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Definiendo el concepto de BIOÉTICA, podría decir que es el estudio

sistemático de la conducta humana en los campos de las ciencias biológicas y de


la atención de la salud, en la medida en que esta conducta se analiza a la luz de
los principios y valores morales.
Ejemplos de bioética aplicada son: las transfusiones de sangre, la
utilización de armas químicas o nucleares, la interrupción del embarazo (aborto),
la utilización de animales para llevar adelante experimentos y pruebas de nuevas
medicinas o de vacunas, entre otros.
Ahora bien, en cuanto al tema que nos incumbe, la BIOÉTICA
AMBIENTAL es, desde este punto de vista, el análisis del impacto de las
biotecnologías en el medio ambiente. Muchos de los adelantos biotecnológicos
tienen repercusiones en el medio ambiente y no todos son buenos.
Ejemplos de la aplicación de biotecnologías son la modificación genética
en la agricultura (alimentos genéticamente adulterados y, por lo tanto, distintos
en cuanto a su naturaleza), o la implementación de nanotecnologías en varias
cuestiones como el tratamiento del agua, envasado ecológico de productos o para
absorber petróleo derramado; entre otros ejemplos.
Es preciso decir que todas estas prácticas son cuestionadas por la bioética
y la ÉTICA AMBIENTAL (ésta es la rama de la filosofía que considera,
especialmente, las relaciones entre los hombres y el medio ambiente en el cual se
desenvuelven; y que se preocupa y ocupa especialmente de regular que las
acciones de los seres humanos no atenten contra el desarrollo y la evolución de
los ambientes naturales), tratando de legislar (aunque no haya muchas leyes que
permitan impedir o mermar ciertas prácticas abrasivas) la implementación de
muchas formas de ellas.
Un ejemplo preciso de una práctica es la purificación de agua mediante
nanotecnologías. Esto se consigue aprovechando nanomateriales como los
nanotubos de carbono y las fibras de alúmina para la nanofiltración. La principal
ventaja de utilizar nanofiltros en lugar de sistemas convencionales, es que se
necesita menos presión para hacer pasar el agua a través del filtro: aunque los
poros son más pequeños, el interior de los nanotubos es más suave y el agua
puede fluir con mayor facilidad. Además, son más eficientes, presentan unas
áreas increíblemente grandes y se pueden limpiar más fácilmente. Los nanofiltros
pueden eliminar sedimentos, residuos químicos, partículas cargadas, bacterias y
otros patógenos, como los virus. También pueden eliminar trazas de sustancias
tóxicas, como arsénico, e impurezas en forma de líquidos viscosos, como aceite.
Potencialmente, existen riesgos en la implementación de nanotecnologías
como, por ejemplo, en el tratamiento de aguas y suelos: ¿serán las nanopartículas
lo suficientemente móviles como para no ser absorbidas por planta o animales y
provocar efectos nocivos en ellos? Estas preocupaciones pertenecen al campo
más general de evaluaciones del impacto medioambiental del uso de
nanopartículas, en el que se incluyen tanto las evaluaciones de riesgo como el
análisis del ciclo de vida, a fin de comprender los efectos a corto y largo plazo.
Los expertos recuerdan que los potenciales efectos medioambientales de
las nanopartículas manufacturadas son bastante desconocidos. En laboratorio, los
científicos las controlan bastante bien, pero en el medio ambiente las posibles
interacciones son mucho mayores, por lo que se recomienda más investigación al
respecto. En este sentido, la "nanoecotoxicología" es todavía una disciplina
naciente. Por ejemplo, las nanopartículas podrían reaccionar con sustancias
presentes en el medio o catalizar reacciones presentes el medio. Incluso podrían
llegar a ser tóxicas para los microorganismos del entorno, lo que podría daría a
pie a una bioacumulación de la toxicidad en la cadena trófica que llegaría
magnificada a los seres humanos

Si bien existen ciertos principios éticos y ambientales, tales como:


• El principio de responsabilidad como cuidado del ser vulnerable (los
seres humanos actuales y futuros y la restante vida planetaria).
• El principio de justicia ecológica en sus tres vertientes: la justicia global
(las desigualdades socioeconómicas a nivel planetario), la justica
intergeneracional (generaciones futuras) y la justicia interespecífica (principio de
hospitalidad biosférica hacia los otros seres vivos). Son principios que pueden
entrar en conflicto y que debemos jerarquizar de acuerdo con ciertos principios
estratégicos.
•Principios estratégicos: sustentabilidad, precaución y responsabilidad
compartida, pero diferenciada y solidaria.
Mi opinión es que, si bien las grandes empresas y monopolios petroleros –
principalmente- son los causantes de grandes desbordes ambientales, nosotros,
cada uno de nosotros representando solo un grano de arena en un inmenso
desierto, tenemos que hacer un uso consciente de los recursos naturales sin
ocasionar daños, que, en el corto o en el largo plazo, generan un desastre
ambiental. Desde el uso excesivo del agua hasta la aplicación de fertilizantes o
herbicidas en una huerta hogareña, pasando por la utilización de plásticos en
demasía y tantos otros ejemplos, que, sin darnos cuenta, son nocivos para el
medioambiente. Desde nuestro lugar, podemos hacer poco o quizás mucho
-depende cómo se mire el vaso-, pero también es preciso avanzar con las leyes
que regulen la utilización de tecnologías aplicadas en el medioambiente para
lograr frenar o apaciguar el desastre ambiental.

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