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SECRETARÍA: CRIMINAL

MATERIA: ACCIÓN DE AMPARO

RECURRENTE: JOSÉ ANDRES BEDOYA VARGAS

NÚMERO PASAPORTE: AS035395

ABOGADO PATROCINANTE: VICTOR HUGO NEGRON GONZÁLEZ

CÉDULA DE IDENTIDAD:17.025.509-7

RECURRIDO 1: POLICÍA DE INVESTIGACIONES DE CHILE (PDI)

REPRESENTANTE LEGAL: HECTOR ESPINOZA VALENZUELA

RECURRIDO 2: MINISTERIO DEL INTERIOR Y SEGURIDAD PÚBLICA

REPRESENTANTE LEGAL: GONZALO BLUMEL MAC-IVER

EN LO PRINCIPAL: ACCIÓN DE AMPARO; PRIMER OTROSI: ORDEN DE NO INNOVAR; SEGUNDO


OTROSI: SE RECABE INFORME A LA BREVEDAD; TERCER OTROSI: ACOMPAÑA DOCUMENTOS;
CUARTO OTROSI: ASUME PATROCINIO.

ILUSTRÍSIMA CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO.

VICTOR HUGO NEGRON GONZALEZ, abogado, cédula de identidad N°17.025.509-7, con


domicilio en Bandera 566 oficina 35, Santiago, en representación de don JOSÉ ANDRES BEDOYA VARGAS,
ciudadano colombiano, cédula y número de pasaporte: AS035395, a S.S. Ilustrísima respetuosamente digo:

Por este acto vengo en recurrir de amparo en contra del MINISTERIO DEL INTERIOR Y
SEGURIDAD PÚBLICA representada legalmente por Gonzalo Blumel Mac-Iver, ignoro profesión del cual se
emitió la resolución N°276 de fecha 04 de marzo de 2015 mediante la cual ordenó la expulsión del amparado;
y en contra de la POLICÍA DE INVESTIGACIONES (PDI), representada por su director Héctor Espinoza
Valenzuela, institución de la que emana de forma vigente la orden de expulsión y notificación en virtud de la
orden dictada por el primer recurrido. Este acto vulnera su derecho a la libertad personal, en los términos que
este derecho está consagrado por el artículo 19 Nº 7 letra a) de la Constitución Política. De acuerdo a las
razones que se expondrán a continuación, estimamos que esta resolución es ilegal y arbitraria.

I. ANTECEDENTES DE HECHO.

Don José Andrés Bedoya Vargas, ciudadano de nacionalidad colombiana, abandona su país
con la intención de encontrar mejores condiciones de vida. La situación soclal, económica y política, sumado
a la falta de oportunidades en su país que no le permitía desarrollar algún trabajo con el cual mantener de
manera estable a su familia, decide entonces emigrar.

Sale de Colombia, específicamente de Palmira, Valle Del Cauca, y llega a Chile


específicamente el día 04 de abril de 2011.

Hasta ese momento había ingresado de forma regular y pudiendo efectuar la visa de turismo
inicial.

Sin embargo, el pasado 28 de septiembre de 2012 el Octavo Juzgado de Garantía de


Santiago en causa ROL 8248-2012 fue condenado por el delito de robo con violencia a la pena de tres años
las cuales los cumplió el día 10 de octubre del 2015. Posteriormente, y sin haberse llevado a cabo la orden de
expulsión, pudo lograr hacer familia con Lina Lizeth Olivares Gómez y fruto de esa relación nació su hija
Aramy Daylen Bedoya Olivares el 11 de agosto de 2018, inscrita en el Registro Civil en la circunscripción de
San Miguel.

Hoy, el amparado trabaja en el Matadero Franklin como carnicero en un local de ese


establecimiento. El contrato fue celebrado con su empleador, Comercial Santa Carne Ltda., representada
legalmente por Cristián Rodrigo Gómez Heliz, el día 01 de junio de 2019, relación laboral que se mantiene
vigente hasta el día de hoy. Se acompañará en un otrosí de esta presentación. Cabe señalar que el amparado
es una persona que a pesar de haber cometido un delito, no ha vuelto a reincidir en otra conducta alguna y se
reinsertó en la sociedad, hizo familia y ha obtenido una relativa estabilidad económica en nuestro país.
Sumado a eso, todo esto, una vez cumplida la condena se le impuso por el delito anteriormente ya señalado.

Invocando la comisión del delito del cual fue condenado señalado en el artículo 432 del
Código Penal, de la cual cumplió condena el 2015, y al estar reinsertado. E invocando tanto el Ministerio del
Interior como la Policía de Investigaciones que invocan las solicitudes de visas a aquellos extranjeros
peticionarios que fueron rechazadas por haber sido condenados por crimen o simple delito, sin embargo esa
orden de expulsión estando vigente no se ha llevado a cabo y no puede llevarse a cabo debido a que no ha
reincidido en otro delito alguno y se ha reinsertado socialmente con familia, hija y trabajo vigente. (Art. 64 N°1
D.L. 1.094 /1975).

II. FUNDAMENTO DE DERECHO.

1. PROCEDENCIA DE LA ACCION DE AMPARO.

Para Cristián Maturana y Mario Mosquera han definido el recurso de amparo como “la acción
constitucional que cualquier persona puede interponer ante los tribunales superiores, a fin de solicitar que
adopten inmediatamente las providencias que juzguen necesarias para restablecer el imperio del derecho y
asegurar la debida protección al afectado, dejando sin efecto o modificando cualquier acción u omisión
arbitraria o ilegal que importe una privación, o amenaza a la libertad personal y seguridad individual, sin
limitaciones y sin que importe una privación, o amenaza a la libertad persona y seguridad individual, sin
limitaciones y sin que importe el origen de dichos atentados”.

Sobre la acción constitucional de amparo y su procedencia La señalada acción constitucional de


amparo se encuentra consagrada en el artículo 21 de nuestra Constitución Política, en su inciso tercero, que
dispone: “El mismo recurso, y en igual forma, podrá ser deducido en favor de toda persona que ilegalmente
sufra cualquiera otra privación, perturbación o amenaza en su derecho a la libertad personal y seguridad
individual. La respectiva magistratura dictará en tal caso las medidas indicadas en los incisos anteriores que
estime conducentes para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado”.

En lo relativo al derecho fundamental vulnerado en el caso de marras, y que hace procedente la


acción constitucional, el artículo 19 Nº7 de la Constitución Política de la República asegura a todas las
personas el derecho a la libertad personal. Parte de la esfera de la autonomía personal a que la mencionada
disposición constitucional se refiere es lo que se conoce como libertad ambulatoria, consagrada por nuestra
Carta Magna en el literal a) del artículo 19 Nº 7, al establecer que “Toda persona tiene derecho de residir y
permanecer en cualquier lugar de la República, trasladarse de uno a otro y entrar y salir de su territorio, a
condición de que se guarden las normas establecidas en la ley y salvo siempre el perjuicio de terceros”. Dicha
libertad no sólo es reconocida por nuestra Constitución, sino que tambien por Tratados Internacionales en
materia de Derechos Humanos, entre ellos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

En el presente caso, la garantía de la libertad ambulatoria de don José Andrés Bedoya Vargas
ha sido vulnerada por el Decreto N°276 del Ministerio del Interior ya individualizada que ordenó la expulsión
del país, como de la Policía de Investigaciones (PDI) que ya no surte efecto de mi amparado que ya cumplió
la condena, lo que configura una causal de extinción de la responsabilidad penal señalada en nuestro Código
Penal chileno (Art. 93), acto por el cual de ejecutarlo ahora, sería ilegal y arbitrario e imposibilita su
permanencia en el territorio nacional.

2. ACTO ADMINISTRATIVO CADUCADO POR FALTA DE OPORTUNIDAD.

La orden de expulsión dictada con fecha 04 de marzo de 2015 nunca fue cumplida, debido a
que como estaba cumpliendo condena y habiendo tenido antecedentes de buena conducta, la condena la
cumplió con fecha de 10 de octubre de ese año, por lo que progresivamente ha podido reinsertarse
socialmente. Por lo que el acto administrativo del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, como la Policía
de Investigaciones simplemente ha caducado por falta de oportunidad e ineficacia del propio acto
administrativo.

Es así que nuestra Corte Suprema ha pronunciado de manera reiterada lo siguiente: “Que
establecido someramente el marco fáctico y normativo que fundó la medida, es conveniente destacar que las
atribuciones que detenta los órganos de la Administración del Estado son conferidas por la ley en función
directa de la finalidad u objeto del servicio público de que se trate. El ejercicio legítimo de estas atribuciones
exige, además del respeto de los derechos de las personas, una necesaria razonabilidad en la decisión de la
autoridad” (Corte Suorema, CAUSA ROL 12.208-2017, Considerando 3°).

3. EL ACTO ADMINISTRATIVO DISPONE UN MEDIO (EXPULSION) QUE ES


DESPROPORCIONADO RESPECTO A LA PROTECCION DE BIENES JURÍDICOS QUE SE PROPONE,
ATENDIDO A QUE EN EL CASO CONCRETO NO ESTAMOS FRENTE A UNA SANCION NECESARIA
PARA ALCANZAR TAL FIN.

Según lo ha declarado la jurisprudencia, la “arbitrariedad implica carencia de razonabilidad


en el actuar u omitir, falta de proporción entre los motivos y el fin a alcanzar, ausencia de ajuste entre los
medios empleados y el objetivo a obtener, o aún inexistencia de los hechos que fundamenta un actuar, lo que
pugna entre la lógica y la recta razón” (Corte Suprema, 26 de Septiembre de 1996, Revista Gaceta Jurídica
Nº 195, p.64).

A su vez, la Contraloría General de la República ha sido quien ha afirmado que el ejercicio


de las facultades concedidas a la Administración debe ceñirse al principio de proporcionalidad, en tanto en su
Dictamen Nº19.036, de fecha 9 de mayo de 2004, señala que “(…) debe ceñirse al principio de juridicidad, el
que lleva implícito los de racionalidad y proporcionalidad con que deban actuar los órganos de la
Administración, principios que deben observarse en todo procedimiento administrativo, pues las facultades
conferidas por el legislador a la autoridad no pueden ejercerse de manera arbitraria ni discriminatoria”. La
proporcionalidad de un acto siempre se dice respecto de su finalidad. En otras palabras, es necesario verificar
si el medio es idóneo y necesario para alcanzar el fin que el acto se propone.

Este principio consiste en guardar la debida adecuación o proporción entre la gravedad de la


sanción (es decir, el medio), considerando especialmente las circunstancias de hecho y las circunstancias
personales del infractor, y la salvaguarda de los bienes jurídicos que el legislador busca proteger (es decir, el
fin). Esta proporción se aprecia mediante dos criterios que deben darse copulativamente: 1) idoneidad y; 2)
necesidad. Vale decir, el medio debe ser idóneo y necesario para alcanzar el fin.

En este caso, el actuar del Ministerio del Interior y a la Policía de Investigaciones de Chile al
dictar el decreto N°276 del 04 de marzo de 2015, que ordena le expulsión de nuestro amparado no sólo
resulta ilegal y arbitrario, sino también ineficaz, puesto que:

 De sostenerse el “bien común” como finalidad del acto, no se sostiene que este sea alterado por
la residencia o permanencia de nuestro representado en Chile, más aún cuando este ha
demostrado que no pone en peligro ningún bien jurídico, ya que no tiene antecedentes penales
en su país, y solo fue condenado por el simple delito cuya pena ya cumplió y ya está reinserto
en la sociedad; además nuestro representado se encuentra con trabajo estable en nuestro país,
no resultando una carga. En este sentido, la Excelentísima Corte Suprema en la causa ROL
N°1413-2013, ha indicado que “los conceptos en examen (como la convivencia o utilidad social)
tienen relación con la protección de la seguridad del Estado y los cimientos de la
institucionalidad por cuanto respaldan el interés, en general, de la Nación”. En resumen, ningún
bien jurídico se ve peligro por la sola residencia de nuestro representado en Chile.
 Si se estimase que existe peligro para algún bien jurídico por la sola presencia del amparado en
Chile, entonces su expulsión del territorio nacional sí sería idónea para la protección de tales
bienes jurídicos. No obstante, para calificar un acto como proporcionado no basta con la sola
idoneidad del medio para conseguir tal fin.
 La sanción que se dispone en la resolución no era necesaria para proteger bienes jurídicos,
pues de todas las medidas posibles esta es la más gravosa, expulsa del país a nuestro
representado sin siquiera tener en consideración sus antecedentes al momento de evaluar la
razonabilidad del acto. En efecto, tal medida no es necesaria, pues no había peligro para bien
jurídico alguno por la sola presencia de Don José Andrés en Chile, como veremos al tratar sus
antecedentes favorables. • En conclusión, una medida como la que se da en este caso que
vulnera distintos derechos fundamentales consagrados en nuestra Carta Fundamental y,
particularmente la libertad ambulatoria de nuestro representado, sin existir una necesidad de
hacerlo para proteger ciertos bienes jurídicos, es totalmente desproporcionada.

4. LA SANCION RESULTA DESPROPORCIONADA EN ATENCION A LOS BIENES JURÍDICOS QUE


PERJUDICA. EL ACTO ADMINISTRATIVO PRESCINDE DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS, ESPECIALMENTE EN LO RELATIVO A LA UNDAD FAMILIAR Y EL INTERÉS
SUPERIOR DEL NIÑO.

a) La orden de expulsión le impide regularizar su situación en chile, a pesar de que cuenta


con antecedentes favorables.

La orden de expulsión que se encuentra vigente en contra de don JOSE ANDRÉS BEDOYA
VARGAS, impide realizar los trámites necesarios para optar a la residencia temporaria y, eventualmente, a la
permanencia definitiva en Chile, en consideración a que su intención ante todo es permanecer en el país, ya
que es en el territorio de la República donde ha encontrado la oportunidad de desarrollar un proyecto de vida
junto a su pareja e hija de nacionalidad chilena.

Es necesario señalar al respecto, que es un hecho indiscutido que han variado las
circunstancias personales y familiares de nuestro patrocinado. Al respecto, resulta de gran trascendencia
atender a las circunstancias personales y familiares de don JOSE ANDRÉS BEDOYA VARGAS,
especialmente en relación al nacimiento de su hija ARAMY DAYLEN BEDOYA OLIVARES, todo esto con
posterioridad a la condena ya cumplida y con posterioridad a la dictación de la orden de expulsión, el 11 de
agosto de 2018, lo cual no fue ponderado por la autoridad administrativa al momento de dictar la expulsión en
el año 2015. Tampoco, no se pondera la importancia de una persona con familia y relación estable sumado a
que tiene un trabajo y un contrato indefinido con el empleador ya señalado. Es claro en este caso que, hay
riesgo de transgredirse el interés superior de su pequeña hija, ya que se dispone la separación respecto de
sus padres, infringiendo con ello los deberes que se imponen para los Estados en los artículos 3.1, 7.1, 8.1 y
9.1 de la Convención sobre Derechos del Niño (en adelante CDN). En especial el art. 3.1, el cual dispone:

“1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o
privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”.
b) La Protección de la Familia.

De la lectura armónica de estas normas, podemos concluir que uno de los pilares
fundamentales de la CDN es la protección de la familia. En ese sentido, como señala el artículo 9.1 de la
CDN, la separación respecto de los padres sólo se puede justificar en el interés superior del niño, así lo ha
destacado la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su opinión consultiva OC-17/2002, en donde
establece que:

“El niño tiene derecho a vivir con su familia, llamada a satisfacer sus necesidades
materiales, afectivas y psicológicas. El derecho de toda persona a recibir protección contra injerencias
arbitrarias o ilegales en su familia, forma parte, implícitamente, del derecho a la protección de la familia y el
niño (…) (Párrafo 71)

“En conclusión, el niño debe permanecer en su núcleo familiar, salvo que existan razones
determinantes, en función del interés superior de aquél, para optar por separado de su familia. En todo caso,
la separación debe ser excepción y, preferentemente, temporal” (Párrafo 77).

A mayor abundamiento, en casos referidos a migrantes, la Corte Interamericana de


Derechos Humanos ha resaltado:

“El derecho a la vida privada y familiar (comprendiendo el derecho a la unidad familiar); ese
es un tema que trasciende a la dimensión puramente estatal o interestatal que tiene que ser abordado a la luz
de los derechos humanos fundamentales de los trabajadores migrantes, inclusive los indocumentados”1.

Tal como afirma la Corte Interamericana, apoyándose en las Directrices de Riad 99, “la
familia es la unidad central encargada de la integración social primaria del niño”, y por ende, los gobiernos y la
sociedad deben tratar de preservar su integridad”, resulta evidente que una infracción administrativa (en este
caso, la irregularidad migratoria) no configuraría una conducta justificante de una medida que implicará la
separación entre padres e hijos.

Cabe agregar que la protección de la familia ha sido un criterio utilizado reiteradamente por
la Corte Suprema al momento de fallar respecto de casos similares pero relativos a órdenes de expulsión. Así,
en el caso de Ana Plasencia Carbajal, de 14 de septiembre de 2012, rol Nº 7018-12, la Corte señaló:

1
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC 18/03 de 17 de septiembre de 2003,
párrafo 35.
“Así, la decisión en contra de la cual se ha interpuesto esta acción constitucional se torna ilegal por el hecho
de afectar lo dispuesto en el artículo 1° de la Constitución Política de la República que establece que la
familia es el núcleo fundamental de la sociedad, siendo deber del Estado dar protección a la población y a la
familia, así como propender al fortalecimiento de ésta; derechos también consagrados por diversos tratados
internacionales relativos a la protección de la familia, motivo por el que, en caso de llevarse a efecto la medida
en contra de la cual se recurre, se producirá la disgregación del núcleo familiar aludido precedentemente.”

Otro ejemplo es el caso de Carmen Rosa Egusquiza Yanac, de 29 de enero de 2014, rol
N°624-14, en que la Corte señaló:

“5° Que, por otra parte, la expulsión que se impone a la recurrente conlleva el atropello
no sólo del derecho a la libertad de desplazamiento de que goza ella misma, sino que también vulnera los
derechos de protección al niño y a la integridad de la familia que la misma Constitución Política garantiza a la
amparada y su familia”.

c) El Interés Superior del Niño

De esta manera, en este caso existe también una actuación ilegal y arbitraria en contra del
interés superior del niño y la unificación familiar, pues con la inminente expulsión del amparado, se vulneran
las disposiciones constitucionales sobre la protección de la familia, consagradas en diversos tratados
internaciones ratificados y firmados por Chile. Se encuentra fehacientemente acreditado que sus hijos son de
nacionalidad chilena. Lo que el Estado de Chile logrará manteniendo la vigencia de la prohibición de ingreso y
expulsión respecto a la amparada, será desmembrar a una familia ya constituida, separando a uno de sus
elementos fundamentales de los demás integrantes del núcleo familiar.

Los derechos de los niños han sido tomados en consideración y recogidos por diversos
instrumentos tanto nacionales como internacionales ratificados por Chile. Dentro de estos instrumentos
internacionales, Chile publicó el 27 de septiembre de 1990 el Decreto 830, que promulga la Convención sobre
Derechos del Niño. Ésta establece en su artículo 2.2 la obligación de los Estados Partes de tomar “todas las
medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o
castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o
sus tutores o de sus familiares”, y luego señala en su artículo 4 la obligación de los mismos de adoptar “todas
las medidas administrativas, legislativas y de otra índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en la
presente Convención”.
En concordancia con lo anterior, la Convención establece diversos derechos inherentes a los niños, por los
que deberán velar los Estados Partes, dentro de los cuales se encuentran:

i) El derecho a saber quiénes son sus padres y ser cuidados por ellos, a no ser separados de ellos, y a que el
Estado garantice a los padres la posibilidad de cumplir con sus deberes y derechos (artículos 7,8, 9 y 18 de la
CDN):

− Artículo 7.1. El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde
que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a
ser cuidado por ellos.

− Artículo 8.1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su
identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley sin
injerencias ilícitas 2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de su identidad o
de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a
restablecer rápidamente su identidad.

− Artículo 9.1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la
voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de
conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés superior
del niño, tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo, en los casos en que el
niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe
adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño.

− Artículo 18.1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del
principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del
niño. Incumbirá a los padres, o en su caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de la
crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del niño.

Por lo tanto, la medida de autos provoca que tanto para la hija como para la familia del amparado
que residen con él en nuestro país, será un agravio el de separarse de su familia, su hija Aramy en contra de
su voluntad. además de dejarla imposibilitada de cumplir con sus obligaciones de crianza y desarrollo.
ii) El derecho a que su interés superior sea lo primordial a tenerse en cuenta en cada asunto o medida que les
afecte, tanto por parte de instituciones y autoridades públicas como privadas, administrativas, judiciales o
legislativas:

− Artículo 3.1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o
privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. Los Estados Partes se
comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo
en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y,
con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas.

A este respecto, la medida en cuestión no tiene en cuenta el interés superior de los hijos del
amparado, lo que incluye a su hija nacida en Chile, cuanto a tener a un padre, que asegure su protección y
bienestar, que es precisamente aquello lo que Estado debe procurar pensando en el superior interés de ésta.
En este sentido, a la niña se le privará de la presencia de su padre si se decreta la medida de expulsión por
una conducta punible y condena ya cumplida. Con todo, la misma Convención Americana en su artículo 19
establece que “Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requieren por
parte de su familia, de la sociedad y del Estado”.

Finalmente, es de suma importancia la Opinión Consultiva N°21 de la Corte Interamericana


de Derechos Humanos (en adelante, la Corte IDH), OC-21/14 de 19 de agosto de 2014 sobre Derechos y
garantías de niñas y niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de protección internacional.

Al respecto la Corte IDH señaló en el punto n°13 del título XVI llamado “Opinión”, que
“Cualquier órgano administrativo o judicial que deba decidir acerca de la separación familiar por expulsión
motivada por la condición migratoria de uno o ambos progenitores debe emplear un análisis de ponderación,
que contemple las circunstancias particulares del caso concreto y garantice una decisión individual,
priorizando en cada caso el interés superior de la niña o del niño. En aquellos supuestos en que la niña o el
niño tiene derecho a la nacionalidad del país del cual uno o ambos progenitores pueden ser expulsados, o
bien cumple con las condiciones legales para residir permanentemente allí, los Estados no pueden expulsar a
uno o ambos progenitores por infracciones migratorias de carácter administrativo, pues se sacrifica de forma
irrazonable o desmedida el derecho a la vida familiar de la niña o del niño.”

Así, la hija del amparado es chilena para efectos constitucionales, y la medida de expulsión vigente
respectiva, carece de eficacia, ya que la niña nació tres años después de cumplida la condena, y nuestro
amparado no ha vuelto a cometer otra conducta punitiva y se ha reinsertado con un trabajo estable, y en el
tiempo que fue dictada la orden fundada en un delito, el cual en la Opinión Consultiva, sacrificando de forma
desmedida el derecho a la vida familiar de sus hijos y el interés superior de ella.

En conclusión, todos los derechos recién mencionados le son inherentes a la hija del
amparado, por su condición de niña, y pueden ser vulnerada, como se ha explicado, en el caso que se
efectúe la correspondiente expulsión dejará desprotegida a una familia sin su padre presente, sumado a
perder automáticamente su trabajo estable, sabiendo que la existencia de una familia y una relación estable
con su hija que se constituye en este caso como sustento de cuidado y de apoyo emocional, espiritual y
afectivo. Muy por el contrario, el Estado debiera garantizarle al hijo del amparado un desarrollo integral y una
vida digna, al igual que las condiciones materiales y afectivas que les permitan crecer de manera sana física,
mental y espiritualmente, vivir plenamente y alcanzar su máximo bienestar posible. La medida en cuestión ya
ha provocado un daño que en algún sentido es irreparable, sin embargo, revertirla es la única forma de
detener las vulneraciones a los derechos mencionadas en el caso de autos.

Nuestra Corte Suprema ha resuelto sobre este ámbito de acciones de amparo como una
medida gravosa que lesionar la debida protección a la familia, “de manera que de ejecutarse la medida
ciertamente lesionaría la protección de la familia y el interés superior del menor, pues perturbará su identidad
familiar y nacional, infringiendo los deberes que se imponen para los Estados en los artículos 3.1, 7.1, 8.1 y
9.1 de la Convención de los Derechos del Niño y se afectaría lo dispuesto en el artículo 1° de la Constitución
Política de la República que establece que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, siendo deber
del Estado dar protección a la población y a la familia, así como propender al fortalecimiento de ésta”. (Corte
Suprema, Causa ROL 12.208-2017, Considerando 5°)

“Que, en consecuencia, los motivos que se han invocado por la autoridad carecen de
proporcionalidad en relación con la naturaleza, gravedad y ámbito de la infracción sancionada y el tiempo
transcurrido desde su comisión, por lo que considerando la afectación, que de manera irremediable producirá
en el medio familiar de la recurrente…” (Corte Suprema, Causa ROL 12.208-2017, Considerando 6°).

5. LA CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS CONSAGRA QUE EL FIN ESENCIAL


DE LAS PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD ES LA READAPTACIÓN SOCIAL DE LOS CONDENADOS

El artículo 5 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, la


Convención), instrumento internacional en materia de derechos humanos suscrito y ratificado por nuestro
país, establece en su número 6 que “Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la
reforma y la readaptación social de los condenados”.

Si bien es cierto don JOSÉ ANDRÉS fue condenado por el delito de robo con intimidación,
cumplió la totalidad de esta pena, así lo señala Gendarmería de Chile, y de no haber cometido otro delito en
todo ese tiempo, puesto que muy lejos de representar un peligro para la sociedad, nuestro amparado podía
significar un aporte para ésta, lo que significa que se reinsertó en la sociedad haciendo familia y consiguiendo
un trabajo estable. En definitiva, Gendarmería de Chile, siguiendo las directrices establecidas en la
Convención, nunca hizo efectiva la orden de expulsión debido a su buena conducta mientras cumplía la pena
lo que de acuerdo a la propia institución, habiendo tomado en consideración que, bajo sus estrictos
estándares técnicos y psicosociales, don JOSÉ ANDRÉS BEDOYA es una persona plenamente readaptada
socialmente. Este razonamiento es consecuente con lo expuesto tanto en el apartado HECHOS como en el
apartado relativo a la PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN, toda vez que JOSÉ ANDRES BEDOYA VARGAS
despliega un desarrollo social, laboral y afectivo arraigado en Chile.

Por otra parte, el Decreto que ordena la expulsión de don JOSÉ ANDRÉS BEDOYA invoca
el Decreto Ley 1094 de 1975 y el Reglamento de Extranjería, como normas sustantivas para fundamentar
dicha resolución. Las normas citadas dicen relación con las facultades del Ministerio del Interior para expulsar
a extranjeros que han cometido “ofensas contra la moral y las buenas costumbres”. No obstante, si la
Convención establece que el fin de la pena es la rehabilitación del condenado, y por otra parte, don JOSÉ
ANDRÉS ha cumplido su condena, el Decreto que ordena su expulsión desvirtúa los fines establecidos en la
Convención respecto de las penas privativas de libertad, toda vez que don JOSÉ ANDRES es una persona
socialmente rehabilitada, cuestión acreditada por Gendarmería de Chile, sumado a que tiene contrato de
trabajo estable y familia ya constituida. Cumplido su castigo, no corresponde sancionarlo nuevamente por el
mismo hecho.

POR TANTO, en virtud de los hechos expuestos y las normas invocadas,

SOLICITO A S.S. ILUSTRÍSIMA, tener por interpuesta la acción constitucional de amparo, acogerla y, en
definitiva, dejar sin efecto el Decreto N°276, del Ministerio del Interior y en contra de la Policía de
Investigaciones de Chile (PDI), mediante el cual dispuso la expulsión de nuestro representado del país.

PRIMER OTROSÍ: Vengo en solicitar a S.S. Ilustrísima que en virtud de sus facultades conservadoras
-facultades que lo convierten en el órgano encargado de restablecer el derecho quebrantado por la violación
de garantías constitucionales, como en el caso del Derecho a la Libertad Personal consagrado en el artículo
19 N°7 de la Constitución Política de la República-, proceda a dictar de conformidad al artículo 192 del Código
de Procedimiento Civil ORDEN DE NO INNOVAR, con el objeto que suspenda los efectos de la resolución
recurrida o paralice su cumplimiento mientras no se resuelva esta acción, ordenando que no se haga efectiva
la expulsión del país, decretada en el Decreto N°276 de fecha 4 de marzo de 2015. Esto con la finalidad de
asegurar la debida ejecución de la resolución que S.S Ilustrísima adopte en virtud del presente recurso y para
que no se haga ilusoria la providencia que se disponga al efecto, para restablecer el imperio del derecho en
caso de acoger la presente acción constitucional

SEGUNDO OTROSI: Solicito a S.S. Ilustrísima que se pida informe al Ministerio del Interior y Seguridad
Pública y a la Policía de Investigaciones, por la vía más rápida y expedita, sobre la situación migratoria del
amparado. Por tanto, solicito a S.S. Ilustrísima acceder a lo solicitado, recabando dicho informe a la brevedad.

TERCER OTROSI: Solicito a S.S. Ilustrísima tener por acompañados los siguientes documentos con citación:

1. Copia simple del Decreto N°276 del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de fecha 04 de marzo
de 2015.
2. Copia simple del acta de notificación de la Policía de Investigaciones (PDI) que dispuso de la
expulsión de nuestro amparado.
3. Copia simple del contrato de trabajo suscrito entre nuestro amparado con la empleadora
Comercializadora Santa Carne Ltda., suscrita ante notario vigente desde el 01 de junio de 2019.
4. Acta de nacimiento de Arami Daylen Bedoya Olivares emanado desde el Registro Civil e
Identificación.
5. Copia simple del Informe de Cumplimiento N°62 de Gendarmería de Chile de fecha 12 de junio de
2015 que consta el cumplimiento efectivo de la pena a la que fue condenado por el delito respectivo.
6. Copia simple del pasaporte colombiano de don JOSÉ ANDRÉS BEDOYA VARGAS número de
pasaporte AS035395.
7. Copia simple de informe emanado del Departamento de Extranjería y Migración (DEM) de fecha 17
de marzo de 2017 que no acogió a trámite la solicitud de la visa sujeta a contrato o temporaria.

Por tanto, solicito a S.S. Ilustrísima, tener por acompañados los documentos referidos, con citación.

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