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TEORÍA AMBIENTALISTA

Desestimando las proposiciones de las teorías nativistas, las cuales aseguran que
los dotes innatos son primordiales a la hora de desarrollar una lengua, la teoría
ambientalista hace su aparición sosteniendo como bandera que la educación y la
experiencia son factores mucho más determinantes.
Según esta teoría, las interacciones que pueda tener el infante con el adulto durante
su desarrollo, son las que definirán el desarrollo de la lengua. De acuerdo a Lacerda et
al (2003) todo infante es capaz de ir adquiriendo las diversas estructuras que presenta
una lengua al aprender las asociaciones relevantes entre los sonidos de las palabras y
alguna otra característica sensorial, gracias a la exposición al idioma que este tenga
en su medio ambiente.
Esta ambiciosa teoría, toma en cuenta las capacidades auditivas que se tienen
inclusive antes de nacer, cuando se está desarrollando el feto. Está comprobado
científicamente que el feto desarrolla capacidades auditivas a los ciento cincuenta
(150) días de su gestación y que muchos médicos aconsejan a los padres estimular al
bebé hablándole durante estas etapas. Según la teoría ambientalista, el infante gestado
de este modo, es capaz de reconocer el patrón rítmico del discurso de la madre.
Debido a lo antes expuesto, se considera que todo lo que el bebé pueda aprender
durante el tiempo de gestación, lo obtuvo gracias a los estímulos ambientales a los
que estuvo expuesto antes de nacer.
Los detractores de esta teoría afirman que la cantidad de sonidos que puede
percibir el infante durante su gestación se ven afectados por el líquido amniótico que
le rodea, pero los expertos en el tema refutan diciendo que si bien la gama de sonidos
se ve limitada, los padres pueden concentrarse en los sonidos de baja frecuencia que
si traspasan con facilidad y una vez que nazca el bebé, su cerebro comenzará a
compaginar esos estímulos recibidos cuando se encontraba en el vientre de la madre
con los que recibe en la exposición directa a sus padres.
Además, según afirma Lacerda, la comunicación directa con los padres no es la
única que le permitirá al infante desarrollar su idioma, también se encuentra el resto
de los familiares quienes podrán aportar sus ritmos, entonaciones y acentos para
aumentar esa exposición natural del niño hacia la lengua. Pasado el tiempo, el niño se
verá envuelto en otro medio ambiente que le permitirá desarrollar y adquirir más
fluidez y vocabulario al expresarse; estamos hablando de la etapa escolar.
Considerando las características del sistema educativo de Venezuela, donde los
niños asisten a un maternal aun estando en tiernas edades, aparece un nuevo tipo de
exposición a la lengua: la comunicación niño-niño. Esta es una etapa crítica que
define gran parte del desarrollo que tendrá el idioma del niño, debido a que, por lo
general, pasa más tiempo en una guardería que con sus padres, generando más
exposiciones naturales.
Personalmente considero que esta teoría ambientalista plantea una hipótesis muy
valedera si consideramos que es totalmente cierto que el estímulo de los padres en las
etapas de gestación es crucial para el desarrollo del idioma. Pero esta teoría
ambientalista no deja de tener mucho en común con la de Chomsky y su Language
Acquisition Device (LAD), debido a que el lingüista se refería a ese dispositivo con el
que todo ser humano nace y que le permite aprender un idioma, mientras que en la
teoría ambientalista afirman que el LAD se desarrolla solamente mediante los
estímulos que recibe el infante en sus etapas de gestación.
Esta es una de las teorías más recientes, tomando en cuenta que las investigaciones
llevadas a cabo por Lacerda y sus colaboradores datan del año dos mil tres (2003), sin
embargo, está muy bien basada en estudios de psicología infantil y del desarrollo
emocional. Su principal arma es que si el individuo no recibe estímulos del medio
ambiente, no se sentirá motivado a aprender la lengua, mas si cada intento por
producirla es premiado, se fijará en su psique esa estructura y el aprendizaje se
desarrollará vertiginosamente, tal cual lo formuló Skinner (1957).
Se podría decir que esta teoría se implementa a sí misma en el proceso de
aprendizaje de un alengua extranjera, debido a que los estímulos externos que recibe
el individuo serán los que determinarán su nivel de aprendizaje y eso se aplica a casi
todas las teorías. Queda esperar a que los estudios iniciados por los expertos en esta
teoría rindan sus frutos para determinar una utilidad futura mayor de la misma que
permita desligarla por completo de la teoría de Chomsky.

Referencias

B.F Skinner. (1957) Verbal Learning. USA, New York: Appleton-Century-Crofts.


Disponible en: http://tip.psychology.org/skinner.html [Consulta: Marzo 2011]

Lacerda, F. et al (2003). Ecological Theory Of Language Acquisition. Suecia.


Departamento de Lingüística de la ciudad de Estocolmo. Disponible en:
http://cogprints.org/4069/1/lacerda.pdf [Consulta: Marzo 2011]

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