HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.

Jesús les dijo: —Mi comida es que haga la

voluntad del que me envió y que acabe su obra. Juan 4:34
Muchos se preguntan: “¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida?”. La pregunta
correcta es: “¿Cuál es la voluntad de Dios?” Una vez que conocemos la voluntad de Dios,
podemos ajustar nuestras vidas a lo que Él quiere que hagamos.
Una vez que sé lo que Dios está haciendo, sé lo que yo necesito hacer. ¡El centro de
atención necesariamente debe ser Dios y su voluntad, no mi vida!
Ahora bien, eso no significa que Dios no tenga un propósito para tu vida. Pero ese plan se
basa en lo que él está haciendo en su mundo. Dios tiene un gran propósito para todas las
personas, y Él quiere que nosotros nos unamos Él está haciendo.
Descubrir lo que él está haciendo nos ayudará a saber lo que quiere hacer a través nuestro.
¿Qué sabemos de la voluntad de Dios?
1) 1 Tim. 2:3-4. Él quiere que la gente sea salva. *Uno no puede esperar conocer la
voluntad de Dios si no es salvo.

2) Ef. 5:18. Llenos del E.S., y ser agradecidos (1 Tes. 5:18).

3) 1 Tes. 4:3-7. Mantenerse alejados del pecado sexual. v.4 y que cada uno aprenda a
controlar su cuerpo. Es decir, que usen su cuerpo de una manera que lleve a la pureza
y honre a Dios.

4) 1 Ped. 2:13-15. Someterse. Ser obedientes. Sino ¿Cómo vamos a alcanzar a otros si no
somos obedientes? 1 Ped. 2:15 Callar a los críticos. ¿Cómo? siendo un ejemplo. v.16.
No abusemos de nuestra libertad. v.17-18.

5) 1 Ped. 4:19. Ser sufridos. v.14-16. Vivir para el Señor traerá sufrimientos. (2 Tim.
3:12. Filp. 1:29)

CONCLUSIÓN:
Sal. 37:4“Los deseos de tu corazón” ¿Cuáles serán si sos salva, llena, agradecida,
santificada, obediente y sufrida? Si vivimos así, Él pone en nuestro corazón lo que
tenemos que hacer.
Pero hay que moverse. Hch. 9:32-35 “Mientras Pedro recorría por todas partes” y Dios
lo guió hasta Eneas. Pedro estaba listo para aprovechar las oportunidades que Dios le diera
para ganar a otros.
A veces podemos chocar con puertas cerradas. Hch. 16:6-10. Pero hay que seguir y
Dios nos guiará.
Si somos esa clase de creyente, Dios pondrá el querer como el hacer, por su buena
voluntad.