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La Inteligencia Espacial es una de las más complejas sobre las que escribir.

Diferentes autores han aportado sus puntos de vista y los resultados de sus
investigaciones. Se trata de una inteligencia que abarca desde una partida de
ajedrez, aparcar un coche, jugar el fútbol, esculpir una figura y muchas tareas
más.

Esta Inteligencia se encuentra dentro de la Teoría de las Inteligencias Múltiples de


Howard Gardner. Sin duda, una revolucionaría teoría sobre el concepto de
inteligencia que hemos ido viendo en artículos anteriores. Por ejemplo, en el
artículo «Inteligencias Múltiples: Inteligencia Naturalista«.

El desarrollo de esta inteligencia está estudiada por diferentes autores, sin


embargo, todavía se sigue investigando. En este artículo destacaremos las
investigaciones de Jean Piaget, quien arrojó luz sobre esta capacidad. Para Piaget
la inteligencia especial es parte del crecimiento lógico del niño. El autor
propone cuatro etapas:
1. Periodo Sensoriomotor. En esta etapa (desde el nacimiento hasta el años y
medio y dos años) el niño comienza su relación con los objetos. Piaget
asegura que «se llega de esta forma a un espacio práctico e inmediato que
se construye por cada uno de los sentidos sobre la base de las diferentes
actividades motrices». El niño tiene tantos espacios como sentidos. Poco a
poco todas las percepciones se unen en una sola y se forma una idea
propia de espacio centrada en el propio sujeto. En esta etapa se dan tres
situaciones: se construye la noción de objeto, vivencias de los distintos
campos sensoriales y descubrimiento del espacio cercano.
2. Periodo preoperacional. Periodo que va desde los 2 a los 7 años. Se
desarrolla una idea intuitiva del espacio y una imagen mental estática. El
niño puede coordinar las imágenes entre sí y puede conseguir
transformaciones simples, pero no es capaz de alcanzar una estructura en
su conjunto. Según Piaget, existen cinco aspectos importantes en esta
etapa: se adquiere una representación espacial topológica (su interés se
centra en figuras abiertas o cerras y situaciones de dentro y fuera); no se da
la representación proyectiva y no se comprende la perspectiva; sobre los 4-
5 años captan las formas euclídeas pero no conservan la longitud,
superficie ni distancia; no hay conservación de la representación y por
último el razonamiento del niño se da sobre situaciones actuales.
3. Período operacional concreto. Poco a poco se va desligando de la
percepción aunque sigue dependiendo de actos motores, reales o
representados. Es un periodo entre los 7-12 años.
4. Período operacional formal. Se alcanza el dominio de las relaciones
proyectivas, así como de las euclidianas en el ámbito operatorio. Esto les
permite coordinar varias perspectivas métricas como longitud, área y
volumen.
«El espacio lo constituye aquella expresión proyectada desde el cuerpo, y en
todas direcciones, hasta el infinito». -Piaget-

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