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Enseña como quien tiene autoridad (1,22), no se apoya en otros maestros como era lo habitual en Israel. La multitud no
comprende (1,27). Los "demonios” "gritan” y reaccionan ante la autoridad de Jesús (1,24-25.34); pero nadie sabe a ciencia
cierta cual es el origen de esa autoridad. En 2,1-12 su autoridad es discutida.
Más adelante surgen una serie de incidentes que provocan otros interrogantes: Jesús come con pecadores, no ayuna, no
observa el sábado (2,15-3,6). Por un lado viola la ley, por otro está haciendo milagros, son cosas aparentemente
antagónicas. La gente se pregunta por qué hace cosas así. Jesús nunca da respuestas directas y sigue actuando de forma
"original". Los interrogantes siguen creciendo.
Poco a poco se va perdiendo el entusiasmo inicial y crece incluso la agresividad hasta terminar con la confabulación.
Incluso, en algunos aspectos, sus mismos seguidores participan de este clima (3,6.21.22; 4,38-39; 5,40; 6,3; los discípulos
no tienen fe: 4,40; 6,52; 8,17-21).
En un punto, Jesús queda completamente solo en medio de la hostilidad creciente de los demás. Al describir el ministerio de
Jesús de esta forma, Marcos está haciendo ver a los lectores de la comunidad romana que la situación que ellos viven ya fue
experimentada anteriormente por el mismo Jesús.
La primera parte del evangelio termina cuando Jesús reúne a sus discípulos para hacer una pregunta: 8,27-30. Marcos da
por terminada la primera parte de su evangelio cuando uno de los discípulos confiesa el primer título dado a Jesús en la
introducción: 1,1 y 8,29 "Jesús elMesías”. Es Pedro, en nombre de todos, el que hará dicha profesión: "Y ustedes, ¿quién
dicen que soy yo? Pedro respondió: Tú eres el Mesías".
4.Final corto que añade un texto después de 16,8: atestiguado por el manuscrito k del siglo V.
¿Cómo explicar esta realidad? Los especialistas y estudiosos plantean tres posibles soluciones:
a. Así quiso terminar San Marcos el Evangelio que compuso, en 16,8. Una suerte de cierto "final abierto" para
algunos puntos que los otros evangelios canónicos sí relatan cada uno a su forma.
b. El evangelio no se pudo terminar por motivos que hasta hoy desconocemos.
c. El evangelio perdió accidentalmente la última hoja.
El final más convincente es el de 16,8. Es lectio difficilior que explica la aparición de las otras y por eso sería el más
probable. Al no entender un final tan abrupto los copistas añadieron algunos de estos finales ya desde el siglo II. Para
muchos investigadores la obra tiene un final abierto como el de los Hechos. La intención del mismo sería invitar al lector a
"ir a Galilea y ver” allí al Resucitado (16,7; cfr. también 14,28).
El final largo de 16,9-20 es un resumen de los otros evangelios con respecto a las apariciones del Señor resucitado y está
bastante bien atestiguado.
Sin embargo, exegéticamente, en general no se admite la paternidad literaria de Marcos por razones de vocabulario y estilo
(claramente diferentes del resto del evangelio), y porque conecta mal con la escena de los vv. 1-8 donde cambia el sujeto y
el número de mujeres.
La tradición de la Iglesia lo ha asumido desde antiguo y el Concilio de Trento lo acepta como canónico e inspirado con total
y absoluta claridad (cfr. Enquiridion bíblico 60; DV 11).