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INTRODUCCION

La contratación pública surge del compromiso del Estado de cumplir con los intereses del ámbito
local, por lo que, para cumplir con esta encomienda y fiscalizar adecuadamente los bienes, el Estado
puede adquirir mercancías, administraciones y obras, que por mandato tutelado son
obligatoriamente contratadas y ejecutadas por proveedores privados; asimismo, cualquier caso
especial para esta norma es manejado por la ley, tal como lo acomoda el artículo 76 de la
Constitución Política del Perú de 1993.

En condiciones ordinarias, lo anterior sería totalmente consentido, sin embargo, existen ciertas
anormalidades

Sin embargo, existen ciertas anormalidades abiertamente que nos inspiran a completar este artículo,
nos centraremos esencialmente en la ejecución de obras por organización directa, que es una
metodología atípica de ejecución de obras públicas donde por costumbre las sustancias estatales,
con sus propios activos (obreros, ingenieros, etc.) son responsables de la ejecución de las obras, lo
que hace que existan diferentes posibilidades y cuestiones en su control, ya que no existe ninguna
directriz con la posición de la ley para la supervisión de estos.

Posteriormente, este tipo de ejecución de obras públicas tiene una premisa legítima en la Resolución
de Contraloría No. 185-88-CG, que permite a la dirección política ejecutar sus propios rellenos en la
medida en que se puedan ilustrar las condiciones específicas. Este tipo de metodología de ejecución
no es conforme al artículo 76 del contenido sagrado, que expresa que la ejecución de obras es
obligatoriamente por acuerdo y oferta pública, y que solo la ley se acomodará a casos especiales.
Por lo tanto, podemos ver inequívocamente que la Resolución de Contraloría No. 195-88-CG no
tiene rango de ley, y en consecuencia se mostró incapaz, desde el primer momento, de controlar una
exención del artículo 76 de la Constitución.

CONCLUSIONES

La metodología de ejecución de obras comunes por organización directa no tiene sustento legítimo
en el ordenamiento jurídico peruano, ya que la premisa legal de esta metodología, la Resolución de
Contraloría Nº 195-88-CG, es evidentemente contradictoria con el artículo 76 de la Constitución
Política del Perú de 1993.

Finalmente, vía sugerencia y considerando la propuesta de la Contraloría General de la República


para gestionar este tipo de contrataciones, es importante elegir si se debe permitir este tipo de
ejecución de obras comunes; pues queremos pensar que la respuesta adecuada es no, ya que
ninguna capacitación (independientemente de que dependa de la eficacia) puede legitimar la
vulneración de la Constitución, sobre todo si este tipo de ejecución de obras es la que más
problemas ocasiona al Estado y al Fisco.

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