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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
uoí
MANUAL
BE LITERATURA LATINA.
MANUAL ^-0l4
LITERATURA LATINA,
C(H EU BUTI ROTICIA ^-72
DE Li LITERATURA LATINO-CRISTIANA,
T UH CATALOGO BIBLIOGRAFICO *
DE US OBBAS T LOS ESCRITORES, REUNIDOS POR GRONOVIO
T GREVIO EN SUS VOLUMINOSAS COLECCIONES, PARA QUE
SIRVA DE COMPLEMENTO A TODA LA HISTORIA DE LA LITE
RATURA CLASICA, CONTENIDA EN ESTE MANUAL T EN EL DE
LITERATURA GRIEGA.
ESCRITO
MADRID: 1862.
ESTABLECIMIENTO TIPOGRAFICO DE D. FRANCISCO DE P. MELLADO,
calle de Sania Teresa , núm. 8.
DEDICATORIA
SALVADOS COSTANZO.
PRÓLOGO.
DE LITERATURA LATINA.
PRIMER PERIODO.
DE LA LENGUA LATINA,
SD ORIGEN Y FORMACION.
ROMA Y LA ETRUR1A.
Triumphe! etc.
LEYES REGIAS.
PARAPHRAS1S.
PARAPHASIS.
TRADUCCION CASTELLANA.
TRADUCCION CASTELLANA.
Esto es:
TRADUCCION CASTELLANA.
(I) V. Tit. Liv., lib. XL, cap. XXIX.—Plinio, lib. XIII, capí-
lüloXHI.—Valerio Máximo, lib. I, cap. I, n. 12.—Plutarco, vida
de Numa.—Lactando, de {ais, relig,, Ijb, I„ cap. XXU,
SEGUNDO PERIODO.
IDEAS PRELIMINARES.
LIVIO ANDRONICO.
ENNIO.
CN. NEVIO.
MARCO PACUVIO.
LUCIO ACIO.
Aufert
Pacuvius docti famara senis, Accius alti.
(Epist. lib. 2., ep. 1., v.55.)
COMEDIA. ,
PLAUTO.
n^ERENCIO.
(3)
(1) Noct.
(2) V.
Ep.lib.
i, At.,
lib.
I delib.
2,suv.hist.
2,69.
cap. 23.
— 47 —
adquirió todos los derechos de ciudadanía y fué lla
mado Publio Terencio, en honor de su amo.
Muchos hombres preclaros de la antigüedad, y
i>s críticos y eruditos de mas mérito, que han deseo-
liado por sus conocimientos y refinado juicio, convie
nen en que Terencio merece ocupar el primer puesto
entre los dramáticos latinos. Pero nosotros, aunque
juzgamos muy acertada esta opinion, no queremos
pasar por alto que sus comedias son menos espontá
neas que las de Plauto. La pintura de las costuml.res
romanas está muy lejos en Terencio de ser plebeya ó
chocarrera y licenciosa; su lenguage es castizo y su
estilo muy elegante; el plan de sus comedias es muy
regular y bien trazado; pero carece con frecuencia
de aquella inspiracion que da viveza al diálogo, y de
aquel numen propio mas bien del génio que del ar
te (1). Es cierto, sin embargo, que Plauto y Terencio
SATIRA.
ENNIO.—PACUVIO.—LUCILIO.
(1) Ita deditos sibi adhuc habet ama lores, ut cum non ejus-
üem modo operis autoribus , sed omnibus poelis prmferre non
dubitent.—Quint. Orat. lib. X.cap. 1.°
(2) Horacio en la sátira 4 del libro 1 .• se espresa en esta for
ma acerca de Lucilio :
{Trad. de Burgos).
— 60 —
titud de noticias, tan importantes como curiosas,
acerca de sus sátiras y otras obras que se le atribu
yen , podrán leer su biografía en el Diccionario his
tórico y crítico de Pedro Bayle.
Pertenece tambien á este período, que vamos re
corriendo, un pequeño poema satírico, titulado Diros
in Battarum , «Imprecaciones contra Bataro,» escrito
por Valerio Caton , célebre gramático del tiempo de
Sila. Suetonio, á quien se atribuye generalmente la
obra sobre los ilustres gramáticos de la antigüedad,
dice que Caton perdió todo su patrimonio en la pri
mera guerra civil , y que Bataro , blanco de su sáti
ra, se lo apropió. El mismo Suetonio nos habla de
cierto Furio, natural de Cremona, escritor satírico de
mucho mérito ; pero sus obras no han llegado á la
posteridad, y sabemos únicamente que algunos es
critores modernos le colocaban al lado de Horacio.
EPIGRAMA (1).
versus Aiorruii
PROSA.
VERSL'S L1CJ5II.
VERSES CATULI.
*Aufugü mi animus; credo, ut solet, ad Theolimum
Dtvenit. Sic est; perfugium illud habet.
Quid si non interdixem, ne illunc fugilivum
Milteret ad se intro, sed magis ejicerel?
Ibimu' qiuuitum. Penan , ne ipsi, teneamur ,
Forntido. Quid ago? Da Venu consilium.»
en griego,
Calpurnio
además
Pisonde, ásus
quien
Anales
se redactados
dió el sobrenombre
en latin.
ELOCUENCIA.
FILOSOFIA.
JURISPRUDENCIA.
GRAMATICA.
SIGLO DE AUGUSTO.
IDEAS PRELIMINARES.
(1) F.pist.
(2) No pasa fam.deVII.
ser27.—Ad.
una conjetura
Attic. IV.
que10.Lúculo las mandó
POESIA DRAMATICA.
- 93 -
cias del público, que concurría á estas funciones tea
trales con ánimo de pasar un rato muy divertido,
presenciando bufonadas y chocarrerías. El papel de
Gracioso lo desempeñaba el primero y mas esperi-
mentado de los actores, y á fin de que todos cono
cieran su mucha importancia se le llamaba por antono
masia el actor. Cuando habia en los mimos muchos
interlocutores, este personage recitaba un monólogo,
se retiraba y volvia á salir á la escena cuando la ac
cion necesitaba sus chistes groseros y sus impertinen
cias para provocar la risa. En los mimos sucedia
muy amenudo que el actor, despues de haber agotado
sus chistes, hablando á la ventura y con estravagan-
cia, se quedaba muy corto y sin saber que decir; en
tonces se escapaba para zafarse del compromiso, y se
ponia término á la funcion.
Los antiguos escritores, que nos refieren todas
estas particularidades, añaden que el papel del actor
solia confiarse al que habia trazado el plan del mi
mo, y que los que se dedicaban á este oficio, no ins
piraban respeto ninguno. Pero andando el tiempo los
mimos tomaron en Roma formas mas regulares, y se
parándose del método antiguo, que casi los confun
dia con las atelanas por su mordacidad y sátiras gro
seras, adquirieron cierta importancia. Con efecto, sa
bemos que Julio César se manifestó propicio á este
género de espectáculos, y que obligó á Décimo La-
berio, caballero romano (45 años antes de Jesucristo)
y buen compositor de mimos, á salir á la escena y
- 94 -
desempeñar el papel de actor. Laberio, qne se habia
dedicado á este género de composicion en el retiro
de su gabinete, tan solo para ocupar su tiempo agra
dablemente, rechazó en un principio las instancias
del dictador, diciéndole que su nobleza, su edad
sexagenaria y el papel indecoroso de histrion le ve
daban salir á la escena. Pero César se obstinó en su
propósito, y Laberio tuvo que ceder á la pertinacia
del tirano. Macrobio nos refiere en sus Saturnales
todos los pormenores del hecho que acabamos de
consignar, y nos ha conservado tambien el prólogo
que recitó Laberio cuando salió á la escena : monu
mento muy apreciable de la literatura romana. Nos
otros vamos á trascribirlo en nota, porque es digno
de un verdadero republicano, que despues de hab*r
cedido á la violencia, se justifica con nobleza y li
bertad (1). Los mimos de Laberio no han resistido al
EPOPEYA.
VATES EPICOSVIRGILIO.
DEL SIGLO DE AUGUSTO.
Ad Maronis mausoleum
Ductus, fudít su por eum
Pia? rorera lacrymae;
Quem le, inquit , reddidisscm .
Sí tu vívum invenissem,
Poetarum maxime!
El celebre P. Hardouin , cuyas obras revelan un gran fondo
de erudicion y un genio absurdo, sostuvo que la Eneida de Vir
gilio es un libro apócrifo del siglo XIII, compuesto por un fraile
de San Benito, que se propuso describir alegóricamente el viage
de San Pedro á Roma. Segun el P. Hardouin , toda la fábula Be
— 108 —
estas palabras muy memorables: «Nada pierde el es
píritu de su delicadeza , si á pesar de lo que ha he
CATULO.—OVIDIO.
Purpureo
Vertuntur
Ecce,
Illa redit,
metujuvenemque
tingit
faciem
nondum
i)endentia
: madefactaque
posito,
oculis
mora
neanimoque
fallat
colore.
sanguine
amantem,
requirit,
radix
Membra
Pellidiorasolum,
gerens,retroque
exhorruit
nedem
tequoris
tulit instar,
: oraque buxo
Quod
Percutit
Et
Sedlaniata
postquam
fremit,
indignos
comas
exigua
remorata
, claro
amplcxaque
cumplangore
suos
summum
cognovit
corpus
lacertos:
stringitur
amantis.
amores,aura.
Pyramus
KA nomenerexit,
Thisbes
visaque
oculosrecondidit
jam morte illa.
gravatos
Qnae
Vidit
Perdidit
Haec postquam
ebur
manus,
infeiix.
vacuum
estvestcmque
Est
et ;amor
et
tuamihi
te; dabit
suam
manus
fortishic
cognovit,
,ininquit,
inusum
vulnera
etamorque
ense
vires.
— 120 —
gumento: y muchas fábulas, que se encuentran en
un poema de Nicandro, estractado por el gramático
Antonio Liberal, se hallan tambien en Ovidio. Sabe-
dijo: «Una sola noche ha perdido á dos amantes. Ella era loda-
Tía muy digna de vivir largo tiempo, y el culpable soy yo: he
sido cansa de tu muerte, mujer desventurada , mandándote
venir de noche á un parage que inspira tanto temor, sin apre
surarme á venir primero : y vosotros todos, fieros leones, que
habitais estas cavernas , despedazad mi cuerpo y estas entrañas
pérfidas, con vuestro agudo diente; pero es propio de los co
bardes invocar la muerte.»—Coge, pues, el velo de Tisbe , lo
lleva al parage en donde está el árbol señalado para la cita ; lo
baña de lágrimas, lo besa repetidas vect.'s, y luego dice: «Heci-
be tambien mi sangre.» Se traspasa el pecho con su espada ; la
saca al instante de la herida que humeaba, y cae de espaldas
moribundo. Su sangre brota con una violencia muy parecida á
la del agua, que corta el aire con sutil estridor , cuando sale de
un tubo roto de plomo. El árbol, rociado do sangre, convierto
su color en negro , y las moras toman un color de púrpura muy
subido.
Tisbe, no recobrada aun del susto , vuelve para no faltar á la
amorosa cita, y busca anhelosamente con sus miradas á Píramo,
para contarle el grave riesgo de que se ha libertado. Vé el árbol,
y le parece aquel el lugar de la cita; pero su color la hace du
dar, y no sabe si está en otro parage, cuando en medio de su
incertidumbre ve en el suelo un cuerpo empapado en sangre , y
palpitando aun: retrocede, y quedando am¡irilla mas que el
tox , se estremece como el mar, cuando un céfiro ligero agita su
superficie. Pero al cabo de pocos instante* reconoce á su aman-
**, y entonces descarga fieros golpes sobre sus inocentes miem
bros. Destrenzada su cabellera, abraza el cuerpo del amante;
llena de lágrimas su herida ; me/.cla el llanto con su sangre ; y
colmando da besos su yerto rostro, esclama: «iPíramo! ¿Qué
acontecimiento funesto me ha separado de tí? Píramo, respon
— 122 —
material á Ovidio para sus Metamorfosis, podríamos
emitir un fallo terminante, y tan exacto como impar"
cial, acerca de su verdadero mérito, é indicar en es
tas páginas lo que nuestro vate tradujo de otros es
critores, lo que añadió, lo que reformó. Pero, no pu-
diendo satisfacer tan justo deseo, y debiendo atener
nos sobre el particular á conjeturas, mas ó menos
probables, podemos decir únicamente en abono do
Ovidio, que los escritores, que le precedieron y tra
taron de las Metamórfosis mitológicas de hombres y
dioses, no dieron á sus producciones, por lo que pa
rece, la forma ingeniosa de un poema único, en que
figuran una multitud de fábulas y personages, que sé
POESIA DIDACTICA.
LUCRECIO.
VIRGILIO.
OVIDIO.
Par
Sed
Exuede
ervi
cumulent
mensura
palea libras
tegminibusque
decem
ordeamadefiot
nuda
suis.
duas.
ab ovis ;
Hax
Et,
Lenta
quae
ubijube
prima
ventosas
scabra
cadunt
fuerint
frangat
vivaci
siccata
asella
cornua
mola
per cervo,
auras.
;
Traduccion castellana.
Aprended, niñas, los cuidados que exige vuestro rostro, y de
qué modo podeis conservar vuestra hermosura. A una tierra es
téril so la obliga cultivándola á prodigar los dones de Ceros , y á
despojarse de los cardos espinosos. El cultivo endulza la aspere
za do las frutas, y el árbol enjertado so engalana con riquezas
adoptivas. Mediante el arto, que satisface nuestros deseos , se
doran las altas bóvedas, y la tierra pierde su color sombrío
bajo el mármol con que se la encubre. La lana adquiere brillo
sumergida repetidas veces en calderas de púrpura de Tiro, y la
India regala nuestro lujo con el marfil partido en pedazos. Las
antiguas sabinas prefirieron tal vez. en tiempo del rey Tacio , el
cultivo del campo paterno al cuidado de sí mismas, y la matro
na rolliza, desgarbadamente sentada sobre un elevado poyo , te
ocupaba en hilar sin interrupcion con sus laboriosos dedos. Ella
misma encerraba en el radil los corderos, que su hija había lle
vado á pastar, y ella misma mantenía encendido el fuego arro
jándole aarzas y leños. Pero vuestras madres han dado á luz ni
ñas delicadas: quereis cubrir vuestros miembros con trages bor
dados de oro; quereis variar el peinado de vuestras perfumadas
cabelleras; quereis que deslumbre vuestra mano, adornada da
— 139 —
p*ces. Cuenta que el denton, encerrado en la ñas», no
intenta huir sacando la cabeza ni mete el hocico en
los mimbres, que pueden dañarle, sino queda repeti-
que
nes robustos,
viene de yla triturados
tierra ilírica;
no pase
Ies hagas
su peso
amasar
de unajunios
onza por
; añádase
jdve-
luego la sustancia que emplea en construir su nido el alcion las -
limero, y se tendrá un específico para quitar las manchas del
rostro : este cosmético se llama alcionco. Si quieres saber la dd-
sis que juzgo suficiente , sea lo que pese una onza dividida en
(los partes. Para amalgamar esta mezcla, y untar con ella el
cuerpo, añádasela miel virgen del Mica. Aunque el incienso
agrada á los dioses y aplaca su cdlera, no por esto se ha de que
mar todo en sus templos: mezclarás, pues, el incienso con el
nitro, que quita los granos del cutis , empleando cuatro onzas
decada uno en porcion igual. Añádase un pedazo de goma ar
rancada de la corteza de un árbol; pero que sea menos de una
cuarta parte, y añádase uu pequeño cubo de untuosa mirra: des
pues de haberlo triturado todo , ciernelo el cedazo, y destie este
polvo con miel.
MARCO MAN1LI0.
- 148 -
conceptos. En cuanto á la segunda, tiene menos fun
damento aun, porque, bien sea que quiera suponer
se que Manilio escribió bajo Augusto, ó que floreció
en tiempo de Tiberio , lo cierto es, que Roma fué
inundada por una multitud de astrólogos y adivinos
en el último período de la república y durante el
imperio. Nosotros, pues, ateniéndonos á la opinion
de Pingré, célebre traductor francés del Astronomicon,
creemos que nuestro vate fué romano, como él mis
mo lo afirma en su poema (1) , y que pertenece al
número muy selecto de los vates, que han inmortali
zado el siglo de Augusto.
El Astronomicon es un poema en que Marco Mani
lio hermana la esposicion de un reducido número
de conocimientos astronómicos con los sueños y ab
surdos astrológicos de la antigüedad. En el primer
libro trata de la esfera celeste, y comienza por hacer
(1) A lin de dar á los lectores una idea de los versos ele
jamos y armoniosos de Marco Manilio, vamos á trascribir á con
tinuacion una parte del episodio de Andrómeda, que es indis
putablemente uno de los mejores trozos del Astronomicon.
Traduccion castellana:
SATIRA.
M. TERENCIO VARRON.
OVIDIO.
VALERIO CATON.
HORACIO.
EPISTOLAS.
HORACIO.
OVIDIO.
POESIA LIRICA.
HORACIO.
ELEGIA.
T1BUL0.
PROPERCIO.
OVIDIO.
i<) Mecio Fufeto, principe de los alba nos y aliado de loa romanos,
Mbiendo engañado á eslos últimos en una guerra que sostuvieron contra
»» Renatos, Tillo Hostilo mandó descuartizarle.
— 188 -
dos de los mismos defectos, las carias del Ponto fati
gan menos el ánimo de los lectores, porque en ellas
no figura únicamente el vate, abrumado de tristeza y
dolor.
Se atribuyen tambien á Ovidio otras elegías, co
mo el Nogal, la Pulga, Filomela, y la Consolacion á Li-
via por la muerte de Druso. Las tres primeras, se cree
con algun fundamento, que pertenecen á una época
posterior al siglo de Augusto, porque no tienen aquel
sabor de clasicismo muy propio de los vates, que en
tonces florecian: la Consolacion á Livia, por el contra
rio, es digna de aquel siglo. Pero, sea como fuere, lo
cierto es, que los mejores críticos niegan su autenti
cidad. Los que deseen tener mas noticias sobre el
particular, podrán encontrarlas en Tiraboschi, y en
otros muchos escritores del siglo XVI. Nosotros per
suadidos de que cuestiones semejantes no son de la
índole de nuestra obra, la cual es mas bien un com
pendio que un tratado de literatura latina, nos cree
mos dispensados de meternos en honduras eru
ditas (1).
VIRGILIO.
EPIGRAMA.
tinto del nuestro del mismo nombre, llamado por los antiguos
romanos Jberus.—V. Ortelio , Thesaurus Geográph 'tcus pal.
HebruSj y el Diccionario de Nebrija.
— 196 —
sobre un infame banquete á que habia asistido Au
gusto antes de ser emperador.
PROSA.
SALUSTIO.
CORNELIO NEPOTE.
TITO LIVIO.
J
— 223 —
cuarenta libros, divididos en décadas, mas bien por
los copistas que por nuestro autor, y que compren
dian el largo período de setecientos cuarenta y cua
prenden
tro años,los
tenemos
cuatrocientos
los diez sesenta
primerosaños
libros,
primitivos
qnp mrr|.
de
TROGO POMPEYO.
FASTOS CAPITOLINOS.
tí) Sic enim fastos actaque publica relatum est Suct. Vil,
Tib. n.° 5
- 232 -
leccion , corroída por el tiempo , ó á consecuencia
de otras causas que ignoramos , Tiberio ordenó que
tres senadores reuniesen lo que de ella quedaba , y
buscasen el resto. (1) Esta última circunstancia nos
da á conocer que se permitia á los particulares co
piar las actas mencionadas.
Estos breves apuntes se hallan consignados en
todos los principales autores que se han ocupado en
escribir la historia literaria del pueblo rey; pero
ninguno habia tratado esta materia hasta la primera
mitad del presente siglo tan detenida y estensamente,
con tanta copia de datos y erudicion peregrina , como
M. J. Vict. Le Clerc en su obra titulada Journaur
chez lesromains. (Periódicos entre los romanos.) Pa
rís MDCCCXXXVIII.
Nosotros, considerando que no circulan en Espa
ña muchos ejemplares de esta apreciable monogra-
fíj , y que una breve noticia de ella puede dar lustre
y novedad á este Manual, redactado por nuestra mal
cortada péñola, vamos primero á insertar en caste
llano el índice de sus capítulos, que manifiestan la
importancia del trabajo, vamos luego á dar una idea
compendiada del testo, y vamos por último á repro
ducir en latin, acompañándoles de nuestra traduc-
LNDfCE.
Introduccion.
I. Origen y composicion de los anales de los pon
tífices.
II. Duracion bajo varias formas do los anales de
los pontífices.
III. Del valor histórico de los grandes anales.
Resumen de toda la memoria al fin de esta ter
cera parte de los periódicos entre los romanos.
Existencia cierta de los periódicos romanos bajo
el imperio.
La existencia de los actos diversos ó periódicos,
coleccion pública de noticias, está confirmada en
cuanto á la época del imperio romano, por Plinio el
Anticuo, Suetonio, Tácito, Petronio, Plinio el Joven,
Solino, Dion Casio, Lampridio, Vopisco, y de un
modo menos preciso, de los dos Sénecas y Jo venal.
Pero es menester averiguar primero si estos periódi
cos comenzaron mucho antes, ó si los supuestos
periódicos romanos, publicados en 1615 y 1692,
pueden contribuir á aclarar este punto de anti
giiedad.
— 234 —
PRIMERA PARTE.
SEGUIDA PARTK.
APENDICE
AUTÉNTICOS.
A. C. c. 744, A. c. B. 80.
1MP. CLAUDIO,
o. c. 800, J. c. 47.
CLAUDIO EMPERADOR.
DE J. C. 47.
IMP. NERONE.
ü. C. 810, J. C. 87.
NERON EMPERADOR.
DE I. C. 87.
v. c. 819, J. c.66.
«Huic uni
incolumitas tua, tuae artes, sine honore. Prosperas
principis res spernit: etiamne luctibus et doloribus no
satiatur? Ejusdem animi est, Poppeam divam non
credere, cujus in cta divi Angusti et divi Julii non
MAN. DE LIT. LATINA. 16
— 24-2 —
jurare. Spernit religiones, abrogat leges. Diurna po-
puli romani per provincias, per exercitus, curatius le-
guntur, ut noscatur, quid Thrasea nonfecerit.» Id.
Annal., XVI, 22.
DEJ.C.66.
ELOCUENCIA
CICERON.
(I) V. Ad. Alt. Ep. XVI, Edic. Nisard, t. o.° de las obras de
Ciceron, pág. 595.
— 261 —
á la vista un horizonte sin término. La elocuencia de
Demóstenes nerviosa, concisa, sin ornatos retóricos,
que presenta con claridady sencillez el argumentoque
dorador se ha propuesto tratar, era la mas propia pa
ra los atenienses, naturalmente volubles, inconstan
tes, caprichosos. La elocuencia de Ciceron rica de
imágenes, sus frases sonoras, armoniosas, pomposas,
que ya manifestaban el dolor, ya la indignacion y la
ira, satisfacían mas á un pueblo guerrero, que ne
cesitaba emociones fuertes, que sin separarle del ter
reno de la práctic.3, despertáran en su pecho aquella
multitud de afectos, que hermman la ambicion con
el heroísmo, el amor de la venganza con la clemencia
y la piedad. Demóstenes no carece de aquel aticismo,
que tan grandemente distingue á los escritores grie
gos; pero Ciceron descuella aun mas por aquella ur
banidad, qne fué muy propia de los romanos. Los
chistes en la boca de Ciceron adquieren cierta gracia
y delicadeza, que provocan la risa; en la de De
móstenes tienen algo de severo y adusto; la ironía y
el sarcasmo en la boca del primero escitan la indig
nacion y la cólera; en la del segundo un fiero despre
cio; Demóstenes raciocina con mas fuerza; Ciceron
con mas gala; el primero convence; el segundo per
suade; entrambos son grandes publicistas y políticos
profundos; entrambos aman á su patria y á la liber
tad,» pero la desventura les abate, y entonces su ca
rácter adquiere cierta flexibilidad, que raya en la co
bardía. Demóstenes es mas orador; Ciceron es mas
— 262 —
elocuente; entrambos se ven espulsados de su patria;
entrambos sufren el destierro; entrambos vuelven en
triunfo; pero la conducta del primero no aparece tan
desinteresada y pura como la del segundo; entram
bos perecen de muerte violenta.
Los sabios admiran en el orador romano su mu
cha elocuencia, pero no ignoran, que gran parte de
su mérito estriba en las demas producciones de su
mente elevada y perspicaz.
La marcha del espíritu humano, que conserva una
uniformidad admirable en el desenvolvimiento de
nuestras facultades intelectuales, tiende á sintetizar
lo todo y á separarse de aquella confusion, que es
una consecuencia necesaria de la f¡ilta de método en
nuestros primeros estudios. Los.jóvenes, pues, que
procuran someter á reglas y teorías los ensayos cien
tíficos ó literarios de su ingenio prematuro, dan siem
pre un testimonio lisonjero de su talento. El tratado
de retórica, que el célebre orador romano dio á luz
en el abril de sus años con el título de Invencion, per
tenece á este género de escritos; y Ciceron protesta
solemnemente, diciendo que aquel trabajo juvenil no
es mas que una serie de apuntes, y una obra apenas
digna de la edad en que !a escribió (1). Es indudable
mente muy inferior á las demas producciones salidas
RETORICA.
FILOSOFIA.
MATEMATICAS.
NIGID10 FIGULO.
(1) V. Auto Gel., Noct. Att.,lib. 3, cap. XII, lib. 4, capis. IX.
y XVI, lib. 10, cap. V, lib. II, cap. XI, lib. 13, cap. XXV, li
bro(2)
(3)20,Macrob.
....Figulus,
cap. IV.Satur.
cui cura
lib. 3dens,
y C. secretaquecoeli
MEDICINA.
AD AKTOMUN Ml'SAM.
Quocumque ire ferunt varias nos lempore vitae,
Tangerequas ierras, quosque videre homines;
Dispeream, si te fuerit raihi carior alter.
Aller enim quis te dulcior esse potest?
Cui Venus ante alios, divi, divomque sorores.
Cuneta, ñeque indigno, Musa dedere bona;
Cuneta, quibus gaudet, Phoebus etiorus ipseque Phoebi;
Doclior, o quis te. Musa, fuisso potest?
O quis te in lerris loquitur jucundior uno?
Clio namcerte candida non loquitur.
Quarc illud satis ost, si te permitís amari;
Non contra ut sil amor mutus inde mihi.
GEOGRAFIA.
(I) Los que deseen tener noticias mas estensas de los anti-
guosmédicos que florecieron en el siglo de Augusto, y en todas
las épocas, asi antiguas como modernas, podrán consultar la his
toria de la medicina, no menos docta que erudita , de Sprengel.
— 305 —
to, que le autorizaba á mandar se midiese toda la es-
tension del imperio romano. Esta grande obra fué
confiada por las provincias de Oriente á Zenodoxo;
por las del Mediodía á Policleto, y por las del Norte
á Teodoto. El primero concluyó su trabajo despues
de veintiun años, cinco meses y nueve dias; el se
gundo despues de veinte y nueve años, seis meses y
diez dias; y el tercero despues de treinta y dos
años, un mes y diez dias. M. Vespasiano Agripa,
yerno y amigo de Augusto, mandó trazar mapas que
representaban toda la superficie del imperio, y cons
truir un pórtico donde colocarlos para que el públi
co los viera; pero la muerte le sorprendió antes de la
realizacion de su pensamiento. Todos los materiales
que habia reunido para el caso, y el comentario
que habia escrito para que sirviera de aclaracion á
los mapas, fueron depositados en los archivos del
Estado. Plinio los compulsó cuando escribió su ¡lis
taría Natural: este autor cita tambien las obras sobre
la Libia y la Arabia del jóven Yuba, rey de Mauri
tania: monumento precioso de la geografía antigua,
que no ha llegado hasta nosotros.
JURISPRUDENCIA.
JURISCONSULTOS ROMANOS
GRAMATICA.
CUARTO PERIODO.
IDEAS PRELIMINARES.
POESIA DRAMATICA.
SENECA.
EPOPEYA.
ANEO LUCANO.
Ule
Effudit
«Quid
deoquaeri,
dignas
plenus,Labiene,
adytis
tacitae quem
pectore
jubes?
mente
voces.
an liberin
gerebat,
armis
Opposita
An
Sit
Oecubuisse
Scimus,
Satis,
noceat
sit vitaetvirtute
etvis
nihil?
hoc
velim
numquam
ulla
nobis
minas
Sipntius,
bono?
longa
non
,successu
laudandaque
Fortunaque
quam
an
altius
differat
regna
crescat
inseret
aetas?
perdat
velle
videre?
honestum?
Hammon.
Quidquid
Numen
Ut
Hacrcmus
Nil caneret
facimos
eget;
scire
cuneti
paucis,
non
dixitque
licet.
sponte
Superis,
mersitque
Sterilesne
semel
Deitemploque
: nascentibus
nec
hoc
elegit
vocibus
pulvere
arenas,
tacente,
auctor
verum?
ullis
Et
Júpiter
Sortilegis
Estncdei
coelumestsedes,
ageant
, quodeumque
et virtus?
nisi
dubiiierra,
Superis
, semperque
vides,
et pontus,
quid
quodeumque
quaerimus
futuris
et aer,moveris.
ultra?
— 335 -
La Farsalia está dedicada á Neron , lo que nos da
a conocer que el poeta puso mano á la obra antes de
su enemistad con este emperador ; pero los elogios
SILIO ITALICO.
(1) A fin de dar á los lectores una idea del poema de Silio
Itálico, vamos á insertar los pocos versos en que el poeta nos
describe el Escudo que los antiguos habitantes de Galicia pre
sentaron á Aníbal. En este trozo, que no carece de elegancia,
se nota aquel espíritu de imitacion que llevd siempre i Silio
Itálico en pos de Virgilio, el cual imitó á su vez á Hesiodo en
la descripcion del Escudo de Eneas.
ESTACIO.
C. VALERIO FLACO.
(I) Cátalo.
— 353 —
Los Argonautas están repartidos en ocho libros;
pero el último no está completo, y se supone general-
nia tierra (1) el haber sido patria de Tilo Livio, Stela y Vale
rio Flaco.
El mismo Marcial en otro epigrama aconseja á Valerio Flaco
abandonar las Musas y dedicarse al foro, que ofrece mas venta
jas á los que aspiran á mejorar su suerte.
ait
Mopsus, et astra tuens: non, si mortalia memora.
Sortitusquc breves, et parvi tempora fati
Perpetimur, socáis superi quondam ignis Olympi,
Fas ideo miscere noces, ferroque moranles
Fxigcre hinc animas, rcdituraque semina cosio.
Quippe nec in ventos, nec in ultima solvimur ossa;
Ira manet, duratque dolor; quum deindo tremendi
Ad solium venere Jovis, questuque ncfandam
Edocuere necem: patet illis janua leti,
Atque iterum romeare licet; comes una sororum
Additur, ct pariter terras atque aequora lustrant.
Quisque suos sonles, inimicaquc pcctora prenis
Implicat, et varia meritos, formidine pnlsant.
At quibus invito maduerunt sanguino destras,
Si sors saeva tulit miseros, si proxima culpa1,
Hos variis mens ipsa modis agit, et sua carpunt
Facta viros resides, et jam niliil amplius ausi
In lacrymas, humilesque metus, aegramque faliscunt
Segnitiem
(Val. Flac. Arg., lib. III, v. 378 . 396.)
BREVE PARALELO.
POESIA SATIRICA.
PERSIO.
versos que preceden á sus sátiras, y que do son por cierto los
mas difíciles de interpretar en sus enigmáticas poesías.
quorum
Experiar
flaminia
quidtegitur
concedalur
cinisinatque
illos latina.
(1) En estas dos vías solian depositar los romanos las cenizas
do sus cadáveres, despues de haberlos quemado.
MAN. DE LIT. LATINA. 24
— 370 —
sura tambien con aspereza á los grandes , que dan
malos ejemplos.
En la tercera describe con viveza de colores, y
tal vez con cierta exageracion, que gusta y casi pro
voca la risa, el bullicio y la confusion de la ciudad
de Roma: esta sátira es el cuadro mas acabado de la
miseria, de los vicios y del estado de la gran metró
poli del orbe antiguo en tiempo de Juvenal:
TURNO.
SULPICIA.
Scire
Quos
Cetera
Scipio,inter
adeo
et
quiillaroagnis
prisci
Rhodio
manussententia
fecisset,
crevit
bello formante
facunda
diva
utrumnesecundis,
Catonis
secundo,
magistro,
I) Alude nuestra poetisa á Brcno, general de los galos, que pidio mil
libras á tos romanos para retirarse con su ejercito, y que echó en la ba
lanza en que se pesaba el dinero su espada, esctaniando: «;Ay de los ven-
cidoali Pero Camilo te obligó a apelar á la fuga, abandonando la espada r
la balanta.
(i) Escipion el Africano, guerrero y literato, estudió la oratoria con
uno de los mas afamados profesores de Rodas, en donde a la saion habii
muchas escuelas de elocuencia muy cetebres. Las palabras, pues, de
nuestra poetisa: alumno del Sábio de n ./••». son una antonomasia, y su
verdadero sentido es este: alumno de lot tabiol maettrot de Rodas.
3) Algunos eruditos afirman que el sobrenombre deJfoneia, que se
itió á Juno, trajo origen del vocablo latino muñendo (advertir), porque,
habiendo habida en Roma un terremoto, una voz misteriosa, que salió
ilcl templo de Juno, dijo á los romanos que sacrifica>eu una marrana pre-
ftada, para aplacar la cótera de los dioses. Hecho el sacrificio, Roma se
< i« fuera de riesgo, porque no hubo mas terremoto: sus habitantes agr»
- 387 —
con como una verdadera novela ; Ficker en su Com
pendio de historia de la literatura clásica, segunda
parte, página 185 de la traduccion francesa, consi
dera tambien á Petronio como novelista y le coloca
en el quinto período, porque cree que este autor es
muy distinto del Petronio, que floreció bajo Neron.
El aserto de Ficker no es admisible bajo ningun
concepto, porque hoy está probado lo contrario, y
ninguno de los sábios y críticos modernos se inclina
á la opinion de este escritor.
gamosEn cuanto
una novela;
á la obra
pero
de de
Petronio,
un género
nosotros
tan lajuz-
deci-
lolli ex arca, atque illi, quas vacabat, cruci affigi. Usus est Mi
les ingenio prudentissimiB femineB; posteroque dt'e populus mi-
ratusest, qua ratione moriuus isset in crucem.
Traduccion castellana.
Los romanos habían llevado por do quiera sus armas, y se
— 4oo —
tiempos de la república , y principalmente bajo la
dictatura de Sila.
POESIA LIRICA.
Turno, rey de los rútulos, fué convertida por los dioses en fuen
te, cuyas aguas so consideraban como sagradas, y esta fuente
misteriosa , que estaba muy cerca de Roma , era un objeto de
curiosidad para los estrangeros.
(1) Es uno de los muchos nombres que los antiguos escritores
griegos y latinos dieron á la Italia.
(2) Alude Estacio á la pretexta (Toga praelexla) adornada
con una gran faja de púrpura , y trage distintivo de los jóvenes
libres (Ingenui).
— 412 —
y el campo, ora en la paterna morada y en el terri
torio de los velenses (1), ora en los bosques frondo
sos delos hernicos (2), ora entre los antiguos sabinos:
alli te dedicas á grandes trabajos, no sometidos á las
leyes del metro; pero reanima de vez en cuando,
acordándote de nosotros, tu lira, sepultada en un
humilde rincon.
(1) Los paganos creían que Pluto, dios del infierno , habitaba
en el seno de la tierra, y que era dios tambien de las riqnezas.
porque los metales preciosos se estraen de la tierra.
(2) Nuestro vate alude á la voluptuosidad y amor al reposo,
que inspiran los alrededores del cabo Miseno, ciiyo nombre,
segun una tradicion histórico-fabulosa, trajo origen de Miseno,
trompeta de Hector.— V. Noel , Dice, de la Fáb. pal. Miseno.
(3) Apolo , adorado en Timbra, antigua ciudad de la Troade.
(4) Alude á su poema de la Aquileide.—V. pág. 351 .
(5) Virgilio.
— 414 —
Pero otorgamos á tu lentitud el perdon , porque
acabas de dar un vástago, que sirve de apoyo á tus
solitarios penates ; ioh dia venturoso! tenemos un
nuevo Máximo.
PERVIG1L1UM VENERIS.
Aunque en el reducido número de fragmentos de
las poesías, atribuidas á Asinio Galo, va comprendido
un pequeño poema lírico con el título de Pervigilium
Mane
Solvit
vírgenes
haerenti
papillas
peplo:
SicPerdidit
Amyclas,
silealium.
dum silebant,
La Telada de Tena*.
Y Sientan
quien nomañana
am<5 jamás
amorarda
los de
amadores,
amores.
— 428 —
POESÍA DIDACTICA.
Tutus
Ule perobliquos
uterquepioignes,
sub pondere;
fraterque suffigit
triumphant,
illac,
Salva
Incolumes
Et circaferunt:
geminos
abeunt
illosavidus
tandem,
mirantur
sibietcarmina
temperat
sua numina
vatum;
ignis.secum
(1) Gatanía.
MAN. DE LIT. LATINA.
— 434 —
los hombres piadosos. Anfínomo y su hermano, esce-
lentes hijos, llevaron con igual fuerza su peso. Cuan
do las llamas crujian en las casas vecinas, ven á
sus padres agobiados por la carga de los años: iah!
se habian arrastrado á duras penas hasta el umbral
de la puerta— deja de llevar, gente avara, tu rico bo
tin—las únicas riquezas de estos dos hermanos son
ol padre y la madre: cogen este tesoro, y se arrojan
al través de las llamas como si hubiesen prometido
respetarles. iAh, la piedad filial es la mas grande d<>
todas las cosas, y justamente la virtud mas recomen
dable entre los hombres! Las llamas no osaron alcan
zar á los jóvenes piadosos, y por do quiera abrian el
paso á sus huellas. Dia feliz fué aquel y fué dichosa
aquella tierra (1). Corren por el lado derecho, mien
tras que por el izquierdo chisporrotea el fuego, y uno
y otro hermano triunfa bajo su piadoso peso, atra
vesando con seguridad las llamas que ondean. En
tanto el fuego devorador se arredra, y ablanda su
furia en derredor de los dos hermanos. En fin, llegan
sanos y salvos con sus dioses (2); los vates les celebran
con asombro en sus versos; Pluto les separa de los de-
mas para eternizar su memoria. Estos santos jóvenes
no corren una miserable suerte, y gozan de la mo
rada y las felicidades debidas á los hombres piadosos.
El yambo.
El espondeo.
EPIGRAMA.
MARCIAL.
V. pág. 316—«I.
— 448 —
entre todos los demas escritores , y fundados eu este
falso supuesto, revelan poca penetracion y menos
juicio en sus opiniones , tanto porque consideran la
introduccion del mal gusto, que era una consecuencia
necesaria de las vicisitudes políticas , que acababa de
sufrir la antigua Roma, cual hecho aislado, como
porque, desconociendo la realidad del mérito de los
escritores hispano-latinos; les atribuyen todos los de
fectos de la época , censurando sus obras con abierta
injusticia.
Nosotros estamos muy lejos de suponer que Mar
cial es un modelo de perfecta poesía , y de negar que
algunos de sus conceptos son oscuros y misteriosos,
algunas de sus frases violentas, muchas de sus locu
ciones viciosas; pero descubrimos en este vate genio,
fecundidad , mucha viveza de imaginacion y pinturas
admirables. Con un solo rasgo de su pluma nos re
trata muy amenudo el carácter de un personage, sus
buenas y malas dotes, los vicios de su tiempo, las
costumbres disolutas de la antigua Roma , y final
mente, nadie puede usurparle la gloria de haber dadn
variedad y brillo al epígrama, género de poesía poco
cultivado por los vates latinos sus predecesores. Es
cierto que algunas de sus alusiones son oscuras, y
algunos de sus chistes muy frios ; pero en cuanto á
las primeras, es de advertir que en todos los pueblos
hay cosas tan adheridas á su vida , que se escapan á
todas las investigaciones históricas, ni pueden tras
mitirse á la posteridad , porque no son el resultado
— 449 —
de un hecho, sino de costumbres y usos especiales,
que desaparecen con la vida misma del pueblo. Es
de suponer, pues, que esas alusiones, que hoy cali-
licamos de muy oscuras, no lo fueron para los roma
nos contemporáneos de nuestro vate. En cuanto á los
segundos, nadie ignora que la Eutrapelia (1) es tan
variable como la moda, tan mutable como las cos
tumbres, y que se la puede aplicar este verso: De
gustos no hay nada escrito. En Italia , en Francia , 'en
España , etc. muchos chistes, que provocaban la risa
de nuestros padres , ¿no se juzgan hoy frios y hasta
groseros? Muchos de los chistes, que tienen carta de
vecindad entre la gente vulgar ¿no los rechazamos^
porque , lejos de inspirarnos alegría , nos causan
tedio? Si esto es cierto ¿no podremos culpar de injus
ticia, sin escrúpulo, al que se atreva á emitir un fallo
inexorable contra el pobre Marcial, diciendo que
muchos de sus chistes son frios, sin tener en cuenta
que divertian á los romanos?
Todas estas observaciones que acabamos de apun
tar , y los escritos de nuestro vate, que abundan en
bellezas, nos dan á conocer claramente, que se le
ha juzgado repetidas veces con injusticia, y que Mar
cial merece ocupar un puesto distinguido en el par
naso latino.
' Leyendo aquella obra en que Galo osa dar con audacia la
palma del triunfo y la preferencia á su padre, comparándole
con Ciceron, conocí que éste amaba los chistes, y que tan admi
rable era por su ingenio, tratando negocios grave3, como por las
sales y gracias con que divenia á hombres ilustres. Con efecto,
se queja que su Tiron (1) le engañó una noche, robándole, des
pues de haber cenado, unos besos amorosos, que le habian sido
prometidos. Leido esto, dije: ¿por qué ocultamos, pues, nues
tros amores? ¿No queremos pasar alegremente y sin reparo el ra
to, aprobando los engaños de Tiron, dando á conocer que sabe-
(1) Este liberto, muy adicto á Ciceron, reunió y copio Udas las ora
ciones, que hoy tenemos del cetebre orador romano.
— 457 —
probabilidad, porque su estilo, sus frases y todas sus
formas no las diferencian delas demas producciones,
salidas de la pluma del filósofo cordobés. Los que
deseen leer estos epígramas, los encontrarán todos
reunidos, y acompañados de una traduccion francesa
muy regular, en la citada coleccion de autores latinos
por Nisard. No queremos, finalmente, pasar por alto,
que en algunos clásicos del período que vamos recor
riendo, se encuentran de vez en cuando algunos con
ceptos espresados en versos mas ó menos elegantes,
FABULAS.
FEDRO.
HISTORIA.
VELEYO PATERCULO.
VALERIO MAXIMO.
CORNELIO TACITO.
tudpara
renciándose
tributarla
de Salustio,
honor;
quécastiga
con ePrnísmo
al vicio, porque
talentoley odia,
el mismo
diíe-
cial(I)en Los
la vida
críticos
de Agrícola,
dicen que
desaprobando
Tácito se manifiesta
algunas demuy
sus impar-
accio
nes: esto no es cierto. Cuando Tácito le censura, se refiere
siempre á los mandatos de Roma, y no á Agrícola.
— 470 —
da,
las costumbres
pero es la obra
de los
degermanos;
Tácito, queesta_oJ)ra_es_xeduci-
ln ahrfiviaha toHn.
C. SUETONIO TRANQUILO.
HISTORIADORES,
ELOCUENCIA.
(1) Non unius Neme judicium iliad, illa electio fuit. Nam
qui ubique sunt nomines, hoc ídem votis expetebant; ille tan-
tum jure principis oceupavit, primusque fecit, quod omnes
facturi erant. Nec Hercule lanío opere cunctis factum placeret,
nisi placuisset, aolequam fieret.—Paneg. núm. X.
(2) Ac primum, qui dies iHe, quo exspectatus desideratusque
urbem tuam ingressus es!—Pane¿. núm. XX.II.
— 494 —
oido por primera vez «que no es el príncipe superior
á las leyes, sino éstas á aquel (1).» Todo el panegíri
co de nuestro autor, pues, no es mas que la personi
ficacion de todas las virtudes en Trajano, cuya vida
y buena voluntad únicamente, sostienen la grandeza,
la magestad y la dicha de Roma. Con efecto, Plinio
en su resena de las empresas militares de Trajano, de
su escrupulosa administracion de la justicia , de sus
buenas medidas gubernativas, de su estricta obser
vancia de las leyes, encuentra materia de elogios
para el principado, y no manifiesta deseos, que pue
dan inducirnos á creer que deseaba ver restablecida
la antigua repúb'ica. Quiere que todos los príncipes
sean como Trajano, quiere que posean las mismas
virtudes, quiere que gobiernen con igual rectitud y
justicia; pero no pierde nunca de vista la persona del
emperador, ni se arrima á la verdadera democracia.
En el panegírico de Plinio los romanos no figuran
como un pueblo-rey, no figuran como los dominado
res del orbe, no figuran como ciudadanos libres, sino
como subditos de un buen príncipe (2).
(1) Quod ergo nunc primum audio, nunc primum disco, non
est princeps supra leges, sed leges supra principan.—Paneg.
número LXV.
(2) Víctor Alfleri, cuya pluma estaba siempre empapada en
la hinl y la amargura de aquel descontento y desasosiego, que
csperimenlan los hombres deseosos de independencia y libertad,
despues de haber leído el panegírico de Plinio, disgustado de
la refinada cortesanía del autor, puso á un lado el libro y escri
bid un nuevo panegírico en nombre del mismo Plinio. Esta obra
— 495 —
Las formas de su panegírico son admirables, las
transiciones muy felices; sus máximas políticas y,mo-
rales instruyen; sus descripciones encantan; sus pin
turas son vivas y animadas; pero en el fondo del cua
dro se descubre siempre una multitud de esclavos que
rodean el trono imperial. Este panegírico, sin embar
go, entusiasmó á los padres conscriptos; todo el audi
torio colmó de aplausos á nuestro autor, y durante
tres años fué repetida cada año su lectura en pú
blico. Plinio mas adelante le corrigió, y la posteridad
lo pose? en sus últimas y mas bellas formas.
Las cartas de este mismo autor, repartidas en diez
libros, son indudablemente uno de los epistolarios
mas importantes y curiosos de la antigüedad. Nuestro
Plinio se ocupa en ellas de historia, de política, de
moral; da á grandes rasgos una idea del estado de la
literatura romana en su época; habla de una multitud
.de escritores, sus contemporáneos; da el juicio críti
co de algunas de sus obras; indica la descendencia y
el árbol genealógico de algunas familias patricias, y
FILOSOFIA.
SENECA.
MATEMATICAS.
CIENCIAS NATURALES,
SENECA.
(1) Los parelios, ó como dicen algunos, las parelias, son una
especie de meteoro, que representa un sol aparente y espúreo.
— 511 —
de los paraselenes (1), de los espejos, del firma
mento, delas estrellas volantes, de los astros, de
la atmósfera, del relámpago, del rayo, del fuego,
de la aruspicina (2), de las aguas, de las lluvias, de
la nieve, del granizo, de los mares, de los rio6, de
los torrentes, de los lagos, de las fuentes, de las
lagunas , de las aguas termales , de los vapores,
de las nubes, de los fuegos fátuos, del diluvio, del
Nilo, de los terremotos, de los volcanes y de los
cometas.
Tratando Séneca de todas estas materias, refiere
las opiniones que han emitido acerca de ellas los fi
lósofos mas célebres de la antigüedad, las refuta ó
recomienda, y algunas veces las sustituye con sus
propias conjeturas, casi siempre ingeniosas y pro
fundas.
El editor de la traduccion francesa de Séneca
por la Grange da este juicio crítico muy sensato de
la obra de que nos vamos ocupando: «Las Cuestiones
Naturales contienen conocimientos muy vastos de di
ferentes géneros, una multitud de hechos curiosos
PLINIO EL ANTIGUO
JULIUS OBSEQUENS.