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Tema 2-2.2 Desarrollo Teológico de Marcos

Tema 2-2.2 Desarrollo Teológico de Marcos

1) Introducción a la teología de Marcos


Como los otros tres evangelios canónicos, la obra de Marcos es fundamentalmente teológica, teniendo en ella la cristología,
un puesto central. La vida, misión, gestos, palabras y, sobre todo, la muerte y resurrección del Señor son la base de todo el
Evangelio. Si miráramos en paralelo y oblicuo los distintos autores modernos que estudian la teología de Marcos podríamos
encontrar varios temas que son comunes a las investigaciones de los mismos. Tal vez valga la pena destacar cuatro de ellos:
1. El evangelio en sí.
2. La cristología del Mesías, Hijo de Dios.
3. El reino.
4. El discipulado.
Nosotros tomaremos aquí, en este segundo apartado del módulo, algún aspecto de las dos primeras: evangelio y Jesús como
Mesías e Hijo de Dios. El reino y el discipulado se desarrollarán mejor en los puntos tres y cuatro. 

2) Estructura del Evangelio según San Marcos 


No siempre es sencillo descubrir las estructuras de los textos antiguos. Las formas literarias y gramaticales de la antigüedad
muchas veces no coinciden con nuestros criterios. Además está la dificultad de conocer muy bien la lengua en la cual la
obra fue escrita. Para nuestro caso, la clave fundamental está en leer, traducir, interpretar y entender muy bien Mc 1,1.
El primer versículo del texto de Marcos funciona como una especie de "título” de todo el escrito. Aquí lo presentamos en
caracteres griegos, cada uno lo mira en la traducción de sus respectivas Biblias: Comienzo de la Buena Noticia de Jesús,
Mesías, Hijo de Dios. Aparece en primer lugar la palabra "evangelio” con todas las resonancias que tiene para el cristiano.
Bien traducido todo el versículo, nos permite dividir el evangelio en dos grandes partes, teniendo en cuenta los "nombres"
o, teológicamente hablando, los títulos que se le dan a Jesús:  en primer lugar Mesías, y, en segundo lugar Hijo de Dios.
La primera sección se extiende desde 1,2 hasta 8,30 terminando con la confesión de Pedro sobre el mesianismo de Jesús
(8,29). En 8,31 aparece algo nuevo que da comienzo a la segunda parte. En 15,39 aparece como conclusión de la segunda
parte, la confesión del Centurión sobre la filiación de Jesús. Estas dos secciones son una estructura genérica que no cierra
de forma estricta el desarrollo de temas en una o en otra de forma indistinta. Retomamos las dos partes en los puntos 4) y 5)

3) La "buena nueva-evangelio” en el Evangelio según San Marcos 


Marcos emplea siete veces el sustantivo euangelion  (buena nueva-evangelio). En el NT este término (no el verbo) aparece
76 veces. El contexto donde aparece el sustantivo en Marcos es redaccional por lo cual podemos intentar descubrir el
sentido que posee para nuestro evangelista:
 En 1,14 como promesa: "Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena
Noticia de Dios, diciendo:”.
 En 1,15 como sinónimo de Jesús y de su actuación:  "«El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca.
Conviértanse y crean en la Buena Noticia»”. 
 En 8,35 como sinónimo de Jesús: "Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y
por la Buena Noticia, la salvará”.
 En 10,29 como sinónimo de Jesús: "Jesús respondió: «Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y
hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia”.
 En 13,10 como objeto de predicación en contexto de persecución: "Pero antes, la Buena Noticia será proclamada a
todas las naciones”.
 En 14,9 como objeto de predicación en contexto de memorial: "Les aseguro que allí donde se proclame la Buena
Noticia, en todo el mundo, se contará también en su memoria lo que ella hizo”.
 En 1,1 reasume todos los anteriores como título de toda la obra, por eso la dejamos para el final: "Comienzo de
la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios”.

4) Primera parte: Jesús Mesías (1,2-8,30) 
En esta sección se describen gran cantidad de milagros, liberaciones y exorcismos que provocan la admiración y la
adhesión de la multitud. Sin embargo, poco a poco, con el correr del tiempo y de los textos, esta adhesión se va enfriando
dando lugar a la incomprensión y a la oposición.
Llama la atención la insistencia con respecto a guardar secreto  sobre lo que Jesús hace, hay un deseo explícito de que no
haya publicidad (secreto mesiánico).
Desde la primera página los lectores saben que Jesús es Hijo de Dios (1,1), pero Marcos muestra que la mayoría de los
personajes que entran en contacto con Jesús no veían más que su humanidad. En general, en esta parte, Jesús guarda
celosamente su condición divina. Marcos, más que cualquier otro evangelista, coloca detalles que revelan el aspecto
humano de Jesús: indignación y pena 3,5; pregunta para saber 5,30-32; 9,16.21.33; se asombra 6,6; suspira 8,12; se enoja
10,14; abraza a los niños 10,16; mira con ternura 10,21; tiene hambre 11,12. Jesús aparece como un "hombre cualquiera”
pero haciendo cosas extraordinarias que creaban interrogantes en la multitud. Todo esto va despertando el interés y la
curiosidad de los que leen.
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Enseña como quien tiene autoridad (1,22), no se apoya en otros maestros como era lo habitual en Israel. La multitud no
comprende (1,27). Los "demonios” "gritan” y reaccionan ante la autoridad de Jesús (1,24-25.34); pero nadie sabe a ciencia
cierta cual es el origen de esa autoridad. En 2,1-12 su autoridad es discutida.
Más adelante surgen una serie de incidentes que provocan otros interrogantes: Jesús come con pecadores, no ayuna, no
observa el sábado (2,15-3,6). Por un lado viola la ley, por otro está haciendo milagros, son cosas aparentemente
antagónicas. La gente se pregunta por qué hace cosas así. Jesús nunca da respuestas directas y sigue actuando de forma
"original". Los interrogantes siguen creciendo.
Poco a poco se va perdiendo el entusiasmo inicial y crece incluso la agresividad hasta terminar con la confabulación.
Incluso, en algunos aspectos, sus mismos seguidores participan de este clima (3,6.21.22; 4,38-39; 5,40; 6,3; los discípulos
no tienen fe: 4,40; 6,52; 8,17-21).
En un punto, Jesús queda completamente solo en medio de la hostilidad creciente de los demás. Al describir el ministerio de
Jesús de esta forma, Marcos está haciendo ver a los lectores de la comunidad romana que la situación que ellos viven ya fue
experimentada anteriormente por el mismo Jesús.
La primera parte del evangelio termina cuando Jesús reúne a sus discípulos para hacer una pregunta: 8,27-30. Marcos da
por terminada la primera parte de su evangelio cuando uno de los discípulos confiesa el primer título dado a Jesús en la
introducción: 1,1 y 8,29 "Jesús elMesías”. Es Pedro, en nombre de todos, el que hará dicha profesión: "Y ustedes, ¿quién
dicen que soy yo? Pedro respondió: Tú eres el Mesías".

5) Segunda parte: Jesús Hijo de Dios (8,31-16,8) 


Se nota que comienza algo nuevo en 8,31-32: "Y comenzó a enseñarles...". El tema nuevo es la "necesidad” del sufrimiento
del Mesías. Esto explica el porqué del secreto acerca del Mesías. Jesús no se presenta como un Mesías glorioso sino
sufriente. Los discípulos, por boca de Pedro, parecen haber comprendido que Jesús es el Mesías. Entonces Jesús les explica
de qué forma va a realizar su obra mesiánica: dolor, sufrimiento, pasión, muerte y luego resurrección.
En 8,33, sin embargo, queda patente que Pedro no había comprendido que el Mesías debía sufrir. Por eso es reprendido por
Jesús. Les dirá a todos claramente en 8,34-38 que deben cargar la cruz. Para los cristianos de Roma es un consuelo
descubrir en Jesús que sufre el sentido de sus sufrimientos actuales. En la escena posterior, la transfiguración, se aclara que
el camino de la cruz termina en la gloria, en la victoria, en la vida y la resurrección.
Ahora, en el inicio de la segunda parte, comienza a hablar y actuar abiertamente su ministerio y su mesianismo. Va a
Jerusalén a padecer: 9,30-32; 10,32-34. Los discípulos siguen sin comprender y temen preguntarle (9,32). Después de los
tres anuncios de la pasión hay reacciones diversas que demuestran que Pedro y los discípulos "están en otra”. Marcos
aprovecha estos incidentes para introducir enseñanzas sobre el seguimiento.
Los relatos que preparan la pasión y la pasión misma en San Marcos acumula signos contradictorios. Jesús llega a Jerusalén
y es solemnemente aclamado por la multitud (11,1-10) pero se va de manera más que sobria (11,11). Lo buscan para matar
sin que haya sentencia previa (14,1-2) y luego una mujer derrama perfume (14,3), provocando protesta (14,4-9). La escena
que sigue es más dolorosa todavía porque Judas lo entrega gratuitamente (14,10-11). La última cena en 14,22-25 queda
encuadrada por el anuncio de la traición de Judas (14,17-21) y el anuncio de las negaciones de Pedro (14,26-31). Se notan
en los textos los cuadros contradictorios que utiliza Marcos.
Jesús cambia de actitud ante el tribunal. Nunca dio una respuesta y ahora la da en 14,61-62. Esto desencadena reacciones
negativas: el Sumo sacerdote lo acusa de blasfemo, todos lo condenan a muerte, algunos lo escupen y golpean (14,63-65) y
su discípulo lo niega (14,66-72).
Ante Pilato responde con una fórmula ambigua en 15,2. "Rey de los judíos” poseía un matiz revolucionario para Pilato.
Para Jesús conserva un tinte totalmente distinto, es el Mesías-Salvador.
La muerte de Jesús está narrada de una manera muy simple (15,37-38). Ningún fenómeno extraordinario a su alrededor
como aparece, por ejemplo en Mt 27,50-54.
Se llega así a la segunda confesión con el segundo título en boca del centurión 15,39 (cfr. también 1,1; 1,11 y 9,7). A sus
lectores romanos Marcos les muestra que el primer hombre que llegó a la fe en el Hijo de Dios era un romano. El centurión
hace la confesión "al verlo expirar así”, es decir al verlo sufrir, sin necesidad de ningún signo extraordinario. Los sumos
sacerdotes había exigido signos extraordinarios y no llegaron a la fe (15,32). El tema de los signos ya había aparecido con
los fariseos (8,11-12).
El relato de la tumba vacía es muy sobrio. No se manifiesta en ella ningún indicio de que esperaran la resurrección ya que
llevan los perfumes para preparar el cadáver. Reciben el mensaje de la resurrección y no se alegran sino que se llenan de
temor. No hay relatos de apariciones del Señor Resucitado. Sólo hay un mensaje dado por un mensajero celestial y se debe
creer en esa palabra (cfr. 16,1-8). 

6) La finalización del texto del Evangelio


Los manuscritos atestiguan cuatro formas diferentes de terminar el texto del Evangelio según San Marcos:
1.Final en 16,8: los dos grandes manuscritos del siglo IV: Sinaítico y Vaticano.
2.Final con 16,9-20: atestiguado en A, D y C; grandes manuscritos del siglo V. El texto es conocido por Ireneo (Adv.
Haer. 3,10), por el Diatesseron y por el Pastor de Hermas (102,2).
3.Final largo del punto anterior con el logios de Freer al comienzo del v. 15 (es decir entre el v.14 y el 15). Está
atestiguado solo por el manuscrito W del siglo V aunque también es conocida por una cita de Jerónimo (Adv.
Pelag. 2,15).
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4.Final corto que añade un texto después de 16,8: atestiguado por el manuscrito k del siglo V. 
¿Cómo explicar esta realidad? Los especialistas y estudiosos plantean tres posibles soluciones:
a. Así quiso terminar San Marcos el Evangelio que compuso, en 16,8. Una suerte de cierto "final abierto" para
algunos puntos que los otros evangelios canónicos sí relatan cada uno a su forma.
b. El evangelio no se pudo terminar por motivos que hasta hoy desconocemos.
c. El evangelio perdió accidentalmente la última hoja.
El final más convincente es el de 16,8. Es lectio difficilior  que explica la aparición de las otras y por eso sería el más
probable. Al no entender un final tan abrupto los copistas añadieron algunos de estos finales ya desde el siglo II. Para
muchos investigadores la obra tiene un final abierto como el de los Hechos. La intención del mismo sería invitar al lector a
"ir a Galilea y ver” allí al Resucitado (16,7; cfr. también 14,28). 
El final largo de 16,9-20 es un resumen de los otros evangelios con respecto a las apariciones del Señor resucitado y está
bastante bien atestiguado. 
Sin embargo, exegéticamente, en general no se admite la paternidad literaria de Marcos por razones de vocabulario y estilo
(claramente diferentes del resto del evangelio), y porque conecta mal con la escena de los vv. 1-8 donde cambia el sujeto y
el número de mujeres. 
La tradición de la Iglesia lo ha asumido desde antiguo y el Concilio de Trento lo acepta como canónico e inspirado con total
y absoluta claridad (cfr. Enquiridion bíblico 60;  DV 11). 

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