Está en la página 1de 6

Cristianización de Bulgaria

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Los búlgaros oran a Dios para que se vaya la hambruna.


La cristianización de Bulgaria fue el proceso por el que la Bulgaria medieval se
convirtió al cristianismo en el siglo IX. Fue influenciado por las cambiantes
alianzas políticas del kan Boris I (852-889) con el reino franco del este y el
Imperio romano de oriente, así como por su correspondencia con el Papa de la
Iglesia católica.

Debido a la posición estratégica de Bulgaria, tanto la Iglesia de Roma como la de


Bizancio querían al imperio búlgaro en su esfera de influencia. La cristianización
se consideraba un medio de integración de los eslavos en su región. Tras varios
acercamientos de cada lado, el kan se unió al cristianismo ortodoxo oriental en el
año 870. Con esto, logró una Iglesia nacional búlgara independiente y un arzobispo
nombrado para liderarla.

Índice
1 Antecedentes
1.1 Razones para la cristianización
2 Alineamiento con la ortodoxia
2.1 Contratiempos iniciales
2.2 Adopción del rito bizantino
3 Reacción de la aristocracia conservadora
4 Entre la ortodoxia y el catolicismo
5 Resultado
6 Notas
7 Fuentes
8 Véase también
Antecedentes
Cuando el kan Boris comenzó su reinado en 852, la situación internacional en el
sureste de Europa era complicada. En Oriente, el conflicto con el Imperio bizantino
por el dominio sobre las tribus eslavas en la actual Macedonia y Tracia estaba aún
lejos de resolverse. En la región media del Danubio, los intereses de Bulgaria
chocaban con los reinos de la Francia Oriental y el principado de la Gran Moravia.
Además, en este período surgió Croacia en la escena internacional, llevando sus
propias ambiciones y demandas de los territorios de la región. En una escala mayor,
existían tensiones político-religiosas entre Constantinopla y Roma, ya que ambos
centros estaban compitiendo para dirigir la cristianización de los eslavos del Sur
y la Europa Central.

Razones para la cristianización


Tras las conquistas del kan Krum a principios del siglo IX, Bulgaria se había
convertido en una potencia regional importante en el sureste de Europa, pero su
desarrollo estaba vinculado con los imperios bizantino y franco oriental. Ya que
estos dos estados, así como la mayor parte de Europa, eran cristianos, la Bulgaria
pagana se mantuvo más o menos aislada en su entorno, incapaz de llevar a cabo
intercambios culturales ni religiosos.

Además, la preservación del paganismo dificultaba la unificación entre los


protobúlgaros y los eslavos (los dos grupos étnicos que formaban el pueblo
búlgaro), ya que cada grupos étnicos tenía diferentes creencias paganas (los
búlgaros adoraban a Tengri, mientras que los eslavos le rezaban a Perun).

Por último, el cristianismo había estado presente en las tierras de Bulgaria antes
de la formación del Imperio Búlgaro.
Alineamiento con la ortodoxia

El Bautismo de Boris I.
Contratiempos iniciales
El Kanato búlgaro y el Reino Franco Oriental habían establecido relaciones
diplomáticas ya en los años 20 y 30 del siglo IX. En 852, al comienzo del reinado
del kan Boris, una nueva embajada búlgara fue enviada a Maguncia para informar a
Luis II del cambio de monarca en Pliska, la capital búlgara. Lo más probable es que
la embajada también trabajara para renovar la alianza búlgaro-germana.

Algún tiempo después, el Kan Boris se alió con el knyaz de la Gran Moravia,
Ratislav I (846-870). El catalizador de este movimiento fue el rey de la Francia
Occidental, Carlos el Calvo (840-877). El reino germano de Francia Oriental
respondió atacando y derrotando Bulgaria, forzando al Kan Boris a restablecer una
alianza con el rey germano contra la Gran Moravia, que era un aliado bizantino.
Como consecuencia, los bizantinos iniciaron una guerra contra los búlgaros entre
855 y 856. El imperio quería recuperar el control sobre algunas fortalezas en el
camino Diagonal (Via Diagonalis o Via Militaris), que iba desde Constantinopla, a
través de Filipópolis (Plovdiv), hasta Naissus (Niš) y Singidunum (Belgrado). El
Imperio Bizantino resultó victorioso y reconquistó varias ciudades, incluyendo
Filipópolis.1

En 861, el kan Boris se alió con el rey germano Luís el Germánico, informándole de
que estaría dispuesto a aceptar el cristianismo según el rito occidental. Esta
alianza renovada amenazaba la Gran Moravia, que buscó la ayuda de Bizancio (862-
863). En aquel momento había una misión bizantina, la de los hermanos Cirilo y
Metodio, en la Gran Moravia, con el objetivo de propagar el cristianismo ortodoxo y
fortalecer la influencia bizantina allí.

En los últimos meses de 863, los bizantinos atacaron a Bulgaria nuevamente. La


razón más probable es que se enteraran de que Boris quería aceptar el cristianismo
romano, ya que una Bulgaria católica tan cerca de Constantinopla era una amenaza a
los intereses del Imperio bizantino.

Adopción del rito bizantino


Antes de que hubiese un verdadero conflicto militar, el kan Boris tuvo que pedir la
paz. Su país no estaba preparado para la guerra tras un año de malas cosechas y
terremotos, cosa que Boris pudo haber tomado por un signo para convertirse de
acuerdo a rito bizantino. Tras las negociaciones de paz, Boris prometió convertirse
al cristianismo ortodoxo, junto con sus gentes, y pidió misioneros que viniesen a
Bulgaria a iniciar el proceso.

Las dos partes firmaron una "gran paz" por un período de 30 años. A cambio de la
conversión, los bizantinos devolvieron tierras previamente conquistadas. En el
otoño de 863, una misión del Patriarca de Constantinopla Focio llegó a Pliska y
convirtió al kan, a su familia y a los dignatarios de alto rango. Boris recibió un
nombre cristiano (Miguel, como el emperador bizantino Miguel III) y adoptó el
título eslavo de knyaz (príncipe). Tras ello, el resto del pueblo búlgaro fue
progresivamente convirtiéndose al cristianismo.

Reacción de la aristocracia conservadora

Los búlgaros piden a Dios el final de la hambruna.


Al rey germano Ludovico no le gustó el plan de Boris de adherirse a la Iglesia
ortodoxa, ya que había confiado en que Bulgaria se convirtiera en un estado
católico, pero no quiso iniciar un enfrentamiento.

A medidas que las misiones bizantinas convertían a los búlgaros, animaban a la


gente a destruir los lugares sagrados paganos. Ciertos círculos conservadores de la
aristocracia búlgara, se oponían a la destrucción de estos enclaves en los que
habían celebrado rituales espirituales. Esta nobleza opositora temía que el Imperio
bizantino pudiera extender su influencia a través del cristianismo y destruir así
Bulgaria.

En 865, grupos de descontentos se revelaron en diez regiones administrativas contra


el príncipe Boris, acusándole de darles "mala ley". Los rebeldes marcharon contra
la capital para apresar y matar a Boris y restaurar la vieja religión. En este
momento de la Edad Media, los búlgaros identificaban "cristianos" con "griegos",
sus enemigos tradicionales. Muchos búlgaros pensaban que, junto con la religión, se
verían obligados a aceptar la moral y el estilo de vida del imperio de oriente.

El knyaz Boris consiguió rodearse de leales y suprimir la rebelión. Ordenó la


ejecución de los 52 [1] boyardos que habían liderado la revuelta "junto con toda su
familia". Algunos historiadores creen que Boris ejecutó casi a la mitad de la
aristocracia búlgara para poner fin al conflicto político y religioso. Al pueblo
llano que "deseara hacer penitencia" se le dejó marchar sin daño.

La dureza de las medidas y el precio moral a pagar por la decisión de 865 pesaron
en el ánimo de Boris durante toda su vida. En su correspondencia con el papa
Nicolás I, el príncipe pregunta si sus acciones han traspasado los límites de la
humildad cristiana. El Papa responde:
... Tu has pecado más por celo y falta de conocimiento, que por otro vicio. Recibe
el perdón y la gracia y la benevolencia de Cristo, ya que la penitencia ha seguido
a tus actos.
[cita requerida]

Entre la ortodoxia y el catolicismo


Boris comprendió entonces que la cristianización de sus súbditos implicaría en un
aumento de la influencia bizantina. La liturgia se celebraba en griego y la recién
fundada Iglesia búlgara estaba subordinada a la Iglesia ortodoxa de Constantinopla.
La revuelta contra la nueva religión llevó a que el knyaz solicitara a
Constantinopla el estatus de independencia para la Iglesia búlgara. Nótese que a
mediados del siglo IX no existían precedentes de iglesias nacionales para los
pueblos convertidos.

Cuando Constantinopla rechazó la petición búlgara, Boris se volvió hacia el Papa. A


finales de agosto de 866, una misión diplomática dirigida por el kavján Pedro llegó
a Roma, con una lista de 115 cuestiones emitidas por el príncipe. Esta lista tenía
que ver con la forma de vida de los recién convertidos búlgaros y con la potencial
creación de una futura Iglesia Búlgara bajo la jurisdicción de Roma. El 13 de
noviembre, Boris recibió respuesta a 106 de sus peticiones. Formoso de Portua y
Pablo de Populan encabezaron la misión papal. Al mismo tiempo, el papa envió una
delegación a Constantinopla.

Cuando llegó la misión enviada por el papa, Boris se mostró satisfecho con la
respuesta de Roma y ordenó a la misión bizantina que saliera de Bulgaria. Esto fue
visto como un cambio de orientación oficial de Bizancio a Roma. Al ver emisarios
católicos en Bulgaria, la misión germánica también abandonó el país, satisfecha
ante la conversión al catolicismo de Bulgaria.

Sin embargo, Miguel III no estaba dispuesto a aceptar la expulsión del clero
ortodoxo. En una carta al knyaz Boris, el emperador mostraba su desaprobación por
la reorientación religiosa búlgara usando lenguaje ofensivo contra la Iglesia
Católica. La antigua rivalidad entre las dos ramas del cristianismo se reavivó con
nuevos bríos. En menos de dos años, el nombre de Bulgaria se hizo ampliamente
conocido en Europa Occidental.

En Constantinopla, la gente contemplaba con nerviosismo los acontecimientos. Creían


que una Bulgaria pro-católica sería una amenaza para los intereses de
Constantinopla. En el verano de 867 tuvo lugar un concilio eclesiástico durante el
que se criticó la actuación de Roma. El papa Nicolás fue anatematizado.

Inmediatamente, Boris solicitó al papa el nombramiento de Formosa o Portua como


arzobispo de Bulgaria, a lo que el Papa se negó. Las razones eran posiblemente
personales, ya que en su respuesta oficial Nicolás aducía que Formoso ya tenía una
eparquía, lo que era falso.

El Papa preparó a dos nuevos líderes, Domingo de Trivena y Grimwaldo de


Polimarthia, para encabezar una misión en Bulgaria. Poco después falleció y su
sucesor, Adriano II, tampoco accedió al nombramiento de un Arzobispo de Bulgaria.

El Knyaz propuso otro candidato para el Arzobispado, pero el Papado lo rechazó. En


su lugar, sugirió el nombramiento de un clérigo llamado Silvestre. El hombre estaba
tan abajo en la jerarquía que no estaba autorizado para llevar a cabo la liturgia
por sí mismo. Después de pasar tres días en Pliska, los búlgaros enviaron a
Silvestre de vuelta a Roma, acompañado por emisarios portadores de una carta con
quejas de Boris. El Knyaz percibía las continuas negativas y retrasos de Roma como
un insulto y una muestra del desinterés del Papa para coordinarse en la elección
del Arzobispo.

Como consecuencia, el Knyaz retomó las negociaciones con Constantinopla, donde


esperaba encontrar más cooperación de la mostrada en el pasado. Pero en septiembre
de 867, Miguel III fue asesinado por el futuro Basilio I, antecesor de la dinastía
macedónica que gobernaría el imperio hasta 1057. El Patriarca Focio fue reemplazado
por su rival Ignatius que propiciaría un cambio en las relaciones con la Iglesia
romana.

Los nuevos gobernantes del Imperio suavizaron rápidamente la tensión entre Roma y
Constantinopla. Adriano II necesitaba la ayuda de Basilio I contra los árabes que
asolaban Italia meridional. Al mismo tiempo, Adriano II daba su apoyo al Patriarca
Ignatius.

Resultado
Como consecuencia del acuerdo entre las dos potencias, se celebró un nuevo Concilio
en Constantinopla. Tras el fin de las reuniones oficiales, el 28 de febrero de 870
llegaron a Constantinopla emisarios búlgaros, enviados por el Knyaz y encabezados
por el Ichirguboil (el primer consejero del Knyaz) Stasis, el Kan-Bogatur (miembro
de la alta nobleza) Sondoke, el Kan-Tarkan (comandante militar) entre otros.

Poca gente sospechaba cual era el objeto real de la misión. El 4 de marzo, Basilio
I cerró el Concilio con una celebración en el Palacio del Emperador, al que iba
asistir el kavján Pedro. Tras saludar a los representantes de las iglesias romana y
bizantina (la romana en primer lugar), el Kavján preguntó quién debería tener la
jurisdicción sobre la Iglesia búlgara. Los representantes romanos no estaban
preparados para discutir la cuestión.

Parecía haber un acuerdo secreto entre el Patriarca Bizantino, el Emperador y los


emisarios búlgaros. Los padres Ortodoxos pidieron inmediatamente a los búlgaros que
clero habían encontrado cuando llegaban a las tierras que gobernaban. Respondieron
"Griegos". Los padres ortodoxos declararon entonces que el derecho a supervisar la
Iglesia búlgara pertenecía sólo a la Madre Iglesia de Constantinopla, que había
ostentado la jurisdicción sobre esas tierras en el pasado.

Las protestas de los emisarios papales no fueron tenidas en cuenta. Con la


aprobación del Knyaz y los Padres del Concilio, la Iglesia búlgara fue proclamada
Arzobispado; el arzobispo sería elegido entre un grupo de obispos con la aprobación
de Boris.
La creación de una Archiodiócesis independiente en Bulgaria era algo sin
precedentes. Normalmente, las iglesias independientes eran aquellas fundadas por
los apóstoles o sus discípulos. Durante muchos años, Roma había denegado a
Constantinopla su condición de igual basándose en el que la Iglesia de
Constantinopla no había sido fundada por un apóstol de Cristo.

Justo seis años después de su conversión, la Iglesia ortodoxa concedió a Boris una
iglesia independiente con un representante supremo. Durante los siguientes 10 años,
el Papa Adriano y sus sucesores intentaron desesperadamente recuperar Bulgaria para
el catolicismo y persuadir a Boris para salir de la órbita de Constantinopla.

Los cimientos de la Iglesia nacional búlgara habían sido echados. La siguiente fase
fue la implanción del alfabeto cirílico y del búlgaro antiguo como lenguaje oficial
de la iglesia y el estado en 893 durante el Concilio de Preslav. Esta
nacionalización de la iglesia y la liturgia fue excepcional y no tuvo lugar en
otras zonas cristianas europeas.

Notas
Gjuzelev, p. 130
Fuentes
Gjuzelev, V., (1988) Medieval Bulgaria, Byzantine Empire, Black Sea, Venice, Genoa
(Centre culturel du monde byzantin). Verlag Baier.
Véase también
Clemente de Ocrida
Control de autoridades
Proyectos WikimediaWd Datos: Q1281955Commonscat Multimedia: Christianization of
Bulgaria
Categorías: Cristianización de BulgariaBulgaria en el siglo IXCristianismo en
BulgariaPrimer Imperio BúlgaroPersecución a los paganos
Menú de navegación
No has accedido
Discusión
Contribuciones
Crear una cuenta
Acceder
ArtículoDiscusión
LeerEditarVer historialBuscar
Buscar en Wikipedia
Portada
Portal de la comunidad
Actualidad
Cambios recientes
Páginas nuevas
Página aleatoria
Ayuda
Donaciones
Notificar un error
Herramientas
Lo que enlaza aquí
Cambios en enlazadas
Subir archivo
Páginas especiales
Enlace permanente
Información de la página
Citar esta página
Elemento de Wikidata
Imprimir/exportar
Crear un libro
Descargar como PDF
Versión para imprimir
En otros proyectos
Wikimedia Commons

En otros idiomas
‫العربية‬
English
Français
Bahasa Indonesia
Italiano
Polski
Português
Русский
Türkçe
11 más
Editar enlaces
Esta página se editó por última vez el 7 nov 2020 a las 15:35.
El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir
Igual 3.0; pueden aplicarse cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta
nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una
organización sin ánimo de lucro.
Política de privacidadAcerca de WikipediaLimitación de responsabilidadVersión para
móvilesDesarrolladoresEstadísticasDeclaración de cookiesWikimedia FoundationPowered
by MediaWiki

También podría gustarte