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Año III Nº 9

Recomendaciones para la siembra de una pastura


Información suministrada por
Ing. Agr. Martín Gange
INTA Concepción del Uruguay

La pastura sigue siendo el recurso forrajero más económico,


siempre y cuando se realice una buena implantación, se logre una
alta producción y se utilice de manera eficiente.

Tomada la decisión de hacer una pastura, que representa una inversión


importante, se debe asegurar que dure varios años, pues su costo es
elevado y, sobre todo, un desembolso importante de dinero al momento
de la implantación. Es decir, se debe hacer y mantener bien.
Hacer bien una pastura significa que hay que elegir un buen lote, donde
se hayan controlado las malezas más problemáticas. Para ello la rotación
con agricultura brinda beneficios, siempre y cuando se realicen cultivos de
invierno y verano, tanto con cereales (trigo, maíz y sorgo), como con
oleaginosas (soja, girasol). También se puede rotar con verdeos de
invierno (raigrás y avena) y verano (sorgo forrajero y moha). Una
secuencia de cultivos diversificada permite rotar los herbicidas y tener el
lote limpio.
Es imprescindible realizar el laboreo o el barbecho químico con tiempo
para acumular humedad y poder sembrar en fecha adecuada. En años
normales la fecha de siembra para nuestra zona es abril, aunque se puede
extender un poco.
Es fundamental realizar el análisis de suelo, para una correcta
fertilización, asegurar un buen inicio y una buena producción. El
fertilizante químico es uno de los insumos más costosos dentro de la
pastura y debe ser aplicado de acuerdo a las necesidades de las especies.
La utilización de la cama de pollo para abonar las pasturas disminuye
notoriamente los costos, con muy buen resultado para quién dispone de
este recurso. Esta práctica tiene la ventaja de una liberación lenta de
fósforo, uno de los nutrientes que generalmente es deficitario en nuestros
suelos arcillosos.
Finalmente hay que utilizar una mezcla forrajera con especies acordes a
las necesidades y posibilidades de manejo. Utilizar varias especies tiene
como ventaja que al menos una de ellas produce forraje, aunque el año se
presente adverso. Por otro lado las pasturas con una o dos especies
(generalmente base alfalfa), permiten adecuar mejor el manejo al
crecimiento y desarrollo de la especie de base.
Para ajustar la densidad de siembra es necesario realizar un análisis de
poder germinativo de la semilla. Es necesario inocular la semilla de las
leguminosas, esto le permite a las plantas captar nitrógeno. Es una
tecnología de bajo costo y alto impacto en la producción.
Lograr una buena implantación y hacer un adecuado manejo de la pastura
se traduce en un mejor aprovechamiento del forraje y una mayor duración
de la pastura.

Lic. Marta Iselli


Julio de 2016
Equipo comunicaciones Proyecto Delta
Cristian Barreto, Mariana Cabezas, Marta Iselli

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