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Garcia iglesias capítulo 4 y 5: Resumen de los datos más importantes.

Hay restos paleolíticos en el continente, si bien escasos, no así en las islas. Pero no es en la Grecia
propia, con más historia detrás, donde surgen las que podríamos tener por culturas preparatorias de la que,
andando el tiempo, desarrollarán y expandirán los griegos en el Bronce Reciente, sino en las Cíclades y en
Creta. Es verdad que los avances técnicos del Neolítico heládico suponen un bagaje en evolución constante que
recibirán y superarán las gentes del Bronce en la Grecia propia; pero hay cuatro elementos fundamentales cuyo
origen no es otro que las islas: la navegación, el comercio a distancia, la organización palacial y el preciosismo
cultural; los dos primeros, herencia de las Cíclades del Bronce Antiguo y, a su remolque, de Creta, y los dos
segundos, legado de la Creta del Bronce Medio y de los comienzos del Reciente. Sin estos cuatro logros de
ultramar las gentes heládicas no habrían alcanzado, por exclusivo estímulo propio, la indiscutible grandeza de la
civilización micénica del último Bronce.

En la etapa del Cicládico Medio, se operan algunos cambios, entre los que cabe destacar la
incorporación de las islas, cada vez más decidida, a la iniciativa que surge de Creta. Y aunque la civilización de
las islas se enriquece, cada vez tiene menos presencia fuera de ellas lo propiamente cicládico, como no sean las
materias primas que producían. La entonces más organizada Creta acaba por imponerse del todo, cosa que es ya
un hecho en la última parte del periodo. La historia del archipiélago va dejando de ser propia para convertirse en
minoica, Dicho de otro modo, las Cíclades del Bronce Medio quedan bajo la influencia de los señores de Creta,
que buscan en ellas sobre todo la riqueza de su subsuelo, Más tarde, en el Bronce Reciente, los cicládicos
entrarán en la historia estrictamente griega, Los micénicos continentales tendrán en la islas similares intereses a
los de los minoicos de las etapas palaciales.

Los Primeros Palacios

El dinamismo de que hacen derroche los cretenses a medida que avanza el Bronce Antiguo no sólo les
lleva a acentuar su presencia en el exterior, según ha quedado ya dicho, sino que en paralelo van avanzando en
organización sociopolítica y adquiriendo nuevas técnicas, cada vez más desarrolladas, al tiempo que dan pasos
significados en el terreno de las diferentes ramas de lo intelectual.

En Creta surgen nuevas realidades indiscutiblemente importantes. Si hay algo que, en ese mundo
nuevo, caracteriza la etapa que ahora se abre es el hecho de que la sociedad aparezca articulada en tomo a los
palacios; lo que no supone tan sólo, es evidente, una novedad desde el punto de vista arquitectónico y
urbanístico, sino que comporta una vertiente que afecta a los modos de vida, incluso en la dimensión de lo
público. Decir palacio es decir, por primera vez en el mundo minoico, poder monárquico en sentido propio.
Comienza, pues, el periodo palacial, particularmente el subperiodo que los historiadores llaman de los Primeros
Palacios, y que abarca desde más o menos el paso de milenio hasta en torno a 1700 a. C., coincidiendo por lo
tanto con las etapas del Minoico Medio I y Π de la periodología basada en el esquema de Arthur Evans. La
sociedad de los palacios ha dejado ya muy atrás la de las comunidades rurales prepolíticas del Bronce Antiguo.
Aparte de ese logro que es la estructura palacial, con el tiempo exportada a los griegos , los cretenses ensayan
otra innovación que constituye en la región una novedad y un instrumento de alcance considerable en el
futuro:los primeros elementos de un sistema de escritura, que es el llamado cretense jeroglífico; sin demasiadas
posibilidades al principio, pero puerta al cabo para ulteriores y más funcionales desarrollos (Olivier: 1976), y
probablemente un silabario primitivo y no una escritura logosilábica al estilo de algunas orientales bien
conocidas (Olivier: 1996).

La Creta paleopalacial, en concreto la centr al y oriental, conoce un notable aumento demográfico, que se
traduce en gran desarrollo urbano. El contraste entre los centros cretenses y los cicládicos más importantes es
ahora tremendamente grande, a favor de los primeros.

Por el lado occidental de la isla sólo destaca la importancia del centro de La Canea, activo y lo bastante
poblado. Cnoso, que no ha dejado de ser la localidad cretense más importante, presenta un enorme crecimiento
hasta el punto de que podemos decir que ahora por primera vez merece que la definamos como una ciudad,
articulada por supuesto en torno a su palacio.
Los más importantes palacios son los de Cnoso y Malia (el cual su expansión suburbana abarca hasta la
zona portuaria.) , y el de Festo, situado en la parte centromeridional de Creta. Los dos últimos, a lo que parece,
siguen las pautas del primero de los tres, que se nos presenta como el más antiguo.

Ni la fecha de todos los palacios fue la misma, ni tal vez sea legítimo entender que el sistema palacial esté hecho
ya en todo el Minoico Medio I. Hubo reservas entre los especialistas a la hora de aceptar que la mayor parte de
lo conservado del palacio de Malia correspondiera al periodo protopalacial, pero sabemos hoy que existen sin
duda bastantes elementos del periodo de los Primeros Palacios en algunos puntos de una obra que
fundamentalmente, mas no del todo, podría corresponder a momentos posteriores a 1700 a, C., por lo tanto, a la
reconstrucción que abre el periodo de los Segundos Palacios.

El pequeño número de palacios del Minoico Medio I y II podría corresponder a otros tantos territorios
independientes gobernados y administrados desde cada uno de ellos, aunque nos falta la seguridad. Tampoco
sabemos si los príncipes llegaron a controlar todo el poder político, sin limitaciones eficaces ni cortapisas, y en
caso afirmativo, si ello ocurrió desde el principio. Probablemente el afianzamiento del poder monárquico sobre
el pueblo y la nobleza fuera paulatino. Todas las oscuridades que todavía existen al respecto de la monarquía
minoica en la época de los segundos palacios las tenemos, acrecidas, para el periodo de los primeros. No
sabemos, por ejemplo, si los primeros soberanos cretenses tenían o no reconocido carácter divino, sacerdotal al
menos, o qué podría explicar su ausencia de las representaciones plásticas, absolutamente atípica entre
sociedades desarrolladas contemporáneas (Davis: 1995).

Dentro de la jurisdicción de cada principado funcionaban bastantes centros activos de administración y sobre
todo de producción. En La Canea (al noroeste de Creta) como en tiempos posteriores, existía un centro
administrativo destacable

Datos complementarios:la cerámica característica del periodo de los primeros palacios es la llamada de
Kamares, que presenta la simple, pero bella policromía de dos colores, rojo y blanco, sobre el gris normal de su
arcilla cocida. La alfarería de los segundos palacios es mucho más variada, rica y vistosa.

Con respecto a las costumbres funerarias, hay que decir que continúan usándose tanto las construcciones de
planta circular, tipo thólos, cuanto los recintos cuadranguiares tendiendo a la complicación de planta, tumbas
ricas y colectivas, que coexisten con las más pobres inhumaciones en tinajas u otros recubrimientos del cadáver.
Las ofrendas funerarias eran copiosas y, a veces, de gran riqueza en las sepulturas de mayor aparato. Es detalle
de interés que en uno de los thóloi de Platanos, algo al oriente de Festo, apareció un cilindro babilónico de
amatista de tiempos del rey Hammurabi entre materiales del Minoíco Medio, A medida que avanza el periodo,
se nota acusada tendencia al crecimiento de las tumbas -surgen las grandes construcciones cupuladas- y a un
cáerto particularismo funerario que lleva al uso frecuente de enterramientos en sarcófagos y en vasijas, dispersos
por acantilados y cuevas, En lo que toca a las viviendas, preciso es señalar que, aparte de los palacios, en
ocasiones en su tomo, a veces muy lejos de ellos, van surgiendo abundancia de mansiones, villas y casas de
variable tamaño y lujo, desde lo que podría ser denominado palacete hasta habitaciones ordinarias de gente
corriente; y es de advertir que incluso las casas humildes presentan por lo general la suficiente solidez
arquitectónica. No son raras las construcciones de más de un piso y unión de los niveles mediante escalera. Por
lo general los núcleos en que se agrupaban residencias y viviendas formaban hábitats activos y prósperos. Les
unía una red de caminos bien atendidos y vigilados, a la vez vías de comunicación y pistas para la fácil defensa
del territorio, que surgen ya en este período con las mismas características que conservarán en el siguiente.

La economía del periodo paleopalacial está integrada en la organización del principado. Los palacios dirigen y
controlan las diferentes vertientes de la producción y del comercio, aunque sin llegar probablemente a la
absorción absoluta de toda la actividad.

Los materiales rescatados por la arqueología nos permiten saber algo de las distintas modalidades artesanales de
la Creta de los primeros palacios: constructores, alfareros, tallistas, orfebres y metalurgia en general. Para
complementar el cuadro social, aparte de las grandes familias que protagonizan la nueva organización de
palacio, habría que citar a los madereros, cazadores, pescadores, industriales textiles, traficantes y marinos.

Por expresarlo en pocas palabras, la cretense del Minoico Medio I y II es una sociedad jerarquizada y plural.
Algo que destacar en la vida cretense del periodo es lo que tiene de apacible y pacífica. Los palacios y los
hábitats son abiertos; o casi, pues Malia, muy próxima a la costa, tiene un ligero cerco protector, por lo demás
incompleto (Effenterre: 1980 a, p. 266-267). Nada indica que hubiera tensiones sociales, pues los diferentes
niveles de destrucción que tenemos en el Minoico Medio se deben a causas naturales, y no a conflictos internos
ni a ataques foráneos. Ni siquiera un mal tan endémico en la época como era la piratería llegaba a preocupar
demasiado a los pobladores cretenses paleopalaciales, tal vez porque el mar era virtualmente suyo, y no
podríamos hoy por hoy negar que su marina, muy nutrida y con barcos relativamente grandes, por lo general de
vela, comenzaran a constituir potencia naval militar, como es seguro que ocurrió ya en el periodo siguiente, el
neopalacial.

La Creta de los Primeros Palacios tiene relaciones estrechas con Citera -como antes-; con el continente griego,
con Chipre y con Egipto, en cuyos niveles del Segundo Período Intermedio hay cerámica de Kamares (Leclant:
1996); con el Próximo Oriente asiático y por supuesto con las Cíclades, sobre las cuales los minoicos tienen una
completa superioridad y notable influencia (Papaiannopoulou: 1991).

Todo indica que Creía tiene ahora una pirámide social en la que existe acumulación de poderes en los príncipes
de palacio y en las influyentes familias de su entorno, que le permite gozar de una organización eficaz y una
vida administrativa compleja, no desmentida, bien al contrario, por los almacenes, dependencias, factorías y
otros indicios que nos revela la arqueología, y confirmada por el hecho de que los minoicos conocieran la
escritura desde el comienzo del periodo.

Esta Creta palacial ha conseguido un gran desarrollo económico que heredará la del periodo posterior, Aunque
no es posible afirmar que en lo individual el nivel de vida creciera en proporción -podría ser que no, ya que
estamos en una sociedad hasta cierto punto estratificada-, cabe decir por lo menos que el hombre cretense de la
calle no debía de tener demasiado difícil la lucha por la existencia. Habría trabajo para todos, dentro o en las
factorías y colonias del exterior, que comienzan a proliferar a la sombra de una economía ambiciosa con
ramificaciones hasta puntos muy lejanos, Los minoicos no sólo dominaban las islas y tenían presencia en la
Grecia continental, sino que llevaban sus intereses hasta el Asia Anterior y Egipto, lo que resulta
arqueológicamente confirmado para el periodo paleopalacial que básicamente nos ocupa.

La Creta esplendorosa de los Segundos Palacios acaba en un momento no precisáble de comienzos del siglo XV
a, C,, tal vez coincidiendo con el estallido volcánico que destrozó la isla de Tera, aunque la fecha de este
acontecimiento sísmico tiene problemas realmente serios.

Los datos arqueológicos rechazan hoy por hoy las causas humanas para el final de la sociedad neopalacial, tanto
las socorridas revueltas internas, como las no menos fáciles invasiones foráneas. La destrucción es general y la
vida cretense no se recupera sino que continúa en tono menor a lo largo del final del periodo y de la llamada
época postpalacial, con excepcionales yacimientos intocados, como los de Malia y Festo, y otros malamente
recuperados.

¿Cuándo aparecieron los griegos en Creta? Es rechazable la idea de que ellos protagonizaran todo el resurgir de
los nuevos palacios, como pretende la tesis de que esta llegada tuvo lugar hacia 1700. La teoría tradicional
presenta como ocasión probable para la llegada de la dinastía, corte y administracción griegas que se asentaron
en Cnoso el momento subsiguiente a la erupción referida que, en los albores del siglo xv, hundió bajo el mar
gran parte de la isla de Tera. Se da por cierto que los efectos de este estallido, que han sido calculados por
vuícanólogos y sismólogos, hubieron de ser demoledores, especialmente para las islas cercanas al epicentro,
entre las que se encontraba Creta. Las instalaciones costeras y los barcos que no estuvieran mar adentro, y aun
éstos, tuvieron que resultar muy perjudicados. Creta quedó tremendamente mermada en su flota, su
organización, su economía y sus posibilidades, y no se descarta que fuera ahora la ocasión que aprovecharan los
griegos del continente para establecerse en Cnoso, si las tablillas de lineal B son efectivamente de hacia 1400 a.
C., como Evans pretendía.

Periodo Neolítico

El ámbito en que, avanzada la Edad del Bronce, se desarrollaría la brillante realidad micénica continental ofrece
indicios de muy remotísima población. La geografía de Grecia, cierto que no toda ella por igual, ofrece bastante
Paleolítico, lo mismo Superior que Inferior, y Mesolítico (Runnels: 1995), El siguiente periodo, el Neolítico, se
nos documenta largo y completo desde su tránsito a partir de las culturas mesolíticas hasta la introducción de las
técnicas metalúrgicas. Los datos arqueológicos son relativamente abundantes y la aplicación sobre ellos de los
procedimientos físico-químicos de datación han dado fechas que oscilan entre el VIH y el ΙΠ milenio a. C.,
aunque tal vez las dataciones absolutas quedan algo exageradas por el principio.
El principio de la Edad del Bronce en Grecia, o comienzo del Heládico Antiguo, supone la asunción de las
técnicas metalúrgicas por parte de los pobladores continentales, partiendo de los ensayos calcolíticos hasta
lograr una cultura del metal semejante a las insulares y minorasiáticas. La cronología más aceptable para el
comienzo del periodo es la de 3000 a. C., o algo más tarde.

El Bronce Medio continental se inicia en torno a 1900 a. C., si bien, una centuria antes, el término del Heládico
Antiguo II y el inicio del III supone un corte arqueológico marcado, cambio subitáneo en la Argólide y a lo que
parece más paulatino en otras regiones de Grecia. El verdadero comienzo de las innovaciones, preciso es
reconocerlo, está en el Heládico Antiguo III.

Se ha llegado a hablar de arribada de nuevas gentes con tradiciones diferentes (Caskey: 1971), aunque no hay
seguridad al respecto.

La Época Micénica

La última parte de la Edad del Bronce en la Grecia continental se caracteriza sobre todo por el papel tan
importante que representa lo minoico no sólo en la cultura material, sino también en los modos de vida y en el
aspecto sociopolítico. Lo que toman los heládicos de Creta es básicamente la estructura palacial como
vertebración de la sociedad, la condición de marinos, la actividad comercial en el exterior, la escritura y muchos
aspectos culturales más, entre ellos algunos de carácter religioso. Pero hay otro elemento esencial en la Grecia
del Bronce Reciente: el militarismo. De este último factor se decía antes ser ajeno a Creta, y por tanto de
procedencia no minoica. Hoy debemos replanteamos su calificación, una vez que cada vez tenemos más clara,
cual más arriba hubo ocasión de ver, la importancia de lo militar en la Creta del Bronce premicénico.

La influencia cretense

Aunque es mucho el valor de testimonio de estos enterramientos de notables excavados en Micenas, no toda la
arqueología del Bronce Reciente inicial se reduce a ellos, y mucho menos si pensamos en el Heládico Reciente
en su totalidad. Con razón se ha señalado cuánto desequilibra la visión general de lo que es la primera parte del
micénico una excesiva dependencia de los espectaculares materiales que dieron las grandes tumbas de fosa
(Touchais en Treuil et alii: 1992, p. 239-240). Otros lugares de Grecia, la Mesenia puede servimos de ejemplo,
presentan distintas manifestaciones de cultura material funeraria, innovadora y rica. Pensemos en los notables
enterramientos de la zona cementerial de Peristeria. Las viviendas y hábitats, por lo general todavía no muy
distintos de los mesoheládicos, son más evolucionados en las zonas peloponesias de superior desarrollo. Es la
cerámica sobre todo lo que ha permitido distinguir subperíodos e incluso subdividir en ellos con la consiguiente
posibilidad de datación aproximativa para cualquier elemento al que cabe atribuir coetaneidad con alguna de las
variedades cerámicas sistematizadas en la tipología al uso, escasamente contestada. Â la cerámica miniana
amarilla, denotativa de cierto influjo exterior, isleño, y propia del último Heládico Medio, la sustituyen vasos
correspondientes a prototipos cretenses, en forma y decoración, que evolucionarán con el tiempo en cierta
independencia a como lo harán los originales minoicos en Creta. Las primeras influencias minoicas se habían
notado ya antes de que terminara el citado período del Bronce Medio, y recuerda Niemeier al respecto la
presencia minoica en la isla de Citera y en Hagios Stephanos, lugar de la región laconia (Niemeier: 1984 b),
pero en el Bronce Reciente adquieren ya carta de naturaleza y lo que al principio pudieron ser materiales
cretenses propios importados, o productos de artesanos de Creta asentados en el continente, evoluciona a su aire
sea en imitación de lo minoico, sea en simbiosis con la tradición heládica.

Palacios y grandes construcciones de los micénicos

Es preciso tener presente que los palacios micénicos sólo se fortificaron avanzado el período, Al principio eran
abiertos lo mismo que los cretenses. Parece que todas las acrópolis micénicas fortificadas reciben las defensas
en la última parte del Micénico, es decir, en el Heládico Reciente III. Cabe afirmarlo así para las tres más
importantes ciudadelas conservadas: Micenas, Tirinte y Gla. Hubo palacios que nunca llegaron a fortificarse,
como por ejemplo los de Pilo y Yolco. En cuanto a los palacios en sí, existieron desde el Bronce Reciente I,
aunque fueron frecuentemente remodelados y enriquecidos. Se caracterizan por su complicación de planta, con
ámbitos nobles y de servicio, y una pieza imprescindible e invariable, ta vez recinto sagrado, que es el
tradicional mégaron. Costumbres heredadas de Creta son las de utilizar columnas troncocónicas invertidas bajo
capitel abombado y decorar ricamente los muros mediante la técnica del fresco. Tirinte sobre todo, pero también
Pilo, Micenas, Orcómeno y Tebas, ofrecen representaciones pictóricas de interés; que no son exclusivas de
muros palaciales, sino que se encuentran también en construcciones menores, podría ser del área pública, podría
que de la particular. Son muchas las construcciones de casas de diversa época y modalidad que han sido
atribuidas al Bronce Reciente; unas anejas a los palacios, otras diseminadas cerca de ellos, otras en dispersíón
remota, otras en fin formando hábitats no palaciales

Los micénicos en Creta

La presencia y control de Creta por los griegos micénicos supone un problema especial de interpretación de los
datos arqueológicos, según ya se dijo. Es indiscutible que Cnoso tuvo príncipes y administración micénicos,
pero no hay acuerdo a la hora de fijar el momento de llegada de los griegos y el final de la vida normal de
palacio. Todo depende de si la destrucción de hacia 1400 a. C., corresponde al último (Evans) o al penúltimo
(Palmer) de los palacios cnosios y si, consecuentemente, el archivo de tablillas en Lineal B corresponde a dicha
fecha o es preciso situarlo por algo después de 1200

a. C. Si el palacio micénico de Cnoso quedó destruido a comienzos del siglo XIV a. CM los griegos hubieron de
asentarse como dominadores en Grecia en el siglo xv ; si la destrucción de Cnoso fuera de fines del siglo xm, la
llegada de los micénicos a la isla, sin descartar la cronología del XV, que sigue siendo la más probable,
admitiría que se la rebajara al siglo xiv.

Una pregunta es inevitable ante la realidad histórica indiscutible del dominio micénico sobre la isla de Creta:
habida cuenta de que los minoicos no eran un pueblo atrasado, sino que tenían larga tradición de desarrollo
social y de cultura, y que lo más moderno del acervo de la civilización dominadora tenía precisamente origen en
la isla, nos interrogamos si hubo fácil y profunda colaboración, e incluso fusión, entre el pueblo autóctono y la
estructura de poder helénica, o por el contrario los minoicos fueron meros dominados, incluyendo lo que
quedara de sus viejas aristocracias.

La expansión micénica

Siguiendo en gran medida las huellas y apertura de vías de los cretenses del Minoico Medio, los griegos del
Bronce Reciente, especialmente en el período III, pero también antes, institucionalizaron los contactos con
puntos lejanos y no sólo mantuvieron relaciones económicas con diversas gentes, sino que llegaron a fundar
establecimientos y colonias permanentes. En su momento se hablará del comercio micénico, Nos referiremos
ahora tan sólo a los asentamientos micénicos estables, seguros o con alto grado de probabilidad.

Gran parte del inquieto comercio micénico con puntos lejanos se realizó sin la apoyatura de factorías
permanentes, No las hubo a lo que parece en Egipto. De todos modos hay razones para pensar que existieron,
pese a los excepticismos de que algún autor ha hecho gala, en puntos de la región costera siropalestina, como en
Tell Abu Hawan y, con menos seguridad, otros lugares.

Datos complementarios extraídos de internet: CRETA

Organización política

El palacio era el centro de todas las actividades de Creta. Era el lugar donde vivía el rey, el centro religioso y
ritual, y el centro de la vida comercial.

La leyenda cuenta que el primer rey, Minos de la ciudad de Cnossos, dominó toda la isla y creó la civilización
“minoica”. El rey era a la vez el sumo sacerdote. Los nobles asistían al rey, vivían en los alrededores del palacio
y practicaban deportes como el boxeo y la tauromaquia (algo parecido a las corridas de toros).
El Comercio

Los cretenses fueron grandes comerciantes. Intercambiaban sus coloridos tejidos y sus utensilios de bronce por
madera y lino, con Siria, Egipto, Chipre y el resto de Grecia, donde fueron imponiendo la moda cretense, tanto
en las ropas como en las costumbres

La Escritura

Seguramente como una necesidad de organizar su intenso comercio, los cretenses desarrollaron la escritura.
Escribían en tablitas de arcilla y en un principio esta escritura fue llamada jeroglífica por el parecido con la
egipcia. Con el tiempo se volvió más simple y lineal pero la mayoría de estas tablitas todavía hoy no han podido
ser descifradas.

La Arquitectura

Los habitantes de Creta construyeron monumentales palacios de varios pisos y artísticamente pintados y
decorados con frescos en las paredes que reflejan escenas de la vida cotidiana. En la ciudad de Cnossos, que por
aquel entonces llegó a tener 100.000 habitantes, se construyó el más grande de los palacios. Las habitaciones
reales estaban en el primer piso junto a la sala del Trono, las inmensas bodegas y los talleres de los artesanos.
Todo el edificio tenía un excelente sistema de distribución de agua. Estos palacios no tenían fortificaciones lo
que indica que fueron construidos en épocas de paz.

La Thalasocracia

A partir del reinado de Minos (2000 antes de Cristo) los monarcas de Creta fomentaron la navegación y
construyeron una poderosa flota con la que dominaron las rutas comerciales. Se dice que el propio Minos dirigió
muchas expediciones militares ocupando distintas regiones de Grecia, entre ellas la zona de Atenas, sometiendo
a su población y obligándola a pagar tributos. A este dominio lo llamaron los griegos la Thalasocracia (el
gobierno del mar: Thalasos = mar, Cracia = gobierno).

Mitos y Leyendas

Minos, tenía dos hermanos Sarpedón y Radamantis que no aceptaban que se quedara con todo el poder a la
muerte del rey Asterion, el padre de los tres. Pero Minos se quedó igual con el poder y les dijo a sus hermanos
que esta era la voluntad de los dioses y para probarlo les aseguró que le darían lo que él pidiera. Le rogó a
Poseidón, dios del mar, que hiciese salir un toro del océano y le prometió sacrificarlo en su honor. Poseidón
cumplió y el toro salió del agua. Minos fue entonces rey indiscutido de todo Creta pero no quiso sacrificar al
toro por considerarlo extraordinario. Cuenta la leyenda que su esposa, Pasifae, se enamoró del extraño animal y
concibió al minotauro, un hombre con cabeza de toro. Minos, avergonzado mandó construir un enorme laberinto
en el palacio de Cnossos, donde encerró al Minotauro. Cada año sacrificaba a 14 jóvenes atenienses que eran
devorados por el monstruo. Hasta que un día el joven Teseo se integró voluntariamente al grupo y gracias a la
ayuda de Ariadna, consiguió matar al animal y encontrar la salida del laberinto.

La cultura micénica
Entre el 2000 a. C. y el 1150 a. C. se desarrolló en Grecia la cultura llamada micénica por ser la ciudad de
Micenas el primer sitio arqueológico en el que se encontraron elementos de esta cultura. Fue la época de la
guerra de Troya y de los primeros héroes griegos.

¿Cómo era su organización social?

La clase dominante está compuesta por los guerreros llamados “aristoi” = los mejores. Se constituye la
aristocracia = gobierno de los mejores. Eran épocas violentas, de constantes invasiones, por eso los guerreros
tenían tanta importancia, al punto de considerarlos “los mejores”. Había una clase media de artesanos,
navegantes y comerciantes, una clase baja de campesinos y finalmente los esclavos.

¿Cómo era su organización política?

Gobierna un soberano supremo llamado wanax, que habita en el palacio, apoyado por un consejo de ancianos =
gerontes, llamado Gerusía. Del wanax dependen los jefes locales llamados basileus y el lawagetas, jefe militar
supremo.

La agricultura y la ganadería

La tierra era trabajada por los esclavos y los campesinos que cultivaban trigo y cebada. Empezaban a hacerse
famosos y muy solicitados los higos que se usaban también como moneda de pago.

Criaban ovejas y cabras de las que obtenían lana para sus ropas y leche para su alimentación.

Los artesanos

Los miméticos eran muy habilidosos y habían desarrollado muchos artes y oficios. Había orfebres que
trabajaban el oro y el cobre, sastres que fabricaban ropa nueva y arreglaban la vieja, alfareros que fabricaban la
mayoría de los utensilios que se usaban en las casas, panaderos, albañiles, constructores de barcos y carpinteros

El comercio

Los arqueólogos han encontrado cerámica micénica en muchos lugares del mediterráneo y el Oriente, lo que da
una idea del gran desarrollo del comercio de los micénicos. Las vasijas y la lana les servían para pagar los
productos que ellos no producían. Los micénicos desarrollaron mucho el comercio y por lo tanto la navegación,
fueron grandes navegantes y exploraron y ocuparon muchas ciudades del mediterráneo en busca de nuevos
productos y de vender los suyos.

La Guerra de Troya

La ciudad de Troya, en el norte de la actual Turquía, era una fuerte competidora comercial de Micenas y estaba
ubicada en un punto clave de las rutas comerciales, era el paso obligado hacia el Mar negro, zona productora de
trigo y compradora de los productos micénicos. Hacia el siglo XIII a. C. esta rivalidad comercial derivó en una
cruenta guerra por el control de los mercados, que es explicada por Homero en la Ilíada (los micénicos llamaron
Ilión a Troya) por motivos amorosos. Según Homero, Paris, el hijo del rey de Troya, raptó a Helena, la mujer
más bella del mundo, esposa del rey de Micenas, Menelao. Esto desencadenó la guerra que duró diez años y
tuvo episodios fantásticos como el del caballo de Troya, un enorme animal de madera que apareció en la ciudad
como un regalo de los dioses, pero en realidad contenía en su interior a los mejores guerreros micénicos que
bajaron de él y sorprendieron a los troyanos.

La religión

En la época micénica no existían templos o edificios dedicados especialmente a los dioses. No existía una clase
sacerdotal y la relación con los dioses la manejaban los jefes de familia. El rey rendía culto al dios protector de
la ciudad. Los dioses principales habitan en el monte Olimpo y descienden de Cronos. Zeus, dueño del cielo, es
el más poderoso, sus hermanos Poseidón, dios del mar y Hades, divinidad de las profundidades y los muertos;
sus hermanas, Hestia, diosa del hogar, Démeter, diosa de la tierra cultivada y la fertilidad y Hera, hermana y
esposa de Zeus, vela por los matrimonios. Los hijos de Zeus son numerosos: Apolo, dios de la adivinación, la
música, la medicina y la poesía, Artemisa, la Luna, diosa de la naturaleza salvaje, Afrodita, la diosa del amor,
Atenea, diosa de la sabiduría, Hermes, el mensajero del Olimpo, dios de los viajeros y comerciantes, Ares, dios
de la guerra, Hefaisto o Hefestos, el dios del fuego y Dionisio, dios del vino y la vegetación.

El final de Micenas

Hacia el 1150 los dorios, guerreros indoeuropeos, invadieron y saquearon las ciudades micénicas imponiendo su
cultura y desarrollando nuevas formas políticas.

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