Henri Matisse es el fundador de este movimiento, con su pintura de 1904, “Lujo, calma
y voluptuosidad”, que se considera la síntesis del postimpresionismo, y es un manifiesto del
incipiente movimiento fauvista. Cuando esta obra se expuso en la Sala de los Independientes
del Salón de otoño de 1905, causó sorpresa en todos los presentes, por el uso subjetivo del
color y la simplificación del dibujo.
André Derain comenzó a pintar empleando la línea y el color, influido por esta obra.
Pronto sufrió el desprecio de la crítica, por el desinterés en el acabado y los colores chillones
de sus paisajes, pintados en Coillure, en el Salón de Otoño de 1906. Conjuntamente se expuso
el “Retrato de la Sra. Matisse”, de H. Matisse que fue leído como una caricatura de la
feminidad. Debido a la desaprobación de la crítica, los fovistas se convirtieron en un grupo de
avanzada en París.
El maestro del movimiento fue Gustave Moreau, en cuya escuela estudiaron Rouault,
Matisse, Marquet, Manguin, Camión y Puy. Moreau no adoctrinaba a sus alumnos, los
alentaba a independizarse y elegir la técnica que se adecuara a su personalidad.
El movimiento surge a raíz del Salón de Otoño de 1905, cuando un grupo de artista se
presenta a concurso, y ante la incapacidad de clasificar sus obras por el uso de los colores y la
forma salvaje de pintar, son colocadas en un salón aparte y calificados de incoherentes.
El nombre fauvismo, surge del crítico de arte Louis Vauxcelles, que describe el trabajo
de estos artistas como “Donatello entre las fieras”. Fiera en francés es Fauve, de allí Fauvismo.
Esta denominación peyorativa agradó al grupo, que la adoptó de inmediato.