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Argumento
Lo que explicaba por qué el macho había estado en una seria desventaja,
y por qué estaba ahora sangrando en la arena.
A Nate no le importaba una mierda por qué el tipo había querido luchar
esta batalla, pero debió haber sabido que no podría ganar. El muy idiota.
No valía la pena morir por ninguna cantidad de dinero. Nada lo valía.
Tomó las escaleras para bajar a las áreas comunes, en donde la gente
buscaba algún refrigerio y hacían apuestas mientras esperaban el
próximo combate mortal. En ese momento, el hedor agrio de su
excitación y la avaricia le revolvió el estómago. Ahora era como
cualquier otro olor desagradable que su nariz aprendió a ignorar. Hace
poco, el hedor era más intenso, como resultado de una orden dada por el
gran jefe de aumentar el número de peleas, y la brutalidad en ellas, con
el fin de mantener el ritmo de los disturbios en el inframundo. Fade
estaba desesperado por mantener a los espectadores rentables viniendo
al club en lugar de disfrutar de la violencia en otros lugares de gratis.
—Jefe.
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—El cuerpo, señor —La voz del descomunal hombre lobo era poco más
que un ladrido en la sombría sala.
—Él salió.
El hombre, quien había sido una vez la mano derecha de Atila el Huno,
era la única persona además del dueño del club que había superado a
Nate, pero el cabrón difícilmente estaba siempre presente. Nate no tenía
idea de lo que el demonio con piel humana hacía en su tiempo libre,
pero ciertamente parecía tenerlo en gran cantidad.
Por lo general los muertos eran alimento para las criaturas que se
mantenían como carnada ya sea para entrenamiento o para verdaderos
combates de gladiadores, pero unas pocas especies, incluyendo la
mayoría de los cambiaformas, podían vincularse tan fuertemente con su
compañera que después de su muerte, el cónyuge sobreviviente sería
compelido a encontrarlos. El club no podía darse el lujo de tener
algunas hembras cabreadas y afligidas, dispuestas a localizar los restos
de sus hombres y causar problemas.
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—Sí, señor.
Nate lo había sabido durante más de cien años. Lo había sabido, y había
planeado que cayera. Y lo haría, cuando fuese el momento adecuado.
Había sido uno de los cambios de Nate cuando fue ascendido a director,
la regla de que nadie tocara al personal o él los mutilaría. Punto.
Mars, la única alma en el planeta que sabía que Nate podía caminar
durante el día, no se ofendió ante la indirecta hacia los vampiros
normales. Él simplemente sonrió, mostrando lo último en moda de
vampiros: colmillos dorados tachonados con joyas. La alimentación
debía ser una putada para él y la víctima.
—Excelente.
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Paramédico (Emergency Medical Technician)
Bastante cierto. La mujer, cuyo nombre Nate pensó que era Allison,
yacía inmóvil y pálida sobre la mesa, su ajustado top plateado apenas
cubría unos senos demasiado grandes debido al bisturí de un cirujano, y
su diminuta minifalda negra definitivamente no cubría lo que
necesitaba. Ella era una cliente habitual aquí, un cisne que se entregaba
a los vampiros por sangre, sexo, o ambos.
detuvo.
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2 Alguien que se folla o da favores sexuales a cualquier persona que es famosa, o está en camino a serlo (Star-Fucker).
—Confía en mí en esto. Necesitas aliviar algo de jugo.
El demonio que era dueño tanto del Thirst como del Gladius venía de
visita. Nate esperó que el odio lo abrasara desde adentro, pero en
cambio, la cavidad de su pecho se llenó de hielo, y todo su cuerpo se
volvió tan frío que se estremeció. Fade era la razón por la que Nate se
había infiltrado en la organización del club en primer lugar. Había
esperado durante décadas para destruir al hijo de puta, había ganado su
confianza mientras se volvía más fuerte y amasaba una fortuna a costa
del demonio.
El odio de Nate se lo había comido vivo por décadas, pero ahora parecía
que el odio había sido reemplazado por la apatía. Hace mucho tiempo,
Fade había matado al amor de su vida, y ahora era cada vez más obvio
que el demonio había matado también a Nate. Buscó en el interior de sí
mismo en un intento de encontrar un parpadeo de vida, pero no había ni
siquiera una chispa.
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— ¿Qué tenemos?
Una ceja oscura se arqueó. —Eso se le parece más —La luz roja
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La lástima enturbió los ojos cafés de Eidolon. —Lo siento, Lena. Voy a
seguir trabajando en ello.
Él no dijo nada más. ¿Qué más había que decir? ¿Lamento que seas un
fenómeno que no puede cambiar a su forma animal, incluso con un
medicamento que funciona en todos los demás? ¿Lamento que vayas a
volverte loca y morir?
Eidolon hizo señas a otra enfermera para hacerse cargo por Lena, y ella
no discutió. Vaughn necesitaba la asistencia que ella no podía darle en
este momento. No con la forma en que sus manos estaban temblando y
su mente estaba dando vueltas.
Uno de los ojos de Vaughn estaba cerrado por la hinchazón, pero abrió
el otro, y su mirada inyectada en sangre se trabó con la suya. El
reconocimiento llameó en las profundidades azules, junto con un dolor
inimaginable.
bien —Le ofreció una sonrisa temblorosa que vaciló cuando miró a
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Eidolon, cuya expresión hizo de ella una mentirosa—. Vaughn, ¿qué
pasó? ¿Quién te hizo esto?
—Hora de la muerte, 3:22 a.m. —El médico la miró, con sus poderosos
hombros hundidos en señal de derrota—. Lena, lo siento.
—En el mismo lugar que los demás —Shade le dio un apretón a los
hombros de Lena y se apartó de ella, aunque se quedó cerca—. En las
alcantarillas por debajo de la calle Quinta.
nosotros.
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Vaughn había estado incluso más recluido que ella. Entonces el por qué
él iría a este club de vampiros era un misterio. Un misterio que ella iba
a desentrañar. Si tenía solamente un par de semanas más de vida, las
aprovecharía al máximo, y conseguiría vengar a su hermano.
Una sensación prohibida la atravesó ante esa idea, y sí, tenía que ser un
síntoma de la locura pendiente, porque la idea de la violencia nunca le
había entusiasmado. Y de alguna manera, ni siquiera podía conseguir
estar molesta por eso... lo que probablemente era otro de los síntomas.
El doctor cerró los ojos por un momento, y cuando los abrió, lucían
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Los hermanos la dejaron sola con Vaughn, y se sentó con él, recordando
todo lo que ellos habían pasado, desde los juegos de esconder y buscar
cuando cachorros, hasta el luto por la muerte de su padre. Una hora más
tarde, Lore, el cuarto hermano Seminus, llegó para llevar a Vaughn a la
morgue.
Mientras alejaba a Vaughn rodando, Eidolon llegó con una taza de café.
Se la ofreció, y ella la tomó, esperando que el líquido caliente pudiera
aliviar el frío que se había instalado en su interior.
peligro brotando de él era una ola ardiente que ella sintió en su piel.
—Si algo te sucede —dijo, con una voz tan mortal como jamás lo había
oído—, te prometo que derribaremos ese club con tal fuerza que nada
quedará en pie.
Cosa graciosa. La gente hablaba mucho, decían cosas así todo el tiempo
pero nunca las llevaba a cabo. Pero sin lugar a dudas, estos tipos
quisieron decir cada palabra.
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Capitulo 3
Traducido por Marie-Eline
Corregido por Kitty
Mucho.
Su expresión se endureció aún más, algo que no había creído que fuera
posible. —Jesús. ¿De dónde te saco Marsden?
Esto no iba del todo bien, y ella agarró el archivo en sus manos con más
fuerza para evitar que le temblaran. —Me postulé para el trabajo esta
mañana.
— ¿Él está recibiendo postulaciones?
— ¿Usted preferiría que el personal médico surgiera repentinamente de
las calles sin ningún entrenamiento?
Una profunda arruga frunció su frente, y luego se rió, y buenos dioses,
fue impresionante cuando lo hizo. —Estás aquí por uno de los puestos
de médico.
Así que el tipo era guapo, pero no demasiado brillante. —Desde luego
—Él tomo un trago de su bebida, y dejó caer los ojos a sus pies. Poco a
poco, arrastró su mirada fija por su cuerpo en una evaluación descarada
y sensual antes de instalarse en su boca.
—Bueno, entonces —dijo él—. ¿Qué tanto deseas el trabajo?
***
—Mi razón para irme es asunto mío. Pero como puede ver, vengo con
la más alta recomendación.
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Bastante justo. Pero algo acerca de esta mujer no le cuadraba, y Nate
había aprendido hace mucho tiempo a confiar en sus instintos. Estaba
demasiado inquieta, demasiado... algo.
Curvilínea. Curvilínea eso es.
Poniéndole la tapa a su menos que útil voz interior, pasó el pulgar sobre
los retorcidos giros de su escritura. —El archivo dice que eres una
cambiaformas. ¿De qué especie?
—Tigre.
Probablemente no sanguinaria. Respiró hondo, buscando su olor. A
través del tentador aroma a vainilla estaba un salvaje matiz felino... y
canino. En su mayoría canino, de hecho. Él la habría catalogado como
un lobo, así que ¿Por qué estaba diciendo que era un tigre? Eso no era
asunto suyo, pero de nuevo, algo no encajaba. Él se había encontrado
toda clase de cambiaformas en su vida, y nunca había encontrado uno
con esta particular mezcla de aromas.
Su sexto sentido le decía que la mandara lejos. El club tenía suficientes
problemas, y operaba en un delicado equilibrio. Él no necesitaba que
esta hembra estropeara algo o causara problemas. Y, sin embargo, lo
intrigaba con las mismas cualidades que lo ponían nervioso.
—Está bien, Señorita Tigre, ¿Por qué estás postulándote para trabajar
aquí?
—Necesito un trabajo, y trabajo bien de forma independiente, pero no
quiero trabajar en un hospital o clínica de humanos.
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que la herida estaba expuesta, ella podía ver por qué. El cuchillo con el
que el vampiro lo había cortado había sido serrado, dejando bordes
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irregulares sobre una laceración ya profunda. El corte también había
pasado a través de su cinturón de cuero y pantalones.
—Vas a tener que quitarte los pantalones también —Ella juraría que vio
un pequeño atisbo de diversión en su expresión antes de que ésta se
cerrara.
Su mano se cernió sobre la hebilla de su cinturón. —Cierra la puerta.
No necesito a mis empleados viéndome así.
La idea de encerrarse en una habitación con él envió ondas de agitación
dentro de ella tanto de nerviosismo como de excitación. La excitación
era algo que no debería ocurrir, no hasta que ella supiera más sobre su
implicación en la muerte de su hermano, y se dio una reprimenda
mental mientras cerraba la puerta.
—Listo —Se volvió hacia él—. ¿Feliz?
—He sido abierto desde las costillas hasta la entrepierna. No estoy
saltando de alegría.
—Ya estás comenzando a sanar —señaló ella, y luego dejó de hablar,
porque él se abrió la bragueta y su boca dejó de funcionar.
No llevaba ropa interior.
Demasiado para ser una profesional. Dándose una muy necesaria patada
en el trasero, ella buscó una bandeja de suministros y regresó hasta
donde estaba él.
—Voy a limpiar el área...
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— ¿Con tu lengua?
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Ella se echó hacia atrás. — ¿Qué?
—Eso es lo que mi médico vampiro haría.
—Eew... Y no. No soy un vampiro, y aunque lo fuera, eso simplemente
no es... el protocolo.
— ¿Tu jefe en Underworld General te dijo eso? ¿Aquel con el que
tampoco follabas? —Ese destello de diversión estaba de vuelta.
— ¿Sabes qué? No creo que necesites atención médica en absoluto —
Su herida se cerraba rápidamente, a pesar de que había una herida de
ocho centímetros donde el cuchillo había entrado más profundo que el
resto de la laceración, y definitivamente podría requerir sutura o
pegamento.
—Yo creo que sí —Sonriendo, puso las manos bajo la cabeza—. Así
que dámela.
Enojada, limpió la sangre de su piel con agua corriente... los vampiros a
veces tenían reacciones alérgicas a los desinfectantes. Probablemente
era inadecuado notar cuan dura era su carne, lo marcado que estaban sus
músculos, y cómo de firme era su piel, pero entonces, él estaba siendo
completamente inadecuado, por lo que resultaba difícil castigarse a sí
misma.
—Entonces, Vladlena —dijo él—, ¿Por qué no utilizas tu pequeño
truco de voz en mí?
—Llámame Lena. Y... ¿Truco de voz?
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—Vi la manera en que fuiste capaz de calmar al Huargo con sólo unas
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pocas palabras.
—Ah, eso —Ella se encogió de hombros—. Sólo funciona en los
caninos.
—Extraño para un tigre, ¿No te parece? —Él la observó tan
intensamente a través de sus ojos entrecerrados que ella se sintió
desnuda. Vulnerable.
Hizo a un lado el susurro de pánico que le decía que él podría no creer
su coartada, a pesar de que no había querido levantar ninguna sospecha
revelando que era una hiena. Una hiena que no puede transformarse en
una hiena. Una hiena que nunca ha mostrado un solo rasgo de hiena.
Ella era la peor cambiaformas existente.
—Todos tenemos dones únicos —Tiempo para cambiar de tema.
Exploró lo peor del daño—. Tienes mucha suerte de que la cuchilla no
entrara una pulgada más arriba, o tu estómago habría sido perforado.
— ¿Y eso es malo?
Le limpió la profunda laceración, y aunque eso debió dolerle, Nate ni
siquiera se inmutó. —Para un vampiro, sí. Todos tus demás órganos se
curan rápidamente, pero debido a que el estómago bombea la sangre
ingieres a lo largo de tu cuerpo, eso puede desangrarte.
—No me mataría.
—No, pero te haría más débil que un bebé recién nacido durante varios
días.
La observó terminar de limpiar su piel. — ¿Cuánto tiempo has sido
enfermera?
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Momento de atacar.
—Puedo sentir tu deseo —Se apoyó en los codos, obligando a su
cuerpo a acercarse al suyo—. Me deseas. Por lo tanto, no es acoso. Es
llegar a la conclusión natural más temprano que tarde.
Su jadeo indignado lo hizo reír. —Eres tan... tan...
— ¿Sexy?
—Arrogante.
Aceptaría eso. —Y sexy.
Resoplando, ella empujó lejos la bandeja rodante de suministros. —
¿No tienes un club de manejar?
Hizo un ruido evasivo mientras balanceaba las piernas por un lado de la
mesa de examen. —Técnicamente, estoy fuera del trabajo.
—Y, técnicamente, no estoy trabajando, ¿recuerdas?
Él se levantó en un instante y la tenía apoyada contra la pared antes de
que siquiera se diera cuenta que se había movido. Ella lo miró, tan
sorprendida como lo estaba él por su repentino movimiento, pero él se
dejó llevar, totalmente metido en la actitud de "tenía intención de hacer
esto", a pesar de que no estaba seguro de si su comportamiento un poco
impulsivo era algo bueno o malo.
—Si no estás trabajando, deberías estar jugando —murmuró él,
acercándose tanto como pudo sin tocarla. Él no iba a darle una excusa
para alejarlo.
—Si por jugar, te refieres a tener sexo...
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—Lo hago —Ahora se inclinó un poco, amando la forma en que el
aliento de ella se atascó mientras su boca bajaba tan cerca de la de ella
que podía sentir la ráfaga de aire caliente entre sus labios
entreabiertos—. ¿Pero sabes qué es casi tan bueno?
El ritmo del corazón de ella saltó, el latido era tan fuerte que vibraba en
los oídos de él y le hacía agua la boca. Su voz fue apenas un murmullo
por encima del sonido de su pulso. — ¿Qué?
—Esto —Rozó sus labios sobre los de ella, lenta y tentativamente,
dándole la oportunidad de detenerlo.
No lo hizo. Pero joder, ella estaba en inminente peligro de insuficiencia
cardíaca si el ritmo de su corazón no disminuía. Su nerviosismo era un
olor acre en el aire, y si hubiese un mínimo de decencia en él, se habría
apartado. En cambio, ese hilo de vida al que había estado aferrándose
desde que ella atravesó la puerta de su oficina se convirtió en una
cuerda, fortaleciendo su resolución.
Quería saborearla. Quería hundir sus colmillos en su garganta y sentir el
pulso golpeando contra sus dientes mientras su fuerza vital fluía en él.
Se conformaba con probar sus labios.
Por ahora.
Sus labios eran aterciopelados, calientes, y se separaron más mientras él
lamía su boca una y otra vez a modo de invitación. Su respuesta fue
vacilante, pero curiosa. Desde el delicado aroma de su deseo que se
elevaba alrededor de él, al destello en sus ojos y el rápido ritmo de su
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respiración, estaba claro que quería esto. Pero su cuerpo estaba tieso
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clave.
Ahora, mientras terminaba de ponerse el uniforme negro que se ajustaba
a su figura con la palabra Thirst, con la T modificada para asemejarse a
una cruz médica bordada en rojo en el bolsillo izquierdo de la camisa,
ella estaba decidida a hacer un poco de espionaje.
El Thirst estaba rebosante de actividad, pero hasta el momento, no había
heridos, por lo que Lena exploraba, los ojos bien abiertos para... bien,
ella no sabía qué, exactamente, estaba buscando. Habló con los porteros,
las meseras, y los camareros, cuidadosamente a la caza de información,
pero nada de lo que dijeron levantó ninguna bandera.
Una fractura de muñeca en una caída sobre la pista de baile la llevó
lejos de su investigación durante una hora, y luego estaba de nuevo en
ello tras divisar a Nate entrar al club e ir en línea recta hacia la sección
privada como si hubiese un incendio. Cuando él desapareció en su
oficina, ella siguió, comprobando detrás de ella para asegurarse de que
nadie la veía.
Todo despejado. La puerta de él estaba cerrada, por lo que aminoró el
paso y escuchó. Nada. Ni un sonido procedía del interior. Tomando un
profundo y vigorizante aliento, llamó a la puerta y se preguntó qué tipo
de excusa iba a dar por interrumpirlo.
Afortunadamente, no necesitaba una excusa, porque él no respondió.
Tomó otro aliento tranquilizador, pero no hizo nada para calmar los
aleteos nerviosos de su estómago mientras tanteaba la manija de la
puerta.
Abierta.
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Lentamente empujó para abrirla. En el interior, no había ninguna señal
de Nate, pero ¿Dónde podría haber ido? Lo había visto entrar.
— ¿Sr. Sabine?
Cuando nadie respondió, cerró la puerta y se apresuró a buscar en la
oficina, empezando con los gabinetes de archivos, que estaban cerrados
con llave. Lo mismo con el escritorio, maldita sea. Se puso de pie detrás
de la mesa, pensando. Su padre había mantenido una oficina similar en
su casa, y no había sido sino hasta que él había sido asesinado que ella
había descubierto el oscuro secreto que él había ocultado.
Ella y Vaughn habían tropezado a través de una abertura en una pared
detrás de un espejo de cuerpo entero. El pasadizo oculto había llevado a
una cámara de tortura que había confirmado todos los rumores que
había oído acerca de su padre. Había sido una desagradable sorpresa, y
se preguntó si algún pasaje semejante que pudiera encontrar en esta
oficina la conduciría a tan gran sorpresa.
Revisó los lugares más obvios primero, detrás de cuadros, espejos, las
estanterías. Nada. Se las arregló para tirar un sujeta libros y golpearse el
dedo del pie con la pata de una silla, sin embargo. No era una
superespía, y rogó que nadie escuchara su imitación de un toro en una
cristalería.
Justo cuando estaba a punto de rendirse, se dirigió a un gran botellero
detrás de la barra. Manipuló las botellas, siendo muy cuidadosa de no
tirar una. Eran, sin duda, costosas.
Cuando movió una botella negra en la parte superior de la estantería,
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personal.
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Ella le ofreció una sonrisa temblorosa, que cayó cuando vio a Fade
mirándola de reojo por el rabillo del ojo. —Gracias. Yo sólo... me iré
ahora.
—Te acompaño —Fade ronroneó y a ella se le heló la médula. Ella
había encontrado el mal en su vida, incluyendo a su padre. Pero este
hombre... él hacía que los demás palidecieran en comparación. Y a
diferencia del interior del Underworld General, el Thirst no tenía un
hechizo anti violencia para protegerla.
—Camina por ti mismo —La voz de Nate era un presagio de
problemas—. Tengo un asunto a discutir con ella —Hundió los dedos
en el brazo de ella, en una señal silenciosa de que estuviera de acuerdo
con él. Como si tuviera siquiera que preguntarlo—. En mi oficina.
***
Nate no tenía idea de lo que se había apoderado de él, excepto que sabía
lo que Fade estaba planeando hacerle a Lena. El demonio estaba a la
caza de cena y sexo, y para él, eran la misma cosa. De ninguna manera
Nate iba a perder a una experta paramédico en su primer día de trabajo.
Y por mucho que le doliera pensarlo, Nate tampoco quería que ese hijo
de puta la tocara del modo en que Nate lo había hecho. Del modo en
que Nate quería hacerlo. Aún podía recordar cómo los labios de ella
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sabían a brillo de uva, cómo su piel se había sentido como suave satén.
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cosas?
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—Así que, ¿Este trabajo forma parte de tratar de hacerlo por tu cuenta?
Las cejas de ella se hundieron en un profundo ceño. —Sí —dijo, como
si ese pensamiento se le hubiese ocurrido justo ahora, y tal vez la
sorprendió un poco—. Tu turno. ¿Por qué estás trabajando para un
hombre que odias? —Se le acercó, y él dudaba de que siquiera se
hubiese dado cuenta. Estaba demasiado ocupada observándolo con esa
mirada de eres-un-misterio-por-resolver de nuevo—. Esto tiene algo que
ver con el fuego del que estabas hablando, ¿Verdad? La forma en que
éste puede arder tan caliente que se consume.
Claramente, le había dicho demasiado, y aún más claramente, ella era
demasiado inteligente para su propio bien. Incapaz de pensar mientras lo
miraba con esos ojos tan conocedores, se alejó de ella y apoyó las
manos en la barra. Sintió, más que oír, a Lena acercarse, y cuando su
mano cayó sobre su brazo, fue como si hubiese metido un dedo en un
tomacorriente. Su cuerpo se sacudió, sus músculos se tensaron, y un
agudo calor intenso le derritió la médula en lo profundo de sus huesos.
Dioses, ¿Cuándo fue la última vez que había reaccionado así a una
mujer?
La respuesta a eso era algo en lo que no quería pensar, porque ni
siquiera había tenido esa respuesta hacia su esposa.
La idea se convirtió en un rugido que brotó de su pecho como si hubiese
estado acumulando vapor durante años. Demasiado tarde se dio cuenta
de que podría haber asustado a Lena, pero curiosamente, ella no se
inmutó. De hecho, ella comenzó una suave caricia arriba y abajo por su
espalda que lo calmó y lo puso en órbita.
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—No lo hagas —jadeó él, a pesar de que no estaba seguro de por qué
no quería que ella lo tocara de esa manera.
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Lo ignoró, manteniendo las suaves caricias. — ¿Has estado con alguien
más desde que tu compañera murió?
La risa de él sonó frágil incluso a sus propios oídos. —Ella no murió.
Fue asesinada. Y no he sido célibe, si eso es lo que estás preguntando.
—No, eso no es lo que estaba preguntando.
Frunciendo el ceño, se enderezó y giró hacia ella. La mano de ella cayó
a su lado. — ¿Entonces qué estabas preguntando?
—Si has amado a alguien más desde entonces.
La cabeza de él retrocedió como si hubiese recibido una bofetada, y
realmente dio un paso hacia atrás para mantener el equilibrio. — ¿Por
qué?
Ella igualó su paso, moviéndose hacia adelante, y un hilo inesperado de
pánico se tejió a través de él. —Algunas especies se aparean de por
vida. Sé que los vampiros no, pero el vínculo de sangre puede ser fuerte.
Los he visto consumirse y morir a causa de sus corazones rotos.
—No estoy consumido por un corazón roto —dijo él con firmeza—.
Estoy incinerado por el odio.
— ¿Así que piensas que no queda nada excepto el odio?
—Sé que no es así —Demonios, él incluso dudaba de que el odio
todavía estuviera allí la mayor parte del tiempo.
— ¿Entonces por qué sigues trabajando? ¿Para alimentarte? ¿Por qué no
caminas bajo el sol y acabas con todo?
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Porque el sol no me fríe. Pero sí, entendía lo que ella estaba
preguntando. Se había hecho la misma pregunta frecuentemente.
Se pasó la mano por el rostro, incapaz de creer que estaba teniendo esta
conversación con alguien que estaba tan viva como él estaba muerto. —
Acabar con todo significaría que me importaba lo suficiente como para
hacerlo.
—De modo que tú no te preocupas por nada —Ella lo miró a través de
unas largas pestañas doradas, su mirada un audaz y difícil desafío—.
¿Nada en absoluto enciende tu sangre?
Su pene se agitó, como si eso también, diera a entender que era un
mentiroso. —Oh, hay una cosa que la enciende.
La expresión de Lena era una de sutil triunfo. — ¿Y qué es?
—Tú —Él barrió su mirada sobre ella, con la sangre corriendo más
rápido a cada segundo que demoraba en sus curvas femeninas—. Por
alguna razón, tú atraes mi instinto de caza.
— ¿Entonces me ves como una presa?
—Tócame —dijo él en voz baja—, y descúbrelo.
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Capitulo 6
Traducido por Araceli
Corregido por Kitty
Lena nunca había estado tan tentada a obedecer una orden. Como una
enfermera con un instinto innato para cuidar y sanar, deseaba
ardientemente tratar las heridas de Nate. Como una mujer adulta cuya
libido estaba enloquecida, anhelaba recorrer con sus manos cada
centímetro de su duro cuerpo.
Como una cambiaformas con un reloj contando en forma regresiva los
días para su muerte y quien siempre había sido "diferente", ella sólo
quería ser normal por un tiempo. Quería saber cómo era estar con un
hombre. Oh, no podría recorrer todo el camino, los cambiaformas eran
incapaces de tener relaciones sexuales antes de su primer cambio. Los
varones no podían tener una erección, y el himen de una mujer se
rompía durante su cambio, pero era impenetrable antes de eso. Eidolon
se había ofrecido para tratar de remover quirúrgicamente el suyo, pero
ella lo rechazó, porque en serio... que vergonzoso.
¿Desafío? La misma palabra hizo que algo se alzara en ella... algo aparte
de la lujuria, de todos modos. Era un llamado a la acción, un deseo de
correr en la tierra de la manera en que un lobo perseguía a un venado.
Por primera vez en su vida, su instinto animal, el cual había empezado a
dudar que poseyera, cobró vida, y fue un infierno de frenesí.
Así que sí, iba a morir virgen, pero no iba a morir sin ser tocada.
Ni. Idea. Bueno, tal vez. Ella podría ser una virgen, pero no era
inocente. Había crecido en la casa de su padre, y él tenía un...
saludable... apetito. No podía contar la cantidad de noches que había
oído los ruidos desde su habitación o tropezado con sus hazañas. Y
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Pura. Sí, está bien, pero no por elección. Había deseado esto durante
tanto tiempo. Probablemente debería sentirse culpable, ya que todavía
no había determinado en qué medida, si había alguna, estaba implicado
en la muerte de Vaughn, pero si estaba equivocada y Nate no estaba
involucrado, ella no podía dejar pasar esta oportunidad. Además, cuanto
más cerca de él estuviera más información podría obtener de él,
¿Verdad?
excitada antes, se había sentido atraída por machos, pero nunca de esta
manera. Era como si su cuerpo hubiese sido un volcán inactivo, y ahora
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hubiese despertado tras incontables años de terremotos de menor
importancia.
Su sangre corría como lava por sus venas, un calor líquido estalló entre
sus muslos, y dentro de su pecho, un agresivo rugido sacudió todo el
camino hasta sus huesos. Cerrando los ojos y apagado su mente, ella
dejó que su cuerpo reaccionara. Las manos de Nate se acercaron para
tomar su cara, sus dedos extendidos sosteniéndola para su beso. Los
pulgares de él le acariciaban la mandíbula como su lengua acariciaba
sus labios.
Temblando a pesar del calor húmedo que se erigía entre ellos, ella se
aferró a sus bíceps, tirando de él lo más cerca posible, amando la
manera en que su tamaño la hacía sentir tan femenina. Desearía que se
hubiesen encontrado en su apartamento o en un hotel... En cualquier
otro lugar. Desearía... ¿Qué? No podía recordar a donde se habían
dirigido sus pensamientos, porque las manos de Nate se deslizaron por
su garganta y sus hombros, luego bajaron. Un brazo se deslizó detrás de
su espalda, mientras su mano siguió a la deriva sobre su pecho, y sus
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—Sin duda —dijo ella con una voz encendida, áspera, que no reconoció
como suya—, a tu ego le gusta eso.
¿Ella realmente iba a hacer esto? El siseó, y ella se dio cuenta de que
había dejado caer sus propias manos en el trasero de él y estaba
apretando los globos firmes a través de sus pantalones. También había
levantado una pierna para poner su pubis en contacto con el bulto detrás
de su bragueta, y su pregunta acerca de si iba o no realmente a hacerlo
fue respondida.
Antes de que Lena pudiera protestar, porque ahora ella de buena gana
tomaría su marca, metió un dedo dentro de su entrada, usando la punta
para acariciar en círculos el tejido ultra-sensible. Su pulgar rozó
suavemente sobre su clítoris, diminutos y atormentadores toques ligeros
que se volvieron más firmes mientras movía sus caderas sobre la mano
de él, desesperada por ubicar su contacto en donde lo necesitaba. Al
mismo tiempo, ella le apretó el eje, sus caricias eran torpes e inexpertas,
pero si los pequeños tirones en su aliento eran una indicación, a él no
parecía importarle.
Sus palabras fueron una caricia de seda que hizo al mundo reducirse al
punto en que sólo existían ellos. Él cambió el ritmo de sus caricias, y la
fricción rápida la tenía retorciéndose, jadeando, corriendo hasta el borde
y saltando al vacío.
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—Sí —gritó ella, el orgasmo rasgó a través de ella, un torbellino de
sensaciones que le robó a Lena todos sus sentidos y tal vez incluso su
consciencia por un momento. Sus piernas se volvieron gelatina, su
visión se oscureció, y si no fuera por el gran cuerpo de Nate, habría
caído al suelo.
Tal vez no hacía falta. Bombeó su puño lentamente arriba y abajo sobre
su longitud rígida. Tal vez podría darle placer de la forma en que él le
había dado placer a ella...
—Tenemos negocios —La voz de Fade era una orden gélida y tajante,
que al instante bajó la temperatura en la oficina.
***
ahí.
—Siempre tengo hembras ahí —Nate empezó a bajar por el pasillo
hacia la puerta custodiada que conducía a la entrada secundaria del
Gladius al Thirst—. ¿Qué es tan importante?
—Y, sin duda, te asegurarás de que cualquiera que sea competencia sea
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—Sí —Fade igualó los pasos de Nate—. Con tantas plagas sesgando a
los seres humanos, la tierra contaminada está disponible en todos los
continentes. Voy a abrir clubes en todas partes, pero este primero será
en una selva de América del Sur. Tú saldrás mañana para evaluar y
reclamar el sitio. Sólo debería tomarte un par de días.
Nate dejó escapar una risa amarga. —No ha habido una virgen en este
club en... bueno, nunca.
Si Fade se salía con la suya, Lena estaría muerta la semana que viene.
Pero él no iba a salirse con la suya. Nate sí. Tan pronto como Nate
regresara de su viaje, se aseguraría de Lena no pudiera ser sacrificada.
Porque ella no sería virgen por más tiempo.
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Capitulo 7
Traducido por Mir
Corregido por Kitty
Otra cosa que ella no creía que fuera normal era la manera en que
Marsden merodeaba, apareciendo de la nada para interferir cuando Fade
se acercaba demasiado a ella. El asistente de Nate también se aseguraba
de que tuviera todo lo que necesitaba, y una vez, incluso le preguntó si
le gustaban las hamburguesas. Si no hubiese estado aquí en calidad
encubierta, realmente habría disfrutado de trabajar en el club.
—Lindo collar ese que tienes allí —Con, un vampiro rubio emparejado
con la hermana de Eidolon, Sin, estaba en la puerta del consultorio
médico, con un hombro apoyado contra el marco. Todos los hermanos
Sem, así como también Sin, habían venido a ver cómo estaba, y Eidolon
la llamaba todos los días cuando estaba en casa. A Con le tocaba el
deber de checar a Lena hoy.
—No estoy de niñera —dijo Con—. Sólo viendo cómo estabas. A todos
nos gustaría tener más tiempo para dedicar a esto, pero con la forma en
que el inframundo se está agitando...
Las cejas de ébano de Nate se cerraron violentamente sobre sus ojos que
se oscurecieron peligrosamente. —Es mi club. Mi tiempo me conviene a
mí, y sólo a mí. Cuando quiero algo, lo obtengo —Cambió su mirada
84
Recuerda por qué estás aquí, idiota. Vaughn está muerto. Cierto.
Hablando de un chorro de agua fría.
Con se alejó, y cuando ella se volvió de nuevo a Nate, una vez más, su
aliento abandonó sus pulmones. Vestido con jeans desgastados y una
camiseta azul marino que se aferraba a todos sus esculpidos músculos
como un film transparente, estaba de pie al lado de la mesa de examen,
su melena negra le caía por la espalda y los hombros en una cascada
brillante; su gran cuerpo vibraba con poder letal. Él era... magnífico.
Maldita sea. Linda metedura de pata. —Por supuesto que sí. Es sólo que
he trabajado allí por un largo tiempo, y es difícil acostumbrarse al hecho
de que ya no estoy allí.
***
Nada era más primitivo que la selva tropical de América del Sur.
La idea misma era horrible, pero ahora Nate tenía problemas para
concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera la hembra delante de
él. Estaba tan excitado, tan encendido que esperaba ver humo
proveniente de la fricción de la ropa sobre su piel. Encontrarla con el
vampiro cabrón ese, su relación tan familiar, no había ayudado. Nate
había querido destruir al macho, entregarle sus colmillos a Vladlena en
un collar, y luego follar con ella en el mismo suelo donde hubiese
ganado la batalla.
Y eso no era sexy. Estuvo a punto de rodar sus ojos. La maldita selva lo
había convertido en un hombre de las cavernas.
No, no podía profesar que no quería esto para él mismo, había estado
antinaturalmente obsesionado con Lena desde que entró en su oficina.
Incluso su virginidad debería haber enfriado su deseo. Él había evitado
las vírgenes como si por sus venas corriera agua bendita en lugar de
sangre. Pero en el caso de Lena... maldición. Un ronroneo vibró en su
pecho ante la idea de ser el primero, de reclamarla en la forma en que
ningún otro macho lo había hecho.
Excepto que eso no podría suceder. Esto sería algo de una sola vez,
porque si Fade incluso sospechara que Nate la deseaba, ella estaba
muerta.
La agarró por la cintura y la atrajo contra él, con una mano yendo a la
parte inferior del cordón de sus pantalones de uniforme. La tormenta de
lujuria reuniéndose en su interior se intensificó, una furiosa fuerza de la
naturaleza impulsada por la agitación residual de la selva, la sed
insaciable de Lena, y un instinto carnal por poseer a la hembra que
había tenido en la mira por varios días.
Hijo de puta. Esto no podría haber salido peor, pero ya era demasiado
tarde para desplegar el encanto, y lo sabía. Nunca había forzado a una
Página
hembra en su vida, y no quería cruzar esa línea ahora. Pero haría lo que
tuviera que hacer con el fin de salvar su vida. Preparándose para su
respuesta a lo que iba a ser la cosa más idiota que jamás había dicho o
hecho, envolvió sus dedos alrededor de su garganta y le enseñó los
colmillos.
Era real, todo era real, y Nate... ese... ese... hijo de puta... estaba justo en
medio de todo.
3
Es el método de selección y clasificación de pacientes (en el área de emergencia), basado en sus necesidades terapéuticas
y los recursos disponibles para su atención.
esto asaltaban su mente, y apretó con fuerza sus ojos y se detuvo solo
por un momento.
Cálmate...
Comenzó a moverse de nuevo, empujando sus pesados pies hacia
adelante, y muy tarde se dio cuenta de los dos centinelas que estaban
parados justo afuera de la entrada. Su corazón tropezó, al igual que sus
pies, pero afortunadamente, aun cuando cayó hacia adelante fuera del
túnel, uno de los grandes machos simplemente la agarró, sonrió y la
soltó entre la multitud. Aparentemente, estaban ahí para prevenir que la
gente entrara al túnel, no que lo abandonara.
Antes de que pudiera decir siquiera una palabra, la arrastró hacia él,
apretó su cuello, y todo se volvió negro.
95
Página
Capitulo 9
Traducido por Mir
Corregido por Kitty
Durante décadas, Nate había estado muerto, su corazón era poco más
que un disecado nudo de músculos yaciendo inútilmente en su pecho.
Pero cuando el encargado de Gladius, Budag, se frotó su calva cabeza y
le dijo a Nate sobre la incursión de Vladlena en el club de lucha, el
corazón de Nate empezó a agitarse.
carne de él.
— ¡Tú, maldito mentiroso! Él no habría hecho eso. Ella iba a ser un
sacrificio...
4
Del tamaño de un búfalo, los Hellhounds o perros infernales son enormes caninos negros con las patas del
tamaño de platos, brillantes ojos rojos y la boca llena de dientes ensangrentados. A diferencia de perros atados a
Página
la tierra, los perros infernales tienen garras retráctiles felinas, que utilizan para un efecto devastador. (Fuente:
Compendio de Demonios, Passion Unleashed)
El Neethul que quedaba apenas le echó un vistazo a su hermano muerto,
mientras iba hacia Nate con una deflesher, una gruesa cadena con un
estribo muy afilado en la punta. Manejada adecuadamente, el arma
podría rebanar una amplia franja de quince centímetros de carne de la a
lo largo de un brazo y dejarlo pelado hasta el hueso.
— ¿Cuán tonto crees que soy? —Fade hizo señas a sus secuaces—.
Enciérrenlos —Le sonrió a Nate con pura maldad—. Felicitaciones,
Sabine. Una vez más, conseguirás ver morir a tu hembra.
—Muérdeme.
—No eres un tigre —gruñó—. Maldita seas, ¿Todo sobre ti ha sido una
mentira?
— ¿Quién?
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—Su nombre era Vaughn —Ella levantó la barbilla, encontrándose su
mirada para que pudiera ver su dolor—. Era una hiena cambiaformas
que murió la semana pasada.
La lengua de Nate dio una rápida pasada sobre uno de los colmillos que
había hundido en la carne de ella. —Tú no eres una hiena más de lo que
eres un tigre.
—Sí. Inmundo hijo de puta. ¿Por qué Vaughn querría que Vic te dejara
en paz?
—Él te amaba —Nate hizo una pausa—. ¿Hay alguna razón para que
no cambiara?
Un nudo retorció sus entrañas. Él dijo que estaba muriendo. Esas fueron
las palabras de Nate. Su hermano estaba muriendo. Él no cambió. Oh...
oh, dioses. No cambió porque no podía. Había estado muriendo por la
106
— ¿Qué quieres decir con que no tenía caso? —Él se echó hacia atrás
para mirarla a los ojos—. Espera... en la arena, tú no cambiaste. No
puedes, ¿Verdad?
Una enfermiza tristeza amarga destrozó la ira que Nate había sentido
sobre la revelación del engaño de Lena. Él la había rescatado de los
hermanos Neethul porque no podía soportar la idea de perderla. Ahora,
gracias a una falla genética de mierda, la iba a perder de todos modos.
— ¿Qué pasó?
encendieron como los fuegos del infierno. Traté de correr, pero él estaba
sobre mí y alimentándose antes de que pudiera tropezar dos pasos.
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— ¿Así que te obligó a beber su sangre para convertirte?
Dioses, era linda. ¿Cómo diablos podía ser una hiena? No podía.
Tendría que haberlo sentido en su sangre. La misma sangre que había
dejado un rastro en la esquina de su boca. Sin pensarlo, se acercó y la
limpió con el pulgar. Quería quedarse, enmarcar su rostro en sus manos
y besarla para alejar el dolor, pero la cautela en sus ojos de cierva le
decían que todavía no estaba lista para aceptarlo como nada más que un
miserable hijo de puta que se beneficiaba de la sangre de otros.
— ¿Diferente?
Él bajó la voz, porque había aprendido hace mucho tiempo que esto no
era algo para decir en voz alta. —Puedo caminar a la luz del sol.
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— ¿Eres el único?
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podía matar Fade; había visto a muchos intentarlo. Así que pensé que lo
haría desde adentro.
Página
Lena lo miró fijamente, sin juicio en su mirada. —Entonces comenzaste
a trabajar para él.
—Sip. Dije estar desesperado por dinero, y ya que una vez había
dirigido una taberna, pensó que sería útil en sus clubes sociales. Lo
tenía todo planeado. Yo iba a arruinarlo, sabotear su negocio para que
sus clientes lo mataran o bien trajeran a los Distribuidores de Justicia
sobre su cabeza. El problema era que él estaba siempre dos pasos
delante de mí. Encontró a mi único pariente vivo. Mi sobrino.
— ¿Qué hizo?
hicieras, Lena. Deberías haberte ido y sin nunca mirar hacia atrás.
—Sabes porque no podía —Ella le lanzó una mirada—. Y me
cabreaste.
Cierto. Eso. Qué diablos... él bien podría decirle la verdad. No era como
si nada de eso importara ahora.
Ella arqueó una ceja rubia, claramente dudando sobre sus intenciones.
— ¿Así que pensaste que salvarías mi vida al tener relaciones sexuales
conmigo?
Sonaba tan pobre cuando lo ponía de esa manera. —Ah... sí. Pero
subestimé tu voluntad de aferrarte a tu virginidad.
frivolidad—. Tú me deseabas.
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Ella hizo un sonido bajo y necesitado que hubiera encendido el fuego en
él, si estuviera en otro lugar en lugar de en cautiverio en una mazmorra
con moho. —Te deseaba.
Ahora se sentía como un pedazo de mierda aún más grande por atacarla
cuando no saltó a la cama con él. —Lo siento —dijo con brusquedad.
—Es hora —Fade tocó los barrotes de hierro de la puerta con un ritmo
alegre y molesto—. Conmigo, Sabine. Tu hembra va a la arena.
Eso no iba a suceder. Hora del plan B. Clavó a Fade con una mirada
dura. —Necesito hablar contigo. A solas.
Fade hizo un gesto con la cabeza a uno de los demonios grisáceos que
estaban con él, y la cosa abrió la puerta.
Sin mirar atrás, salió de la celda y se fue con Fade al área de ensayo, un
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—Tú puedes.
En este caso, significaba que Fade negociaba las almas que reunía con
el mejor postor, y había gente que no querrías que fueran dueño de tu
alma.
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Lo primero que vio fue a Nate, descalzo, con el torso desnudo, vestido
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—Hola, hermana.
Ella se dio la vuelta. —Vic —jadeó—. ¿Qué... qué estás haciendo aquí?
—Pero Vaughn...
Nate se movió tan rápido que ella no tuvo tiempo de verlo hasta que
estuvo a su lado, balanceando su hacha. Vic chilló cuando la hoja
impactó en su hombro, pero luego Fade estaba ahí, con su arma
serpenteando en un arco mortal.
Vic se atragantó y cayó hacia atrás, pero el asesinato ardía en sus ojos
como brasas. Cuando fue por ella de nuevo, sabía que ya estaba muerta.
Un caliente aliento fétido cayó sobre su cara, y garras desgarraron sus
hombros. En un frenesí alimentado por el miedo y la adrenalina, pateó,
golpeó, levantó su rodilla para clavarla en las tripas de la bestia.
Una vez más, la sangre salpicó sobre ella. Sangre arterial, un montón de
ella. Vic por fin la había matado. Él finalmente había... ¿Caído sobre el
suelo? Ella parpadeó, gateando hacia atrás en la arena como un
cangrejo. El cuerpo de Vic, abierto de par en par desde el tórax, yacía
desparramado contra la pared, retorciéndose mientras cambiaba de
nuevo a su forma humana.
Nate había asesinado a su hermano. Puede que estuviera mal que Lena
no se sintiera mal por eso, pero ahora mismo no le importaba en lo más
mínimo. Con el hacha chorreando vetas rojas brillantes, Nate trató de
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Él no se movía.
El miedo era una lanza helada en las entrañas de Lena. Las estacas de
Página
Nate espero que el abrasador y fulminante odio cayera sobre él, del
modo en que siempre lo hacía cuando pensaba en el hombre que le
había quitado su mortalidad. Pero nada sucedió. Nate había fantaseado
con encontrar al bastardo y desmembrarlo lentamente, haciéndole pagar
por lo que le había hecho.
Nate.
Ella podría estar desaparecida, pero su dulce voz era un suave susurro
en su cabeza. Cerrando sus ojos, permitió que el macho que lo había
convertido en vampiro desapareciera de su vista, y se concentró en
Lena, deseando haber tenido una oportunidad de hacer el amor con ella.
Nate.
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otra vez. Ella estaba de pie junto a él, vestida con un uniforme morado,
jugueteando con una bolsa de sangre IV. Y estaba usando su
estetoscopio.
Él había pensado lo mismo. Pero luego ella había salido de la nada, toda
pelaje y colmillos, y... —Te transformaste —él susurro—. Te vi —En
lo que se había transformado estaba fuera de cuestión. Él nunca había
visto ningún canino tan enorme y hermoso.
—Soy libre, Nate —Su voz estaba llena de deleite, como la excitación
de un niño—. Voy a vivir.
Ella asintió. —Al parecer, mi madre se apareó con un lobo el mismo día
que también se apareó con una hiena, el cual pensé que era mi padre.
Quien es mi padre —Hubo un momento de silencio antes de añadiera—
. Él podría haber sido un malvado hijo de puta, pero fue bueno
conmigo.
—Tendrás que contarme sobre él algún día —dijo Nate, y ella le dio
esa sonrisa que lo sacaba de balance de nuevo—. ¿De modo que dos
especies diferentes pueden producir descendencia? ¿Y cómo es que tus
otros hermanos son hienas?
muertos. Aquellos que sobreviven al nacimiento rara vez viven más allá
de su niñez. Nunca había oído nada de uno que llegara hasta la edad
adulta —Él se froto la mano contra la cara—. Apuesto a que el hecho
de que tu padre era un médico te salvo tu vida. Él dijo que tú y Vaughn
se enfermaban mucho cuando eran bebes. Aunque él no sabía por qué se
enfermaban, fue capaz de tratarlos.
suavemente. —Yo no. Quiero decir, podría haberlo logrado sin casi ser
asesinada, pero gracias a eso, fui capaz de cambiar. En realidad, estar en
Página
Gracias a los dioses que ella se sentía bien con lo que él había hecho,
porque él no se retractaría incluso si pudiera. Ese bastardo merecía
morir. Una repentina llamarada de pánico lo atravesó mientras venían a
él todos los sucesos ocurridos en la arena.
Si tan sólo eso fuese cierto, y la realidad era como el agua sobre las
llamas. El demonio cazaría a Nate y a Lena hasta los confines de la
tierra. —Él puede ser resucitado.
Una sonrisa maliciosa se posó sobre sus labios, alborotando las brasas
del fuego que acababa de ser avivado. —Sin reconoció su especie de
demonio. Sus restos están siendo almacenados en la morgue hasta que
podamos identificar y matar a su vivacant.
con eso —Él la beso, un rápido toque de sus labios sobre los de ella—.
Oh, hey, quiero encontrar ese vampiro que vi hace poco.
Página
—Vas a tener que ser más específico —replico ella con ironía—. Este
lugar está infestado con la raza colmillitos.
—El único hombre que he visto que concuerda con esa descripción no
es un vampiro. Él es uno de los cuatro Jinetes del Apocalipsis.
—Mucho.
alucinando.
Cerrando sus ojos, enterró su cara en el cuello de Lena, capturando las
suaves notas florales de su champú y su jabón. Ella olía a limpio, como
una ducha, y de repente, todo en lo que podía pensar era en tenerla bajo
un chorro de agua caliente, desnuda, con sus manos enjabonando cada
centímetro de su piel.
***
—Cómo pude pensar alguna vez que eras muy inocente para mí, está
más allá de mi entendimiento.
Riéndose, él puso sus labios sobre su pecho con un beso de boca abierta
que incluía un montón de lengua sedosa. Era asombroso, pero no era lo
que ella quería, y empuñó su pene para mostrarle lo que sí quería. Él
siseó de placer acompañado de una mordida devastadora con la punta de
sus colmillos sobre su piel, y dioses ella casi se vino. Un orgasmo se
construyó de la nada sin previo aviso, y ella tuvo que resistirse a la
tentación de montar su pierna hasta su terminación como una
cachonda... bueno... como una loba cachonda.
Esas habían sido noticias impactantes, pero tenía sentido, se había ido
esa molesta voz que siempre le había dicho que ella era diferente. Ahora
sabía por qué, y no le importaba como había sucedido y tampoco le
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Ella se abrió a él... su boca, sus piernas, todo su ser. Con ternura y
lentamente, su boca se apoderó de sus labios, acariciando, penetrando y
luego retirándose. Estaba perdida con el vaivén, tan perdida que apenas
notó la cabeza de su pene empujando sobre su entrada.
—Tan... apretada... —Su voz era ronca y grave, y sabía que él estaba
luchando por controlarse—. ¿Te estoy lastimando?
Ella se arqueó hacia él, envolviendo sus piernas con fuerza alrededor de
su cintura para alcanzar su ritmo. Él levantó su cabeza para mirarla a
través de sus parpados entrecerrados, el azul de sus ojos brillando detrás
de ellos. Danzando con la luz proveniente del fuego, sus fuertes
músculos agrupándose y flexionándose, su tensa carne moldeándose
bajo su piel perfecta.
Esto era tan hermoso, más de lo que ella jamás hubiese imaginado.
Incluso su peso sobre ella era increíble, todo lo contrario a su feminidad,
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El orgasmo barrió con ella de arriba abajo, tan solo podía sentir a Nate.
Luego vino la liberación de Nate, era tan poderosa como la suya, si la
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Abruptamente, cayó sobre ella, aunque cambio su peso para evitar que
ella lo tomara todo. Y lo tomaría, con mucho gusto. Pero de esta manera
también se sentía bien. Él permanecía dentro de ella, y ella acarició su
musculosa espalda y le agradeció sin decir palabra alguna.
—Es mío ahora. Ese era el trato con Fade. El Thirst y el Gladius son
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completamente míos.
Página
—No tienes que decidirte por alguno de los dos. Trabaja en el UG, pero
también supervisa el personal y la estación médica en el Thirst. Puedes
contratar a tus colegas del hospital a medio o tiempo completo. Puedes
utilizar el Thirst como campo de entrenamiento. No me importa. Es tuyo
para hacer con él lo que quieras.
Cerrando los ojos, dio las gracias a quien fuera que la estuviera
escuchando cuando ella encontró a este hombre. Los instintos caninos
que ella ni siquiera sabía que tenía, habían de alguna manera detectado
que detrás de ese caparazón duro que mostraba él en el exterior, se
encontraba un vampiro adorable y protector, incluso cuando era un
completo idiota. Y ahora entendía el motivo por el cual en algunas
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Pero eso no significaba que ella lo dejaría tomar sus propias decisiones.
— ¿Y bien? —Él depositó sus labios tiernamente sobre los de ella—.
¿Qué dices?
—Tú hiciste lo mismo por mí. Entonces, ¿A dónde iremos desde aquí?
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— ¿Hasta el final?
Página
Él se empujó sobre sus codos y rodó para quedar montado encima de
ella. Mientras lo recibía dentro de su cuerpo, él cerró su mirada sobre
ella, sus ojos resplandeciendo con pasión y promesa.
—Hasta el final.
FIN
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Carta de la Autora
Querido Lector:
Kitty
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Página