetivos en común: romper los vasos comunicantes para evitar esa
gran conversación que permita construir una amistad social a partir de
la cual se despliegue un proyecto popular.
Francisco lo sabe y por eso los señala sin entrar en su juego. Su voz no
entra en la economía de los gritos y los insultos. Habla con
contundencia, humanidad y amor, de los grandes temas y de las cosas
más personales. Le habla a la humanidad y a cada uno. Su respuesta
es una nueva invitación a no dejarse tentar por la lógica del odio, que
prolifera como virus en las redes y las pantallas, y apostar por una
fraternidad concreta y valiente.
169
cotidianas, las que habla el pueblo. Las que elige cada uno en su
intimidad para pedir o agradecer. Es una línea pastoral marcada por un
cristianismo mestizo desde el vamos, pero que necesita reconocerse de
nuevo en la mezcla y la traducción.
170
Fratelli Tutti es una encíclica muy conceptual: parte de una descripción
muy profunda sobre lo que nos pasa. Todo el primer capítulo, Las
sombras de un mundo cerrado, es una joya labrada, una piña
monumental que rebalsa el mero diagnóstico.
171
irónicos y donantes, paradójicamente con un gran acento en Nietzsche,
elegantes levinasianos, adoradores, muchas veces light y siempre de
modo cool, de Walter Benjamin y otros. Pero difícilmente se verá quien
se anime a tomar esta historia que empieza, y es otro síntoma, con la
pregunta de un “maestro de la ley” sobre “quién en es mi prójimo”, a la
que Jesús responde con la imagen del hombre que es golpeado por
saqueadores y tirado al costado del camino. Y en la que uno que sabe
de leyes y otro que sabe de oraciones y rituales -dos que saben- pasan
de largo. Porque quien se detiene y se desvía, se inclina y levanta al
caído es un extranjero, uno que no es tenido por bueno ni por puro, uno
que no alardea de saber nada. Uno que hace: levantar al caído, cura
sus heridas y lo cuida hasta que se pone de pie.
Vino uno que no era de los correctos, uno que no citaba los autores
correctos, que no decía las frases que se estilan, que no especulaba
con recetas sobre el derrame o enseñar a pescar, uno que no era
experto en nada, ni portaba curriculum, ni tenía una ideología correcta,
ni nada. Un cabecita negra, de un lugar diferente: ese es el que levanta
al caído y se reconoce como prójimo.
172
de millones, se exacerban con malicia nuestras miserias, nos comparan
con lo que nunca seremos, para finalmente mostrarnos a dos
compatriotas que llegan a la semifinal de Roland Garros como lo único
que vale la pena de acá. En Francisco hay una oportunidad de salir de
esta lógica para darnos cuenta de la potencia de nuestro pueblo.
173
políticas, funcionando como un descalificativo de todo aquello que no
se encuadra dentro de la lógica hegemónica neoliberal. No es que por
esto haga una reivindicación del término, pero sí señala que detrás de
este machaque permanente, muchas veces se esconde un desprecio
por el derecho de los pueblos y la soberanía popular.
174
Fratelli Tutti aparece esto mismo desde una perspectiva más subjetiva:
la salida de uno mismo.
Indispensable / Bello
Esto que es bello y bueno, “ser pueblo”, también es indispensable. Y al
revés también: esto que es indispensable y constituye una exigencia -
reconocerse como pueblo y reconocer a los pueblos- también es algo
bello, que vale la pena, que nos devolverá la paz no sólo colectiva, sino
espiritual y vital.
175
Todos / Sacrificables
La construcción del “todos” tiene que ver centralmente con qué
hacemos con los “sacrificables”. Más aún: la concepción misma de que
hay una parte sacrificable y -en el mismo movimiento- “descartable” de
la humanidad, es la que desactiva y en última instancia necrosa y
descalifica todo intento de inclusión y humanitarismo. Mientras los
sigamos considerando sacrificables, ninguna estrategia de contención o
ayuda será suficiente; y tampoco los incluidos y considerados humanos
tendrán paz.
“El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer
creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre,
repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier
desafío que se presente.” (FT168)
176
La fuerza del poder obsoleto reside sin embargo en presentarse, y en
ser reconocido, como poder sagrado. De algún modo el Papa denuncia
la idolatría, pero quizás da un paso más. Y como venimos diciendo
aquí, reconoce que el capitalismo es una religión. Desde ahí, quizás,
retoma e interroga cuál es la fuerza de lo sagrado que redime la vida y
cuida el mundo.
Arquitectura-agonía/artesanía
Las referencias a una arquitectura del mundo, descrito como una
agonía, en el doble sentido de un mundo moribundo y una lucha
descarnada, requiere artesanía y arrojo: levantar a todos pero partiendo
de a uno. Ir uno a uno, levantando a los caídos, y desde ahí mismo
creer con amplitud que se puede construir una nueva historia y una
humanidad. La apuesta artesanal para construir una arquitectura nueva.
Populismo/popular (ideología/potencia)
Esta referencia es de otro plano. Está plasmada en la encíclica como la
oposición entre populismo y popular, para señalar el mecanismo que
excluye o, como dice literalmente, ignora -pretende ignorar- la noción
de pueblo
177
Gesto/Palabra
El contenido de la encíclica, y la encíclica misma, como de algún modo
también todo el papado de Bergoglio, se inscribe en la dialéctica entre
gesto y palabra. Como lo señala la parábola del buen samaritano,
responde a una pregunta con una historia de acción. Parábola en la que
el que hace algo con el cuerpo – desviarse del camino, inclinarse en el
camino, cargarlo al hombro, curar sus heridas- resuelve aquello para lo
cual los especialistas en discursos sólo tienen eso: pasan de largo. La
palabra tiene que estar puesta en gesto. Y algo más: ser gesto ella
misma.
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sencilla se posaba la mañana”, dice una canción cubana sobre él. La
parábola del buen samaritano es justamente una respuesta a la
pregunta ¿Quién es mi prójimo? Y Jesús responde contando una buena
historia.
Decir lo que se piensa y defender las posiciones pero hacerlo con una
perspectiva abierta a la posibilidad de alcanzar acuerdos y encuentros.
El Papa es bien claro: con el mero relativismo no se va a ningún lado.
Necesitamos afirmaciones. Necesitamos decir las cosas. Necesitamos
discutir. De algún modo, enfrentarnos: ponernos frente a frente.
11/10/2020
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LA SED QUE ALUMBRA:
MÍSTICA Y POLÍTICA
Una reflexión en las vísperas del día de la
militancia y el pacto de las catacumbas
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sentido luminoso solo se entiende si se lo ve brillar sobre un largo
tiempo de noche y oscuridad.
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porque son parte inextinguible de nuestra experiencia real. Y la
experiencia real es la única en la que pueden existir una mística y una
militancia.
Por eso podemos decir que Fratelli Tutti es un texto sobre mística y
política, en tanto conjuga lo individual y lo colectivo, la interioridad de la
práctica que se abre y el tipo de acción política que la plasma. Por eso
mismo será que la Encíclica tiene en su núcleo la simple, bella y
potente parábola del buen samaritano. Vale recordar que esta historia
surge de una pregunta personal que un hombre le hace a Jesús. Algo
que surge seguramente de esas búsquedas que cada cual, hace dos
mil años y hoy, lleva en el pecho y nos sacuden las noches y los días.
La pregunta del hombre es: “¿Quién es mi prójimo?”. Y también es la
pregunta sobre “qué debo hacer” y, en última instancia, quién es cada
cual.
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De modo que en primer lugar, dos afirmaciones sobre mística y política
en 2020. Primero: la fraternidad y la amistad social, y la cuestión de ser
“hermanos todos”, son los ejes ineludibles para articular la vida
personal y el compromiso con lo colectivo. Segundo: para orientarnos,
tenemos a mano la vida de nuestro pueblo y nuestra realidad inmediata,
pero además un texto de primera línea, local y universal, recién salido.
La Encíclica Fratelli Tutti: como un modo de salir de los balbuceos y los
comentarios, las aproximaciones vagas y los planteos banales.
“De noche iremos, de noche, que para alcanzar la fuente, sólo la sed
nos alumbra”, son los versos de San Juan de la Cruz, el místico poeta
de Segovia. “Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se
muda”, así empieza uno de los poemas más famosos de Teresa de
Ávila, la misma que, puesta ante los avatares de la construcción
concreta de sus conventos decía, “si frijoles, frijoles; y si perdices, pues
perdices”. Contemporáneos de los tiempos del descubrimiento, e hijos
de la España mezclada de musulmanes, judías y cristianos,
conquistadora e inquisitorial. Conectan en el tiempo con palabras y
poemas nuestros: no es casual que nuestro gran Juan Gelman los cite
una y otra vez, los tome en su propia poesía para poner en palabras el
exilio, las desapariciones, el dolor por el país y la esperanza.
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¿de este destierro subo a tu hermosura? /
¿entras en mí como contento? / ¿lágrimas
de contento o congoja? / ¿por qué aprietan
al corazón? / ¿tu mano es? / ¿apretando?/
¿acariciando moviendo? / ¿tus labios
besándome son? / ¿tu calor? / ¿tu pura
pasión donde me quiebro la cabeza? /
¿torpe? / ¿lágrimas o deseos? / ¿altos
en la humildad que das? / ¿bondad que sos? /
¿y qué es amar? / ¿o son señales del
amor lo que se ve? / ¿amar muchísimo? /
luz que bañas el apretado sueño /
meditación que vuela como pájaro
desatándome el cuerpo / corazón
que entendés en silencio / corazón /
como la tortolita del pensar
Juan Gelman
Cita XVI, Santa Teresa
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donde la razón hace agua y la historia se clausura. Mística, la que se
necesita en medio de la oscuridad para no ser tomada por ella. Mística,
la que nos conecta a la fuente que no se agota. Mística, la que
necesitamos ahora.
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concretas que estos hombres y mujeres iban a llevar adelante para ser
coherentes y recomponer su capacidad de recomenzar.
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luchado y soñado, las generaciones se fusionan, bebiendo del mismo
pozo y ensobradas por el mismo canto.
“No se puede ser feliz en soledad”, dice Leonardo Favio para explicar
su sentimiento traducido en Sinfonía. Los pueblos hacen la historia y lo
hacen con las identidades de cada tiempo. Francisco insiste en su
dimensión mítica, o sea, en esa fuerza que se desacopla de la
linealidad de lo instrumental y meramente temporal. Lo que no puede
ser atrapado por lo simplemente lógico. Lo que va más allá del acá y
ahora. Lo que nos rebalsa. Lo que nos trasciende. Pero para acceder a
eso colectivamente, es necesario también que los místicos-artistas
pongan a disposición mitos-imaginaciones de lo que fuimos y podemos
ser, en forma de poesía y drama. Esa tarea que conjuga narrativa y
construcción, belleza y lucha, objetivación y metáfora, es también una
tarea militante.
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mismo que analiza la economía y la geopolítica, lo más material y
corporal. La experiencia militante, cuando se encuentra con su carril y
su potencia, conjuga lo más espiritual con la más primigenia
experiencia corporal, económica política, profana, concreta. Suficiente y
jubilosa.
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luminoso de las Abuelas de Plaza de Mayo y la sonrisa de cada nieto
recuperado. Son muchos y a la vez faltan muchísimos: pero el
encuentro de uno solo basta para tener las señales del recomienzo.
Cada vez que uno de ellos es encontrado, tenemos una experiencia
concreta de lo que la militancia tiene de mística.
Uno, cada uno y muchos. Saber quiénes somos: gente rescatada por el
compromiso y el amor. Por ahí anda el misterio -pero también el
proyecto – que nos toca como pueblo.
Y reconocer cada gesto y cada herida, cada paso y cada llegada, como
signo y señal de lo que somos y a la vez estamos llamados a ser: un
pueblo donde cada uno se reconoce hermano de todos: tarea, sentido y
punto de partida para cualquier militancia que quiera llamarse así.
Como dice Juan: “de noche iremos: para encontrar la fuente sólo la sed
nos alumbra”. Y el pueblo.
¡Feliz día!
15/11/2020
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LA ECONOMÍA DE FRANCESCO
Inspiración, invitación y advertencia
Además de sus tres “T” (Tierra, Techo y Trabajo) conocidas y
retomadas por múltiples movimientos y espacios, las convocatorias del
Papa recorren tres “E”: la ecología – plasmada en la encíclica Laudato
si’-, la educación -respecto a la cual ha convocado un Pacto Educativo
Global-, y la economía. Este último llamado tuvo un punto destacado
esta semana que pasó con el encuentro mundial de “La economía de
Francesco”, realizado virtualmente con centro en la ciudad de Asís y
que reunió a la distancia a jóvenes de 115 países. #FactorFrancisco
comparte el mensaje del Papa cerrando la jornada, con una
aproximación a las claves que señala para avanzar.
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exige salir de toda “esfera” (figura perfecta) para asumir los poliedros de
la historia, el conocimiento, las sociedades y las construcciones.
Advierte que no basta estar en espacios, sino que hay que generar
procesos.
Advierte contra los elitismos que olvidan la multitud del pueblo. Que no
basta hacer todo por el pueblo si no es con el pueblo.
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límite de la idiosincrasia de sectores medios que suele primar en
muchos espacios de respuesta eclesial transformadora).
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Desde acá, desde la Patria de la que viene el Papa, tenemos mucho
que aportar. Porque la experiencia histórica, la creatividad comunitaria y
social presente y pasada, la doctrina construida y las controversias que
nos atraviesan son una matriz que sin duda está en lo que Francisco,
proponiéndolo urbi et orbi, universaliza al tiempo que devuelve, para
que lo plasmemos por acá, en el fin del mundo.
23/11/2020
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encerraban en la habitual flojera del “siempre se hizo así” —esta es
una debilidad— o de la tristeza dulzona e insatisfecha de los que
viven sólo para sí, para regalarle la capacidad de entonar un canto
de alabanza, signo de alegría, libertad y entrega. Por eso para mí
este encuentro virtual en Asís no es un punto de llegada sino el
puntapié inicial de un proceso que estamos invitados a vivir como
vocación, como cultura y como pacto. Como vocación, cultura y
pacto.
LA VOCACIÓN DE ASÍS
«Ve, Francisco, repara mi casa que, como ves está en ruinas».
Estas fueron las palabras que movilizaron al joven Francisco y que
se vuelven un llamado especial para cada uno de nosotros.
Cuando se sienten convocados, involucrados y protagonistas de la
“normalidad” a construir, ustedes saben decir “sí”, y eso da
esperanza. Sé que aceptaron esta convocatoria de forma
inmediata porque son capaces de ver, analizar y experimentar que,
así como vamos, no podemos seguir, lo mostró claramente el nivel
de adhesión, inscripción y participación a este pacto, que ha ido
más allá de las capacidades. Ustedes manifiestan una sensibilidad
e inquietud especial para identificar los aspectos cruciales que nos
reclaman. Lo hicieron desde una perspectiva particular: la
economía, que es su ámbito de investigación, estudio y trabajo.
Saben que apremia otra narración económica, se necesita asumir
responsablemente que «el actual sistema mundial es insostenible
desde diversos puntos de vista»[1] y golpea principalmente a
nuestra hermana tierra, tan gravemente maltratada y expoliada, y a
los más pobres y excluidos. Van unidos: tú espolias la tierra y
habrá muchos pobres excluidos. Ellos son los primeros
afectados… e incluso, los primeros olvidados.
195
paradigmas[2]. Esto me movilizó a invitarlos a realizar este pacto.
La gravedad de la situación actual, que la pandemia de Covid puso
aún más en evidencia, exige una responsable toma de conciencia
de todos los actores sociales, de todos nosotros, entre los que
ustedes tienen un papel primordial: las consecuencias de nuestras
acciones y decisiones los afectarán en primera persona, por tanto,
no pueden quedarse afuera de la gestación
196
hambre «no depende tanto de la escasez material, cuanto de la
insuficiencia de recursos sociales, el más importante de los cuales
es de tipo institucional»[6]. Si son capaces de resolver esto,
tendrán el camino abierto para el futuro. Repito el pensamiento del
papa Benedicto: el hambre no depende tanto de la escasez
material, cuanto de la insuficiencia de recursos sociales, el más
importante de los cuales es de tipo institucional.
197
comprometerse con grandes cosas sólo desde una perspectiva
teórica o individual sin una mística que los anime, sin unos móviles
interiores que den sentido, sin una pertenencia y un arraigo que dé
aliento a la acción personal y comunitaria[10].
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que obliga a vivir en el propio descarte, que deja invisibles tras el
muro de la indiferencia y del confort.
EL PACTO DE ASÍS
No podemos permitirnos seguir postergando algunas cuestiones.
Esta enorme e inaplazable tarea exige un compromiso generoso
en el ámbito cultural, en la formación académica y en la
investigación científica, sin perdernos en modas intelectuales o
poses ideológicas —que son islas—, que nos aíslen de la vida y
del sufrimiento concreto de la gente[15]. Es tiempo, queridos
jóvenes economistas, emprendedores, trabajadores y empresarios,
de arriesgarse a propiciar y estimular modelos de desarrollo,
progreso y sustentabilidad donde las personas, pero especialmente
los excluidos —en los que incluyo la hermana tierra— dejen de ser,
en el mejor de los casos, una presencia meramente nominal,
técnica o funcional para transformarse en protagonistas de sus
vidas como del entero entramado social.
Esto no es algo nominal: están los pobres, los excluidos… No, no:
que esa presencia no sea nominal, ni técnica, ni funcional, no. Es
hora de que se conviertan en protagonistas de su vida y de todo el
tejido social. No pensemos por ellos, pensemos con ellos.
Recuerden el legado de la Ilustración, de las elites iluminadas.
Todo por el pueblo, nada con el pueblo. Y eso no es bueno. No
pensamos por ellos, pensamos con ellos. Y desde ellos
aprendamos a dar el paso a modelos económicos que nos
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beneficiarán a todos porque el eje estructurante y decisional será
determinado por el desarrollo humano integral, tan bien
desarrollado por la doctrina social de la Iglesia. La política y la
economía no deben «someterse a los dictámenes y al paradigma
eficientista de la tecnocracia. Hoy, pensando en el bien común,
necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en
diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida
humana»[16]. Sin esta centralidad y direccionalidad quedaremos
presos de una circularidad alienante que lo único que perpetuará
será dinámicas de degrado, exclusión, violencia y polarización: «La
producción, al fin y al cabo, no tiene otra razón de ser que el
servicio a la persona. Si existe, es para reducir las desigualdades,
combatir las discriminaciones, librar de la esclavitud. […] No basta
aumentar la riqueza común para que sea repartida equitativamente
—no, no es suficiente esto—, no basta promover la técnica para
que la tierra sea más habitable»[17]. Tampoco esto es suficiente.
Cuánto bien hace dejar resonar las palabras de san Pablo VI,
cuando buscando que el mensaje evangélico permeara y guiara
todas las realidades humanas escribía: «El desarrollo no se reduce
al simple crecimiento económico. Para ser auténtico debe ser
integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre
—a todos los hombres y a todo el hombre—. […] Nosotros no
aceptamos la separación de la economía de lo humano, el
desarrollo de las civilizaciones en que está inscrito. Lo que cuenta
para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de
hombres, hasta la humanidad entera»[19].
200
En este sentido, muchos de ustedes tendrán la posibilidad de
actuar e incidir en decisiones macroeconómicas donde se juega el
destino de muchas naciones. Estos escenarios también necesitan
de personas preparadas, «mansas como palomas y astutas como
serpientes» (Mt 10,16), capaces de «velar por el desarrollo
sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a
sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a
las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y
dependencia»[20]. Los sistemas de crédito son por sí solos un
camino hacia la pobreza y la dependencia. Este legítimo clamor
requiere suscitar y acompañar un modelo de solidaridad
internacional que reconozca y respete la interdependencia entre
las naciones y favorezca los mecanismos de control capaces de
evitar todo tipo de sometimiento, así como velar por la promoción
especialmente de los países sumergidos y emergentes; cada
pueblo está llamado a volverse artífice de su destino y del mundo
entero[21].
201
fidelidad a vuestros pueblos, a vuestro presente y a vuestro futuro,
ustedes pueden unirse a otros para tejer una nueva manera de
forjar la historia. No teman involucrarse y tocar el alma de las
ciudades con la mirada de Jesús; no teman habitar sin miedo los
conflictos y encrucijadas de la historia para ungirlos con el aroma
de las bienaventuranzas. No teman, porque nadie se salva solo.
Nadie se salva solo. A ustedes jóvenes provenientes de 115
países, los invito a reconocer que nos necesitamos para gestar
esta cultura económica capaz de «hacer que germinen sueños,
suscitar profecías y visiones, hacer florecer esperanzas, estimular
la confianza, vendar heridas, entretejer relaciones, resucitar una
aurora de esperanza, aprender unos de otros, a crear un
imaginario positivo que ilumine las mentes, enardezca los
corazones, dé fuerza a las manos, e inspire a los jóvenes —a
todos los jóvenes, sin excepción— la visión de un futuro lleno de la
alegría del Evangelio»[24]. Gracias.
[1] Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 61. En adelante LS.
[2] Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 74. En adelante EG.
[3] Cf. Discurso en el Encuentro mundial de los movimientos populares, Santa Cruz de la Sierra (9 julio 2015).
[4] Cf. LS, 111.
[5] S. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus (1 mayo 1991), 58.
[6] Carta enc. Caritas in veritatis (29 junio 2009), 27.
[7] Cf. Discurso al Seminario “Nuevas formas de solidaridad” organizado por la Pontificia Academia de las
Ciencias Sociales (5 febrero 2020). Recordemos que «la verdadera sabiduría, producto de la reflexión, del
diálogo y del encuentro generoso entre las personas, no se consigue con una mera acumulación de datos que
termina saturando y obnubilando, en una especie de contaminación mental» (LS, 47).
[8] EG, 235.
[9] Carta. enc. Fratelli tutti (3 octubre 2020), 105. En adelante FT.
[10] Cf. LS, 216.
[11] Propiciando, si es necesario, la evasión fiscal, el no cumplimiento de los derechos de los trabajadores, así
como «la posibilidad de corrupción por parte de algunas de las empresas más grandes del mundo, no pocas
veces en sintonía con el sector político gobernante» (Discurso al Seminario “Nuevas formas de solidaridad”,
cit.).
[12] LS, 90. Por ejemplo «culpar al aumento de la población y no al con-sumismo extremo y selectivo de algunos
es un modo de no enfrentar los problemas. Se pretende legitimar así el modelo distributivo actual, donde una
minoría se cree con el derecho de consumir en una proporción que sería imposible generalizar, porque el
planeta no podría ni siquiera contener los residuos de semejante consumo» (LS, 50).
[13] Si bien todos contamos con la misma dignidad, no todos parten del mismo lugar y con las mismas
posibilidades a la hora de pensar el orden social. Esto nos cuestiona y nos exige pensar en caminos para que la
libertad y la igualdad no sea un dato meramente nominal propenso a promover injusticias (cf. FT, 21-23). Nos
hará bien preguntarnos: «¿Qué ocurre sin la fraternidad cultivada conscientemente, sin una voluntad política de
fraternidad, traducida en una educación para la fraternidad, para el diálogo, para el descubrimiento de la
reciprocidad y el enriquecimiento mutuo como valores?» (FT, 103).
[14] EG, 53. En un mundo de virtualidades, cambios y fragmentación, los derechos sociales no pueden ser
solamente exhortativos o apelativos nominales, sino que han de ser faro y brújula para el camino porque «la
salud institucional de una sociedad tiene consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana» (LS,
142).
[15] Cf. Const. ap. Veritatis gaudium (8 diciembre 2017), 3.
[16] LS, 189.
[17] S. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio (26 marzo 1967), 34. En adelante PP.
[18] Benedicto XVI, Canta enc. Spe Salvi (30 noviembre 2007), 38.
[19] PP, 14.
[20] Discurso a la Asamblea General de la ONU (25 septiembre 2015).
[21] Cf. PP, 65.
[22] FT, 77.
[23] Cf. ibíd., 35.
[24] Discurso al inicio del Sínodo dedicado a los jóvenes (3 octubre 2018).
202
FACTOR DIEGO
No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo. Por eso nadie se
salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en
cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que se
establecen en la comunidad humana: Dios quiso entrar en una
dinámica popular, en la dinámica de un pueblo.
203
Con lo nuestro. Con nosotros.
ABRAZO DE GOL
El Papa con lo nuestro: la argentinidad. El abrazo de dos argentinos
universales. Y el abrazo con un toque de ironía y mística.
Cada pueblo tiene héroes, referentes, ídolos. Pero un pueblo que tenga
un Papa y uno al que llaman D10s, hay pocos.
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EL MEZCLADITO ME ENCIENDE
La mezcla y el mestizaje son lo nuestro. No tanto el “crisol de razas”,
metáfora algo ampulosa, como el fruto de un conventillo infinito y un
conurbano efervescente de dolores y sueños. Basta ver a los viejos del
Diego.
LA MANO DE DIOS
¿Cómo pasa que a un ser humano le terminan diciendo Dios? Hay una
estela mágica que acompaña la vida de Maradona. Un óleo de Samuel
que no es sólo genética sino también encarnación de un sueño de
todos. Una brasa que se enciende, se quema y se consume desde el
principio hasta el final. Hay señales, gracias y milagros, pero también
hambre, decisión y audacia. En el Diez se conjuga la destreza total y el
fuego pleno, desplegado y jugado. Un niño arrojado al mundo y un
hombre enfrentado a la historia.
¿Qué estabas haciendo en el gol del Diego a los ingleses? Hagan esta
pregunta y escucharán historias geniales, llenas de detalles precisos y
desbordadas de alegría. ¿Es quizás el momento más feliz de todo un
pueblo? “Arranca con la pelota el genio del fútbol mundial”, fueron las
palabras del relator de la banda oriental seis segundos antes del
milagro. Un barrilete cósmico que atraviesa la historia, desafía al
imperio y atraviesa corazones. La genialidad del que irrumpe y cambia
205
el sentido de los acontecimientos con viveza y desborde de talento.
“¿Con qué lo hiciste Diego?, preguntó el periodista… “Un poco con la
cabeza, y un poco con la mano de Dios”, respondió el pibe de oro
mientras se convertía en D10s.
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El redentor del cristianismo no es muy diferente. Lo acusaban de
borracho y parrandero. Puede decir alguno: “pero no tenía pecado”. Sin
embargo, vale recordar que las acusaciones que registran los
Evangelios, no se referencian a una mera desprolijidad: “borracho y
parrandero”, y andar con los impuros e impuras. Las imputaciones no
eran referidas a los modales.
Por eso el Diego con Néstor, con la marcha, con las madres y abuelas.
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LA CONCIENCIA DE REPRESENTAR: LA PATRIA ENTERA,
LOS SUEÑOS DE TODOS Y LAS PIERNAS DE LOS ÚLTIMOS
Diego no sólo nos representa.
Por eso mismo, sus alegrías son retomadas como propias por millones.
Sus caídas, pero sobre todo sus disfrutes, revanchas y sonrisas.
208
Especialmente desde quienes odian al pueblo. Pero también pasa que,
si no se asume el desborde, todo encuentro con lo popular y toda
pretensión de gestión, se neutraliza a sí misma como servicio al pueblo.
Otra pista que nos orienta es que pueblo y dios son palabras -y
realidades- reversibles. No por identidad, sino por encuentro. Por pacto
de amor. En ese esquema, que constela nuestra historia y nuestra
poesía, nuestros dolores y nuestros líderes, la esperanza de muchos y
la valentía de tantos, Maradona es la paradoja, el nudo mágico, lo que
desata y conjuga nuestras contradicciones.
209
Pero sobre todas las cosas Francisco, Dios y pueblo, y Diego, son
todos ellos, entre el dolor y la fiesta, nombres de una apuesta de amor.
29/11/2020
210
SUBORDINAR LA ECONOMÍA A
LA POLÍTICA
La economía de Francisco y una nueva politicidad
Francisco construye su mensaje con intervenciones de diferente tipo.
Una matriz de gestos, convocatorias y documentos. Por ejemplo, con la
salida reciente de la carta encíclica Fratelli Tutti, Francisco pone en su
lugar a Laudato si’. No solo la completa y de algún modo la supera, sino
que la ubica en un sitio. Del mismo modo que este verdadero
compendio de su pensamiento “situado”, elaborado durante la
pandemia y en este momento del mundo y de su papado, dialoga con
su programa inicial expresado en la Exhortación pastoral Evangelii
Gaudium, “La alegría del evangelio”. La alegría, el cuidado, la amistad
social. Un recorrido posible por el magisterio y los nudos de Francisco.
En este sentido, con la convocatoria a los jóvenes a pensar “La
economía de Francesco”, el Papa completa una serie de campos en los
que centra sus preocupaciones: la ecología, la educación y, aquí, la
economía.
En el mensaje con el que cerró el encuentro hay pistas para algo que
tiene que ver fuertemente con este núcleo de la economía. Pero
además hay una serie de criterios, advertencias literalmente, que
pueden servir para precaverse sobre esto: los modos en que unas
propuestas potentes, inspiradoras y disruptivas pueden perderse en la
máquina de captura. Porque la cultura contemporánea es especialista
en pasteurizar como pseudo alternativa todo elemento rebelde. No es
211
casual que el tópico de “los jóvenes” haya sido transformado desde
Mayo del 68 en un producto de consumo más, incluyendo una fuerte
absorción de la rebeldía como elemento cultural del statu quo. Algo
parecido sucede con las propuestas y experiencias también
alternativas, en forma de altermundialismo o propuestas “ideológicas” -
así las llamaría el Papa- fragmentarias y cerradas, que corren el riesgo
de ser complemento marginal, pero sin potencia, del largo y fuerte
devenir de lo mismo. También pasa con las estructuras y la cultura
eclesial, pastoral y de movilización en la que se reciben las propuestas
del Papa. Él lo sabe. Pero Francisco sabe también que ahí mismo
donde están estos problemas, está también la fuerza que hay que
reconducir a otros caminos y procesos.
212
Entrarle a esto, a una acción transformadora que va más allá de sí
misma, es condición de toda transformación. Y queda mucho más a la
vista al tratarse del nudo económico. Porque en el pensamiento
económico está uno de los núcleos donde se reproduce el paradigma y
se aborta la política misma, y toda politicidad se hunde.
Con esto como fondo, vale ver en torno a la economía el punto límite
donde la apuesta de Francisco, sus propuestas y provocaciones,
necesitan ya no una adhesión sino una operación. Un agregado. Un
plus e incluso un desafío a Francisco mismo (conste que él mismo lo
demandó desde el principio: el pedido de “hagan lío” es eso, y no el
llamado a la algarabía de gente linda).
213
“Someter la economía a la política”. Término fuerte. Incómodo. Por eso
lo traemos.
Término musulmán si los hay, que aparece muy central en Fratelli Tutti,
de la cual Francisco cuenta que está inspirada en el diálogo del Gran
Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb. La característica del Islam es
justamente este someterse (“musulmán” significa literalmente
“sometido”) a la voluntad de Dios. Y no es un dato menor que sea
también un vector del Islam dar formato a la sociedad de acuerdo a los
principios religiosos. Por supuesto que esto nos incomoda en
Occidente, y que tiene sus desvíos serios y peligrosos. Pero hay que
levantar la sospecha respecto a que este temor fundado debería ir
acompañado de la pregunta referida a cuáles sometimientos están
implícitos en la libertad occidental, paradigmáticamente articulada en el
no sometimiento y el no límite de la economía y la mercancía, a ningún
valor ni factor.
(En el mensaje final del encuentro de Asís, Francisco dice que tanto la
economía como la política deben someterse a algo más, lo cual
seguramente habla de los que escribieron parte del mensaje, pero por
otro señala también esa “política más que la política” de la que
hablamos nosotros).
214
qué” resultan no tener “quiénes”: alternativismos ideológicos, pero “de”
y “para” pocos. “Habriaqueismos”, dice Francisco en Evangelii
Gaudium. También hay muchos “quienes” proponen, pero lo hacen sin
política, porque no la encuentran o porque la evaden. Al final es claro
que, sí hay política sin elementos de recreación de la economía -ése es
el sentido del “sometimiento”-, la emancipación o la gestión propuestas
tendrán un agujero en esto: la carne de los pobres y el corazón del
mundo, el sufrimiento de muchos, inmediato corporal como señalan las
obras de misericordia, quedarán intactos. Dar de comer al hambriento,
de beber al que tiene sed, vestir al desnudo, cuidar a los enfermos y
visitar a los presos. La misericordia de la que habla Francisco es un
elemento orientador para no caer en abstracciones de burbuja.
Junto con esto, un planteo que el Papa hizo casi desde el minuto cero
de su pontificado y con el que insiste una y otra vez. “La iglesia no es
una ONG”. No es una organización no gubernamental. La Iglesia no lo
es, no se trata de eso. Pero el planteo vale, más ampliamente para “lo
nuestro”, o “esto nuestro de lo que hablo”, la matriz de nuestra
intervención, no es esa. Doble negación: “no-no gubernamental”. Que
no significa, como podría haberse pensado en su momento,
“gubernamental”. Es otra cosa. El planteo es hecho en un momento del
mundo donde el humanitarismo filantrópico es el engranaje por el cual
215
el neoliberalismo procesa potencia y a la vez disuelve las iniciativas de
transformación social. Sean estas organizativas, conceptuales o
experienciales, incluso programáticas.
Francisco le dice esto a una Iglesia que pasó de ser aliada de las elites
estatales de las clases dominantes, a una especie de vanguardia o
centro de la “sociedad civil”. Da unas pautas para intentar otro camino,
que cruce, que salga al encuentro de la totalidad societal desde otro
lado. Lo expresamos así: la tarea es más-que-política.
SAMARITANIA PROGRAMÁTICA
“Es posible comenzar de abajo y de a uno, hasta el último rincón de la
patria y el mundo”, dice Francisco en Fratelli Tutti. Un modo de
construir. Concreto. Paradójicamente, centrado en la acción mucho más
que en las palabras.
Ahí hay una pista. La otra es salir de las respuestas fragmentadas, los
diálogos de secta o burbuja, de ronda de iguales o esfera de repetidos,
que son equivalentes a los debates de grieta y a los diálogos de forma.
216
Urge poner en escena la estructura de los debates, evitando la
yuxtaposición, los promedios perezosos y las figuraciones pequeñas,
que al final solo confirman identidades y nos dejan en la pequeñez de lo
de siempre.
DE LA ESCASEZ A LA ABUNDANCIA
Estamos en un momento en el cual, en términos de recursos a nivel
global, hay para todos, y lo que hay es mucho. En ese sentido, el
desafío de la etapa no es tanto la administración de los bienes escasos,
sino qué hacer con la sobreabundancia o la superproducción. Si hay
algo que puede decirse respecto al modo de producción capitalista -y a
su versión actual y desenfrenada que es el neoliberalismo- es que el
crecimiento de la capacidad humana para generar riqueza ha sido
exponencial en este tiempo. La productividad se acelera con la
robotización, y sin embargo, la crisis es cada vez más profunda.
Justamente porque hay una distorsión total en el modo en que se
distribuye esa riqueza y esa abundancia, generando una crisis de
demanda producto de su hiperconcentración. Por eso la distribución no
es sólo una cuestión de solidaridad -que la entendemos siempre como
un valor-, sino parte de los cambios necesarios para regenerar una
mínima armonía en el sistema mundo. “Los pobres no son el problema,
217
sino la solución”, solía decir Lula apelando a la necesaria distribución
de la riqueza de la potencia suramericana como salida del
estancamiento económico. Sin embargo, no se trata sencillamente de
reactivar la demanda de los mercados internos de los países
emergentes. Se trata de pensar el futuro de la humanidad como un
conjunto de civilizaciones capaces de disfrutar, compartir y proyectar a
las futuras generaciones lo mejor de la maravilla y abundancia que
hemos sabido conseguir.
POBREZA / RIQUEZA
Al Papa se lo acusa de hacer “apología de la pobreza”. Ha sido dicho
en editoriales de diarios del establishment global como por showmans
libertarios en set televisivos de nuestro medio local. Los adoradores del
dios dinero no toleran que se los desafíe, y eso es lo que hace
Francisco. No es casual que sea un líder espiritual quien apunte con
más contundencia al núcleo religioso del capital, cuestionando el
carácter absoluto de la propiedad y señalando el evidente límite al que
ha llegado la humanidad en términos ambientales.
218
razones que lo explican pueden ser varias y seguramente todas
insuficientes. Entre los argumentos predilectos de los voceros de las élites
y grandes grupos económicos locales, se reiteran siempre el costo laboral,
el gasto público y la intervención estatal. Al peinar a contra pelo estas
letanías del manual ortodoxo, lo que aparece es lo siguiente: Argentina es
un país que no se resigna a ser mera periferia y asumir el lugar que el
poder global le asigna. Esa inestabilidad es el síntoma de la disputa. Hay
un pueblo más audaz y consciente de la potencia de esta tierra que la élite
que solo puede pensar en cómo extranjerizar la riqueza acá generada. Por
eso el Estado, instrumento que el pueblo supo aprehender y reconocer
como propio, sigue siendo el único instrumento eficaz para proyectar un
modelo de país que desafíe la mera condición periférica. En un mundo
incierto, producto de un paradigma que se presenta como agotado, la
dimensión de la planificación es fundamental. Y sin embargo, en un
continente como es América Latina, lo urgente obliga a pensar también en
lo inmediato. Tener la capacidad de mirar en el largo y mediano plazo,
poder planificar y al mismo tiempo tener la capacidad de mostrar cosas
concretas.
219
cadenas que no dejan pasar a los buques por los ríos que en nombre
de la libertad y el comercio expoliaron las riquezas de la Patria, pueden
ser signo de esa fuerza. A muchos pueden no simpatizarle y más de un
economista alternativo bancará a un San Martin aséptico y detestará a
un Rosas que considerará tiránico. Pero aquí hay una imagen,
crudamente histórica, de cómo la economía se subordina a la política.
No se trata de reivindicar la violencia. Pero sí se advierte que los
encuentros, diálogos y comuniones que puedan generar esa
articulación diferente entre estos campos, no podrán ser “sin fuerza”.
Claro: será la fuerza del amor. Pero puesta en las condiciones, los
lugares y las tensiones propias de quienes deben enfrentar conflictos,
no evadirlos o disimularlos. El núcleo del paradigma es un lugar de
disputa, y en el corazón del testimonio y la apertura, hay un momento
de “hacer frente”, acaso no en el modo de la confrontación que
neutraliza, pero sí siempre en la dirección de la fuerza que enfrenta la
injusticia. Lo demás, es un rumor que se diluye, una moda, o una
impostura (ver aquí también las múltiples advertencias del mensaje de
Francisco, muy claras al respecto).
07/12/2020
220
LA ESPERANZA DEL RECOMIENZO
EN LA MESA DE TODOS
Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad
de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un
deseo mundial de hermandad. Entre todos: «He ahí un hermoso
secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura.
Nadie puede pelear la vida aisladamente. […] Se necesita una
comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos
ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar
juntos! […] Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves
lo que no hay; los sueños se construyen juntos»[6]. Soñemos como una
única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como
hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la
riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz,
todos hermanos.
221
LUGARES DE NACIMIENTO: PREPARAR LA CUNA,
SERVIR LA MESA
Todo acontecimiento redentor, cada destello de verdad, sea en el amor,
en el arte o la reflexión y, sobre todo, en la política, llega inesperado en
el tiempo. Sorpresivo y gratuito. Pero llega a un lugar, a una trama, a
una cuna, a un lecho dispuesto y alerta. A un pueblo y una tierra, barrio
o ciudad, país o mundo en el que algunos están atentos, por si lo
inesperado invita a jugarse a construir una salida. Así es la dinámica de
la buena noticia.
222
Fue también, y es, porque estuvieron disponibles. Dispuestos: en los
caminos, las instituciones, los días y las relaciones, los proyectos y las
organizaciones, puestos de tal manera que pudieron estar en apuesta,
en disposición para recibir justicias y alegrías que se pudieran hacer
crecer
223
Profetas rigurosos, que claman por recomponer el pueblo volviendo al
origen y volviendo a cruzar el río que hizo la patria.
Hay mesas y mesas. Están las mesas largas colmadas por varias
generaciones -abuelos, padres, nietos- y también la sidra solitaria del
que trabaja el 24 a la noche. Las de la abundancia y hasta el
despilfarro, y aquellas en las que falta todo. La del reencuentro y la de
la discordia recurrente. La que siempre tiene una silla más para sumar y
224
la que se achica por soberbia o avaricia. La de las casas y las de las
calles.
225
nos puede llegar de varias formas: la memoria de alguien que ya no
está, la gratitud de saberse bendecido, la contemplación del tiempo, la
felicidad de lo compartido, la esperanza en lo que viene.
226
su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la
promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que
no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas
227
El amor nos pone finalmente en tensión hacia la comunión universal.
Nadie madura ni alcanza su plenitud aislándose. Por su propia
dinámica, el amor reclama una creciente apertura, mayor capacidad de
acoger a otros, en una aventura nunca acabada que integra todas las
periferias hacia un pleno sentido de pertenencia mutua. Jesús nos
decía: «Todos ustedes son hermanos» (Mt 23,8)
13/12/2020
228
SEÑALES Y PALABRAS
Una esquina, una encrucijada, un cruce,
un encuentro y unos carteles
En la terraza de un café hay una familia gris.
Pasan unos senos bizcos
buscando una sonrisa sobre las mesas.
El ruido de los automóviles destiñe
las hojas de los árboles.
En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una
ventana.
Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes,
que se
me entran por la pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de
estallar…Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda…
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Palabras que nos crucen, nos topen, nos muevan, nos digan, nos
pronuncien y nos transformen. Todos esperamos una palabra que nos
sea dirigida. Una invitación, un llamado, un abrazo, una indicación. Una
señal.
230
gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de
nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo». En esta
tarea cada uno es capaz de «dejar de lado sus búsquedas, afanes,
deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles.
[…] El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente
su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la
promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que
no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas».
Salimos a pegar esos carteles con frases del Papa argentino, acá en
Buenos Aires, en la tierra que lo vio nacer, cuyas marcas y
contradicciones lleva el Pontifica.
231
Esto nos ayuda a reconocer que no siempre se trata de lograr grandes
éxitos, que a veces no son posibles. En la actividad política hay que
recordar que «más allá de toda apariencia, cada uno es inmensamente
sagrado y merece nuestro cariño y nuestra entrega. Por ello, si logro
ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de
mi vida. Es lindo ser pueblo fiel de Dios. ¡Y alcanzamos plenitud cuando
rompemos las paredes y el corazón se nos llena de rostros y de
nombres!». Los grandes objetivos soñados en las estrategias se logran
parcialmente. Más allá de esto, quien ama y ha dejado de entender la
política como una mera búsqueda de poder «tiene la seguridad de que
no se pierde ninguno de sus trabajos realizados con amor, no se pierde
ninguna de sus preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde
ningún acto de amor a Dios, no se pierde ningún cansancio generoso,
no se pierde ninguna dolorosa paciencia. Todo eso da vueltas por el
mundo como una fuerza de vida».
232
otros colores. Tratamos de sumarnos a eso, de aportar a esa
trasposición que las pronuncie de nuevo.
«La vida es el arte del encuentro, aunque haya tanto desencuentro por
la vida». Reiteradas veces he invitado a desarrollar una cultura del
encuentro, que vaya más allá de las dialécticas que enfrentan. Es un
estilo de vida tendiente a conformar ese poliedro que tiene muchas
facetas, muchísimos lados, pero todos formando una unidad cargada
de matices, ya que «el todo es superior a la parte».
No habíamos visto todavía esto: que lo que se podía perder era aún
más, o que íbamos a tener que enfrentar una situación global inédita
que pondría en jaque nuestra omnipotencia y desnudaría nuestros
olvidos y claudicaciones.
Ahora, que vemos los límites pero también los límites de los límites, o
sea, que es posible andar pero que para andar necesitamos algo más
que nuestros propios pasos y brújulas, vemos esto: la política es central
pero insuficiente, y necesitamos algo del misterio y la espiritualidad
para que la experiencia de redención, justicia y alegría que queremos
proponer y construir sea viable. En los triunfos, y también en las caídas
y en la espera. O sea, otras banderas para luchar y otras armas para
233
usar como herramientas. Lucha almada: en el terreno que la mercancía
y el capital arrasador reclaman para sí. El de la soledad frágil y común
de cada uno, en los dolores del duelo y la batalla, los ecos, susurros y
gritos de la memoria y los clamores y fulgores del deseo. En el baile, en
la batalla, el juego y la fiesta.
La pregunta que se nos hace sigue siendo la misma que nos hicieron
un minuto antes de salir -de perder- el paraíso: ¿Qué has hecho? Y un
poco, después, todavía cerca del umbral, pero afuera, la pregunta que
completa la primera: ¿Dónde está tu hermano?
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Hermanos todos: como declaración, sueño, advertencia, apuesta y
tarea.
20/12/2020
RECOMENZAR
Franicsco, Fratelli Tutti, 77-79
Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. No
tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil.
Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y
generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa
en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy
estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia
fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el
dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos.
Como el viajero ocasional de nuestra historia, sólo falta el deseo
gratuito, puro y simple de querer ser pueblo, de ser constantes e
incansables en la labor de incluir, de integrar, de levantar al caído;
aunque muchas veces nos veamos inmersos y condenados a repetir
la lógica de los violentos, de los que sólo se ambicionan a sí mismos,
difusores de la confusión y la mentira. Que otros sigan pensando en
la política o en la economía para sus juegos de poder. Alimentemos
lo bueno y pongámonos al servicio del bien.
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Las dificultades que parecen enormes son la oportunidad para
crecer, y no la excusa para la tristeza inerte que favorece el
sometimiento. Pero no lo hagamos solos, individualmente. El
samaritano buscó a un hospedero que pudiera cuidar de aquel
hombre, como nosotros estamos invitados a convocar y encontrarnos
en un “nosotros” que sea más fuerte que la suma de pequeñas
individualidades; recordemos que «el todo es más que la parte, y
también es más que la mera suma de ellas».
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