Karla trabajaba en una Institución financiera. Se trata de una mujer
formal, que aporta una buena parte del ingreso de su hogar. Excelente promotora, con calificaciones altas por parte de sus clientes.
En un principio mantenía una relación cordial con sus compañeros de
trabajo y jefe. Conforme pasó el tiempo fueron integrándola a su dinámica fuera de la oficina: fiestas, comidas y la copa del jueves por la noche. Karla se acopló al equipo.
Pero por sus compromisos personales no podía asistir a todas las
celebraciones y salidas. Ahí empezó a notar que en las ocasiones que no los acompañaba, al día siguiente castigaban, dejándole de hablar o entorpeciendo su trabajo. Las reprimendas llegaron a tal punto, que se burlaban de sus comentarios en las juntas, incluso delante del jefe.
Cuando ella se acercó con el director para comentarle lo que ocurría,
el susodicho la calificó de aprehensiva y exagerada. Pero conforme pasaba el tiempo, las burlas y molestias no cesaban. Aunque volvió a hablar con su jefe, éste la ignoró de nuevo. Acudió al área de recursos humanos, pero ahí le dijeron que había pocas pruebas para establecer algún tipo de represalia.
Finalmente, Karla optó por renunciar. Afortunadamente, por su alto
perfil, se enganchó muy pronto en un nuevo empleo. Y es que a veces es preferible no desgastarse en ambientes en los que, por cualquier razón, no se encaja y no es posible modificar. Análisis Al revisar el caso de karla, pudimos encontrar varias situaciones en las cuales, el jefe y los trabajadores estarían involucrados.
Se trata de un tipo de acoso laboral denominado maltrato laboral, que se identifica
gracias a que por no contar con el mismo tiempo libre que sus compañeros, Karla se expone a que estos empiecen a hacer juicios y a propiciar espacios para burlarse y hacerla quedar en ridículo. El jefe se ve involucrado directamente cuando ella acude a el para contarle la situación y pedirle ayuda, a lo que hace caso omiso como si no fuera importante, lo que lo convierte en parte importante del acoso.
Recomendamos a Karla, en primera instancia, a seguir un conducto regular que
debería tener la empresa donde labora. Si en gestión humana igualmente es ignorada podría instaurar una demanda en contra de la empresa, donde exponga su caso a un abogado y renunciar como lo hizo ya que, quedándose con los mismos compañeros, seguiría expuesta a que el acoso continúe y que su abogado exija que se presenten unas excusas a su cliente y la respectiva indemnización por el daño a su integridad moral. También en caso de que sea necesario, sea pagado a Karla un psicólogo.