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Lingüística I
Profesor Daniel Palacios Lepore
UNIDAD I
LENGUAJE1
El lenguaje es la capacidad del ser humano para comunicarse. Por extensión, también
se le da la denominación de lenguaje:
No hay que confundir el lenguaje con las lenguas. El lenguaje, en tanto facultad de
expresarse, incluye todas las lenguas de todas las comunidades humanas.
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Tomado parcialmente de: Antonio Quilis, María Luz Gutiérrez, Manuel Esqueva y Pilar Ruiz-Va. Lengua
española. Curso de acceso.
LA LENGUA Y EL HABLA
A eso aludimos cuando decimos lengua española, lengua catalana, lengua gallega o
lengua vasca, y es una incorrección lingüística decir *lenguaje español, *lenguaje catalán,
etc.
El uso individual del modelo general de la lengua que hace un hablante cada vez que
codifica un mensaje es lo que denominamos habla.
Un sistema es un conjunto cuyos elementos están regidos por criterios de orden que
regulan la manera en la que tienen que relacionarse entre sí (un ejemplo de ello es el sistema
verbal). Según la cantidad de elementos y de reglas de que conste, un sistema será más o
menos complejo.
Las unidades que constituyen el código de la lengua se definen tanto por lo que son
como lo que no son (es decir, por lo que las diferencia) en una relación de oposición con
cada una de las demás unidades: singulares y plurales, los sustantivos y los verbos, el
masculino y el femenino, entre otros.
LA NORMA
Anteriormente han quedado descritas la lengua (en la que está prevista la estructura
de todos los enunciados posibles) y el habla (realización de enunciados concretos por los
hablantes).
Se ha explicado que cada hecho de habla tenía carácter de combinación inédita; pero,
al mismo tiempo, los hechos de habla son actos de “re-creación”, no son invenciones
arbitrarias del hablante, reproducen modelos preexistentes. El hablante se sirve de patrones,
de estructuras en uso en la lengua de su comunidad para construir un mensaje capaz de
expresar lo que precisa comunicar, es decir: adapta sus necesidades comunicativas a modelos
conocidos de cómo usar la lengua. Dichos modelos son algo así como la experiencia del
“habla anterior”.
Tales patrones de uso lingüístico son lo que acepta como correcto la comunidad de
hablantes de una lengua y constituyen lo que denominamos norma lingüística.
En los hechos de habla, cada hablante revela unas peculiaridades individuales: edad,
educación, ilustración, nivel socioeconómico. Pese a que esas características sean bastante
personales, se observa que también las presentan los hablantes de la misma zona geográfica
y del mismo grupo socioeconómico o sociocultural. La justificación de que esas
características sean comunes a grandes grupos es la norma. Entre los hablantes de una
comunidad hay una conciencia de lo que es “hablar bien” o “hablar mal”. La norma establece
un ideal de corrección estética y cultural que sirve de pauta, entre los hechos de habla
posibles, para seleccionar el que mejor representa el modelo sociolingüístico.
En general, la norma marca diferenciar los mensajes según sean orales o escritos:
Los hechos de habla aludidos en los ejemplos anteriores presuponen por parte de los
hablantes la aceptación de respetar ciertas normas, convenidas como correctas en la
elaboración de determinados mensajes, para que estos resulten socialmente adecuados. Si no
se observan dichas normas, tanto en la lengua oral como en la escrita, los mensajes pierden
eficacia comunicativa.
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Tomado parcialmente de: Alcaraz Varó, Enrique y María Antonia Martínez Linares. 2004. Diccionario de
lingüística moderna. Barcelona: Ariel.
pensamiento humano y de la comunicación social. Este estudio es llevado a cabo con la
precisión y el control propios de la investigación científica, esto es, mediante operaciones
que se pueden comunicar, describir, y justificar de acuerdo con teorías previamente
formuladas, basadas en principios aceptados. Por tanto, la lingüística es, a la vez, una
disciplina teórica y empírica. Su empirismo nace de la constante referencia a los datos3. A
esta lingüística, para diferenciarla de la lingüística aplicada, se le llama lingüística teórica, y
cuando su formulación es más abstracta –cuando la especulación prima sobre el empirismo–
se le da el nombre de lingüística pura.
Los límites de la lingüística, como los de la mayoría de las disciplinas, son flexibles.
La lingüística está constantemente en desarrollo, lo que quiere decir que descubre nuevos
horizontes e incorpora nuevos espacios a su investigación, los cuales desbordan, sin lugar a
dudas, los marcos de dominio que ella misma se marcó cuando definió su objeto de
investigación al constituirse como ciencia.
La lingüística tiene, por lo menos, dos objetivos muy concretos que se complementan
(Crystal, 1968):
a) Por un lado, el estudio de las lenguas particulares, como fin en ellas mismas, con el
objeto de realizar su descripción exacta y exhaustiva.
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Aunque especialmente desde la década de los setenta los datos constituyen el centro del análisis lingüístico,
desde la aparición del generativismo ha surgido una controversia sobre el papel que se le debe asignar a la
intuición en la investigación lingüística.
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En este punto es importante acotar que la diversidad de visiones y de aproximaciones al lenguaje no impide
que haya una relativa comparabilidad entre ellas. De hecho, en la práctica, abundan los estudiosos que,
aunque centran su investigación en un paradigma básico, adoptan una visión ecléctica del lenguaje y
encuentran complementariedad en vez de incompatibilidad.
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Quilis, A. (1991). Historia de la lengua española.
b) Por otro lado, las consecuencias que se derivan de este estudio, al obtener de él la
información necesaria para captar la naturaleza del lenguaje en general.
a) La de describir cada lengua en sus propios términos, sin aplicar las características que
son peculiares de otras lenguas, es decir, no debe aplicar el modelo, por ejemplo, de
la lengua latina a otra lengua como el tagalo, pues cada una de ellas tiene sus propias
estructuras lingüísticas que se deben describir con total independencia.
b) La de realizar la descripción de la lengua que estudie en todos los niveles (fonológico,
morfosintáctico, etc.) y en todos los estilos: lengua hablada tanto en estilo formal
(conferencias, discursos, clases, etc.), como informal (coloquio), y lengua escrita,
tanto literaria como no literaria.
c) La de evitar ser prescriptivo, es decir, se limitará a dar cuenta delos hechos
lingüísticos y de las conclusiones que de ellos obtenga, sin dar un juicio de valor sobre
cuál puede ser el mejor uso o cuál puede ser la forma correcta o incorrecta. De este
aspecto se ocupan determinadas instituciones, como las Academias de la lengua, en
las que normalmente están integrados algunos lingüistas. Esto no quiere decir que al
lingüista no le preocupe la corrección en el uso de la lengua, sino que su investigación
tendrá en cuenta todos los fenómenos que aparezcan, los estudiará y los valorará en
el conjunto total de los hechos lingüísticos.
Las características que hoy pensamos debe poseer una ciencia, las tiene la lingüística:
ser empírica, exacta, objetiva y tener en ella misma su propio fin; simultáneamente, en sus
operaciones y debe tener en cuenta: la exhaustividad, la consistencia y la economía:
3. Debe ser exacta, buscando el modo más preciso de describir cada hecho en relación
con los demás. Por eso, la lingüística examina cualquier lengua por medio de un
método común, aplicando todo aquello que hay de común en el lenguaje: una
estructura fonológica, gramatical y semántica que debe ser determinada por
procedimientos empíricos.
4. Si toda ciencia debe tener en ella misma su propio fin, la lingüística también debe
cumplir este requisito; antes, carecía de autonomía: estaba al servicio de otras
disciplinas, como la filosofía, la lógica, la retórica, la historia de la literatura o la
crítica literaria, pero desde la aparición de la lingüística estructural, las cosas han
cambiado radicalmente y esta disciplina se estudia como ciencia autónoma. Las
últimas palabras de Saussure en su Curso de lingüística general: “la lingüística tiene
por único y verdadero objeto la lengua considerada en sí misma y por sí misma”.
7. Debe ser, por último, económica: en igualdad de condiciones, una formulación más
breve o un análisis más corto debe preferirse a una formulación o un análisis más
largo.
Hoy, los métodos que utiliza la lingüística en su investigación cumplen con los
requisitos anteriormente expuestos.
Según Gleason (1967, pág. 14), “la mejor prueba de que la lingüística ha llegado a
ser, efectivamente, una ciencia, es que sus resultados son controlables y reproducibles: si
dos lingüistas trabajan de manera independiente sobre una misma lengua, llegan a ser
resultados muy semejantes. Pueden existir diferencias; incluso podemos prever algunas de
ellas. Pero es muy raro que estas diferencias ser muy profundas; generalmente, es posible
concordar las conclusiones y mostrar que una simple puntualización permite convertir uno
de los resultados en el otro; es decir, que sus diferencias no son esencialmente importantes y
frecuentemente de pura forma”.
CORRIENTES LINGÜÍSTICAS
Estructuralismo
Según Gimate (1994), hay tres maneras de acercarse a los postulados del
estructuralismo. La primera es desde el punto de vista de Jakobson, según él, la noción de
estructura se ha impuesto en el pensamiento científico contemporáneo. Desde su perspectiva,
el estructuralismo es innovador porque implica una revolución metodológica: parte de una
nueva forma de concebir y abordar las leyes que gobiernan los fenómenos sociales o
naturales.
El estructuralismo trabaja con los hechos observados, esto quiere decir que todas sus
investigaciones se centran en hechos “reales” y no abstracciones. El estructuralismo permite
distinguir entre lo real y lo aparente. El estructuralismo hace mucho más que clasificar los
fenómenos que estudia: observa la realidad como “un proceso específico de producción” (p.
124).
Estructuralismo lingüístico
Conceptos fundamentales6
1. Estructura
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Tomado parcialmente de Alcaráz Varó y Martínez Linares (2004).
así como a la sintaxis y a la semántica. De la lingüística pasó según Beaugrande (1997: 63)
a la antropología, la arqueología, la economía, la semiótica, y la crítica literaria. Para
Hjelmslev (1963), una de las figuras del Estructuralismo europeo, la “estructura” es una
entidad autónoma de dependencias internas, o dicho con otras palabras, una totalidad
constituida por elementos relacionados entre sí, cuyo valor o entidad depende de la relación
que mantienen cada uno de ellos con los demás. Lo importante de una estructura no son, por
tanto, los elementos, sino el conjunto de relaciones que estos mantienen entre sí, ya que en
algunas escuelas estructuralistas la existencia de los elementos no tiene otra finalidad que la
de ser los términos de las relaciones (Greimas, 1974) […]. Seiler (1978) está dispuesto a
aceptar como buenas todas casi todas las definiciones de estructura con tal de que incluyan
el rasgo de oposición. El gran paso de la lingüística consistió, abstrayendo oposiciones, en
establecer sistemas en el interior del nivel fónico, dominio que, en primera instancia, no
aparecía como estructura, tarea que correspondió a las generaciones que sucedieron a
Saussure, primero Trubetzkoy, y más tarde R. Jakobson y A. Martinet (Jacob, 1969)”.
2. Isomorfismo
“Isomorfismo […] quiere decir simetría o paralelismo entre dos sistemas. De esta
forma, se dice que dos sistemas (M0 y M1) son isomórficos cuando, por tener la misma
estructura, existe una reproducción inversamente inequívoca de M0 respecto a M1. Llevado
a un punto extremo en lingüística, implica el paralelismo completo entre los planos del
contenido y de la expresión, esto es, semejanza estructural en el sistema fonológico y el
semántico, con lo que debería ser posible segmentar el significado (análisis sémico) del
mismo modo en que se segmenta el significante (análisis fonológico). De acuerdo con
Martinet (1971: 28), con este principio se va más allá de la idea de Saussure del significante
y el significado como unidades inseparables y constituyentes del signo […]. Los campos
semánticos de dos lenguas son isomórficos cuando tienen cuando tienen el mismo número de
expresiones y esas expresiones tienen las mismas relaciones entre sí”.
3. Modelo
Generativismo7
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Tomado parcialmente de: Alcaráz Varó, Enrique y María Antonia Martínez Linares. 2004. Diccionario de
lingüística moderna. Barcelona: Ariel.
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En el paradigma generativista, el psicologismo racionalista se percibe como una vuelta hacia la concepción
psicologista del lenguaje de los siglos XVII y XVIII, es decir, se produce una nueva valoración de las facultades
mentales del individuo.
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En lingüística se llama formalismo a la tendencia de hacer descripciones formales del lenguaje, esto es, a la
formalización de sus unidades y niveles mediante la presentación explícita de su organización general y
abstracta como código o sistema. El significado de formalismo y formalista nace de la acepción del término
forma que se opone a función, es decir, a la finalidad (de las unidades y niveles) del lenguaje, entendido como
instrumento de comunicación.
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Los universales lingüísticos son principios abstractos, generales y específicos, que determinan la forma y la
interpretación de las oraciones.
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En este punto es importante destacar la primacía que le da Chomsky a la sintaxis en toda su investigación.
El autor la considera central en la teoría del lenguaje. El estructuralismo norteamericano, por el contrario, se
dedica primordialmente a la fonología y a la morfología, es decir, a los conceptos de fonema y morfema,
aunque más adelante también prestara su atención a las estructuras sintácticas. Por su parte, la semántica
solo fue estudiada en los últimos años del auge estructuralista.
Conceptos fundamentales
1. Competencia y actuación
3. Gramaticalidad y aceptabilidad
El funcionalismo es una corriente lingüística que se caracteriza por no ser una unidad
doctrinal, sino más bien “una corriente de pensamiento lingüístico cuyos representantes se
reconocen en algunos principios de base” (Clairis 1996: 72). Uno de los aportes
fundamentales de esta corriente es la propuesta de que el lingüista no solamente debe
describir, sino también explicar los fenómenos que estudia. El autor que hizo la síntesis
teórica en torno a la cual se fundó la Sociedad Internacional de Lingüística Funcional fue
André Martinet. El funcionalismo es una corriente en permanente evolución.
Conceptos fundamentales12
1. Función
2. Supuestos básicos
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Tomado parcialmente de: Alcaraz Varó, Enrique y María Antonia Martínez Linares. 2004. Diccionario de
lingüística moderna. Barcelona: Ariel.
El funcionalismo, como se explicó antes, dista mucho de ser una corriente unitaria.
No obstante, las corrientes vinculadas a este paradigma se aproximan en compartir, en mayor
o menor medida, una serie de supuestos:
a) La lengua se considera ante todo como un instrumento de interacción social entre los
seres humanos, “usado con el objeto primordial de establecer comunicación entre
hablantes y destinatarios” (Dik 1981: 19).
d) Sintaxis: la sintaxis para los funcionalistas es más que una combinación de palabras,
es un conjunto de relaciones entre unidades significativas. El estudio de la lingüística
funcionalista se enfoca en estudiar estas relaciones tomando en cuenta el significado
de las unidades lingüísticas, el contexto lingüístico y la situación extralingüística (no
del mismo modo que el análisis del discurso, pero admite la posibilidad de que existan
elementos contextuales que condicionen el análisis).
La gramática funcional está diseñada para presentar cómo se usa el lenguaje. Todo
texto es producido en un contexto que contribuye a la explicación de por qué se usa
el lenguaje del modo en que se hace.
El uso de la lengua la ha transformado a lo largo de su diacronía: el lenguaje ha
evolucionado de acuerdo con las necesidades humanas y la manera en que está
organizado es funcional con respecto a estas necesidades; el sistema no es arbitrario.