Está en la página 1de 147

Página 1

Argumento

"VAMPIRE FIGHT CLUB"


POR
LARISA IONE

Cuando una ola de violencia obliga a la cambiaforma


Vladlena a ir de incógnito, su primera parada es un
paraíso del vicio - con un vampiro peligrosamente sexy a
su cargo.
Ambos Vladlena y Nathan están ocultando algo, pero no
pueden ocultar la lujuria que hierve a fuego lento entre
ellos...
2
Página
Ín d ic e
Argumento .................................................................................... 2
Capítulo 1 ..................................................................................... 4
Capítulo 2 ................................................................................... 15
Capítulo 3 ................................................................................... 28
Capítulo 4 ................................................................................... 39
Capítulo 5 ................................................................................... 53
Capítulo 6 ................................................................................... 67
Capítulo 7 ................................................................................... 81
Capítulo 8 ................................................................................... 93
Capítulo 9 ................................................................................... 96
Capítulo 10 ............................................................................... 108
Capítulo 11 ............................................................................... 121
Capítulo 12 ............................................................................... 128
Carta de la Autora .................................................................... 146
Agradecimientos ....................................................................... 147
3
Página
Capitulo 1
Traducido por Felipe, Kitty y Kuljizh
Corregido por Kitty

Sangre. Violencia. Sexo. Multitudes entusiastas.


Nada de eso desconcertaba ya a Nathan Sabine. Si alguien le hubiera
dicho hace cien años que él sería totalmente indiferente a la batalla de
gladiadores que se llevaba a cabo en la arena del tamaño de una pista de
patinaje de hockey debajo de su cabina VIP, le habría arrancado la
garganta con los dientes.

Joder, eso aun sonaba como un buen plan.

Sin embargo, todavía miraba a un cambiaforma hiena arrancándole la


garganta a otro cambiaforma hiena. Ellos deberían haber sido de la
misma edad, sin embargo uno de los machos no había cambiado de su
forma humana.

Lo que explicaba por qué el macho había estado en una seria desventaja,
y por qué estaba ahora sangrando en la arena.

A Nate no le importaba una mierda por qué el tipo había querido luchar
esta batalla, pero debió haber sabido que no podría ganar. El muy idiota.
No valía la pena morir por ninguna cantidad de dinero. Nada lo valía.

Dándole la espalda al rugido de la multitud sedienta de sangre, Nate


4
Página

salió del palco de observación privado reservado para el personal del


club y se preguntó si era posible odiarse a sí mismo más de lo que lo
hacía justo ahora. Él podría ser insensible a todo en el exterior de su
cuerpo, pero en su interior, era un hervidero de odio hacia sí mismo. A
veces pensaba que tal vez si no fuese un caminante diurno, una rara
especie de vampiros que toleraban la luz natural, caminaría hacia el sol
y acabaría con todo.

¿Y no era él un hipócrita de proporciones épicas?, dado que recién se


había preguntado por qué el tipo hiena que no cambiaba de forma había
renunciado a su vida.

Tomó las escaleras para bajar a las áreas comunes, en donde la gente
buscaba algún refrigerio y hacían apuestas mientras esperaban el
próximo combate mortal. En ese momento, el hedor agrio de su
excitación y la avaricia le revolvió el estómago. Ahora era como
cualquier otro olor desagradable que su nariz aprendió a ignorar. Hace
poco, el hedor era más intenso, como resultado de una orden dada por el
gran jefe de aumentar el número de peleas, y la brutalidad en ellas, con
el fin de mantener el ritmo de los disturbios en el inframundo. Fade
estaba desesperado por mantener a los espectadores rentables viniendo
al club en lugar de disfrutar de la violencia en otros lugares de gratis.

La multitud se apartó de Nate, algunos susurrando su nombre cuando


pasaba. Un demonio macho de piel gris tan feo como un culo que estaba
cerca de la barandilla del cuadrilátero preguntó cuándo iba a pelear de
5
Página
nuevo Nate, y Nate se dio la vuelta, con su oscuro cabello ondeando
sobre sus hombros y sus colmillos al descubierto.

— ¿Te ofreces voluntariamente a entrar al cuadrilátero conmigo?


Porque estoy con ganas de poner otro par de cuernos en mi pared.

El sonido normalmente inaudible de la música de la discoteca en la


parte de arriba sonó lo suficientemente claro en el repentino silencio
como para identificar al artista.

El demonio se aclaro la carnosa garganta como lo hacen al final de la


canción Oh la la de Goldfrappe.

—En otra ocasión, quizá.

—Eso es lo que pensé —Nate no había estado en la arena desde hace


casi siete décadas, y estos imbéciles todavía querían verlo pelear,
siempre y cuando la lucha fuera con alguien más. Nunca, ninguno se
ofrecía voluntariamente para entrar al cuadrilátero con él.

Se deslizó a través de la muchedumbre y pasó a los guardias que


mantenían al público general fuera del túnel que separaba al Gladius del
Thirst, la mitad respetable del complejo del club. Sólo había avanzado
aproximadamente unos diez metros y doblado la esquina cuando oyó
pasos detrás de él.

—Jefe.
6

Nate se detuvo, pero no se giró.


Página
— ¿Qué, Gunnar?

—El cuerpo, señor —La voz del descomunal hombre lobo era poco más
que un ladrido en la sombría sala.

— ¿Por qué estás preguntándomelo? ¿Dónde está Budag?

—Él salió.

El hombre, quien había sido una vez la mano derecha de Atila el Huno,
era la única persona además del dueño del club que había superado a
Nate, pero el cabrón difícilmente estaba siempre presente. Nate no tenía
idea de lo que el demonio con piel humana hacía en su tiempo libre,
pero ciertamente parecía tenerlo en gran cantidad.

Exhalando una maldición, Nate miró los tubos fluorescentes que


parpadeaban en el techo.

—El hombre es un cambiaforma. Tú conoces las reglas.

Por lo general los muertos eran alimento para las criaturas que se
mantenían como carnada ya sea para entrenamiento o para verdaderos
combates de gladiadores, pero unas pocas especies, incluyendo la
mayoría de los cambiaformas, podían vincularse tan fuertemente con su
compañera que después de su muerte, el cónyuge sobreviviente sería
compelido a encontrarlos. El club no podía darse el lujo de tener
algunas hembras cabreadas y afligidas, dispuestas a localizar los restos
de sus hombres y causar problemas.
7
Página
—Sí, señor.

Nate siguió por el pasillo y subió un tramo de escaleras de cemento. Un


observador casual que llegara al estrecho rellano sólo vería un monitor
montado en una pared negra texturizada. Nate comprobó la pantalla
granulada, y después de asegurarse de que no había nadie en su oficina,
empujo la pared abriendo una puerta oculta.

Desde el lado de su oficina, la pared no parecía ser nada más que un


estante para vinos, e hizo el susurro de un clic al cerrarse. Sólo la alta
administración del Thirst sabía que ésta era una de las dos entradas
entre la discoteca y el club de lucha. La mayoría de los empleados del
Thirst no eran ni siquiera conscientes de que detrás y debajo del bar de
vampiros más popular de América del Norte, estaba el ruedo de sangre
más popular en el reino humano.

Nate lo había sabido durante más de cien años. Lo había sabido, y había
planeado que cayera. Y lo haría, cuando fuese el momento adecuado.

Su auto-desprecio lo recorrió otra vez, porque había estado cantando esa


canción por décadas. Demasiados momentos adecuados habían ido y
venido, y él no había hecho nada. Su interés había estado tan muerto
como su corazón.

Maldiciéndose a sí mismo, cerró de golpe la puerta principal de su


oficina y entró en otro pasillo, éste brillantemente iluminado, las paredes
8

plastificadas con llamativos murales representando escenas de varias


Página

criaturas del inframundo siguiendo el ritmo bajo bolas de discoteca. Sus


zapatos se hundían en la lujosa alfombra carmesí mientras se dirigía
hacia la zona pública del club. La música se hizo más fuerte mientras
caminaba, palpitando a través de él como un pulso y otorgándole la
ilusión, al menos, de que estaba vivo.

Una vez que atravesó la puerta giratoria en el extremo de la sala, fue


inmediatamente asaltado por el calor sofocante, las deslumbrantes luces
de colores brillando en la oscuridad, y todos los sonidos eróticos que
venían con un lugar como éste. El nivel inferior era una masa de
cuerpos retorciéndose: gente bailando, follando y alimentándose. En las
mesas y en los sofás alineados a lo largo de las paredes en los niveles
superior e inferior, había más sexo y alimentación. Las camareras de
coctel entregaban las bebidas bajo la atenta mirada de los guardias que
se aseguraban de que éstas no fuesen molestadas.

Había sido uno de los cambios de Nate cuando fue ascendido a director,
la regla de que nadie tocara al personal o él los mutilaría. Punto.

—Hey, Nathan —Marsden, el vampiro jefe de seguridad del Thirst y


segundo al mando de Nate, se abrió camino a través de un grupo de
hombres mirando a tres mujeres ligeras de ropa inclinadas sobre la
baranda en el nivel superior—. Tenemos una situación —Los ojos color
avellana de Marsden se dirigieron a la estación médica cerca de los
baños, y Nate suspiró.

— ¿Lesión, sobredosis, o sobrealimentación?


9
Página

—Sobrealimentación. La víctima es humana.


—Mierda —Ya era bastante malo cuando un vampiro se volvía
demasiado ambicioso con un habitante del inframundo, pero los seres
humanos eran mucho más difíciles de tratar, de mantener vivos, y de
desechar si morían.

—Fue la segunda ofensa del perpetrador —dijo Mars, a medida que


avanzaban hacia el puesto médico—. Está siendo echado a patadas.

—Espero que las patadas sean justo en el culo del vampiro.

Mars, la única alma en el planeta que sabía que Nate podía caminar
durante el día, no se ofendió ante la indirecta hacia los vampiros
normales. Él simplemente sonrió, mostrando lo último en moda de
vampiros: colmillos dorados tachonados con joyas. La alimentación
debía ser una putada para él y la víctima.

—La patada fue lo suficientemente arriba de su culo, perdió un par de


dientes.

—Excelente.

Dentro de la habitación de diez por diez establecida como un puesto


1
médico, John, un EMT humano que trabajaba aquí los fines de semana
por la noche, estaba monitoreando el flujo de sangre a través de una vía
intravenosa insertada en el brazo de una mujer pecosa pelirroja.

—Ella va a estar bien —dijo John arrastrando las palabras, su acento


10

traicionando su origen tejano—. Este no es su primer rodeo.


Página

1
Paramédico (Emergency Medical Technician)
Bastante cierto. La mujer, cuyo nombre Nate pensó que era Allison,
yacía inmóvil y pálida sobre la mesa, su ajustado top plateado apenas
cubría unos senos demasiado grandes debido al bisturí de un cirujano, y
su diminuta minifalda negra definitivamente no cubría lo que
necesitaba. Ella era una cliente habitual aquí, un cisne que se entregaba
a los vampiros por sangre, sexo, o ambos.

John había aplicado cuidadosamente un vendaje sobre los pinchazos en


el cuello... un cuello que estaba marcado por las cicatrices de cientos de
alimentaciones.

El olor de la sangre atormentaba las fosas nasales de Nate, echó una


mirada a la estela roja en el interior de los muslos de la chica y recordó
que no se había alimentado recientemente.

—Habían dos alimentándose de ella —dijo, señalando los pinchazos


que atravesaban la arteria femoral. Algunos vampiros hacían un pobre
trabajo al sellar la herida.

John se inclinó para examinar el segundo mordisco.

—Podría haber sido sólo uno, pinchando dos lugares.

—Diferentes tamaños de colmillos. El de su garganta era una hembra


—Lo que, maldita sea, significaba que Marsden tenía otro vampiro que
castigar—. Avísame cuando liberes a la humana.
11

Nate no esperó una respuesta. Se dirigió directamente a la barra, se


Página

sirvió un trago doble de O negativo, y eliminó el filo de su hambre. Su


hambre de sangre, de todos modos. Mientras observaba el movimiento
erótico de los cuerpos en la pista, otra necesidad se alzó en él, una que
no había saciado en mucho tiempo.

Marsden le llegó por detrás y lo palmeó en el hombro.

—Ese pequeño pedazo ardiente de culo humano en el extremo de la


barra te ha estado mirando.

Sí, él ya había sentido su mirada lujuriosa sobre él.

—No necesito tus habilidades de casamentero.

—Necesitas algo. Estás en un bucle infinito, hombre. ¿Quieres que la


envíe a tu oficina?

La mujer humana inclinó la cabeza para exponer su delgado cuello,


mientras pasaba sus uñas pintadas de negro a lo largo de su escote en
una invitación descarada. Se preguntó si ella era una folladora de
2
estrellas que sabía quién era él, una leyenda en el campo de sangre, o si
era una perseguidora de vampiros común y corriente ávida de cualquier
conjunto de colmillos que la penetraran. De cualquier modo, Nate no
estaba para jugar sin importar lo necesitado que estuviera. Él siempre
prefería obtener sangre y sexo de las hembras que no hubiera visto
follándose a otros hombres esa noche.

—No —Él comenzó a alejarse, pero la mano de Marsden en su brazo lo


12

detuvo.
Página

2 Alguien que se folla o da favores sexuales a cualquier persona que es famosa, o está en camino a serlo (Star-Fucker).
—Confía en mí en esto. Necesitas aliviar algo de jugo.

Un escalofrío recorrió la espalda de Nate, y apretó su mandíbula con


tanta fuerza que apenas podía hacer la pregunta de la que ya sabía la
respuesta. — ¿Por qué?

Las fosas nasales de Marsden se ensancharon, el piercing de diamante


en su nariz brillando a través del humo de los cigarrillos. —Él está
viniendo.

El demonio que era dueño tanto del Thirst como del Gladius venía de
visita. Nate esperó que el odio lo abrasara desde adentro, pero en
cambio, la cavidad de su pecho se llenó de hielo, y todo su cuerpo se
volvió tan frío que se estremeció. Fade era la razón por la que Nate se
había infiltrado en la organización del club en primer lugar. Había
esperado durante décadas para destruir al hijo de puta, había ganado su
confianza mientras se volvía más fuerte y amasaba una fortuna a costa
del demonio.

El odio de Nate se lo había comido vivo por décadas, pero ahora parecía
que el odio había sido reemplazado por la apatía. Hace mucho tiempo,
Fade había matado al amor de su vida, y ahora era cada vez más obvio
que el demonio había matado también a Nate. Buscó en el interior de sí
mismo en un intento de encontrar un parpadeo de vida, pero no había ni
siquiera una chispa.
13

Él. Estaba. Muerto.


Página
Página 14
Capitulo 2
Traducido por Marie-Eline
Corregido por Kitty

Los casos de emergencia entrantes elevaban la adrenalina de Vladlena


Paskelkov y la traían a la vida como ninguna otra cosa. Como enfermera
en el único hospital que atendía a vampiros, demonios y otras diversas
criaturas del inframundo, llegó a ver cosas que nunca encontraría en una
instalación humana y, al igual que la mayoría del personal médico,
mientras más bizarra o terrible fuese la herida, más emocionada se
ponía.

No era que a ella le gustara ver herido a nadie, especialmente no a los


jóvenes de cualquier especie. Pero había heredado el gen de la medicina
de su padre, que había sido cirujano en este mismo hospital.

Hasta que fue torturado y asesinado por El Aegis, una sociedad de


humanos asesinos de demonios que se hacían llamar Guardianes y que
habían convertido en su misión librar al planeta del mal.

Lena había estado amargada, pero no por mucho tiempo. Su padre,


aunque había sido bueno con ella, había caminado por un sendero
siniestro, y estaba sorprendida de que los asesinos no lo hubieran
matado antes. También había aprendido a tenerle cariño a unos pocos
15

Guardianes, incluyendo a uno que solía trabajar en Underworld General,


Página
que ahora dirigía el Aegis, y a una que estaba emparejada con jefe del
hospital.

Y hablando de los íncubos, Eidolon, un demonio Seminus de cabello


oscuro, increíblemente ardiente, avanzó al trote a través del bullicioso
servicio de urgencias y se tomó un par de guantes quirúrgicos del
estante de suministros.

— ¿Qué tenemos?

Lena se puso los guantes mientras hablaba.

—Macho cambiaformas, raza desconocida. Encontrado como los demás,


con múltiples heridas, sin signos vitales cuando los paramédicos lo
encontraron, pero Shade le dio reanimación.

Eidolon mostró una sonrisa afectada.

— ¿Cuáles fueron las palabras exactas de Shade?

Shade, el hermano de Eidolon responsable de los paramédicos del


hospital, rara vez hablaba en forma remilgada. Sí, él le había dado toda
la jerga técnica, pero sólo después de sus observaciones más personales.

—Jodidos cuadriláteros del infierno —dijo ella, haciendo su mejor


imitación de la Shade—. El tipo parece que paso a través de una
trituradora de madera.
16

Una ceja oscura se arqueó. —Eso se le parece más —La luz roja
Página

giratoria de la puerta del área de carga de las ambulancias se encendió,


señalando la llegada de una ambulancia al estacionamiento subterráneo.
Antes de que se abrieran las puertas, Eidolon se volvió hacia ella,
bajando la voz—. ¿Funcionó el suero?

Toda la adrenalina que había estado incrementándose en sus venas se


volvió fango, y se frotó distraídamente el lugar en el dorso de la mano
donde se había colocado la inyección.

—No —Se aclaró la voz para deshacerse de la súbita ronquera—. No


cambié.

La lástima enturbió los ojos cafés de Eidolon. —Lo siento, Lena. Voy a
seguir trabajando en ello.

Él no dijo nada más. ¿Qué más había que decir? ¿Lamento que seas un
fenómeno que no puede cambiar a su forma animal, incluso con un
medicamento que funciona en todos los demás? ¿Lamento que vayas a
volverte loca y morir?

Durante años, ella había estado en tratamientos y lecciones, desesperada


por cambiar a su forma peluda antes de cumplir veinticuatro años,
cuando la incapacidad para cambiar la mataría. Ayer, en su cumpleaños
24, se había inyectado una droga que Eidolon había desarrollado como
un catalizador para los que no podían cambiar de otra manera. No había
funcionado. Ella era el fracaso de los fracasos, y probablemente era una
buena cosa que su padre no estuviera vivo para ver cómo, muy pronto,
17

iba a perder su control sobre la realidad y se volvería violenta hasta que


Página

finalmente moriría en agonía. Los cambiaformas con su problema rara


vez sobreviven más de seis semanas después de cumplir los veinticuatro
años, y ya había comenzado a marcar los días sobre el calendario. Tanto
tiempo desperdiciado. Tanto más que a ella le habría gustado hacer.

Esto realmente era una mierda.

Las puertas de la Sala de Emergencias se abrieron con un sonido


silbante, y Shade y su compañero, un hombre lobo llamado Luc,
metieron rodando en una camilla a un macho ensangrentado. Mientras
apresuraban al paciente hacia una habitación, Shade recitó los signos
vitales a toda prisa, los deprimentes números poniendo una inmediata
nota de tristeza sobre la esperanza. Lena había estado en la escuela de
enfermería sólo un par de años, pero reconocía a un desahuciado cuando
lo veía.

El hedor acre de la muerte se aferraba a este hombre como una


sanguijuela desesperada, y... jadeó, a punto de paralizarse cuando Shade
y Luc levantaron al paciente sobre una mesa.

— ¿Vladlena? —El brazo derecho de Eidolon, que estaba cubierto de


glifos desde las yemas de los dedos de la mano hasta el hombro, se
iluminó mientras la capacidad de curación inherente a su especie se
canalizaba hacia el macho—. ¿Conoces a este paciente?

—Vaughn —Trastabilló a un lado de la cama, con las piernas


amenazando con fallarle—. Él es mi hermano.
18
Página
Vaughn había sido el único de sus tres hermanos que no había tratado
de matarla. Como la pequeña de la camada, ella había sido el blanco de
sus crueles juegos, y si no fuera por su padre, ellos la habrían matado.
Ahora que él se había ido, Van y Vic habían hecho varios atentados
contra su vida... lo cual era una de las razones por la que tomó un
montón de turnos dobles en el hospital. Aquí, ella estaba a salvo.

Eidolon hizo señas a otra enfermera para hacerse cargo por Lena, y ella
no discutió. Vaughn necesitaba la asistencia que ella no podía darle en
este momento. No con la forma en que sus manos estaban temblando y
su mente estaba dando vueltas.

Queridos dioses, él había sido despedazado. Un brazo parecía que había


sido masticado y casi arrancado. Heridas de profundas mordeduras
dejaron la piel y los músculos desollados en gruesas tajadas que se
desprendían del hueso expuesto. Su garganta había sido desgarrada, y la
sangre se filtraba a través de las capas de vendajes de presión.

Uno de los ojos de Vaughn estaba cerrado por la hinchazón, pero abrió
el otro, y su mirada inyectada en sangre se trabó con la suya. El
reconocimiento llameó en las profundidades azules, junto con un dolor
inimaginable.

—Hey —Ella tomó su mano, tratando de no encogerse ante la sensación


de la piel helada, húmeda y pegajosa—. Estás en el UG. Vas a estar
19

bien —Le ofreció una sonrisa temblorosa que vaciló cuando miró a
Página
Eidolon, cuya expresión hizo de ella una mentirosa—. Vaughn, ¿qué
pasó? ¿Quién te hizo esto?

—Th...thirst... —Su voz era apenas un sonido áspero, sus palabras


gorgoteaban a través de la sangre—. Club...

Él convulsionó, y sus compañeros de trabajo se convirtieron en un


torbellino de acción. Shade la apartó con manos suaves mientras
Eidolon trataba de salvar a su hermano.

El tiempo se volvió fluido, elástico, estirándose sin darle a Vladlena


ningún sentido de cuánto había pasado antes de que Eidolon finalmente
mirara el reloj y dijera las palabras que nadie quería decir, o escuchar.

—Hora de la muerte, 3:22 a.m. —El médico la miró, con sus poderosos
hombros hundidos en señal de derrota—. Lena, lo siento.

Ella asintió, con la garganta demasiado obstruida por la emoción para


hablar.

—Shade —Eidolon levantó una sábana para cubrir el cuerpo de


Vaughn—. ¿Dónde lo encontraste?

—En el mismo lugar que los demás —Shade le dio un apretón a los
hombros de Lena y se apartó de ella, aunque se quedó cerca—. En las
alcantarillas por debajo de la calle Quinta.

Las palabras de Shade apenas fueron registradas. Ella se había


20

enganchado a un rítmico ruido de golpeteo que se elevaba incluso por


Página
encima del estruendo de la bulliciosa sala de emergencia fuera del
cubículo. Le tomó un momento darse cuenta de lo que era; la sangre de
su hermano, goteando en el suelo de obsidiana. Extraño en lo que el
cerebro se enfoca cuando no quiere pensar en algo horrible justo frente a
ti.

— ¿Qué está pasando? —susurró Lena.

El pelo oscuro de Shade rozó el cuello de su uniforme negro de


paramédico cuando sacudió la cabeza. —No sé, pero tu hermano es el
único en pasar a través de las puertas del hospital con vida.

—Esta es la tercera víctima de esta semana —dijo Eidolon quitándose


los guantes—. El reino humano y el demonio han estado en crisis
últimamente, pero esto es demasiado específico para estar relacionado
con los eventos apocalípticos.

En crisis era una forma suave de describir lo que estaba sucediendo,


dado que los Cuatro Jinetes del Apocalipsis habían aparecido
recientemente, y al menos un Sello apocalíptico se había roto. El
hospital había estado lidiando con las consecuencias violentas sin parar,
y Eidolon se había visto obligado a contratar empleados sin
entrenamiento y capacitarlos en el trabajo para estar al día con la carga
de pacientes.

Shade casualmente pateo una toalla debajo de la mesa de examen para


21

detener el enfermizo goteo de la sangre Vaughn. Era sólo un pequeño


Página
gesto, pero uno considerado, y Lena podría haber besado al demonio
por eso. — ¿Entonces con qué infiernos estamos tratando?

—Club de lucha —Wraith, el hermano rubio medio vampiro de Shade y


Eidolon, llegó a paso lento, con su gabardina de cuero aleteando
alrededor de sus botas—. Están lidiando con algún tipo de luchas de
gladiadores subterráneas.

— ¿Y tú cómo sabes eso? —Shade doblo los brazos sobre su amplio


pecho en esa actitud universal de hermano mayor que Vaughn solía
ofrecerle a ella mientras esperaba una respuesta que sabía que no le
gustaría.

Wraith parpadeó, todo inocencia fingida. —No siempre fui un


ciudadano modelo, ya sabes.

Vladlena miró al cuerpo sin vida de su hermano antes de apartar


rápidamente la mirada. —Él no habría estado involucrado en algo como
eso.

—Tal vez no voluntariamente —dijo Wraith—. Estos lugares están


dirigidos por la misma clase de escoria que dirige los cuadriláteros para
peleas de perros y gallos.

Sus manos hormiguearon, y ella se dio cuenta de que había estado


colgada del estetoscopio alrededor de su cuello como si fuera un
22

salvavidas. — ¿Qué estás diciendo?


Página
—Que tu hermano podría haber sido un cebo. Utilizado para entrenar a
los luchadores. O pudo haber sido obligado a luchar.

El batido de fresa que había tenido por cena se agrió en su estómago.


Pinchazos de dolor se extendieron a través de sus dedos a medida que se
forzaba a soltarlos del antiguo estetoscopio, que solía ser de su padre.
— ¿Dónde funcionan estas cosas?

Wraith metió las manos en los bolsillos de su jeans. —Los realmente


repulsivos son dirigidos en el Sheoul, pero los más rentables están aquí
en el reino humano.

—Hey, chicos, miren esto —Shade levantó el brazo de Vaughn, y bajo


el resplandor de la lámpara de luz ultravioleta en la pared, un sello
brillaba bajo la sangre en el dorso de su mano—. Una de las otras
víctimas tenía un sello similar.

—Thirst —murmuró Wraith—. Agradable lugar.

La voz de Vaughn resonó en su cabeza. Th...thirst. Ella contuvo el


aliento con fuerza. —Eso es lo que Vaughn dijo que cuando entró.
Creía que estaba pidiendo agua. ¿Qué es el Thirst?

—Un Club Vampiro —Wraith apoyó la cadera contra la mesa y cruzó


los pies calzados con botas hasta los tobillos—. Cambiaformas y
hombres lobo van también, y unos pocos humanos que saben sobre
23

nosotros.
Página
Vaughn había estado incluso más recluido que ella. Entonces el por qué
él iría a este club de vampiros era un misterio. Un misterio que ella iba
a desentrañar. Si tenía solamente un par de semanas más de vida, las
aprovecharía al máximo, y conseguiría vengar a su hermano.

Una sensación prohibida la atravesó ante esa idea, y sí, tenía que ser un
síntoma de la locura pendiente, porque la idea de la violencia nunca le
había entusiasmado. Y de alguna manera, ni siquiera podía conseguir
estar molesta por eso... lo que probablemente era otro de los síntomas.

Muy suavemente, metió la mano de Vaughn bajo la sabana. —Parece


que voy a hacer una visita a ese lugar de reunión de vampiros.

—Lena, si el Thirst es una cubierta para un club de lucha, es demasiado


peligroso para ti —El tono de Eidolon se suavizó como cuando hablaba
con los niños—. Cuando tu padre me pidió que te diera un trabajo,
también me pidió que te cuidara si algo le sucediera a él.

Ella se quedó mirando al apuesto médico, sorprendida por su admisión,


pero eso no cambiaba nada. —No puedes detenerme —dijo
bruscamente, ¿y no era eso maduro? Del mismo modo podría patalear,
también. Respirando profundamente, encontró su voz de muchacha
grande—. Necesito hacer algo que valga la pena en el tiempo que me
queda.

El doctor cerró los ojos por un momento, y cuando los abrió, lucían
24

derrotados. —Dame una hora para hacer alguna investigación.


Página
—Voy a hacer el reconocimiento —dijo Wraith, sus ojos azules
brillaron con la travesura. Ni siquiera quería saber lo que había
planeado. Con Wraith, podría ser cualquier cosa.

Shade se metió un chicle a la boca. —Necesito limpiarme el uniforme,


pero háganme saber si necesitan algo.

Los hermanos la dejaron sola con Vaughn, y se sentó con él, recordando
todo lo que ellos habían pasado, desde los juegos de esconder y buscar
cuando cachorros, hasta el luto por la muerte de su padre. Una hora más
tarde, Lore, el cuarto hermano Seminus, llegó para llevar a Vaughn a la
morgue.

—Lo siento, Lena —Lore coloco su mano enguantada para evitar


cualquier accidente con el poder letal que manifestaba, sobre las de
ella—. Voy a tratarlo bien.

Mientras alejaba a Vaughn rodando, Eidolon llegó con una taza de café.
Se la ofreció, y ella la tomó, esperando que el líquido caliente pudiera
aliviar el frío que se había instalado en su interior.

—Se puede acceder al Thirst ya sea a través de una entrada secreta


detrás de un Club Gótico humano llamado Velvet Chain —dijo—, o a
través de una puerta oculta en la alcantarilla debajo de ella. Puesto que
es principalmente un club de vampiros, se espera que los no-vampiros
donen sangre.
25
Página
—No si se ellos trabajan allí —Wraith llego en la forma en que siempre
lo hacía, como un tornado—. El club utiliza seis médicos. Y están
contratando.

Eidolon frunció el ceño. — ¿Cómo lo sabes?

—Debido a que ahora están faltos de dos médicos. Convencí a uno de


esfumarse.

— ¿Y el otro? —preguntó Eidolon.

—Lo convencí de morir —Wraith destelló sus colmillos—. Era ese


perdedor que despediste el año pasado por intercambiar el medicamento
para el dolor de los pacientes por vitaminas.

—Excelente —Eidolon asintió con la cabeza en señal de aprobación—.


Pero todavía no me gusta la idea de que Lena entre en ese antro de
violencia.

—No es tu decisión —dijo ella en voz baja.

—Tienes razón —dijo E—. Y me gustaría poder enviar a alguien


contigo, pero no podemos darnos el lujo de perder las manos de nadie
más.

—Está bien. Tengo que hacer esto.

Wraith le dio una palmada en el hombro. —Estaremos pendientes de ti.


26

Antes de que tuviera la oportunidad de agradecerle, Eidolon la rodeó, el


Página

peligro brotando de él era una ola ardiente que ella sintió en su piel.
—Si algo te sucede —dijo, con una voz tan mortal como jamás lo había
oído—, te prometo que derribaremos ese club con tal fuerza que nada
quedará en pie.

—Especialmente ninguno de los come mierda que lo dirigen —añadió


Wraith, sus ojos brillando con anticipación.

Cosa graciosa. La gente hablaba mucho, decían cosas así todo el tiempo
pero nunca las llevaba a cabo. Pero sin lugar a dudas, estos tipos
quisieron decir cada palabra.
27
Página
Capitulo 3
Traducido por Marie-Eline
Corregido por Kitty

Vladlena era un manojo de nervios cuando entró al Thirst por


segunda vez en ese día. Más temprano esa tarde, había hablado con el
asistente del gerente sobre el trabajo de paramédico. Él había estado
impresionado con sus credenciales, y después de la entrevista, le había
enviado de regreso con grandes esperanzas de devolverle la llamada.
Cuatro horas más tarde, ella había recibido la llamada.
Marsden había hablado con Eidolon, y ahora todo lo que tenía que hacer
era impresionar al gran jefe, un vampiro llamado Nathan.
Se detuvo justo en la entrada principal y miró a la muchedumbre, que
parecía considerable para ser tan sólo las seis de la tarde. Pero entonces,
los clientes que venían aquí vivían en todas partes del mundo, así que
realmente, el tiempo en un club subterráneo era insignificante.
El olor de la lujuria, la sangre, y el alcohol era espeso en el aire, y
mientras se abría paso hacia la estación médica, captó el olorcillo de la
agresión, también. Sin duda un lugar como éste veía su cuota de peleas.
Pero no eran las peleas regulares de bares las que a ella le interesaban.
Se estaba desarrollando un deporte enfermo y retorcido aquí, y se
aseguraría de que los responsables de la muerte de su hermano pagaran.
Uno de los guardias le señaló la oficina de Marsden, que estaba muy
28

lejos por un largo pasillo en la parte trasera del club.


Página
—Gracias por venir, Vladlena —Él hundió la cabeza en señal de
bienvenida cuando entró, y ella se preguntó si las puntas fijadas con gel
de su cabello castaño ceniza eran tan afiladas como parecían. Con su
pelo a la moda, sus piercing, las uñas pintadas de negro y los colmillos
enjoyados, era un hombre de aspecto extraño—. Como dije por
teléfono, todo se ve muy bien. La aprobación de Nathan es
principalmente una formalidad en este momento, pero probablemente
tendrá algunas preguntas para ti —Señaló una puerta en el pasillo—.
Buena suerte.
Su "buena suerte" no sonaba prometedora, y se preguntó con qué iba a
estar tratando. Respiro profundamente y llamó a la puerta. Un
ásperamente dicho "Entre" fue la respuesta, y ella abrió la puerta, la
inquietud se encrespaba dentro de su pecho.
Al principio, no lo vio. Estaba demasiado ocupada admirando el
escritorio de roble gigante salpicado con algún tipo de tickets marcados
con GLADIUS, la exótica, y costosa alfombra persa, las obras de arte en
las paredes. Entonces dio un paso entrando completamente cuando miró
hacia el bar ilegal a la derecha.
Estaba de pie con la cadera apoyada en la barra, los largos dedos
acariciando un vaso de líquido de color ámbar, con sus ojos azules
cristalinos perforándola. Brillante cabello negro azulado caía en una
cortina recta por debajo de sus anchos hombros, y maldita sea, odiaba
cuando los hombres tenían el cabello mejor que ella. Afilados ángulos
definían su rostro, desde los pómulos altos hasta una mandíbula fuerte,
y cuando una de las esquinas de su boca se levantó en una media sonrisa
29

que revelaba un reluciente colmillo, su pulso hizo un revoloteo excitado.


Página
Su compañero de habitación, Blaspheme, diría que a partir de sus
mocasines caros hasta su bien ajustado pantalón negro y su camisa de
seda gris, este hombre exudaba sexo puro y duro.
No es que Lena supiera algo de eso.
—Um... Hola, Sr. Sabine. Soy Vladlena.
—Quítate la ropa —Su voz ronca, teñida con un ligero acento francés,
era tan fascinante que no registro sus palabras durante unos segundos.
Por último, parpadeó. — ¿Disculpe?
—Marsden te envió, ¿verdad?
—Sí, pero...
—Entonces quítatela.
Se acercó a ella, y con cada paso, su corazón martilleaba más rápido. Él
había sido tallado de un bloque de piedra de peligro, poder y gracia, y si
él tuviese incluso una pizca de suavidad, ella se comería el archivo que
tenía en la mano. La sala se contrajo mientras se acercaba a ella, la
energía erótica brotaba de él y hacía que su piel hormigueara. Aquellos
amplios hombros rodaron, recordándole un león al acecho, y aunque ella
no era baja, él era por lo menos siete centímetros más alto. Podía
aplastarla con su dedo meñique, y allí estaba ella, en el lugar en el que
su hermano había perdido la vida, sola en una oficina con el hombre que
podría ser el responsable.
—Yo no sabía que desnudarse formara parte de las exigencias del
30

trabajo —Estaba orgullosa de la forma en que su voz no flaqueó.


Página

Mucho.
Su expresión se endureció aún más, algo que no había creído que fuera
posible. —Jesús. ¿De dónde te saco Marsden?
Esto no iba del todo bien, y ella agarró el archivo en sus manos con más
fuerza para evitar que le temblaran. —Me postulé para el trabajo esta
mañana.
— ¿Él está recibiendo postulaciones?
— ¿Usted preferiría que el personal médico surgiera repentinamente de
las calles sin ningún entrenamiento?
Una profunda arruga frunció su frente, y luego se rió, y buenos dioses,
fue impresionante cuando lo hizo. —Estás aquí por uno de los puestos
de médico.
Así que el tipo era guapo, pero no demasiado brillante. —Desde luego
—Él tomo un trago de su bebida, y dejó caer los ojos a sus pies. Poco a
poco, arrastró su mirada fija por su cuerpo en una evaluación descarada
y sensual antes de instalarse en su boca.
—Bueno, entonces —dijo él—. ¿Qué tanto deseas el trabajo?

***

Nate esperaba por una reacción de la mujer, más allá de la expresión de


sorpresa que incluía la boca abierta, los ojos desorbitados, y el mutismo
31

absoluto, de todos modos. Se había dado cuenta de inmediato que ella


Página

no era un folle enviado por Marsden... bueno, casi de inmediato, a pesar


de que no había determinado por qué Marsden la había enviado. En los
primeros segundos, sólo había estado feliz de que su lugarteniente le
hubiera enviado una mujer atractiva pero simple que en realidad estaba
usando ropa, y no una de las putas de colmillo del club ataviada con un
atuendo más apropiado para el dormitorio que para un bar.
Esta mujer era diferente de cualquiera que hubiera visto en Thirst, desde
sus tenis rayados negros y sus bien ajustados pero conservadores
pantalones oscuros hasta su suéter de manga larga. Su escaso maquillaje
enfatizaba sus pómulos altos y sus labios carnosos, y él tuvo la más
extraña necesidad de pedirle que soltara su cabello rubio de la aburrida
trenza francesa que le llegaba a las caderas para poder ver si era tan
suave como parecía.
Tal vez el acto de la bibliotecaria de los ojos saltones era su juego. Tal
vez atraía a los hombres que querían aprovecharse de una chica tímida.
Nate nunca había sido de ese tipo. A él le gustaban las autoritarias que
sabían en lo que se estaban metiendo cuando se acostaban con un
vampiro, pero cuando había evaluado a Vladlena, comenzó a ver su
atractivo.
Pero entonces había visto el nerviosismo en sus ojos, y escuchó la nota
de miedo en su voz. Una parte profunda y oscura de él se había
despertado, y la emoción de la caza se apoderó de él. Era un pequeño
impulso, apenas un murmullo en la piscina de adormecimiento en que
había estado ahogándose, pero Jesús, fue como si un hilo de vida le
hubiese sido arrojado, y se aferraría a eso durante el tiempo que pudiera.
32

— ¿Y bien? —Su cuerpo zumbaba mientras la miraba, del modo en que


lo hacía cuando inadvertidamente bebía la sangre de un ser humano
Página
intoxicado con cocaína, pero esto era mejor. Más puro, sin los bordes
borrosos—. ¿Sólo vas quedarte mirándome, o vas a ofrecer algún
incentivo para que te contrate?
Su esbelta garganta se movió con unos pocos tragos, y él siguió la suave
columna de piel marfil hacia abajo, hasta el escote en V de su suéter
angora color verde bosque. Justo cuando se dejó ir hacia el sur hasta el
suave oleaje de sus pechos, ella puso un archivo frente a él.
—Este es su incentivo —Ella esperó hasta que tomó el archivo, y luego
dio un paso atrás, como si quisiera escapar. Lo que le daba ganas de
enjaularla entre su cuerpo y la pared sólo para demostrarle que si él no
quería que ella se escapara, no lo haría—. Eidolon, el médico jefe del
Underworld General, preparó esto para usted. Allí se enumeran mis
logros y habilidades especiales.
Él casi se echó a reír por su intento de desviarlo, pero se estaba
divirtiendo mucho viéndola retorcerse. — ¿Todas sus habilidades
especiales?
Una vez más, sus claros ojos castaños destellaron. —Eidolon no podría
conocer todas mis habilidades especiales, puesto que tiene la integridad
suficiente como para no requerir que sus empleadas duerman con él.
— ¿Ah sí? —Él dejó la copa sobre la mesa y hojeó el archivo, sin
enfocarse en los detalles—. Así que dime, ¿Por qué estás abandonando
ese gran lugar donde el jefe honrado no quiere a sus enfermeras sobre
sus espaldas?
33

—Mi razón para irme es asunto mío. Pero como puede ver, vengo con
la más alta recomendación.
Página
Bastante justo. Pero algo acerca de esta mujer no le cuadraba, y Nate
había aprendido hace mucho tiempo a confiar en sus instintos. Estaba
demasiado inquieta, demasiado... algo.
Curvilínea. Curvilínea eso es.
Poniéndole la tapa a su menos que útil voz interior, pasó el pulgar sobre
los retorcidos giros de su escritura. —El archivo dice que eres una
cambiaformas. ¿De qué especie?
—Tigre.
Probablemente no sanguinaria. Respiró hondo, buscando su olor. A
través del tentador aroma a vainilla estaba un salvaje matiz felino... y
canino. En su mayoría canino, de hecho. Él la habría catalogado como
un lobo, así que ¿Por qué estaba diciendo que era un tigre? Eso no era
asunto suyo, pero de nuevo, algo no encajaba. Él se había encontrado
toda clase de cambiaformas en su vida, y nunca había encontrado uno
con esta particular mezcla de aromas.
Su sexto sentido le decía que la mandara lejos. El club tenía suficientes
problemas, y operaba en un delicado equilibrio. Él no necesitaba que
esta hembra estropeara algo o causara problemas. Y, sin embargo, lo
intrigaba con las mismas cualidades que lo ponían nervioso.
—Está bien, Señorita Tigre, ¿Por qué estás postulándote para trabajar
aquí?
—Necesito un trabajo, y trabajo bien de forma independiente, pero no
quiero trabajar en un hospital o clínica de humanos.
34

— ¿Por qué no? Sería un infierno mucho más seguro, y no me parece


Página

que seas alguien a quien le gusta tomar riesgos.


No había un tigre cambiaformas en el planeta al que no le gustara
acoger el peligro, pero ella no negó la acusación. —Los seres humanos
ofrecen menos desafíos, médicamente hablando.
Con su barbilla levantada, y aunque ella era más pequeña que él, de
alguna manera lo miró por debajo de su nariz, luciendo toda superior.
Interesante. Por lo general, las mujeres batían sus pestañas y le daban
humeantes miradas de tómame. El asunto de la superioridad envió otra
ráfaga a través de él, despertando aún más su interés. ¡Infiernos!
Realmente se lo estaba haciendo difícil.
Tomó su copa y la estudió por encima del borde. —Así que te gustan
los desafíos —murmuró.
—Me encanta una buena pelea —Una extraña oscuridad se colaba en su
voz, haciendo estallar sus alarmas internas.
— ¿Qué quieres decir con eso?
—Justo lo que dije. Los desafíos son los que hacen la vida más
interesante, ¿No te parece?
Se preguntó qué haría si la desafiaba justo contra la pared. Su celular
zumbó con un mensaje de texto, y que sabe uno... la oportunidad estaba
tocando. Zumbando. Lo que sea.
Miró a Vladlena, que estaba cambiando su peso nerviosamente.
— ¿Puedes empezar a trabajar ahora?
— ¿En este mismo momento?
35

—Si me gusta tu desempeño, obtienes el trabajo.


Página
Ella lo miró por un instante, como si tratara de decidir qué quería decir
con "desempeño", y luego se encogió de hombros. — ¿Por qué no?
La llevó a la estación de médicos, donde Marsden los recibió con un
gran macho sangrando con una laceración abierta en el brazo desde el
hombro hasta el codo. La sangre brotaba de su aplastada nariz y los
labios, y un pedazo de su oreja había sido arrancado.
Vladlena entro en acción, sacando guantes del dispensador en la pared y
luego agarrando una toalla para poner presión sobre la laceración y guió
al hombre hacia la mesa de examen. Cuando él le gruñó, el primer
instinto de Nate fue derribar de un golpe al tipo, pero ella lo manejó tan
bien como una profesional con experiencia.
—No le gruñas a tu enfermera —Ella misma tenía un gruñido
subyacente en sus palabras, pero era suave, casi tierno, trayendo a la
mente el sonido de una madre loba castigando a su cría—. Tengo que
ayudarte, pero no tengo que hacer que sea cómodo. ¿Entendido?
El hombre se calmó, sorprendiendo como el infierno a Nate. Mars
asintió y luego hizo un gesto con el pulgar hacia el vestíbulo. —Voy a
revisar el otro participante en la pelea en la pista de baile —Salió del
lugar, y Nate volvió a Vladlena, que estaba estirándose hacia el equipo
médico rodante junto a la camilla.
—Ahora —dijo ella—, obtengamos algunas constantes vitales. ¿Cuál es
tu especie?
—Huargo —gruñó el hombre, y sí, Nate se lo imaginaba. Los hombres
36

lobo, o Huargo, como les gustaba llamarse, eran gruñones por


naturaleza, y tendían a ser más grandes que otras especies del
Página
inframundo basadas en animales y los seres humanos, probablemente
debido a que crecían de tres a cinco centímetros después de haber sido
mordidos y convertidos en un hombre lobo.
Ella le inspeccionó la boca y las vías respiratorias en busca de
cualquiera de los dientes que habían sido quitados. — ¿Esto lo causó un
puño o un pie?
Antes de que el Huargo pudiera contestar, se oyó un grito desde el
exterior, y un vampiro irrumpió en la habitación. El Huargo salió de la
mesa, y Nate saltó para interceptarlo.
—No en mi oficina —espetó Vladlena, y por un momento, el Huargo se
detuvo.
No viéndose afectado por su orden, el vampiro se lanzó. Un animal
enfurecido en estado puro, apartó a Vladlena con fuerza, golpeándola
contra los armarios.
La furia rasgó a través de Nate con la fuerza de una tormenta de verano,
y luego se estaba moviendo más rápido que sus pensamientos,
estrellando su puño contra la nariz del macho y haciendo estallar un
doble toque en su garganta. Mientras la cabeza del vampiro se
balanceaba hacia atrás, Nate lo agarró por el cuello y lo golpeó en la
pared. Sintió el aguijón de una hoja acuchillando sus intestinos, pero
estaba demasiado encendido para que eso lo ralentizara. En todo caso, el
dolor alimentaba su necesidad de derramar sangre, y alcanzó la muñeca
del hijo de puta, rompiéndola con un giro rápido de sus dedos. El
vampiro gritó de dolor y dejó caer la cuchilla. Ahora Nate iba a
37

arrancarle la cabeza al bastardo.


Página
Literalmente. Una de las cosas interesantes acerca de ser un caminante
diurno era que él era más fuerte y más rápido que los vampiros
"normales", e iba a hacer uso de eso justo ahora...
Las manos de Marsden cayeron sobre los hombros de Nate para
arrancarlo lejos del nightcrawler mientras que tres de los tipos de
seguridad del club luchaban contra el Huargo y el vampiro en el suelo,
esposándolos brutalmente.
—Sáquenlos de aquí —espetó Mars—. Si quieren pelear, lo harán
afuera. Y denles un jodido mapa del Underworld General. Ellos no van
a poner un pie aquí de nuevo.
Nate se giró hacia Vladlena, y cuando la vio en el suelo, atrapada por
una estantería que había caído sobre ella, el pinchazo de vida que había
sentido penetrar su velo de indiferencia más temprano se había
ensanchado. Hijo de puta, si estaba herida...
Él y Mars trabajaron en equipo en el estante, levantándolo lejos de ella.
— ¿Estás bien? —Nate le ofreció una mano, y ella la tomó, poniéndose
de pie como si no hubiera sido aplastada por un estante de madera de
más de noventa kilogramos.
—Estoy bien —Empezó a sacudirse a sí misma, pero cuando lo miró, se
congeló—. Pero tú no lo estás.
Miró hacia abajo, sorprendido al ver la herida que iba desde el lado
derecho de su cadera hasta el izquierdo. Y ahí fue cuando el dolor lo
golpeó. Curiosamente, lo único que podía pensar era en que ahora
38

Vladlena tenía una excusa para tocarlo.


Página
Capitulo 4
Traducido por Marie-Eline
Corregido por Kitty

A Vladlena no le gustaba su jefe. En absoluto. Pero era una


profesional entrenada en medicina, y él estaba sangrando. Gravemente.
Por otra parte, la había salvado de lo que podría haber sido una paliza
atroz, y aunque no dudaba que su motivación fue más por no querer
perder a otro médico que por cortesía, estaba agradecida.
—Sube a la mesa —Se quitó los guantes que había usado con el
Huargo, se lavó, y se puso unos nuevos mientras Nate hacía lo que le
pidió.
Interesante. Él definitivamente no parecía del tipo de seguir
instrucciones, pero saltó sobre la mesa, y se extendió como si se
estuviera recostando para ver la televisión en la cama.
Y había una imagen que ella necesitaba sacar de su cabeza, porque de
pronto lo vio sobre sábanas de seda roja, su pelo negro derramado sobre
una almohada, y allí estaba ella, sentada a horcajadas sobre sus caderas
y pasando sus manos por lo que era sin duda un pecho magnífico.
Se aclaró la garganta, y la mente. Ella era una profesional, después de
todo. —Vas a tener que quitarte la camisa.
Él trabajó en los botones, sus largos dedos parecían tardar un tiempo
innecesariamente largo. Cuando arrojó la camisa lejos, aspiró, y ahora
39

que la herida estaba expuesta, ella podía ver por qué. El cuchillo con el
que el vampiro lo había cortado había sido serrado, dejando bordes
Página
irregulares sobre una laceración ya profunda. El corte también había
pasado a través de su cinturón de cuero y pantalones.
—Vas a tener que quitarte los pantalones también —Ella juraría que vio
un pequeño atisbo de diversión en su expresión antes de que ésta se
cerrara.
Su mano se cernió sobre la hebilla de su cinturón. —Cierra la puerta.
No necesito a mis empleados viéndome así.
La idea de encerrarse en una habitación con él envió ondas de agitación
dentro de ella tanto de nerviosismo como de excitación. La excitación
era algo que no debería ocurrir, no hasta que ella supiera más sobre su
implicación en la muerte de su hermano, y se dio una reprimenda
mental mientras cerraba la puerta.
—Listo —Se volvió hacia él—. ¿Feliz?
—He sido abierto desde las costillas hasta la entrepierna. No estoy
saltando de alegría.
—Ya estás comenzando a sanar —señaló ella, y luego dejó de hablar,
porque él se abrió la bragueta y su boca dejó de funcionar.
No llevaba ropa interior.
Demasiado para ser una profesional. Dándose una muy necesaria patada
en el trasero, ella buscó una bandeja de suministros y regresó hasta
donde estaba él.
—Voy a limpiar el área...
40

— ¿Con tu lengua?
Página
Ella se echó hacia atrás. — ¿Qué?
—Eso es lo que mi médico vampiro haría.
—Eew... Y no. No soy un vampiro, y aunque lo fuera, eso simplemente
no es... el protocolo.
— ¿Tu jefe en Underworld General te dijo eso? ¿Aquel con el que
tampoco follabas? —Ese destello de diversión estaba de vuelta.
— ¿Sabes qué? No creo que necesites atención médica en absoluto —
Su herida se cerraba rápidamente, a pesar de que había una herida de
ocho centímetros donde el cuchillo había entrado más profundo que el
resto de la laceración, y definitivamente podría requerir sutura o
pegamento.
—Yo creo que sí —Sonriendo, puso las manos bajo la cabeza—. Así
que dámela.
Enojada, limpió la sangre de su piel con agua corriente... los vampiros a
veces tenían reacciones alérgicas a los desinfectantes. Probablemente
era inadecuado notar cuan dura era su carne, lo marcado que estaban sus
músculos, y cómo de firme era su piel, pero entonces, él estaba siendo
completamente inadecuado, por lo que resultaba difícil castigarse a sí
misma.
—Entonces, Vladlena —dijo él—, ¿Por qué no utilizas tu pequeño
truco de voz en mí?
—Llámame Lena. Y... ¿Truco de voz?
41

—Vi la manera en que fuiste capaz de calmar al Huargo con sólo unas
Página

pocas palabras.
—Ah, eso —Ella se encogió de hombros—. Sólo funciona en los
caninos.
—Extraño para un tigre, ¿No te parece? —Él la observó tan
intensamente a través de sus ojos entrecerrados que ella se sintió
desnuda. Vulnerable.
Hizo a un lado el susurro de pánico que le decía que él podría no creer
su coartada, a pesar de que no había querido levantar ninguna sospecha
revelando que era una hiena. Una hiena que no puede transformarse en
una hiena. Una hiena que nunca ha mostrado un solo rasgo de hiena.
Ella era la peor cambiaformas existente.
—Todos tenemos dones únicos —Tiempo para cambiar de tema.
Exploró lo peor del daño—. Tienes mucha suerte de que la cuchilla no
entrara una pulgada más arriba, o tu estómago habría sido perforado.
— ¿Y eso es malo?
Le limpió la profunda laceración, y aunque eso debió dolerle, Nate ni
siquiera se inmutó. —Para un vampiro, sí. Todos tus demás órganos se
curan rápidamente, pero debido a que el estómago bombea la sangre
ingieres a lo largo de tu cuerpo, eso puede desangrarte.
—No me mataría.
—No, pero te haría más débil que un bebé recién nacido durante varios
días.
La observó terminar de limpiar su piel. — ¿Cuánto tiempo has sido
enfermera?
42
Página

—Sabrías la respuesta si hubieses leído mi expediente.


Una sonrisa perezosa se presentó la comisura de los labios. —Tal vez
me gusta el sonido de tu voz y quiero escucharlo de ti en vez de eso.
Vampiro insufrible. —Un poco más de dos años. Fui a universidades y
escuelas de enfermería en el mundo humano, y luego obtuve un empleo
en Underworld General.
Y hablando de un choque cultural. La medicina humana y la medicina
demonio eran dos animales completamente diferentes. Cada especie de
demonio era diferente, desde su anatomía y sus signos vitales hasta el
tipo de tratamientos que podían o no tolerar.
— ¿Qué te atrajo del campo de la medicina?
—Está en mis genes —suspiró—. Mi padre fue un cirujano en el
Underworld General —Cuando era niña, había vendado a todos sus
animales de peluche, continuando con atender a las mascotas del
vecindario, y cuando fue creciendo, el sonido de la sirena de una
ambulancia la llenaba de emoción y nostalgia.
— ¿Fue?
—Está muerto —Ella tiró los materiales ensangrentados y acercó la
bandeja rodante de los insumos arrastrándola con el pie—. Asesinado
por El Aegis.
—Hijos de puta —Él cambió de posición, lo que hizo que su bragueta
se abriera un poco más. No, definitivamente no llevaba ropa interior—.
¿Qué hay del resto de tu familia? ¿Madre? ¿Hermanos?
—Mi madre no ha estado en mi vida desde que mis hermanos y yo
43

fuimos destetados —Principalmente, eso fue porque ella había querido


Página

matar a Vaughn y a Lena para librar al mundo de dos crías débiles y


pequeñas que no se habían desarrollado bien y que habían necesitado
cuidados adicionales en sus primeros meses para sobrevivir. El padre de
Lena había expulsado a su madre, y ella no la había visto desde
entonces.
— ¿Cuántos hermanos?
El primer impulso de Lena fue mentir, y mencionar sólo los dos vivos,
pero no, quería que él tuviera una visión del dolor que había sentido al
ver a Vaughn hecho pedazos.
—Tenía tres. Uno de ellos fue asesinado recientemente.
Su mano cayó sobre su muñeca, sorprendiéndola. — ¿El Aegis? —Su
voz fue sorprendentemente dulce, su agarre amable, y por un momento,
a ella se le trabo la lengua. Pero entonces recordó que este vampiro
podría muy bien haber tenido algo que ver con la muerte de Vaughn, y
casualmente se deshizo de su agarre.
—No estoy segura de quién es el responsable —dijo—. Pero cuando lo
averigüe, voy a hacerles pagar por lo que le hicieron.
—Entiendo —murmuró él—. Sólo no tardes demasiado, o llegaras a un
punto donde nada más importará.
— ¿Parece que tienes algo de experiencia con eso? —preguntó, y se
estiró para agarrar el tubo de pegamento cutáneo.
Él apretó la mandíbula con tanta fuerza que ella escuchó el chasquido
del hueso. —Todo el mundo piensa que la ira hierve a fuego lento,
simplemente volviéndose más caliente cada vez hasta que finalmente la
44

liberas en una enorme explosión.


Página
— ¿Y no es así?
—Absolutamente. Pero si esperas demasiado, toda esa rabia se
consume. Arderá más y más caliente, hasta que se consume todo el
combustible, y luego te quedas sin nada. El fuego es el desinfectante
final —Su voz era apática, libre de la pasión que había visto en él hasta
esta conversación.
Evitando su mirada, le aplicó el Dermabond sobre la laceración. — ¿A
quién perdiste?
El silencio se prolongó, y por un largo tiempo pensó que no iba a
responderle. Cuando lo hizo, su voz era incluso más fría. —Mi
compañera —Inclinó la cabeza, su mirada evaluativa desnudándola otra
vez—. ¿Estás emparejada?
— ¿Yo? —Suprimió una carcajada—. Estoy demasiado ocupada para
tener una vida social.
—Eso es lo que la gente dice cuando no quieren una vida social.
Odiaba que él hubiese visto a través de ella. Siempre había encontrado
excusas para no salir con sus amigos, pero todo se reducía a que ella era
defectuosa. ¿Quién querría una cambiaformas que no podía cambiar y
que algún día se volvería loca y moriría?
— ¿Y tú? —Ella tapó el adhesivo y lo arrojó al carro—. ¿Supongo que
no estás demasiado ocupado para tener una vida social?
—No estoy demasiado ocupado. Reconozco que no quiero una. Mi
trabajo es mi vida social.
45
Página
Como si fuera el momento justo, la música del club se intensificó un
grado, haciendo vibrar el mismísimo aire con un profundo compás de
bajos que se colaron en el interior de Lena. —Entonces, ¿Qué haces
para divertirte? —preguntó casualmente, cuando repentinamente no se
sentía para nada así.
Una sonrisa extremadamente maliciosa expuso sus colmillos, y sus
sentidos ardieron en respuesta. —Tengo sexo. ¿Quieres tener algo de
diversión?

Hombre, a Nate le gustaba hacer retorcerse a Vladlena. Sobre todo,


estaba siendo desagradable, pero definitivamente no se opondría a
obtenerla desnuda.
Lo que era extraño, considerando que ella no era su tipo, y él nunca
había adoptado la actitud de "cualquier puerto en una tormenta" que
Marsden había convertido en un modo de vida.
—Sabes —dijo Lena en un torrente de palabras sin aliento—, en un
establecimiento humano, podría demandarte por acoso sexual.
—Sólo si te estuviera acosando.
—Lo estás haciendo.
Gilipolleces. El rubor en su piel, el calor irradiado desde ella, el tono de
su voz... todo la convertía en una mentirosa. Eso también atraía al
depredador en él... había pasado mucho tiempo desde que hubiera tenido
que perseguir para hacer la matanza.
46
Página

Momento de atacar.
—Puedo sentir tu deseo —Se apoyó en los codos, obligando a su
cuerpo a acercarse al suyo—. Me deseas. Por lo tanto, no es acoso. Es
llegar a la conclusión natural más temprano que tarde.
Su jadeo indignado lo hizo reír. —Eres tan... tan...
— ¿Sexy?
—Arrogante.
Aceptaría eso. —Y sexy.
Resoplando, ella empujó lejos la bandeja rodante de suministros. —
¿No tienes un club de manejar?
Hizo un ruido evasivo mientras balanceaba las piernas por un lado de la
mesa de examen. —Técnicamente, estoy fuera del trabajo.
—Y, técnicamente, no estoy trabajando, ¿recuerdas?
Él se levantó en un instante y la tenía apoyada contra la pared antes de
que siquiera se diera cuenta que se había movido. Ella lo miró, tan
sorprendida como lo estaba él por su repentino movimiento, pero él se
dejó llevar, totalmente metido en la actitud de "tenía intención de hacer
esto", a pesar de que no estaba seguro de si su comportamiento un poco
impulsivo era algo bueno o malo.
—Si no estás trabajando, deberías estar jugando —murmuró él,
acercándose tanto como pudo sin tocarla. Él no iba a darle una excusa
para alejarlo.
—Si por jugar, te refieres a tener sexo...
47
Página
—Lo hago —Ahora se inclinó un poco, amando la forma en que el
aliento de ella se atascó mientras su boca bajaba tan cerca de la de ella
que podía sentir la ráfaga de aire caliente entre sus labios
entreabiertos—. ¿Pero sabes qué es casi tan bueno?
El ritmo del corazón de ella saltó, el latido era tan fuerte que vibraba en
los oídos de él y le hacía agua la boca. Su voz fue apenas un murmullo
por encima del sonido de su pulso. — ¿Qué?
—Esto —Rozó sus labios sobre los de ella, lenta y tentativamente,
dándole la oportunidad de detenerlo.
No lo hizo. Pero joder, ella estaba en inminente peligro de insuficiencia
cardíaca si el ritmo de su corazón no disminuía. Su nerviosismo era un
olor acre en el aire, y si hubiese un mínimo de decencia en él, se habría
apartado. En cambio, ese hilo de vida al que había estado aferrándose
desde que ella atravesó la puerta de su oficina se convirtió en una
cuerda, fortaleciendo su resolución.
Quería saborearla. Quería hundir sus colmillos en su garganta y sentir el
pulso golpeando contra sus dientes mientras su fuerza vital fluía en él.
Se conformaba con probar sus labios.
Por ahora.
Sus labios eran aterciopelados, calientes, y se separaron más mientras él
lamía su boca una y otra vez a modo de invitación. Su respuesta fue
vacilante, pero curiosa. Desde el delicado aroma de su deseo que se
elevaba alrededor de él, al destello en sus ojos y el rápido ritmo de su
48

respiración, estaba claro que quería esto. Pero su cuerpo estaba tieso
Página

como una viga de acero, gritando con incomodidad.


Tal vez sea porque eres su jefe y ella tiene miedo de que la despidas si
no te besa, imbécil.
Maldiciéndose, susurró contra sus labios. —Tu trabajo no está en
riesgo. Nunca lo estuvo, y me disculpo por jugar contigo así. Estás
contratada, sin importar lo que pase —Huh. Tal vez todavía quedaba
una pizca de decencia en él.
—Está bien —susurró ella, y esos magníficos ojos suyos se clavaron en
los de él, calentándolo y haciéndolo sentir como si ella lo estuviese
acariciando desde el interior.
Gimiendo, aumentó la presión contra su boca. —Ábrete para mí —
murmuró, y después de una breve vacilación, sus labios se separaron lo
suficiente para permitirle acariciar la punta de su lengua sobre la punta
de la suya.
Esta vez, la reacción de ella fue inmediata, intensa, y sorprendentemente
abrupta, como si una represa se hubiese reventado. Se agarró de sus
bíceps lo suficientemente fuerte como para enviar una pequeña descarga
de dolor dichoso a través de él, y su espalda se arqueó, poniendo sus
caderas en contacto con las él, y le devolvió el beso con un gruñido
hambriento.
Todo eso lo hizo explotar como nunca nada lo había hecho. Lo que
había sido una leve excitación se convirtió en una explosión de alto
nivel de lujuria que nubló sus pensamientos y estaba malditamente cerca
de llevarla al piso. Él quería su suavidad bajo él, que sus caderas y
senos amortiguaran los planos duros de su cuerpo mientras golpeaba en
49

ella. Sólo la débil vibración en su bolsillo le impidió tirarla hacia abajo


Página

y zambullirse entre sus piernas.


—Maldita sea —susurró él, mientras alcanzaba su bolsillo para agarrar
el teléfono celular. Iba a tirar lejos la maldita cosa si seguía
interrumpiéndolo.
Los ojos abiertos de par en par de Lena estaban vidriosos y
desenfocados, su rostro ruborizado, y sí, había sido suya para tomarla.
Gruñó ferozmente mientras se alejaba un paso de ella y bajaba la mirada
al mensaje de texto. GLADIUS. AHORA.
— ¿Qué...? —Ella tragó—. ¿Qué es Gladius?
—Nada de tu incumbencia —La frustración sexual y la molestia por
haber sido tan descuidado como para dejar que ella viera el mensaje
puso un filo en su voz. Se metió el teléfono en el bolsillo y trató de
ignorar el dolor en su expresión, porque si ella era tan sensible que
algunas palabras ásperas la molestaban, no iba a durar una semana en
este club.
La realidad de ese pensamiento no le impidió desear atraerla a sus
brazos y disculparse, sin embargo.
¿Y qué demonios le pasaba con eso de las disculpas y la mierda
sensiblera? Toda su compasión había sido sacada a golpes de él en la
arena, así que ¿Por qué el repentino deseo de proteger a esta hembra
como si no fuese nada más que un joven cachorro perdido?
—Bien —dijo ella secamente—. Te puedes ir al infierno.
Él parpadeó. — ¿Por decirte que dejes tu culo fuera de algo que no es
asunto tuyo?
50

—No. Por ser un idiota al respecto.


Página
Bien, bien. El tigre tenía garras, pero por mucho que le gustaría ver
cuánto se extendían, tenía que irse. —Vete a casa, Vladlena. Está aquí
mañana en la noche a las siete. Un uniforme estará esperando por ti.
Ella murmuró algunas leves obscenidades entre dientes, y él escondió
una sonrisa mientras salía a zancadas de la oficina. Sí, ella
definitivamente tenía garras, y no podía esperar a que las usara en él.
51
Página
Página 52
Capitulo 5
Traducido por Araceli
Corregido por Kitty

El Corazón de Lena todavía había estado latiendo locamente mucho


tiempo después de que Nate se hubiera ido. Algo en él la aterrorizaba y
a la vez la emocionaba, y locamente, a ella le gustaba. Ella había pasado
tanto tiempo siendo protegida por su padre y protegida por los que la
rodeaban que salir por su cuenta era una ráfaga abrazadora. El hecho de
que hubiese tenido éxito en la primera parte de su objetivo, conseguir un
empleo en el Thirst, era algo más que una ráfaga.
Este era el primer trabajo que ella había obtenido alguna vez por su
cuenta. Por supuesto, éste no era un trabajo que ella fuese a mantener,
pero al menos su padre no había movido sus hilos para mantenerla aquí.
Se había ido a casa y contactado a Eidolon, dejándole saber que estaba a
salvo. Luego se había ido a la cama, para todo el bien que eso había
hecho. Había estado inquieta, revolviéndose y dando vueltas, y su mente
seguía volviendo a Nate. No podía quitarse su aroma especiado y
masculino de la nariz. No podía olvidar cómo su piel se había sentido
bajo los dedos de él o cómo sus labios se habían sentido tan suaves en
los suyos. No podía borrar de su cerebro sus muy apuestos rostro y
cuerpo.
Tampoco podía librarse de la persistente sensación de que él estaba
involucrado de alguna manera en la muerte de Vaughn, y algo le decía
53

que los tickets sobre su escritorio y el mensaje en su teléfono eran la


Página

clave.
Ahora, mientras terminaba de ponerse el uniforme negro que se ajustaba
a su figura con la palabra Thirst, con la T modificada para asemejarse a
una cruz médica bordada en rojo en el bolsillo izquierdo de la camisa,
ella estaba decidida a hacer un poco de espionaje.
El Thirst estaba rebosante de actividad, pero hasta el momento, no había
heridos, por lo que Lena exploraba, los ojos bien abiertos para... bien,
ella no sabía qué, exactamente, estaba buscando. Habló con los porteros,
las meseras, y los camareros, cuidadosamente a la caza de información,
pero nada de lo que dijeron levantó ninguna bandera.
Una fractura de muñeca en una caída sobre la pista de baile la llevó
lejos de su investigación durante una hora, y luego estaba de nuevo en
ello tras divisar a Nate entrar al club e ir en línea recta hacia la sección
privada como si hubiese un incendio. Cuando él desapareció en su
oficina, ella siguió, comprobando detrás de ella para asegurarse de que
nadie la veía.
Todo despejado. La puerta de él estaba cerrada, por lo que aminoró el
paso y escuchó. Nada. Ni un sonido procedía del interior. Tomando un
profundo y vigorizante aliento, llamó a la puerta y se preguntó qué tipo
de excusa iba a dar por interrumpirlo.
Afortunadamente, no necesitaba una excusa, porque él no respondió.
Tomó otro aliento tranquilizador, pero no hizo nada para calmar los
aleteos nerviosos de su estómago mientras tanteaba la manija de la
puerta.
Abierta.
54
Página
Lentamente empujó para abrirla. En el interior, no había ninguna señal
de Nate, pero ¿Dónde podría haber ido? Lo había visto entrar.
— ¿Sr. Sabine?
Cuando nadie respondió, cerró la puerta y se apresuró a buscar en la
oficina, empezando con los gabinetes de archivos, que estaban cerrados
con llave. Lo mismo con el escritorio, maldita sea. Se puso de pie detrás
de la mesa, pensando. Su padre había mantenido una oficina similar en
su casa, y no había sido sino hasta que él había sido asesinado que ella
había descubierto el oscuro secreto que él había ocultado.
Ella y Vaughn habían tropezado a través de una abertura en una pared
detrás de un espejo de cuerpo entero. El pasadizo oculto había llevado a
una cámara de tortura que había confirmado todos los rumores que
había oído acerca de su padre. Había sido una desagradable sorpresa, y
se preguntó si algún pasaje semejante que pudiera encontrar en esta
oficina la conduciría a tan gran sorpresa.
Revisó los lugares más obvios primero, detrás de cuadros, espejos, las
estanterías. Nada. Se las arregló para tirar un sujeta libros y golpearse el
dedo del pie con la pata de una silla, sin embargo. No era una
superespía, y rogó que nadie escuchara su imitación de un toro en una
cristalería.
Justo cuando estaba a punto de rendirse, se dirigió a un gran botellero
detrás de la barra. Manipuló las botellas, siendo muy cuidadosa de no
tirar una. Eran, sin duda, costosas.
Cuando movió una botella negra en la parte superior de la estantería,
55

sintió el más mínimo deslizamiento. Emocionada, la empujó, y la mitad


Página

de la estantería crujió al abrirse... sólo unos centímetros, pero no se


atrevió a abrir más hasta que ella supiera lo que estaba detrás de eso.
Escuchó, preparada para empujar más la puerta, pero el sonido de voces
oprimió su pecho y le cortó la respiración.
¡Mierda!
Con el corazón latiendo con fuerza, cerró el estante de un tirón y salió
corriendo de la oficina. Se le aguaron los músculos y dejaron de
funcionar mientras cerraba la puerta, y se permitió un momento para
colapsar contra la pared y simplemente respirar. Automáticamente, sus
dedos encontraron su estetoscopio. Tocarlo en momentos de estrés era
un hábito extraño, y uno que tenía superar. Sencillamente no había
encontrado la fuerza de voluntad para comprar uno propio, uno que no
cargara recuerdos de su padre.
Las voces detrás de la puerta de la oficina la sacaron de sus
pensamientos. Ambas masculinas, una de Nate. Desafortunadamente, no
podía escuchar los detalles, pero si los tonos eran un indicio, él no
estaba feliz. El otro hombre sonaba... divertido. Y algo en su voz hizo
temblar su espina dorsal.
La puerta se abrió de golpe y ella saltó, giró y se encontró cara a...
pecho... con un hombre, no, definitivamente un demonio, que tenía por
lo menos dos metros de altura y era el doble de ancho que ella. Su
apariencia de estrella de cine quedaba anulada por el mal que irradiaba
de él. Lo sintió bajo su piel, como un millón de gusanos retorciéndose
en sus músculos. Él miró hacia abajo, sus ojos negros apuntándola
como si ella fuese un bistec y él un león hambriento.
56
Página
— ¿Qué tenemos aquí? —Su voz era seductora y aterradora a la vez, y
la sensación de las cosas retorciéndose bajo su piel aumentó. ¿De qué
especie es él?
De repente, Nate estaba allí, tomándola del brazo y alejándola. —Ella
no es para tu placer, Fade —Su mano se apretó en su brazo casi
posesivamente—. Ella es una empleada.
El demonio levantó una ceja marrón claro. —Los empleados son
definitivamente para mi placer.
—No ésta. Estamos cortos de médicos, y no podemos darnos el lujo de
perder otro.
La tensión crepitaba en el aire entre los dos machos, espesándose a cada
segundo.
—Yo, um... —Ella se humedeció los labios secos—. Yo debería irme.
Nate giró hacia ella, manteniendo la mano sobre su brazo. — ¿Por qué
estás aquí?
—Quería saber cuánta autoridad tengo para adquirir los suministros —
mintió ella.
La miró durante tanto tiempo que ella empezó a sudar, y a arrepentirse
de no haberse puesto una capa extra de desodorante. El estetoscopio
alrededor de su cuello empezó a sentirse como una soga. Por último, él
asintió.
—Compra lo que necesites. Veré que Marsden cree una cuenta de pago
57

personal.
Página
Ella le ofreció una sonrisa temblorosa, que cayó cuando vio a Fade
mirándola de reojo por el rabillo del ojo. —Gracias. Yo sólo... me iré
ahora.
—Te acompaño —Fade ronroneó y a ella se le heló la médula. Ella
había encontrado el mal en su vida, incluyendo a su padre. Pero este
hombre... él hacía que los demás palidecieran en comparación. Y a
diferencia del interior del Underworld General, el Thirst no tenía un
hechizo anti violencia para protegerla.
—Camina por ti mismo —La voz de Nate era un presagio de
problemas—. Tengo un asunto a discutir con ella —Hundió los dedos
en el brazo de ella, en una señal silenciosa de que estuviera de acuerdo
con él. Como si tuviera siquiera que preguntarlo—. En mi oficina.

***

Nate no tenía idea de lo que se había apoderado de él, excepto que sabía
lo que Fade estaba planeando hacerle a Lena. El demonio estaba a la
caza de cena y sexo, y para él, eran la misma cosa. De ninguna manera
Nate iba a perder a una experta paramédico en su primer día de trabajo.
Y por mucho que le doliera pensarlo, Nate tampoco quería que ese hijo
de puta la tocara del modo en que Nate lo había hecho. Del modo en
que Nate quería hacerlo. Aún podía recordar cómo los labios de ella
58

sabían a brillo de uva, cómo su piel se había sentido como suave satén.
Página

Fade heriría esa exquisita piel y haría sangrar esos labios.


Un gruñido bajo vibró a través de su pecho ante esa idea, y tuvo que
hacer un esfuerzo por aplacarse mientras escoltaba a Lena hacia su
oficina y luego le enviaba un mensaje a Marsden, advirtiéndole de que
mantuviera un ojo en Fade. Ellos no podían evitar que su jefe causara
problemas en su propio club, pero podían hacer su mejor esfuerzo por
reorientar sus objetivos. Y ahora, el objetivo número uno de Nate era
redirigir a ese cabrón lejos de Lena.
— ¿De qué se trata todo esto? —Preguntó ella, cuando él estaba
terminando de escribir el mensaje de texto a Mars.
—Nada. Sólo mantente alejada de Fade, ¿Entendido?
—No tienes que decírmelo dos veces —murmuró—. ¿Quién es él, de
todos modos?
Nate arrojó el teléfono al escritorio demasiado enérgicamente, y éste se
deslizó hasta el suelo. A la mierda. Podía quedarse ahí. —Él es el
dueño del club.
Con la cabeza ladeada de un modo decididamente canino, Vladlena lo
estudiaba como si él fuese una especie de rompecabezas por resolver.
—Claramente no te agrada. ¿Entonces por qué trabajas para él?
¿Y no era esa la pregunta del siglo? Literalmente. Sabía por qué había
venido a trabajar aquí, pero por qué seguía aquí... no estaba tan seguro.
— ¿Siempre eres tan entrometida?
Ella lo honró con una sonrisa radiante que le sentaba tan bien. De su
satinada piel bronceada hasta su pelo rubio brillante, no había un ápice
59

de oscuridad en ella. Aunque se veía estupenda en su uniforme negro a


Página
medida, él estaba tentado a ordenar uno amarillo chillón que le quedaría
mejor.
—Debe ser el gato que hay en mí —dijo ella alegremente.
—Es curioso, pero no estoy viendo mucho de gato en ti.
La sonrisa de ella vaciló, pero se recuperó con un admirable cambio
desviando la observación de él. — ¿Vas a responder a la pregunta?
—No pensé que te debía alguna respuesta.
Ella encogió un hombro delicadamente. —Supongo que no. Pero sería
agradable.
¿Agradable? ¿Agradable? ¿Dónde se había criado esta mujer? Era la
criatura menos parecida a los seres del inframundo que él había
conocido. Le gustaba eso. Ella le recordaba la vida antes de que fuese
convertido. La vida antes de haberse convertido en una auténtica
pesadilla.
—Hagamos un trato —dijo él—. Tú me dices por qué estás aquí
realmente, y yo te diré por qué trabajo para Fade.
El color se desvaneció de su rostro tan rápido que él casi saltó para
atraparla por si ella se desmayaba. —No sé a qué te refieres.
—Tu reacción me dice lo contrario.
Ella se puso rígida. —Debería regresar a la oficina...
Él le bloqueó el camino. — ¿Cuál es el apuro?
60

—Tengo un trabajo que hacer.


Página
—Yo soy el jefe, y digo que tu trabajo puede esperar.
Furiosas manchas rojas colorearon sus mejillas. —No me extraña que
los otros médicos renunciaran. ¿Los tiranizabas a ellos también?
—Nop.
Ella cruzó los brazos sobre su pecho, haciendo sobresalir sus pechos.
Debería hacer eso más seguido. —Así que soy especial. Qué adorable.
—Ellos no me ocultaban secretos — ¿Qué color de sujetador estaría
usando? Parecía del tipo de usar los prácticos beige o sensible blanco
puro.
—Mis secretos me pertenecen, y tú no tienes derecho a saberlos —Ella
chasqueó los dedos y señaló su propio rostro—. Mis ojos están aquí
arriba, señor Sabine.
Atrapado. Con fuerza. Él obligó su atención a alejarse de su furiosa
libido. —Tengo derecho a saberlos si afectan mis asuntos.
—No lo hacen —Ella se ajustó el estetoscopio muy gastado alrededor
de su cuello, a pesar de que no se había movido un centímetro. También
lo había hecho en el pasillo.
— ¿Por qué haces eso?
— ¿Hacer qué? —Preguntó, y los ojos de él saltaron rápidamente a sus
dedos, que se cernían sobre el tubo negro blanqueado por el tiempo, y
ella tiró las manos hacia sus costados—. Era de mi padre.
—Así que es un consuelo.
61
Página
Sus mejillas se sonrojaron con delicadeza, como si un pincel de pintor
hubiera barrido las manchas rosa a través de ellas. —Sé que es estúpido.
No he tenido tiempo de conseguir uno nuevo.
—Eres una mentirosa terrible —Él se estiró para apartar de sus ojos un
mechón de cabello que se había escapado de su trenza, dejando que sus
dedos se retrasaran sobre su piel caliente. Dioses, había tal vida en ella,
vida que pulsaba vibrantemente bajo la punta de sus dedos y lo
aceleraba como una moto a toda velocidad—. Dime, ¿Cómo sobrevives
en nuestro mundo cuando eres tan transparente? ¿Quién se ha encargado
de ti todo este tiempo?
Él no había querido que su pregunta dicha suavemente sonara como un
insulto, pero ella se apartó de él con un siseo.
—Cállate —le espetó ella—. Simplemente... —ella se puso la mano
sobre su boca, su expresión de pánico—. Yo... oh, vaya, lo siento —Él
dejó que ella recogiera su ingenio, haciendo un esfuerzo por no
alcanzarla—. Mira, soy un poco sensible sobre esto, ¿De acuerdo? Estoy
tratando de hacerlo por mi cuenta. Ya no estoy bajo el pulgar de mi
padre, y estoy cansada de estar protegida y amparada y tratada como si
estuviese hecha de cristal. Puedo hacer las cosas por mí misma. Hay
cosas que tengo que hacer antes de morir, ¿Sabes?
Ella lo hizo sonar como una muerte inminente. Sí, como una
cambiaformas, tenía una larga vida, pero no era inmortal. Sin embargo,
él sentía que ella era joven, y probablemente todavía le quedaban unos
pocos cientos de años más, así que ¿Por qué esa prisa por hacer las
62

cosas?
Página

—Así que, ¿Este trabajo forma parte de tratar de hacerlo por tu cuenta?
Las cejas de ella se hundieron en un profundo ceño. —Sí —dijo, como
si ese pensamiento se le hubiese ocurrido justo ahora, y tal vez la
sorprendió un poco—. Tu turno. ¿Por qué estás trabajando para un
hombre que odias? —Se le acercó, y él dudaba de que siquiera se
hubiese dado cuenta. Estaba demasiado ocupada observándolo con esa
mirada de eres-un-misterio-por-resolver de nuevo—. Esto tiene algo que
ver con el fuego del que estabas hablando, ¿Verdad? La forma en que
éste puede arder tan caliente que se consume.
Claramente, le había dicho demasiado, y aún más claramente, ella era
demasiado inteligente para su propio bien. Incapaz de pensar mientras lo
miraba con esos ojos tan conocedores, se alejó de ella y apoyó las
manos en la barra. Sintió, más que oír, a Lena acercarse, y cuando su
mano cayó sobre su brazo, fue como si hubiese metido un dedo en un
tomacorriente. Su cuerpo se sacudió, sus músculos se tensaron, y un
agudo calor intenso le derritió la médula en lo profundo de sus huesos.
Dioses, ¿Cuándo fue la última vez que había reaccionado así a una
mujer?
La respuesta a eso era algo en lo que no quería pensar, porque ni
siquiera había tenido esa respuesta hacia su esposa.
La idea se convirtió en un rugido que brotó de su pecho como si hubiese
estado acumulando vapor durante años. Demasiado tarde se dio cuenta
de que podría haber asustado a Lena, pero curiosamente, ella no se
inmutó. De hecho, ella comenzó una suave caricia arriba y abajo por su
espalda que lo calmó y lo puso en órbita.
63

—No lo hagas —jadeó él, a pesar de que no estaba seguro de por qué
no quería que ella lo tocara de esa manera.
Página
Lo ignoró, manteniendo las suaves caricias. — ¿Has estado con alguien
más desde que tu compañera murió?
La risa de él sonó frágil incluso a sus propios oídos. —Ella no murió.
Fue asesinada. Y no he sido célibe, si eso es lo que estás preguntando.
—No, eso no es lo que estaba preguntando.
Frunciendo el ceño, se enderezó y giró hacia ella. La mano de ella cayó
a su lado. — ¿Entonces qué estabas preguntando?
—Si has amado a alguien más desde entonces.
La cabeza de él retrocedió como si hubiese recibido una bofetada, y
realmente dio un paso hacia atrás para mantener el equilibrio. — ¿Por
qué?
Ella igualó su paso, moviéndose hacia adelante, y un hilo inesperado de
pánico se tejió a través de él. —Algunas especies se aparean de por
vida. Sé que los vampiros no, pero el vínculo de sangre puede ser fuerte.
Los he visto consumirse y morir a causa de sus corazones rotos.
—No estoy consumido por un corazón roto —dijo él con firmeza—.
Estoy incinerado por el odio.
— ¿Así que piensas que no queda nada excepto el odio?
—Sé que no es así —Demonios, él incluso dudaba de que el odio
todavía estuviera allí la mayor parte del tiempo.
— ¿Entonces por qué sigues trabajando? ¿Para alimentarte? ¿Por qué no
caminas bajo el sol y acabas con todo?
64
Página
Porque el sol no me fríe. Pero sí, entendía lo que ella estaba
preguntando. Se había hecho la misma pregunta frecuentemente.
Se pasó la mano por el rostro, incapaz de creer que estaba teniendo esta
conversación con alguien que estaba tan viva como él estaba muerto. —
Acabar con todo significaría que me importaba lo suficiente como para
hacerlo.
—De modo que tú no te preocupas por nada —Ella lo miró a través de
unas largas pestañas doradas, su mirada un audaz y difícil desafío—.
¿Nada en absoluto enciende tu sangre?
Su pene se agitó, como si eso también, diera a entender que era un
mentiroso. —Oh, hay una cosa que la enciende.
La expresión de Lena era una de sutil triunfo. — ¿Y qué es?
—Tú —Él barrió su mirada sobre ella, con la sangre corriendo más
rápido a cada segundo que demoraba en sus curvas femeninas—. Por
alguna razón, tú atraes mi instinto de caza.
— ¿Entonces me ves como una presa?
—Tócame —dijo él en voz baja—, y descúbrelo.
65
Página
Página 66
Capitulo 6
Traducido por Araceli
Corregido por Kitty

Lena nunca había estado tan tentada a obedecer una orden. Como una
enfermera con un instinto innato para cuidar y sanar, deseaba
ardientemente tratar las heridas de Nate. Como una mujer adulta cuya
libido estaba enloquecida, anhelaba recorrer con sus manos cada
centímetro de su duro cuerpo.
Como una cambiaformas con un reloj contando en forma regresiva los
días para su muerte y quien siempre había sido "diferente", ella sólo
quería ser normal por un tiempo. Quería saber cómo era estar con un
hombre. Oh, no podría recorrer todo el camino, los cambiaformas eran
incapaces de tener relaciones sexuales antes de su primer cambio. Los
varones no podían tener una erección, y el himen de una mujer se
rompía durante su cambio, pero era impenetrable antes de eso. Eidolon
se había ofrecido para tratar de remover quirúrgicamente el suyo, pero
ella lo rechazó, porque en serio... que vergonzoso.

Ahora estaba lamentando esa decisión. No tenía mucho tiempo de vida,


e iba a morir virgen.

Y realmente, ¿Podría ella ser más reina del drama?


67
Página
Los ojos azules de Nate ardían por ella. —Así que no vas a aceptarme
este desafío, ya veo.

¿Desafío? La misma palabra hizo que algo se alzara en ella... algo aparte
de la lujuria, de todos modos. Era un llamado a la acción, un deseo de
correr en la tierra de la manera en que un lobo perseguía a un venado.
Por primera vez en su vida, su instinto animal, el cual había empezado a
dudar que poseyera, cobró vida, y fue un infierno de frenesí.

Así que sí, iba a morir virgen, pero no iba a morir sin ser tocada.

Valientemente, dio unos pasos hacia él, disfrutando de la pequeña


llamarada de sorpresa que cruzó su rostro. Él no había esperado que ella
actuara, ¿Verdad? El conocimiento de que lo había sorprendido la llenó
aún más de poder.

Le palmeó el pecho, sintiendo el ondear de los músculos firmes bajo su


mano. —Desafío aceptado.

Un gruñido vibró a través de su pecho, el necesitado sonido masculino


incrementando su temperatura. — ¿Sabes lo que estás aceptando?

Ni. Idea. Bueno, tal vez. Ella podría ser una virgen, pero no era
inocente. Había crecido en la casa de su padre, y él tenía un...
saludable... apetito. No podía contar la cantidad de noches que había
oído los ruidos desde su habitación o tropezado con sus hazañas. Y
68

luego estaban la universidad, y su compañera de cuarto... pero nada de


Página

eso se podía comparar con lo que sucedía en el depósito de suministros


en Underworld General. Cuando un hospital era administrado por
demonios del sexo, allí tendía a haber mucho... sexo.

Había el más ligero temblor en su mano cuando tomó la de él y la


apretó contra su pecho. —Muéstrame.

No vaciló. En una enorme avalancha repentina, él estaba sobre ella.


Tomando su boca con la suya, la empujó de espaldas contra la pared. Su
lengua se adentró, enredándose con la de ella, penetrando y
retrocediendo a un ritmo carnal que sonsacó un gemido de
consentimiento de ella.

—Eres tan hermosa —murmuró él contra sus labios—. Dulce. Tan...


pura.

Pura. Sí, está bien, pero no por elección. Había deseado esto durante
tanto tiempo. Probablemente debería sentirse culpable, ya que todavía
no había determinado en qué medida, si había alguna, estaba implicado
en la muerte de Vaughn, pero si estaba equivocada y Nate no estaba
involucrado, ella no podía dejar pasar esta oportunidad. Además, cuanto
más cerca de él estuviera más información podría obtener de él,
¿Verdad?

La justificación de lo que estaba haciendo era pobre, y lo sabía. Pero


también sabía lo que su cuerpo estaba sintiendo. Ella había estado
69

excitada antes, se había sentido atraída por machos, pero nunca de esta
manera. Era como si su cuerpo hubiese sido un volcán inactivo, y ahora
Página
hubiese despertado tras incontables años de terremotos de menor
importancia.

Su sangre corría como lava por sus venas, un calor líquido estalló entre
sus muslos, y dentro de su pecho, un agresivo rugido sacudió todo el
camino hasta sus huesos. Cerrando los ojos y apagado su mente, ella
dejó que su cuerpo reaccionara. Las manos de Nate se acercaron para
tomar su cara, sus dedos extendidos sosteniéndola para su beso. Los
pulgares de él le acariciaban la mandíbula como su lengua acariciaba
sus labios.

El deseo se arremolinaba en un espiral apretado, alimentado por la


energía sensual de Nate, y se encontró arqueándose contra él, rodando
sus caderas para frotarse contra la dura cresta de su erección. Él hizo un
ruido erótico de aprobación e intensificó el beso, barriendo su lengua
por los dientes, el paladar, y mordiendo sus labios.

Temblando a pesar del calor húmedo que se erigía entre ellos, ella se
aferró a sus bíceps, tirando de él lo más cerca posible, amando la
manera en que su tamaño la hacía sentir tan femenina. Desearía que se
hubiesen encontrado en su apartamento o en un hotel... En cualquier
otro lugar. Desearía... ¿Qué? No podía recordar a donde se habían
dirigido sus pensamientos, porque las manos de Nate se deslizaron por
su garganta y sus hombros, luego bajaron. Un brazo se deslizó detrás de
su espalda, mientras su mano siguió a la deriva sobre su pecho, y sus
70

rodillas casi se doblaron.


Página
Él pareció sentirlo, y empujó uno de sus gruesos muslos entre las
piernas de ella para apoyarla contra la pared. El movimiento también
puso la más deliciosa presión contra su núcleo, y ella jadeo de placer.

—Eso es —La voz de él era un acento ronco, andrajoso mientras le


besaba un camino candente a lo largo de su mandíbula—. Déjame
escucharte.

—Sin duda —dijo ella con una voz encendida, áspera, que no reconoció
como suya—, a tu ego le gusta eso.

Ella lo sintió sonreír contra su piel. —Mi ego no necesita estímulos,


pero eso sí, le gusta —Una mano se deslizó por la parte de atrás de sus
pantalones mientras que la otra le tiró de los cordones en la parte
delantera. El pulso de ella latía odiosamente fuerte en sus oídos cuando
él le tomó el trasero por debajo de sus bragas.

¿Ella realmente iba a hacer esto? El siseó, y ella se dio cuenta de que
había dejado caer sus propias manos en el trasero de él y estaba
apretando los globos firmes a través de sus pantalones. También había
levantado una pierna para poner su pubis en contacto con el bulto detrás
de su bragueta, y su pregunta acerca de si iba o no realmente a hacerlo
fue respondida.

Deseaba esto. Desesperadamente. Tan desesperadamente que cuando él


71

empezó a empujar hacia abajo los pantalones de su uniforme, lo ayudó,


enganchando ambos pulgares bajo las bragas y los pantalones y
Página
empujándolos a la mitad del muslo. Nate no perdió el tiempo en
quitárselos. Su mano se deslizó entre sus piernas, y cuando sus dedos
encontraron su humedad, ambos gimieron.

La cabeza de ella colgaba contra la pared, y si había habido algún


nerviosismo antes, había desaparecido, reemplazado por un irracional
deseo primitivo de tener a este hombre encima de ella, dentro de ella,
por todas partes. Estuvo a punto de llorar al darse cuenta de que no
podría estar dentro de ella, pero entonces las chispas la atravesaron con
el movimiento del dedo pulgar de él en la parte superior de su
hendidura, y todo lo que importaba era llegar a ese pico máximo.

Jadeando, adolorida, le desabrochó los pantalones y liberó su enorme


erección. Cuando envolvió su mano alrededor de su eje, la boca de él se
abrió y ante sus ojos, sus colmillos se alargaron y sus labios rojos
ruborizados. Oh, oh... mi. Su cabeza involuntariamente se inclinó hacia
la izquierda, dejando al descubierto su garganta. El hecho de que ella se
ofreciera tan fácilmente debería haberla molestado... la molestaría más
tarde... pero por ahora lo único que quería era sentir esos magníficos
colmillos enterrados profundamente en su carne.

—Por favor —susurró.

Al instante, la cabeza de él bajó, las puntas de sus colmillos


mordiéndole la garganta... pero no penetrando. Durante un largo e
72

intenso rato, él no hizo nada, a pesar de que sus dedos continuaban


Página

jugando en suaves golpes persistentes, hacia atrás y adelante a lo largo


de su hendidura. Pasó un latido. Dos. Tres. Y luego, con un sonido
similar a un ronroneo, Nate cerró la boca sobre su garganta, pero sin
morderla.

—No —dijo el ásperamente, dándole un suave pellizco sobre la


yugular—. Sin marcas.

Antes de que Lena pudiera protestar, porque ahora ella de buena gana
tomaría su marca, metió un dedo dentro de su entrada, usando la punta
para acariciar en círculos el tejido ultra-sensible. Su pulgar rozó
suavemente sobre su clítoris, diminutos y atormentadores toques ligeros
que se volvieron más firmes mientras movía sus caderas sobre la mano
de él, desesperada por ubicar su contacto en donde lo necesitaba. Al
mismo tiempo, ella le apretó el eje, sus caricias eran torpes e inexpertas,
pero si los pequeños tirones en su aliento eran una indicación, a él no
parecía importarle.

Él capturó su boca otra vez, y entre las piernas de ella, la tensión


aumento. —Eres increíble —murmuró él—. Nunca he conocido a nadie
como tú.

Sus palabras fueron una caricia de seda que hizo al mundo reducirse al
punto en que sólo existían ellos. Él cambió el ritmo de sus caricias, y la
fricción rápida la tenía retorciéndose, jadeando, corriendo hasta el borde
y saltando al vacío.
73
Página
—Sí —gritó ella, el orgasmo rasgó a través de ella, un torbellino de
sensaciones que le robó a Lena todos sus sentidos y tal vez incluso su
consciencia por un momento. Sus piernas se volvieron gelatina, su
visión se oscureció, y si no fuera por el gran cuerpo de Nate, habría
caído al suelo.

A medida que se desplomaba, se preguntaba cómo iba a decirle que no


podía ir más allá de esto.

Tal vez no hacía falta. Bombeó su puño lentamente arriba y abajo sobre
su longitud rígida. Tal vez podría darle placer de la forma en que él le
había dado placer a ella...

Un golpe en la puerta congeló esa idea y trajo un desagradable gruñido


desde el fondo de la garganta de Nate. Sus labios rozaron su cuello
mientras él chasqueó, — ¿Qué?

—Tenemos negocios —La voz de Fade era una orden gélida y tajante,
que al instante bajó la temperatura en la oficina.

Nate maldijo por lo bajo. —Estaré fuera en un minuto —Dio un paso


lejos de ella y se subió la cremallera con una pequeña mueca de dolor—
. Quédate aquí —dijo en voz baja, encubierta—. Dame tres minutos
para llevar al demonio lejos de aquí, y luego sales.

Ella tiró de sus pantalones, sintiéndose de pronto expuesta y seriamente


74

avergonzada. — ¿Por qué tanta cautela?


Página
—Porque él te quiere, y si sabe que yo también lo hago... —Se
interrumpió con una maldición, y la piel de gallina vibró a través de
ella, pero no estaba segura de si era una respuesta agradable como
resultado de ser deseada, o espinas de aprensión por la misma razón.

Con eso, él la dejó, medio vestida, despeinada, y con un serio conflicto


interno.

***

El mal genio de Nate se balanceaba en el filo de un machete mientras se


deslizaba por el pasillo, cuidadoso de asegurarse de cerrar la puerta tras
él y de que Fade no tuviera un vistazo de Lena. Hombre, había estado
cerca del Cielo allí dentro, todavía podía sentir a Lena en su lengua,
podía olerla en su cuerpo. Sus dulces sonidos de pasión todavía
resonaban en sus oídos.

Y su pene y sus colmillos estaban latiendo con un hambre que no iba a


ser saciada a corto plazo. Era una bomba de tiempo, y realmente quería
estallar con Fade en una explosión sangrienta y dolorosa.

La sonrisa malvada en el rostro del demonio decía que él sabía


75

exactamente lo que había sucedido en la oficina. —Tienes una hembra


Página

ahí.
—Siempre tengo hembras ahí —Nate empezó a bajar por el pasillo
hacia la puerta custodiada que conducía a la entrada secundaria del
Gladius al Thirst—. ¿Qué es tan importante?

Fade no lo siguió de inmediato, pero Nate siguió caminando,


maldiciendo por lo bajo y esperando que el hijo de puta lo siguiera, y
que él se distrajera lo suficiente para olvidarse de Lena. Nate no se
había preocupado antes por el interés de Fade en las compañeras de
cama de Nate, pero desde luego, las mujeres nunca habían sido nada
menos que una función de una noche para él. Lena capturó el interés de
Nate más que nadie desde que su compañera había muerto, y si Fade lo
descubría, Lena podría pagar con su vida por la falta de control de Nate.

—Voy a abrir un club de lucha nuevo —dijo Fade, alcanzando a


Nate—. El caos del inframundo está empezando a afectar a la población
humana, y preveo una oportunidad de franquicia.

— ¿Que acaso quieres ser el McDonald de los combates a muerte? En


caso de que no lo hayas notado, en la mayoría de los países incluso las
peleas de animales son ilegales.

—El Apocalipsis se acerca, vampiro. Y en consecuencia, el mundo será


cambiado. Los demonios caminarán por la tierra, y ellos adoran los
deportes sangrientos.
76
Página
No me digas. —Los demonios organizarían luchas a muerte en sus
propios patios traseros para ese momento. ¿Por qué iba alguien a pagar
para verlos?

—La gente puede asar hamburguesas en el patio trasero de su casa


también, y sin embargo, las cadenas de comida rápida están haciendo
una fortuna con eso.

Nate se preguntó si a Lena le gustaban las hamburguesas. A él le


encantaría verla comer una. Había algo muy sensual en observar a una
hembra comer carne... especialmente si se trataba de algo que él mismo
había preparado.

¿Y qué demonios? Obviamente, toda su sangre se encontraba todavía en


su pene.

Se pasó la mano por el cabello y se detuvo, dejando que sus fantasías


pasaran a rasgar la garganta del demonio en vez de imaginar a Lena
comiendo hamburguesas. —Así que tienes la intención de proporcionar
entretenimiento barato, sin la molestia de conseguir a los luchadores,
instalar una arena, manejar la limpieza...

—Todo eso mientras a la vez proporciono comodidad, comida y bebida


—Fade sonrió—. Convertiré en leyendas a algunos luchadores, estrellas
con las que todos querrán estar. Por un precio, por supuesto.
77

—Y, sin duda, te asegurarás de que cualquiera que sea competencia sea
Página

aplastado —La repugnancia que brotó cuando Fade sonrió más


ampliamente fue sobrecogedora. Habían pasado décadas desde que Nate
había experimentado algún tipo de reacción negativa a las
maquinaciones del demonio. —Así que, ¿Por qué estás diciéndome
esto? ¿Tiene esto algo que ver con el "negocio" que mencionaste?

—Quiero que tú lo administres.

Oh, demonios, no. —Estoy feliz aquí.

Fade agitó su mano en un gesto desdeñoso. —Tu felicidad no es mi


principal prioridad. Te encargarás de supervisar todos los elementos del
negocio, desde la ceremonia para iniciar las obras hasta la construcción
y la contratación.

Esto no iba a nada bueno, y Nate empezó a caminar de nuevo, como si


pudiera escapar del demonio y sus planes impíos. — ¿Ya has elegido el
sitio?

—Sí —Fade igualó los pasos de Nate—. Con tantas plagas sesgando a
los seres humanos, la tierra contaminada está disponible en todos los
continentes. Voy a abrir clubes en todas partes, pero este primero será
en una selva de América del Sur. Tú saldrás mañana para evaluar y
reclamar el sitio. Sólo debería tomarte un par de días.

—Envía a Marsden. O a Budag. Tengo asuntos aquí.


78
Página
Fade gruñó, y Nate resistió la tentación de devolver el gruñido. —Esto
no está en discusión. Tú irás, y la próxima semana, en la víspera de luna
nueva, regresarás al lugar para realizar un sacrificio.

Con sus instintos crispándose, Nate se detuvo de golpe en medio del


pasillo. —Algo me dice que ya has elegido a la víctima.

—Lo hice. Una hermosa virgen que encontré en tu propio club.

Nate dejó escapar una risa amarga. —No ha habido una virgen en este
club en... bueno, nunca.

—Oh, estás muy equivocado —Fade palmeó el hombro de Nate, con


sus ojos un poco más que negras y aceitosas piscinas—. Tu paramédico
nueva, Vladlena, está intacta.

Joder. Muy deliberadamente, Nate se obligó a poner una expresión


neutral. Si Fade tenía la más mínima sospecha de que Lena le interesaba
a Nate, no habría nada que discutir con el demonio acerca de eso.

—No puedo perder otro paramédico. Son muy difíciles de encontrar.


Consigue otra virgen.

¿Y en serio? ¿Era virgen? De ninguna... manera. Por otra parte, eso


explicaría mucho. Como la maldita pureza y la inocencia que él había
detectado.
79

—El sacrificio no significa nada si no es importante. Ella es importante


Página

para este club, y por lo tanto, perfecta —Fade bajó su voz a un


murmullo oscuro y peligroso—. No habrá una discusión más sobre el
asunto, pero para asegurarme de que no me jodas más, estoy enviando a
Budag para vigilarte. Después de asegurar el sitio, vas a regresar con
ella y la torturaras hasta la muerte.

Puesto que el demonio no era influenciable, la única opción de Nate era


seguirle el juego. Por ahora. —Como quieras.

Si Fade se salía con la suya, Lena estaría muerta la semana que viene.
Pero él no iba a salirse con la suya. Nate sí. Tan pronto como Nate
regresara de su viaje, se aseguraría de Lena no pudiera ser sacrificada.
Porque ella no sería virgen por más tiempo.
80
Página
Capitulo 7
Traducido por Mir
Corregido por Kitty

Lena había sido empleada en el Thirst desde hace cuatro días, y su


tiempo aquí había resultado ser un fiasco. Nate había desaparecido, la
puerta de su oficina estaba cerrada con llave así que no podía explorar
lo sea que había detrás del estante de vinos; y aparte de ese tipo
espeluznante, Fade, al acecho aparentemente con un gran interés en ella,
no había descubierto nada ni remotamente inusual. Nate y Marsden
mantenían un orden estricto, y cualquiera que rompiera las reglas, desde
los empleados hasta los clientes, pagaban el precio. Ni siquiera
permitían drogas en el lugar, que, de acuerdo con Shade y Wraith, no
era normal para un lugar como este.

Otra cosa que ella no creía que fuera normal era la manera en que
Marsden merodeaba, apareciendo de la nada para interferir cuando Fade
se acercaba demasiado a ella. El asistente de Nate también se aseguraba
de que tuviera todo lo que necesitaba, y una vez, incluso le preguntó si
le gustaban las hamburguesas. Si no hubiese estado aquí en calidad
encubierta, realmente habría disfrutado de trabajar en el club.

Luego estaba el paquete que Marsden le había entregado hacía unos


81

minutos. Ella lo había abierto, pensando que contenía suministros


Página

médicos. Le ardieron los ojos al ver el nuevo estetoscopio en el


interior... un estetoscopio muy caro con una campana y tubos
enchapados en oro. No había ninguna nota, pero ella sabía que el regalo
era de Nate, y su acto de generosidad la devastó. Él comprendía su tonto
apego al que le había pertenecido a su padre, sabía que el que ella
comprara uno, se hubiera sentido casi como una traición.

Nate le había evitado aquel dolor, y ella se le estaba haciendo difícil


aferrarse a la creencia de que podía ser el monstruo que inicialmente
había creído que era.

—Lindo collar ese que tienes allí —Con, un vampiro rubio emparejado
con la hermana de Eidolon, Sin, estaba en la puerta del consultorio
médico, con un hombro apoyado contra el marco. Todos los hermanos
Sem, así como también Sin, habían venido a ver cómo estaba, y Eidolon
la llamaba todos los días cuando estaba en casa. A Con le tocaba el
deber de checar a Lena hoy.

Lena le sonrió al nuevo estetoscopio. —Es el estándar por aquí.

—Uh-huh —Con dejó escapar un bufido dudoso—. Ni siquiera E tiene


uno así. ¿Estás vendiendo órganos en el mercado negro o algo así?

—No es tan caro —Levantó la vista de la mesa de examen que estaba


desinfectando que se había ensangrentado por otro idiota borracho que
había peleado con unos tipos más grandes—. Y no necesito una niñera.
82

Lo estoy haciendo bien por mí misma.


Página
Su padre pudo haberla mantenido completamente aislada y protegida,
pero en los ya casi tres años desde su muerte, había adquirido cierta
independencia saludable. Se había obligado a probar cosas nuevas e ir a
lugares nuevos, y no se había arrepentido ni un momento. Las
actividades que parecían aterradoras nunca fueron tan malas como había
pensado, e incluso había ido a un club de humanos con su compañera de
habitación una vez. No había sido lo suficientemente valiente como para
ir a un club del inframundo todavía, pero después de ver cómo Thirst
era administrado, estaba dispuesta a darle una oportunidad.

—No estoy de niñera —dijo Con—. Sólo viendo cómo estabas. A todos
nos gustaría tener más tiempo para dedicar a esto, pero con la forma en
que el inframundo se está agitando...

Él no tenía que decir nada más. El mundo estaba al borde del


Armagedón, y había cosas mucho más importantes para tratar que un
club de pelea que era sólo uno de cientos, quizás miles.

—Lo entiendo —dijo—. Agradezco toda su ayuda.

—Sí, bueno, puede que te tengamos algo pronto. Wraith está


investigando lo que sea que sea Gladius. Envió un mensaje justo antes
que yo llegara aquí. Dijo que tiene una pista, pidió una hora para apretar
a un tío por información, pero indicó que es la pista que necesitas.
83

Las noticias de Con deberían haberla puesto en la luna, sin embargo, lo


único que sintió fue miedo. Por mucho que quisiera encontrar a los
Página
responsables del asesinato de su hermano, no quería que Nate fuera uno
de ellos.

Le dio una sonrisa. —Genial. No puedo esperar.

Los agudos oídos de Con debieron haber percibido el sonido de pasos,


porque dijo rápidamente, —Queremos que regreses al UG. Eidolon te
dará un aumento de sueldo.

—Lo igualo y añado un 20 por ciento —dijo Nate detrás de Con, y el


corazón de ella revoloteó un poco. La estúpida cosa parecía haberlo
echado de menos.

—Queremos que ella regrese —dijo Con, sin perder el ritmo.

Nate entró en el consultorio médico; su pelo negro azulado brillaba bajo


las duras luces. —Ella es mía.

Con arqueó una ceja marrón claro. — ¿Tuya?

—De Thirst —zanjó Nate—. He venido a ascenderla de hecho.

— ¿Es así? Que sincronización tan conveniente.

Las cejas de ébano de Nate se cerraron violentamente sobre sus ojos que
se oscurecieron peligrosamente. —Es mi club. Mi tiempo me conviene a
mí, y sólo a mí. Cuando quiero algo, lo obtengo —Cambió su mirada
84

hacia ella, y sus ojos se oscurecieron más—. Y la quiero a ella.


Página
No había duda del calor que se depositaba detrás de esas largas
pestañas, y el aliento de Lena se atascó. Ningún macho la había mirado
jamás de la forma en que Nate lo hacía, y le gustaba.

A Con, sin embargo, no le gustaba. Él se tensó, como si se preparara


para defenderla, sus ojos brillan como si fuesen cuchillas de plata, pero
rápidamente, ella se puso entre ellos con una sonrisa casual y tomó el
antebrazo de Con.

—Te acompaño afuera —dijo alegremente—. Fue muy amable de tu


parte pasar por aquí. Dile a Eidolon que consideraré su oferta.

Un murmullo de descontento apenas audible sonó detrás de ella, y un


cosquilleo de placer se deslizó sobre su piel ante la posesiva calidad del
gruñido de Nate. Incluso si sólo la quería para el club, estaba bien ser
valorada. Oh, sabía que el UG la valoraba, pero aquí tenía menos
supervisores y una mayor autonomía. Era... genial.

Recuerda por qué estás aquí, idiota. Vaughn está muerto. Cierto.
Hablando de un chorro de agua fría.

Con se detuvo en la puerta. —Está bien, Lena. Puedo encontrar la salida


por mí mismo —Su mirada cambió hacia Nate, y le enseñó los
colmillos, antes de regresar a ella—. Sólo cuídate. Si necesitas cualquier
cosa... —una vez más, le dio la Nate, una mirada de estás-muerto-si-la-
85

lastimas— ...cualquier cosa en absoluto, sabes a quien llamar.


Página
—Lo sé —Ella se puso de puntillas para besarlo en la mejilla—. Y
gracias.

Con se alejó, y cuando ella se volvió de nuevo a Nate, una vez más, su
aliento abandonó sus pulmones. Vestido con jeans desgastados y una
camiseta azul marino que se aferraba a todos sus esculpidos músculos
como un film transparente, estaba de pie al lado de la mesa de examen,
su melena negra le caía por la espalda y los hombros en una cascada
brillante; su gran cuerpo vibraba con poder letal. Él era... magnífico.

— ¿Es tu amante? —La voz de Nate era profunda, ronca, y ella se


estremeció con reconocimiento femenino.

—Difícilmente. Está emparejado con la hermana de mi jefe.

—Yo soy tu jefe.

Maldita sea. Linda metedura de pata. —Por supuesto que sí. Es sólo que
he trabajado allí por un largo tiempo, y es difícil acostumbrarse al hecho
de que ya no estoy allí.

No parecía muy convencido, pero no dijo nada. En cambio, en un brutal


y palpitante silencio, se dirigió a la puerta y la cerró.

El clic de la cerradura fue el sonido más fuerte que jamás había


escuchado, y realmente saltó como un conejo nervioso.
86

Fascinada por la curiosidad y la mera visión de él, vio como dio la


Página

vuelta y acortó la distancia entre ellos. Mientras la miraba, su expresión


era una curiosa mezcla de hambre y arrepentimiento que ella no
comprendía.

—Ahora —dijo él en voz baja—, terminaremos lo que comenzamos en


mi oficina.

***

Nate estaba malditamente encendido. El tiempo que había pasado en la


selva, en el lugar del nuevo club de lucha, lo había transformado en un
nudo de nervios y necesidad. Había determinado hace mucho tiempo
que cuanto más primitivo fuera el medio ambiente, más afloraban a la
superficie sus instintos más bajos.

Nada era más primitivo que la selva tropical de América del Sur.

Gracias a la sesión de besos en su oficina con Vladlena antes de irse,


casi se había salido de su piel, pero entonces el viaje a la selva húmeda
y calurosa había incrementado aún más la ansiedad. Permanecer bajo
árboles antiguos, en suelo tocado sólo por bestias mientras inhalaba el
aire limpio, no contaminado que olía a lluvia, plantas, y a un jaguar que
había pasado recientemente, lo había hecho vibrar con un deseo puro y
87

animal. Había querido cazar, alimentarse, aparearse.


Página
En el momento en que había puesto un pie en el lugar, entendió por qué
Fade lo había elegido. Había un poder elemental en juego allí, y
ninguna criatura del inframundo sería capaz de resistirse a él. Una arena
de gladiadores colocada en ese suelo se convertiría en el equivalente
Coliseo Romano demonio, y con el sacrificio de sangre para unir el mal
a éste... era concebible que la tierra podría ser reclamada en nombre de
Sheoul, o el infierno, como los humanos lo llamaban.

La idea misma era horrible, pero ahora Nate tenía problemas para
concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera la hembra delante de
él. Estaba tan excitado, tan encendido que esperaba ver humo
proveniente de la fricción de la ropa sobre su piel. Encontrarla con el
vampiro cabrón ese, su relación tan familiar, no había ayudado. Nate
había querido destruir al macho, entregarle sus colmillos a Vladlena en
un collar, y luego follar con ella en el mismo suelo donde hubiese
ganado la batalla.

Y eso no era sexy. Estuvo a punto de rodar sus ojos. La maldita selva lo
había convertido en un hombre de las cavernas.

Continuando con lo cavernícola... se puso todo alborotado por la


testosterona al verla usando su regalo. Puede que fuera un simple
estetoscopio, pero ella había aceptado su ofrenda, y por alguna razón, le
daba ganas de golpearse el pecho y arrastrarla a su guarida. En su lugar,
gracias a una fina rodaja de civilización que había atravesado la niebla
88

de la selva, la agarró por los hombros y la empujó contra la pared. Ella


Página
no protestó. No es que él esperara que lo hiciera; el olor de su deseo
llenaba la habitación con su perfume especial, aumentando su necesidad
aún más.

Pero en última instancia, no se trataba de su desesperación por


conseguir estar entre esos muslos tonificados. Se trataba de salvarla de
una muerte atroz en un altar, una muerte la cual le habían asignado
llevar a cabo.

No, no podía profesar que no quería esto para él mismo, había estado
antinaturalmente obsesionado con Lena desde que entró en su oficina.
Incluso su virginidad debería haber enfriado su deseo. Él había evitado
las vírgenes como si por sus venas corriera agua bendita en lugar de
sangre. Pero en el caso de Lena... maldición. Un ronroneo vibró en su
pecho ante la idea de ser el primero, de reclamarla en la forma en que
ningún otro macho lo había hecho.

De llevársela para sí mismo y conservarla.

Excepto que eso no podría suceder. Esto sería algo de una sola vez,
porque si Fade incluso sospechara que Nate la deseaba, ella estaba
muerta.

O peor, si Fade se enteraba que Nate había sido quien tomó su


virginidad. Y Nate estaba bien consciente de que podría ser peor.
89

Empujando ese pensamiento fuera de su mente, ahuecó la parte


Página

posterior de su cabeza y bajó su boca a la suya. Una vez más, ella no


luchó contra él. De hecho, se abrió para él, sus manos bajaron hacia su
trasero para tirar de él más cerca. Él ya estaba duro —infiernos, había
estado duro por días— y su vientre suave acunaba su dolorosa erección
con la presión suficiente como para ser considerado tortura.

Hombre, deseaba poder tomarse su tiempo con ella, podía facilitarle su


primera vez, pero el reloj estaba corriendo, y cuando este reloj de arena
en particular se acabara, también lo haría su vida.

Inhalando de forma desigual, le palmeó su hermoso trasero y la levantó


para que sus piernas estuvieran alrededor de su cintura y su pene en
contacto con su núcleo. Los dos gimieron ante la sensación, y cuando él
la deslizó hacia arriba y abajo mientras se mecía contra ella, el gemido
de ella se convirtió en un grito suave de placer. Él se giró hacia la mesa
de examen, ya que si bien no podía seducirla correctamente en una
cama blanda, al menos podía asegurarse de que su primera vez no fuera
contra una pared o en el suelo.

—Necesito estar dentro de ti —murmuró contra sus labios—. Necesito


hacerte gritar mi nombre.

—Sí —suspiró ella. Su espalda se arqueó, y su centro caliente lo frotó


tan perfecta y tan dulcemente, que casi se corrió justo en ese
momento—. Espera... —En sus brazos, ella se puso rígida—. No. No
puedo.
90
Página
—No tienes paciencia. —Le pellizcó la mandíbula, y luego lamió la
piel sensible allí. No podía esperar para estar en su garganta, tomándola
en su interior mientras se movía dentro de ella.

Las palmas de ella se aplastaron contra su pecho, y antes de que pudiera


ponerla sobre la mesa, ella se retorció lo suficientemente fuerte como
para hacerle perder su agarre, y sus pies tocaron el suelo. —No voy a
tener sexo contigo.

—Sí —dijo bruscamente—, lo harás.

La agarró por la cintura y la atrajo contra él, con una mano yendo a la
parte inferior del cordón de sus pantalones de uniforme. La tormenta de
lujuria reuniéndose en su interior se intensificó, una furiosa fuerza de la
naturaleza impulsada por la agitación residual de la selva, la sed
insaciable de Lena, y un instinto carnal por poseer a la hembra que
había tenido en la mira por varios días.

A la velocidad de un rayo, ella se arrastró y lo abofeteó. —Suéltame —


No esperó a que él obedeciera. Con un pisotón sorprendentemente
violento en el pie, se echó hacia atrás, estrellándose contra la bandeja de
suministros, tirando instrumentos de metal por todas partes. No llegó
muy lejos. — ¡Maldita sea, mujer! —La agarró por el torso y la sujetó
entre su cuerpo y un gabinete.
91

Hijo de puta. Esto no podría haber salido peor, pero ya era demasiado
tarde para desplegar el encanto, y lo sabía. Nunca había forzado a una
Página
hembra en su vida, y no quería cruzar esa línea ahora. Pero haría lo que
tuviera que hacer con el fin de salvar su vida. Preparándose para su
respuesta a lo que iba a ser la cosa más idiota que jamás había dicho o
hecho, envolvió sus dedos alrededor de su garganta y le enseñó los
colmillos.

—Dormirás conmigo, o estás despedida.

Su garganta convulsionó bajo sus dedos y sus ojos se abrieron de par en


par. — ¿Discúlpame?

—Ya me oíste. Folla o huye. Tu elección.

Ella empezó a temblar, y por los dioses, él se sentía como un hijo de


puta. —Tú... cabrón.

—Supongo que esa es tu respuesta —La soltó y dio un paso atrás—.


Embala tu mierda, devuelve tu uniforme, y nunca más vuelvas a este
lugar. ¿Me entiendes, Lena? Nunca, jamás vuelvas —Él dio la vuelta y
abrió la puerta, deteniéndose cuando una variedad de suministros
médicos fue arrojada contra su espalda.

—Vete al infierno, Nathan —Lo golpeó en la cabeza con el


estetoscopio, el cual cayó al suelo junto a sus pies, extendiéndose como
una serpiente muerta—. Vete. Al. Infierno.
92

Ningún problema, pensó, mientras salía de la oficina. Él ya estaba allí.


Página
Capitulo 8
Traducido por Felipe
Corregido por Kitty

Vladlena se quedó de pie en el consultorio médico como una idiota,


completamente paralizada. Colgando de sus dedos estaba el conjunto de
llaves que le había quitado a Nate cuando se dio cuenta de lo que quería
de ella y que tan serio se iba a poner.

Lo que no le sentaba bien era el repugnante conocimiento de que habría


estado dispuesta a tener sexo con él, si hubiese podido. Ni siquiera
habría tenido que amenazarla. Habría sido suya para que la tomara.

Dioses, era una idiota.

Miró a su alrededor a los insumos esparcidos por el suelo, algunos de


ellos como resultado de su torpeza, algunos otros por habérselos
arrojado a Nate. ¿Cómo podía haberse convertido en semejante hijo de
puta sin corazón? La respuesta golpeó su cabeza con una gran y gruesa
barra de “por supuesto imbécil”. ¿Qué otra cosa había esperado de
alguien que era más apropiado para echar a pelear a luchadores en
combates a muerte?

La realidad fue un frío golpe de bienvenida en el plexo solar. La rabia y


dolor colisionaron, pero el pánico rápidamente ensombreció esa mezcla.
Se le acababa el tiempo. Si no encontraba el club de pelea ahora, nunca
lo haría.
93
Página
Evitando el sigilo, cruzó la pista de baile, bajó a zancadas por el pasillo
hacia la oficina de Nate y llamó a la puerta ruidosamente. Ninguna
respuesta. Intentó con la puerta. Abierta. Así que no necesitaba las
llaves de él después de todo.

Las puso en el escritorio, pero antes de que hiciera algo estúpido,


realizó una rápida llamada al Underworld General, y dejó un mensaje
3
con la enfermera de triaje . Después de colgar, caminó hacia la puerta
secreta. Ésta se abrió sin hacer mayor ruido que un susurro de aire,
revelando exactamente lo que ella había tanto esperado como temido
encontrar; un pasadizo.

Tomó una profunda y vigorizante bocanada de aire, y comenzó a bajar


los escalones.

Al pie de las escaleras, se volvió consciente de lo que la rodeaba, de que


no había nada más que un frío túnel claustrofóbico de cemento y piedra.
Mientras avanzaba, el sonido de vítores aumentó, haciéndose cada vez
más fuerte, hasta que no pudo oír ni sus propios pensamientos, pero
ciertamente podía sentir su estómago revolviéndose.

Era real, todo era real, y Nate... ese... ese... hijo de puta... estaba justo en
medio de todo.

Girando en una esquina, consiguió un vistazo de una entrada más


adelante. Una masa de cuerpos le bloqueaba la vista de lo que fuese que
había más allá, pero si los gruñidos, rugidos y grotescos golpes
húmedos le daban cualquier indicio, ella acababa de encontrar el club de
94

lucha. Visiones no deseadas de su hermano estando en medio de todo


Página

3
Es el método de selección y clasificación de pacientes (en el área de emergencia), basado en sus necesidades terapéuticas
y los recursos disponibles para su atención.
esto asaltaban su mente, y apretó con fuerza sus ojos y se detuvo solo
por un momento.

Cálmate...
Comenzó a moverse de nuevo, empujando sus pesados pies hacia
adelante, y muy tarde se dio cuenta de los dos centinelas que estaban
parados justo afuera de la entrada. Su corazón tropezó, al igual que sus
pies, pero afortunadamente, aun cuando cayó hacia adelante fuera del
túnel, uno de los grandes machos simplemente la agarró, sonrió y la
soltó entre la multitud. Aparentemente, estaban ahí para prevenir que la
gente entrara al túnel, no que lo abandonara.

El aire apestaba al olor de la sangre, la lujuria y la furia. Rápida pero


cuidadosamente, se movió a través de la multitud, buscando la entrada
para el público. Una vez que la encontrara, podría salir de allí para
regresar al Underworld General y reportar la ubicación...

Una mano tocó su hombro, y ella volteó, inhaló un fuerte y sorprendido


aliento cuando se encontró cara a cara con Fade, cuyos ojos
resplandecían de un vívido rojo carmesí.

—No perteneces aquí, pequeña niña —rechinó él.

Antes de que pudiera decir siquiera una palabra, la arrastró hacia él,
apretó su cuello, y todo se volvió negro.
95
Página
Capitulo 9
Traducido por Mir
Corregido por Kitty

Durante décadas, Nate había estado muerto, su corazón era poco más
que un disecado nudo de músculos yaciendo inútilmente en su pecho.
Pero cuando el encargado de Gladius, Budag, se frotó su calva cabeza y
le dijo a Nate sobre la incursión de Vladlena en el club de lucha, el
corazón de Nate empezó a agitarse.

No, no sólo agitarse. Se volvió loco por miedo, preocupación y temor.


Esa condenada enfermera cambiaformas había realizado un RCP en él,
resucitando su frío ser no-muerto.

—Suéltala —zanjó Nate. Miró más allá del descomunal hombro de


Budag desde donde estaba parado en el umbral del túnel entre el
Gladius y el Thirst. La multitud estaba furiosa por algo, y la sed de
sangre estaba en el aire.

—No puedo hacerlo, vampiro —La voz profunda de Budag sacudió el


mal genio de Nate—. Fade ya la puso en el ring como carnada para un
combate.

Nate se puso como loco. Golpeó al demonio contra la pared y se colocó


96

justo en su cara, mostrando los colmillos, listo para tomar un pedazo de


Página

carne de él.
— ¡Tú, maldito mentiroso! Él no habría hecho eso. Ella iba a ser un
sacrificio...

—Desde que asomó la nariz donde no le correspondía, ya no era


deseable como sacrificio —Los ojos almendrados de Budag se
arrugaron con diversión—. Al menos, no un sacrificio para el nuevo
club de lucha. Los gemelos Neethul están disfrutando plenamente de
ella como sacrificio.

Nate no perdió otro segundo. Arrojando a Budag a un lado, se abrió


paso entre la multitud, empujando a la gente fuera de su camino
mientras arrastraba su trasero hacia el ring. Su corazón, si latiera, se
habría detenido al ver a Lena, con su uniforme rasgado y ensangrentado,
tratando de defenderse de los dos demonios parecidos a elfos que
estaban jugando con ella. Y no había duda de que estaban jugando. Él
4
había visto luchar a los hermanos, y ahora, parecían Hellhounds con un
gato acorralado.

Nate no pensó. Actuó. Se impulsó justo al centro de la arena y tomó a


los demonios por sorpresa. Aprovechándose de su confusión temporal,
dio un puñetazo en el cuello de uno de los machos y le arrancó la
garganta. Sangre y coágulos goteaban de su mano, y la audiencia rugió.
97

4
Del tamaño de un búfalo, los Hellhounds o perros infernales son enormes caninos negros con las patas del
tamaño de platos, brillantes ojos rojos y la boca llena de dientes ensangrentados. A diferencia de perros atados a
Página

la tierra, los perros infernales tienen garras retráctiles felinas, que utilizan para un efecto devastador. (Fuente:
Compendio de Demonios, Passion Unleashed)
El Neethul que quedaba apenas le echó un vistazo a su hermano muerto,
mientras iba hacia Nate con una deflesher, una gruesa cadena con un
estribo muy afilado en la punta. Manejada adecuadamente, el arma
podría rebanar una amplia franja de quince centímetros de carne de la a
lo largo de un brazo y dejarlo pelado hasta el hueso.

El demonio era un experto con ella.

Mierda. A su alrededor, la multitud hizo silencio, dejando sólo el grito


de Lena y el silbido de la cadena, mientras cortaba el aire. Nate se lanzó
a la arena empapada de sangre y rodó, atacando con sus pies. El estribo
afilado se estrelló contra el suelo junto a la cabeza de Nate cuando su
patada alcanzó a su oponente en las rodillas. El Neethul cayó, pero
estaba otra vez de pie en un instante.

También lo estaba Nate. Antes de que el demonio pudiera darle cuerda a


la cadena, Nate se estrelló contra él, golpeando a ambos contra el muro
de cemento. Afilados dientes se hundieron en el hombro de Nate, y hijo
de puta, eso dolía.

Vagamente, a través de la bruma del dolor, Nate oía a la multitud


enfurecida, con sus cánticos de “¡Matar! ¡Matar! ¡Matar!” zumbando en
sus oídos. Su pasado cayó sobre él en una mortaja de recuerdos, y tal
como había sido todos esos años atrás, sería de esa manera de nuevo.
98

Con un gruñido, se aferró a la cabeza del demonio y la torció. El crujido


de la columna vertebral fue tragado por el ruido de la audiencia, que se
Página
hizo ensordecedor cuando Nate dejó caer el cuerpo y lo abandonó,
retorciéndose, en el suelo.

Lena se encontraba a pocos metros, con el rostro magullado y pálido, un


ojo morado y la sangre brotaba de la comisura de los labios hinchados.
Había sido maltratada hasta el infierno de ida y vuelta, pero en sus ojos
ardía el desafío. Odio, también, y no la culpaba.

Sin embargo, ella no se resistió cuando le tomó la mano y la condujo


hasta la puerta que transportaba tanto a los muertos como a los vivos
dentro y fuera de la arena. El bastidor de hierro gigante se sacudió y
resonó cuando lo lanzó hacia arriba, pero Nate no tuvo oportunidad de
estar agradecido de que estuviesen saliendo de ahí.

Fade estaba allí, flanqueado por tres fornidos rino-demonios que


trabajaban en el “zoológico” en el nivel inferior, en la zona oscura y
húmeda donde mantenían a los luchadores y las criaturas de carnada.
Ninguno se veía feliz, Fade menos que ninguno.

—Obviamente —retumbó Fade—, no aprendiste la primera vez que me


quitaste una hembra.

Nate apretó el agarre de Lena. —No quiero perder a una buena


paramédico —dijo, aunque sabía que su excusa sonaba trillada y floja a
la vez. Si no había funcionado antes, no iba a funcionar ahora.
99

Fade también lo sabía. Y no iba a dejar pasar el hecho de que Nate


Página

había matado a dos de sus luchadores más populares. Los gemelos


Neethul habían sido bastante nuevos en la arena de lucha, y su buen
aspecto y su gusto por jugar cruelmente con sus víctimas habían sido
grandes atractivos para la gente.

— ¿Cuán tonto crees que soy? —Fade hizo señas a sus secuaces—.
Enciérrenlos —Le sonrió a Nate con pura maldad—. Felicitaciones,
Sabine. Una vez más, conseguirás ver morir a tu hembra.

Durante unos treinta segundos después de que Fade cerrara su


espeluznante boca, Lena estaba segura que Nate estaba a punto de
estallar en violencia. Después de lo que le había visto hacer a los
Neethul, sabía que él era muy capaz de ello. De hecho, la tensión subió
en él con tanta fuerza que podía sentirla en el tangible crujido en la
pulgada de aire entre ellos, y verla en sus colmillos enormemente
descendidos y sus brillantes ojos rojos. Pero incluso mientras los
demonios se ponían tensos para la batalla, Nate se calmó, casi como si
el aire lo hubiera abandonado.

Había caminado humildemente junto a los demonios, a pesar de que no


había soltado de Lena. No fue sino hasta que fueron arrojados juntos en
una celda que la profundidad de su ira se hizo evidente. A medida que la
risa de Fade y los pasos de los guardias desaparecían, Nate la rodeó, con
los puños apretados, y el fuego ardiendo en sus ojos de nuevo.
100

Su voz estaba deformada por la ira. —Te dije que te fueras.


Página
—Me despediste por no dormir contigo —replicó ella, extrañamente
agradecida por su enojo, porque le impedía desmoronarse—. No pensé
que realmente tuvieses ningún derecho a darme órdenes después de eso.
Ni siquiera tienes derecho alguno a estar enojado conmigo, cabrón.

— ¿Cómo encontraste Gladius? —Le espetó, como si ella no hubiera


hablado aún—. ¿Me seguiste hasta aquí?

—No importa cómo lo encontré. Lo que importa es que eres un hijo de


puta. Un maldito bastardo enfermo y retorcido que maneja un negocio
donde la muerte es entretenimiento —Podría haber jurado que vio un
destello de dolor en sus ojos antes de que se convirtieran en astillas de
hielo rubí de nuevo, pero eso no detuvo su diatriba—. ¿Por qué te
molestaste en salvarme? Deberías haber apostado por el resultado como
todos los demás.

—Cállate —Su voz era tan fría como su mirada.

— ¿Cuál es el problema? ¿Di en el clavo? ¿Sintiéndote un poco


culpable? ¿O estás molesto porque te metiste en problemas con tu jefe?

Él dio un paso hacia adelante. —Dije, cállate.

— ¿O qué? ¿Vas a matarme? Noticia de última hora, amigo. Va a


suceder de todos modos. Pero puedes apostar que si desaparezco, mis
101

colegas van a devastar este lugar y hacértelo comer antes de masacrar tu


culo.
Página
En realidad, esperaba que ellos trajeran la caballería y la rescataran.
Sólo tenía que rezar que Eidolon y sus hermanos recibieran su mensaje
antes de que ella fuese la comida de los leones. O cualquiera que fueran
las criaturas que chillaban en las jaulas cercanas.

Un segundo Nate estaba parado cerca de la puerta, y el siguiente estaba


pecho a pecho con ella, sujetándola contra la pared. No pudo dejar de
notar que ellos pasaban un montón de tiempo en esta posición.

—Tus compañeros de trabajo —zanjó—. ¿En el Underworld General?


Es hora de parar con los juegos, pequeña cambiaformas, y decirme
quién coño eres y por qué estás aquí realmente.

—Muérdeme.

Esa era la peor cosa para decirle a un vampiro que se tambaleaba en el


borde. Él atacó como una víbora, hundiendo sus colmillos
profundamente en su garganta, y a pesar de la difícil situación, a pesar
de su rabia y el dolor y la confusión por la forma como él la había
tratado y su participación en el club de lucha, ella gimió de placer. La
picadura inicial se convirtió en una quemadura encantadora que se
extendió por su cuerpo en forma de calor líquido. Los vampiros podían
hacer la alimentación horriblemente dolorosa u orgásmicamente
maravillosa, y obviamente, Nate se había ido por la última.
102

Pero ella no podía permitir esto. Lo odiaba. Realmente. Débilmente, ella


apoyó las palmas de sus manos contra su pecho y lo empujó, pero no
Página
necesitó hacerlo. Su cabeza se levantó y dio un paso atrás por sí mismo;
la sorpresa brillaba en sus ojos.

—No eres un tigre —gruñó—. Maldita seas, ¿Todo sobre ti ha sido una
mentira?

Ella puso su mano sobre los pinchazos en su garganta. — ¿Yo? Tú eres


el que tiene una puerta secreta en la oficina. Tú eres el que ha estado
ocultando un club donde la gente lucha a muerte.

Sus fosas nasales se ensancharon, y su mirada se concentró en su cuello.


Antes de que ella pudiera protestar, alejó su mano y le lamió las
punciones de los colmillos, sellando la herida. —Dioses —murmuró
contra su piel—. Sabes a chocolate oscuro y miel, y... a canino —Se
apartó de ella, dejándola balanceándose inestablemente y apoyándose
contra la pared detrás de ella para sostenerse. Él miró hacia otro lado,
con sus manos corriendo por su cabello una y otra vez, como si hacerlo
fuese tan importante para su existencia como la sangre—. ¿Por qué?
¿Por qué estás aquí?

—Porque asesinaste a mi hermano.

Se dio la vuelta. — ¿Quién era tu hermano?

—Teniendo en cuenta el número de personas que probablemente


103

pasaron por tu arena, dudo que lo recuerdes —dijo ella amargamente.

— ¿Quién?
Página
—Su nombre era Vaughn —Ella levantó la barbilla, encontrándose su
mirada para que pudiera ver su dolor—. Era una hiena cambiaformas
que murió la semana pasada.

—Hiena... —Nate frunció el ceño—. Rubio. Desiguales ojos verdes y


azules.

—Así que sabes quién era.

La lengua de Nate dio una rápida pasada sobre uno de los colmillos que
había hundido en la carne de ella. —Tú no eres una hiena más de lo que
eres un tigre.

—Lo soy —zanjó ella—. Y tú mataste a mi hermano.

Él soltó un bufido. —Tu hermano se suicidó.

Con un grito de dolor, se lanzó hacia Nate. Él la atrapó con facilidad,


mucho antes de que ella le diera un solo golpe. —Tú, hijo de puta —
gritó—. ¡Maldito hijo de puta sin corazón!

De las jaulas cercanas, ella escuchó silbidos y aplausos, así como


algunas maldiciones. Nate tiró de ella contra él, envolviendo sus brazos
con fuerza a su alrededor, enjaulándola para que no lo pudiera golpear.

—Shh —Su voz suave no penetró su ira—. Hey. Escúchame. Tu


104

hermano vino a nosotros. Hizo un trato por una pelea.

—No. ¡No! Él no lo haría...


Página
—Dijo que se estaba muriendo.

¿Muriendo? Ella se calmó por completo, congelándose sólida contra el


gran cuerpo de Nate. —Yo no... No entiendo. ¿Por qué dijo eso?

—No sé. —Él relajó su control, pero todavía la acunaba contra su


pecho—. Todo lo que sé es que quería pelear con uno de nuestros
campeones, una hiena llamada Vic. Y Vaughn hizo una previsión de que
si moría en la pelea, Vic dejaría en paz a su hermana. Supongo que esa
eres tú.

—Oh, dioses —susurró—. Vic. ¿Él está aquí?

—Sí. Inmundo hijo de puta. ¿Por qué Vaughn querría que Vic te dejara
en paz?

—Porque —dijo, en una inhalación inestable—, desde que murió mi


padre, Vic y mi otro hermano, Van, han tratado de matarme cada pocos
meses.

Maldiciones cayeron de la boca de Nate. —Así que Vaughn estaba aquí


para garantizar tu seguridad.

Su mano acunó la parte posterior de su cabeza con una ternura


sorprendente, y su voz se suavizó, algo que ella no podía permitirse el
lujo de hacer. Si Nate estaba diciendo la verdad, él no había matado a
105

Vaughn, con exactitud, pero él seguía siendo un cerdo que tenía un


negocio vil.
Página
Y sin embargo, ella no se apartó. Se dijo que necesitaba el apoyo,
porque sus piernas se habían convertido en fideos. Se dijo a sí misma
que tenía frío, y aunque él no era demasiado caliente, no era tan frío
como el aire que olía a aguas residuales sin tratar. Se dijo a sí misma
todo tipo de mentiras, porque en este momento, no podía manejar la
verdad, la alucinante comprensión de que odio no era lo único que
sentía por Nate Sabine.

—Pobre Vaughn —murmuró—. Tendría que haber venido a mí. Él no


tenía que sacrificarse por mí.

—Él te amaba —Nate hizo una pausa—. ¿Hay alguna razón para que
no cambiara?

— ¿Qué quieres decir?

Él hizo largas y suaves caricias por encima de su trenza. —Él no


cambió cuando estaba luchando con Vic. Eso lo puso en una gran
desventaja. Pensé que era extraño, porque aunque su intención era la de
perder, estaba claro que odiaba a Vic y quería hacerle daño. Vaughn
podría haber hecho mucho más daño en forma de animal.

Un nudo retorció sus entrañas. Él dijo que estaba muriendo. Esas fueron
las palabras de Nate. Su hermano estaba muriendo. Él no cambió. Oh...
oh, dioses. No cambió porque no podía. Había estado muriendo por la
106

misma razón que ella lo estaba.


Página

— ¿Lena? —Su mano paró de acariciar su cabello—. Lena, ¿Qué pasa?


—Yo sé por qué no cambió —Tragó saliva—. No pudo. Un
cambiaformas que nunca se ha convertido en animal muere poco
después de cumplir veinticuatro años. Es por eso que no me fui cuando
me despediste. No tenía caso.

— ¿Qué quieres decir con que no tenía caso? —Él se echó hacia atrás
para mirarla a los ojos—. Espera... en la arena, tú no cambiaste. No
puedes, ¿Verdad?

—No —dijo en voz baja—. Y por eso, estoy muriendo también.


107
Página
Capitulo 10
Traducido por Mir
Corregido por Kitty

Una enfermiza tristeza amarga destrozó la ira que Nate había sentido
sobre la revelación del engaño de Lena. Él la había rescatado de los
hermanos Neethul porque no podía soportar la idea de perderla. Ahora,
gracias a una falla genética de mierda, la iba a perder de todos modos.

— ¿No puede alguien en el Underworld General hacer algo? —Su voz


era humillantemente ronca.

—Hemos tratado —Lena dejó escapar un suspiro y se dejó caer en el


suelo recubierto de paja—. No queda nada por hacer.

— ¿Por qué tú y Vaughn no pueden cambiar cuando tu otro hermano sí


puede? —Nate se agachó sobre sus talones en frente de ella.

—Mis otros dos hermanos pueden. Los he visto. Nunca vi a Vaughn


hacerlo, pero supongo que ahora sé por qué —Se frotó los brazos, como
si tuviera frío—. Creo que puede ser porque nacimos diferentes. Cuando
los cambiaformas dan a luz en forma de animales, los bebés nacen de
esa manera también. Pero Vaughn y yo no lo hicimos. Mi padre tuvo
que protegernos de nuestros hermanos durante años. Incluso nuestra
108

madre quería matarnos.


Página
Se quitó la camiseta que había llevado directamente desde la selva y la
envolvió alrededor de sus hombros como un chal, y se sorprendió
cuando ella no discutió. —Qué manera de venir al mundo.

Temblando, ella tiró de los extremos de la camisa apretándola. — ¿Y


tú? ¿Cómo llegaste al mundo?

— ¿Al sobrenatural? —Ante su asentimiento de cabeza, se acomodó en


el suelo. —Fue hace doscientos años. Yo tenía veintisiete años, e iba
tropezando a casa después de una noche de fiesta con los chicos en
París. Estaba oscuro, brumoso. Como salido de una película de Jack el
Destripador. Escuché lo que sonaba como una pelea que venía desde un
callejón, y como un idiota, investigué —Recordó haberse horrorizado
cuando vio lo que parecía un enorme hombre acorazado, en una
sangrienta batalla con una cosa de piel roja, pezuñas, y cuernos—.
Ahora sé que uno de los hombres que luchaba era un demonio. El otro...
era un vampiro, pero no uno como los que siempre he conocido.

— ¿Qué pasó?

Nate se había quedado allí, totalmente borracho y parpadeando, como si


todo fuera un espejismo por la ebriedad. —El vampiro mató al demonio,
pero resultó herido. Gravemente herido. Tenía una herida en su cuello
de la que salía sangre a borbotones, y cuando me vio, sus ojos se
109

encendieron como los fuegos del infierno. Traté de correr, pero él estaba
sobre mí y alimentándose antes de que pudiera tropezar dos pasos.
Página
— ¿Así que te obligó a beber su sangre para convertirte?

—Eso es lo extraño —dijo—. No hubo intercambio de sangre.

Ella frunció el ceño. — ¿Estás seguro de que simplemente no lo


recuerdas? Porque para convertir a un vampiro... —Ruborizándose, ella
se interrumpió—. Lo siento. Duh.

Dioses, era linda. ¿Cómo diablos podía ser una hiena? No podía.
Tendría que haberlo sentido en su sangre. La misma sangre que había
dejado un rastro en la esquina de su boca. Sin pensarlo, se acercó y la
limpió con el pulgar. Quería quedarse, enmarcar su rostro en sus manos
y besarla para alejar el dolor, pero la cautela en sus ojos de cierva le
decían que todavía no estaba lista para aceptarlo como nada más que un
miserable hijo de puta que se beneficiaba de la sangre de otros.

A regañadientes, dejó caer el brazo.

—Estoy seguro de que no hizo el intercambio de sangre. Él no era


normal. No puedo explicarlo, pero lo que sea que él fuese, me
convirtió... y me hizo diferente.

— ¿Diferente?

Él bajó la voz, porque había aprendido hace mucho tiempo que esto no
era algo para decir en voz alta. —Puedo caminar a la luz del sol.
110

Lena parpadeó. —Eso es... eso no es posible.


Página
—Lo sé. Y, sin embargo, puedo pasar el rato en una playa tropical al
mediodía.

—Bien, ¿Entonces qué pasó? —Le preguntó, sonando muy parecida a


un profesional de la medicina excavando hasta el fondo de una
misteriosa enfermedad.

—Me fui a casa con mi mujer. No recuerdo mucho, pero recuerdo


despertar jodidamente hambriento —Él no había entendido lo que
estaba pasando, sólo que se estaba muriendo de hambre, y el sonido del
corazón de Eleanor latiendo lo estaba volviendo loco—. La ataqué.
Estuve a punto de drenarla —Ella había gritado, lo había golpeado con
sus delicados puños, llamándolo monstruo. Lo cual él era—. Después
de eso, ella yació en la cama, pálida y débil, y un instinto extraño de
alimentarla con mi sangre se apoderó de mí, y... lo hice. Pero no sabía
lo que había hecho. Cuando ella murió un par de horas más tarde, me
volví loco. Esa es la única manera de describirlo. Me fui de allí, y la
década siguiente fue un borrón. Mi mente regresó gradualmente, y
decidí que necesitaba respuestas. Viajé por toda Europa, tratando de
encontrar el cabrón que me convirtió, en busca de otros vampiros. Fue
impactante enterarme que otros vampiros no podían salir a la luz del
día.

— ¿Eres el único?
111

—Siempre ha habido rumores de otros, pero nunca he encontrado


Página

ninguno. Y aprendí realmente rápido, a no anunciar mi propia


naturaleza amante del sol —Otros vampiros trataban de matarlo por
celos, o querían experimentar con él a fin de encontrar una manera de
curar sus propios problemas con graves quemaduras solares—. Así que
de todos modos, con el tiempo me di cuenta de que era posible que
Eleanor pudiera ser un vampiro, teniendo en cuenta lo que había hecho
con ella —Cerró los párpados, pero eso no alejó el recuerdo—. La
encontré, en Londres. Me odiaba por lo que le había hecho, y ella había
seguido adelante, directo a los brazos de Fade.

—Oh, maldición —suspiró Lena. Ella le tocó la rodilla, un gesto


tranquilizador que no creía que ella hubiese notado que había hecho—.
Eso debió haber sido duro para ti.

Tuvo que aclararse la garganta por el nudo de emoción antes de


continuar, y lo golpeó el hecho de que no era ese recuerdo lo que lo
estaba afectando, sino la preocupación de Lena.

—Estaba furioso —dijo—, pero todavía la amaba. Así que la seduje


para alejarla de él —Nate miró la mano de Lena, que se veía tan
delicada en su pierna—. Eso resultó ser un error fatal. No me había
dado cuenta de lo que era él. Nos persiguió por toda Europa, y cuando
nos atrapó... —Se interrumpió, su boca se había secado y el ácido
escocía sus venas. Fade los había torturado hasta la mierda a ambos, y
luego había los arrastrado a uno de sus clubes de lucha, donde los había
112

torturado un poco más.


Página

Ella respiró hondo y soltó el aire lentamente. — ¿Qué pasó, Nate?


—Puso a Eleanor en un cuadrilátero con dos demonios Cruentus. Ella
ofreció una buena pelea, hiriendo a uno tan mal que tuvo que ser
sacrificado. Pero el otro la mató. Yo tuve que mirarlo todo.

—Lo siento mucho —Los dedos ágiles de Lena acariciaron su pierna.


Nadie desde Eleanor le había ofrecido confort así. Había perdido mucho
en su vida, y había necesitado a Lena para darse cuenta. Ahora ya era
demasiado tarde—. ¿Entonces te dejó ir?

—Me hizo luchar. Estaba enojado porque no morí la primera vez en el


ring. O la segunda o la vigésima. Resulta que soy más fuerte que los
demás vampiros. Probablemente relacionado con el tema de la luz solar.
Con el tiempo, me volví insensible a la muerte a mi alrededor, y
comencé a desear las luchas. Una manera de liberar mi odio, ¿Sabes? —
No, probablemente no lo sabía—. Todo el tiempo, planeaba un escape,
y cuando pensé que era el momento oportuno, pretendí estar de acuerdo
con lo que Fade nos había hecho a mí y a Eleanor, e hice un trato con
él. Lucharía contra su mejor campeón, y si ganaba, él me liberaría.

—Así que ganaste.

Él soltó un bufido. —Casi muero, y necesité una semana para


recuperarme, pero gané —Escuchó el grito de una criatura, respiró
hondo y continuó—. Yo todavía estaba lleno de odio, pero sabía que no
113

podía matar Fade; había visto a muchos intentarlo. Así que pensé que lo
haría desde adentro.
Página
Lena lo miró fijamente, sin juicio en su mirada. —Entonces comenzaste
a trabajar para él.

—Sip. Dije estar desesperado por dinero, y ya que una vez había
dirigido una taberna, pensó que sería útil en sus clubes sociales. Lo
tenía todo planeado. Yo iba a arruinarlo, sabotear su negocio para que
sus clientes lo mataran o bien trajeran a los Distribuidores de Justicia
sobre su cabeza. El problema era que él estaba siempre dos pasos
delante de mí. Encontró a mi único pariente vivo. Mi sobrino.

Sus dedos se cerraron en su pierna.

— ¿Qué hizo?

—El bastardo astuto buscó un vampiro para convertirlo así viviría lo


suficiente para mantenerme bajo su pulgar. Luego le dio un trabajo aquí,
así tendría que ver cada día lo perdería si no evito que el club de lucha
se vaya a pique.

Ella contuvo el aliento sorprendido. —Marsden. Él es tu sobrino, ¿No?

—Sí. Pero él no lo sabe. Yo fui convertido cuando él sólo tenía dos, y


no quería exponer a mi hermana y a él a lo que me había convertido, así
que les dejé pensar que estaba muerto —Él rodó sus ojos—. Supongo
que lo estoy —Bueno, técnicamente, lo estaba. Pero por primera vez
114

desde que fue convertido, no se sentía de esa manera. Lena lo había


hecho sentirse muy vivo—. Deberías haberte ido cuando te dije que lo
Página

hicieras, Lena. Deberías haberte ido y sin nunca mirar hacia atrás.
—Sabes porque no podía —Ella le lanzó una mirada—. Y me
cabreaste.

Cierto. Eso. Qué diablos... él bien podría decirle la verdad. No era como
si nada de eso importara ahora.

—Estaba tratando de salvar tu vida —dijo—. Fade necesitaba el


sacrificio de una virgen para un nuevo club de lucha que está abriendo.
Si tú no dormías conmigo, tenía que sacarte endemoniadamente rápido
del club y mantenerte alejada.

Ella parpadeó. — ¿Cómo sabes que soy...?

— ¿Una virgen? No lo supe. Él lo hizo.

Ella arqueó una ceja rubia, claramente dudando sobre sus intenciones.
— ¿Así que pensaste que salvarías mi vida al tener relaciones sexuales
conmigo?

Sonaba tan pobre cuando lo ponía de esa manera. —Ah... sí. Pero
subestimé tu voluntad de aferrarte a tu virginidad.

—Creo que sobreestimaste tu efecto sobre el sexo opuesto —dijo con


ironía.

— ¿Yo? Nah —Guiñó un ojo, disfrutando de un breve instante de


115

frivolidad—. Tú me deseabas.
Página
Ella hizo un sonido bajo y necesitado que hubiera encendido el fuego en
él, si estuviera en otro lugar en lugar de en cautiverio en una mazmorra
con moho. —Te deseaba.

— ¿Entonces por qué te negaste? Podríamos haber evitado este lío si te


hubieses acostado conmigo.

—No puedo tener relaciones sexuales —Ella desvió la mirada como si


se avergonzara—. Otra de las cuestiones del cambio. Es imposible para
mí.

Ahora se sentía como un pedazo de mierda aún más grande por atacarla
cuando no saltó a la cama con él. —Lo siento —dijo con brusquedad.

Sonaron pasos fuera de la jaula, impidiéndole decir nada más. No es que


supiera qué decir. Cuando Fade y dos de sus secuaces se detuvieron en
la puerta, no estaba sorprendido.

—Es hora —Fade tocó los barrotes de hierro de la puerta con un ritmo
alegre y molesto—. Conmigo, Sabine. Tu hembra va a la arena.

Nate explotó poniéndose de pie, entre el demonio y Lena. —No vas a


tocarla —No había sido capaz de proteger a Eleanor, pero por los
dioses, moriría antes de permitir que Lena fuese asesinada.

Los dos rino-demonios levantaron sus armas, barras con rayos,


116

invenciones demonio que arrojaban un rayo de algo que era un cruce


Página
entre electricidad y ácido. Y mientras te sorprendía con una paralización
temporal, devoraba la carne alrededor de la zona que había golpeado.

—Nate —murmuró Lena, presionando su mano en la parte baja de su


espalda—. Por favor. Ve con ellos.

Eso no iba a suceder. Hora del plan B. Clavó a Fade con una mirada
dura. —Necesito hablar contigo. A solas.

Fade hizo un gesto con la cabeza a uno de los demonios grisáceos que
estaban con él, y la cosa abrió la puerta.

Lena agarró al brazo de Nate, sosteniéndolo desesperadamente apretado.


—Lo que sea que estés planeando... no lo hagas —Bajó la voz y él giró
para enfrentarla—. Me estoy muriendo de todos modos. Por favor, no
hagas esto más difícil para ti.

—Lena —Ahuecó la parte posterior de la cabeza y acercó sus labios a


su oreja—. No he tenido nada por lo que valiera la pena vivir en mucho
tiempo. Ahora lo tengo. Confía en mí.

Se sentía culpable por mentir, porque a pesar de que lo que acababa de


decir era la verdad, había más que eso. Él también no había tenido nada
por lo que valiera la pena morir en mucho tiempo. Ahora sí.

Sin mirar atrás, salió de la celda y se fue con Fade al área de ensayo, un
117

espacio abierto que contenía artefactos mágicos, símbolos pintados, y


un altar. La furia crecía con cada paso, todo el odio que había quemado
Página
regresaba con una venganza, y Nate le dio la bienvenida como a un
viejo amigo. Una vez dentro, se volvió hacia el demonio.

—Ponme en el cuadrilátero, hijo de puta. Ponme allí en vez de ella.

—Eso difícilmente sería justo —gruñó Fade—. No tenemos un


luchador que te pueda ganar.

—Tú puedes.

Las cejas de Fade se elevaron en sorpresa. — ¿Estás desafiándome?

— ¿Desafiándote? Tengo la intención de matarte. Pero si pierdo,


Vladlena queda libre —El demonio aceptaría el trato, ya que la fuente
de su poder no provenía de los luchadores que ganaban, venía de los
que perdían. Era por eso que el club de lucha era tan popular... gente de
todas partes venía a luchar y perder, a sabiendas de que podrían
conseguir lo que quisieran por sus muertes... riqueza para sus hijos,
vengarse de un enemigo, protección para un ser querido. La trampa era
que si perdías, Fade recogía tu alma, y la mayoría de los aspirantes no
se daba cuenta de lo que “perder tu alma” significaba.

En este caso, significaba que Fade negociaba las almas que reunía con
el mejor postor, y había gente que no querrías que fueran dueño de tu
alma.
118

— ¿Y si pierdo? —preguntó Fade.


Página

—El club es mío.


Fade vaciló.

—Vamos —lo convenció Nate con halagos—. Sabes que no vas a


perder. E incluso si lo haces, puedes resucitar.

Fade siseó. — ¿Cómo lo sabes?

— ¿Crees que no aprendí todo lo que había que aprender acerca de tu


lamentable culo? —Nate acababa de firmar su propia sentencia de
muerte. Fade no podía arriesgarse a que nadie supiera la verdad sobre
él. Un enemigo que supiera cómo matarlo definitivamente... sí, no es
bueno para alguien que tenía tantos enemigos.

— ¿Qué más sabes?

— ¿Te refieres a si sé que Budag es tu vivacant? —Nate sonrió—.


¿Que él, y sólo él, puede traerte de vuelta a la vida? Sí, lo sé. La única
razón por la que no lo he matado es porque no podía arriesgarme a que
descubrieras que lo hice y te desquitaras con Marsden.

La piel de Fade onduló, la textura alternó entre arrugada y suave, y el


color lo hizo ver como un camaleón entre bronceado, rojo, ante los
muros grises que los rodeaban. El tipo estaba emocionado y enojado a la
vez, algo que Nate había visto sólo un puñado de veces. En su
investigación, había aprendido que lo de la piel era una reacción al
119

estrés, un proceso natural que aumentaba la fuerza del demonio y la


resistencia. Nada bueno.
Página
Fade arrebató un pergamino de la pila en el altar y lo golpeó fuerte
contra la dura piedra.

—Escribamos esto, vampiro. Y luego te voy a moler y convertir en


alimento para Hellhounds.
120
Página
Capitulo 11
Traducido por Dayadepp92
Corregido por Kitty

Le había costado a Lena todo lo que tenía no desfallecer mientras


Nate se alejaba. Ella podría no conocer su mundo como él lo hacía, pero
tenía unos sentidos bastante agudos, y había olido problemas.

El cual había llegado en la forma de tres horribles demonios con


cuernos llevando esos complicados bastones cobardes. Había
comenzado a resistirse a ellos, pero después de que le explicaron lo que
eran capaces de hacer esos bastones, decidió guardar su fuerza para
cuando más la necesitara. Ahora, vendada y esposada, Lena tropezaba y
se tambaleaba mientras caminaba pasillo abajo, con los dos demonios a
ambos lados arrastrándola y empujándola por si bajaba el ritmo.

El sonido de una multitud desesperada, y el olor de sangre, vísceras y


excremento se hizo cada vez más fuerte, y supo que una vez más estaba
en la maldita arena. Uno de los demonios la despojó de sus esposas
mientras el otro le quitaba la venda de los ojos, y entonces fue empujada
a través de una entrada hacia la deslumbrante luz del cuadrilátero.

Lo primero que vio fue a Nate, descalzo, con el torso desnudo, vestido
121

solo con jeans. Sus manos estaban empuñadas alrededor de un hacha


mientras enfrentaba a Fade, que sostenía una horrorosa espada
Página
curvilínea y una estaca de madera. Cada gota de color del rostro de Nate
desapareció cuando la vio.

—Hola, hermana.

Ella se dio la vuelta. —Vic —jadeó—. ¿Qué... qué estás haciendo aquí?

Vic la perforó con esos mármoles negros que él llamaba ojos. —


Finalmente voy a librar al mundo de tu debilidad.

—Pero Vaughn...

—Yo le dije a Vaughn que te dejaría en paz en tu territorio. Este es el


mío —Su cuerpo comenzó a transformarse, el sonido de huesos
quebrándose y reacomodándose tan increíblemente fuerte en el ruidoso
club.

Lena retrocedió, sabiendo muy bien que cuando el proceso de diez


segundos terminara, se enfrentaría con una hiena de 115 kilos que era de
lejos mucho más poderosa que su contraparte completamente animal.

— ¡Esto no era parte del trato! —gruñó Nate.

La risa de Fade resonó, haciéndose eco infinitamente. —Tú mueres, ella


vive. Ese fue el trato —dijo Fade—. Pero, si ella muere antes que tú...
—Se encogió de hombros—. Bueno, eso no puede evitarse, ¿Cierto?
122

Un áspero gruñido bajo atrajo la atención de ella de vuelta a Vic, quien


ahora era completamente animal. Un completo monstruo. La baba caía
Página
de su boca abierta, exponiendo una hilera de dientes filosos hechos para
rasgar la carne de sus víctimas mientras se los comía vivos. El terror
brotó de ella, mientras se movía con cuidado hacia atrás, escaneando el
área en busca de un arma.

Desafortunadamente, no había nada, y aunque tanto su padre como


Wraith habían pasado un tiempo con ella en el gimnasio del Underworld
General, enseñándole lecciones de autodefensa, sabía jodidamente bien
que sus escasas habilidades en el mano a mano no iban a ser de ayuda
contra la bestia que tenía en frente.

Nate se movió tan rápido que ella no tuvo tiempo de verlo hasta que
estuvo a su lado, balanceando su hacha. Vic chilló cuando la hoja
impactó en su hombro, pero luego Fade estaba ahí, con su arma
serpenteando en un arco mortal.

Nate la esquivó, evitando por poco ser decapitado, su propio


movimiento hacia el demonio se volvió salvaje, dejándole un espacio de
acción a Vic. Su hermano se abalanzó contra ella, agarrando su
antebrazo entre sus mandíbulas. Una tormenta de agonía acompañó el
crujido de los huesos. Gritando, ella le dio un puñetazo en la cabeza,
pero no era rival para su hermano quien la había vencido en cada batalla
que habían tenido desde que eran unos cachorros. Él la sacudió como si
fuera una muñeca de trapo, y su mundo se volvió borroso.
123

Un roció caliente salpicó sobre su cara, su propia sangre, se dio cuenta,


Página

mientras Vic la mandaba volando contra la pared. El dolor se extendió


por sus costillas, columna y brazo cuando se estrelló contra el suelo.
Aunque podía oír la lucha entre Nate y Fade con claridad, apenas podía
ver algo a través del velo rojo que cubría sus ojos. En una fracción de
segundo, sin embargo, su visión se llenó de pelo y dientes. Ella se
retorció, evitando por poco tener la cara despedazada, y al mismo
tiempo lanzó su brazo sano hacia atrás, clavándolo en la garganta de la
hiena.

Vic se atragantó y cayó hacia atrás, pero el asesinato ardía en sus ojos
como brasas. Cuando fue por ella de nuevo, sabía que ya estaba muerta.
Un caliente aliento fétido cayó sobre su cara, y garras desgarraron sus
hombros. En un frenesí alimentado por el miedo y la adrenalina, pateó,
golpeó, levantó su rodilla para clavarla en las tripas de la bestia.

Una vez más, la sangre salpicó sobre ella. Sangre arterial, un montón de
ella. Vic por fin la había matado. Él finalmente había... ¿Caído sobre el
suelo? Ella parpadeó, gateando hacia atrás en la arena como un
cangrejo. El cuerpo de Vic, abierto de par en par desde el tórax, yacía
desparramado contra la pared, retorciéndose mientras cambiaba de
nuevo a su forma humana.

Nate había asesinado a su hermano. Puede que estuviera mal que Lena
no se sintiera mal por eso, pero ahora mismo no le importaba en lo más
mínimo. Con el hacha chorreando vetas rojas brillantes, Nate trató de
124

balancearla hacia atrás alrededor de Fade, pero salvarle la vida a ella ya


Página
le había costado suficiente. La espada de Fade centelló y Nate cayó,
inmovilizado con los tendones de la rodilla cortados hasta el hueso.

— ¡Nate! —Arrastrándose sobre sus pies, se tambaleó hacia él.

La multitud vitoreó, las voces sedientas de sangre resonando en sus


oídos. Fade hizo un salto en el aire, su patada giratoria aterrizando
fuertemente en la mandíbula de Nate. Antes de que Nate se pudiera
recuperar, el demonio se apoderó de su muñeca y lo arrojó como a un
frisbee a través de la arena. El cuerpo de Nate se estampó contra la
pared más lejana con un fuerte golpe.

Él no se movía.

— ¡No! —El horror y el dolor estrujaron el corazón de Lena, y mientras


Fade se paseaba alrededor de Nate, con la estaca preparada para darle el
golpe de gracia, sus piernas cedieron. La impotencia y la confusión
chocaron, sacando sus emociones fuera de control. Quería gritar, pero
nada salía de su boca. Quería ayudar a Nate, pero no conseguía hacer
que sus extremidades funcionaran.

Su cuerpo entero protestó, esforzándose, se sentía como si se fuera a


partir en dos. Ella estaba... sí. Estaba cambiando. Enormes patas grises
golpearon el suelo, el color equivocado para una hiena, pero a la mierda,
no le importaba. El poder la atravesó... poder, fuerza y claridad. Sin
125

dudarlo, arranco a correr por la arena, una sensación de euforia, de


libertad, cantando en sus venas con cada salto y brinco que daba.
Página
Golpeó a Fade por detrás y cerró la mandíbula sobre su cabeza. En el
momento en que hizo crujir su cráneo, hubo una conmoción, un revuelo
en la multitud.

Los olió incluso antes de verlos, Eidolon y sus hermanos. Su hermana.


Con. Y otros más del hospital y de la extensa familia de Eidolon.
Incluso algunos miembros del Aegis.

No se detuvo a pensar, tan solo... se transformó de nuevo antes de que


cualquiera de sus armas rompieran a través de ella justo como lo había
hecho el hacha de Nate con Vic. Sus salvadores eran como langostas,
barriendo el lugar y arrasando con los guardias. Eidolon y Shade fueron
en su ayuda, pero ella sacudió la cabeza.

—Yo estoy bien. Pero Nate necesita ayuda.

Ayuda era poco. Él estaba inconsciente, una estaca clavada en el centro


de su pecho y profundas heridas por todo su cuerpo. Algunas tan
enormes que el musculo maltratado se esparcía como carne cruda. Una
pierna la tenía casi rota y su guapo rostro estaba totalmente
irreconocible.

—Tenemos que llevarlo de regreso a UG, de inmediato —El tono de E


era grave mientras se arrodillaba junto a Nate—. La estaca en su pecho
es de punta fragmentada.
126

El miedo era una lanza helada en las entrañas de Lena. Las estacas de
Página

punta fragmentada estaban diseñadas para matar vampiros al igual que


una estaca normal, pero éstas se fragmentaban como las balas cuando
penetraban en la carne, dando más posibilidades de acertar un golpe
mortal. Incluso si no mataban al instante, las astillas cobraban vida
propia y viajaban por todo el cuerpo hasta que encontraban el corazón.

—Lena —dijo Shade, mientras hacía señas a uno de los paramédicos


por una camilla portátil—. ¿Quieres esto?

Ella sabía lo que él le estaba preguntando. Dentro del hospital, los


hermanos hacían su trabajo incluso en las criaturas más malvadas.
Afuera era otra historia. Si ella daba la orden, Shade y Eidolon sacarían
a Nate de su miseria en ese mismo momento. Pero Nate no era el
monstruo que ella había pensado que era, y asintió.

—Quiero ésto más que nada —afirmó en voz baja—. Sálvalo.


127
Página
Capitulo 12
Traducido por Dayadepp92
Corregido por Kitty

Nate no se había sentido así de mal desde... bueno, no podía recordar


desde cuándo. Su conciencia era esquiva, y cuando se las arreglaba para
alcanzarla y sostenerla por un par de minutos, el dolor lo desgarraba y lo
hacía desear caer en la inconsciencia otra vez.

Excepto que necesitaba estar despierto, porque no dejaba de escuchar a


Vladlena, y estaba desesperado por saber que no estaba soñando sus
palabras dichas suavemente.

Lentamente, abrió sus ojos. Una bruma grisácea se arremolinaba


alrededor de él, pero tras ésta podía ver instrumentos de hospital y
paredes garabateadas con símbolos de color rojo. En el techo, cadenas
gruesas colgaban entrelazadas, y cuando volteó su cabeza para mirar la
puerta abierta, vio personas en uniformes médicos alejándose. Detrás de
ellos...

Parpadeó. Volvió a parpadear. La neblina no se hacía más clara, pero


una persona se enfocó en su visión, una persona que él no había visto
desde el día en que se había convertido en vampiro.
128

Era el macho que lo había convertido en vampiro.


Página
El enorme tipo no había cambiado; todavía usaba esa clase de armadura
de hueso plateada, y su cabello blanco aun colgaba sobre sus hombros,
con dos finas trenzas sobre sus sienes. Los tatuajes en su garganta se
retorcían mientras él hablaba con un demonio Seminus vestido con un
uniforme negro de paramédico.

Nate espero que el abrasador y fulminante odio cayera sobre él, del
modo en que siempre lo hacía cuando pensaba en el hombre que le
había quitado su mortalidad. Pero nada sucedió. Nate había fantaseado
con encontrar al bastardo y desmembrarlo lentamente, haciéndole pagar
por lo que le había hecho.

Ahora... ahora Nate se sentía extrañamente tranquilo de ver al macho.


La persona a la cual Nate realmente quería ver era Lena, y hasta ahora,
ella no aparecía.

Nate.

Ella podría estar desaparecida, pero su dulce voz era un suave susurro
en su cabeza. Cerrando sus ojos, permitió que el macho que lo había
convertido en vampiro desapareciera de su vista, y se concentró en
Lena, deseando haber tenido una oportunidad de hacer el amor con ella.

Nate.
129

Respiró, y capturó una bocanada de la refrescante fragancia única de la


sedosa piel de Lena. Rodando su cabeza hacia un lado, abrió sus ojos
Página

otra vez. Ella estaba de pie junto a él, vestida con un uniforme morado,
jugueteando con una bolsa de sangre IV. Y estaba usando su
estetoscopio.

—Hey —Su sonrisa se envolvió alrededor de su corazón, él le devolvió


la sonrisa como un tonto perdidamente enamorado—. Era hora de que te
despertaras. Tan pronto como esta bolsa se vacíe, deberías estar otra vez
casi al 100 por ciento.

—Estás... —Él tuvo que aclarar su garganta, la cual parecía no haber


tenido uso durante un año—. ¿Estás bien?

—Eidolon me curó apenas llegamos. Hace dos días, en caso de que te lo


estuvieras preguntando —Ella tomó su mano, su palma cálida dándole
calor—. Por un momento allí, pensé que te perdería.

Él había pensado lo mismo. Pero luego ella había salido de la nada, toda
pelaje y colmillos, y... —Te transformaste —él susurro—. Te vi —En
lo que se había transformado estaba fuera de cuestión. Él nunca había
visto ningún canino tan enorme y hermoso.

—Soy libre, Nate —Su voz estaba llena de deleite, como la excitación
de un niño—. Voy a vivir.

Nate se empujó sobre su codo. — ¿Como sucedió?

El sonido de una garganta aclarándose hizo voltear la cabeza de Nate.


130

Un hombre de cabellos oscuros con uniforme y una bata blanca de


laboratorio estaba en la puerta.
Página
—Parece que nuestra Vladlena es una extraña clase de híbrido. Estoy
molesto de no haberlo pensado antes.

— ¿Por qué tenías que hacerlo? —preguntó ella—. Mi padre me dijo yo


era su hija.

—Él también dijo que habías nacido en forma humana. No relacioné


eso junto con tu incapacidad de cambiar.

— ¿Híbrida? —preguntó Nate.

Ella asintió. —Al parecer, mi madre se apareó con un lobo el mismo día
que también se apareó con una hiena, el cual pensé que era mi padre.
Quien es mi padre —Hubo un momento de silencio antes de añadiera—
. Él podría haber sido un malvado hijo de puta, pero fue bueno
conmigo.

—Tendrás que contarme sobre él algún día —dijo Nate, y ella le dio
esa sonrisa que lo sacaba de balance de nuevo—. ¿De modo que dos
especies diferentes pueden producir descendencia? ¿Y cómo es que tus
otros hermanos son hienas?

Eidolon intervino. —Las camadas pueden tener múltiples padres. En


cuanto a la cría entre cambiaformas de especies diferentes... en la
mayoría de los casos, no sucede. Sin embargo las hienas son la única
131

raza de cambiaformas que puede en algunas ocasiones engendrar con


ambos, felinos y caninos, aunque los cachorros generalmente nacen
Página

muertos. Aquellos que sobreviven al nacimiento rara vez viven más allá
de su niñez. Nunca había oído nada de uno que llegara hasta la edad
adulta —Él se froto la mano contra la cara—. Apuesto a que el hecho
de que tu padre era un médico te salvo tu vida. Él dijo que tú y Vaughn
se enfermaban mucho cuando eran bebes. Aunque él no sabía por qué se
enfermaban, fue capaz de tratarlos.

Los dedos de Lena acariciaron el dorso de la mano de Nate


ausentemente. — ¿Qué me hizo finalmente ser capaz de transformarme?

—La adrenalina —dijo Eidolon—. Probablemente combinada con una


emoción fuerte. Fuera lo que fuese, te dio poder para atravesar esa
barrera que tenías —Un alboroto comenzó afuera de la habitación—.
Esa es mi señal, Nate, deberías alimentarte lo más pronto posible, y
tómalo con calma por un par de días. Fuera de eso, ustedes dos pueden
irse. Lena, llámame luego.

Al segundo en el que el doctor se marchó, Nate se arrastró hacia arriba


enjaulando a Lena entre sus brazos, y la tiró hacia abajo encima de él.
La punzada de dolor en su pecho valía la pena tan solo por tener el
cuerpo de ella contra el suyo. —Lo siento, Vladlena —La miró
fijamente a los ojos, rogando que pudiera ver el intenso arrepentimiento
en los suyos—. Siento mucho haberte metido en este lío.

Ella sacudió la cabeza, haciendo que su trenza golpeara su cuello


132

suavemente. —Yo no. Quiero decir, podría haberlo logrado sin casi ser
asesinada, pero gracias a eso, fui capaz de cambiar. En realidad, estar en
Página

esa arena salvó mi vida.


—Maté a tu hermano.

Su mano subió hasta ahuecar su mejilla. —Él me habría matado si tú no


lo hubieses hecho.

Gracias a los dioses que ella se sentía bien con lo que él había hecho,
porque él no se retractaría incluso si pudiera. Ese bastardo merecía
morir. Una repentina llamarada de pánico lo atravesó mientras venían a
él todos los sucesos ocurridos en la arena.

— ¿Que le paso a Fade? Y el club. Mierda... Marsden...

—Marsden está bien —ella le aseguro—. De hecho, él estuvo aquí hace


un rato para ver como estabas. El Gladius ha sido cerrado, y Fade está
muerto.

Si tan sólo eso fuese cierto, y la realidad era como el agua sobre las
llamas. El demonio cazaría a Nate y a Lena hasta los confines de la
tierra. —Él puede ser resucitado.

Una sonrisa maliciosa se posó sobre sus labios, alborotando las brasas
del fuego que acababa de ser avivado. —Sin reconoció su especie de
demonio. Sus restos están siendo almacenados en la morgue hasta que
podamos identificar y matar a su vivacant.

Maldición, Lena y sus colegas eran asombrosos. —Yo puedo ayudar


133

con eso —Él la beso, un rápido toque de sus labios sobre los de ella—.
Oh, hey, quiero encontrar ese vampiro que vi hace poco.
Página
—Vas a tener que ser más específico —replico ella con ironía—. Este
lugar está infestado con la raza colmillitos.

—Alto. Rubio. Usando armadura. Él es el tipo que me convirtió —Él la


beso otra vez, esta vez el tiempo suficiente para hacerse una idea del
brillo de labios sabor melocotón que usaba—. Quiero darle las gracias.
Nunca pensé que diría eso.

Ella frunció el ceño.

—El único hombre que he visto que concuerda con esa descripción no
es un vampiro. Él es uno de los cuatro Jinetes del Apocalipsis.

Nate soltó un bufido. —Sí, claro.

—De verdad —Ella sacudió su cabeza y su inocente piel adquirió un


rubor encantador que pudo haber despertado ciertos celos si Nate no
estuviera... tan inestable—. Su nombre es Thanatos. Él estuvo aquí hace
poco tiempo.

Sí, eso fue suficiente para marearlo.

— ¿Esos tipos son reales?

—Mucho.

Nate dejó salir un suspiro aturdido.


134

—Entonces puede que no haya visto a mi creador. Debí estar


Página

alucinando.
Cerrando sus ojos, enterró su cara en el cuello de Lena, capturando las
suaves notas florales de su champú y su jabón. Ella olía a limpio, como
una ducha, y de repente, todo en lo que podía pensar era en tenerla bajo
un chorro de agua caliente, desnuda, con sus manos enjabonando cada
centímetro de su piel.

—Entonces, ¿Quieres registrar el hospital para ir en busca de tu señor?


—preguntó ella, su voz un murmullo ronco—. ¿O prefieres ir a casa?
Porque yo sé lo que elegiría hacer.

Él también sabía. Durante doscientos años había buscado a su creador,


y ahora, se dio cuenta, que ya no importaba. El pasado ya no era
importante. Solo el futuro contaba, y se iba a asegurar de que ese futuro
incluyera a Lena.

***

Vladlena estaba a punto de tener sexo. Ya era la maldita hora.

Antes de dejar el hospital, Nate había tomado un baño y se había


vestido con un uniforme de hospital para el viaje a casa. Luego ellos
tomaron una Harrowgate hasta la residencia de él, una hermosa finca en
135

la campiña francesa. En un principio ella se había sorprendido por su


Página

casa, esperaba que él fuera un hombre de ciudad con un apartamento


moderno. Pero con el paso de los minutos, su muy acogedor pero
funcional mobiliario y su decoración masculina iba cobrando tanto
sentido como un león con una melena. Era como si al haber cruzado el
umbral él hubiese cambiado de un vampiro tenaz y siempre alerta en un
macho a gusto dentro de su propio territorio.

También notó que incluso cuando él estaba relajado, haciendo fuego y


sirviendo copas de vino, nunca había dejado de observarla, su mirada se
iba haciendo más caliente cada segundo, hasta que ambos cayeron en
combustión y terminaron desnudos sobre la alfombra frente a la
chimenea.

Lena ni siquiera recordaba cómo se habían quitado la ropa. No


importaba. Lo único que importaba era que ellos estaban entrelazados
tan apretadamente que dudaba que pudieran alguna vez separarse. Las
musculosas piernas de Nate estaban entre sus muslos, empujando contra
su núcleo con la presión más decadente que aliviaba el punzante dolor y
la hacía retorcerse por más.

Vladlena podría haber sido sobreprotegida, podría haber sido un poco


ingenua. Pero ella había tenido orgasmos, tanto por sí misma como por
la mano experta de Nate. Y ahora que sabía cuánto mejor sería llegar al
clímax con un hombre que rezumaba sexo con cada fibra de su ser, su
instinto de caza se había comprometido.
136

Y Nate era su presa.


Página
—Ahora —rogó ella, deslizando su mano desde su pecho hasta su
vientre llevándola más abajo.

Él sonrió contra la piel de su seno, tomándose un descanso de los


enloquecedores golpecitos que daba su lengua sobre su pezón.

—Cómo pude pensar alguna vez que eras muy inocente para mí, está
más allá de mi entendimiento.

Ella se arqueó, rodando sus caderas en una descarada invitación.

—Vamos a deshacernos de toda duda.

Riéndose, él puso sus labios sobre su pecho con un beso de boca abierta
que incluía un montón de lengua sedosa. Era asombroso, pero no era lo
que ella quería, y empuñó su pene para mostrarle lo que sí quería. Él
siseó de placer acompañado de una mordida devastadora con la punta de
sus colmillos sobre su piel, y dioses ella casi se vino. Un orgasmo se
construyó de la nada sin previo aviso, y ella tuvo que resistirse a la
tentación de montar su pierna hasta su terminación como una
cachonda... bueno... como una loba cachonda.

Esas habían sido noticias impactantes, pero tenía sentido, se había ido
esa molesta voz que siempre le había dicho que ella era diferente. Ahora
sabía por qué, y no le importaba como había sucedido y tampoco le
137

importaba saber quién era su padre biológico. Siempre había vivido en


el presente, y ahora mismo, el cuerpo duro de un vampiro sexy la estaba
Página

besando camino abajo por su vientre.


Se quedó sin respiración en el momento en que él fue más abajo,
presionando un largo beso en el surco entre sus piernas y su sexo.
Bueno, ella pensó que ya se había preparado para esto, pero de repente,
su corazón golpeaba sus costillas, sus pulmones se habían convertido en
cemento, y...

Él le dio una lamida. El dorso de su lengua fue directo hacia su centro,


y ella se fundió en un charco líquido de necesidad. Se retorció, insegura
de cómo manejar esta situación, pero las manos de él se dispararon
hacia arriba para mantenerla quieta, un brazo tendido en gran medida
sobre su pelvis y el otro abriendo su carne hinchada para las embestidas
de su boca.

Obviamente, Lena no tenía experiencia alguna respecto al sexo oral, así


que no tenía ningún marco de referencia cuando se trataba de
habilidades. Sin embargo cuando Nate hundió un dedo dentro de su
centro y empujó sus labios sobre el núcleo de su placer, ella tendría que
catalogarlo como realmente, espectacularmente, altamente calificado.

Se agitó y retorció bajo su agarre, y estalló en el orgasmo que había


estado avivándose. Él la hizo explotar con las largas barridas de su
lengua y succiones intensas a su clítoris.

Estaba segura de que había gritado su nombre, y luego él estaba encima


138

de ella, su hermoso cabello cayendo sobre su piel haciéndole cosquillas,


la punta de su pene suspendida en su entrada.
Página
Su mirada atrapó y mantuvo la suya propia, rebosante de preocupación
y calor fundido.

—No tengas miedo —susurró él.

—No lo tengo —Ella enmarco su rostro con ambas manos y miro


profundamente a sus ojos—. Quiero esto más que cualquier cosa.

Lentamente, él bajo su boca hacia la de ella. Su cuerpo entero temblaba


con anticipación mientras su boca se presionaba contra sus labios. A
pesar de que justo acababa de tener un orgasmo de clase mundial,
levantó sus caderas, queriendo su posesión.

—Shh —murmuro él—. Ya casi —Aparentemente, él estaba tranquilo,


bajo control, pero el ligero temblor en su voz lo delató. Esto lo estaba
afectando a él tanto como a ella.

Ella se abrió a él... su boca, sus piernas, todo su ser. Con ternura y
lentamente, su boca se apoderó de sus labios, acariciando, penetrando y
luego retirándose. Estaba perdida con el vaivén, tan perdida que apenas
notó la cabeza de su pene empujando sobre su entrada.

—Tan... apretada... —Su voz era ronca y grave, y sabía que él estaba
luchando por controlarse—. ¿Te estoy lastimando?

—Ni de cerca —Agarrándose de sus poderosos hombros, le clavó sus


139

uñas, amando la manera en que lo hizo sisear con aprobación y empujar


más profundo en ella.
Página
—El cambio... —Él enterró la cara en su cuello y se estremeció, su gran
cuerpo jadeante, como si el solo esfuerzo por mantenerse quieto lo
estuviera matando.

—Rompió mi himen —Su pene se movió dentro de ella, alcanzando


puntos sensitivos que la hicieron ir en busca de aire—. Por favor, Nate.
Ahora.

Sus caderas se empujaron hacia adelante, asentándolo del todo dentro de


ella. Resopló por la sensación de sentirse tan llena y estirada, pero
definitivamente no era una sensación desagradable. Justo lo contrario,
cuando él comenzó a moverse, lentamente al principio, y luego con más
urgencia, energía erótica se derramaba sobre ella, en ondas cada vez
más grandes, creciendo con cada estocada.

Ella se arqueó hacia él, envolviendo sus piernas con fuerza alrededor de
su cintura para alcanzar su ritmo. Él levantó su cabeza para mirarla a
través de sus parpados entrecerrados, el azul de sus ojos brillando detrás
de ellos. Danzando con la luz proveniente del fuego, sus fuertes
músculos agrupándose y flexionándose, su tensa carne moldeándose
bajo su piel perfecta.

Esto era tan hermoso, más de lo que ella jamás hubiese imaginado.
Incluso su peso sobre ella era increíble, todo lo contrario a su feminidad,
140

algo que la hizo sentir protegida.


Página
La velocidad de sus estocadas aumentaba, y el cuerpo viril se
estremeció. Oh... sí. Justo.... ahí. Echando la cabeza hacia atrás, ella
respiró rápidamente por el súbito y devastador éxtasis que se enroscaba
en su interior. Del pecho de Nate salió un sonido profundamente
desesperado, enviando una oleada de pasión perturbadora a través de
ella. Se ancló contra él con una urgencia tan salvaje, que parecía que él
sacaba la parte más pecaminosa de ella.

Estaba en el borde del orgasmo, quemándose al rojo vivo, y cuando él


bajo la boca a su garganta, con las puntas de sus colmillos descansando
sobre su piel, prácticamente le rogó que la mordiera. Después de todo,
Eidolon le había ordenado alimentarse lo más pronto posible.

—Gracias —siseó él, pero en lugar de morderla, su lengua se batía


sobre su vena—. Oh dioses, Lena... estamos... hechos el uno para el
otro.

Ella también creía ferozmente en eso. Encajaban juntos a la perfección,


y ella quería hacer un montón de esto, muy seguido.

Finalmente, él hundió sus dientes en ella. Lava fundiéndola, una fiebre


de placer burbujeaba por toda su piel y desataba el fuego en su interior.

El orgasmo barrió con ella de arriba abajo, tan solo podía sentir a Nate.
Luego vino la liberación de Nate, era tan poderosa como la suya, si la
141

forma en que arremetía contra ella con incontrolables estocadas era un


indicio.
Página
Paso el tiempo suficiente para que ella se pudiera correr otra vez, sus
caderas saliéndose de la alfombra y el nombre de él saliendo de sus
labios.

Abruptamente, cayó sobre ella, aunque cambio su peso para evitar que
ella lo tomara todo. Y lo tomaría, con mucho gusto. Pero de esta manera
también se sentía bien. Él permanecía dentro de ella, y ella acarició su
musculosa espalda y le agradeció sin decir palabra alguna.

Después de un momento, él rodó sobre su costado y la acomodó de


manera que quedaran cara a cara, bañados por el cálido resplandor del
fuego. Tocó su cara, su pulgar acariciando su pómulo con movimientos
perezosos, tranquilizadores.

— ¿Te hice daño?

—Ni una pizca.

Una mirada posesiva se centró en ella.

—Trabaja para mí.

Whoaa. Bueno. No eran las palabras que había esperado oír.

— ¿Qué? ¿Quieres decir cómo, en el Thirst?

—Es mío ahora. Ese era el trato con Fade. El Thirst y el Gladius son
142

completamente míos.
Página

Un yunque cayó sobre su pecho. —El Gladius.


Él sonrió.

—Desmantelarlo será la primera cosa que haga. Pero he puesto mucho


trabajo en ese club. Es un lugar decente, y te quiero allí. Quiero que te
hagas cargo de la estación médica.

No podía negar que la oferta era tentadora. Tener independencia... algo


para sí misma... era lo que siempre había querido. Pero también le debía
mucho al Underworld General, y con la forma en que el inframundo se
estaba saliendo de control, no se podían dar el lujo de perderla.

—Ya tengo un trabajo —suspiró ella.

—No tienes que decidirte por alguno de los dos. Trabaja en el UG, pero
también supervisa el personal y la estación médica en el Thirst. Puedes
contratar a tus colegas del hospital a medio o tiempo completo. Puedes
utilizar el Thirst como campo de entrenamiento. No me importa. Es tuyo
para hacer con él lo que quieras.

Cerrando los ojos, dio las gracias a quien fuera que la estuviera
escuchando cuando ella encontró a este hombre. Los instintos caninos
que ella ni siquiera sabía que tenía, habían de alguna manera detectado
que detrás de ese caparazón duro que mostraba él en el exterior, se
encontraba un vampiro adorable y protector, incluso cuando era un
completo idiota. Y ahora entendía el motivo por el cual en algunas
143

ocasiones se había comportado como un bastardo.


Página

Pero eso no significaba que ella lo dejaría tomar sus propias decisiones.
— ¿Y bien? —Él depositó sus labios tiernamente sobre los de ella—.
¿Qué dices?

Abrió sus ojos.

—Lo haré, pero con una condición.

Él arqueó una ceja negra. — ¿Y esa sería?

—Yo no trabajo para ti. Trabajo contigo. Todo lo referente al ala


médica será completamente mío.

—Mujer —dijo él, presionando una serie de besos a lo largo de su


mandíbula—, puedes tener lo que sea que quieras. Te lo debo.

— ¿Por qué? —Reacomodó el ángulo de su cabeza para darle mejor


acceso, porque eso se sentía tan... condenadamente... bien.

—Por salvar mi vida —Su voz quedándose en un hipnótico y ronco


ronroneo, y en contra de su cadera ella sintió su eje removiéndose—.
Por darme una vida. Estaba muerto antes. Tú me trajiste de vuelta,
Enfermera Lena.

Ella se movió para poder acariciar la oreja de él.

—Tú hiciste lo mismo por mí. Entonces, ¿A dónde iremos desde aquí?
144

—Si me aceptas, todo el camino.

— ¿Hasta el final?
Página
Él se empujó sobre sus codos y rodó para quedar montado encima de
ella. Mientras lo recibía dentro de su cuerpo, él cerró su mirada sobre
ella, sus ojos resplandeciendo con pasión y promesa.

—Hasta el final.

FIN
145
Página
Carta de la Autora
Querido Lector:

No puedo alcanzar a decir cuan increíble es haber incluido en mi


proyecto a uno de mis autores favoritos. Espero que hayas disfrutado de
mi historia, y si es así, puedes encontrar más libros sobre el mundo de
Lena y Nate en mis series Demoniaca y Lords of Deliverance. En la
serie de Lords of Deliverence, la cual se enfoca en los cuatro Jinetes del
Apocalipsis, aprenderás más sobre el señor de Nate y su posición como
daywalker.
146
Página
Agradecimientos
Una traducción de

Mis agradecimientos a cada una de las personas que hicieron posible


este proyecto: Daya, Mir, Felipe (Participación especial), Kuljizh,
Araceli y Marie, Gracias porque sin el aporte de cada una de ustedes,
este libro no estaría terminado, y muy especialmente agradezco a Lety
por conseguirnos con tanta celeridad el libro en Ingles.

Gracias a todas por todo el apoyo entregado.

Kitty
147
Página

También podría gustarte