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ALEXANDRE VOLGUINE ASTROLOGIA LUNAR j iP coleccién Pronéstico La luna, milenaria viajera del espacio, acunéd los suefos de poetas e iluminados, transmitiendo a través de sus frios resplandores, mensajes que concitaron el misterio y esparcieron, de diverso modo, innimeras explicaciones atinentes a mareas, alumbramientos, cosechas, guerras... En fin miedo de una humanidad sufriente que buscd en las alturas, afanosa, febril y empecinadamente, una respuesta a tanta incégnita sideral, un alivio a tanto humano desconsuelo. El siglo XX tuvo el privilegio de entrar en contacto material con la fantasmal Selene, sin que los descubrimientos hasta ahora logrados (gracias a la magia de una avanzedisima tecnologia), afiadan una sola linea sobre el tema astrolégico, tan antiguo y subyugante como la historia misma de la humanidad. A. Volguine nos aproxima a una vi més pragmitica de este tépico, en este ensayo de reconstitucién del antiguo sistema astrolégico, cuyo valor innegable corrobora con ejemplos precisos, de acuerdo con la tradicién arabe y occidental. .. El autor, identificado plenamente con este método, rene una cantided apreciable de comentarios y ejemplos sobre la division horoscépica en veintiocho moradas y veintiocho casas, cuya influencia es muy real y se verifica a diario. La intencién de Volguine consiste en efectuar aqui un estudio astrolégico, proveyendo los medios adecuados para emplear este sistema olvidado en el trabajo astrolégico corriente, y propendiendo a una profundizacién de su significacién esotérica. ASTROLOGIA LUNAR constituye un libro de notable actualidad, de facil lectura y claro estilo expositivo. La incorporacién, en esta e argentina de comentarios complementarios especialmente seleccionados por su autor, acuerdan a la obra de A. Volquine un caracter particularisirno por la calidad del método practico que aporta, y por las actualizadas referencias que pone al alcance de todos. in Dibyjo de le tape BALDESSARI 0427-0 Del mismo autor: La Técnica de las Revoluciones Solares La Utilizacién del Tarot en la Astrélogia Judicial Los Astros Hablan El Simbolismo de la Vida Legendaria de Moisés Sea Usted su Propio Astrélogo La Astrologfa entre los Mayas y los Aztecas La Interpretacién Astrolégica de los Suefios El Esoterismo de la Astrologia Los Encuadramientos del Sol, la Luna y los Angulos ASTROLOGIA LUNAR A. VOLGUINE ASTROLOGIA LUNAR Ensayo de reconstitucién del sistema astrolégico antiguo Método préctico que permite aportar a la interpretacién corriente, nuevas precisiones Versién espafiola de le 3* edicién francese por BORIS CRISTOFF CUARTA EDICION Editorial KIER S.A. Av. Santa Fe 1260 1059 - Buenos Aires Titulo original francés Astrologie lunaire Ja. edicién francesa: Les Cahiers Astrologiques, Nice, 1936 3a. edicion francésa: Les Cahiers Astrologiques, Nice, 1947 Ediciones argentinas: Editorial KIER, S.A. - Buenos Aires afios: 1971 - 1977 - 1982 - 1989 Libro de edicién argentina ISBN: 950-17-0427-0 Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723 © 1989 by Editorial Kier, S.A. - Buenos Aires Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Al senor Nicolds, amigablemente. AV. PROLOGO DEL TRADUCTOR En ésta, mi segunda traduccién de Alexandre Volguine (la primera fue “La Técnica de las Revoluciones Solares”), para Ja firma KIER S.A., reitero las mismas consideraciones acerca de la prolificidad y amplitud de este astrélogo rusofrancés, en el que se atinan a la yez el conocimiento, la investigacién y la creacién. Los lectores podrdn apreciar al leer el ultimo capitulo de este volumen que su contexto no pertenece a la obra original en francés, ya que el mismo autor ha querido que sea esta primera edicién argentina la tinica, por ahora, que posca ese agregado, escrito originalmente para la revista tradicional de mayor importancia actual: “Les Cahiers Astrologiques”, entre cuyos suscriptores figura, nada menos, que cl Instituto de In- formaciones de la Academia de la U.RSS. El valor que considero tiene esta obra sobre Astrologia Lu- nar, es el de permitirnos concebir de qué modo se valen los orientales para llegar a conclusiones interpretativas valederas, que Volguine, con no poco trabajo, pudo relacionar con ejemplos de diversas colecciones de temas horosedpicos, y lograr de ese modo comprobar el efectivo paralelismo en los rendimientos de Oriente y Occidente. Por otra parte, verén los lectores el exhaustivo desbroce que el autor realiza con elementos arqueolégicos, costumbristas, folk- Iéricos y otros, para acceder al elemento astrolégico, y aunque las citaciones puedan parecer excesivas, eso es mis necesario en esta disciplina que en cualquiera otra, ya que hemos sido deja- dos de la mano de Dios por cient{ficos, arquedlogos y editores desde 1666, afio en que Colbert defenestré la Astrologia. Y aun- que las citas sobre hechizos y encantamientos puedan molestar a algun espfritu purista, ello es estrictamente necesario, para que cada lector haga su propio filtraje de entre un material integral y ortodoxo, y no a través de un material ya refinado, que invo- luntariamente habrfa arrastrado algtin elemento de valor que sirviera en un futuro préximo para enriquecer nuestra actual disciplina astrolégica. Por mi parte, he introducido algunas breves notas aclara- torias que pudieran hacer més viable la comprensién de esta Astrologfa Oriental, ya de suyo tan exética y extrafia a nuestra modalidad. Boris CrisToFF Montevideo, agosto de 1970 PREFACIO DE LA TERCERA EDICION Hay temas que pueden ser desarrollados al infinito. El de la ASTROLOGIA LUNAR es indiscutiblemente uno, y este libro no pretende ni por asomo desbordar este tema, aunque esta ter- cera edicién es mucho mds completa que las dos primeras. Han habido varios enfoques nuevos, y ha sido aumentada con dos capitulos sobre “Los horizontes de la Astrologia Lunar” y “Las trazas de la Astrologia Lunar en el Shivaismo”. Quedan todavia muchas cosas por decir sobre este sistema © los sistemas derivados, pero es imposible reunir todos los documentos en un solo volumen, sin impedir que ello tome di- mensiones desmesuradas, y por ese hecho, queda fuera del alcan- ce de la mayor parte de los investigadores. Este libro no repite, por ejemplo, lo que nosotros ya hemos dicho sobre el tema del Znrdiaco Lunar de la América Precolombina en nuestra “Astro- logfa de los Mayas y los Aztecas”, ni las precisiones reunidas en nuestro estudio sobre “Quelques adaptations locales de L’Astrologie Lunairc'. De todos modos, tal como esta, este volumen contiene todos los datos esenciales. 20 de febrero 1947 1 En los “Cahiers Astrologiques”, 1946, n? 2. PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION La exposici6n del sistema astrolégico lunar que constituye el sujeto de esta obra, ha conocido un éxito tal que en tres meses Ja primera edicién ha sido agotada. Esto es tan inesperado para mf ya que las publicaciones astrolégicas son para una pequeiia minoria. No me atribuyo este éxito. Este se explica facilmente por el hecho de que todas las personas al corriente de la Astrologia han presentido intuitivamente Ja insuficiencia del sistema exclusiva- mente solar. El binario es la ley fundamental del Cosmos; el templo siempre estuvo sostenido por dos columnas —Jakim y Boas—; las manifestaciones de la polaridad encarnada en esas columnas, blanca y negra, son universales y se encuentran en todas partes por lo que, terde o temprano, Ja Astrologia deber4 otorger a la Luna el lugar que le corresponde. La verificacién de los datos contenidos en esta obra, rinde tantos resultados como los de cualquier manual corriente de Astrologfa clasica. Antes de publicar este libro, yo empleaba estas reglas en la interpretacién de cada horéscopo para enterar- me de su valor, para completarlos y para rechazar ciertas atri- buciones erradas, como por ejemplo, la atribucién por los hin- dies de Ja felicidad en la 2# morada. Las cartas que recibf después de la publicacién de esta obra, prueban el buen funda- mento de este sistema. “Las indicaciones concernientes a las casas de la Luna son exactas”, me ha escrito uno de mis corres- 13 ponsales, H. P.: “He podido constatar sobre alrededor de 200 temas que poseo, que esas indicaciones son valederas...” Me permito citar esta carta, ya que todas las otras hablan de la verificacién sobre un ntimero de casos més: restringido. Entonces, la Astrologia Lunar deberd ser usada en cada es- tudio astrolégico. Evidentemente, todo no deberfa ser tomado al pie de la letra (como en cualquier otra parte, no importa sobre qué indicacién), pero estos datos y reglas forman un fac- tor horoscépico muy importante y no deben ser desechados en el estudio sintético de un hordéscopo. Si por ejemplo, muchas indicaciones, como el Ascendente en Aries y Marte en cuadratura al Sol y Urano, anuncian la impulsividad y la violencia, mientras que la morada lunar de- signa un hombre afable —el sujeto serfa de todos modos eviden- temente impulsivo, aunque esta impulsividad sea algo atenuada por la Luna. Pero eso es el ABC de la sintesis habitual. Algunos lectores y aun criticos de la Astrologia Lunar pare- cen confundir a la Luna en su estado invisible 0 de Hécate a la cual se ha consagrado el tiltimo capitulo de este libro, con la luna hipatética Hamada Lilith, que parece atraer cada dia més la atencién de los investigadores (si se puede juzgar por el ntimero de articulos que se le dedica en todos los paises). Todo leetor atento comprenderé que no hay ninguna relacién entre el satélite hipotético y las casas de Hécate; pienso que la esfera negra de los ocultistas, ese cono siniestro de sombra que la Tierra arrastra detrds de ella, y donde se encuentra la reserva abominable desde donde se vuelcan sobre nuestro globo las fuer- zas negras, est4 localizado en Heécate. Esta nueva edicién conlleva varios desarrollos que aclaran la exposicién y la hacen més completa; esperamos que seré acogida con tanto entusiasmo como la primera. A. Vv. 31 de agosto 1936 14 INTRODUCCION Hay en la Astrologfa moderna una laguna, un ilogismo qué hiela, Es el rol reservado a la Luna. El Sol y la Luna tienen sus discos aparentes del mismo tama- fio. Su influencia sobre Ja vida en nuestro globo, sobrepasa en mucho a Jas influencias planetarias, ya que los luminares orga- nizan, por decir asf, esta vida (gno son ellos la base de todos los calendarios?). En la Astrologia del Extremo Oriente, ellos no entran en el rango de los cinco elementos planetarios, porque forman Yank, el dragén blanco, el principio activo; e Yn, el dragén negro, el principio pasivo, que existen en cada elemento planetario y representan las polaridades césmicas comparables a la division de la humanidad en dos sexos. La vida terrestre depende enteramente de esos dos princi- pios, ya que toda germinacién, generacidn, desarrollo de simien- tes y nutricién, no es mas que el producto de la reaccién de un principio célido encamado en el Sol, sobre un principio hame- do de la Luna. Todo el Universo, astrolégicamente hablando, existe gracias a la accién combinada de esos dos principios, de Yank e Yn, pero no la encontramos bajo ninguna forma, a esta gran ley del equilibrio césmico, en el sistema moderno de la Astrologia, tal como es practicado en Europa, ya que nuestro sistema es profundamente solar. 15 La influencia del Sol en Astrologia se divide en tres planos: planetario, zodiacal y terrestre, ya que las doce casas horoscépi- cas y los doce signos del Zodiaco son ante todo de esencia solar, no estando en suma, més que la influencia del Sol concretada (o reflejada) por la érbita terrestre. Si los signos del Zodiaco no fueran de esencia solar, ellos soportarfan fatalmente cambios perpetuos en sus naturalezas, debidos al desplazamiento de las constelaciones. Esta division de su influencia permite colocar al Sol en el mismo nivel que Mercurio, Venus o Plutén. Pero, ¢y la Luna? ¢Puede uno rebajarla al nivel de la fuerza de un planeta invisible al ojo humano como Plutén o Mercurio, cuando constatamos a cada instante sus formidables efectos fisi- cos, como por ejemplo, su influencia sobre las mareas y la vege- tacién? La Astrologia antigua conocfa bien el Zodfaco Lunar y las casas de esencia lunar —lo que divide la influencia de este astro de la noche, en tres planos parecidos a los planos de influencia del Sol. Sin esta divisién, el lugar reservado a Ja Luna en el rango de los planctas, es totalmente incomprensible. Los antiguos posefan toda una Astrologfa basada tinicamente sobre Jas relaciones del Sol con la Luna, y nos han legado no pocos documentos de todos los paises, comprendidos aquellos del Medioevo, sobre el tema de las 28 casas y las 28 moradas lunares. Prefiero esta ultima expresiin tomada de un ma- nuscrito m4gico?, a los nombres més corrientes de “estacio- nes”, “signos” o “paradas” de la Luna, ya que esta expresién traduce mejor las denominaciones antiguas. En los chinos, por ejemplo, esas divisiones Hevaban Ja denominacién gené- tica de sieou, y el cardcter chino que los designa y puede pro- nunciarse su, significa una posada para la noche, y puede tra- 1 Picatrix, “La Mave de las claviculas”, 1256, manuscrito de Ja Biblioteca del Arsenal. P. Piobb ha -reproducido varios pasajes de este manuscrito en su “Formulario de la Alta Magia”. 16 ducirse por el verbo reposar®. Nuestro nombre de morada’, se acerca mucho més a la nocién expresada por sieou que todos los otros términos aplicados por diversos autores a esta divisién del cielo en 28 partes. La antigiiedad de este sistema es indiscutible, pues ya los investigadores en temas hindues, prueban que los nakcha- tras existian en la India desde el perfodo védico, mientras que los sieou chinos, se remontan, segin todo parecer, al tiempo de Yao, es decir a 24 siglos de nuestra era. Muy posiblemente, los arabes recibieron ese sistema de los chinos por otros inter- mediarios que los hindies. En fin, Ja Biblia conocia esos 28 sectores como Mazzaloth y mazzaroth* —palabra que suena al manazil rabe, que algunas traducciones han reemplazado, probablemente para una mejor comprensién, por los signos del Zodiaco. “No me parece imposible, —dice L. de Saussure"— que el origen del Zodfaco lunar comin a diversos pafses del Asia, no se remonte a una época prehistérica mucho més lejana to- davia que el reino mitico de Fowhi...” La importancia de esta divisién completamente olvidada por los astrélogos modernos®, era en toda la antigiiedad, com- parable a aquélla de las 12 casas y de los 12 signos zodiacales de esencia solar. El Codo Sagrado o Real de la Antigiiedad, estaba dividido en 7 palmas consagradas a los 7 planetas, y 2 OF ‘Zeiwechnang der Chinesen", citado por I Snusnxe: “Les Origines de PAstronomie Chinoise”, pég. 4 OR Sa an He eaducds morede deta palabra frat.cesa: demeure. 4 El 2° libro de los Reyes, XXIII, 5; El Libro de Job, XXXVI, 32. 5 “Les Origines de L’Astronomic Chinoise”, p4g. 281. ® En toda la literatura astrolégica francesa, s6lo el curso de F. Rolt-Wheeler (66% edicién), menciona esta divisién, d4ndoles a las moradas, el nombre de casas. Lo que no hace més que aumentar la confusién que reina en este dominio. 17 en 28 dedos que estaban en relacién con las 28 moradas y casas lunares. Los 28 Izeds de la religién persa, el dios lunar Soma acompaiiado de sus 27 mujeres en los hindies, las 28 letras del alfabeto 4rabe, son las correspondencias evidentes de esas 28 divisiones universalmente admitidas. Encontramos ese numero en la Sociologia cada vez que la organizacién- social se haya inspirado en la Astrologia; tales son las 28 satrapfas del imperio persa de Ciro? y los antiguos reinos feudatarios de China estrechamente asociados a los 28 sieou (Se-Ma Ts’ien, el més grande astrélogo chino, dice en sus “Memorias His- téricas”®: “Las 28 mansiones presiden las 12 provincias: el Celemin (Gran Osa) los dirige a todos juntos. . .”). Se podria creer que el niimero de los maestros que, en la leyenda masénica, persiguen a los asesinos de Hiram, est4 ins- pirado igualmente en el numero de-las casas lunares, ya que esos 27 maestros, sucesores de Hiram, pueden ser comparadas a las 27 mujeres de Soma, pero los masones han olvidado esa relacién como los astrélogos han olvidado también Ja existencia de las 28 divisiones lunares. El 28 es el niimero de la vida por excelencia y, como la misma ley de analogfa gobierna el universo sideral y la exis- tencia de cada individuo, el ritmo lunar también se encuentra en nuestro organismo: son necesarios 28 latidos de nuestro coraz6n para que un glébulo rojo recorra todo el circyito de nuestro cuerpo. El doctor Lavezzari considera al numero 28 como la cifra caracterfstica de nuestra circulacién®. Dice muy légicamente que cada respiracién es al circuito del glébulo rojo como el dfa es a la semana, mientras que el latido del 7 Ver mi estudio sobre “L’astrologie en Perse”, en “Astrosophie, n® de agosto de 1935, 8 'T. II, pag. 405, traducido por E. Chavannes, Paris 1895. % “Rythmes Humaines, Rythmes Cosmiques”, en “Astrosophie” n? de abril de 1936, pag. 183. 18 coraz6n con respecto a todo el circuito del glébulo rojo, esté en la relacién de 1 a 28, repitiendo asf las relaciones del dia al mes. Como los glébulos blancos se desplazan 10 a 12 veces menos velozmente que los glébulos rojos, encontramos entre esos dos circuitos, la relacién entre el mes lunar y el ajio solar. El gl6bulo rojo deberfa ser relacionado al Zodiaco Lunar, mien- tras que el glébulo blanco representaria en nuestro cuerpo el Zodfaco Solar. Es intitil insistir sobre Ja significacién simbélica de las 28 moradas y casas (no olvidemos que la Antigiiedad y la Edad Media no separaban la palabra simbolo de la palabra realidad; por lo que ellos no vefan en el simbolismo las construcciones arbitrarias que uno se imagina fécilmente en nuestros dias). Nuestra meta aqui, es de hacer un estudio astrolégico y de dar los medios prdcticos para emplear estg sistema olvidado en el trabajo horoscépico corriente, y no de profundizar su signi- ficacién esotérica. Notemos sélo al pasar que H. R. Curtiss ?, dice que. las tres principales gradas de la iniciacién se presentan matematicamente de la manera siguiente: 0+1+2+3+4+4=10. Ciclo de la Naturaleza o de las con- diciones fisicas, cuyo simbolo es el cetro; (10) + 546+ 7= 28= 10. Ciclo del hombre o de la fuer- za cristica cuyo simbolo es el manto o vestimenta sacer- dotal. (28) +8+9-+ 10 =55= 10. Ciclo del superhombre o Ser Superior, cuyo simbolo es la bujfa encendida o la lin- tera de Hermes. Asi, esotéricamente, el ciclo lunar de las 28 casas y mo- radas se coloca entre el Zodfacu natural primitivo de los 10 1 “The key to the Universe”, 307. Es una de las prin- cipales obras de la fundadora de “The “Bedee of Christian Mystics”. 19 signos, cuyas trazas se encuentran en todas las tradiciones, y la Divinidad. Las 28 moradas son estables, parten de cero grado de Aries y se superponen de alguna manera a los 12 signos del Zodiaco. Ellas son mucho més simples que las casas, como los signos solares son mucho més fciles de estudiar que las 12 casas del horéscopo. Este Zodfaco lunar tenia en la antigua China un rol mucho més importante aun que el Zodiaco solar, puesto que es necesario no perder de vista que el sistema chino es pro- fundamente original y que se formé en la Alta Antigiedad, alrededor de 25 siglos antes de Cristo, independientemente del sistema babilénico Cque es el nuestro). Los antiguos chinos ligaron el Zodiaco solar con el plancta Jupiter que completa su recorrido en 12 afios, y el Zodiaco lunar con Saturno, cuya reyolucién se cumple en 28 afios. Jupiter es mas exterior, mas material que el astro pélido de Cronos; entonces, se puede suponer que el Zodfaco lunar es més esotérico y més interior que el Zod{aco solar. Esto explica por ejemplo, por qué ese Zodfaco 0, més a menudo el ntimero 28 est4 frecuentemente ligado con la iniciacién del mundo invisible. Los anamitas creen por ejemplo, que el tiempo normal entre dos encamna- ciones es igual a 28 meses. La Astrologla Hindu que nos parece ser mucho menos ori- ginal que lo que se pretende generalmente, ya que es una mezcla del sistema babilénico y el sistema chino, considera que en la vida uterina, el individuo sé desarrolla alrededor de dos centros de fuerzas 0 Chakras, uno de los cuales vital 11 Subrayemos que la Astrologia Occidental atribuye el nodo ascendente de la érbita lumar a Japiter y el nodo descendente a Saturno, y esta atribucién puede ser puesta en paralelo con esa rela- cién de los Zodiacos de Ja tradicién de] Extremo Oriente a estos dos planetas. 20 —Pengala— es el Lotus cardfaco de doce pétalos, una especie de trasposicién microcésmica del Zodfaco solar, mientras que el segundo —Ina lunar— no es otro que el centro humano del Zodiaco lunar de 28 moradas. Como el Sol y la Luna forman en el plano planetario los dos ojos de Vaivasvata y los dos zodiacos solar y lunar prolongan el mismo principio en el plan zodiacal, —asi Pengala e Ida son los centros de las fuerzas del desarrollo del feto humano— futuro microcosmos. En el antiguo Egipto, el Zodiaco lunar estaba simboli- zado por Osiris que habria vencido 0, a lo més, reinado por 28 afios}?, cuyo cuerpo estaba despedazado en 14 partes (ni- mero de casas de la Luna Creciente 0 Menguante) y que Tip- hon habria comenzado a separar después de la Luna Llena (lo que simboliza la Luna que pierde un trozo de sf misma cada 14 dias, que constituyen Ja segunda mitad del mes lunar). Es initil continuar estas notas que demuestran clara- mente que todas las tradiciones estan de acuerdo para atribuir una gran importancia a! sistema lunar, casi la misma impor- tancia que el sistema solar —el tinico que nosotros emplea- mos hoy. 12 Plutarco, “Isis et Osiris”, 13. 2) LA SIGNIFICACION DE LAS 28 MORADAS DE ACUERDO A DIFERENTES TRADICIONES EI desarrollo simultdneo de la Astrologia en los diferentes paises ha creado divergencias de vista bastante sensibles que desorientan a menudo a los investigadores. Este fenémeno se encuentra por otra parte en el dominio de cada ciencia. En Medicina por ejemplo, encontramos no solamente sistemas muy diferentes, casi opuestos, tales los sistemas occidentales y chinos, pero también con muy sensibles diferencias entre la medicina francesa actual y la medicina alemana, y la exis- tencia simulténea en cada pafs de dos sistemas: alopatia y homeopatia. Por tanto, no seria extraordinario que los limites de las moradas lunares, no fueran siempre las mismas en todas las tradiciones. La tradicién drabe y occidental Cque nosotros se- guimos aqui) difiere sensiblemente de ciertos documentos, pro- bablémente alterados, que dan no solamente otros limites, sino que cambian aun el nimero de las moradas que ellos estiman como 27 a 29, en lugar de 28. El sistema de los 27 nianazil existfa entre los arabes paralelamente al de los 28. Es muy probable que consideraciones de orden extraas- trolégico hayan jugado un gran rol en la determinacién del 22 numero de las moradas. Esa es por ejemplo, la opinién de Pierre Orletz que escribe: “Mi amigo, el astrélogo A. Vol- guine me dice que la revolucién lunar ha sido calculada dife- rentemente en diversos pueblos, y que aparte del Célculo de 28 dias, generalmente aceptado, en ciertas partes de la India y a veces en cl antiguo Egipto, se contaban 27 casas lunares, mientras que en ciertas tribus drabes y tuaregs, se cuentan 29.” “La revolucién sideral de la Luna en relacién al Zodfaco se hace en 27 dfas, 7 horas, 43 minutos y su revolucién si- nédica en relacién al Sol en 29 dias, 12 horas, 44 minutos.” “Yo cref que pudiera ser una cuestién de simbolismo. Unos se ataban a la idea del 3x3x3, los otros a 7x4, y los que preferfan el 29 tenian todas mis simpatias, es el ntimero al que atribuyo una importancia particular. La circunferencia dividida por el diémetro da 31415... 0 aproximadamente 22/7, donde 22 representa a la circunferencia y 7 al diémetro. La suma 22 +7 = 29, sugiere una idea de totalidad, del conte- nido y el continente juntos, del exterior con el interior, del principio y de la manifestacién...” 1. Esta opinién de Pierre Orletz desarrolla la de L. C. de Saint-Martin que dedica a esta cuestién, § XXII de los “Nom- bres” bajo el titulo de “Phases de la Lune”. Ese par4grafo dice: “3x9 = 27, factores y productos terrestres. Ese es el término visible de la Luna sobre nuestra superficie”. “4x7 = 28, factores y productos celestes. En efecto, las 4 fases dependen del aspecto del Sol. Pero no vemos aqui el 28° dia de la Luna, porque el cuaternario y el denario no per- tenecen mds a la Tierra material. Nos han sido dadas espi- ritualmente, y la materia no se apercibe. El Sol tiene su me- 1 “Reflexions sur le Symbolisme des Nombres”, en “Astrosophic” de febrero, 1935, pég. 67. 23 EL SISTEMA CHINO DE LAS DIVISIONES DESIGUALES OBeistica diver YP PONDIOG o Fic. N° 1,—Este esquema representa la divisién del Ecuador en 28 sieow desiguales en el afio 2400 2.C., tal como resulta de Ja re constitucién del antiguo “Zod{aco” lunar de los chinos por L. de Seus sure, Esta representacién deberfa ser considerada como aproximativa y no exacta en todos sus detalles, ya que Biot estima que antes del siglo x11 a. C., China no_conocia' més que 24 sieou, y que las divi siones VII, XII, XXI y XXVIII han sido introducidas por el duque Teheou, gran reformador de Ja Astrologia China, (Este cliché ha sido tomado’de “Les Origines de la Astronomie Chinaise”. 24 diodfa, la Luna debe tener el suyo; pero qué comparacién de esos dos mediodias...”?. Sean cuales fueran las razones de los diferentes sistemas del Zodiaco lunar no los podemos pasar por alto, sobre todo el sistema chino que contiene moradas muy desiguales, cuyo es- quema se puede observar en la figura adjunta y al que dedi- camos el capitulo siguiente. Pero preferimos aconsejar aqui el empleo de las divisiones regulares, cuyos vestigios se en- cuentran en todas partes y en todas las tradiciones, aun en la China. Esas divisiones deben “colorear” cada factor horoscépico que se encuentra, pero no estudiaremos aqui nada més que los indices sefialados por la Luna en su desplazamiento alre- dedor del Zodfaco, a fin de no complicar demasiado la expo- sicién de este sistema complementario del solar. Las significaciones de la posicién de Ja Luna en cada una de esas 28 moradas pueden ser resumidas de la manera si- guiente: Morada | De 0°0' a 12°51'26" de Aries En la tradicién occidental, lleva el nombre de Almach, extrafdo de la estrella de] costado izquierdo de la constelacién de Andrémeda%. Esta anuncia una imaginacién ardiente, el 2 “Des Nombres” (vol. 2 de la coleccién “Los Maestros del Ocultismo”, Niza, 1946, pdg. 68). 3 EI trazo comin entre los sistemas Iunares de las diferentes tradiciones, es la existencia de las estrellas determinantes que sirven de lfmites a las veintiocho divisiones. En la India, esas estrellas son Hamedas jagatara. E] nombre de muchas de las moradas, provienen del nombre de la estrella. El hecho de que a consecuencia de la precisién de los equinoccios, la mayorla de esas estrellas se encuentran desplazadas y no ocupan més las moradas que llevan su nombre, no 25 gusto por las ciencias ocultas y muchos cambios en las ocupa- ciones en el curso de la existencia. Picatrix aconseja emplear el pasaje lunar en esta morada para hacer los pentdculos* de los viajes y operar los hechizos del amor y del odio. Los hindiies Ilaman a esta morada Asvini®. Los Caballe- ros, ya que ella parece otorgar un gran deseo de movimiento. Ellos consideran este nakchatra (término que en India designa Ja morada) como el indice del encanto personal, de la elegan- cia y del amor hacia las joyas, asi como de la popularidad. Ell facilita también la comprensién. Conocida entre los drabes bajo el nombre de Al Sharatain Cque deriva del nombre de la estrella del cuerno norte de la constelacién de Aries-Sharatan, tal como los occidentales de- nominaban a esta morada por el nombre de una de las prin- cipales estrellas de la constelacién de Andrémeda), ella sim- boliza las fuerzas en conflicto, los torbellinos, que se traducen en la vida corriente por discordias. Los drabes afirman que esta morada ejerce una influencia muy favorable al comercio. Los chinos Je han dado el nombre de Mao CPléyades) interpreténdola como el indice del destino que sefiala muchos eventos sobresalientes y no como una existencia chata. Las estadisticas pueden fécilménte demostrar el valor de esta regla, pero los temas que poseo, parecen confirmarla de una manera brillante, ya que he encontrado a la Luna ocupando esta mo- cambia para nada de identificaciones de estas uiltimas, ya que las mo- radas, como el Zodfaco solar, este formadas por Ja influencia lunar repartida sobre la @ruz de los solsticios y de los equinoccios. Aqui nosotros tenemos el mismo fenédmeno entre los nombres de las conste- laciones y de los signos zodiacales que ya no se corresponden. 4 Se Iaman “Pentacles” o Penticulos, una serie de cinco ma- nipuleos _mégicos o algufmicos, para lograr algo, en este caso, los viajes (N. del T.) 5 Ver la explicacién de los nombres hindiies de las nakchatras en muestro estudio sobre “Quelques adaptations locales de l’Astrologie Lunaire” en “Les Cahiers Astrologiques”, 1946, n? 2. 26 rada en varios destinos poco banales, comenzando por la del General de Gaulle y la del ultimo zar Nicolés II, y terminando por la de una victima del desierto cuyo horéscopo ha sido publicado en el N? 2 del “Grand Nostradamus”. Remarquemos que la importancia de este sieou est4 subra- yada por el hecho de que los astrélogos chinos la laman el Racimo del ciélo y el Jefe de los Asterismos. En los cabalistas, la primera morada era llamada Aiah, lo que significa la cola de un vestido sacerdotal. Ellos consideran esta morada como signo de autoridad. Evidentemente, la casa solar donde cae en cada caso par- ticular esta morada, permite apartar precisiones y desarrollar esas significaciones, Si ella se superpone a la 2° casa solar, el sujeto obtendr4 autoridad a través de su trabajo; en la 3# casa solar, poseer4 autoridad sobre sus hermanos, hermanas, primos; en 4? sus parientes soportaran més 0 menos su ascen- diente @ esta autoridad se manifestaré sobre todo en su hogar, o aun, obtendré esta autoridad haeia el fin de sus dias; en 5°, el sujeto seré autoritario en amor y, si su pareja no fuera décil a sus caprichos, él buscar4 otra pareja y se tomar in- constante, pasar4 de una amante a otra, impulsado por el deseo inconsciente de manifestar su autoridad; en 6° el sujeto obten- dr esta autoridad por ocupaciones activas y enérgicas; en 7° la autoridad se ejerceré en el matrimonio, —lo que no presagia felicidad, etcétera... En todo caso, las soluciones interpretativas de las diferen- tes tradiciones que hemos resumido, permiten agregar muchas indicaciones a la interpretacién corriente cada vez que en una natividad la Luna se encuentre entre 0° y 12°51’26” de Aries. Para terminar, subrayemos que todas las tradiciones estén de acuerdo perfecto, sobre el principio de esta morada, aunque expresindola de modo diferente. Detr4s del ardor de la ima- ginacién segiin los occidentales, la necesidad de movimiento de 27 los hindies, los torbellinos de los drabes, el destino variado de los chinos, etc.... nosotros sentimos netamente la misma fuerza dindmica que cada uno de ellos expresa diferentemente, pero que posee sus caracterfsticas propias que no se encuentran en ninguna otra morada. Morada Il De 12°51'27” a 25°42’52” de Aries Es nombrada Alborthaim por Picatri que aconseja em- plear el pasaje de la Luna en esta morada para hacer los he- chizos de odio y hacer los pentéculos para descubrir las fuentes y los tesoros Cdicho de otro modo, esta morada parece otorgar aptitudes para la radiestesia) ®, Ella confiere coraje, pero tam- bién la imprudencia, e indica voluntad y energfa de dirigir su propia vida por la ambicién o la reflexién y no por los senti- mientos. En fin, segan Cardan, la posicién de la Luna en esta morada hace a los bienes variables e inconstantes. Remarquemos que Agripa? aplica a las moradas otros nombres que aquéllos que nosotros damos en el curso de este Tesumen, pero esos nombres parecen ser la deformacién de los de Picatrix. Asi por ejemplo, Agripa llama a la 1? morada © Las estadisticas pueden poner en evidencia estas atribuciones. En lo que conciere a la radiestesia, por ejemplo, esta morada no contiene a la luna en ningin tema de radiestesistas de los gue Poseo, Sing gus ocupe le edispide Ia 4* casa solar, ia que gobierna las cosas tierra, en el tema del sefior Brouard contiene a Jupiter, regente de su Ascendente; esta _morada esti contenida enteramente en la misma casa del sefior Emile Christophe y contiene a Mercurio, astro de las publicaciones; ella contiene la 8* casa, particularmente oculta, del vizconde Henry de France y contiene a Neptuno, planeta de la intuicién, etcétera... Después de la publicacién de este Tibro, muchos radiestesistas me escrito diciendo que poseen la Luna en esta morada. 7 “La Philosophie Occulte”, libro 2°, La Haya, 1727, pag. 349. 28 Alnath en lugar de Almach, a la 2? Allothaim o Albochan en lugar de Albotchaim, etcétera... Los hindtes atribuyen a esta morada de sobrenombre Bha- rani, el Portador, una posibilidad en Ja vida, el amor maternal, el triunfo sobre la enfermedad (?) y la determinacién en el trabajo. En los Hebreos, ella ha Ilevado el nombre de Biah que designa la Via de la Sabiduria. Ella promete entonces el poder de llegar a la sabidurfa, después de no pocos esfuerzos, con trabajos a menudo diversos, por imprudencias causadas por la falta de reflexién y experiencia de la vida. Los temas de H. C. Agripa, autor de La Philosophie Oculte, de Booker John y otros, parecen confirmar esta promesa de sabiduria. Llamada por los drabes Al Butani, el Vientre del Aries celeste, esta morada esté considerada como desfavorable a los viajes por mar (mis propias observaciones parecen probar que los viajes por mar de las personas que tienen la Luna en esta parte del cielo, estén siempre ligadas a eventos penosos como la muerte, el exilio o a asuntos malos, o cuando se trata de cru- ceros o de viajes de placer, se producen en condiciones desfa- vorables, por ejemplo una tempestad durante la travesia). Los 4rabes atribuyen a esta morada una influencia favorable al comercio y al descubrimiento de tesoros. En el sistema chino, esta morada Pi o el anzuelo induce a los peligros por las acciones imprudentes que, como el an- zuelo o la trampa, paralizan la libertad del sujeto. Los amores imprudentes de Enrique IV que tenia la Luna en 21° de Aries, o las promesas politicas tomadas a la ligera por el dic- tador asesinado de Ja Luisiana, Huey P. Long, cuya Luna se encontraba a 15°29’ de Aries, nos permiten aprehender la idea que los astrélogos chinos han querido encamar en el anzuelo. El lider de los mondrquicos belgas, Leén Degrelle, tenfa tam- bién la Luna en esta parte del cielo (17°03' de Aries), lo que 29 ha permitido prever muchas imprudencias en sus acciones po- Iiticas. Notemos que, cuando la Luna en esta 2? morada se ubica en los temas masculinos, en la 2%, la 4%, la 7# 0 la 8* casa solar, ella parece indicar una mujer gastadora y coqueta; en la 5* casa solar, es también el {indice de la inconstancia en en el amor; en la 11 casa, de la proteccién de una mujer casada o viuda, eteétera... Morada Ill De 25° 42’53” de Aries a 8° 3418” de Tauro Es llamada Ascorija por Picatrix, ese médico y astrélogo de origen drabe que fue el iniciador de Alfonso X, rey de Castilla y, por consecuencia, uno de los fundadores de la As- trologia de Europa Occidental: El aconseja emplear el pasaje lunar sobre esta morada para hacer experimentos alquimicos, operar hechizos de amor y hacer los pentaculos para viajar por mar. Su influencia parece acentuar la fuerza de los sentimien- tos y la determinacién y dar un gran poder de trabajo. Los temas de George Sand, cuya Luna estaba a 26°40’ de Aries, de Adrien Marquet (con Luna en 1°12) de Tauro), del ma- riscal Foch (Luna a 6°13’ de Tauro), del doctor Hjalmar Schacht (Luna en 6° 25’ de Tauro), de Leén Blum y muchos otros, confirman esta atribucién. Al Thuraya, el Essaim érabe, ésta morada est4 conside- rada como favorable a las ciencias y 2 todos aquéllos que viven en contacto con la naturaleza, pero desfavorable al casamiento y a los viajes sobre el agua. Ella acrece el sentido prdctico y parece sobre todo tener relacién con las ciencias, demandando el uso de ese sentido, como por ejemplo las ciencias econémi- cas, la contabilidad, etc.... No es azar que el sefor Wemyss 30 atribuya a los 23° de Aries la geografia; a los 28° la ensefian- za; a los 29°, la diferenciacién; a los 2° de Tauro, las mate- maticas; a los 3° del mismo signo, la estrategia; al 5°, la di- plomacia, etc.... Detrds de todas esas atribuciones particulares resurge la idea de las ciencias practicas. En la India esta morada es conocida como Krittikds, el Comandante Celeste, que es el nombre hindu de las Pléyades. Ella hace muy sensible a las mujeres (lo que se exagera casi siempre hasta el adulterio y los asuntos scntimentales compli- cados) pero que indica al mismo tiempo un buen renombre y una buena prestancia. En el sistema hindu, Krittikas, las Pléyades son las es- posas de los 7 Richis (Osa Mayor) y las nodrizas de Kartti- keya, Dios de la Guerra, que se puede identificar con Marte o San Michel *. Como Krittikas preside la edad negra Kali- Yuga, la edad del pecado y de las penas, el nakchatra que lleva ese nombre, provoca siempre algunas vicisitudes en la vida privada (generalmente de acuerdo con la casa solar en la cual se encuentra esa morada). Remarquemos que Krittikas comienza el Zodfaco lunar as{ como Mao lo comienza en China. En el simbolismo sideral de la mayor parte de los pueblos, las Pléyades ocupan un lugar central cuyas razones se mos escapan hoy, pero que puede ser se encuentren en relacién con la opinién emitida por ciertos astrénomos, que las Pléyades, particularmente Alcyone son el centro de nuestro universo. Los babilonios las llamaban Al- cyone Temmenu, la Piedra Fundamental; los drabes Kiham, lo que significa El Sello Inmortal, y Al Wasat, el Centro o el Medio. Los hindtes la llaman Alcyone Amba, La Madre, lo que puede ser interpretado en el sentido de Ia Madre del Zodfaco lunar. 8 HL P. Blavatsky, “La Doctrina secreta”, vol. 4° de la edicién francesa, pég. 129. 31 Es también el sieou Tse (La Cabeza de Orién) del Ex- tremo Oriente, al cual los astrélogos chinos atribuyen la inde- pendencia del pensamiento que puede provocar en el curso de la vida lagunas discusiones y aun querellas, pudiendo tener consecuencias importantes. Los hebreos Ilaman a esta morada Giah, El que tetribuye, y afirman que el destino bueno o malo es siempre fuérte en las personas que tienen Ja Luna en esta morada. A pesar de sus aptitudes y de su poder en el trabajo, el libre arbitrio pa- rece jugar poco en su vida. Debo agregar que muy a menudo las atribuciones hindies o chinas repiten tal o cual significacién 4rabe: evitando las repeticiones inutiles, yo marco esta significacién solamente una vez si es comtin a todas las tradiciones, la coloco delante de las significaciones particulares de cada civilizacién, como por ejemplo, he marcado en cabeza de la lista dedicada a esta morada: la fuerza de los sentimientos, la determinacién y un gran poder de trabajo. Morada IV De 8°34'19" a 21°25'44" de Tauro Lleva en la Edad Media el nombre de Aldebaran, la es- trella del ojo de la constelacién de Tauro que era una de las cuatro estrellas reales de Ja antigiiedad. Picatrix aconseja em- plear el pasaje Lunar en esta morada para hacer hechizos de odio de todas especies. Aunque los temas de las personas que tienen una relacién con los hechizos sean muy dificiles de en- contrar, mi coleccién de hordéscopos confirma la naturaleza “mgica” de esta morada. El lector encontraré uno de estos temas més lejos, en el capitulo dedicado a las Casas lunares. En el tema natal, esta morada significa mucha diplomacia 32 y marca sentimientos violentos y pasiones irresistibles bajo un aspecto de bonhomia, sobre todo si el sujeto es sensual. Es también la probabilidad del éxito por el mérito personal. Los astrélogos drabes Ilaman a esta morada con el mismo nombre que los escritores del Medioevo Cristiano. Al-Debarén, el Ojo de Dios*. Ellos interpretan este manazil como un {n- dice favorable al trabajo, a la industria y al pequefio comercio, pero desfavorable para las propiedades, inmuebles y todo lo que concierne a las minas. Es también el signo del casamiento, pero al mismo tiempo el de Ja discordia en el hogar (conyugal o natal). Conocida en India como Rohini, el Ciervo Rojo, esta mo- rada esta considerada como el signo de la estabilidad del es- piritay de la amabilidad. Seguin los astrélogos hindies, el que posea la Luna en esta parte del Cielo, sube a menudo insensiblemente, pero seguramente, en la vida, tiene el poder de esquivar los obstdculos, pero es capaz de dar prueba de alguna bajeza o engafio. Imaginada en el sistema cabalistico por Diaih, La Puerta de la Luz, ella significa que los obstéculos en la vida deben ser sorteados por la energia del sujeto. En los chinos, es el sieou Tsan 0 el Corazén del Guerrero (Orion), que Ieva el nombre de Ja misma constelacién que Ja morada precedente, —lo que ha permitido a ciertos autores reunir estos dos sieou. Su interpretacién es casi la misma que el sieou precedente, aunque Tsan sea considerado como més favorable que Tse. Esta morada, segtin los astrélogos chinos, forja el peligro de algunas dificultades en el comienzo de la existencia y expone al sujeto a ser Ja causa directa de algunas qucrellas lamentables. ® En realidad, todos los nombres medievales de las moradas pro- vienen de los arabes, los verdaderos iniciadores de Occidente en As: trologia. 33 Morada V De 21°25'45" de Tauro a 4°17'10"” de Géminis En los libros mgicos de la Edad Media, lleva numerosos nombres cuyo origen etimoldgico es dificil de establecer: Alu- xer, Abnicoiz y Alingez. El pasaje de la Luna en esta .norada era considerado como favoreciendo el desarrollo de los dones y las capacidades, ya que esta morada denota una naturaleza bien dotada y artfstica. La Llave de las Claviculas, aconseja em- plear la jornada lunar en esta parte del cielo para hacer los hechizos por y contra la amistad y hacer los pentdculos para viajar, ya que su influencia es netamente favorable para los viajes y los desplazamientos. Agripa, que sobrenombra a esta morada Alchatia o Albachaia, dice que ella da la salud y la benevolencia. Llamada El Hakah, la Mancha Blanca, por los drabes, esta morada es considerada como favorecedora de los estudios y la 2# parte de los viajes. Segiin los drabes, la Luna en este manazil ejerce por tanto una influencia desfavorabie a Jas asociaciones, a las empresas colectivas y a las obras cari- tativas y humanitarias, siendo més propicia a la vida privada que a la actividad social. Los hindites afirman que este nakchatra que ellos llaman Mrigasiras, confiere la timidez al comienzo de la vida y hace un hembre hébil y persuasivo, pero sensual y veleidoso al mismo tiempo. Tsing de los astrdlogos del Extremo Oriente, esta morada favorece el crecimiento lento y Jaborioso de Ja fortuna y e; -1ce una influencia propicia a los poetas. Remarquemes «ue los temas de F. Mistral, de Alejandro Dumas padre, de Paul Valery, de C. Mendes, y otros atin,.contienen la Luna en esta morada, 34

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